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Boletin de Linguistica
versión impresa ISSN 0798-9709
Boletin de lingüistica vol.22 no.34 Caracas dic. 2010
LA hipótesis de LA infLexión supeRficiAL Ausente: nuevA evidenciA de LA moRfoLogíA de Los cLíticos en LA Adquisición deL espAñoL como segundA LenguA
Maurizio Santoro City University of New York U.S.A. MASantoro@qcc.cuny.edu
Traducción del inglés: Greisy Fernández y Martha Shiro
RESUMEN
Este estudio re-examina el problema de larga data sobre si los errores morfológicos presentes a lo largo del proceso de adquisición de L2 son el resultado de un trastorno sintáctico subyacente o si se deben a las limitaciones de la actuación de los aprendices de L2. A la luz de los datos empíricos arrojados por dos grupos de hablantes angloparlantes que están aprendiendo el español como segunda lengua, en este artículo se argumenta a favor de la existencia de una causa computacional, y no representacional, de la variabilidad morfológica que caracteriza la gramática de la interlengua de los aprendices del español como L2. Las formas morfológicas fosilizadas indican una deficiencia para asociar, de manera adecuada, los rasgos morfológicos con la información sintáctica, en vez de indicar una falla del sistema funcional en desarrollo. Las propiedades de los clíticos y las de los casos se adquieren por medio de la Gramática Universal y del input en L2, pese a la ausencia de estos rasgos en la L1 de los aprendices, lo que reforzaría el criterio de continuidad en la adquisición de una segunda lengua.
PALABRAS CLAvES: clíticos en español, variabilidad morfológica, adquisición de L2
ABSTRACT
This study re-examines the long-lasting issue of whether the morphological errors noticeable throughout the entire L2 acquisition process are the result of an underlying syntactic impairment or are due to learners performance limitations. In light of empirical data drawn from two groups of Anglophone speakers learning Spanish as a second language, this article argues for a computational rather than a representational cause of the morphological variability that characterizes Spanish interlanguage grammar. Fossilized morphological forms indicate a deficiency in mapping the morphological features with the correct syntactic information, rather than an underdeveloped functional apparatus. Clitic properties and case features are acquired with the help of UG and L2 input, despite their absence in learners L1 grammar, supporting some form of Continuity in SLA.
KEY wORDS: Spanish clitics, morphological variability, L2 acquisition
Recibido: 01 de noviembre de 2009 Aceptado: 05 septiembre de 2010 94
INTRODUCCIÓN*
La variabilidad morfológica es un fenómeno bien conocido en la adquisición de una segunda lengua (ASL). Las numerosas investigaciones en español (Francescina 2001, 2002) y McCarthy 2007, 2008), en francés (Hawkins y Franceschina 2004), en inglés (Lardière 1996, 1998 y white 2002, 2003), y en italiano (Santoro 2008) han comprobado que las características morfológicas de L2 son tan difíciles de aprender que ciertas formas fosilizadas aparecen incluso en las etapas avanzadas del aprendizaje. Sin embargo, los investigadores no han llegado a un acuerdo sobre cuál podría ser la posible causa de este fenómeno. Quienes proponen la Hipótesis de la Representación Deficiente Impaired Representation Hypothesis, IRH, por sus siglas en inglés (Clahsen 1988, Clahsen y Muysken 1996 y Bley-vroman 1989), se lo atribuyen a las diferencias fundamentales de aprendizaje de L1 y L2. La amplia variedad de opciones paramétricas disponibles en el aprendizaje de L1 no se puede recuperar en la edad adulta, razón por la cual los aprendices necesitan recurrir a los factores cognitivos, en vez de depender exclusivamente de los mecanismos de aprendizaje lingüísticos para adquirir las estructuras y las formas de L2. En otras palabras, los aprendices usan mecanismos generales de solución de problemas, que incluyen análisis, analogía, formular hipótesis y probarlas, al igual que los conocimientos en su lengua materna. La competencia lingüística medular se deriva de la habilidad de establecer analogías entre L1 y L2. Los aspectos que no están presentes en la L1 de los aprendices pueden presentar dificultades en la adquisiciónd de L2, debido a la carencia de similitudes entre la lengua materna y la lengua meta. Por tal motivo, los errores morfológicos hallados en las gramáticas de interlengua son el resultado de una falla sintáctica subyacente debido a que los aprendices de L2 no pueden acceder a su conocimiento lingüístico universal (es decir, Gramática Universal, en lo sucesivo UG). Hawkins y Chan (1997) proponen una versión más moderada de la propuesta anterior. Para estos autores, la falla sintáctica no incluye la totalidad del sistema gramatical, sino únicamente las propiedades de L2 que difieren de aquellas que están presentes en la gramática de la lengua materna de quienes aprenden una lengua extranjera. (Hipótesis de los Rasgos Funcionales Fallidos, Failed Functional Features Hyothesis, en adelante,
* Este proyecto de investigación fue financiado por la Fundación CUNY, con número de referencia 61043-00 39.
ADQUICISIÓN DE LOS CLÍTICOS EN L2 95 FFFH, sigla en inglés).
Por lo tanto, el desarrollo exitoso y el manejo similar a los nativos no se pueden lograr en las áreas en las que las dos lenguas difieren en la realización de categorías y rasgos. La variabilidad morfológica puede deberse entonces a las diferencias estructurales entre las dos gramáticas.
En cambio, algunos investigadores (Epstein et al. 1996, entre otros) sostienen que los principios y categorías de que disponen los niños que aprenden la lengua materna también están disponibles para los adultos que aprenden una segunda lengua. (La Hipótesis de Acceso Pleno Full Access Hypothesis, en adelante, FAH, siglas en inglés). La representación gramatical subyacente no está completamente deteriorada ni se limita a las propiedades de L1. Por tanto, las formas morfológicas fosilizadas pueden reflejar una dificultad temporal dado el desarrollo gradual de la estructura funcional en las gramáticas de L2 (Hipótesis de Diagrama Arbóreo Mínimo, Minimal Tree Hypothesis, en adelante: MTH; (vainikka y Young- Scholten 1994, 1996), o podrían ser un simple problema de acceso lexical (Hipótesis de la Inflexión Superficial Ausente, Missing Surface Inflection Hypothesis, en adelante: MSIH, siglas en inglés). Según algunos autores (Lardière 1996, 1998; Prévost y white 2000, entre otros), la variabilidad morfológica es un asunto de actuación, y no un problema de representación creado por la incapacidad de los aprendices de acceder a ciertas formas morfológicas desde el léxico y, en consecuencia, la incapacidad de encontrar un equivalente adecuado en la otra lengua a partir de la información sintáctica disponible.
