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Boletin de Linguistica

versión impresa ISSN 0798-9709

Boletin de lingüistica vol.23 no.35-36 Caracas dic. 2011

 

RELACIÓN ENTRE EL COMPONENTE GESTUAL Y EL COMPONENTE SINTÁCTICO EN NARRACIONES ORALES

Félix E. Suárez

Centro de Investigación y Atención Lingüística (CIAL), ULA
felixesrivas88@yahoo.es

RESUMEN

Los gestos son considerados unidades sin orden definido y por ello la observación de sus relaciones con el componente sintáctico ha sido marginada por la lingüística. En este trabajo se observa la relación entre los gestos del habla oral y las estructuras sintácticas. Para ello, analizamos cuatro narraciones recopiladas audiovisualmente e identificamos los límites de las estructuras sintácticas a las cuales acompañaban. Los resultados muestran que el 52% de los gestos acompañan unidades oracionales completas. Esto nos hace sostener que existe una relación muy cercana entre la construcción de estructuras sintácticas y la producción de gestos. Así, los gestos, más que ser producción paralingüística, son una herramienta indispensable para la construcción global del discurso oral.

PALABRAS CLAVE: gestualidad, estructuras sintácticas, narración

ABSTRACT

Gestures are viewed as units without a distinct order. thus, the observation of their relations with the syntactic component has been ignored in linguistics. this paper shows the relationship between oral discourse gestures and the syntactic structures. Four narratives were audio-visually recorded and analyzed. the boundaries of gestures produced during the narratives were identified and compared with the boundaries of the related syntactic structures. the results shows that 52% are associated with full sentence units. this leads us to argue that there is a close relationship between the construction of syntactic structures and the production of gestures. Consequently, gestures, rather than being a paralinguistic production, are a necessary means for the general construction of oral discourse.

KEY WORDS: gestures, syntactic structures, narrative

Recibido el 08 de abril de 2010. Aceptado el 22 octubre de 2010.

INTRODUCCIóN

El siguiente trabajo intenta destacar la relación existente entre el componente gestual de la comunicación y el componente sintáctico. Guaïtella (1994) y bertrand et al. (1995) han resaltado que los intercambios comunicativos orales funcionan esencialmente con tres modalidades: la modalidad verbal, la modalidad vocal y la modalidad gestual. La modalidad verbal se refiere a la construcción del texto (incluyendo en ella la construcción sintáctica); la vocal toma en cuenta la realización de elementos suprasegmentales,  como la prosodia, para la construcción del contenido verbal; y la modalidad gestual está referida a toda la actividad gestual visible que se realiza en los intercambios orales.

Entre estas tres modalidades, el componente vocal ha sido centro de atención, puesto que, por una parte, sirve de guía para establecer cuáles son las unidades sintácticas del habla, y, por otra parte, mantiene una relación con los movimientos gestuales. Por el contrario, la relación entre la modalidad gestual y la modalidad verbal parece ser más imprecisa, debido quizás al hecho de que la gestualidad se presenta como “no estructurada”, rasgo totalmente opuesto a lo que se explica cuando se habla sobre sintaxis. no obstante, intentaremos ver en este estudio si existe una conexión más estrecha entre los movimientos gestuales visibles y la sintaxis del discurso oral.

1. RELACIóN ENTRE GESTUALIDAD y ORALIDAD

Los GEStOS son actos que siempre están presentes en los eventos comunicativos orales. Son definidos como los movimientos corporales que el sujeto hablante realiza mientras produce ORALIdAd.1 Cuando habla, el emisor no sólo está encadenando unidades lingüísticas que el oyente recibirá y decodificará, también realizará una serie de movimientos del cuerpo que el oyente integrará al mensaje transmitido oralmente y decodificará como un solo mensaje.

La lingüística, sin embargo, ha abordado tímidamente el tema de la gestualidad. Ello quizás se debe al hecho de que los gestos que realizan los hablantes de lenguas orales no se unifican como un sistema integrado de unidades que se oponen entre sí, sino que, por el contrario, los gestos son producidos aparentemente sin una organización que pueda ser decodificada como un sistema. A pesar de ello, el análisis del discurso cree enriquecedor saber cómo actúa el componente gestual en los procesos de comunicación oral. van dijk, por ejemplo, interviene a favor del componente gestual:

En el discurso hablado los sonidos tampoco ocurren aislados. Habitualmente están acompañados por diversos tipos de actividad no verbal, como los gestos, las expresiones faciales, la posición del cuerpo, la proximidad, el aplauso y la risa, acciones todas que acompañan de manera pertinente a las conversaciones y por consiguiente requieren por derecho propio un análisis del papel que juegan en el suceso de comunicación como totalidad… Junto con los sonidos del discurso, la actividad no verbal juega un papel importante en la interpretación del sentido y de las funciones del discurso en la interacción cara a cara (2000: 28).

