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Anales Venezolanos de Nutrición

versión impresa ISSN 0798-0752

An Venez Nutr v.17 n.1 Caracas ene. 2004

 

La Inseguridad Alimentaria en Venezuela1.

Food insecurity in Venezuela

J J Montilla

1. Ponencia presentada en el Symposium Dr. Hemán Méndez Castellano (In Memorian)." SeguridadAlimentaria y Calidad de Vida en Venezuela"Fundacredesa. Academia Nacional de Medicina. Congreso Centenario 2004 ". José Ignacio Saldó". Caracas, 26-29 Mayo, 2004.

Solicitar copia a: JJ Montilla. ProfesorTrtular. Facultad deAgronomla. UCV.Apto Postal 2037. Fax: 2463454. E-mail: montillaj@agr.ucv.ve

 

En 1999, la FAO inició la publicación anual de un documento bajo el título "El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo", entendiéndose como tal el hecho de que "la población se ve obligada a convivir con el hambre y teme morir de inanición". En este sentido, puede afirmarse que la historia de la humanidad es en gran parte la historia de la lucha por la consecución de los alimentos y contra el hambre, un problema que no ha podido aún ser superado globalmente a pesar de logros tan trascendentales como el dominio del fuego por el hombre, en la interfase evolutiva entre el Homo Antecesor y el Homo Sapiens (1); la domesticación de los animales en el período neolítico, la aparición de la agricultura vegetal hace aproximadamente 20 milenios y los grandes cambios políticos y tecnológicos que ocurren entre los siglos XVII y XX; ni la extraordinaria revolución agrícola e industrial que ocurre entre los años 20 del siglo XX hasta el presente y que alcanza gran ímpetu después de la segunda guerra mundial, gracias al contínuo mejoramiento genético para la obtención de variedades de alto rendimiento, a la sofisticación de las prácticas de la irrigación, la mecanización agrícola y a la producción y aplicación masiva de los insumos tecnológicos fundamentales, especialmente los fertilizantes químicos, todo lo cual ha permitido en aquellas áreas geográficas y países donde se les aplica, con base en la racionalidad que impone la ciencia y la tecnología, multiplicar el rendimiento de las producciones agrícolas.

El concepto actual de seguridad alimentaria es de formulación reciente. En el mundo privaban situaciones que colidían con el mismo: Francia soportó 13 períodos de hambre en el siglo XVI, 11 en el XVII, 16 en el XVIII y 10 en el XIX; en Irlanda, entre 1848 y 1849 muere más de un millón de personas por falta de alimentos y 1.5 millones se ven obligadas a emigrar. Rusia sufrió 6 períodos de hambre en la segunda mitad del siglo XIX y, solamente entre 1932 y 1993, el hambre fue responsable de la muerte de 3 millones de personas. En la India entre 1860 y 1900 ocurrieron más de 15 millones de muertes por hambre y, después de la 1ª y la 2ª guerra mundial, Europa, en general, sufrió severas limitaciones alimentarías (2). A lo anterior hay que agregar el hambre que perdura en muchos países de África, Asia y América Latina.

Puede afirmarse que hoy en día la producción de alimentos es más que suficiente para satisfacer las necesidades de toda la población del planeta pero su distribución es muy desigual. Así por ejemplo, los países desarrollados donde habita solo el 20% de la población del mundo, producen 848.754 millones de t de cereales (3), equivalentes al 44% de la producción mundial; este patrón se repite para casi todos los rubros o grupos de rubros de la agricultura. De esta manera, salvo en los casos debidos a las injusticias sociales prevalentes, el hambre y la malnutrición han sido erradicadas en los países desarrollados en los cuales la suficiencia alimentaria y el exceso de alimentos alcanzado ha sido, y esto hay que enfatizarlo, con base en una producción agrícola propia que, a su vez, le permite un brutal dispendio alimentario. También en gran parte del Asia, con grandes esfuerzos y con modelos dietéticos modestos, estos flagelos han sido superados. Por el contrario, las regiones que siguen siendo severamente afectadas son África en primer lugar y, en menor magnitud, la América Latina, región ésta en la cual persisten el hambre, la malnutrición y la inseguridad alimentaria en varios países, resultando inaudito el caso de Venezuela, país que ha contado y cuenta con ingentes recursos financieros y naturales fundamentales para el desarrollo de la agricultura.

