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Paradígma

versión impresa ISSN 1011-2251

Paradígma vol.33 no.2 Maracay dic. 2012

 

HACIA UN NUEVO PARADIGMA EN ORIENTACIÓN VOCACIONAL

 

Olga Oliveros.  Julio R. González Bello.

 

Universidad de Carabobo; Valencia, Venezuela oeol84@hotmail.com

Universidad de Carabobo; Valencia, Venezuela juliogonzalez47@gmail.com

 

RESUMEN

El objetivo del presente  trabajo investigativo es formular algunas sugerencias dirigidas a la elaboración de una nueva propuesta paradigmática en el área de la Orientación Vocacional, actualizada y más relacionada con el ámbito latinoamericano. En el mismo se hace una breve revisión  de la Orientación Vocacional en el Mundo, en América Latina y en Venezuela. También se presentan algunas definiciones y opiniones de autores relevantes que sugieren un cambio en la forma como ha sido concebida la Orientación Vocacional, y además se comentan las necesidades actuales que presenta el campo ante el surgimiento de nuevas problemáticas sociales.  La principal sugerencia que puede hacerse al final de este trabajo es que se necesita una nueva forma de actuar y de concebir la Orientación Vocacional, con un tipo de Orientación, que pudiera denominarse Confluente, ya que la propuesta es que todas las dimensiones humanas deberían ser consideradas al mismo tiempo y sin fragmentaciones que sean irreales y fantasiosas. Este modelo de Orientación Confluente será presentado posteriormente.

 

Palabras Clave: Orientación Vocacional, Propuesta Paradigmática, Problemáticas Sociales y Orientación.

TOWARD A NEW PARADIGM IN VOCATIONAL GUIDANCE

 

ABSTRACT

The objective of this paper is to make some suggestions to the development of a proposed new paradigm in the area of Vocational Guidance, updated and more related to the Latin American.This research paper presents a brief review of career guidance n the World, Latin America and Venezuela. It also presents some definitions and opinions of relevant authors that suggest a change in the way Vocational Guidance has been conceived, and also discusses the current needs of the field before the emergence of new social problems. The main suggestion to do at the end of this paper is that it requires a new way of thinking and acting Vocational Guidance, Guidance, that it could call Confluent, since the proposal is that all human dimensions should be considered at the same time and without fragmentations that are unrealistic and fanciful. This model of Confluent Guidance will be presented later.

 

Key Words: Vocational Guidance, Paradigmatic Proposal, Guidance and Social Problems.

 

Recibido: 14/09/2012. Aceptado: 15/11/2012

 

 Un poco de Historia

Al parecer  la Orientación, en un sentido generalizado para el común de la gente y para muchos de sus profesionales,  ha estado relacionada con el consejo y la toma de decisiones. Así por ejemplo en la antigüedad los reyes y los comandantes de ejércitos, ante un panorama de posibles guerras y calamidades, consultaban acerca de lo que le aconsejaban los oráculos en relación con las decisiones que debían tomar; es decir, buscaban algún consejo u “orientación”; algunas veces los tomaban en cuenta y otras no; pero, el servicio como tal estaba allí disponible para el que quisiera tomarlo.

Hoy en día, a los jóvenes que no saben qué decisión tomar ante algunas se situaciones les dice que necesitan “orientación”, que están “desorientados”. De la misma manera, se dice que en las tribus primitivas estos deberes estaban reservados para los más ancianos o sacerdotes quienes decidían sobre los asuntos más importantes de la vida de una comunidad o la vida personal de cada individuo. De lo anterior puede deducirse que por esa razón el símbolo que tradicionalmente representa a la Orientación es una brújula o rosa de los vientos, quizás con la intención de que nos ubiquemos en una dirección determinada, y no sigamos “desorientados” o “sin orientación”.  De igual manera así como en nuestros días el concepto de  consejo en Orientación ya dejó de usarse, quizá también sea hora de pensar en otro símbolo que identifique a los orientadores.