Así, los gestos, que entran dentro de lo que van dijk llama actividad no verbal, deben ser considerados como un elemento más de la comunicación oral y, por lo tanto, estudiados siempre atendiendo a lo que se produce por la vía vocal-auditiva. Esto lo han entendido recientemente algunos estudiosos del comportamiento gestual, quienes han abordado en mayor medida cómose integran los gestos para comunicar.

Entre algunos de los trabajos en los que se ha estudiado integración oralidad-gestualidad está el de Holler y beattie (2003), quienes les piden a los participantes de su estudio que expliquen términos homónimos del inglés. En su estudio, Holler y beattie encontraron que los gestos son herramienta útil cuando los hablantes quieren aclarar alguna palabra cuyo sentido pueda ser ambiguo. también, Krauss et al. (1996) analizan cuál es el comportamiento de diversos tipos de gestos en la comunicación oral.

Ellos describen que existe una categoría de gestos, los gestos conversacionales, dentro de la cual encontramos los gestos motores (llamados también beat gestures o baton gestures por la literatura especializada) y los movimientos léxicos (entre los cuales podemos encontrar los gestos icónicos, pantomímicos y metafóricos; véase Súarez y Pietrosemoli 2009). Krauss et al. asocian los gestos motores, movimientos que se repiten constantemente cuando se produce oralidad, con la coordinación temporal y el ritmo del habla; de la misma forma, señalan que los movimientos léxicos están relacionados con el contenido semántico del habla más que con la producción oral en sí.

Por otro lado, tabensky (2001) analiza principalmente los recursos de reformulación que utilizan hablantes de tres lenguas (inglés, francés y español). Entre estos recursos de reformulación están los gestos, pues el hablante, al no recordar en el momento la unidad léxica que necesita para completar la información a través del canal oral, realiza un movimiento gestual que su interlocutor, gracias al contexto en que ambos están, decodificará y comprenderá. Por su parte, willems et al. (2005) estudian cuáles son las partes del cerebro que procesan la información gestual que reciben los participantes de un acto comunicativo. Los investigadores señalan que la integración semántica de la información enviada a través del canal gestual y el canal oral se realiza en el lóbulo frontal izquierdo.

Algunos estudios también han hecho notar la integración entre la producción gestual y la producción vocal. Particularmente, los trabajos que se han producido en el Laboratoire parole et langage, de la Universidad de Aix-en-Provence, Francia, han sido pioneros en este tema. Por ejemplo, bertrand et al. (1995) han enfatizado la estrecha relación que existe entre el componente vocal de la comunicación y el componente gestual, relación que, de acuerdo con ellos, se debe a una coordinación motriz (son interesantes, particularmente, las observaciones realizadas por Guaïtella et al. (1993) sobre la relación entre la frecuencia fundamental ―que es la onda de más baja frecuencia de una onda sonora, y en el caso del trabajo de Guaïtella et al., de las ondas sonoras que produce el aparato vocal― y el movimiento de las cejas). Anteriormente, Guaïtella (1991) había realizado un método de transcripción donde se integraran tanto la producción rítmica del habla como la producción gestual. En venezuela, trabajos como los de Pietrosemoli y mora (1998) y Pietrosemoli et al. (2001) han señalado la relación entre el movimiento de las manos y la frecuencia fundamental.

Los trabajos sobre gestualidad en los últimos años han sido numerosos y en ellos podemos notar que la relación entre gestualidad y oralidad es indiscutible. Esta relación es establecida en los estudios, bien con el componente léxico-semántico, bien con el componente vocal del lenguaje. Sin embargo, la relación entre el componente gestual y el componente sintáctico del habla ha sido evitado y nuestro objetivo es, precisamente, ahondar en esta relación: ¿Pueden los gestos acompañar unidades sintácticamente reconocibles o, por el contrario, son producidos sin considerar la aparición de unidades sintácticas? A esta pregunta intentaremos responder en este estudio.

2. SOBRE LAS ORACIONES

Para adentrarnos en la relación entre los gestos y las unidades sintácticamente reconocibles, es necesario, en primer lugar, revisar los conceptos tratados regularmente en los estudios de sintaxis, y para ello partiremos del que, tal vez, sea el concepto central de las reflexiones en este campo de la lingüística: la ORACIóN. Para explicar este término, debemos recurrir necesariamente a lo establecido por algunos gramáticos de la lengua española, pues ellos han determinado algunas propiedades que interesan particularmente a la sintaxis de la lengua oral, que es, también, la que nos interesa en este trabajo, pues es en los actos comunicativos orales donde se producen los gestos.