En este país, en los años transcurridos entre 1960 y comienzos de los años ochenta se habían aumentado los consumos diarios per capita de aproximadamente 2000 kcal y 50 g de proteína que prevalecían en las décadas de los años 40 y 50 (4), hasta contar con disponibilidades alimentarias equivalentes a 2187 kcal y 50 g de proteínas en 1962-63; a 2385 kcal y 59,5 g de proteína en 1969-71 y, a 2719 kcal y 68,9 g de proteína para 1979-81(4,5). Esta evolución aparentemente positiva ocurrió en base, fundamentalmente, a la importación de alimentos, porque las producciones de la mayor parte de los rubros de la agricultura venezolana han sido erráticos y decrecientes, con la única excepción de las hortalizas entre los productos vegetales y el incremento apreciable de la contribución de las carnes; en particular las de aves y cerdos, producidas principalmente con alimentos provenientes de la importación (3) (Cuadro 1).

Cuadro 1 – Producción per cápita de diferentes rubros alimentarios en Venezuela (kg.).    Fuente: Montilla 1999(6) y MPC 2001 (7)

Así las cosas, no es de extrañar que entre 1970 y 1997, la FAO 2000 (8) reporta que solamente tres regiones y países en el mundo han reducido el consumo calórico: África SubSahariana, Venezuela y Cuba en los cuales se ha pasado de 2271, 2352 y 2640 kcal/persona/día en 1970 a 2237, 2321 y 2480, respectivamente, al finalizar el siglo XX (Cuadro 2)

Cuadro 2 – Seguridad Alimentaria

 

Países o regiones

Oferta acalórica

per cápita

Oferta proteica

per cápita (g.)

1970

1997

1997

OCDE

3.033

3.380

101

EE.UU.

2,965

3.699

112

Asia oriental (excluida China)

2.777

3.103

87

Vietnam

2.146

2.484

57

China

2.018

2.847

78

Asia meridional (excluida India)

2.166

2.394

58

India

2.082

2.496

59

África Subsahariana

2.271

2.237

53

Estados Árabes

2.225

2.930

79

América Latina y el Caribe

2.474

2.798

73

Venezuela

2.352

2.321

59

Colombia

1.938

2.597

63

Cuba

2.640

2.480

52

Brasil

2.409

2.974

76

Fuente: FAO, 2000(8).

Según FAO 2002 (3), al comparar a Venezuela con América Latina y el Caribe y, con África y Asia, en lo que respecta a cereales, las producciones anuales son en Kg./persona/año de 94,3; 290,0; 148,5, y 267,3, respectivamente; para raíces y tubérculos son de 45,4, 103,4, 211,3 y 79,9; y para leguminosas de grano (incluida la soya) son de 1,9, 138,0, 4,0 y 12,7. Este patrón se repite también para otros rubros, Venezuela predomina solo en la producción de proteína animal que, como se ha señalado, se realizan en alto grado en base a insumos importados (Cuadro 3). La información de este cuadro testimonia fehacientemente que la casi totalidad de los países desarrollados son autosuficientes en la producción de alimentos en base a su propia agricultura. Se pueden exceptuar países enclaves o cuasi-enclaves como Singapur, Japón, Israel, Corea del Sur.

Cuadro 3 Produccion total (1000t) y percapita (kg.) de los principales rubros agrícolas alimentarios en el mundo, en Venezuela y regiones y países seleccionados en el año 2001, Fuente: FAO, 2002(3)

Es necesario enfatizar que el fracaso agrícola en Venezuela resulta incomprensible al constatar que se cuenta con extraordinarios recursos naturales, incluyendo aproximadamente 58 millones de ha aptas para la agricultura vegetal, forrajera y forestal; más de 50.000 m³ de agua dulce reciclable/persona/año y con las segundas reservas mas altas de roca fosfórica en el continente. Se cuenta además con una inmensa riqueza petrolera y gasífera que generan enormes recursos financieros que deberían utilizarse para construir las infraestructuras que soporten el desarrollo agrícola y el desarrollo rural. Pero no ha ocurrido así, al contrario, se continúa privilegiando la importación masiva de todo género de automotores, bienes suntuarios y bebidas alcohólicas. La clase dominante ha abandonado la agricultura y el medio rural creando agudos problemas que han resultado en una acelerada migración campesina, contándose hoy en día con sólo el 8,8% de la población económicamente activa ocupada en agricultura, el área cosechada por habitante de 2600 m² en 1950 se reduce a escasos 740 m² en la actualidad; el uso del riego, los fertilizantes, las semillas certificadas y los biocidas es marginal, y también lo es la atención que se presta a la investigación y la extensión agrícola. En dos libros publicados por Montilla 1999 (6) y por Montilla et al 2003 (9), titulados "Agricultura para el Desarrollo Humano. Una Propuesta para el Próximo Siglo" y "Agricultura, Base para el Progreso", respectivamente, se presenta un plan agrícola que permitiría, si se asumieran como políticas de Estado, alcanzar en un lapso de 18 años la suficiencia alimentaria con base en la agricultura nacional, tal como lo han logrado los países desarrollados y como lo pauta la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Elementos Básicos para el Desarrollo de una Agricultura Eficaz, Eficiente y Suficiente.