También pudiera decirse que la Orientación en sus primeros tiempos, fue realmente integral e intentaba abarcar todas las decisiones que pudieran tomarse en cualquier ámbito o área de la vida. Pero con el transcurrir del tiempo se dio paso a la especialización y para poder atender a la fragmentación del hombre se dio origen a la Orientación Personal-Social, a la Orientación Familiar-Sexual y a la Orientación Vocacional, porque se entendía que estas áreas se podían abordar en forma separada. La Orientación podía ayudar a una persona que tuviera un conflicto personal, pero que ese problema no tenía que estar relacionado con lo vocacional. En el marco de esta superespecialización, en estos momentos se habla de una Orientación Comunitaria; y quizás al igual que la psicología se pueda hablar también de una Orientación Social.

En cuanto a la Orientación Vocacional, como es de suponer,  desde su aparición hasta la fecha ha tenido diversas concepciones. Algunas señalan que la Orientación Vocacional se ocupa de que los estudiantes no se equivoquen cuando tomen una decisión vocacional y así poder evitar fracasos en sus vidas. Otras consideran que la Orientación Vocacional facilita que los estudiantes tomen las mejores decisiones vocacionales, si no la correcta por lo menos la más adecuada, atendiendo a sus características de personalidad e intereses detectados. Los más simplistas consideran que solamente se trata de diagnosticar los intereses y aptitudes por medio de una prueba exploratoria y luego compararla con el perfil exigido en la carrera. Los que mejor se compaginen entre estas dos variables tendrán mayor éxito.

Otros consideran que lo que se debe hacer es descubrir los intereses, relacionarlos con las calificaciones obtenidas hasta cuarto año de Bachillerato y con algunas condiciones socioeconómicas y educativas;  y del análisis de estas tres variables se obtiene el área del conocimiento que se debe seleccionar como carrera.

Para otros,  lo único que se debe hacer es presentar la información de las carreras existentes en las distintas universidades, para que el estudiante seleccione la que más le guste. A esto por supuesto se le puede agregar algún tipo de encuentro vivencial, payasitos incluidos, para que la “Orientación Vocacional” funcione.  Pero ya en la primera parte del siglo XXI es necesario ir pensando en otras posibilidades, las cuales serán consideradas más adelante en este trabajo.

En cuanto a las razones que dieron origen de la Orientación Vocacional, Gavilán (2006) afirma que  puede ubicarse, en los Estados Unidos, con Frank Parsons en 1909, en un período de profunda crisis económica. Y adicionalmente la autora agrega “Este ingeniero, preocupado especialmente por lo social, trató de colaborar para que los jóvenes de medios desfavorables pudieran elegir una ocupación” (p.32). También, la misma autora señalada, afirma que luego J.B. Davies, en 1913 “la introdujo en el currículo de los alumnos del secundario” (p. 33). Pero del origen de la Orientación, se han dado otras interpretaciones y al parecer pudieron  haber estado presentes otros intereses. En este punto,  Rascovan (2008) nos dice que quizás el origen de la Orientación no fue tan altruista como parece ser, sino que tuvo un origen guiado por otros intereses y que beneficiaba sólo a la clase pudiente que manejaba los medios de producción y afirma categóricamente que: “La Orientación Vocacional y la Orientación Educativa… nacieron como respuesta a las exigencias del capitalismo industrial” (p.43).

Independientemente de cuál de las razones esgrimidas para el origen de la Orientación Vocacional sea la verdadera, lo cierto es que en los actuales momentos la Sociedad está pasando por un período de cambios que obliga a los profesionales de la Orientación a reinventar concepciones teóricas e intervenciones prácticas ya que la conformación de nuevos escenarios sociales así lo reclama. Ya no se trata solamente de asistir a las personas en la toma de una decisión vocacional, sino ir mucho más allá. Se trata de responder también a interrogantes relacionadas con: ¿de qué sirve una decisión vocacional si luego no puedo ingresar al campo seleccionado?,  bien porque no hay cupos disponibles o porque se carece de los medios económicos para permanecer en la carrera seleccionada o porque no hay posibilidad de ejercer la ocupación para la cual se preparó la persona.

