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versión impresa ISSN 1315-0162

Saber vol.28 no.4 Cumaná dic. 2016

 

SISTEMA FIBRINOLÍTICO: MÉTODOS DE ESTUDIO Y HALLAZGOS EN VENENOS DE SERPIENTES DE LOS GENEROS Bothrops, Crotalus, Micrurus EN VENEZUELA
 
ALEXIS RODRÍGUEZ-ACOSTA1,2, ANA MARÍA SALAZAR1, EMELYN SALAZAR1, ELDA ELIZA SANCHEZ3,  MARÍA EUGENIA GIRON2, IRMA AGUILAR1, JEILYN VIVAS1,BELSY GUERRERO1
 
 
1 Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Centro de Medicina Experimental, Laboratorio Fisiopatología, Sección Coagulación, Caracas, Venezuela,

2 Universidad Central de Venezuela, Facultad de Medicina, Instituto Anatómico,Laboratorio de Inmunoquímica y Ultraestructura, Caracas, Venezuela,
 
3 Texas A&M University-Kingsville, National Natural Toxins Research Center, Kingsville, USA.  E-mail: belsyguerrero@yahoo.es / bguerrer@ivic.gob.ve
 
RESUMEN
 
En la presente revisión se muestran resultados relevantes de actividades hemostáticas, con especial énfasis a las relacionadas con la fibrinólisis, presentes en venenos de serpientes venezolanas de los géneros Bothrops, Crotalus y  Micrurus,  que  existen  en  diversas  localidades  geográficas.  Con  esta  descripción,  se  presenta  además  una revisión de diversos ensayos que se utilizan en investigación para estos estudios. Se han evidenciado importantes diferencias inter e intra-especies, e incluso entre ejemplares de distintos espacios geográficos, lo que debe influir en  los  mecanismos  de  acción  de  sus  venenos  y  la  sintomatología  clínica.  Estas  diferencias  en  composición  y concentración de componentes activos, deben estar asociadas a variaciones estacionales o geográficas, dieta, sexo, hábitat, edad, e inclusive variabilidades genéticas. Ello podría explicar las discrepancias en los cuadros clínicos de las víctimas y también ayudar a determinar mecanismos de acción que faciliten una mejor orientación a los médicos  tratantes.  Estas  variables  ayudarían  al  seguimiento  y  tratamiento  de  los  pacientes,  orientando  a  los especialistas  en  antivenenos,  en  la  escogencia  del  inóculo,  con  una  mezcla  amplia  de  venenos  de  diferentes especies, géneros, edad, sexo y procedencia, así como con toxinas de relevancia, para la preparación y obtención de estos antivenenos con valores de gran eficacia y amplio espectro. Los componentes bioactivos aislados, como las colombienasas y la tenerplasminina-1, por sus características biológicas, representan asimismo moléculas con un uso potencial como trombolíticos y antifibrinolíticos, respectivamente.
 
PALABRAS CLAVE:
Serpentes, Viperidae, Elapidae, fibrinólisis, toxinas.

FIBRINOLYTIC SYSTEM: METHODS OF STUDY AND FINDINGS IN  Bothrops, Crotalus, Micrurus SNAKE VENOMS IN VENEZUELA

ABSTRACT
 
In the current review, relevant results are shown on hemostatic activities, with special emphasis on those related to  fibrinolysis,  from  venoms  present  in  Venezuelan  serpents  of  the  genera  Bothrops,  Crotalus  and  Micrurus, captured in different geographical locations. A review is made of various research methods used for these studies. Significant differences were evidenced inter and intra-species and even between different geographic locations, which  should  influence  the  mechanisms  of  action  and  clinical  symptomatology.  The  differences  in  the composition  and  the  concentration  of  active  components  must  be  associated  with  seasonal  or  geographical variations, diet, sex, habitat, age, and even genetic variability, which may explain the discrepancies in the clinical pictures  of  victims  and  also  help  to  determine  mechanisms  of  action  that  provide  better  guidance  to  treating physicians. These variables could help in the monitoring and treatment of patients, and guide antivenom specialist in choosing the inoculum, from a range of different venoms of different species, gender, age, sex and origin, as well as isolated toxins relevant to the preparation of antivenoms with great efficiency and broad spectrum. The isolated bioactive compounds, such as colombienasas and tenerplasminina-1, with their biological characteristics, also represent molecules with potential use as thrombolytic agents and antifibrinolytic, respectively.
 
