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Revista de Pedagogía
versión impresa ISSN 0798-9792
Rev. Ped v.28 n.83 Caracas dic. 2007
«Educación UCV: hacia sus 55 años»
Adscrita a la entonces recientemente instituida Facultad de Humanidades y Educación, anteriormente de Filosofía y Letras, creada en 1946, el 22 de Septiembre de 1953 el Consejo Académico de la Universidad Central de Venezuela resolvió la creación de una Escuela de Educación universitaria, primera con ese rango en el país, habida cuenta de que el Instituto Pedagógico de Caracas, fundado en 1936, así como el resto de los pedagógicos del país fundados posteriormente, no alcanzarían tal rango hasta 1985, con la creación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). En la intención de formar a un profesional «de alto nivel», dentro de la misión de la universidad y de la facultad, debió lógicamente subyacer la de desarrollar la función de investigación dentro de esa escuela, la cual tuvo como primer Director a Augusto Mijares (1953-1958), seguido de León Trujillo (1958-1959) y luego a Gustavo Adolfo Ruiz (1959-1961) (Reyes Baena, 1968). Tras los primeros tres lustros, la orientación original de dicha escuela, marcadamente histórico-filosófica, fue cuestionada y modificada en el contexto de la «renovación universitaria» de entre fines de los sesenta y comienzos de los setenta (Morles, 1976). Este proceso desembocó en un nuevo plan de estudios, el cual se mantuvo vigente hasta 1996, año a partir del cual se comienza a administrar otro ya no semestral sino anual con carácter experimental.
En los primeros años de la década de los setenta, posiblemente como consecuencia de la intervención de la universidad por autoridades gubernamentales, la Escuela de Educación es sumergida en un «letargo» durante el cual apenas se mantiene una actividad docente «mínima», lo que produjo, según Morles (1976) una «pobre imagen» de la escuela, con baja calidad de su profesorado, facilismo estudiantil, poca conexión de su actividad con la realidad nacional, pugnacidad interna entre facciones, irregularidad en el funcionamiento y escaso presupuesto. Un informe del entonces Director de la escuela, Víctor Morles, no refiere a logros o programas en vigor dentro de la función de investigación. No obstante, se declaraba que existía una Unidad de Investigación «en funcionamiento» (p. 43) y que se tenía previsto un Programa de Investigaciones Educacionales dirigido a llevar a cabo diagnósticos de la realidad educativa del país, con el fin de diseñar alternativas de solución para los problemas que se detectaren.
Unos quince años más tarde, el Coordinador de dicha Unidad de Investigación, César Villarroel, en su informe de gestión del año 1990, presentaba un panorama no muy halagador de la actividad de investigación en esta escuela, al señalarse como rasgos definitorios de la institución: inexistencia de investigación institucional, falta de receptividad y hasta «rechazo» dentro de las cátedras a la idea de investigación institucional coordinada y supervisada por esa unidad; así como una mínima cantidad de proyectos registrados (apenas seis se encontraban inscritos en esa unidad para la fecha) (Villarroel, 1990). Más tarde, la entonces coordinadora de la misma unidad, Nacarid Rodríguez, reconocía como fundamental la incorporación en el plan de estudios de la asignatura «Métodos de Investigación» en 1959, y la fundación del Centro de Investigaciones Pedagógicas (CIP) en 1964, bajo el liderazgo del Profesor José Rafael Marrero (Rodríguez, 1998). Señala la misma autora que, con el nuevo plan de estudios nacido a raíz de la renovación, se fortaleció la formación para la investigación, pues las asignaturas relacionadas con tal función se incrementaron considerablemente.
En 1971 un grupo de profesores de la escuela, motu proprio, fundaron la publicación especializada «Revista de Pedagogía», hoy en día una de las más importantes del país en su ramo, editando ya el número ochenta y tres en algo más de treinta y seis años de existencia, veintinueve de edición efectiva, y dieciocho de aparición ininterrumpida. En 1975, por iniciativa de la Profesora Gisela de Alvaray, se creó la Unidad de Investigación (UDI) como una sección dentro del Departamento de Metodología de la Investigación, y se inauguraba el Centro de Documentación (CENDOC). Las Primeras Jornadas de Investigación de la escuela se realizaron tres años más tarde, en 1978, marcando la pauta para la Facultad, la cual organizó las suyas por primera vez en 1982. Señala Rodríguez (1998) que la organización de la investigación, el estímulo y el respeto a la libertad de enfoques y temas han sido elementos importantes para el incremento de la investigación en la mencionada escuela. También es pertinente es señalar que en 1998 ocurió un hecho de importancia para los investigadores, pues fue en ese año cuando se instituyó, al cumplir la Escuela sus 45 años, el Premio a la Investigación Educativa, iniciativa del Consejo Editor de la Revista de Pedagogía apoyada plenamente por las autoridades de la escuela, premiación que incluiría diploma, remuneración y publicación del trabajo, una iniciativa que se mantiene hasta hoy.
Considerando lo anterior, podría decirse que el clima favorable, en cuanto a libertad y respeto, desde aproximadamente mediados de los noventa dentro de nuestra universidad y nuestra escuela, con la invalorable ayuda financiera del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, pueden haber sido factores claves para explicar el perceptible auge de la comunicación de la investigación en esta escuela, auge actual consustancial con la actividad de diversa índole que ha venido ocupando a esta institución que administra tres programas de formación docente, con más de cuatro mil estudiantes y unos ciento cincuenta profesores.
EL EDITOR
ceblan@cantv.net