Explicar la oración, sin embargo, ha representado un reto muy grande para quienes estudian sintaxis, pues cuando se provee un criterio a partir del cual definirla, en seguida se generan excepciones o contradicciones que lo rechazan. El primer criterio que para la lengua española se ha establecido ha sido el proporcionado por Andrés bello en su Gramática, que define a la oración como “la PROPOSICIóN o conjunto de proposiciones que forma sentido completo” (1981: 100). bello también explica que una proposición está formada por la unión de un SUJETO (el ente del que se habla) con un PREDICADO (aquello que se dice del sujeto). Sobre esta explicación de proposición la Lógica ha definido la oración; sin embargo, muchas proposiciones no forman sentido completo y por ello no pueden ser clasificadas como oraciones.

Gili Gaya (1961) atiende tanto al sentido completo que pueda tener un ENUNCIADO como a la composición de una proposición con un sujeto y un predicado. Gili Gaya define primeramente la oración desde el punto de vista psíquico, y destaca que las expresiones lingüísticas emitirán siempre alguna intención por parte del hablante. En este caso, los enunciados no necesariamente deben estar completos, es decir, con sujeto y predicado; bastará que el hablante afirme, niegue, desee, pregunte u ordene, y que esas intenciones sean expresadas lingüísticamente en un contexto adecuado en el cual el oyente las entienda como tales. de acuerdo con esto, serán oraciones, desde el punto de vista psíquico, expresiones como (a), (b) y (c):

(a) ¡Pronto!
(b) ¡ojalá Patricia compre mandarinas!
(c) Pedro, Juan y verónica

Estas expresiones se generan, además, con una curva melódica característica: en español, la culminación de una oración psíquica se marcará con una curva entonativa descendente; si la curva entonativa es ascendente, la idea que se transmite en el enunciado se tomará como inacabada. Es así como Gili Gaya, desde el punto de vista psíquico, define
la oración como

Una unidad de atención por parte del hablante. Estas unidades de atención reveladas por la curva melódica, son también unidades de sentido, con las cuales declaramos, deseamos, preguntamos o mandamos algo… La oración [es definida] como la menor unidad del habla con sentido completo en sí misma. Puede estar formada por una sola palabra o por muchas; puede articularse en un grupo fónico o en varios. La caracteriza en todos los casos la unidad de sentido y de intención expresiva con que ha sido proferida (1961:20).

Gili Gaya también define la oración desde el punto de vista lógico, y dice que podemos considerarla como tal cuando se expresa verbalmente un juicio, que no es otra cosa que la relación entre un sujeto y un predicado. Estos elementos, desde el punto de vista lógico, deben estar necesariamente presentes, ya que si uno de los dos faltase, no estaría completo el juicio que se desea enunciar. no obstante, esta definición no satisface a muchos sintaxistas actuales, entre ellos Jiménez Juliá, quien señala que esta definición “no resiste un análisis estructural mínimamente riguroso” (1995: 270). En español, por ejemplo, tenemos oraciones cuyo VERBO no admite sujeto, y si quisiéramos ser más extremos en nuestro planteamiento, diríamos que los sujetos en nuestra lengua en muchas ocasiones dejan de ser verbalmente enunciados,pues son el contexto y el cotexto los encargados de identificarlo.

Pero además de estas dos definiciones, Gili Gaya explica la que, a nuestro parecer, se convierte en la definición más cercana a lo que debemos entender como oración. desde el punto de vista gramatical, Gili Gaya define la oración como la unidad cuyo núcleo es un verbo en forma personal. El verbo es la unidad central de análisis oracional, pues a él se irán añadiendo el resto de las unidades de sentido y establecerán, junto con él, un sentido completo.

Pero, ¿cómo sabemos que un enunciado tiene sentido completo? Para contestar a esta pregunta, Rojo (1975) introduce a la definición de oración la característica de “independencia sintáctica”. Cuando Rojo habla de independencia sintáctica, se refiere a que en la sucesión de unidades en el discurso el sentido de una oración no dependerá estructuralmente del sentido de otra, es decir, a pesar de que en el encadenamiento de oraciones producirá un sentido mayor, una oración tendrá sentido completo en sí misma sin que requiera de la aparición de otra oración. Esta explicación es asociada por Rojo a la existencia de una entonación determinada o a la situación de la oración entre pausas (1975: 14); dicha explicación es, por supuesto, asociada a la definición psíquica que Gili Gaya propone para la oración. Por ejemplo, si quisiéramos establecer los límites oracionales del enunciado en la lista siguiente de acuerdo con la “independencia sintáctica” que explica Rojo, diríamos que sólo (e) cumple completamente con ese criterio.