Definiciones y Opiniones

Desde sus comienzos hasta la fecha, salvo raras excepciones, la Orientación Vocacional ha estado atada a la idea de la toma de decisiones relacionadas únicamente con la elección laboral o educativa. Esta situación es perfectamente señalada por Castañeda y Niño (2005), de donde se extraen las siguientes citas, que por su significación se prefiere transcribirlas textualmente:

Para Parsons, citado por Bisquerra (1996), la orientación vocacional es una correcta elección donde hay tres amplios factores: 1) todos los individuos necesitan tener una clara comprensión de sí mismos, de sus aptitudes, intereses, ambiciones, recursos, limitaciones y sus causas; 2) un reconocimiento de los requerimientos y condiciones de éxito, ventajas y desventajas, recompensas, oportunidades y perspectivas en diferentes lí-neas de trabajo; 3) un auténtico razonamiento sobre la relación entre estos dos grupos. (p. 149)

González (2010) cita a Fitch (1935), quien define la orientación vocacional como el proceso de asistencia individual para la selección de una ocupación, preparación para la misma, el inicio y el desarrollo en ella. (p.149)

“Mora (1998) cita a Germain (1980), quien define la orientación profesional como una actuación científica completa, actual y persistente, destinada a conseguir que cada sujeto se dedique con libertad, pero con conocimiento, al tipo de trabajo profesional para el cual está más dotado, y en el que con menos esfuerzo pueda conseguir mayor rendimiento y mayor provecho, así como mayor satisfacción para sí mismo, al tiempo que el máximo éxito en el ambiente social (Castañeda y Niño, 2005, p. 29).

Como puede verse de las tres definiciones consideradas y que están ubicadas desde el 1935 al 1996 puede destacarse que las mismas hacen mención al esquema tradicional de la Orientación Vocacional, cual es el de  asistir a una persona en la selección de una ocupación, trabajo o tipo de estudio. Sin embargo, también se puede destacar que ya desde 1999 se deja entrever que la Orientación Vocacional pudiera tener otro objetivo. Así lo destacan Mitchell, Levin y Krumboltz (1999) cuando afirman que el objetivo de la Orientación Vocacional es “facilitar el aprendizaje de destrezas, intereses, creencias, valores, hábitos de trabajo y cualidades personales que capacitan a cada persona para crear una vida satisfactoria en un mundo laboral constantemente cambiante" (p. 116-117). En este nuevo enfoque ya se supone que la Orientación vocacional no es solamente la toma de decisiones vocacionales sino facilitar el aprendizaje de destrezas y la creación de una vida satisfactoria.  Como puede verse esta concepción presupone de por si un nuevo paradigma.  

Además de las definiciones mencionadas también se pueden encontrar opiniones muy interesantes en relación con la Orientación Vocacional. También vale la pena resaltar que entre connotados autores de fecha reciente todavía prevalece la idea de la toma de decisiones vocacionales. Chacón y Martínez (2003) señala que en Venezuela los estudiantes no reciben una Orientación que facilite “una toma de decisiones de carrera, firme, consistente y responsable.” (p.69). Frisancho León (2006) resalta que la Orientación Vocacional busca facilitar la concordancia entre las  “capacidades, actitudes, valores e intereses y las aptitudes necesarias para las diversas opciones que presenta el mundo laboral, de tal manera que se encamine hacia la autorrealización personal.” (p.24). Y más recientemente D´Orazio Quintero, D´anello Koch, Escalante, Benítez, Barreat, y Esqueda Torres, (2011),  plantean que toda la situación que están viviendo actualmente nuestros estudiantes “…genera la necesidad de una intervención de profesionales en la orientación vocacional, para ayudar a estos jóvenes a tomar una decisión acertada sobre su futuro profesional, en el momento preciso” ( p.2)

Dentro de este grupo de opiniones reseñadas llama la atención que todavía en autores más recientes, desde el 2000 hasta la fecha, se insiste en que la Orientación Vocacional persigue como objetivo toma de decisiones relacionadas con un futuro profesional.

Una palabra clave en las definiciones y opiniones anteriores hace entonces suponer que la Orientación Vocacional se ocupaba y al parecer todavía se ocupa  de las decisiones vocacionales, es decir, seleccionar qué carrera estudiar. ¿Pero esto sigue siendo de esa manera? Y ¿Esto habrá que mantenerlo?

