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Boletin de Linguistica
versión impresa ISSN 0798-9709
Boletin de Linguistica v.18 n.26 Caracas jul. 2006
DEIXIS PROPOSICIONAL EN EL HABLA DE CARACAS: UN ANÁLISIS CUANTITATIVO DEL (DE)QUEÍSMO
Krístel Guirado
Universidad Central de Venezuela
KRISTEL GUIRADO
Es egresada de la Universidad Central de Venezuela como Licenciada en Letras y Magíster Scientiarum en Lingüística. Es profesora ordinaria y forma parte del equipo de investigadores del Instituto de Filología Andrés Bello de esta casa de estudios. Ejerce labores de docencia en las Escuelas de Letras e Idiomas Modernos y en el Postgrado en Lingüística de la Facultad de Humanidades y Educación de esta universidad. En el área de lenguaje, la ocupa el estudio de la gramática y sus usos en el español de Venezuela. Sus investigaciones personales denotan su interés por la sociolingüística, especialmente el estudio de las intenciones comunicativas que puedan explicar ciertos fenómenos gramaticales. Paralelamente, ha desarrollado una labor literaria fuera del recinto académico; ha recibido y dictado diversos talleres, especialmente en el género dramático, y su trabajo creador ha sido reconocido en bienales y concursos literarios nacionales y a través de la publicación de algunos de sus libros, entre ellos Los juguetes más grandes, Premio de Narrativa Infantil en la II Bienal de Literatura Infantil del Instituto de Altos Estudios de Control Fiscal y Auditoría de Estado Fundación Gumersindo Torres 2004.
RESUMEN
En esta investigación se analiza el (de)queísmo a partir de la hipótesis de que el uso de la preposición de es un tipo de marcador de evidencialidad (Schwenter 1999). El español no tiene una categoría gramatical como tal; sin embargo, de Haan (en prensa) propone analizar la evidencialidad como una categoría deíctica que ubica una acción descrita en una proposición con respecto al hablante. El propósito de la siguiente investigación es determinar las propiedades deícticas que tienden a marcar los hablantes cuando hacen uso de de ante que conjuntivo, mediante un estudio cuantitativo de los contextos de variación para especificar el posible uso de la preposición como deíctico proposicional y su distribución social en el español caraqueño. El estudio se realizó sobre el Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987; los casos fueron analizados con el programa GoldVarb_2001. Los resultados indican que el hablante tiende a hacer uso de de ante que conjuntivo para proyectarse a sí mismo como centro epistémico e indicar que tiene evidencia directa de lo expresado en la subordinada y que considera confiable su contenido.
PALABRAS CLAVE: (de)queísmo, evidencialidad, deícticos.
ABSTRACT
This study examines the de que/que structures (hereafter (de)queísmo) in Spanish spoken in Caracas. The hypothesis underlying this research is that the presence of the preposition de is a type of evidential marker (Schwenter 1999). Spanish does not have a grammatical category for evidentiality; de Haan (in press) suggests that evidentials should be analyzed as a deictic category which situates the action described in the proposition with respect to the speaker. The purpose of this research is to determine, by means of a quantitative study in variation contexts, the deictic properties that speakers tend to signal when they insert de before the conjunction que, so as to specify the possible use of the preposition as a propositional deictic and its social distribution in Spanish speakers in Caracas. The Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987 was analyzed with the help of the statistical sofware GoldVarb 2001. Findings indicate that speakers tend to use the preposition de before the conjunction que in order to project themselves as the epistemic center, indicating direct evidence and a high degree of reliability for the contents of the subordinate clause.
KEY WORDS: (de)queísmo, evidentiality, deictics.
Recibido el 04-02-2006. Aceptado el 17-09-2006.
INTRODUCCIÓN
El (de)queísmo1 es un fenómeno de variación sintáctica que se registra con mayor frecuencia en la lengua oral. En esta investigación se llama (de)queísmo al uso variable del segmento de que~Ø que para introducir las cláusulas subordinadas sustantivas declarativas con verbo en forma personal, independientemente de que el verbo rija o no el uso de la preposición. Las construcciones con presencia de la preposición (de que) se presentan en los ejemplos (1a) y (1b) y las construcciones con ausencia de la preposición (Ø que) se ejemplifican en (2a) y (2b). Cada ejemplo consta de dos casos: el primero con un contexto verbal2 que rige una completiva introducida por preposición, y el segundo con un contexto verbal que no rige la preposición:
(1) /con preposición/
a. yo no tenía la menor idea DE QUE iba a usar una vez en mi vida el amarillo y el azul (cb2fa.87).3
b. un grupo de amigos, que le habían dicho DE QUE probara droga (cb2mb.87).
(2) /sin preposición/
a. ahorita por ejemplo tengo un trabajo en Puerto La Cruz que no tengo idea Ø QUÉ es (cb3fa.87).
b. bueno, no me habían botado, no me habían dicho Ø QUE me habían botado (ca2md.87).
El (de)queísmo, como fenómeno de variación sintáctica, ha sido objeto de varias investigaciones en el habla de distintas ciudades hispanoamericanas y de España. Entre estas investigaciones, Schwenter (1999) corrobora con su análisis la correlación entre la persona gramatical de la cláusula regente y el uso variable de la preposición (1ª persona↔Ø vs.3ª persona↔de) y a partir de este resultado formula la hipótesis de que el uso de la preposición es un tipo de marcador de evidencialidad.