(d) Un día el mal se
(e) Un día el mal se encontró frente a frente con el bien
(f) Frente a frente con el bien

(f) puede tener independencia sintáctica siempre y cuando esté en un contexto adecuado en el cual se entienda independientemente de la aparición de otro enunciado. Por el contrario, (d) carece de independencia sintáctica,y su rasgo de dependencia más evidente es que, al pronunciarla, la curva entonativa no desciende y, por lo tanto, no podemos decir, tal como lo establece Gili Gaya, que ha culminado la unidad de sentido. Es decir, que entre las tres unidades, (e) es una predicación completa, (f) es una predicación completa en ciertos contextos y (d) nunca lo es.tenemos entonces diferentes formas de definir una oración, pero es necesario que establezcamos un criterio único para reconocer estas unidades dentro de discursos orales, pues, como detallaremos más adelante, nuestro corpus está compuesto de unidades que no tienen el orden de un discurso escrito, en donde podrían ser identificadas con mayor rapidez las unidades de sentido. En los discursos orales, más específicamente en los discursos orales que estudiaremos, las oraciones no presentan un límite claro entre ellas, por lo que se hace indispensable tomar un punto de partida que nos permita trazar los límites oracionales.

La solución nos la da Alarcos Llorach (1994), quien explica que las unidades del discurso reconocibles en primer lugar son los enunciados. Estos enunciados se dividen en oraciones, que son las unidades con sentido completo y con un verbo en forma personal como elemento imprescindible que relaciona un sujeto y un predicado, y en FRASES, más específicamente en FRASES UNIMEMBRES, que son unidades con sentido completo que carecen de un verbo que relacione sujetos y predicados.

Con esta explicación de Alarcos Llorach, todas las unidades con sentido completo en sí mismas son enunciados, pero sólo reconoceremos como oración aquellas unidades con un verbo en forma personal. El resto de los enunciados serán llamados frases.

3. LAS FRASES DE LA ORACIóN

Hasta ahora, hemos expuesto cuál será nuestro punto de partida para reconocer los enunciados. dijimos que estos se dividen en oraciones y frases, y que estas últimas son unidades con sentido completo pero sin verbo. Sin embargo, para nuestros objetivos, se hace necesario establecer cuándo reconoceremos una frase con sentido completo en sí misma y cuándo identificaremos una frase dependiente de un verbo y que forme junto con él una oración. decimos que es necesario, puesto que para delimitar las unidades sintácticas que sean acompañadas por gestos, debemos distinguir si un gesto acompaña a un enunciado entero o si acompaña sólo a la frase de una oración.

Una frase puede ser una unidad con sentido completo en sí misma si cumple con las condiciones descritas por Rojo (1975). Para Rojo, comienza a llamarse oración (el ENUNCIADO de Alarcos Llorach) “a la secuencia que, independientemente de su forma interna, posea rasgos como la independencia sintáctica, la autosuficiencia semántica o esté situada entre dos pausas” (1975:15). Así, en una secuencia como la que sigue, la frase que está en cursivas será considerada un enunciado, porque cumple con los criterios enumerados por Rojo:

(g) y no subían taxis, nada, ¿no?, pelao la calle, no subía ningún carro2

En este caso, la frase pelao la calle es un enunciado con sentido completo en sí mismo, pues para ser comprendido no necesita del sentido de las oraciones cotextuales (en todo caso, sí las necesita para formar un sentido de rango mayor, esto es, el sentido que tenga el texto). Ahora bien, en las siguientes dos secuencias, las frases que están en cursiva no podrían considerarse un enunciado, puesto que dependen semántica y sintácticamente de los verbos:

(h) en la esquina había un policía
(i) yo tenía el celular en un bolsillito de afuera