En resumen, las dificultades para el aprendizaje de los rasgos morfológicos de L2 pueden atribuirse a una falla total o parcial del sistema gramatical. En el caso de considerar la falla parcial como la más válida, los problemas morfológicos se atribuyen al uso incorrecto del conocimiento subyacente.
En este orden de ideas, el presente estudio intenta arrojar algunas luces sobre las razones por las cuales los aprendices de L2 enfrentan tantos problemas con los rasgos morfológicos de la lengua meta. Se analizará el uso de los pronombres de objeto directo e indirecto en el español hablado por hablantes nativos del inglés. El estudio de estos pronombres en particular se justifica por el hecho de que son morfológicamente diferenciados y, por lo tanto, pueden servir de evidencia experimental y confiable para reflejar el desarrollo morfológico en L2. Además, el estudio de dos lenguas cuyos sistemas pronominales son bastante distintos debería ayudarnos a determinar si el aprendizaje de los rasgos morfológicos de L2 efectivamente se limita a aquellos que se comparten con la lengua nativa de los aprendices de L2, o si pueden adquirirse independientemente de su ausencia/presencia en la gramática de L1.
1. SISTEMAS PRONOMINALES DEL ESPAñOL Y DEL INGLéS
El sistema pronominal del español tiene dos tipos morfológicamente diferentes de pronombres en función de objeto (conocidos como clíticos o clíticos pronominales). Se diferencian según el caso (acusativo y dativo), aun cuando tienen una forma léxica similar para la primera y segunda persona singular y plural. Los pronombres en caso morfológico acusativo son me, te, lo, la, nos, os, los y las, mientras que los clíticos dativos equivalentes son: me, te, le, nos, os, y les. Sintácticamente, ambos grupos de pronombres se comportan de modo similar a los clíticos de las lenguas románicas en general. Por ejemplo, los clíticos aparecen únicamente en posiciones específicas en la estructura sintáctica: antes del verbo en las cláusulas con tiempo lingüístico simple (ver ejemplo (1)), o después del verbo en construcciones imperativas o no finitas (ver (2) y (3), respectivamente):
(1) José la llama todos los días.
(2) ¡Llámala! Está muy triste hoy.
(3) Llamarla sería un error.
Asimismo, los clíticos pronominales son limitados en su uso ya que no pueden ser coordinados o acentuados para diferenciarlos, tal como se muestra en (4) y (5), respectivamente:
(4) *José lo y la llama todos los días.
(5) - ¿A quién llama José todos los días? ¿A su novia o a su hermano? - * José la llama cada día.
Uriagereka (1995), Cardinaletti y Starke (1999) y Kayne (1994), sostienen que el uso limitado de los clíticos del español, como en la mayoría de lenguas románicas, se debe a que tienen una estructura interna emprobrecida. Según estos autores, los clíticos sólo son núcleos de la categoría D (determinante) y proyectan un Sintagma Determinante (DP) que carece de cualquier proyección nominal, como se ilustra más abajo:
Figura 1. Los clíticos (adaptado de Leonini 2006)
A pesar de su deficiencia estructural, los clíticos muestran rasgos fuertes que marcan el caso y que deben verificarse en el nivel sintáctico antes de Deletree (Spell Out, cf. Chomsky 1995). La verificación no se puede hacer internamente por falta de una estructura; por lo tanto, debe moverse a la proyección de concordancia donde usualmente ocurre esa operación, es decir, en el Sintagma de Concordancia de Objeto Directo (AGROP, siglas en inglés) para el caso acusativo y Sintagma de Concordancia de Objeto Indirecto (AGROIP, siglas en inglés) para el caso dativo. Estas proyecciones, de hecho, tienen una doble función: verificar los rasgos de concordancia del verbo que se mueve a la posición de núcleo, y los rasgos Phi de los Sintagmas Determinantes, incluyendo los clíticos, los cuales se mueven a la posición de especificador.
Para Sportiche (1996), los clíticos no experimentan ningún movimiento; más bien aparecen encabezando sus propias proyecciones funcionales, llamadas voces (Voices). Sus rasgos morfológicos, incluyendo el caso, se verifican con el movimiento de un elemento pronominal nulo relacionado (pro), el cual tiene los mismos rasgos Phi. Este elemento nulo, generado en la base en la posición de argumento del verbo, se mueve al especificador Sintagma de Concordancia de Objeto Directo (Spec-AGROP), donde se verifican sus rasgos de caso. Luego, continúa a la posición de especificador de la voz (voice) del clítico correspondiente, permitiendo la verificación del clítico en una configuración de concordancia núcleo especificador, tal como se sostiene en el Criterio del Clítico (Sportiche 1996: 236) que se ilustra a continuación:
Criterio Clítico
i. Un clítico debe estar en una relación núcleo especificador con [+F] XP en Forma Lógica (LF); ii. Un [+F] XP debe estar en una relación núcleo especificador con un clítico en LF.1 (Sportiche 1996: 236)
Este enfoque se esquematiza en (6) donde la categoría funcional del clítico acusativo se encuentra más arriba que su proyección de concordancia relacionada (se omiten las proyecciones irrelevantes).
(6) José la llama todos los días.
Figura 2. El esquema del Criterio del Clítico
1. Traducción del inglés de Clitic Criterion:
i. A clitic must be in a Spec-head relationship with [+F] XP at LF;
ii. A [+F] XP must be in a Spec-head relationship with a clitic at LF (Sportiche 1996: 236).