Los elementos básicos para una agricultura exitosa están constituidos por el hombre en primer lugar, el sol, el aire, las tierras, el agua y los insumos básicos: irrigación, mecanización y fertilización, además de las semillas certificadas y los biocida.

La Población Venezolana

Como lo ilustran Montilla et al. 2003 (9) en la Figura 1, el incremento de la población venezolana ha experimentado cambios abruptos entre 1904 y 1999. En los primeros veinte años del lapso, la Tasa Interanual Promedio de Crecimiento Demográfico (TIPCD) fue de sólo 0,7%. En los veinte años siguientes la TIPCD se elevó a 1,7%, quizás producto de la culminación de las guerras intestinas y de los avances obtenidos en los programas de vacunación y control de las endo, hemo y ectoparasitosis. Un incremento vertiginoso de 5,58% ocurre en las dos décadas subsiguientes, a lo cual contribuyeron adicionalmente los programas preventivos de salud, las mejoras en la educación y una fuerte inmigración tanto europea como latinoamericana. En los veinte años posteriores, el aumento poblacional continúa siendo muy alto, no obstante una reducción de 20,2% (4,5% TIPCD) respecto de las dos décadas anteriores: la inmigración europea prácticamente se ha interrumpido aunque sigue siendo fuerte la procedente de países latinoamericanos. Entre 1984 y 1994, la TIPCD baja a 2,8%: la inmigración en general se ha reducido marcadamente y algún efecto debe haber ejercido la educación, aun con sus limitaciones cuantitativas y cualitativas; y el control voluntario de la natalidad por parte de la población. Como se observa en la misma Figura 1, entre 1994 y 1996, la TIPCD baja a 2,18% y luego a 2,1% entre 1995 y 1996, valor en el cual se mantiene hasta 1999.

Figura 1.

Por otra parte, la Figura 2 muestra que, mientras la población total en Venezuela creció de cerca de 5 millones de habitantes en 1958 a 24 millones en el año 2001, la población rural, en ese mismo lapso, se mantuvo prácticamente inalterada en aproximadamente 3 millones de habitantes, lo cual ha conllevado a que en la actualidad mientras en Europa el 8,2 % de la población económicamente activa se dedica al trabajo agrícola, en Venezuela lo hace solo el 8,8 % de la población (9), lo cual, sin duda, constituye una aberración.

Lo anterior sugiere que Venezuela requiere con urgencia definir una política emográfica que permita que para el año 2018, la TIPCD del país no supere el 0,75 %. Al mismo tiempo, es necesario propender a un fuerte incremento de la población rural hasta alcanzar para el año 2018 unos 7 millones de habitantes ubicados en esas áreas. Sin embargo, para alcanzar esta última meta es necesario, como un objetivo impostergable, la industrialización de la agricultura mediante la construcción de todas las infraestructuras requeridas para la producción agrícola, y la intensificación del uso de los insumos tecnológicos y la urbanización del medio rural

Figura 2.

Fuente:10,11,12 y13

Las Tierras para la Agricultura en Venezuela

En el Cuadro 4, se resume la cantidad de tierras, por regiones y el total nacional, aptas para la agricultura vegetal. Se observa que el país cuenta con 19, 3 millones de hectáreas para tal agricultura, distribuidas en distintos grados de preservación o clases. De acuerdo con Montilla 1999(6) y a PALMAVEN/MAC 1990 (14), el país dispondría también de 21,5 millones de hectáreas aptas para la agricultura forrajera. Por otra parte, se considera que existen unos 16 millones de hectáreas que podrían destinarse, fundamentalmente, a la agricultura forestal.