Según Bybee (1985), los marcadores de evidencialidad son formas gramaticales específicas para marcar la fuente u origen del conocimiento o información de la proposición. De Haan (en prensa) señala la conexión entre las expresiones deícticas de nuestras lenguas y los evidenciales y propone analizar la evidencialidad como una categoría deíctica (propositional deixis)4 que ubica una acción o evento descrito en una proposición con respecto al hablante.
En la presente investigación se analiza el (de)queísmo en el habla de Caracas, para comprobar si la frecuencia de uso de la preposición de en contextos en los que el hablante no es la fuente de la evidencia, confirmada en las investigaciones anteriores sobre el fenómeno, encuentra su explicación comunicativa en el uso de la preposición como deíctico proposicional.
Este artículo se estructura en cuatro partes: se plantea el problema de la investigación y se propone la hipótesis de trabajo; la segunda parte está dedicada a la metodología; en la tercera se presenta el análisis de los datos y los resultados del mismo y en la cuarta se realizan algunos comentarios finales derivados de la investigación.
1. EL PROBLEMA
Una de las hipótesis que busca explicar el fenómeno del (de)queísmo es que el hablante hace uso variable de la preposición de con un propósito pragmático.5 Los investigadores sustentan esta explicación sobre la base de un hallazgo común: existe una correlación entre la persona gramatical de la cláusula regente (1ª persona/3ª persona) y los términos de la variación (Ø/de); correlación que les permite elaborar una interpretación epistémica del uso de la preposición (compromiso/distanciamiento, respectivamente). Desde esta perspectiva, Schwenter (1999) reinterpreta algunas explicaciones anteriores del (de)queísmo (García 1986; Mollica 1991).
Así, Schwenter comparte con los autores el valor comunicativo de la preposición, pero considera que la marca de fuente de la evidencia no implica, forzosamente, que el hablante está evaluando la información contenida en la subordinada. El lingüista norteamericano formula la hipótesis de que el uso de la preposición indica, principalmente, que la fuente del conocimiento no es el hablante mismo y propone que el empleo de la preposición puede explicarse a partir de un posible reanálisis del uso variable de la misma como marcador de evidencialidad.
Bybee (1985: 184) llama evidenciales las formas gramaticales específicas para marcar la fuente u origen del conocimiento: marcas que indican algo acerca de la fuente de conocimiento en la proposición.6 Curnow (2001 y 2002) revela en sus artículos que ciertos tipos de evidenciales aparecen con una frecuencia menor en expresiones en las que el referente es la primera persona o que tienen una interpretación diferente en comparación con el significado que tienen en expresiones con referentes de tercera persona. El autor se refiere a evidenciales que, cuando aparecen en oraciones que tienen como referente sólo terceras personas, indican algo acerca de la fuente de conocimiento del hablante.
De Haan (en prensa) y Mushin (2000) proponen analizar la evidencialidad como una categoría deíctica. Para Mushin, la evidencialidad como fenómeno deíctico, es un recurso del hablante para precisar información en contextos particulares del discurso, tanto en relación con la fuente de conocimiento como con la valoración de esa fuente. De Haan sostiene que existe una relación funcional entre deixis y evidencialidad.
Se llama deícticos a los elementos de la lengua que permiten la contextualización en el espacio y el tiempo del acto de habla y la identificación de los participantes del mismo. Tanto los marcadores evidenciales como lo que en nuestras lenguas llamamos expresiones deícticas se usan para denotar la distancia relativa entre el hablante y la acción descrita por él/ella.
En su investigación, de Haan desarrolla la interacción del punto de vista del hablante y la evidencialidad y, asimismo, el eslabón entre esta última y la deixis. La primera persona del singular ocupa una posición especial en el paradigma evidencial, como supuesto centro deíctico de ambas categorías. El investigador analiza y relaciona usos evidenciales con la deixis espacial. Por ejemplo, para el autor, la categoría de evidencial visual se refiere a la situación deíctica, en la cual el hablante está a una distancia visual de la acción descrita. Un ejemplo interesante (Borgman 1990) lo proporciona el sanuma, una lengua yanomami hablada en Brasil y Venezuela, en la que la evidencia visual se expresa por medio de una mezcla de morfemas deícticos, temporales y espaciales. En esta lengua, hay una distinción entre dar testimonio de un evento pasado y dar testimonio de uno presente. Así, en sanuma, no se emplean marcas de evidencialidad con sujetos de primera persona; ocasionalmente se usa el evidencial kule cerca del hablante, pero solamente con verbos en presente porque, en el pasado, una acción o evento es localizado con respecto a su distancia temporal del presente, mientras que en el presente, la acción es localizada respecto a la posición del hablante espacialmente. Los otros evidenciales de este tipo son, generalmente, incompatibles con sujetos de primera persona, aunque pueden encontrarse algunos casos. Este posible desplazamiento del deíctico parece estar motivado por razones pragmáticas y/o estilísticas. Respecto a la deixis espacial, de Haan (en prensa) intenta mostrar que los elementos deícticos espaciales, normalmente llamados demostrativos, están organizados como los sistemas de evidenciales. En esas lenguas, estos marcadores también pueden extender su significado a las relaciones temporales; en esos casos, se refuerza el vínculo entre las diferentes categorías deícticas. De hecho, hay lenguas que usan el mismo morfema para un evidencial y un significado demostrativo debido a la semejanza entre los sistemas demostrativos espaciales y evidenciales. Como un ejemplo de lo que el autor llama propositional deixis:
Un evidencial ubica una acción o evento con respecto al hablante, justamente como un deíctico ubica un objeto con respecto al hablante. En otras palabras, la relación entre una proposición y un evidencial es análoga a la relación entre un nombre (frase) y un demostrativo (de Hann en prensa).7
Esta relación sería la misma que establece el uso de de con la proposición encabezada por el que conjuntivo.