En la Figura 2, se observa la relación núcleo-especificador expresada por la concordancia de caso, número, género y persona (al menos en muchas lenguas románicas).
Sportiche (1996) también señala que únicamente aquellos pronombres que son [+específicos], inherentemente referenciales, y que presentan caso estructural (es decir, nominativo, acusativo o genitivo), atraviesan el proceso descrito arriba. Sintácticamente, estos clíticos se comportan como complementadores [+wh] que permiten los sintagmas wh- para los cuales cada propiedad gramatical es satisfactoria en una concordancia núcleoespecificador (Rizzi 2000: 214), tal como se señala en el Criterio wh- a continuación:
Criterio Whi. Un operador wh debe estar en una configuración núcleo especificador con X+wh ii. Un X+wh debe estar en una configuración núcleo especificador con un operador wh.2 Si la analogía es correcta, el especificador de la voz (Spec-Accv) debería funcionar también como un operador que permita el rasgo [+específico] del clítico. Se supone que los operadores en la Forma Lógica adoptan una posición A-bar (No-Argumento, como efectivamente ocurre con los sintagmas wh-). Se podría asumir, entonces, que el Spec-Accv debe estar en una posición de similar naturaleza.
Los clíticos dativos también encabezan su propia voz (DatV). Esta categoría funcional, no obstante, se comporta más como una proyección de concordancia, donde se asigna el caso dativo, sin considerarlo como una auténtica voz clítica. Existen varias razones que justifican la opinión que sostiene que estos clíticos no están vinculados a la especificidad. En muchos dialectos del español, por ejemplo, los clíticos dativos pueden ser usados como cualquier tipo de objeto, independientemente de sus rasgos de animación o especificidad (ver 7 y 8):
(7) Le hablé al profesor. [+espec + anim +/- def] (8) No le hablé a nadie [-espec +anim def] 2. Traducción de Wh- Criterion: i. A Wh operator must be in Spec-head configuration with X+wh ii. An X+wh must be in a Spec-head configuration with a Wh operator (Rizzi 2000: 214).
El uso de construcciones de doble clítico con pronombres acusativos, por otro lado, es más limitado. En el español porteño, hablado en Buenos Aires, los clíticos acusativos únicamente se duplican con argumentos que tienen marca de especificidad y animación (ver 9 y 10, ejemplos tomados de Suñer 1992).
(9) La buscaban (a) una mujer que vendía cobras. [+espec + anim - def] (10) *La buscaban (a) una mujer que vendiera cobras. [-espec + anim - def] El ejemplo (9) es gramatical ya que el pronombre la se refiere a una persona específica de sexo femenino. Por otro lado, en (10) se excluye ya que el referente del pronombre es alguien que no está especificado o definido. Para resumir, la evidencia empírica muestra que los clíticos dativos en realidad no están vinculados a la especificidad. Debido a que, como ya se mencionó previamente, este rasgo sólo se permite en posición A-Bar (No-Argumento), una voz del clítico dativo sólo debe funcionar como una proyección de concordancia libre de las consecuencias interpretativas y asignando caso dativo en los especificadores en posición argumental (Sportiche 1996: 265).
La gramática inglesa, por el contrario, no tiene pronombres que funcionen como determinantes. De acuerdo con la tipología de Cardinaletti y Starke (1999), los pronombres en función de objeto en inglés podrían proyectar una estructura nominal completa (fuerte), o podrían carecer de la capa funcional más alta (débil). Por lo tanto, en contraste con su contraparte en español, ambos grupos de pronombres pueden ser coordinados (por ejemplo, John saw him and Mary) o pueden acentuarse contrastivamente (por ejemplo, John saw HIM not Mary). Además, no se diferencian en caso ya que el sistema de caso dativo desapareció de la gramática inglesa hace muchos siglos (Lightfoot 1991 citado en Montrul 1996, 1998).
2. PREDICCIONES
En vista de estas diferencias morfosintácticas, ¿qué predicciones se pueden hacer con respecto a la adquisición del caso morfológico de los clíticos en la gramática de español como L2? y, más importante aún, ¿qué se puede predecir con respecto a las causas de la variabilidad morfológica esperada?
La evidencia empírica debería ayudarnos a resolver este interesante dilema de adquisición. Si, por una parte, los errores morfológicos son impredecibles y aleatorios, y afectan cualquier tipo de clítico, esta inconsistencia se hace evidente a lo largo de todo el proceso de adquisición, y podría afirmarse que la estructura sintáctica responsable de los pronombres en función de objeto directo e indirecto en español (es decir, voces, AGROP, AGROIP) no están disponibles para los hablantes de inglés. Por lo tanto, según los postulados de la IRH (Hipótesis de Representación Deficiente), las formas morfológicas no gramaticales de los aprendices del español podrían ser el resultado de una deficiencia de la estructura sintáctica, debido a la falta de clíticos en la gramática inglesa subyacente y a la incapacidad de los aprendices de acceder a su conocimiento lingüístico universal.