Cuadro 4. Distribución geográfica de tierras para agricultura vegetal según grado de preservación (hectáreas)

Región

Grado de preservación (orden decreciente)

I

II

IIIA

IIIB

Capital y Central

420.000

495.300

55.000

260.000

Los Llanos

373.000

1.732.500

1.300.000

1.655.000

Nororiental

461.390

948.200

1.110.762

1.639.500

Centroocidental

764.800

708.225

265.000

297.000

Andina

460.800

548.000

263.525

938.500

Zuliana

434.000

1.444.000

-

345.000

Guayana

9.800

903.400

90.000

1.400.000

Total

2.923.790

6.779.625

3.084.287

6.535.000

Fuente Comisión Nacional de Ordenamiento Territorial. CNOT, 1997. (cálculos propios),Montilla 1999 (4).

Es necesario enfatizar que, tal como ocurre con mucha frecuencia, las tierras pueden presentar una o varias limitaciones naturales para la actividad agrícola vegetal, animal o forestal; por ejemplo en el caso de Venezuela existen serios problemas de infertilidad debido a deficiencias de fósforo, por acidez de los suelos y por balance hídrico negativo durante períodos relativamente largos durante el año. También, la materia orgánica de los suelos suele ser escasa. Afortunadamente, para solucionar estas limitaciones, se cuenta con una de las principales reservas de rocas fosfóricas del mundo y las segundas en América Latina. También son importantes, aunque no están plenamente evaluadas, las reservas de calcio y magnesio. Además el país cuenta con una importante y creciente industria de producción de fertilizantes nitrogenados y azufrados. No se cuenta con reservas conocidas, económicamente explotables, de potasio, elemento que habría que importar, al igual que algunos microelementos. Lo anterior permite afirmar que, en general, las limitaciones para el éxito agrícola en Venezuela no radican en la escasez de tierras. Sin embargo, es necesario tener presente que los suelos son un preciado bien de la naturaleza, y que como tal deben ser manejados inteligentemente, no sólo para no degradarlos, sino tratando de que el uso mejore su condición. Su utilización debe hacerse bajo el sabio precepto según el cual: "no heredamos el suelo de nuestros padres, sino que lo tomamos prestado de nuestros hijos".

En realidad, el verdadero problema de la tierra en Venezuela está constituido por la anómala situación de la tenencia, lo cual data desde hace siglos, quizás desde siempre. Lo anterior es ratificado por los resultados del Censo Agrícola realizado en 1997 (15), tal como se presenta en el Cuadro 5.

Cuadro 5: Explotaciones Agrícolas según su tamaño. Ministerio de Agricultura y Cría, 1997.