La Orientación Vocacional en América Latina y en Venezuela

Así como se ha podido constatar que todavía persiste un arraigo consistente y muy fuerte relacionado con la idea de que la Orientación está focalizada solamente en la toma de decisiones vocacionales considerando solamente la concordancia entre las características personales de los individuos y las carreras y ocupaciones existentes, es necesario resaltar que esta concepción está cambiando y actualmente se buscan nuevas concepciones y se incorporan nuevos agregados teóricos al campo vocacional. Así por ejemplo Molina (2001, citado en Molina, 2004), reseña que en la Orientación Vocacional además de tratar de conocer las capacidades, gustos e intereses tiene que considerar también el “…contexto familiar y la situación general del medio donde se está inserto para poder decidir acerca del propio futuro.” (p.2)

En este mismo sentido Castañeda (2005) incorpora que en este proceso también hay que considerar que en las personas que solicitan Orientación Vocacional hay que tomar en cuenta a “los participantes de su red personal y social” (p. 149)

Todo este movimiento de transformación también puede precisarse en muchos países de América Latina. Además de las definiciones es conveniente también sopesar lo que se ha comentado de la Orientación Vocacional en América Latina y en Venezuela, en lo particular. Dada la trascendencia e importancia de las opiniones expresadas desde América Latina, se reproducen textualmente algunas de estas consideraciones.

Rascovan (2008) desde Argentina nos dice que: “La Orientación Vocacional y la Orientación Educativa son prácticas en permanente construcción, deconstrucción y reconstrucción que nacieron como respuesta a las exigencias del capitalismo industrial y que hoy requieren ser revisadas en función de las coordenadas que dominan el actual escenario social: desigualdad, vulnerabilidad, exclusión, desafiliación.”. (p.43)

Desde Brasil, Duarte Bock (2010) nos dice  que “El eje central de intervención de la orientación profesional debería ser modificado. En vez de tener como preocupación central la escogencia profesional de los sujetos, debería dedicarse a que ello comprendieran la organización y la forma de trabajo de la sociedad actual.” (p. 21-22)

En opinión de Hansen (2006) las teorías que dan soporte a la Orientación Profesional “se basaban en los patrones laborales de los hombres blancos, de clase media, urbano, educados en universidades de América del Norte a principios del siglo veinte.” (p.4)

López Cardozo (2004), mexicano, nos invita a abandonar el modelo desarrollista de la Orientación que aún prevalece en América Latina.

Desde Colombia, Huertas y Calle (2010) afirman que “La orientación vocacional se ve retada, pues su formas tradicionales de test, de información de universidades y de construcción de proyectos de vida, carece de sentido para los jóvenes, quienes elaboran ´proyectos de supervivencia´…” (p.402) y afirman que en vez de elaborar proyectos de vida se debe desarrollar el sentido de vida.

Para Platone y Cabrera de Brazón (2005) desde Venezuela, enfatizan que 

En las instituciones de educación media del país no se realizan labores de orientación de alto nivel que ayude a los alumnos en el proceso de escogencia de la carrera. Normalmente se ofrece información relacionada con los requisitos exigidos para ingresar en la educación superior y sobre oportunidades de estudio. Pero la información se da completamente descontextualizada y muy cercana al momento en que el joven siente la urgencia de tomar la decisión. (p.2)

Otros de los términos nuevos recientemente sugeridos, desde Venezuela es el término del Síndrome de Indiferencia Vocacional, el cual sugiere la presencia en los jóvenes de altos índices de apatía, desmotivación e insatisfacción.  D´Orazio Quintero, D´anello Koch, Escalante, Benítez, Barreat, y Esqueda Torres, (2011) afirman que:

En un intento de profundizar un poco más sobre este punto, en el Centro de Investigaciones Psicológicas  se ha hipotetizado la presencia de un Síndrome de Indiferencia Vocacional (siv) en un alto porcentaje de adolescentes. Un síndrome de indiferencia que puede caracterizarse por la incapacidad del adolescente para visualizar a plenitud su verdadera orientación vocacional, y que pudiera explicarse por la existencia de anomia social (en realidad falta de asimilación de reglas y/o normas sociales característico de sociedades excluyentes), incertidumbre, ausencia en la búsqueda activa de información, desinterés, atribución externa de la decisión o porque la realidad nacional actual no promueve intereses específicos en la vía del desarrollo profesional.(p3)

Se asume, teóricamente, que el síndrome presenta tres dimensiones que lo caracterizan: indiferencia académica…. Desinterés profesional,.. Y hedonismo,  (p.3)

Y muy recientemente la colega mexicana Rosado (2012) aún cuando continua con la idea de que la Orientación Profesional es para la escogencia de una profesión, nos sugiere no olvidar la problemática del género. Y en ese sentido afirma:

A pesar de los avances que se han logrado en materia de equidad en el acceso a la educación superior, aún se reproducen los estereotipos de género (dividir las profesiones en femenino y masculino). Estos estereotipos sexuales se han cuestionado de manera insuficiente en la formación profesional; en la orientación vocacional y profesional no se proporcionan herramientas cognitivas, ideológicas, éticas, teóricas y metodológicas que ayuden a deconstruir estos estereotipos socioculturalmente construidos y asignados en la formación de los profesionistas, donde se sigue trabajando en términos de profesiones femeninas y profesiones masculinas. (p. 36-37)

En Venezuela, hasta donde se conoce, en el campo de la Orientación Vocacional se hace muy poco de manera sistemática. Quizás algunos orientadores en forma personal darán algunas charlas motivacionales, realizarán talleres de preparación vocacional o aplicarán algún programa de orientación, elaborado por ellos mismos,  desde el primer grado de primaria hasta el 5º año de Bachillerato. 

En el caso venezolano también se puede reseñar que se aplica una prueba nacional de exploración vocacional a nivel de 4º y 5º año de Bachillerato. Basadas en los resultados en esa prueba se recomiendan áreas de conocimiento a los alumnos. Al parecer se sigue el criterio de determinar cuáles son los intereses y aptitudes para luego considerar cuáles serían opciones más adecuadas para cada estudiante.

Para la zona central  de Venezuela existe un programa de la Universidad de Carabobo, conocido como el Programa Regional de Información y Orientación Vocacional  (PRIOV).  Básicamente concebido para los estudiantes de los Estados Carabobo, Aragua, Cojedes y parte de Falcón, siendo estos estados los que son considerados del área de influencia de la  mencionada universidad. El PRIOV  depende directamente de la Secretaría de la Universidad y su finalidad es la de ofrecer a los estudiantes de educación media y diversificada las condiciones de equidad e igualdad que les permitan “el pleno desarrollo de sus potencialidades intelectuales, emocionales y creativas, así como su ingreso y permanencia en los estudios de educación superior o el campo laboral”. Como se puede observar, es una iniciativa interesante y sistemática que se ha venido llevando a cabo durante las últimas décadas pero que no parece suficiente para corregir la visión tradicional de la Orientación Vocacional en Venezuela, donde ha sido concebida bajo el enfoque de Información Educativa y Vocacional (informar de las oportunidades de estudios universitarios y también aplicar la Encuesta Nacional de Exploración Vocacional).

Así lo dejan ver Cabrera y Platone (2005) cuando afirman que “Hasta ahora la escogencia vocacional pareciera limitarse a los aspectos psicométricos y de información vocacional, considerándolos elementos básicos y suficientes para la elección de carreras.” (p. 13). De la misma manera señalan, enfáticamente,  que: “…la elección vocacional va más allá de la simple información sobre carreras, la evaluación de aptitudes e intereses o la adecuación a un perfil determinado previamente por la institución.” (p.14)

En un sentido general, todavía está vigente la esencia de la teoría de los factores segín la cual que hay que descubrir las potencialidades de cada estudiante y con base en ello recomendar las oportunidades o áreas de acción; antes era seleccionar un trabajo.

¿Por qué un nuevo paradigma?

Algunos planteamientos sobre la necesidad de revisión y de cambio en los fundamentos teóricos de la Orientación provienen de muchos autores de diversas latitudes.

Burns (2008), un sociólogo australiano, afirma que en el campo de la Orientación, el Hemisferio Sur necesita mirar por nuevos modelos teóricos. Hasta ahora sólo se han considerado los modelos propuestos por el Hemisferio Norte.

Esbroeck, Palladino, Trusty and Gore (2009) sugieren la necesidad de hacer una evaluación de la validez de los modelos teóricos usados en orientación.