KEY WORDS:
Serpentes, Viperidae, Elapidae, fibrinólisis, toxinas.

Recibido: septiembre 2016. Aprobado: septiembre 2016. Versión final: octubre 2016. 

INTRODUCCIÓN
 
Los  accidentes  ofídicos,  por  su  incidencia, severidad,  así  como  por  las  secuelas  y  potencial mortalidad,  representan  un  grave  problema médico, social y económico en muchas partes de Asia,  África  y  América  (De  Sousa  et  al.  2013). Según  algunos  estudios  epidemiológicos,  la Organización  Mundial  de  la  Salud  para  el  2010 estimó  que  en  el  mundo,  anualmente  pueden ocurrir  un  mínimo  de  421.000  envenenamientos por  accidentes  ofídicos  y  alrededor  de  20.000 muertes, con un valor máximo de hasta 2.500.000 envenenamientos y alrededor de 100.000 muertes (Chippaux  1998,  2008,  Kasturiratne  et  al.  2008, WHO 2010). En Suramérica el estudio de venenos de serpientes reviste gran importancia, entre ellos los del género Bothrops responsables de más del 80%  de  los  accidentes  ofídicos,  con  el  mayor número  de  muertes,  seguidos  por  Crotalus responsables  de  alrededor  del  15%  de  los accidentes;  Lachesis,  Porthidium  y  Micrurus responsables  de  un  5%  (Rengifo  y  Rodríguez-Acosta 2004). Kasturiratne et al. (2008) estimaron que el número de muertes anuales por mordeduras de serpiente en América Latina oscila entre 540 y 2.298.  En  el  año  2011,  Gutiérrez  reportó  para Latinoamérica  y  el  Caribe  alrededor  de  70.000 envenenamientos  por  año,  cifra  que  está  en  el límite inferior del estimado por Kasturiratne et al. (2008).  Las  tasas  de  mortalidad  por  100.000 habitantes  por  año  descritas  para  algunos  países Latinoamericanos  son  las  siguientes:  Costa  Rica 0,02  -  0,15;  Panamá  0,5;  Venezuela  0,1  -  0,2; Brasil 0,05; Ecuador 0,05 (Gutiérrez 2011). 
 
En  Venezuela  existe  un  alto  número  de accidentes por mordeduras de serpientes (alrededor  de  7.000  casos),  siendo  la  familia Viperidae  causante  de  la  mayoría  de  los accidentes,  debido  a  su  agresividad,  grado  de eficiencia  en  el  momento  de  atacar  y  alta frecuencia en las zonas rurales y urbanas  (Rengifo y Rodríguez-Acosta 2005, Navarrete  et al. 2009, De  Sousa  et  al.  2013).  Esta  familia,  en  el  país comprende  6  géneros:  Crotalus,  Bothrops, Bothriopsis,  Bothriechis,  Porthidium  y  Lachesis (Fuentes y Rodríguez-Acosta 1997). 
  
La  presente  revisión  resume  los  resultados obtenidos  por  nuestro  grupo  de  trabajo,  con venenos  de  serpientes  de  los  géneros  Bothrops, Crotalus  y  Micrurus,  capturadas  en  diversas regiones  de  Venezuela,  además,  incluyendo estudios  como  objetos  de  comparación,  de venenos  de  Micrurus  de  los  Estados  Unidos  de América,  con  énfasis  en  los  efectos  sobre  el sistema  fibrinolítico  y  su  abordaje  metodológico para evaluar estos efectos.
 