Si, por otro lado, la variabilidad morfológica tiende a disminuir gradualmente con el tiempo, y los hablantes del español como L2 usan los clíticos cada vez más como los usan los nativos, se podría asumir que el aparato funcional de estos pronombres es accesible para los hablantes de inglés, aun cuando no esté especificado en toda su complejidad. Los rasgos y las categorías funcionales de los clíticos se vuelven progresivamente disponibles mientras la exposición al input en L2 aumenta y mientras el nivel de competencia de los que aprenden la segunda lengua mejora. Este escenario apoyaría algún tipo de continuidad en el aprendizaje de una L2 en adultos, puesto que los aprendices adolescentes todavía tienen acceso a las opciones paramétricas de su niñez, y, por tanto, se confirmaría la FAH (Hipótesis de Acceso Pleno). Sin embargo, como se mencionó en la introducción de este estudio, la disponibilidad de la Gramática Universal no excluye totalmente la presencia de formas morfológicas fosilizadas y opcionales, ni siquiera en las etapas finales de las gramáticas de L2. Los signos de las dificultades que enfrenta el alumno para dominar adecuadamente los rasgos de caso de los clíticos en español todavía podrían encontrarse en las etapas avanzadas del aprendizaje. No obstante, es posible que esto no refleje una falla del sistema gramatical de quienes aprenden L2, sino un problema para encontrar equivalentes adecuados entre la realización superficial de la morfología y las características sintácticas abstractas (lo que confirmaría la Hipótesis de la Inflexión Superficial Ausente, MSIH). Un tercer escenario podría ser que, en las primeras etapas del aprendizaje, la mayoría de los errores morfológicos se produce en el uso de los clíticos dativos en español. Los pronombres acusativos, en cambio, se usan en mayor grado como los nativos. Adicionalmente, la dificultad inicial con los pronombres dativos tiende a disminuir visiblemente a medida que los aprendices se vuelven más competentes en su lengua meta. Las formas morfológicas dativas erróneas ocurren con menor frecuencia, quizás equiparándose a sus contrapartes acusativas. Este patrón de aprendizaje podría implicar que las causas de la inconsistencia inicial podrían atribuirse claramente a los efectos de L1. Dado que la gramática inglesa no posee un sistema de caso dativo, los aprendices angloparlantes del español se encuentran con muchas dificultades para aprender este tipo de caso morfológico. De acuerdo con la Hipótesis de los Rasgos Funcionales Fallidos (FFFH), se podría afirmar que el aprendizaje del caso morfológico de los clíticos en español como L2 se restringe sólo a los rasgos de L1, y se puede anticipar que el manejo nativo de los clíticos dativos no podrá ser alcanzado.
No obstante, en vista de la mejoría notada en los niveles de competencia más altos, se podría afirmar que la transferencia de L1 a L2 es sólo un fenómeno temporal y los aprendices serán capaces de adquirir todas las distinciones de los casos de los pronombres en español, asumiendo que ellos todavía tienen acceso al amplio rango de opciones paramétricas de su niñez. Quienes proponen la Hipótesis de la Transferencia Plena/Acceso Pleno (FT/FAH, por sus siglas en inglés), de hecho, sostienen que, inicialmente, los aprendices de L2 pueden interpretar las estructuras sintácticas y formas morfológicas a través de las categorías de L1 aparentemente similares. En otras palabras, Las formas erradas eventualmente serán reestructuradas con la ayuda de la Gramática Universal y el input en L2, y cada vez más se irán asemejando a las de la lengua meta.
En resumen, la evidencia empírica que se obtendrá en la presente investigación debería ayudarnos a determinar si los errores morfológicos son el resultado de un problema sintáctico temporal o permanente, o si sólo 3. Traducción de: all the principle and parameter values as instantiated in the L1 grammar immediately carry over as the initial state of a new grammatical system on first exposure to input from the target language (Schwartz y Sprouse 1996:41). todos los principios y valores paramétricos tal como se ejemplifican en la gramática de L1 inmediatamente se conservan como el estado inicial de un nuevo sistema gramatical durante la primera exposición al input desde la lengua meta (Schwartz y Sprouse 1996: 41).3 se deben a las limitaciones de la actuación de quienes aprenden la L2. También nos permitirá entender mejor los problemas generales tales como la disponibilidad de la Gramática Universal en la adolescencia y el papel de la gramática de L1 en el aprendizaje de una segunda lengua en edad adulta.
3. EL ANALISIS EXPERIMENTAL
3.1. Muestra
En el estudio participaron cuarenta y dos sujetos, con edades comprendidas entre 18 y 30 años. Treinta y dos eran adultos, hablantes nativos de inglés que estudiaban español en varios centros de educación superior de Nueva York. Estos sujetos fueron divididos en dos grupos según su nivel de competencia que se determinó según el número de clases de español a las que habían asistido. Los niveles de instrucción se dividieron en dos: intermedio y avanzado.
El grupo intermedio constaba de diecisiete sujetos que habían completado el primer año de instrucción en su lengua meta. Para finales del primer año de instrucción, a los aprendices se les había expuesto, instruido y evaluado formalmente sobre el uso de los clíticos en español. El grupo avanzado estaba formado por quince sujetos que habían completado al menos dos años de instrucción. La mayoría de ellos se estaba especializando en el español como L2. Su evaluación incluía el dominio de tareas más complejas como, por ejemplo, resumir o discutir artículos de periódicos o extractos de textos literarios. Estas actividades requieren un amplio uso de pronombres objetivos.
Además de los cuarenta y dos sujetos estudiados, doce hablantes monolingües de español sirvieron como grupo control. Todos ellos nacieron en países cuya lengua materna es el español y estaban estudiando para obtener un grado universitario en los Estados Unidos. Los rangos de edad del grupo control iban de dieciocho a treinta años, con niveles de educación y edades similares a los de los grupos estudiados.
3.2. Material
Para evaluar el uso de los clíticos, los sujetos completaron el test Preference Task (en adelante PT). Una versión similar de ese test se había usado exitosamente en otros estudios sobre el aprendizaje de clíticos en lenguas románicas L2 (Hagen 1990 en francés; Montrul 1996 en español). Los participantes leyeron cuarenta y cuatro pares de oraciones donde la misma frase nominal (FN) aparecía en ambas oraciones. Una vez que las habían comprendido, los sujetos tenían que reemplazar el segundo uso de la FN con un pronombre objeto apropiado. Se les dieron diferentes opciones, incluyendo una opción en la que indicaban que no sabían la respuesta. Abajo se muestra un ejemplo:
(11) La ciudad de Nueva York es muy interesante. visitamos la ciudad de Nueva York dos veces al año.
a. lo b. la c. le d. las e. no sé.
