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EPISTEME

versión impresa ISSN 0798-4324

EPISTEME v.27 n.1 caracas jun. 2007

 

Más tiempo para un mejor aprendizaje

Victoria Tenreiro1

Universidad Católica Andrés Bello

victoriatenreiro@gmail.com

Resumen

En la enseñaza de la filosofía es necesario, para un mejor aprendizaje, tiempo para “perderlo”. Este es el tiempo que debe dedicarse a aprender a razonar.

Palabras clave: Filosofía para niños, comunidades de indagación, enseñanza-aprendizaje.

More time for a better learning

Abstract

In philosophy teaching, it is necessary, for a better learning, to take some time to “waste”. This is the time that must be dedicated to learn how to reason.

Keywords: Philosophy for children, inquiring communities, teaching-learning.

Mi intervención tiene la intención central compartir con ustedes lo que considero uno de los aportes más significativos del proyecto de FpN (específicamente del ejercicio de las comunidades de indagación) a la enseñanza de la filosofía en general: para aprender necesitamos más tiempo o, de acuerdo a nuestros viejos esquemas, necesitamos "perder el tiempo".

Hoy en día cuando planteamos el tema de la enseñanza de la filosofía para niños o jóvenes, recurrimos con mucha seguridad a una serie de argumentos basados en la idea de que el gran aporte de la filosofía a los procesos de aprendizaje tiene que ver con el desarrollo de las capacidades de razonamiento o con el famoso enseñar-aprender a pensar que en los últimos años ha ganado tanto espacio dentro de la investigación didáctica.

Con esta idea, quizás, la mayoría de nosotros esté de acuerdo, pues indudablemente la razón y el razonamiento tienen un papel fundamental en el ejercicio del filosofar y, desde allí, podemos abonar sobre el terreno de un mejor aprendizaje.

En este terreno, las comunidades de indagación proporcionan espacios privilegiados para el ejercicio del razonamiento, mediante procesos básicos como el expresarse, el escuchar, el dar y pedir razones. Sin embargo, cuando entramos en la dinámica cotidiana de las comunidades de indagación nos damos cuenta que el desarrollo de estas habilidades configuran un proceso largo y que requiere, de parte del docente, mucha atención y detalle (por ejemplo, para identificar los procesos de pensamiento que se están ejercitando en un momento de la discusión). Por otro lado, está limitado por algunas costumbres que han terminado por convertirse en manías o prejuicios que dificultan el proceso.

Uno de los prejuicios que creo se han instaurado en el ejercicio docente, consiste en creer que los objetivos generales de los procesos educativos tienen que ser plenamente alcanzados a través de las actividades desarrolladas en clase, sin caer en cuenta que quizás tiene más sentido enfocarse en una serie de pasos previos que constituirían objetivos específicos o instrumentales como condición de posibilidad del objetivo general o final. Por ejemplo, si el objetivo general es desarrollar una conciencia crítica, quizás el docente debería emplear algunas clases en promover procesos posibilitadores de la misma, como por ejemplo diferenciar lo que está explícito de lo que está implícito, elaboración de juicios de valor, identificación de los argumentos que sustentan los juicios, etc; etc., etc. todo esto como un conjunto de procesos que posibilitan el desarrollo de una conciencia crítica y que deberían constituir los objetivos específicos o instrumentales de una clase.

Esta diferenciación entre objetivos generales o finales y específicos o instrumentales, pone en evidencia que en esa clase no necesariamente vamos a alcanzar los primeros, pero sí vamos a crear condiciones de posibilidad para su logro.

De acuerdo al ejemplo, en nuestra clase los participantes sólo puedan llegar a diferenciar entre contenidos implícitos y explícitos; la pregunta sería entonces ¿desarrollamos una conciencia crítica? (que era nuestro objetivo general) Quizás no, pero sí creamos condiciones de posibilidad para el desarrollo de la misma.

El ejercicio con las comunidades de indagación permite caer en cuenta  que aunque el objetivo general no se alcance, hay una serie de logros instrumentales que son, a mediano y largo plazo, la condición de posibilidad de un logro ulterior.

Estoy convencida de que si los docentes nos centráramos más en estos objetivos específicos o instrumentales en nuestras clases, quizás luego podríamos garantizar una predisposición para el logro de los objetivos generales o finales. El grave problema ha sido entonces que queremos alcanzar de manera inmediata estos últimos sin plantearnos las condiciones que se requieren para llegar a los mismos (en la educación básica, la educación como proceso).

La conciencia sobre este tema implica, por supuesto, que para alcanzar un objetivo general necesitamos probablemente más cantidad de clases de las que estamos acostumbrados a emplear en un determinado contenido, es decir, más tiempo. Y aquí creo que radica otro de los prejuicios más fuertes que tenemos como docentes: creemos que el empleo del tiempo en estos pasos previos o en la creación de condiciones de posibilidad es una especie de tiempo perdido.

Dejar que los participantes aprendan a razonar, que es nuestro objetivo general o final, requiere que se emplee mucho tiempo en esos pasos previos. Aprender a razonar implica, por ejemplo, aprender a expresarse, aprender a escuchar, aprender a opinar, armar argumentos, identificar las convicciones que motivan nuestros argumentos, poder

cuestionar nuestras propias convicciones implica una cantidad de procesos que requieren TIEMPO.

No puedo imaginar una clase de hora y media que tenga por objetivo desarrollar todos estos procesos al mismo tiempo; creo que al final no se lograría nada.

Necesitamos TIEMPO. Tiempo para "perderlo", según los esquemas tradicionales de la enseñanza, pero que de acuerdo a las concepciones de la enseñanza y el aprendizaje que subyacen a proyectos, como FpN, constituyen la condición de posibilidad de logros posteriores y probablemente de mayor alcance.

En pocas palabras, la enseñanza de la filosofía concebida como la enseñanza del filosofar, implica romper los esquemas sobre el tiempo que requieren los procesos de enseñanza-aprendizaje. Para un mejor aprendizaje, necesitamos más tiempo.

Nota

1 Video-conferencia Cumaná-Caracas. Viernes 16 de junio de 2006. Tema central: La importancia de la filosofía en el sistema educativo. Conferencista: Prof. José Manuel Gutiérrez.