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versión On-line ISSN 2343-6468

Saber vol.28 no.1 Cumaná abr. 2016

 

BLASTOCISTOSIS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES DE UNA COMUNIDAD  INDÍGENA DEL ESTADO BOLÍVAR, VENEZUELA
 
RODOLFO DEVERA1, ADACRIST CORDERO2, YUBIMAR UZCATEGUI2, YTALIA BLANCO1, IVÁN AMAYA1, IXORA REQUENA1,  ROSANGELA ARAY1, JOSÉ NASTASI-MIRANDA1  

Universidad de Oriente, Núcleo de Bolívar, Escuela de Ciencias de la Salud, 1 Departamento de Parasitología y Microbiología, Grupo de Parasitosis Intestinales, 2 Departamento de Pediatría, Ciudad Bolívar, Venezuela E-mail: rodolfodevera@hotmail.com
 
RESUMEN  

La infección por Blastocystis spp., conocida como blastocistosis, es en la actualidad la parasitosis intestinal más prevalente en Venezuela y quizá en el mundo. Los niños resultan más afectados y, aunque se ha señalado un amplio espectro de manifestaciones clínicas, la mayoría son asintomáticos. Se realizó un estudio de tipo transversal en niños de la comunidad indígena Itopoicon, del estado Bolívar, Venezuela, para determinar la prevalencia de infección por Blastocystis spp. y conocer las principales manifestaciones clínicas. Una muestra fecal de cada individuo fue analizada mediante las técnicas de examen directo, Kato, Willis y sedimentación espontánea. A cada participante se le llenó una ficha clínico-epidemiológica y fue sometido a examen clínico y una anamnesis orientada. Se evaluaron 118 niños, 69 hembras y 49 varones desde 0,1 hasta 14 años (media 6,31 ± 3,58 años); determinándose una prevalencia de parásitos intestinales de 84,7%. Blastocystis spp. fue el parásito más común con 67,8%. Solo 14 de los 80 casos tenían infección única por Blastocystis spp., estando 4 (28,6%) asintomáticos. Entre los sintomáticos lo más frecuente fue diarrea, bruxismo, vómitos, nauseas, pérdida de peso e hiporexia. Las manifestaciones clínicas encontradas en los otros 66 niños y adolescentes no pueden ser atribuidas únicamente a este parásito, debido al elevado porcentaje de poliparasitismo. No hubo relación entre la carga parasitaria y las manifestaciones clínicas. En conclusión, se determinó una elevada prevalencia de infección por Blastocystis spp. (67,8%) la cual, unida a otras parasitosis intestinales, se explican por las deficientes condiciones sociosanitarias observadas en la comunidad evaluada.  

PALABRAS CLAVE: Blastocystis spp., epidemiología, manifestaciones clínicas.  

BLASTOCYSTOSIS IN CHILDREN AND ADOLESCENTS FROM INDIGENOUS  COMMUNITY OF BOLIVAR STATE, VENEZUELA

ABSTRACT 
 
Blastocystis spp. infection, known as blastocystosis, is currently the most prevalent intestinal parasitosis in Venezuela and perhaps in the world. Children are most affected and although there is a broad spectrum of clinical manifestations, most are asymptomatic. A cross-sectional study was conducted in children from Itopoicon, an indigenous community in Bolívar State, Venezuela, to determine the prevalence of infection by Blastocystsis spp. and to know the main clinical manifestations. Each parent or guardian signed the informed consent. A stool sample from each individual was analyzed by direct examination, Kato, Willis and spontaneous sedimentation techniques. A clinical epidemiological record was filled for each participant and underwent clinical examination and oriented anamnesis. A group of 118 children, 69 females and 49 males of 0.1 years to 14 years old (6.31 ± 3.58 years) was evaluated. A prevalence of intestinal parasites of 84.7% was detected. Blastocystis spp. was the most common parasite with a prevalence of 67.8%. Only 14 of the 80 cases had single infection by Blastocystis spp. Of these, four were asymptomatic (28.6%). Among symptomatic children, the most frequent manifestations were diarrhea, bruxism, vomiting, nausea, weight loss and hyporexia. Clinical features found in the other 66 children cannot be attributed solely to this parasite, due to the high percentage of polyparasitism. There was no relationship between parasite load and clinical manifestations. In conclusion, a high prevalence of infection by Blastocystis spp. was determined which, together with other intestinal parasites, could be explained by the poor sanitary conditions observed in the community evaluated.  