Los ítemes consistieron en pares de oraciones que requerían el uso apropiado de clíticos dativos o acusativos. La investigación evaluó tres variables: transferencia de L1, adquisición del caso dativo y del caso acusativo. Cada variable fue evaluada en dos estructuras sintácticas diferentes, a saber i. cláusulas finitas simples (cl-vfin); y ii. cláusulas finitas con un verbo modal (cl-MOD- vinf). A continuación se muestran unos ejemplos:
Cuadro 1. Muestras de los ítemes que evalúan la transferencia de L1
Cuadro 2. Muestras de los ítems que evalúan el caso acusativo
Cuadro 3. Muestras de los ítems que evalúan el caso dativo
En el primer grupo se muestran catorce pares de oraciones con verbos que, a diferencia de sus equivalentes en inglés, requieren un objeto indirecto. Con el segundo grupo de ítemes se investigó el uso de los clíticos acusativos. También se presentaron catorce pares de oraciones en las cuales todos los verbos requerían de los objetos directos seleccionados.
Por último, con el tercer grupo de ítemes, se analizó el uso de los clíticos dativos. Los catorce pares de oraciones presentaban verbos que requieren objeto indirecto.
Para evitar que los ítemes se malinterpretaran, se seleccionaron cuidadosamente los elementos léxicos y semánticos de todas las oraciones en el test. Asimismo, los ítemes se organizaron sistemáticamente en orden aleatorio para evitar que la fatiga u otros factores pudieran entorpecer la validez científica de los datos.
3.3. Procedimiento
El investigador supervisó personalmente la ejecución del test PT. Antes de presentar la prueba, se entrenó a los participantes para que se familiarizaran con la modalidad del test en una sesión de práctica. Además, se les distribuyó una lista de palabras en español que, se presumía, no conocían. Dichas palabras fueron traducidas al inglés. Los participantes completaron la tarea en aproximadamente treinta y cinco a cuarenta minutos. El grupo control tomó el test por separado. Se siguió el mismo procedimiento de inducción que con los sujetos en el grupo experimental. El grupo control completó la tarea en un tiempo mucho menor que el experimental.
4. ANALISIS DE LOS DATOS
Como se mencionó en la introducción, el objetivo principal de este estudio es determinar si las formas morfológicas fosilizadas encontradas en cualquier nivel de competencia son el producto de una falla sintáctica subyacente, o si se deben a las limitaciones de ejecución propia de los aprendices. Con el propósito de entender mejor este interesante fenómeno de aprendizaje y las ramificaciones teóricas que acarrea, también se investigaron otros temas relacionados, a saber:
-
si la variabilidad morfológica es aleatoria e impredecible o si sigue
un patrón más consistente; -
si la frecuencia disminuye con el tiempo y desaparece totalmente
en los niveles de alta competencia; -
si la variabilidad afecta por igual a los clíticos dativos y acusativos, o
si es más notable en el uso de un tipo de pronombres que en el otro; -
si los errores morfológicos muestran elementos que pueden
encontrarse en el sistema pronominal nativo de los aprendices.
Estas interrogantes fueron analizadas por medio de la medición de las tasas de aciertos de respuestas de los dos grupos estudiados al sustituir correctamente el segundo uso de la FN con el pronombre objeto adecuado. Además, sus respuestas fueron comparadas con las del grupo control de hablantes nativos del español para determinar el progreso de los aprendices y su aproximación al dominio casi nativo del español como L2.
Antes de comenzar con el análisis de los resultados, es preciso explicar brevemente algunos aspectos del diseño experimental referentes al análisis estadístico de los datos. Las respuestas del test fueron codificadas como correctas o incorrectas, basándonos en si los sujetos habían escogido el pronombre adecuado o no. Los sujetos recibieron cero puntos por cada respuesta incorrecta y un punto por cada respuesta correcta. Luego, se sumaron todos los puntos obtenidos para determinar el puntaje final y calcular el grado de aciertos. Después se calcularon las tasas de aciertos de respuestas tanto para cada uno de los participantes como para la totalidad de los sujetos por cada item, de modo que se llevaron a cabo análisis paralelos: por una parte, basadas en los participantes (F1) y, por otra, en los ítemes (F2). La significación estadística (o su falta) en ambos análisis implica que los resultados obtenidos en este estudio se pueden extrapolar con mayor confianza a una muestra diferente de participantes y un grupo diferente de ítemes. Los resultados de estos análisis se presentan en los apartados que siguen, así como las comparaciones de los dos grupos estudiados (t1 y t2, respectivamente).
Analicemos ahora el punto (i) planteado arriba, a saber, si la variabilidad morfológica es un fenómeno inconsistente e impredecible o si sigue un patrón más uniforme que eventualmente podría producir su total desaparición. Desde el punto de vista del aprendizaje, esta información es muy relevante, pues podría ser un terreno de pruebas para la disponibilidad de la Gramática Universal en edad adulta. Recuérdese que quienes proponen la Hipótesis de la Representación Deficiente (IRH) excluyen la posibilidad de la aparición temprana de clíticos, menos aún con casos morfológicos correctos, debido a la inhabilidad de los aprendices de L2 para acceder a su conocimiento lingüístico universal y a la ausencia de clíticos en la gramática de su lengua nativa. También predicen la presencia en grandes cantidades de formas morfológicas erradas de los clíticos y de las estructuras. Este fenómeno extendido puede o no mejorar con el tiempo, pero no se espera que los aprendices de L2 logren dominar estos dos sistemas pronominales al mismo nivel que lo hacen los hablantes nativos.
Los enfoques que no niegan la accesibilidad a la Gramática Universal en las etapas de post-pubertad predicen un patrón más consistente y uniforme de errores morfológicos, y se espera que éstos disminuyan o incluso lleguen a desaparecer en las etapas más avanzadas del aprendizaje. Considerando este hecho, se evaluó la actuación general de los aprendices de L2 con el objetivo de determinar si la variabilidad morfológica mejora a medida que ellos se vuelven más competentes en español. El cuadro 4 muestra que el grupo intermedio no fue muy preciso al seleccionar el pronombre apropiado. De hecho, sólo el 53% de los clíticos en español se escogieron correctamente.
