Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
-
Citado por SciELO
-
Accesos
Links relacionados
-
Similares en SciELO
Compartir
Cuadernos del Cendes
versión impresa ISSN 1012-2508versión On-line ISSN 2443-468X
CDC v.24 n.64 Caracas ago. 2007
Sociología y política
Juan Carlos Portantiero
OSCAR MORENO*
* Ex Profesor Investigador del Cendes, actualmente Profesor de Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires
El profesor Juan Carlos Portantiero (1934/2007), quien fuera Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Doctor Honoris Causa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) entre otras muchas distinciones académicas, fue la misma persona que el Negro Porta, aquel ciudadano comprometido con las ideas socialistas, desde la militancia juvenil en Vanguardia Revolucionaria, hasta la presidencia del Club de Cultura Socialista en varias oportunidades.
Homenajear a quien hasta hace poco nos honraba con su amistad parte de compartir y reafirmar una opinión expresada por Emilio de Ipola1 acerca del doble compromiso que caracterizó su vida. El primero: un «compromiso intelectual» de adquirir y forjar las herramientas que le permitieran analizar, sin triunfalismos ni pesimismos, la realidad política. El segundo: un «compromiso político» de poner a disposición su capital intelectual y su militancia con todo aquello que desde su punto de vista colaborara a la transformación democrática de la sociedad.
Del primero nos ocuparemos al comentar sus mayores aportes desde el punto de vista intelectual: Estudios sobre los orígenes del peronismo (2004) y Los usos de Gramsci (1983). Del segundo dan cuenta su militancia juvenil, primero en el Partido Comunista y después en Vanguardia Revolucionaria. Luego, todo lo que representó para varias generaciones las búsquedas que desarrolló conjuntamente con Pancho Aricó y un grupo de compañeros identificados con la publicación de la revista Pasado y Presente en sus dos etapas. Las creaciones colectivas, que fueron el Grupo de Discusión Socialista en México y el Club de Cultura Socialista en Buenos Aires. Su activa participación en el grupo Esmeralda en apoyo al proyecto democrático que lideraba el Dr. Raúl Alfonsín. Finalmente su incesante colaboración en las revistas Controversia y Ciudad Futura.
Silvia Sigal (1991) hace un análisis de la relación entre la vida universitaria y los centros privados en los sesenta, elaborando una tesis acerca de la vulnerabilidad de las instituciones del Estado que escapa a los límites de este recuerdo. Sin embargo, sirve para dar cuenta del nacimiento del Instituto Di Tella, vinculado al financiamiento extranjero, tanto en los centros de investigaciones en ciencias sociales (los llamados Centros de Belgrano) como en el edificio de la calle Florida vinculado a las artes. Dentro de los Centros nació, a influjos de Gino Germani, el Centro de Sociología Comparada, que en 1966 se transformó en el Centro de Investigaciones Sociales (CIS), cuyo primer director fuera Jorge García Bouzas. El CIS impulsó una serie de investigaciones y la publicación de la Revista Latinoamericana de Sociología con la impronta de Torcuato Di Tella y Eliseo Verón.
En ese marco se instalaron Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero a fin de realizar una investigación sobre la génesis del peronismo, que se constituyó en una contraposición con dos de las caracterizaciones más importantes y divulgadas en la época: las de Gino Germani (1962) y Milcíades Peña.2
Los primeros resultados de esa investigación, que se realizó en el marco de los años sesenta argentinos caracterizados por el gobierno militar de Juan Carlos Onganía, la aparición de un sector combativo de la Confederación General del Trabajo (CGT de los Argentinos) (v. Moreno, 1979) y el corrimiento del movimiento estudiantil hacia el peronismo, fueron dos trabajos publicados como Documentos de Trabajo del CIS. El primero abordaba el concepto de la alianza de clases, relacionado con el crecimiento industrial (Murmis y Portantiero, 1968), mientras que el segundo trataba de la influencia del sindicalismo en los orígenes del peronismo (Murmis y Portantiero, 1969). Los dos trabajos citados conformaron un libro que fue editado por impulso de Pancho Aricó en Siglo XXI (1971), quizás sin saber que se estaba dando origen a uno de los libros más reeditados (legal e ilegalmente) y fotocopiados de las ciencias sociales en la Argentina. Desde la primera edición los autores advirtieron que el libro debía ser leído como «
un intento de plantear y discutir algunas de las condicionantes económicas, sociales y políticas que facilitaron, a comienzos de la década de los cuarenta, su surgimiento [el del peronismo] como alternativa de poder
» (Murmis y Portantiero, 2004:49).