Nótese, sin embargo, que las dos frases se distinguen por lo siguiente: mientras un policía es una frase indispensable para la construcción de una oración con había, en un bolsillito de afuera es una frase que puede ser suprimida de la secuencia oracional sin que se vean alteradas las relaciones sintácticas y semánticas del enunciado. Esta diferencia en la función de las frases con respecto al verbo que acompañan es explicada por García miguel (1995a) a través del término VALENCIA. Según García miguel, la valencia representa una unidad sintagmática que depende de otra unidad en la oración; más específicamente, podríamos hablar de valencia cuando hallamos unidades sintagmáticas que dependen directamente del verbo de la oración. Así, el enunciado de (h) tiene una frase, un policía, que es un constituyente que depende semánticamente de había, pues para “haber” necesitamos de “lo habido”. En este caso, García miguel llamaría a un policía un ACtAntE, pues como asegura, los actantes son las valencias que están representadas en la oración, y las valencias son los elementos “indispensables para completar el sentido del verbo” (1995b: 13). En (i), por el contrario, podemos prescindir de la frase en un bolsillito de afuera para construir un sentido con tener, caso diferente de la frase el celular, también en (i), que es una estructura sintagmática necesaria para que el verbo sea la base de una oración.Esto nos hace suponer que no basta con que exista un verbo para que se construya una oración; es también necesaria la presencia de los constituyentes inmediatos del verbo llamados valencias para poder conformar alguna estructura oracional. Jiménez Juliá (1995) destaca que los verbos tienen expansiones, constituyentes semánticamente regidos que actúan junto con él para comprenderlo cabalmente, es decir, que el contenido semántico del verbo no se entendería a plenitud si la estructura de la cual es núcleo carece de alguna de sus valencias.

Por otro lado, García miguel (1995a) identifica como CIRCUNSTANTES a aquellas unidades frásticas presentes en una oración que dependen estructuralmente del verbo pero que no son indispensables para la comprensión cabal de toda la oración. En oraciones como:

(j) me devolví para buscar unas cosas
(k) yo estaba en la parada del Iberia a las doce del mediodía

Las frases en cursivas no intervienen para completar la significación del verbo de la oración. Así, los circunstantes son unidades que pueden suprimirse de la oración y aun así la misma sería comprendida. Esta aseveración nos es útil para los fines de nuestro estudio, pues en muchas ocasiones observamos que aparecían gestos coincidentes únicamente con una frase circunstante de alguna oración, pero, aun cuando esto sucedía, entendíamos que el gesto no acompañaba a la oración entera, sino sólo a la frase circunstante, cuyos límites eran también los límites del gesto aparecido.

4. METODOLOGÍA

4.1. Los datos

Para los propósitos de nuestro trabajo, la recolección del corpus se hizo audiovisualmente con una cámara de video Samsung S630. En las grabaciones recopiladas, cuatro participantes (dos hombres y dos mujeres,estudiantes universitarios de la Universidad de Los Andes, en mérida venezuela) contaban cómo un día fueron asaltados. Estas narraciones duraron en promedio cinco minutos.

Una vez recopiladas las grabaciones, la producción oral fue transcrita, respetando incluso las pausas hechas por los participantes, y la producción gestual fue descrita a través de la convención utilizada por Liddell y Johnson (1989) para la transcripción de las lenguas de señas.

4.2. La segmentación del discurso

Después de haber transcrito la producción oral y la gestual, nuestra tarea siguiente consistió en segmentar cada narración identificando las unidades que las conformaban. Partimos entonces de la segmentación de las unidades enunciativas con sentido completo, reconociendo cuándo había oraciones y cuándo había solamente frases. no obstante, pronto nos dimos cuenta de que tal segmentación sería inútil para nuestro propósito, debido a que al hacer luego la identificación de los gestos, nos encontraríamos con poca información que pudiera servirnos para saber qué tipo de unidades sintácticas acompañaban los gestos. debido a ello, realizamos el proceso de forma inversa: primero reconocimos los gestos producidos, identificando los límites entre ellos y, luego, identificamos las estructuras sintácticas acompañadas por las unidades gestuales.

¿Cómo reconocer los límites de los gestos? En la convención utilizada por Liddell y Johnson para el estudio de lenguas de señas se hace una discriminación de las sucesiones de una seña. oviedo (2001), quien utiliza esta misma convención para describir lingüísticamente la Lengua de Señas Colombiana, explica que una seña está conformada por tres partes que se ordenan de modo secuencial, a saber, la detención de la seña, el movimiento y otra detención. Las detenciones permiten discriminar las unidades léxicas de una seña y hace que los movimientos del cuerpo no se vean como un todo, sino como un conjunto de señas discernibles que se suceden una detrás de otra para formar un discurso.