KEY WORDS: Blastocystis spp., epidemiology, clinical manifestations.

Recibido: julio 2015. Aprobado: noviembre 2015 Versión final: febrero 2016 

INTRODUCCIÓN  

En los últimos años, nuevos microorganismos han ocupado muchas páginas de la literatura mundial, son los llamados patógenos emergentes o reemergentes. Blastocystis spp. (antes Blastocystis hominis), es uno de ellos y en la actualidad es considerado el parásito intestinal que se encuentra con mayor frecuencia en las muestras de heces de sujetos con infecciones gastrointestinales sintomáticos y asintomáticos (Tan 2008, Devera et al. 2009, Zapata y Rojas-Cruz 2012, Stensvold 2013).

 Hasta finales de la década de los años 80 no era informado rutinariamente en los resultados de los exámenes coproparasitológicos, pues sólo representaba un problema de diagnóstico diferencial (Devera 1999). La ubicación taxonómica del microorganismo ha sido controversial y por mucho tiempo fue agrupado con los sarcodinos, suborden Blastocistina (Zierdt 1988). Silberman et al. (1996) realizaron análisis filogenético de RNA ribosomal del microorganismo, concluyendo que era un Stramenopiles, un complejo grupo que incluye las algas marrones, diatomeas y otros protistas uni y multicelulares. Investigaciones posteriores han confirmado estos hallazgos (Cazorla-Perfetti 2014). Basado en dichos estudios, la tendencia actual es a incluir a este microorganismo dentro de los chromistas, un grupo que ha sido separado de los protozoarios y que incluye a los cromoalveolatas o stramenopiles (Cavalier-Smith 1998, 2010). Es así que en la actualidad Blastocystis spp. es el único chromista causante de parasitosis intestinal en humanos (Clark et al. 2013, Stensvold 2013, CazorlaPerfetti 2014).
 
Otro aspecto controversial, ampliamente discutido, es la patogenicidad del parásito. Se encuentran muchos informes, tanto en personas inmunocompetentes como en inmunosuprimidos, que sustentan el rol patogénico del microorganismo. Entre los años 80, 90 y comienzo del siglo actual, los resultados de los estudios eran contradictorios y habían opiniones encontradas sobre si se trataba de un patógeno primario o un comensal, pero actualmente, la mayoría acepta que Blastocystis spp. es un patógeno oportunista intestinal de prevalencia creciente (Tan 2008, Devera et al. 2009, Zapata y Rojas-Cruz 2012, Stensvold 2013).  

En América Latina, las comunidades indígenas son consideradas poblaciones socialmente vulnerables (Fuentes y Revilla 2007). Los indígenas son un grupo particularmente vulnerable a las parasitosis, debido a que tienen ingresos bajos, viven en condiciones deficientes y carecen de acceso adecuado al empleo, educación, agua potable, alimentación y servicios de atención de salud (Díaz et al. 2006). Diversos estudios han mostrado elevadas cifras de prevalencia de parasitosis intestinales entre indígenas de diferentes etnias y países de América Latina (Ibáñez et al. 2004, Navone et al. 2006, Aguiar et al. 2007, Galván-Ramírez et al. 2007, Luna Monroy et al. 2007, Menghi et al. 2007, Rios et al. 2007, PalhanoSilva et al. 2009, Puerta et al. 2011, SalcedoCifuentes et al. 2012, Miranda de Assis et al. 2013).   

La información disponible sobre prevalencia de Blastocystis spp. en este tipo de comunidades es más reducida y las cifras oscilan entre 0 y 58% según el país, grupo estudiado y otros factores (Esteban et al. 1997, Ibáñez et al. 2004, Navone et al. 2006, Aguiar et al. 2007, Luna Monroy et al. 2007, Menghi et al. 2007, Rios et al. 2007, Borges et al. 2009, PalhanoSilva et al. 2009, Cardona Arias et al. 2013, Miranda de Assis et al. 2013). Además, pareciera que la prevalencia no difiere de aquella señalada en poblaciones no indígenas aunque en algunos casos se han encontrado cifras muy elevadas, atribuibles al estilo de vida y características propias de un determinado grupo poblacional (Aguiar et al. 2007, Menghi et al. 2007, Borges et al. 2009), siendo particularmente alta en niños (Navone et al. 2006, Luna Monroy et al. 2007, Cardona Arias et al. 2013).   