Tamaño

Cantidad

%

Superficie

%

< 1 ha

42.758

8,54

20.777

0,07

1 ha - < 2 ha

70.663

14,10

83.678

0,28

2 ha - < 5 ha

128.821

25,72

373.464

1,24

5 ha - < 10 ha

75.282

15,03

481.418

1,60

10 ha - < 20 ha

59.354

11,85

748.337

2,49

20 ha - < 50 ha

51.659

10,31

1.516.983

5,04

50 ha - < 100 ha

27.318

5,45

1.810.573

6,02

100 ha - < 200 ha

18.565

3,71

2.442.875

8,12

200 ha - < 500 ha

15.587

3,11

4.636.937

15,42

500 ha - < 1000 ha

6.027

1,20

3.989.406

13,27

1000 ha - < 2500 ha

3.458

0,69

5.044.539

16,78

2500 ha - < 5000 ha

960

0,19

3.118.401

10,37

> 5000 ha

527

0,11

5.803.804

19,30

TOTAL

500.979

100,00

30.071.192

100,00

Insumos Básicos para la Agricultura

Cuando la agricultura se realizaba (y se realiza todavía en muchas áreas), más como una actividad destinada al consumo propio, y alguno que otro excedente era dirigido al consumo de las pocas pequeñas ciudades existentes, la necesidad de intensificar los procesos agrícolas no era un imperativo. Más aún, la disponibilidad relativamente abundante de tierras permitía dejar descansar los lotes que se trabajaban, logrando así que el carácter dinámico del suelo restituyera un adecuado balance de nutrimentos y sirviendo también como recurso para el control de plagas y enfermedades. Para este tipo de agricultura solamente el riego y cierto grado de mecanización, generalmente con tracción animal, además de las semillas y herramientas tradicionales, constituían los insumos necesarios. Con el advenimiento de las grandes concentraciones urbanas, conformadas bajo el estímulo del crecimiento industrial en los países desarrollados y por otras motivaciones adicionales, en los subdesarrollados, se hace obligante la intensificación de los procesos productivos agrícolas. Surge - como una necesidad impostergable – la masificación del uso de insumos tecnológicos que, aplicados racionalmente, además de incrementar la respuesta productiva, aumentan la rentabilidad de la tierra, del trabajo y del capital, contribuyendo además con la preservación e inclusive con el mejoramiento de los recursos naturales fundamentales: tierra, agua y aire Montilla 1992 (16).

En una agricultura moderna, en cuyo diseño y estrategias se haya acertado, especialmente en la escogencia de cultivos ecológicamente adaptados y con elevada capacidad productiva biológica y agrícola, se hace necesaria la utilización armónica de los insumos tecnológicos fundamentales. En consecuencia, a la definición de una estrategia agrícola, en concordancia con los ecosistemas, es necesario agregar la importancia de contar con una provisión de insumos adecuados en calidad, cantidad y oportunidad. En este sentido, por su trascendencia e impacto económico, resaltan los fertilizantes, la mecanización, el riego y la electricidad. Estos y otros insumos requeridos para el proceso de modernización y racionalización de la agricultura, deben ser producidos casi en su totalidad en nuestros países, porque tal como afirma Amin 1981 (17): "No hay progreso rural sin industrias que lo apoyen y que suministren los insumos necesarios para intensificar la producción agrícola. Estos insumos no pueden venir del Norte, importación mediante. Ello se debe a que los precios de dichos insumos en relación con la producción que habría que exportar para pagarlos, son de tal magnitud, que la modernización e intensificación de la agricultura no resultarían rentables".

Por otra parte, se necesita también el aparato industrial que procese los productos agrícolas crudos, para lograr el mejoramiento de su calidad, la prolongación de su vida útil y la facilitación de su comercialización y el acceso a los consumidores. Se plantea así la necesidad de reorientar el esfuerzo industrial, para que esté en condiciones de proveer los insumos tecnológicos requeridos para los procesos productivos agrícolas; los equipos y materiales necesarios para la construcción de una infraestructura que soporte el desarrollo de una agricultura moderna que garantice condiciones de vida digna en el medio rural y para procesar, cuando sea necesario, los productos derivados de la agricultura (9).

Como se aprecia en el Cuadro 6, Venezuela solo ha avanzado, de manera importante en los últimos 30 años en la fuerza de mecanización agrícola, teniendo en la actualidad 14 tractores por cada 1000 hectáreas de agricultura vegetal, pero siendo muy baja la utilización de fertilizantes químicos y la superficie regada.

Cuadro 6. – Consumo de Fertilizantes, Uso de Tractores y Superficie Regada

País

Consumo de fertilizantes

(kg por hectárea de tierra cultivable y de cultivo permanente)

Tractores en uso

(por 1000 hectárea de tierra cultivable y de cultivo permanente)

Superficie Regada
(1000 hectárea)

1970

1998

1970

1998

1989-91

1998

Alemania

384,4

242,7

121,5

88,6

481

485

Argentina

3,3

29,8

6,5

10,3

1.560

1.561

Australia

23,2

39,1

7,8

5,8

1.892

2.400

Brasil

29,5

88,0

4,9

12,4

2.650

2.656

Canadá

18,4

58,0

13,6

15,6

721

720

Chile

31,6

194,6

8,3

23,5

1.600

1.800

China

43,0

258,8

1,2

5,2

47.232

52.580

Colombia

28,7

152,4

4,5

5,1

650

850

Costa Rica

100,1

391,9

10,3

13,9

118

126

EE.UU.

81,6

110,5

27,7

26,8

20.800

21.400

Francia

243,5

247,5

64,4

65,1

1.300

2.000

India

13,7

99,1

0,6

9,1

45.809

59.000

Indonesia

9,2

89,5

0,3

2,3

4.409

4.815

Malasia

43,6

184,9

1,0

5,7

336

365

México

23,2

62,5

3,9

6,3

5.600

6.500

Pakistán

14,6

111,7

1,1

14,5

16.860

18.000

Perú

30,0

45,7

3,9

3,2

1.188

1.195

Tailandia

5,9

81,5

0,5

10,8

4.248

4.749

Uruguay

48,5

102,0

20,7

25,2

125

180

Venezuela

17,0

69,6

5,5

14,0

482

540

Vietnam

50,7

268,6

0,5

17,0

2.866

3.000

Fuente: PNUD, 2001 (18) y FAO, 2001(19).