Este aporte al estudio de las lenguas de señas serviría para el análisis de los gestos que acompañan el discurso oral. Así, duncan (2002), para el análisis de su investigación, utilizó el mismo procedimiento utilizado por Liddell y Johnson, aunque le asignó otra nomenclatura (lo que es sumamente útil, pues con ello se comenzaría a evitar equiparar las lenguas de señas con los gestos del discurso oral). duncan también identifica tres momentos en los gestos: preparation phase, en donde la o las manos comienzan a moverse; stroke phase, en la cual la o las manos adoptan una configuración que se relaciona semánticamente con el contenido de la producción oral; y retraction phase, que es el movimiento que realizan la o las manos al punto de inicio de todo el movimiento gestual. Estos momentos serían considerados para tomar en cuenta tanto los límites de los gestos léxicos como de los gestos motores de Krauss et al. (1996), nombrados más arriba.

En las siguientes tres imágenes observamos las fases descritas de un gesto que acompañaba una oración de la narración 3:

Las sílabas resaltadas en negrita marcan los respectivos momentos que vemos en la imagen, que podemos señalar como cada una de las fases del gesto: preparation phase para la imagen de la izquierda, stroke phase para la imagen del centro, y retraction phase, para la imagen del extremo derecho.

Una vez que aclaramos cómo realizaríamos la segmentación de los gestos, procedimos a segmentar: para ello, proyectamos los videos y observamos detenidamente cada uno de los movimientos que pudieran considerarse gesto. Al observar un gesto, identificábamos la primera y la última fase descritas por duncan (2002) y en una base de datos en el programa Excel, segmentábamos el discurso oral, desde el momento en que comenzaba el gesto hasta que culminaba. nuestra primera suposición era que los gestos aparecerían sin considerar las estructuras sintácticas, es decir,que podían aparecer, por ejemplo, en el medio de un sintagma nominal y culminar en el medio de una perífrasis verbal; sin embargo, como vemos en el cuadro 1, que es una muestra de la base de datos realizada, las estructuras sintácticas delimitadas por los gestos se identifican con claridad:

Cuadro 1. muestra de estructuras sintácticas delimitadas por gestos en la narración 4

Para nuestro análisis, decidimos hacer reconocimiento de las siguientes estructuras sintácticas:

- Frases. Identificamos como frase aquella estructura nominal, adjetiva,adverbial o preposicional regida por una unidad mayor dentro de una oración. Entre ellas, encontrábamos tanto unidades frásticas que podían ser reconocidas como circunstantes en la teoría de las valencias como actantes de la oración. Estas unidades eran dependientes semánticamente de un verbo, pero tenían cierta independencia sintáctica con respecto a él, debido a que son un constituyente de la oración.

- Oración. Identificamos una oración cuando había en la estructura un verbo en forma personal. Sin embargo, debido a que la separación de los actantes nos causaría un problema teórico, en cuanto a que los actantes tienen, junto con sus respectivos verbos, un papel fundamental en la estructura oracional,decidimos separar las oraciones cuyos límites marcados por los gestos dejaban por fuera a algún actante de aquellas estructuras oracionales que sintáctica y semánticamente sí estaban completas.

- Dos oraciones. también reconocimos unidades enunciativas acompañadas de un solo gesto cuando teníamos dos verbos en forma personal cuyas oraciones formaban, entre ambas, una estructura paratáctica, es decir, si había una coordinación o yuxtaposición de oraciones. también identificamos dos oraciones cuando había dos unidades de este tipo formando un régimen condicional, con sus respectivas prótasis y apódosis; por ejemplo, la siguiente estructura de la narración 1: y si se me queda, me regreso a buscarlo.

- Frases unimembres. Partiendo de la definición de Alarcos Llorach (1994) sobre frase unimembre, identificamos como tales en nuestro corpus aquellas estructuras que, aun cuando entrañasen un sentido completo, carecían en su estructura sintáctica de un verbo en forma personal.

- Hesitaciones. Fueron identificadas como hesitaciones aquellas partes de los discursos narrativos en donde hubo una pausa, y que aparecían, como describe domínguez (2005), cuando había un problema en la formulación,en la organización del texto o en la adecuación de este con respecto al estado de conocimiento de su interlocutor.3 Para nuestros objetivos, sólo enumeramos aquellas hesitaciones que interrumpían la construcción de una estructura sintáctica y que eran acompañadas por algún gesto.4 marcadores discursivos: Los marcadores discursivos, tal como dicen martín zorraquino y Portolés (1999), son unidades con independencia sintácticarespecto de otras estructuras oracionales, que intervienen a nivel discursivo para orientar pragmática y semánticamente las inferencias del texto. En nuestro corpus, algunos marcadores discursivos eran acompañados por un gesto.5

A continuación, presentamos algunos ejemplos de las estructuras acompañadas por un gesto:

Una oración:

[Vengo caminando así,] [cruzo así] [y después cruzo allá] (narración 4)
[Vemos que baja otro telecars] [y nos acercamos a la ventana] [y le pedimos el favor que nos hiciera la carrera] (narración 2)
[¿la golpearon?,] [¿le sacaron un arma?,] [¿la apuñalearon?,] [¿qué le hicieron?] (narración 1)    

oración con dos gestos:6

[no, mira, el drama,] [te lo juro,] [me duró dos horas] (narración 1)
[Así, diagonal] [había todo un puesto de perros] (narración 3)

dos oraciones:

[y fui, agarré el bus que tenía que agarrar] (narración 1)
[agarra el celular, se me queda mirando] (narración 3)
[Me puse nervioso, pero no lo demostré] (narración 2)

Frases unimembres:

[y… pero ella, así, sentada,] [o sea, parada a un lado] (narración 4)
[mandaron a sacar al taxista,] [y todos con las manos encima del carro]
(narración 3)

Hesitaciones:

[Parece que al tipo lo habían montado en la… en la cuestión] [y…] [al otro día
fuimos a poner la denuncia] (narración 3)

Marcadores discursivos:

no me acuerdo qué día exactamente, [o sea,] qué fecha fue (narración 2)
[yo me intoxico,] [no tengo plata,] [y de paso] [me van a venir a robar]
(narración 4)

dentro de nuestro corpus, también hallamos gestos que acompañaban sólo una frase. Estas frases, sin embargo, tenían diferentes funciones, por lo cual preferimos distinguirlas en:

Frases que eran circunstantes de un verbo:

Los chamos también cruzaron con nosotros [más atrás] (narración 2)
Estaba en la parada del Iberia [a las doce del mediodía] (narración 1)

Frases que cumplían función de actante:

Entonces salimos mi primo [y yo] (narración 2)
Ella pudo haber tenido [un millón de bolívares ahí] (narración 4)

Frases que cumplían función de tema:

[Mi padrino…] [ese día era el concierto de grado de él] (narración 3)
[Pero así la cartera], [le abrió el cierre] [y sacó dos mil bolos] (narración 4)

Frases que eran repetición de un sintagma en la oración

Estábamos en una fiesta ahí en… el edificio mamayeya, [en una fiesta]
(narración 2)

Frases que eran modificadores de nombres:

yo tenía el celular en un bolsillito [de afuera] (narración 4)

Después de realizar la segmentación de los gestos y la consiguiente segmentación de la producción oral, procedimos a contabilizar los tipos de estructuras sintácticas segmentadas.

5. ANáLISIS DE LOS DATOS

En las cuatro narraciones contabilizamos en total 572 gestos. El número de gestos por cada narración se presenta en el cuadro 2:

Cuadro 2. número de gestos por cada narración del estudio

Al identificar cada estructura sintáctica acompañada de un gesto,los números correspondientes a cada tipo de unidad sintáctica en las cuatro narraciones se presentan en el cuadro 3:

Cuadro 3. tipo de estructuras sintácticas de las narraciones de nuestro estudio

Nótese que en las cuatro narraciones aparecieron gestos acompañando a una oración, dos oraciones, frases unimembres, sintagmas de alguna oración, marcadores discursivos y hesitaciones. Pocos gestos se realizaron abarcando tres o cuatro oraciones (6 en total), otros seis gestos fueron realizados delimitando dos frases, y cuatro formas gestuales acompañaron combinaciones de estructuras sintácticas diversas (una oración con una frase de otra oración, por ejemplo). Si hacemos una agrupación de los tipos de estructuras sintácticas delimitadas por gestos, tendremos los resultados del gráfico 1:

Gráfico 1. Estructuras sintácticas delimitadas por gestos en las cuatro narraciones

Observamos entonces que el número de gestos que acompañan a oraciones completas, tanto sintáctica como semánticamente, es del 52%. Por su parte, las frases que formaban parte de otra oración fueron acompañadas por el 27% de los gestos totales.

Si queremos representar la proporción de gestos en cada narración,tendríamos los siguientes gráficos:

Gráfico 2. Estructuras sintácticas delimitadas por gestos en la narración 1

Gráfico 3. Estructuras sintácticas delimitadas por gestos en la narración 2

Gráfico 4. Estructuras sintácticas delimitadas por gestos en la narración 3

Gráfico 5. Estructuras sintácticas delimitadas por gestos en la narración 4

Observamos en los cuatro gráficos que las estructuras sintácticas que más comúnmente acompañan los gestos son las oraciones y los sintagmas. Las frases unimembres, los marcadores discursivos y las hesitaciones son delimitados en menor medida por los gestos, con lo cual supondremos que los gestos acompañan contenido y no procedimientos de enunciación.