De acuerdo con la hipótesis de esta investigación de puede funcionar como una marca deíctica que el hablante usa para señalar información, con relación a la fuente de la evidencia, que no se encuentra expresada, literalmente, en el contexto del enunciado; en cambio, si la fuente de la evidencia está expresada textualmente, el hablante omite la preposición. En yo me doy cuenta, el hablante dispone de la persona gramatical para expresar la fuente de la evidencia: yo tengo evidencia=yo me doy cuenta; en cambio en ellos se dan cuenta, el hablante ya no dispone de la persona gramatical para comunicar que él tiene evidencia de lo que los otros se dan cuenta: yo tengo evidencia ≠ ellos se dan cuenta. La hipótesis de este trabajo propone que el hablante, en el contexto de la variación estudiada, ha diferenciado el uso de la preposición para indicar con ella que, como hablante, es fuente de la evidencia de lo que afirma en la subordinada en los contexto en los que no dispone de la persona gramatical (codificada con el pronombre y/o el verbo).Así la deixis proposicional explicaría por qué la tendencia al uso de la preposición aumenta cuando la fuente de la evidencia no es el hablante y por qué tiende a omitirse cuando hablante y sujeto gramatical coinciden (yo me doy cuenta Ø QUE vs. ellos se dan cuenta DE QUE).
Para confirmar esta hipótesis es necesario analizar si la fuente de la evidencia y los elementos temporales que forman parte de la estructura deíctica de la cláusula regente tienen alguna correlación con el uso variable de la preposición.
Entre los distintos modelos que describen el dominio evidencial en las lenguas (Givón 1982, Palmer 1986; Willett 1988), la clasificación de Frawley (1992) describe la evidencialidad en términos deícticos desde un punto de vista que comulga con la tesis de la presente investigación.
Al igual que los deícticos, cada categoría evidencial, según la clasificación de Frawley (1992), hace referencia a propiedades contextuales específicas: personales, temporales, espaciales, modales. Frawley propone una tipología epistémica derivada de la estructura deíctica e incluye en su clasificación los parámetros de fuente de conocimiento y grados de compromiso señalados por Palmer (1986) y Givón (1982), respectivamente. Frawley simplifica y unifica las consideraciones de ambos autores. Lo primero que hace es examinar la estructura deíctica básica de la modalidad y ubicar en ella los tres componentes de la deixis misma: la fuente, la dirección y la distancia. Frawley aplica la direccionalidad a la fuente del conocimiento y toma en cuenta un rango de categorías adicionales para la clasificación:
i. desde el yo: valoraciones realizadas desde el interior mismo del hablante, quien infiere la situación sobre los resultados de un evento o a partir del razonamiento basado en la intuición, la lógica, un sueño o cualquier otro proceso de tipo mental (los juicios: inferencia y confianza).
ii. hacia el yo: conocimiento que es resultado de la evidencia recibida directamente por el hablante, por los sentidos del hablante, quien afirma que percibió o sintió lo descrito, e incluye no sólo la experiencia sensorial sino también la evidencia endofórica (prueba testimonial directa o evidenciales sensoriales).
iii. desde el otro: conocimiento que procede de terceros, obtenido por el hablante desde otra persona e indica que el hablante no fue testigo de la acción (la prueba indirecta: reportes de habla).
iv. hacia el otro: aunque menos frecuente, algunas lenguas obligan y/o permiten a los hablantes modificar sus aserciones para indicar quiénes conocen sobre la situación que está siendo descrita; conocimiento que es compartido por el hablante y otras personas, puede o no incluir al destinatario y permite al hablante proyectar a los otros como testigos de la situación discutida.
Ambos parámetros, tanto la fuente (Palmer 1986) como la direccionalidad (Givón 1982), describen todas las categorías epistémicas desde el punto de vista deíctico. Frawley reúne ambas distinciones e incluye el tercer componente de la deixis: la distancia. Esta clasificación puede observarse en el cuadro 1:
La ventaja de esta clasificación es que permite describir no sólo los sistemas en los que la evidencialidad se gramaticaliza por medio de partículas separadas (principalmente afijos), sino también permite describir lenguas como el español en las que, por lo general, lo epistémico se expresa a través de formas léxicas. Bermúdez (2004) añade la evidencia ENDOFÓRICA8 a la categoría de evidencia directa de la clasificación de Frawley (1992). Basándome en el esquema de Frawley y la propuesta de Bermúdez, propongo como estructura deíctica del español la clasificación de la figura 1:
El objetivo principal del presente estudio es especificar el posible uso de la preposición como deíctico proposicional y su distribución social en el español hablado de Caracas, mediante un estudio cuantitativo que analice la correlación entre el uso alterno de la preposición y aquellas variables lingüísticas que pueden dar cuenta del uso de de como elemento deíctico, y que forman parte de la estructura deíctica de la cláusula regente. Asimismo es fundamental considerar la correlación con las variables extralingüísticas (edad, sexo y nivel socioeconómico) en el análisis estadístico, factores sociales que no son contemplados en Schwenter (1999) por las características de su corpus, pero su incidencia en el fenómeno ha sido señalada en otros estudios (Bentivoglio y DIntrono 1977; Galué 1998).