Infraestructura Para el Desarrollo Agrícola y el Desarrollo Rural

Seria muy extenso y no se cuenta con la información necesaria para discutir en detalle la situación de las infraestructuras requeridas para el desarrollo agrícola y el desarrollo rural: sistemas de riego y de saneamiento de tierras, vialidad, electrificación, comunicaciones, salud, educación y esparcimiento, entre otras; pero sí es necesario recalcar que, en este sentido, el país padece un grave atraso ya que ningún gobierno, desde la conformación de Venezuela como país, exceptuando el período 1948-1958, ha abordado esta problemática con propiedad. En el país se sigue privilegiando la construcción de infraestructuras en las áreas urbanas y especialmente en la zona centro-norte-costera. Esta situación, es decir, la postergación del urbanismo rural y las obras básicas para el desarrollo agrícola, en contraste con los ingentes recursos que se invierten en las áreas urbanas, aceleran la migración del campo hacia las grandes aglomeraciones urbanas con las consecuencias referidas anteriormente al tratar la cuestión poblacional.

Propuesta para un Plan de Desarrollo Agrícola Eficaz, Eficiente y Suficiente

Considerando la situación expuesta anteriormente y sus dramáticas consecuencias en el status nutricional del venezolano, Montilla et al 2003 (9) han propuesto la necesidad de incrementar la disponibilidad de alimentos en Venezuela de forma tal que permita alcanzar aportes equivalentes a 3.000 kcal y 80 g de proteína por persona por día, considerando las diferencias e iniquidades en la capacidad adquisitiva de la población (Cuadro 7).

Cuadro 7. Perfil aproximado de disponibilidad de alimentos necesarios para aportar 3.000 kcal y 80 g de proteína per cápita diarios (4).

Fuente

g/día

Factor de desecho

g/día corregido

kg/año

Cereales

240

1.27

305

111,3

Raíces y tubérculos

250

1,24

310

113,2

Azúcar y/o panela

100

1,00

100

36,5

Leguminosas de grano

50

1,00

50

18,3

Grasas y aceites visibles

50

0,00

50

18,0

Hortalizas

195

1,39

271

98,4

Frutas

400

1,46

584

213,2

Carnes

100

*

100

36,6

Huevos

30

1,14

34

12,4

Pescados y mariscos

50

*

50

18,3

Leche

400

1,00

410

149,7

Fuente Montilla 1999 (4)

Nota: Para los cereales se emplea como factor de desecho el promedio de los valores publicados por varios autores para diferentes cereales. En las raíces y tubérculos, hortalizas, frutas y huevos, se aplica el promedio de los más consumidos de acuerdo con información del INN (1994). (*) En carnes, mariscos y pescados no se aplica el factor porque varía mucho según las especies, cortes y grado de cebamiento; se presentan como cantidad de carne en canal y de capturas pesqueras.

El Cuadro 8 muestra los requerimientos anuales de alimentos para consumo humano directo y en el Cuadro 10 se muestra la evolución cuantitativa con los drásticos cambios que deberían ocurrir para los años 2006, 2012 y 2018 en los diferentes rubros que conforman la dieta, especialmente en lo referente a cereales, raíces y tubérculos, hortalizas, frutas, carne de aves, carne de cerdo, huevos, pescados y mariscos y leche.

Cuadro 8. Requerimientos anuales de alimentos para consumo humano directo

Años

2006

2012

2018

Población aproximada

(millones de habitantes)

27,0

29,7

32,4

REQUERIMIENTOS (1000 t)

Cereales

3.005

3.306

3.606

Raíces y tubérculos

3.056

3.362

3.668

Azúcar y panela

986

1.084

1.183

Leguminosas de grano

494

544

593

Grasas y aceites visibles

486

535

583

Hortalizas

2.657

2.922

3.188

Frutas

5.756

6.332

6.908

Carnes

988

1.087

1.186

Aves

494

363

396

Cerdos

247

362

395

Rumiantes

247

362

395

Huevos

335

368

402

Pescados y mariscos

494

544

593

Leche

4.042

4.446

4.850

Fuente: Adaptado de Montilla 1999 (4).