¿Por qué este libro se transformó en un clásico? Porque abrió un debate en Argentina sobre temas que estaban cristalizados en interpretaciones político-ideológicas de diferentes signos, y secundariamente porque permitió expandir seriamente y a la vez popularizar las categorías sociológicas en el análisis político.
La primera parte del libro ataca a «
un extendido sentido común implantado por las corrientes nacional populistas, que presentaban a ese período como un regreso a una vieja dominación de la élite terrateniente y el imperialismo inglés (
) si la Década Infame había sido vista por estas tendencias como una etapa de plena restauración oligárquica y colonial, para Germani había tenido también un carácter obstaculizador en el proceso de modernización política del país
» (ibíd., p. 18).
La propuesta de los autores fue la de entender este período como el de la ruptura del modelo neocolonial (basado en la exportación de productos primarios) y la aparición y desarrollo del proceso industrial de sustitución de importaciones, después de que el sector más importante de los ganaderos, los invernadores, resolviera su problema de exportaciones a través del Pacto Roca-Runciman. El Estado, a su vez, debió intervenir para controlar el desarrollo de la economía (las Juntas Reguladoras y la creación del Banco Central fueron los mejores ejemplos). Desde esta descripción, los autores, usando categorías gramscianas, van definir una alianza de clases entre los invernadores y los industriales (corporativamente fue la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina) para instaurar un nuevo bloque de poder, mientras que los criadores (que necesitaban ampliar sus mercados externos) y los sectores medios, que se definían como librecambistas, se constituyeron en la oposición (políticamente esto se expresaba en las posiciones coincidentes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Lisandro de la Torre y la Unión Cívica Radical (UCR).
La segunda parte del libro ataca otra concepción bastante cristalizada en el origen del peronismo. «
El mismo Germani ha calculado que para 1943 el número de personas emigradas del interior al Gran Buenos Aires, con una antigüedad no mayor de diez años, alcanzaba a ochocientos mil, y concluye: Es perfectamente lógico suponer que la inmisión relativamente brusca de esta nueva masa de población dotada de características psicosociales propias y diferentes de los habitantes de larga radicación en la ciudad haya influido en la manera de pensar y de obrar de las masas urbanas, especialmente en el sector obrero. Ello permitirá comprender mejor las causas profundas que provocaron la aparición del peronismo
».3 Las «masas disponibles», constituidas por los obreros industriales venidos del interior, los migrantes dedicados a actividades transitorias y los peones agrícolas y ganaderos, fue el concepto de Germani puesto en discusión por los autores.
Con lo que Estudios
rompe definitivamente es con la idea de la existencia de una nueva y vieja clase obrera y de que la estructura sindical, que es uno de los dos soportes institucionales de Juan Domingo Perón (el otro es el Ejército), no fue de su creación, sino producto del proceso de gestación de este nuevo movimiento político y social. Porque tanto en la vieja como en la nueva clase obrera el peronismo impactó de manera similar.
Este libro fue un aporte significativo a la discusión que se generó con la «reperonización» del movimiento estudiantil a finales de los sesenta y principios de los setenta, y un material de estudio en la cátedras universitarias en los ochenta, con la vuelta de la democracia.
Todo lo expuesto han hecho de Estudios
uno de los clásicos del análisis sociológico de la realidad Argentina, y donde se remarca aquel doble compromiso que antes apuntáramos.
El otro libro que nos parece importante reseñar en este recuerdo es el de la interpretación de Gramsci (Portantiero, 1983, cit.). Solo consideraremos el segundo libro con el mismo título4 en donde están los aportes centrales de Portantiero para leer a Gramsci. La clave del pensamiento que se refleja en este libro es la siguiente: «
allí donde el marxismo buscó construir una teoría de las determinaciones generales del Estado y la política, él trató de colocar otro espacio analítico mas acotado: el que puede alojar a una sociología de las transformaciones del estado capitalista y de la política burguesa
» (ibíd. p. 9).