2. METODOLOGÍA
2.1. Corpus
El corpus utilizado para la presente investigación proviene de ciento sesenta (160) muestras de habla del Corpus Sociolingüístico de Caracas, 1987 (CSC87, Bentivoglio y Sedano 1993). Los hablantes son todos nativos de la ciudad de Caracas y están distribuidos equitativamente por sexo (80 hombres y 80 mujeres), edad (cuatro grupos generacionales: de 14 a 29 años, de 30 a 45 años, de 46 a 60 años y de 61 años en adelante) y nivel socioeconómico (niveles alto, medio alto, medio, medio bajo y bajo, cada uno con 32 hablantes).
2.2. Selección de casos
Con la ayuda del programa de búsquedaWord Pilot 2000 se extrajeron del corpus todos los casos de de que, con un contexto anterior de 50 palabras aproximadamente y un contexto posterior de igual longitud. El total de casos encontrados fue de 788. De este total, se tomaron para la muestra sólo los casos que introducen cláusulas subordinadas que constituyen el complemento de un verbo o de una locución verbal, o de una estructura próxima a la locución (unidades sintagmáticas verbales; perífrasis verbales, la estructura pasiva; y estructuras atributivas). Luego, se buscó en el corpus la forma alterna para cada contexto, es decir, se seleccionaron las cláusulas subordinadas encabezadas por que correspondientes a cada uno de los contextos verbales con de que de la primera búsqueda. Se excluyeron los contextos verbales que no mostraron alternancia.
2.3. Fuerza demostrativa de las correlaciones
A partir de la contribución de cada contexto, se decidió cuáles permitían compararse cuantitativamente y cuáles no. Para el análisis cuantitativo, se escogieron todos los contextos verbales de los casos cuyo porcentaje de contribución para la ausencia o la presencia se encuentra entre 10% y 90%. Se excluyeron del análisis cuantitativo los verbos acordarse, contar, creer, decir, entender, gustar, oír, querer, recordar, resultar, saber, sentir, ver y tener tiempo, porque su porcentaje de contribución al fenómeno no está dentro de los límites establecidos (ver anexo A).9
Con este procedimiento se asegura lo que Demonte (2000: 24) llama fuerza demostrativa de las correlaciones, es decir, la exigencia de precisar cuantitativamente que la mayor frecuencia de unas variantes en un contexto determinado no se debe a que en el contexto son más abundantes las oraciones de esta clase. Por ejemplo, el verbo pronominal acordarse tiene un total de 247 casos, de los cuales 215 tienen como sujeto la 1ª persona del singular, es decir, se codificaría como fuente de la evidencia = desde el hablante. Si esta variante resultara significativa en el análisis, sería arriesgado afirmar su contribución al fenómeno por el sesgo que produce la alta frecuencia de uso de este contexto verbal en la muestra.
2.4. Categorías y unidades de análisis
2.4.1. Variable dependiente
La variable dependiente, ilustrada ya en los ejemplo (1) y (2), consta de dos variantes, la ausencia vs. la presencia de preposición ante el nexo subordinante que (Ø que~de que).
2.4.2. Variables independientes
Las variables independientes son siete: cuatro lingüísticas y tres extralingüísticas.
Para la variable contexto verbal se toman en cuenta las formas simples y compuestas de los verbos; también se consideran las estructuras formadas por un verbo soporte o de apoyo más un sustantivo (darse cuenta, tener idea) o adjetivo (estar seguro), ya que en estos casos la subordinada depende de la estructura compleja y no simplemente del sintagma nominal.10 Gómez Torrego (1999) subraya que la frecuencia de queísmo es notable en estructuras próximas a la locución, como complementos de adjetivos en estructuras atributivas o de participios en estructuras pasivas o como complementos de sustantivos. Asimismo, Leonetti (1999) explica la frecuencia de omisión de la preposición en dichas estructuras, porque la secuencia formada por V+SN o Adj, que rige una subordinada sustantiva, se reanaliza como un verbo complejo transitivo y ya no necesita la preposición. En virtud de estas acotaciones, la variable contexto verbal tiene tres variantes: i) verbos (formas simples y complejas, perífrasis); ii) locuciones verbales y unidades sintagmáticas verbales; y iii) estructuras atributivas. Los ejemplos (3-5) ilustran las variantes codificadas:
(3) /verbos/
a. Trato de inculcarles lo que me inculcaron a mí [ ] El que consideren también DE QUE sus amigos constituyen un área muy importante en su vida (cb2mb.87).
b. nuestra Guerra Federal, es lo que yo considero Ø QUE realmente nos marcó una diferencia, y nos quitó aquella, verdaderamente una oligarquía (cc3mc.87).