Cuadro 9.Requerimientos anuales totales de alimentos para Venezuela

Años

2006

2012

2018

Población aproximada

(millones de habitantes)

27,0

29,7

32,4

REQUERIMIENTOS (1000 t)

Cereales

Arroz

Maíz

Trigo

Sorgo

6.485

25%

30%

30%

15%

5.604

30%

30%

20%

20%

5.549

45%

25%

10%

20%

Raíces y tubérculos

2.955

5.053

6.216

Azúcar y panela

953

1.044

1.124

Leguminosas de grano

1.549

1.455

1.574

Grasas y aceites visibles

636

672

715

Hortalizas

2.568

2.829

3.031

Frutas

5.565

6.098

6.567

Carnes

953

1.044

1.124

Aves

477

345

374

Cerdos

239

345

345

Rumiantes

239

345

345

Huevos

324

355

382

Pescados y mariscos

478

523

564

Leche

3.907

4.281

4.611

Montilla 1999 (4). Consideraciones anteriores y cálculos propios.

Para lograr las metas indicadas en los Cuadros precedentes seria necesario alcanzar los rendimientos propuestos para cada rubro y las ha cosechadas en las proporciones indicadas en al Cuadro 10.

Cuadro 10. Rendimiento actual y proyectado (kg/ha) y área cosechada requerida (1.000 ha), para los años 2006, 2012 y 2018, de agricultura vegetal alimentaria y no alimentaria

Rubros

Rend. Actual

2006

2012

2018

Ren. Estim.

Área

Ren. Estim.

Área

Ren. Estim.

Área

Cereales

3.500

3.800

1.680,3

4.200

1.334,3

4.800

1.156,0

Raíces y tubérculos

12.000

15.000

197,0

18.000

280,7

21.000

296,0

Caña de azúcar (*)

6.000

7.000

136,1

8.000

130,5

8.500

132,2

Leguminosas de grano

800

1.000

1.549,0

1.250

1.164,0

1.500

1.049,3

Grasas y aceites

1.200

2.000

318,0

2.500

268,8

2.800

255,4

Hortalizas

20.000

25.000

102,7

30.000

94,3

30.500

99,4

Frutas

14.500

20.000

278,3

25.000

243,9

35.000

187,6

Caña de azúcar (alimentación. animal)

70.000

80.000

300,0

90.000

400,0

100.000

500,0

Subtotal

   

4.561,4

 

3.916,5

 

3.675,9

Café

350

700

200,0

850

225,0

1.100

250,0

Cação

280

400

75,0

450

100,0

500

125,0

Algodón (fibra)

600

700

100,0

800

150,0

900

200,0

Sisal

1.200

2.000

20,0

3.000

30,0

4.000

40,0

Tabaco

1.800

1.900

10,0

1.900

18,0

1.900

25,0

Subtotal

   

405,0

 

523,0

 

640,0

Total

   

4.966,4

 

4.439,5

 

4.315,9

20% adicional al 2006

   

993,3

       

30% adicional al 2012

       

1.331,9

   

40% adicional al 2018

           

1.726,4

Total General

   

5.959,7

 

5.771,4

 

6.042,3

Fuente: FAO 2001 (19); MPC 2001(7). Estimaciones y cálculos propios (*) se estima en kg/ha de azúcar.

Es importante señalar que para la construcción de la infraestructura requerida para la industrialización de la agricultura y la urbanización del medio rural, se requiere una inversión media anual de aproximadamente $1500 millones, por parte del estado venezolano durante un período de tiempo de aproximadamente 20 años (6).

Conclusiones

Para el logro de los objetivos planteados para el año 2018, resulta indispensable el incremento gradual de los insumos básicos, en el siguiente orden:

  1. Riego: hasta alcanzar 600 m2 de tierra regada/habitante.
  2. Fertilizantes: hasta 150 kg/ha para la agricultura vegetal y la agricultura forrajera.
  3. Mecanización: hasta 8 tractores/1000 ha de tierra de agricultura vegetal y forrajera.
  4. Otros insumos en las cantidades requeridas tales como semillas certificadas, biocida, etc.