González y Moreno (2006) afirman que “La Orientación...está mediada por un conjunto de teorías que obstaculizan la comprensión de la realidad debido a que las mismas se caracterizan “por la impertinencia y la externalidad.” (p.571)

Desde Colombia, Mosquera (2006) indica que otra problemática importante de nuestra profesión radica en la: “carencia de identidad en lo referente al perfil de formación académico, profesional y ocupacional del orientador.”. (p.2). Cabrera y Platone (s/f) afirman también  que es necesario:

…considerar la urgente necesidad de replantearse las nociones de orientación vocacional de acuerdo a concepciones teóricas actualizadas que no simplifiquen el problema en términos de excelencia para la inserción al mercado de trabajo, sino que tomen en cuenta la mayoría de las dimensiones personales y sociales antes mencionadas que tendrían más que ver con la pertinencia de la formación educativa y personal del estudiante, brindándole la oportunidad de ser un sujeto activo, creativo, consciente y comprometido en su toma de decisiones. (p. 20-21)

Finalmente, otro aspecto muy reciente que pudiera considerarse en la justificación de la búsqueda de alternativas en el campo de la Orientación está en los datos aportados por González (2010), quine señala que producto de una investigación realizada en 50 por ciento de los países latinoamericanos se resalta que: “…el 49 por ciento de los encuestados no está satisfecho con la preparación recibida y el 91 por ciento establece que los programas de formación deben ser mejorados.”. (p.4).  Lo cual pudiera sugerir el grado de disconformidad presente en el orientador latinoamericano y sería una variable positiva a considerar a la hora de proponer innovaciones, métodos, modelos o enfoques en el campo de la orientación.

Otro aspecto a tomar en cuenta en el caso de la inconveniencia de la aplicación de Modelos de Orientación extraños a nuestro medio e idiosincrasia es el hecho de que, a diferencia de lo que ocurre en Europa, Asia o Estados Unidos, a juicio de Blat (1981) “América Latina no es un conjunto uniforme. Hay una América con pueblos preponderantemente indígenas. Una América mulata con altos porcentajes de raza negra; una América casi europea en el cono sur; una América mestiza de blancos e indios” (p.14)

Hasta la fecha la Orientación Vocacional ha estado centrada en facilitar la toma de decisiones vocacionales, relacionadas con el tipo de estudio o de trabajo que se pueda realizar. Pero de un tiempo a esta parte se ha intentado cambiar ese paradigma. Algunos autores se muestran partidarios de que asumamos el término Orientación para la Carrera, con la salvedad de que el término carrera, o career en inglés, para los anglosajones no significa lo mismo que para nosotros. Para ellos “career” hace referencia a la vida y a los diferentes roles que puede desempeñar un individuo durante su vida, pero para muchos de nosotros el término “carrera” asume directamente el trabajo o empleo desempeñado, y la postura de América Latina debería ser un poco más compleja como complejo es nuestro pueblo que surge de la confluencia de múltiples culturas, algunas autóctonas y otras adoptadas desde lo más profundo del ser latino.

Dentro de las propuestas de cambio, González (2007-2008) señala que:

…el Dr. John Krumboltz en una de las conferencias centrales de la Asociación Internacional para la Orientación Educativa y Vocacional (IAEVG, siglas en Inglés), celebrada en Berna, Suiza, en 2003, cuando indicaba que: 1) El objetivo de la Orientación Vocacional/Profesional es crear una vida satisfactoria, no tomar una decisión vocacional; 2) Los tests estimulan el aprendizaje, no deciden una ocupación, y 3) La Orientación debe estimular las acciones exploratorias. (p.45)

Otra consideración importante del I Congreso Iberoamericano realizado en Argentina, en 2004,  fue la realizada  por la Dra. Mirta Gavilán, en sus palabras de instalación del evento cuando afirma que:  

…definitivamente se reconoce que la denominación de Orientación Vocacional no significa que sólo se aborden problemas relacionados con la selección de tipo de estudio o la ubicación en un trabajo determinado, sino que la Orientación Vocacional debe ocuparse por aspectos integrales de la vida de los ciudadanos así como contribuir al desarrollo económico y social de los países, y que aún cuando se reconoce la naturaleza global de los problemas, las soluciones no pueden ser las mismas en cada país. (González y Lessire,  p. 5).