(4) /locuciones verbales y unidades sintagmáticas verbales/
a. este señor se dio cuenta DE QUE las cebollas no les alcanzaban (cc3ma.87).
b. yo me he dado cuenta Ø QUE las personas en el metro tienen otro modo de comportamiento (cb4ma.87).
(5) /estructuras atributivas/
a. porque te empujan o equis, pero tú estás consciente DE QUE crees en él (ca5ma.87).
b. no debo ser impulsiva con mis compañeras". Pero yo estoy consciente Ø QUE eso no lo hice yo (ca5fc.87).
Con la variable tiempo verbal de la cláusula regente se considera si el verbo de la cláusula está conjugado en pasado o no pasado. Es cierto que en muchas lenguas, entre ellas el español, la noción de tiempo lingüístico suele circunscribirse a lo que se conoce como el funcionamiento de época o tres concepciones cronológicas básicas: el pasado, el presente y el futuro. Sin embargo, lo primordial de este análisis es ubicar las coordenadas espaciotemporales del contexto deíctico del hablante (el aquí y el ahora), es decir, identificar el punto cero temporal del contexto enunciativo. Para ello se sigue el criterio señalado por Lyons (1980 y 1997), a partir del cual se describe la coordenada temporal del enunciado, en la mayoría de las lenguas, mediante la oposición fundamental en el sistema del tiempo entre pasado y no pasado. Los ejemplos de estas dos variantes pueden verse en (6-7):
(6) /pasado/
a. nada, a mí no se me ocurrió en ningún momento DE QUE yo no pasaría el examen (cb1mc.87).
b. otra vez se le ocurrió Ø QUE nos hicieran unas antorchas (cd1ma.87).
(7) /no pasado/
a. entonces tú estás pendiente DE QUE uno se quedó hasta de las doce de la noche en un sitio (cc3fa.87).
b. uno está pendiente Ø QUE van a robar al niño (cc5fb.87).
La variable fuente de la evidencia11 permite codificar la información referente al hablante como centro deíctico. Para establecer las variantes, se toma en cuenta los cuatro (4) tipos de fuente de conocimiento de la clasificación de Frawley (1992): i. desde el yo; ii. hacia el yo; iii. desde el otro; y iv. hacia el otro. Estas variantes se ilustran a continuación en los ejemplos (8-11):
(8) / desde el hablante/
a. yo no tenía la menor idea DE QUE yo iba a usar una vez en mi vida el amarillo (cb2fa.87).
b. No sé si llegaré ¿no? pero si llego estoy seguro Ø QUE me voy a acordar de todos ellos (ca1mb.87).
(9) / hacia el hablante/
a. siempre tenía miedo DE QUE alguien me viera, alguien me encontrara (ca1fd.87).
b. a mí eso me enferma, cada vez que yo oigo Ø QUE él lo dice, yo no le digo nada (ca1fc.87).
(10) / desde el otro/
a. me ... comentaron DE QUE: "¿tú no eres familia de fulanita de tal?" (ca1fd.87).
b. el ciudadano le contestó Ø QUE él no bebía licor (cd5mc.87).
(11) / hacia el otro/
a. nosotros después hemos comprobado DE QUE el niño sí realmente ha dicho la verdad (ca4ma.87).
b. yo tuve la oportunidad de leerme la vida de Mao, y tú te puedes dar cuenta Ø QUE son personas que se dejan influenciar y se dejan manejar (cb2mc.87).
2.4.3. Variables extralingüísticas
Para validar cuantitativamente12 la influencia de las variables extralingüísticas en el (de)queísmo, se tomó en cuenta la edad, el nivel socioeconómico y el sexo de los hablantes.
2.5. Procedimientos
Una vez codificados, los casos se analizaron cuantitativamente. El análisis contempló la descripción y resumen de los datos (frecuencias absolutas y relativas) y el cálculo de estimaciones de fiabilidad y significación de los mismos (correlaciones, pruebas estadísticas y análisis de regresión múltiple).13
El análisis multivariable se realizó con el programa multivariante GoldVarb_2001 (Lawrence, Robinson y Tagliamonte 2001),14 diseñado especialmente para el estudio de la variación lingüística.
2.6. Acerca de la metodología
En la presente investigación, el análisis cuantitativo trasciende el objetivo primario de buscar unas correlaciones entre un uso marcado y unas variables independientes con las cuales se define un determinado fenómeno. El objetivo del análisis no es establecer las variables que influyen en una de las formas del (de)queísmo. Asumir que existen unas diferencias comunicativas entre ambos usos, presencia o ausencia de de ante que, exige utilizar los métodos y las herramientas de análisis con el fin de dar con esas diferencias comunicativas. En este sentido, el análisis cuantitativo se aplica sobre la variante ausencia de de, aunque sea la variante no marcada según lo indica su frecuencia de uso. Si de ante que conjuntivo funciona como un deíctico proposicional, que indica la fuente directa de la información que está en la proposición, entonces la evidencia señalada por de ante que conjuntivo debe buscarse en los casos de ausencia. En esa proposición en la que no hay marca deben estar los elementos que marca su presencia, ya que partimos del supuesto de que el hablante, en estos casos, ha comunicado, directamente, el origen de la información y por eso no tiene necesidad de hacer uso de la marca.