«Los usos de Gramsci», ponencia que le da el título al libro que fue escrito en 1976, constituye, a nuestro juicio, uno de los aportes más importantesque se escribieron en América Latina para entender a este dirigente comunista italiano que murió en las cárceles del fascismo. El texto fue publicado originalmente en 1977 como una introducción a la antología de los Escritos políticos 1917-1933. En él se reconstruye la obra de Gramsci y se formula una de las hipótesis más desafiantes sobre los trabajos hasta allí realizados: aquella que niega un corte entre la obra de juventud (desde los Consejos Obreros de Turín hasta las Tesis de Lyon) y su madurez (los «Cuadernos de la cárcel»). Otra, vinculada al rescate que hacemos en el primer párrafo del comentario, puede enunciarse diciendo que Gramsci fue un teórico del capitalismo occidental periférico, ya que para él Occidente encierra dos realidades diversas: el Occidente maduro y el Occidente periférico (donde se ubicarían tanto Italia como la Argentina). Aquí se funda la actualidad de Gramsci para la Argentina, ¿qué distingue al capitalismo periférico del maduro? La desigual relación entre Estado y sociedad civil. En el pensamiento de Portantiero, en Argentina el Estado tiene un papel más relevante en la vida social que el que adopta en los países desarrollados. En concreto, la lectura de Gramsci que propone Portantiero en esa ponencia la vincula al desarrollo político de la Argentina.
Este libro se ha transformado en un clásico de la teoría política latinoamericana tanto por su utilización política, como por integrar la bibliografía de todos los programas de estudio del pensamiento político contemporáneo, pero también de los que se ocupan de la formas que adquirieron los desarrollos gramscianos en los estudios sobre la política en la Argentina, ya sea en la construcción hegemónica o en la historia del movimiento obrero.
Quizás fuimos injustos en la selección de estos dos textos, que deja afuera la obra de Portantiero de la última etapa, como su estudio sobre Juan B. Justo; pero claramente por un sesgo generacional seguimos creyendo que las obras que reseñamos muy brevemente son las que más fuertemente han impactado entre los militantes políticos y los estudiantes universitarios. Manera esta de representar las dos subjetividades que componen aquellas formas del compromiso que identificaron la vida y la obra de Juan Carlos Portantiero.
Referencias bibliográficas
1. Cantón, D., J.L. Moreno y A. Ciria (2005). «La democracia constitucional y su crisis», Historia Argentina, 2ª ed., tomo 6, Buenos Aires, Paidos. [ Links ]
2. De Ipola, Emilio (2007). «Desde ahora y para siempre», Umbrales de América del Sur, Año 1, nº 2, pp. 5-11, Buenos Aires. [ Links ]
3. Germani, Gino (1962). Política y sociedad en una época de transición, Buenos Aires, Paidos. [ Links ]
4. Moreno, Oscar (1979). «La coyuntura política argentina de 1966 a 1970 y los movimientos populares reivindicativos de carácter regional», Revista Cuadernos de Cendes, nº 44, Caracas, Cendes. [ Links ]
5. Murmis, Miguel y Juan Carlos Portantiero (1968). Crecimiento industrial y alianzas de clases en la Argentina (1930/1940), Cuadernos de Trabajo del CIS, nº 49, Buenos Aires.
Murmis, Miguel y Juan Carlos Portantiero (1969). El movimiento obrero y los orígenes del peronismo, Cuadernos de Trabajo del CIS, nº 57, Buenos Aires.
6. Murmis, Miguel y Juan Carlos Portantiero (2004). Orígenes del peronismo (edición definitiva), Buenos Aires, Siglo XXI Editores. [ Links ]
7. Peña, Milcíades (1974). Industria, burguesía industrial y liberación nacional, Buenos Aires, Fichas (reedición). [ Links ]
8. Portantiero, Juan Carlos (1983). Los usos de Gramsci, Buenos Aires, Folios Ediciones. [ Links ]
9. Sigal, Silvia (1991). Intelectuales y poder en la década del sesenta, Buenos Aires, Ediciones Punto Sur. [ Links ]
NOTAS:
1 El texto de De Ipola «Desde ahora y para siempre» (2007) reproduce, con pequeñas modificaciones, el discurso pronunciado por el autor en ocasión de la entrega del Doctorado Honorís Causa de Flacso.
2 En las ediciones de Fichas, particularmente Industria, burguesía industrial y liberación nacional, Buenos Aires, reeditado en 1974.
3 Cantón y otros, 2005:145. Las citas de Germani provienen de su obra Estructura social de la Argentina, Buenos Aires, Raigal, 1955.
4 «
título que empleo dos veces para dos libros distintos a pesar de mis sensatas reconversiones
» (De Ipola, 2007:9-10).