Necesidades actuales

En el mundo actual, y no sólo en América Latina, se están presentando situaciones realmente difíciles. Las debacles económicas de los países europeos y las exigencias sociales de muchos pueblos latinoamericanos ameritan que la Orientación Vocacional cambie drásticamente su campo de acción. Ya no se trata solamente de que los jóvenes puedan tomar una decisión vocacional, ahora se trata de qué voy a hacer con mi vida; por eso, se habla ahora de proyecto de vida. En líneas generales pudiéramos afirmar que un proyecto de vida está conformado por tres grandes subproyectos interrelacionados e inseparables entre sí: el proyecto personal, el proyecto profesional y un proyecto social. Estos tres subproyectos deben ser atendidos en la misma proporción y con la misma intensidad. Ninguna puede sobreponer a otro. El subproyecto personal se refiere al desarrollo del sujeto, tanto en sus valores como en su salud y en su mundo familiar. El subproyecto profesional se refiere a la manera de desarrollarse en un trabajo decente, digno y sustentable. El subproyecto social se refiere al sentido de pertinencia del sujeto a una comunidad, sin el cual ninguno de los dos subproyectos anteriores  tienen sentido de trascendencia humana.

El desempeño de un trabajo continúa siendo un aspecto de suma importancia dentro del campo de la Orientación Vocacional. En relación con el, Somavia, (2006), afirma que:

…ocupa un lugar fundamental en nuestras vidas: nos da un sentido de propósito e identidad, y nos permite obtener ingresos para satisfacer nuestras necesidades materiales. El trabajo es uno de los principales mecanismos que usamos para relacionarnos con los demás. Se trata a la vez de una responsabilidad individual y de una actividad social, que a menudo requiere la colaboración en el seno de un equipo. Puede ser fuente de dignidad y de satisfacción. Pero también puede ser fuente de explotación y frustración. Para las familias y las comunidades, el hecho de disponer de un trabajo decente es un elemento fundamental para la estabilidad y el progreso social. (p. v).

Y más adelante el mismo autor añade:

El trabajo ocupa el centro de la vida de la gente. De él dependen la estabilidad y el bienestar de las familias y las comunidades. El trabajo se encuentra en la sustancia misma de las políticas locales y nacionales. Sin embargo, como resultado de los cambios sociales y económicos sin precedentes que están afectando a todos los sectores de la actividad económica y a todos los países, el futuro del trabajo suscita hoy un sentimiento generalizado de incertidumbre. (p,xv)

Algunas sugerencias.

La vida de los seres humanos es una sola, indivisible, integral y sistémica. No deberíamos continuar haciendo estudios y aplicando programas fragmentados y parcelados. Ya no más programas de orientación vocacional, sexual, o familiar, en forma individual y separada. De igual manera la Orientación es una sola, integral e integrada. En donde la idea central es elaborar planes de acción de confluencia. Planes de acción que nos permitan desarrollar al ser humano como sujeto. En el sentido de que un sujeto es la interacción de un  individuo, en todas sus dimensiones, con su entorno social y comunitario.

Si es por asignarle algún nombre quizás a este tipo de Orientación lo pudiéramos llamar una Orientación Confluente. (González y Lessire, 2009; González, 2007). El término confluente nos sugiere la idea de la orientación debe darse considerando el mayor número de las dimensiones que sean posibles. Entre estas dimensiones las básicas serían las que conforman el individuo (personales) y las del entorno donde se encuentre (contextuales).  Este entorno, que en nuestros países, se presenta como una aventura incierta y cargada de incertidumbre, ya por la situación económica, política o social y que nos sumerge en un mundo violento atentando contra todo aquello que la orientación trata de rescatar en el género humano. Estos aspectos confluentes en sí mismos ayudan al rescate de la orientación, de allí la importancia semántica del término Orientación Confluente. “…el joven que debe hoy escoger una profesión o elaborar su proyecto de vida no es libre de realizar una selección sólo individual, pues sufre diversas influencias del medio donde está, en especial de la escuela y de la familia” (“o jovem que deve hoje escolher uma profi ssão e elaborar o seu projeto de vida não está tão livre para realizar uma escolha apenas individual, pois sofre diversas influências do meio em que está inserido, em especial da escola e da familia”). (p. 206). (Grijo y Seixas, 2011, p. 206).

Bajo este enfoque los planes de Orientación son planes integrados, donde se atiendan, al mismo tiempo, todas las dimensiones de un sujeto: lo personal (incluyendo la salud), lo familiar, lo social-comunitario, lo vocacional-profesional. Dentro de esta misma concepción se pudiera considerar que la Orientación debe ser vista como un proceso transversal en todo el sistema educativo  y este esquema pudiera basarse en la idea propuesta por Cabrera y Platone (2005) cuando afirman que durante todos los estudios los alumnos pudieran considerar unas guías de trabajo conformadas con las siguientes sesiones: “El Proyecto de vida. La construcción del Proyecto. El Proyecto personal en la trama de la comunidad. La toma de decisiones. La elección de la carrera en el Proyecto de vida y en el Proyecto de país. Evaluación.” (p. 32).