Cuadro 4. Porcentaje de tasa de aciertos de respuestas para todos los ítemes arrojados por los dos grupos de estudio y los hablantes nativos de español
Estos resultados indican que, al principio, los hablantes de inglés tienen gran dificultad para distinguir morfológicamente los pronombres en español. No obstante, su conocimiento mejora visiblemente con el transcurso del tiempo. Como podemos ver, la tasa de aciertos de los sujetos muestra un incremento de veinticinco puntos porcentuales, alcanzando un setenta y ocho por ciento en el grupo avanzado. Tal mejoría es estadísticamente significativa en ambos análisis estadísticos, los que se basan en los sujetos y los que se basan en los ítemes (F1 = 45.60, p < .001; F2 = 125.17, p < .001), y sugiere que la aparición de errores morfológicos no es aleatoria e impredecible, sino que disminuye gradualmente a medida que los niveles de habilidad de los aprendices aumenta.
Sin embargo, a pesar de la notable mejoría, el desempeño de los alumnos avanzados dista mucho de llegar al nivel del desempeño de un nativo. Las formas morfológicas fosilizadas todavía están claramente presentes, como se observa en los niveles de aciertos significativamente más bajos, comparados con los del grupo control (t1 = -5093, p < .001; t2 = 8.327, p < 001). Tales resultados indican que los dos años de exposición e instrucción formal en la lengua meta no son suficientes para tener control pleno sobre la diferenciación morfológica de los clíticos en español.
Con respecto al tema de si la variabilidad morfológica incluye igualmente clíticos dativos y acusativos, se comparó y se contrastó la actuación general de los sujetos con los dos grupos de pronombres, considerados por separado. El cuadro 5 resume los porcentajes de las tasas de aciertos arrojadas por los hablantes de inglés y los hablantes nativos de español con respecto al uso de clíticos dativos y acusativos.
Cuadro 5. Porcentaje de tasa de aciertos de respuestas en ítemes que evalúan casos dativo y acusativo arrojados por los dos grupos estudiados y los hablantes nativos de español
Como se puede observar, inicialmente, los porcentajes de aciertos de los ítemes que evaluaron el caso dativo y acusativo son notablemente diferentes. Los resultados del t-test indican que existe una asimetría (t1 = - 3.217; p < .05; t2 = -3.700; p < .05) en los errores relacionados con el caso dativo y acusativo. Los niveles de aciertos más altos se ubican en los contextos acusativos, mientras que en los contextos dativos, se encuetra un número mayor de errores, particularmente en el grupo intermedio. Por tanto, la discrepancia en el grado de aciertos que caracteriza el grupo de niveles más bajos tiende a disminuir e incluso a desaparecer a medida que los hablantes de inglés se hacen más competentes en la lengua meta. Como puede apreciarse, el grupo avanzado se comporta más o menos uniformemente con respecto a los dos tipos de ítemes. De hecho, el t-test correspondiente no presenta ningún efecto de Manipulación (t1 = .313, p = > .05; t2 =- 1.576, p > .05).
El grupo control arrojó resultados similares, con una leve diferencia de aciertos en los dos ítemes (99% vs. 97%) que resulta estadísticamente irrelevante (t1 = .735, p > 0.5; t2 = .336, p > .05).
En resumen, los datos indican que, inicialmente, los errores morfológicos ocurren más frecuentemente cuando los aprendices usan pronombres dativos que cuando usan clíticos acusativos, tal como lo revelan las tasas de aciertos, visiblemente diferentes (acusativo: 69%; dativo: 42%).
Sin embargo, un año adicional de aprendizaje del español tiene un impacto positivo en el desempeño de los aprendices con respecto a los clíticos dativos. La tasa de aciertos del uso de estos pronombres aumenta notablemente, elevándose en treinta y ocho puntos porcentuales. La diferencia (42% vs. 80%), es, en efecto, estadísticamente significativa (t1 -3.191, p <.05; t2 -7738, p < .001). La precisión morfológica lograda con los clíticos acusativos, por su parte, no sigue el mismo patrón. El tiempo de aprendizaje de L2 no parece tener ningún impacto visible en el desempeño de los aprendices. De hecho, la diferencia de aciertos entre el grupo intermedio (69%) y el avanzado (78%) alcanza una significación estadística sólo en el análisis basado en los ítemes (t1 = -1.116, p <.05; t2 -5.559, p < .001).
De cualquier modo, a pesar de la disminución sustancial de los errores morfológicos con los pronombres dativos, el aprendizaje de los casos morfológicos dativo-acusativo del español como L2, considerado por separado, aún dista de ser completo. Después de dos años de exposición/ instrucción en español, los errores morfológicos aún son visibles. La aplicación del t-test a las muestras agrupadas del grupo avanzado y los nativos revela diferencias significativas para ambos tipos de clíticos (dativo: t1 = -2.886, p <.05, t2 = -4.819, p < 001; acusativo: t1-2.471, p < .05; t2 = -3.584, p < 05).
Ahora trataremos el tema de si la gramática de L1 juega algún papel en el aprendizaje de la morfología de clíticos en español como L2 y en la aparición de errores morfológicos. Los resultados indican que el grupo intermedio tuvo dificultades para escoger el pronombre correcto en las oraciones que mostraban verbos que no presentan requisitos de selección similares a los del inglés. Según se aprecia en el cuadro 6, los sujetos respondieron a estos ítemes con una tasa de aciertos de sólo cuarenta y dos por ciento, lo que sugiere que, inicialmente, la gramática del inglés sí tiene un impacto negativo sobre el uso gramatical de los pronombres objetivos de español.
Cuadro 6. Porcentaje de tasa de aciertos de respuestas en ítemes que evalúan la transferencia de L1 arrojados por los dos grupos estudiados y el grupo de hablantes nativos de español
Llama la atención que este bajo porcentaje mejora sustancialmente en los resultados del grupo avanzado, aumentando treinta y ocho puntos porcentuales. El t-test ha arrojado que la diferencia de aciertos entre los dos grupos analizados es estadísticamente significativa (t1 = -3.518; p < .05; t2 = -8.071; p <001), lo que indica que los efectos de L1 son más visibles y notables en las primeras etapas de aprendizaje y tienden a desaparecer con el tiempo.