3. ANÁLISIS Y RESULTADOS
3.1. Frecuencias
El total de casos codificados fue 327, de los cuales 101 están construidos con preposición (31%) y 226 sin ellas (69%), como se observa en el cuadro 2:
Las frecuencias absolutas y relativas de cada una de las variables independientes se analizan a continuación. Los resultados que aparecen en el cuadro 3 corresponden a la distribución de los datos según la primera variable independiente:
En el cuadro 3 puede observarse que el verbo es el contexto que más contribuye a la ausencia de de (77%), mientras que las estructuras atributivas son las que menos contribuyen (60%). El resultado de la prueba de 2 permite rechazar la hipótesis nula, ya que su valor muestral (7,41) es superior al valor esperado (5,991); asimismo, el valor de p (0,024) es menor al límite establecido para los estudios lingüísticos (p < 0,050).
Al ser el verbo, como tal, las estructura que más contribuye a la ausencia de la preposición (ver ejemplo (3b)), es posible concluir que los resultados del análisis del contexto verbal no apoyan la hipótesis de Leonetti (1999), quien sugiere que la omisión de la preposición se debe al reanálisis de la secuencia de V + SN o Adj. como verbo complejo transitivo. Los resultados contradicen también la creencia de que el mayor número de casos se producen en las estructuras complejas (Gómez Torrego 1999). Así, la posibilidad de explicar el uso variable de de ante que parece seguir estando en el terreno de la necesidad comunicativa del hablante.
El análisis de la segunda variable independiente, tiempo verbal de la cláusula regente (pasado y no pasado), proporciona los resultados que aparecen el cuadro 4:
Los valores relativos observados indican que el tiempo verbal no pasado de la cláusula regente contribuye a la ausencia de la preposición (78%) más que el tiempo pasado (61%). La distribución de los datos según los dos significados temporales también resultó no aleatoria según la prueba de 2, lo que permite suponer que el tiempo verbal de la cláusula regente es una variable significativa para el fenómeno estudiado.
En el corpus, los casos de tiempo futuro son muy pocos; así que cuando se habla de tiempo no pasado, se hace referencia principalmente a formas verbales en presente. En el pasado una acción o evento se ubica en relación con su distancia temporal del presente, mientras que en el presente, la acción se localiza en relación con la ubicación espacial del hablante.Al hacer uso del tiempo no pasado (como en el ejemplo 7b) damos coordenadas no sólo temporales sino también deícticas. La ubicación espacial con respecto al hablante es la que permite fijar vínculos con la fuente de conocimiento. Así, el tiempo presente suele asociarse con la evidencia inmediata, porque codifica la falta de distancia temporal entre el tiempo referido y el tiempo expresado. El hecho de que en los análisis se haya seleccionado la variante tiempo no pasado como explicativa del fenómeno contribuye a sustentar la hipótesis de la presente investigación.
Las frecuencias absolutas y relativas correspondientes a la tercera variable independiente, fuente de la evidencia, se presentan en el cuadro 5:
En el cuadro se observa que la evidencia que proviene desde el hablante (86%) y la evidencia que va hacia el otro (79%) contribuyen a la ausencia de preposición; es decir, la mayor probabilidad de que se omita la preposición ante que ocurre cuando la fuente de conocimiento del hablante es la inferencia sobre razonamientos y/o resultados, o cuando la fuente es un conocimiento que proviene no sólo del hablante sino que además es compartido por otros. El valor obtenido al calcular el 2 permite interpretar que esta variable se relaciona con la variable dependiente (18,41 > 5,91).
Los resultados de los análisis parecen indicar una tendencia a omitir la preposición cuando la fuente de la evidencia proviene desde el hablante, como en el ejemplo (8b) inferencias sobre razonamientos o resultados o cuando la fuente de la evidencia es generalizada y presentada como un conocimiento compartido que le permite al hablante proyectar a los otros como testigos de la situación discutida y darle mayor autoridad a la fuente, como en el ejemplo (11b). Esto coincide con las opiniones de Curnow(2001 y 2002): i) las oposiciones más frecuentes relacionadas con el uso de marcadores de fuente de evidencia son dar testimonio de un evento pasado/dar testimonio de un evento presente y evidencia directa/evidencia indirecta; ii) la interpretación de la marca de fuente de evidencia cambia con la persona gramatical; iii) las marcas de fuente de evidencia se usan con muy baja frecuencia en expresiones con sujetos gramaticales de 1ª persona o correlatos del hablante.
Hasta aquí se han descrito los resultados de las variables lingüísticas independientes. Las frecuencias absolutas y relativas de las tres variables extralingüísticas se ofrecen en los cuadros 6, 7 y 8.
Los resultados del cuadro 6 muestran que no hay diferencias relevantes entre los grupos etarios considerados. La aplicación de la prueba de 2 indica que la edad del hablante no incide en la variación Ø~de ante que conjuntivo (p > 0,050).