En el caso de Venezuela la información disponible es mucho más escasa ya que hay pocos estudios realizados en este tipo de comunidades. Hacer investigación en poblaciones indígenas es difícil, porque generalmente son poblaciones remotas y de difícil acceso, mantienen un sistema de creencias que contrasta con la nuestra o simplemente son poco colaboradores y muy desconfiados de la población criolla. Además, generalmente los estudios se refieren a toda la población y no solo a los infantes. En indígenas de varias etnias del estado Zulia la prevalencia oscila entre 0 y 58% (Chacín-Bonilla y Sánchez-Chávez 2000, Díaz et al. 2006, Rivero et al. 2007, Maldonado et al. 2008, Bracho Mora et al. 2013, 2014). En Delta Amacuro se encontró una elevada prevalencia de 42% y 43% en indígenas Waraos (Devera et al. 2005a, Rodríguez et al. 2011); mientras que en Mérida fue de 27% en indígenas guazábaras (Velasco et al. 2011). En el estado Sucre la prevalencia fue de 58% entre indígenas Waraos (Guilarte et al. 2014).  

En el estado Bolívar los pocos estudios publicados en indígenas, indican cifras de prevalencia variables, pero que suelen ser elevadas superando el 90% (Guevara et al. 1984, Devera et al. 2005b). Sin embargo, se trata de trabajos antiguos ya que no hay investigaciones recientes al respecto.  

En vista de lo anterior, se realizó un estudio para determinar la prevalencia de infección por Blastocystis spp. y conocer las principales manifestaciones clínicas, en niños de la comunidad indígena Itopoicon, municipio Heres del estado Bolívar, Venezuela.

MATERIALES Y MÉTODOS 

Tipo de estudio 

En junio de 2014 se realizó un estudio descriptivo, de campo y transversal que consistió en la recolección de muestras fecales de personas menores de 16 años. 

Área de estudio
 
El área estudiada fue la comunidad indígena Itopoicon (8o 00' 63,9” LN, -63o 55' 80,6” LE) que se ubica a 7 kilómetros al noroeste de Ciudad Bolívar, vía Ciudad Piar, sector Cardozo, parroquia José Antonio Páez, municipio Heres, estado Bolívar. Sus habitantes pertenecen a la etnia Pemón y son originarios de la Gran Sabana al sur del estado Bolívar. En 1968 un grupo de ellos llegó a esta zona y fundaron un campamento indígena. Después, las autoridades gubernamentales les donaron unos lotes de terreno y construyeron algunas viviendas que servían de alojamiento para aquellos indígenas que venían, de varias comunidades del sur del estado, a Ciudad Bolívar en busca de asistencia médica. Pero muchas de estas personas no regresaron a su lugar de origen y el campamento fue creciendo con el pasar de los años. En la actualidad hay un sector formado solo por población indígena y otro que cuenta con población mixta (criollos, mestizos e indígenas). El presente estudio solo incluyó a la población del sector indígena.

La comunidad cuenta con un preescolar tipo Simoncito, escuela hasta educación básica y también hay un núcleo de la Universidad Indígena de Venezuela. Con relación a los servicios hay energía eléctrica permanente, el agua se distribuye por tubería a partir de un tanque aéreo principal, pero este sistema no abarca a toda la comunidad. Hay una línea de autobuses que hacen el transporte hasta la vecina Ciudad Bolívar. No existe aseo urbano domiciliar ni sistema de cloacas. 

Universo 

Según información proporcionada por el Consejo Comunal del sector, el universo estuvo conformado por los 260 habitantes menores de 16 años de la comunidad indígena Itopoicon, estado Bolívar.
 
Muestra 

Estuvo representada por aquellos habitantes que voluntariamente aportaron información personal en la entrevista, suministraron una muestra fecal y cuyos padres dieron su aprobación mediante la firma del consentimiento informado. Se pretendió evaluar la totalidad del universo, pero no todos asistieron con la muestra fecal por lo que solo se incluyeron 118 niños y adolescentes en el estudio.