También es necesario destacar que la desaparición gradual de errores atribuibles a la interferencia de la gramática del inglés coincide con la mejoría progresiva en el uso gramatical de clíticos dativos. En efecto, en las etapas intermedia y avanzada del aprendizaje la actuación de los aprendices con los ítemes que evalúan la transferencia de L1 y los que evalúan el caso dativo es idéntica en términos de aciertos (intermedio 42% vs.42%; avanzado 80% vs.80%). Esta semejanza sugiere que, inicialmente, los hablantes del inglés parecen tener dificultades con la distinción de caso de pronombres en español, y suelen confiar más en las formas pronominales que les resultan familiares en tanto se asemejan a las de su lengua nativa. Pero, en el nivel de competencia avanzado, los hablantes de inglés han obtenido un mayor dominio de las características de los casos y casi en su totalidad han superado la dependencia de su sistema pronominal nativo.
Para resumir, según los resultados arrojados se puede distinguir el siguiente patrón con respecto a la frecuencia de formas morfológicas erradas en las gramáticas del español como segunda lengua:
-
Luego de 12 meses de input en L2 (final del primer año), la variabilidad morfológica es un fenómeno bastante frecuente y visible. Sin embargo, los errores morfológicos parecen estar más relacionados con los pronombres dativos que con sus contrapartes acusativas. Tales dificultades se vuelven incluso más visibles cuando los aprendices se enfrentan a verbos en español que son léxica y semánticamente similares a los de su lengua nativa, pero que requieren formas pronominales diferentes en L2.
-
Después de 24 meses, la presencia de formas morfológicas no gramaticales es más consistente y menos visible. De hecho, en esta etapa de aprendizaje, la cantidad de errores morfológicos al usar cualquier tipo de pronombre ha disminuido sustancialmente. Igualmente, las formas no gramaticales que se le atribuyen a los posibles efectos de la L1 también se vuelven mucho menos notables.
5. DISCUSIÓN
En resumen, los resultados confirman que: i. ii. iii.
-
la variabilidad morfológica es bastante persistente, aunque mejora con el tiempo.
-
en las primeras etapas del aprendizaje, parece ser un fenómeno impredecible que se estabiliza y se hace más uniforme a medida que los aprendices logran niveles de competencia más altos.
-
la gramática del inglés juega un papel crucial en la aparición de errores morfológicos, pero su impacto es más notable en las primeras etapas del aprendizaje.
A la luz de este escenario, ¿qué hipótesis se pueden hacer en cuanto a los errores morfológicos encontrados en las gramáticas de español como L2?
Anteriormente habíamos mencionado que el sistema pronominal en inglés carece de clíticos sintácticos lo que sugiere que la estructura funcional necesaria para la verificación y el uso del caso podría no ser parte de la gramática materna de los aprendices. Desde el punto de vista del aprendizaje de una L2, esta deficiencia supone un proceso de desarrollo lento y tardío, caracterizado por un gran número de dificultades, ya que las categorías y los rasgos clíticos deben ser aprendidos nuevamente desde el principio. Los datos, sin embargo, han arrojado un relativo uso acertado de los clíticos acusativos en español, después de cierto período breve de contacto y de instrucción en L2. En doce meses, efectivamente, los sujetos escogieron estos pronombres acertadamente, con una tasa de sesenta y nueve por ciento. Tales resultados positivos parecen indicar que el aparato funcional clítico puede estar disponible (aun cuando no sea específico) desde el comienzo. El aumento visible en el uso gramatical de los pronombres en el nivel avanzado, después de un año adicional de instrucción, confirma esta hipótesis.
La variabilidad morfológica notada en la gramática del español como L2 no parece estar determinada por la ausencia de clíticos en la gramática de inglés y ni tampoco por la inhabilidad de los aprendices en extraer la información morfológica necesaria de la Gramática Universal. Además, en los datos no se ha encontrado evidencia de que los hablantes nativos de inglés puedan haber dependido de factores cognitivos en vez de mecanismos lingüísticos para enfrentarse a los casos morfológicos clíticos en español. De haber sido así, los errores morfológicos hubieran sido más aleatorios e inconsistentes. En primer lugar, no habríamos notado el relativo alto nivel de aciertos con los clíticos acusativos en la etapa inicial de aprendizaje. Además, al comparar con el grupo nativo, la actuación en L2 habría mejorado a una tasa mucho más lenta de lo que lo hizo. En segundo lugar, las formas morfológicas fosilizadas que incluyen clíticos dativos habrían sido más visibles y persistentes debido a la ausencia del sistema de caso dativo en la gramática inglesa. Por el contrario, los datos han mostrado que, a pesar de las discrepancias iniciales, la variabilidad morfológica disminuye progresivamente siguiendo un patrón más uniforme hasta su total desaparición. Probablemente, la inconsistencia inicial sólo pudo haber sido el resultado de una exposición insuficiente al input en L2.
Los resultados también han mostrado un amplio uso inicial de pronombres acusativos con verbos que, a diferencia de sus cognados en inglés, requieren un objeto indirecto, lo que sugiere que la gramática en inglés debe haber jugado un papel importante en la presencia de estos errores. Sin embargo, su disminución sustancial después de apenas un año de instrucción y la drástica mejoría en el uso de pronombres dativos indican que el aprendizaje del caso morfológico clítico de L2 no se limita a las características y categorías de L1, como lo sostendrían quienes proponen la Hipótesis de los Rasgos Funcionales Fallidos (FFFH). Si los hablantes de inglés sólo hubieran proyectado estructuras y categorías funcionales consistentes con su lengua materna, los errores morfológicos que incluían los pronombres dativos habrían seguido un patrón distinto, y los efectos de L1 habrían sido más persistentes. Como hemos visto, en las etapas avanzadas del aprendizaje, la variabilidad morfológica se ha vuelto menos aleatoria y más uniforme, y afecta por igual a ambos tipos de clíticos. La presencia de elementos que pueden ser rescatados de la gramática en inglés también ha disminuido junto con un gradual, pero general, movimiento hacia una actuación equiparable a la de un nativo.