6. COMENTARIOS FINALES

Cuando en los estudios del discurso se hace referencia a la relación entre componentes de la comunicación, se hace mayor énfasis en la relación vocal-verbal (Gili Gaya 1961) y en la relación vocal-gestual (Guaïtella 1994, bertrand et al. 1995, Pietrosemoli y mora 1998). El componente vocal parece dibujarse, entonces, como un puente entre los otros dos componentes. Sin embargo, nuestros datos revelan que la relación entre la gestualidad y la sintaxis parece ser más estrecha: los gestos aparecen para acompañar unidades sintácticas específicas (menos del 1% de los gestos de la muestra acompañaba una estructura no reconocible). Estos resultados se oponen a la primera impresión que tuvimos sobre la relación gestualidadsintaxis, en la que suponíamos que los gestos eran producidos sin considerar límites sintácticos y que “irrespetaban” las estructuras frásticas y oracionales.

Así, estos resultados proporcionan pistas acerca de cómo el componente gestual actúa no sólo coordinadamente con el componente vocal de la comunicación, sino también con el componente sintáctico. Estos tres componentes, entonces, formarían una tríada prácticamente inseparable del que hacen uso los hablantes para producir discurso oral. dada esta estrecha relación, nos atrevemos a decir que la lingüística debe ampliar sus intereses hacia el componente gestual, pues este podría aportar evidencias acerca de cómo funciona la producción oral desde el punto de vista neurológico y motor.

Con respecto a los datos de nuestro estudio, es importante señalar que, aunque intentamos ser exhaustivos en la segmentación de la oralidad,esta se hizo, en ocasiones, compleja, dada la cantidad de correcciones y reorganización en el mismo momento en que se producía el discurso. Sin embargo, la gestualidad fue una herramienta aprovechada para reconocer las estructuras que debíamos identificar, por lo cual suponemos que los gestos, al igual que la entonación, pueden actuar trascendentalmente en la sucesión de patrones sintácticos de la lengua oral.

Por otra parte, nuestros datos de discurso narrativo pueden ser un punto de partida para realizar observaciones en otros tipos de discurso, como la descripción o la argumentación. Este posible futuro trabajo ayudaría enormemente a ratificar los resultados mostrados en éste, porque demostraría que la gestualidad interviene directamente en la conformación del discurso oral, sin que exista de por medio la variable del tipo de discurso. Asimismo, nuestros datos podrían servir para diagnosticar casos de afasia donde se vea comprometida la actividad motora en relación con la oralidad, pues, al haber límites de producción gestual con respecto a las estructuras sintácticas, podemos establecer dónde deben de comenzar y dónde deben de terminar los gestos. Así, podemos comentar que aún queda mucho por hacer en el campo de las relaciones gestualidad-sintaxis, un trabajo que el análisis del discurso está comprometido a realizar.

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Notas:

1. Existen, en menor número, gestos que aparecen sin presencia de oralidad; sin embargo, nos circunscribiremos a la breve definición de arriba, pues los gestos que estudiaremos aparecen cuando se producen textos orales.

2. Los enunciados que de ahora en adelante sirvan como ejemplo fueron extraídos de las narraciones orales que analizamos.

3. domínguez (2005) refiere un trabajo de Chafe (1982), en el cual se enumeran los factores que intervienen en la aparición de hesitaciones en los discursos narrativos. Entre estos factores, destacan la introducción de un nuevo personaje, el cambio de locación, el cambio de tiempo, el cambio de esquema de evento y el cambio de marco de referencia. Aunque nuestra observación a las narraciones de nuestro corpus con respecto a este tema no fue exhaustiva (porque no es el propósito de nuestro trabajo),notamos en las pocas hesitaciones acompañadas con un gesto que había mayormente un cambio de período de tiempo y un cambio de esquema del evento.

4. Aclaramos en este punto que sólo tomaremos en cuenta los marcadores del discurso que estén solos en la delimitación que hagan los gestos. Cuando, por ejemplo, un gesto abarcaba en el discurso oral un marcador discursivo y una frase unimembre, incluíamos la secuencia dentro del grupo de frases unimembres.

5. En los ejemplos, marcaremos los límites de los gestos con corchetes, y la estructura sintáctica que tomamos como ejemplo será escrita en cursivas; las estructuras que no aparezcan delimitadas por corchetes no fueron acompañadas por algún gesto.

6. Estas oraciones tenían un actante acompañado por un gesto diferente a otro del resto de la oración.

7. Identificamos como frases de oraciones aquellas unidades que, acompañadas por un gesto, cumplían sólo la función de actante o de circunstante de un verbo.