Recolección de datos 

Previo acuerdo con los líderes de la comunidad se planificaron visitas en las cuales debían traer la muestra fecal, llenar la ficha clínico-epidemiológica y ser evaluado clínicamente. Un día antes se entregó a cada participante una citación y el envase recolector de heces.
 
Procesamiento de las muestras 

El procesamiento de las muestras se llevó a cabo en dos fases, la primera comprendió el estudio en la propia comunidad mediante examen directo y técnicas de concentración de Kato y Willis (Botero y Restrepo 2003). En la técnica de examen directo se realizó la cuantificaciòn de Blastocystis spp. determinándose el promedio de parásitos encontrados en 10 campos micoscopicos de 400X escogidos al azar. El resultado se expresó en más o menos de 5 células del parásito por campos microscópicos de 400X (Sheehan et al. 1986, Devera et al. 2000). 

Una porción de la muestra fecal fresca se preservó en formol al 10% en envase adecuado y se almacenó en cavas secas de anime a temperatura ambiente y fueron trasladadas al Laboratorio de Diagnóstico Coproparasitológico del Departamento de Parasitología y Microbiología de la Escuela de Ciencias de la Salud Dr. Francisco Batistini Casalta de la Universidad de Oriente, Núcleo  de Bolívar, donde se realizó la segunda fase que consistió en el procesamiento mediante la técnica de sedimentación espontánea (Rey 2001).

Análisis de datos 

Con la información obtenida se elaboró una base de datos con el auxilio del programa SPSS versión 17.0 para Windows. Los datos se analizaron mediante estadística descriptiva básica. Se utilizó la prueba Ji al cuadrado (χ2) para evaluar la independencia de las variables estudiadas con un margen de confianza del 95%. Para los fines del presente estudio, para la estratificación por grupo de edades se utilizó la clasificación de las edades pediátricas según la OMS (1982) la cual, además del criterio cronológico incluye aspectos biológicos y psicológicos del desarrollo humano. Se consideró lactante a partir del mes de nacido hasta los 23 meses de edad; preescolar de 2 a 5 años, escolar de 6 a 12 años y de allí en adelante hasta los 18-19 años la adolescencia (Arteaga et al. 1982). 

Aspectos éticos 

Para que el niño o adolescente fuese incluido en el estudio, alguno de los padres o su representante legal debió dar su aprobación mediante la firma del consentimiento informado. El estudio se realizó cumpliendo lo establecido en la declaración de Helsinki (WMA 2008). Al final del estudio, todos los niños recibieron un informe con los resultados obtenidos y los parasitados que ameritaron tratamiento lo recibieron de forma gratuita. Esta investigación fue aprobada por el Comité de Bioética en Investigación de la Universidad de Oriente en 2013. 

RESULTADOS 

Fueron evaluados 118 niños y adolescentes, 69 (58,5%) del género femenino y 49 (41,5%) del masculino. En relación con la edad se evaluaron niños de 0,1 hasta 14 años (6,31 ± 3,58 años), siendo el grupo de edades más numeroso el de 6 a 7 años con 25 (21,2%) seguido del de 4 a 5 años con 22 casos (18,6%). Cuando la población evaluada se distribuye según las categorías o grupo de edades se verificó que los escolares fue el grupo más evaluado (52,5%; 68/118), seguido de los preescolares (26,3%; 31/118). 

Un total de 100 individuos resultó parasitado para una prevalencia de parasitosis intestinales de 84,7%. Se diagnosticaron 12 taxones de enteroparásitos, siendo el más común el chromista Blastocystis spp. (67,8%), seguido de los protozoarios Entamoeba coli (44,1%) y Giardia lamblia (33,1%). Dentro de los helmintos destacó Hymenolepis nana con 15,3% (Tabla 1).

Tabla 1. Prevalencia de parásitos intestinales en niños y adolescentes. Comunidad indígena Itopoicon, municipio Heres, estado Bolívar, Venezuela, junio de 2014.


Cuando los 80 niños y adolescentes con Blastocystis spp. se distribuyen según edades se observó que todos los grupos fueron afectados, sin diferencias estadísticamente significativas (χ2 = 13,21; g.l. =7, p > 0,05). Igualmente cuando los niños se estratifican por categorías, la prevalencia superó el 70% en todos los grupos con excepción de los lactantes donde la prevalencia apenas superó el 30% (p < 0,05) (Tabla 2).  