En resumen, los datos sugieren que la diferenciación morfológica de los clíticos en español puede aprenderse efectivamente, a pesar del hecho de que en el sistema pronominal del inglés no existe diferenciación de caso. Además, los aprendices no parecen confiar totalmente en sus mecanismos cognitivos o en su gramática materna para enfrentarse con las características de caso de estos pronombres. Los aprendices todavía son capaces de extraer la información sintáctica necesaria de su conocimiento lingüístico universal y, como tal, esto apoyaría la existencia de algún tipo de continuidad en el aprendizaje de una segunda lengua en etapa adulta. La gramática inglesa podría constituir una de las causas principales de los errores morfológicos encontrados en las etapas iniciales de español como L2, pero no explica el sistema gramatical de interlengua en su totalidad. En contra de lo que podrían predecir quienes apoyan la FFFH, los rasgos del caso de los clíticos en español pueden ser eventualmente aprendidos en su totalidad con la ayuda de la Gramática Universal y el input en L2, a pesar de su ausencia en la gramática materna.
Los datos también muestran que, aun cuando la variabilidad morfológica disminuye progresivamente con el tiempo, nunca desaparece totalmente. Luego de dos años de exposición e instrucción, la presencia de errores morfológicos todavía es bastante visible. Sin embargo, debido al alto nivel de competencia de los aprendices y a la evidencia existente que apoya su acceso a la Gramática Universal, los errores morfológicos no deberían ser atribuidos a una falla del sistema gramatical de los aprendices, sino más bien a la inhabilidad de éstos para convertir la información sintáctica disponible en formas morfológicas adecuadas.
6. CONCLUSIONES
El escenario obtenido sugiere que la morfología del caso de los clíticos en español se aprende de manera lenta y gradual, y podría requerirse un largo tiempo para su dominio total, de hecho, los errores morfológicos están presentes a lo largo de todo el proceso de aprendizaje. No obstante, estos no reflejan una falla sintáctica subyacente, sino un problema general al conectar la información morfológica con las características sintácticas adecuadas. En otras palabras, el uso incorrecto de los clíticos en español no está relacionado necesariamente con la ausencia de las representaciones sintácticas asociadas. Las proyecciones funcionales relevantes que contienen estos pronombres y los mecanismos morfosintácticos abstractos de verificación de los rasgos parecen ser adecuados desde el principio, tal como se muestra en el uso inicial de los clíticos acusativos. La variabilidad morfológica arrojada en los datos es, en consecuencia, un problema de interfaz, que refleja las dificultades al usar el conocimiento lingüístico precedente.
En un nivel más general, los resultados indican que el desarrollo de la afijación morfológica está disociado del conocimiento sintáctico de los rasgos formales, lo que sugiere que la morfología del caso de los clíticos se desarrolla independientemente de su representación sintáctica. Esto coincide con una visión modular del aprendizaje de la lengua, según la cual los módulos lingüísticos podrían desarrollarse separados unos de otros, o podrían ser más o menos susceptibles a la influencia de la lengua materna de los aprendices de L2.
Los datos también han arrojado un uso de los clíticos acusativos en la etapa inicial del aprendizaje logrando una tasa sorprendentemente alta de aciertos (69%), a pesar de la ausencia de estos pronombres en el idioma materno. Tal reconocimiento prematuro y familiaridad con los clíticos en español han sido tomados como una gran evidencia para inclinarse a favor de algún tipo de continuidad en el aprendizaje de segundas lenguas en que las categorías y propiedades, no disponibles en las gramáticas de L1, pueden ser extraídas con la ayuda de la Gramática Universal, incluso en la edad adulta.
Además, aun cuando los efectos de L1 parecen bastante persistentes en las primeras etapas de aprendizaje, la evidencia empírica no parece guardar total consonancia con la FFFH. La gramática inglesa, de hecho, no regula completamente el desarrollo de la morfología del caso de los clíticos en la gramática del español como L2. De haber sido así, habríamos tenido unos resultados totalmente diferentes a los que obtuvimos. Además, la morfología dativa habría surgido más tarde de lo que lo hizo, y su contraparte acusativa habría completado su curso a lo largo de los dos años de exposición.
A la luz de estos resultados, podemos concluir que, de acuerdo con la Hipótesis de la Inflexión Superficial Ausente (MSIH), la variabilidad morfológica arrojada en los datos podría ser un problema de actuación en lugar de un problema representacional.
Entendemos la limitación del estudio, ya que sólo se ha investigado una parte de los rasgos morfológicos presentes en los pronombres objeto del español. Es recomendable hacer otras investigaciones que analicen otros rasgos morfológicos tales como el género y el número, con la finalidad de tener un panorama más amplio sobre el desarrollo de la morfología en las gramáticas de L2 y, más importante aún, para determinar si las limitaciones de la actuación en L2 se deben a restricciones específicas de los procesos de adquisición o si se deben a un fenómeno más general.
mAuRizio sAntoRo
Es Profesor Asociado en Queensborough Community College of the City University of New York, donde enseña italiano como lengua extranjera. Obtuvo su Maestría en Lingüística Aplicada en Teachers College, Columbia University, y su Doctorado en Lingüística Teórica en City University of New York. Su experiencia en investigar asunto relacionados con los aprendices de segundas lenguas es muy extensa. Ha publicado dos libros y varios artículos en revistas especializadas en el campo de la adquisición de segundas lenguas.
Apéndice Abreviaturas
Agr = Concordancia (Agreement)
Ac = Caso acusativo DP= Sintagma Determinante (Determiner Phrase)
cl = clítico COND = modo condicional
dat = Caso dativo
[+F] = Nominal, rasgos referenciales
GER = Gerundio
IMP = Imperativo IMPERF = tiempo imperfecto
INF = infinitivo
MOD = verbo modal
NEG = negativo
PAS = tiempo pasado
PRES = tiempo presente Rasgos
Phi = Rasgos morfológicos de Género, Número y Caso
REL = pronombre relativo
SUBJ = modo subjuntivo
vfin = verbo finito
vinf = verbo infinitivo
XP = Sintagma X o SXRefeRenciAs bibLiogRáficAs
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