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Revista del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel

versión impresa ISSN 0798-0477

INHRR v.40 n.2 Caracas dic. 2009

 

El razonamiento científico ante el siglo XXI

Dr. Carlos Aponte 1

1. Gerencia de Docencia e Investigación. Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” caponte@inhrr.gov.ve

En el universo, la vida es improbable, la belleza es improbable, todo lo que despierta nuestro interés es (trivialmente) improbable

JORGEWAGENSBERG

Ya, Edgar Morin, destacaba, en su libro La cabeza bien puesta, la necesidad de que los problemas particulares fuesen planteados cada vez más desde un contexto planetario. Es con esa visión, más totalizadora, que intentaremos plantearnos el fenómeno humano y esa adquisición, relativamente reciente, del razonamiento científico.

Una primera aproximación a esa visión planetaria parte del propio reconocimiento de nuestra condición biológica. Así tenemos que una primera constatación de esta condición es la de que reconocemos que todo lo que es referencial a lo biológico es lo que solemos de nominar vida o lo asociado a ella. Cuando hablamos de lo vivo, sabemos intuitivamente, que nos referimos a un cierto estado particular de la materia. Sin embargo, más allá de lo intuitivo, toda entidad viviente parece definirse por un cierto número de características, tales como:

1. Capacidad metabólica, bajo la dirección de moléculas (catálisis enzimática) cuya estructura es heredable, y la información misma, también heredable, es portada por moléculas.

2. Desequilibrio termodinámico. Los sistemas vivos son sistemas termodinámicamente abiertos, de intercambio de materia y energía, tendiendo a evitar las situaciones de equilibrio. Esta evitación es característica de los sistemas abiertos, y es por ello que se les denomina sistemas de no equilibrio.

3. En términos matemáticos, la vida tiende a moverse en dominios no lineales, representando en sí mismo, sistemas cuyo comportamiento no es expresable como la suma de los comportamientos de sus descriptores (Estructuras disipativas).

4. En su estructura molecular esencial, toma ventaja principal de las propiedades enlazantes de los átomos de Carbono, Hidrogeno, Oxigeno, Nitrógeno, Fósforo y Azufre (CHONPS). La complementariedad molecular y las propiedades enlazantes de ácidos nucleicos y proteínas se establece por vías múltiples de interacción (interacciones covalentes y no covalentes).

5. Las biomoléculas constitutivas tienden a tener comportamientos que siguen los dictámenes impuestos por el agua como solvente universal.

6. Capacidad evolutiva. Alta capacidad de adecuación (fitness) basada en la variación al azar y en la capacidad heredable de su información molecular, alrededor del cual se ejerce una presión de selección (selección natural).

Esta primera aproximación nos hace observadores y protagonistas de una aventura que comenzó sobre el planeta Tierra, hace, al menos, unos 3.9 millones de años. Sin embargo, la proporción anormalmente elevada de C12 vs C13 en rocas sedimentarias provenientes de Akilia e Isua (Groelandia) nos testifican la presencia de trazas de vida ya a 3.5 millones de años. Mientras que estromatolitos sobre rocas australianas parecen confirmar la existencia de vida sobre la Tierra a 3.5-3.8 millones de años. Luego, eventos de diversificación biológica versus extinciones, algunas de carácter masivo, permitió la aparición del hombre sobre el planeta hace unos 100.000 años. Sin embargo, nuestro linaje hacia lo homínido, muy probablemente, comenzó hace 7 millones de años, en África, con una especie denominada Sa helanthropus tchadensis. En ese extenso proceso evolutivo, lleno de dificultades, el Homo sapiens traducirá lo real con lo simbólico y con la valorización trascendente, utilizando para ello el espíritu y la razón. Una mezcla a veces explosiva.

La encefalización creciente del Homo sapiens aumentó los niveles de adecuación de las habilidades humanas y, sin duda, incrementó sus potencialidades respecto al lenguaje y la conciencia, la sexualidad y el amor, el juego y la creación, la socialización, el comportamiento grupal y social. Estas unidades vivientes insólitas comenzaran a preguntarse sobre la existencia de sí mismo y de la otredad. Otredad no solo referida al equivalente humano que nos encara sino a las otras especies microscópicas y macroscópicas que comparten el planeta con nosotros, sus elementos inanimados, el universo que la contiene y rige. Ese extraordinario evento, se observa tan tempranamente en un niño de 2 años y medio, cuando al mirar a un creciente de la Luna pregunta: Papá, ¿Dónde esta la otra mitad? El ansia de saber, de conocer, de objetivar la realidad. Es allí que recordamos aún la risa incómoda de Michel Foucault frente a aquel texto enciclopédico chino que en una pretendida clasificación, nos azotaba el alma de la duda:

Los animales se dividen en: a) pertenecientes al emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finisimo de pelo de camello, l) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.

Es la duda metodológica frente a la pretendida objetivización de la realidad. Sabemos que fue en La Hé la de, esas pequeñas comunidades separadas, independientes, pero con una lengua y política comunes que constituyeron la Grecia Antigua, donde se montará la mayor de las epopeyas humanas, en su versión occidental: la sabiduría. Fue en Jonia s. VIII, costa de la lla mada Asia Menor (hoy, Turquía) donde se gesta tal epopeya, la mayor de las proposiciones humanas: la proposición filosófica. Definida por Sócrates como el amor a la sabiduría, fue “el asombrarse ante lo real de lante de mí” lo que constituyó el piso sólido sobre lo cual se estructurará lo trascendente humano. El razonamiento científico tiene sus raíces en este elemento trascendente de la condición humana. Pero como dice Hurtado León & Garrido (2007), el pensamiento científico nace co mo una ne - cesidad humana (necesidad de verificación del pensamiento humano con la realidad), porque es hijo de la propia limitación del pensamiento del hombre, quien, al no poder entender la realidad satisfactoria mente con reflexiones explicativas eminentemente metafísicas, termina subyugado por una vorágine de pensamientos y conocimientos permanentemente contrastados con la realidad… la angustia existencial.

BIBLIOGRAFÍA A CONSULTAR

1. Hurtado León I, Toro Garrido J. Paradigmas y métodos de investigación en tiempos de cambio. Los Libros El Nacional. Colección Minerva. Caracas. Venezuela; 2007.        [ Links ]

2. Martínez Míguelez M. La Nueva Ciencia. Su desafío, lógica y método. México: Trillas; 2006.        [ Links ]

3. Martínez Míguelez M. El paradigma emergente. Hacia una nue va teoría de la racionalidad científica. Mexico: Trillas; 2006.        [ Links ]