Tabla 2. Niños evaluados con y sin Blastocystis spp., según grupo de edades. Comunidad indígena Itopoicon, municipio Heres, estado Bolívar, Venezuela, junio de 2014.


Ambos géneros fueron afectados por igual (p > 0,05) ya que 63,8% de las hembras tenían Blastocystis spp. y de los varones resultaron afectados el 73,5%. De los 80 casos de infección por Blastocystis spp., 14 (17,5%) tenían infección única por el chromista y 66 (82,5%) estaba asociado a otros enteroparásitos. En el grupo de poliparasitados la asociación más común de Blastocystis spp. fue con los protozoarios E. coli y G. lamblia (Tabla 3). 

Tabla 3. Asociaciones parasitarias en 66 niños y adolescentes con Blastocystis spp. Comunidad indígena Itopoicon, municipio Heres, estado Bolívar, Venezuela, junio de 2014.



El 76,3% de los infectados con Blastocystis spp. presentó sintomatología. Cuando se relaciona la presencia de signos y síntomas con la cantidad de Blastocystis spp. en las heces no se encontraron diferencias estadísticamente significativas (χ 2 = 0,21; g.l. =1, p > 0,05) (Tabla 4). De hecho, los niños con mayor carga parasitaria (más de 5 células del parásito por campos de 400X) presentaron menos manifestaciones clínicas (31,1%) que aquellos con menos de 5 células por campo. Debido a la gran cantidad de casos donde el parásito se encontró asociado a otros enteroparasitos, se realizó el estudio clínico considerando solo los 14 casos con infección única por Blastocystis spp. De acuerdo con esto, aunque tampoco hubo diferencias estadísticamente significativas (χ2 = 0,01; g.l. =1, p > 0,05), la mayoría de los niños y adolescentes con sintomatología (70%), tenía más de 5 células por campo.  

Tabla 4. Relación entre la cantidad de Blastocystis spp. y las manifestaciones clínicas, en niños y adolescentes de la comunidad indígena Itopoicon, municipio Heres, estado Bolívar, Venezuela, junio de 2014. 


No se encontró diferencia entre la consistencia de las heces y la presencia de Blastocystis spp. incluso en los casos de heces francamente líquidas la frecuencia de Blastocystis spp. fue similar o menor que en los otros tipos de consistencia fecal. También se relacionó la consistencia con la cantidad de parásitos en las heces verificándose que tampoco hubo diferencia estadísticamente significativa (χ2 = 0,58; g.l. = 3, p > 0,05).  

Para determinar las manifestaciones clínicas más comunes solo se consideraron los 14 casos que tenían infección única por Blastocystis spp. De ellos, cuatro (28,6%) estaban asintomáticos. Entre los sintomáticos lo más frecuente fue diarrea, bruxismo, vómitos, nauseas, pérdida de peso e hiporexia (Tabla 5).

Tabla 5. Manifestaciones clínicas en 10 niños y adolescentes con infección unica por Blastocystis spp. Comunidad indígena Itopoicon, municipio Heres, estado Bolívar, Venezuela, junio de 2014. 

DISCUSIÓN

Entre los evaluados el parásito más prevalente fue Blastocystis spp. con 67,8%. Se trata de la prevalencia más elevada señalada en niños y adolescentes de comunidades indígenas tanto en Latinoamérica como en Venezuela. Los estudios disponibles en niños de comunidades indígenas de Latinoamérica mostraron como máximo 56% (Salcedo-Cifuentes et al. 2012), aunque en otros estudios se ha informado de su presencia pero con cifras menores o sin discriminar la edad de los afectados (Esteban et al. 1997, Ibáñez et al. 2004, Navone et al. 2006, Aguiar et al. 2007, Luna Monroy et al. 2007, Menghi et al. 2007, Rios et al. 2007, Borges et al. 2009, Palhano-Silva et al. 2009, Cardona Arias et al. 2013). En Venezuela, la mayor prevalencia señalada en comunidades indígenas (no necesariamente en niños) fue de 58% (Bracho Mora et al. 2013, 2014); pero igualmente otros estudios indicaron otras cifras de prevalencia pero inferiores a la aquí encontrada (Guevara et al. 1984, ChacínBonilla y Sánchez-Chávez 2000, Devera et al. 2005a,b, Díaz et al. 2006, Rivero et al. 2007, Maldonado et al. 2008, Velasco et al. 2011, Rodríguez et al. 2011, Guilarte et al. 2014). 