El análisis de la segunda variable social, que correlaciona el nivel socioeconómico de los hablantes con el uso variable de Ø~de, proporciona los resultados que aparecen a continuación:
El cuadro 7 indica que la omisión de la preposición no muestra grandes diferencias entre los niveles socioeconómicos de los hablantes; no obstante, debe notarse que en el nivel bajo se registra el mayor porcentaje de ausencia de de (93%). El resultado de la prueba de 2 permite señalar que hay poca probabilidad de que esta variable se relacione significativamente con la variable dependiente (p > 0,050); sin embargo, no puede afirmarse que este resultado sea definitivo, ya que la precisión del cálculo se pierde una vez que en la tabla de contingencia se registra una frecuencia de uso menor a 5, como sucede con los dos (2) casos del nivel bajo.
La última variable social considerada en el análisis es el sexo de los 160 hablantes; las frecuencias absolutas y relativas se ofrecen en el cuadro 8:
Los resultados muestran que no hay casi diferencias en el uso variable de la preposición entre las mujeres y los hombres de los que proceden los datos analizados. Según la prueba de 2 no hay probabilidad (p > 0,050) de que el sexo incida en la variación estudiada, ya que el valor muestral (0,49) no supera el esperado (3,841).
3.2. Análisis multivariable
El análisis estadístico realizado con el programa GoldVarb_2001 (Lawrence et al. 2001) permitió inferir la probabilidad general de que se omita la preposición cuando actúan conjuntamente las variables independientes (lingüísticas y extralingüísticas), explicativas del fenómeno. Los resultados del análisis de regresión de los casos de ausencia de preposición ante que conjuntivo se muestran en el cuadro 9, en el que únicamente se colocan las variables seleccionadas por el programa; las variables y sus variantes aparecen ordenadas jerárquicamente, de mayor a menor, según los valores probabilísticos obtenidos:
Según los datos registrados, la ausencia de preposición tiene una alta probabilidad de realización, tal como lo indica el input (0,760) o probabilidad media de que ocurra el fenómeno (las probabilidades oscilan entre 0 y 1). Para interpretar los resultados del cuadro, es necesario tener presente que los pesos probabilísticas que están por encima de 0,5 contribuyen significativamente a la ausencia de preposición y los que están por debajo no lo hacen. La probabilidad más alta de omitir la preposición se da, principalmente, cuando la fuente de la evidencia consiste en valoraciones realizadas desde el interior mismo del hablante (0,611) o bien cuando el hablante comparte la fuente con otras personas (0,588). El contexto verbal es la segunda variable significativa, cuando es un verbo (0,658) y no otro tipo de estructura verbal. Como tercera variable significativa, el programa seleccionó el nivel socioeconómico bajo del hablante (0,835). Finalmente, existe la probabilidad de que el tiempo verbal de la cláusula regente, si es un tiempo no pasado, contribuya significativamente (0,570) a la ausencia de preposición ante que conjuntivo.
Al examinar los datos obtenidos, la mayoría de los resultados concuerda con los obtenidos en el análisis estadístico de distribución (porcentajes y 2); sin embargo, la variable nivel socioeconómico (bajo) resultó significativa, a pesar de la imprecisión de las pruebas anteriores, seguramente motivada por el registro de frecuencias bajas en la tabla de contingencia.
4. COMENTARIOS FINALES
Las tendencias expresadas en los resultados permiten comprobar que la función deíctica de la preposición de ante que conjuntivo es señalar el tipo de evidencia que el hablante tiene acerca de la proposición expresada en la subordinada. Específicamente, el hablante tiende a hacer uso de la preposición para proyectarse a sí mismo como centro epistémico de la información, para indicar que tiene evidencia directa e inmediata de lo expresado. En este caso, es importante destacar que el uso de de funciona como un deíctico proposicional con base pragmática que trasciende la marca semántica de fuente de información, porque lo que comunica respecto a la fuente de la evidencia permite interpretar la postura epistemológica del hablante hacia la información. Esta postura epistemológica es simplemente un constructo mental, porque no proviene de evidencia tangible, sino que tiene origen en los razonamientos y deducciones del hablante, bien sea sobre sus creencias o sobre las creencias compartidas y legitimadas social y colectivamente.
Se puede concluir que los resultados de esta investigación permiten señalar como cierta la hipótesis propuesta. En el español hablado de Caracas, el uso de la preposición de, ante subordinadas sustantivas con verbo en forma personal encabezadas por que, funciona como una marca de deixis proposicional. La tendencia a que la variación en el uso de de ocurra en estas estructuras de subordinación, y no en otras, puede explicarse porque las subordinadas, en relación con los nombres concretos, designan entidades abstractas y desde el instante en que carecen de ubicación espacio-temporal, resulta imposible designarlas deícticamente, de modo que se vuelven objetos puramente intencionales. Suele hablarse, entonces, de proposiciones. De estas entidades, que son de tercer orden, sólo puede decirse que son verdaderas o falsas (Delbecque y Lamiroy 1999: 1968). De allí podría explicarse que el hablante tome un elemento vacío de contenido (la preposición de) y lo use comunicativamente para ubicar la subordinada deícticamente respecto a él mismo y, cuando sea necesario, para definir más claramente la verdad o falsedad de esa proposición.
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NOTAS:
1. En la mayoría de las investigaciones se separa el queísmo del dequeísmo. El término (de)queísmo se comienza a usar a partir de García (1986), quien considera correcta la búsqueda de Rabanales (1974) de una explicación unitaria para ambos fenómenos.