Por otra parte, es necesario comprender que no solo se requiere conceptualizar teóricamente un modelo de agricultura sustentable; ésto tiene que estar aunado a un modelo de desarrollo rural que incluya:

  1. Pequeñas, medianas y grandes infraestructuras, según sea el caso, en términos de vialidad, electrificación y comunicaciones, saneamiento, riego y drenaje, que permitan la modernización y racionalización de los procesos productivos agrícolas.
  2. El desarrollo de toda una gama de industrias y servicios rurales que permitan
    1. La producción, en gran medida, en el propio medio rural, de gran parte de los insumos requeridos por la agricultura.
    2. La transformación, cuando sea necesario, de los productos, subproductos y residuos agrícolas, con la participación de los propios agricultores, permitiéndoles así que tomen ventaja del valor agregado de los productos primarios.
    3. Garantizar el empleo dignamente remunerado a la porción de la población rural que no participe directamente en la agricultura.
  3. Concretar, en el corto y mediano plazo, todas las medidas, acciones y construcción de las infraestructuras que permitan elevar el nivel y la calidad de vida de la población rural atendiendo todo el conjunto de las necesidades físicas –alimentación, salud, vivienda, electricidad, comunicaciones, vialidad-; de sus necesidades sociales –seguridad, integración, igualdad, libertad-; de sus necesidades culturales –educación, deporte, recreación, creatividad-; y de sus necesidades políticas –participación y protagonismo-. Todo esto aunado al fortalecimiento de la familia como elemento fundamental de la sociedad

En definitiva, resulta indispensable industrializar la agricultura y urbanizar el medio rural, para así dar cumplimiento a lo pautado en el Articulo 305 de la Constitución que, textualmente, señala:

" El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población, entendida ésta como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y, el acceso oportuno y permanente a estos por parte del público consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna..."

Referencia

1. Dortier, J. F. Aux Origines de la Cultura. Sciences Humaines 2000; 105: 16-22.

2. Masseyeff, R. El Hambre. Editorial Universitaria de Buenos Aires, Argentina. Cuarta Edición (traducido por M. Tosta). 1972.

3. FAO. Boletín FAO de Estadística 1. Vol. 3. Roma. 2002.

4. Montilla, J.J. Agricultura y Desarrollo Humano en Venezuela. Un Plan para el Nuevo Siglo. Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias. Publicación Especial. N° 37 (h. Almela, A. Montaldo y A. Romero, eds.) Maracay, Venezuela. 1999.

5. FAO. Anuario de Producción. 1993. Roma, Italia. 1994.

6. Montilla J.J. Agricultura y Desarrollo Humano en Venezuela. Un Plan para el Nuevo Siglo. H. Almeda, A. Montaldo, A. Romero (editores). FONAIAP. Publicación Especial N° 37, Maracay, Venezuela. 1999.

7. Ministerio de Producción y Comercio.. Estadísticas Agrícolas 2001 (Mimeo).

8. FAO. El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo. Roma, Italia. 2000.

9. Montilla J.J., D. Marín y Briceño M. Agricultura: Base del Progreso. Ediciones PPOSU. Ministerio de Educación Superior. Caracas. Venezuela. 2003.

10.Baptista, A.. Bases Cuantitativas de la Economía Venezolana: 1930-1989. Comunicaciones Corporativas C. A. Caracas. 1991.

11. Oficina Central de Estadística e Informática. Anuario Estadístico de Venezuela 1993. Caracas. OCEI. 1994

12. Oficina Central de Estadística e Informática. Anuario Estadístico de Venezuela 1996. Caracas. OCEI 1997.

13. Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI). 2001. Página Web.

14. PALMAVEN-Ministerio de Agricultura y Cría (MAC). Evaluación del Potencial de Tierras Agrícolas a Nivel Nacional como Instrumento para la Planificación. PALMAVEN. Caracas, Venezuela 1990.

15. Ministerio de Agricultura y Cría. Resultados del Censo Agrícola. 1997. Caracas, Venezuela. 1998.

16. Montilla, J.J. Situación Agroalimentaria venezolana. Algunas propuestas. Una propuesta alternativa: de la UCV al país. Universidad Central de Venezuela. Ediciones del Rectorado. Caracas, Venezuela: 48-76. 1992.

17.Amin, S.. Una Estrategia de Desarrollo. Revista CERES 1981; XVI: 27-32.

18. PNUD. 2001. Informe sobre Desarrollo Humano. Mundi Prensa Libros. Madrid, España 2001.

19. FAO. Anuario Estadístico Agropecuario. Roma. Italia. 2001.

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