La presencia de Blastocystis spp. en estudios realizados en comunidades indígenas, fuera de Venezuela, suele informarse poco. Ello puede obedecer a tres razones: 1) el parásito no estaba presente; 3) no se empleó la técnica diagnóstica adecuada y por tanto no fue identificado; 3) se observó el parásito, pero no se informó su presencia. Con relación a esto se debe considerar que es solo en las últimas dos décadas que Blastocystis spp. se viene informado rutinariamente en los exámenes coproparasitológicos una vez que se ha demostrado su importancia como patógeno humano.  

Por otro lado, un ejemplo del uso de técnicas diagnósticas no adecuadas se tiene en Brasil, donde a pesar de los múltiples estudios de parasitosis intestinales en indígenas (Aguiar et al. 2007, Rios et al. 2007, Borges et al. 2009, Palhano-Silva et al. 2009, Escobar-Pardo et al. 2010, Brandelli et al. 2012, Miranda de Assis et al. 2013), solo en cuatro (Aguiar et al. 2007, Rios et al. 2007, Borges et al. 2009, Palhano-Silva et al. 2009) se informa Blastocystis spp. Eso se debe a que en Brasil generalmente no se hace examen directo de rutina sino sedimentación espontanea como técnica estándar. Para tener éxito en el diagnostico de Blastocystis spp. empleando esta técnica, primero se debe preservar las heces y luego ejecutar la técnica. Si se usan heces frescas (no preservadas), se debe sustituir el agua común por solución salina fisiológica. De lo contrario se destruyen las fases evolutivas de Blastocytsis spp. (Devera et al. 2006).

Las precarias condiciones sociosanitarias (datos no presentados) de la comunidad indígena estudiada, el bajo nivel de ingreso y escolaridad y tal vez lo más importante, las deficiencias en el suministro de agua potable, son los factores que pudieran explicar esta elevada prevalencia de blastocistosis (Devera et al. 2009, Escobar-Pardo et al. 2010). 

En Venezuela, en los últimos 20 años, varios estudios en diversos grupos poblacionales han mostrado cifras de prevalencia de este parásito que han ido en aumento (Al Rumhein et al. 2005, Devera et al. 2008, 2010), llegando a un máximo de 80% entre niños de una escuela de San Félix, estado Bolívar (Devera et al. 2009). 

La prevalencia fue menor entre los lactantes y elevada entre los preescolares y escolares, de manera estadísticamente significativa. Por lo general no suele haber diferencias entre los niños parasitados (Beauchamp et al. 1995, Devera et al. 1997, 2009). El hecho que los lactantes se vean menos afectados puede deberse a que ellos son más cuidados y controlados que los niños mayores por lo que tienen menor probabilidad de adquirir fases infectantes.  

Con relación al género, como en otros estudios, la blastocistosis no mostró preferencia por alguno de ellos (Beauchamp et al. 1995, Devera et al. 1997, 2009).  Destacó el elevado porcentaje de poliparasitismo entre los casos de infección por Blastocystis spp. (82,5%), siendo los protozoarios E. coli y G. lamblia los más frecuentemente asociados. Esto se explica porque comparten mecanismos de transmisión similares al de Blastocystis. Estas asociaciones han sido señaladas previamente (Beauchamp et al. 1995, Devera et al. 1997, 2009). La infección simultanea con otros parásitos (aún los comensales) pudieran tener un efecto sinérgico o potenciar los efectos patogénicos de Blastocystis spp. o viceversa (Beauchamp et al. 1995, Graczyk et al. 2005, Devera et al. 2009).  