2. Se consideran contexto verbal tanto las formas simples y compuestas de los verbos como las locuciones verbales o estructuras próximas a las locuciones (decir, haber dicho, tener idea, estar seguro). Para una explicación más amplia acerca del contexto verbal, ver la sección dedicada a la Metodología.
3. Corpus Sociolingüístico de Caracas (1987). La codificación entre paréntesis, que aparece a la derecha de cada ejemplo, identifica a qué hablante pertenece el ejemplo: ciudad, edad, nivel socioeconómico, sexo, nombre del hablante.
4. En adelante, deixis proposicional.
5. Entre los autores que buscan esta explicación se encuentran Bentivoglio y DIntrono (1977), García (1986), Mollica (1991), Galué (1998), De Mello (1995), Schwenter (1999) y Martínez Sequeira (2000). Para los autores la ausencia de la preposición supone, respectivamente, seguridad y mayor compromiso con respecto a la verdad de la subordinada, cercanía del hablante, compromiso con lo expresado, certeza de lo dicho, evidencia de testimonio directo, dependencia semántica de la oración, mientras que la presencia de la preposición es signo de lo contrario.
6. Mi traducción (en adelanteMT) de markers that indicate something about the source of the information in the proposition (Bybee 1985: 184).
7. MT de An evidential grounds an action or event with respect to the speaker, just as a demostrative grounds an object with respect to the speaker. In other words, the relation between a proposition and an evidential is analogous to the relation between a noun (phrase) and a demonstrative (de Hann en prensa).
8. Es un tipo de evidencia directa que no proviene de los sentidos e incluye toda situación experimentada y descrita que procede de la imaginación, los deseos (imaginar, querer) o las operaciones de apertura o creación de mundo (pintar, componer, fotografiar) del hablante.
9. Un análisis cualitativo de estos casos será presentado en otro artículo que se encuentra en preparación.
10. Ruiz (1998:41) llama unidades sintagmáticas verbales a los compuestos verbales formados por un verbo y un complemento, que puede ser un sintagma prepositivo o un sintagma nominal, que es rellenado por un sustantivo y señala que pueden funcionar como núcleo verbal.
11. En los trabajos anteriores, variables similares a ésta han codificado la persona gramatical o referente del sujeto, y la han relacionado con información directa o indirecta, obviando el tipo de evidencia que se comunica con el verbo. Estas investigaciones parecen desconocer que la mayoría de los esquemas que describen la evidencialidad están elaborados con datos de lenguas en las que las unidades de su sistema evidencial son afijos que marcan, de manera específica, determinadas nociones. En esta investigación evitamos identificar la noción de tipo de evidencia con persona gramatical o sujeto de la oración y por eso proponemos una variable que permite codificar la información referente al hablante como centro deíctico.
12. Los resultados de los estudios anteriores sobre el (de)queísmo en el habla de Caracas han señalado una correlación entre el fenómeno y las variables sociolingüísticas, pero no en todos se sometieron los datos a un análisis multivariable. Galué (1998) utilizó esta herramienta, pero la muestra de su investigación no incluía los hablantes de todos los niveles socioeconómicos del CSC87. Además, dichas investigaciones se limitaban exclusivamente a las estructuras queístas.
13. Aunque es cierto que nuestra hipótesis parte de una posible diferencia en el nivel informativo de ambas estructuras, la condición de lo mismo, que priva sobre los análisis de regresión multiples, se cumple en la medida en que se restringe el concepto de significado. Para Silva-Corvalán (2001) hay un significado invariable (referencial) y un significado variable (semántico-discursivo o pragmático). Si las variantes tienen significado invariable pueden analizarse con los mismos métodos de la variación fonológica. Ahora bien, si además de significado invariable, las variantes tienen significado variable, entonces el procedimiento de análisis debe ser más cuidadoso. Lavandera (1989:46) no habla de obviar el análisis probabilístico, sólo insiste en que es necesario interpretar los datos cuantitativos y darles una explicación formal y sustancial y propone relajar la noción de lo mismo y reemplazarla por una condición de comparabilidad funcional. López Morales (2004) comparte la propuesta deWeiner y Labov (1983) de restringir lo que se entiende por significado a la vinculación de una forma con un estado dado de hechos, si lo que se busca es demostrar que dichas formas están motivadas por factores estilísticos y/o sociales. Caravedo (2003) también está de acuerdo con restringir la condición de lo mismo con el fin de abordar de forma exhaustiva el proceso de variación, entendiendo el cambio como una de sus posibilidades, quizá como la meta misma del proceso, ya que no es la equivalencia el principio determinante de la variación misma (544). Desde esta perspectiva, fuera de todo contexto discursivo, las realizaciones de Ø~de ante que conjuntivo no alteran la equivalencia referencial de ambas formas (Silva-Corvalán 2001).
14. GoldVarb_2001 es una aplicación para análisis multivariante, basado en el programa GoldVarb 2.0 (Rand y Sankoff 1990) para equipos Macintosh. GoldVarb_2001 fue desarrollado en la University of York y responde a la necesidad de muchos de tener el mismo programa para Windows. La bibliografía sobre análisis de regla variable es extensa, (ver Moreno Fernández 1994; Bayley 2004; Hernández Campoy y Almeida 2005).
Alternancia de que~Ø que por contexto verbal en el CSC'87