Definitivamente la dimensión vocacional-`profesional no puede desligarse de la Orientación, ya que una de las formas de que cualquier sujeto pueda conseguirle algún sentido a la vida, además del proyecto familiar es un proyecto vocacional. La dignidad humana sólo puede construirse con la responsabilidad de un trabajo decente. Al Trabajo Decente lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como “Trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, donde los derechos son protegidos, la remuneración es adecuada y la protección social satisfactoria” (Hidalgo, 2012, p. A-4)

Como se sabe desde hace mucho las acciones prácticas deben estar sustentadas en una teoría. Si no se hace de esa manera, las disciplinas no pasarían de ser una técnica. Afortunadamente, ya en América Latina, existen algunos modelos teóricos que bien pueden empezar a considerarse como soportes de esta propuesta. Dentro de estos modelos, además de los modelos propuestos por dos colegas argentinos, Mirta Gavilán, con su modelo operativo de orientación vocacional y el de Sergio Rascovan con su modelo de Orientación Vocacional Comunitaria; pudiéramos también considerar algunos modelos venezolanos, tales como el de la Dra. Omaira Lessire, denominado como un Modelo Armónico de la Orientación; el modelo de la Dra. Alida Malpica, denominado como un Modelo Interactivo de la Orientación y la propuesta del modelo de la orientación Transformadora de la Dra. Aliria Vilera.

Finalmente al terminar de hacer estas reflexiones es necesario considerar que en estos momentos necesitamos una nueva forma de actuar y de concebir la Orientación Vocacional, con un tipo de Orientación, que pudiéramos denominar Confluente, ya que la propuesta es que todas las dimensiones humanas deberían ser consideradas al mismo tiempo y sin fragmentaciones que sean irreales y fantasiosas. Afortunadamente ya tenemos también el soporte teórico que nos pudiera ayudar a avanzar en este sentido. Sólo nos queda organizarnos y empezar a considerar las posibilidades de diseñar una Orientación Latinoamericana, tratando de cumplir con la frase que identifica el lema de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación:

“tenemos la obligación y la responsabilidad de crear un futuro propio”.

Declaración Final de la Conferencia Regional de Educación Superior en América

Latina y el Caribe (CRES) (2008, p. 13)

 

LOS AUTORES

 

Olga Oliveros.

Profesora de la Universidad de Carabobo. Magister en Investigación Educativa. Línea de investigación: Nuevos paradigmas en orientación. E mail: oeol84@hotmail.com .

 

Julio R. González Bello.

Profesor Titular de la Universidad de Carabobo. Doctor en Educación. .Línea de Investigación: Orientación, Sociedad y Trabajo.  E mail: juliogonzalez47@gmail.com

 

Referencias

 

1. Bisquerra, R. (1996). Orígenes y desarrollo de la Orientación Psicopedagógica. Madrid: Narcea.

2. Blat Gimeno, J., (1981). La educación en América Latina y el Caribe en el último tercio del siglo XX. UNESCO.

3. Burns, E., (2008). How can a “Southern Theory” perspective contribute to New Zealand Counselling? New Zealand Journal Counselling, Vol. 28 (2) pp. 10-24.

4. Cabrera de Brazón, M.I. y Platone, M.L. (s/f). Programa Nacional de Orientación Profesional. Informe Final. Fundatebas. Caracas.

5. Disponible en: http://www.redtebas.com/pdf/PROGRAMA%20NACIONAL%20DE%20ORIENTACION%20PROFESIONAL.pdf . Consulta: 10 de Octubre 2011

6. Castañeda Cantillo, A. E. y Niño Rojas, J.A. (2005). Orientación Profesional desde una perspectiva sistémica. Universidad Santo Tomás. Bogotá.

7. Chacón Martínez, O. (2003). Programa de Orientación Vocacional para la educación media y diversificada. Acción Pedagógica. Vol. 12. N. 1. Pp. 68-79.

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