Desde los años 90 se establecieron los llamados criterios de patogenicidad para Blastocystis spp., donde uno de los más utilizados es la cantidad de células del parásito observadas en las heces. La presencia, en un paciente con sintomatología y más de 5 células por 10 campos microscópicos de 400X, es sugestivo de que el microorganismo es el causante de las manifestaciones clínicas (Devera et al. 2000). En el presente estudio apenas 32,5% de los casos, tenían más de 5 células por campo coincidiendo con otros estudios que indican que generalmente Blastocystis spp. presenta una baja carga parasitaria y de allí que muchos casos sean asintomáticos (Devera et al. 1997, Tan 2008, Devera et al. 2009). De hecho, de los 46 niños y adolescentes (58,2%) que tenían heces blandas o francamente líquidas, solo 15 tenían más de 5 células por campo. Es decir, no se podría afirmar que Blastocystis spp. esté causando diarrea en los niños evaluados. Ello se relaciona con las bajas cargas parasitarias que presentaron los individuos infectados con este parásito. Además, en muchos casos Blastocystis spp. se asoció a G. lamblia un protozoario que suele producir diarrea también. 

Tomando en cuenta lo anterior, para el estudio de las manifestaciones clínicas de los niños y adolescentes con blastocistosis, solo se consideraron los 14 niños que tenían infección única por el parásito. De ellos, 4 estaban asintomáticos y de los 10 sintomáticos, bruxismo y diarrea fue lo más común. Pero se encontraron otros síntomas de índole general o toxico-alérgico como el prurito anal que si bien es común en enterobiosis también ha sido descrito en blastocistosis, pero que es causado por un mecanismo alérgico. Estos resultados, si bien coinciden en parte con la literatura (Devera et al. 1998, Tan 2008), representan un importante aporte al conocimiento de las manifestaciones clínicas del microorganismo en este grupo de personas. 

La elevada tasa de prevalencia de infección por Blastocystis spp., obliga a realizar futuras investigaciones tendientes a establecer los factores determinantes de esta infección, ya que esas altas tasas, sumado al poliparasitismo reflejan una mayor frecuencia de exposición de la población estudiada a la contaminación con heces humanas. El agua pareciera ser el factor principal de esta elevada prevalencia, pues Blastocystis spp. puede ser transmitido por vía hídrica y además hay una asociación entre infección por Blastocystis spp. y consumo de agua no hervida (Barahona et al. 2002, Karanis et al. 2007). Por otro lado, la fase de resistencia es la principal incriminada en la transmisión del microorganismo, y de hecho es la fase más común y la fuente principal de contaminación del medio ambiente, siendo además muy resistente a las condiciones adversas (Zaman 1996, Leelayoova et al. 2008). 

Finalmente, a pesar que se trata de una comunidad rural, cuenta con muchas de las ventajas de una de tipo urbano debido a la cercanía con Ciudad Bolívar (capital del municipio). De hecho, hay evidencias de cierta transculturización entre los habitantes, pero esa transculturización que presentan estos indígenas no necesariamente lleva a mejoras en su salud como se ha visto que ocurre con otros grupos indígenas del continente (Rios et al. 2007).  

Por otro lado, se debe hacer notar que si bien hubo un elevado nivel de participación y colaboración de las personas durante el estudio, la comunidad cuenta con deficiencias socio sanitarias y de saneamiento ambiental que deben ser atendidas, pero la principal falla detectada se refiere además del suministro de agua potable, al nivel educativo deficiente de la mayoría de sus miembros (datos no presentados). Este es un hecho que ha sido observado en otras comunidades indígenas de América Latina y son los factores que explican las elevadas tasas de infección por parásitos intestinales (Rios et al. 2007). 

CONCLUSIONES 

Se determinó una elevada prevalencia de infección por Blastocystis spp. (67,8%) en los niños y adolescentes evaluados, sin predilección por el género, pero los preescolares y escolares fueron los más afectados. Además, la mayoría de los casos estaba sintomático y se diagnosticó en asociación con otros parásitos intestinales, siendo el bruxismo y la diarrea las manifestaciones más frecuentes. 

AGRADECIMIENTOS 

A los Sres. José Gregorio Álvarez y Carmelo Luces, auxiliares del Laboratorio de Parasitología del Departamento de Parasitología y Microbiología, por su asistencia técnica. A los estudiantes de la asignatura Parasitología del VIII semestre de Bioanálisis (Periodo I-2014) por su participación en las actividades de campo. A toda la comunidad Itopoicon en especial a los niños y adolescentes participantes y sus padres. 
Proyecto financiado por el Consejo de Investigación, Universidad de Oriente (PI-UDO 05040102-1863-13). 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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