La importancia de estos trabajos está basada en la  necesidad  de  establecer  metodologías  para estudiar  actividades  tóxicas  relevantes,  con énfasis en la fibrinólisis, que permitan determinar diferencias  entre  venenos,  además  por  género  y especie, por localidad geográfica, para facilitar la interpretación de los cuadros clínicos, seguimiento de los pacientes, preparación de anti-venenos  más  efectivos,  así  como  orientar  en  la búsqueda  de  agentes  trombolíticos  y  anti-fibrinolíticos  naturales,  con  potencial  aplicación terapéutica en patologías asociadas a aterotrombosis  y  desórdenes  hemorrágicos,  así como la caracterización bioquímica y biológica y la  evaluación  de  sus  actividades  en  modelos experimentales.
 
HEMOSTASIA
 
La hemostasia permite controlar la pérdida de la  sangre  como  consecuencia  de  una  lesión vascular  o  daño  tisular  por  agentes  externos, mediante la activación local y casi secuencial de los  diferentes  procesos  que  conforman  este sistema:  a)  reacciones  vasculares  que  producen modificaciones  del  tono  vascular,  así  como  la expresión, liberación y/o modulación de diversos componentes  de  la  hemostasia;  b)  respuestas plaquetarias  que  desencadenan  fenómenos  de adhesión  y  agregación  para  formar  un  tapón  de plaquetas y cumplir así con una primera etapa de este  proceso,  la  llamada  hemostasia  primaria;  c) activación de la coagulación, lo que consolida el coágulo  primario  y  lo  transforma  en  un  tapón hemostático definitivo, proceso conocido como la hemostasia  secundaria;  y  d)  activación  de  la fibrinólisis para permitir la disolución del coágulo y  la  recanalización  del  vaso  lesionado  una  vez cumplida  su  función,  e  iniciado  el  proceso  de cicatrización  y  regeneración  tisular  (Quintana-González 2002, Colman  et al. 2006a, Clemetson 2012, Vivas 2013).
 
Entre  las  múltiples  sustancias  exógenas  que pueden  activar  la  hemostasia  se  encuentran secreciones  y  venenos  de  diversos  animales (serpientes, orugas, escorpiones, ciempiés, arañas, y  parásitos),  así  como  bacterias,  hongos  y  virus, entre  otros  (Markland  1998,  Arocha-Piñango  et al.  1999,  Matsui  et  al.  2000, Francischetti  2010, Sajevic et al. 2011, Kini 2011, Mebius et al. 2013, Serrano 2013, Chuansumrit y Chaiyaratana 2014, Maggi y Faulhaber 2015).
 
El fibrinógeno y la fibrina son algunos de los sustratos  de  la  hemostasia  donde  actúan  los componentes  tóxicos  de  venenos.  El  fibrinógeno es  una  glicoproteína  plasmática  sintetizada  en  el hígado  como  una  molécula  de  340  kDa, conformada por un par de dímeros, que contienen tres pares de cadenas polipeptídicas, Aα, Bβ y . El  proceso  de  conversión  de  fibrinógeno  en fibrina,  ocurre  durante  la  activación  de  la coagulación, por acción de la principal enzima de este sistema, la trombina. La fibrina junto con los elementos  formes  de  la  sangre  y  el  tapón plaquetario, originado durante la activación de la hemostasia  primaria,  forman  el  coágulo  que impide la pérdida de sangre e inicia el proceso de cicatrización vascular; además, la fibrina juega un papel importante en diversas situaciones fisiopatológicas y se halla implicada en procesos como  trombosis,  inflamación,  angiogénesis  y metástasis  tumoral  (Colman  et  al.  2006b,  Vivas 2013, Heissig et al. 2016).
 
En condiciones fisiológicas una vez cumplida su  función  hemostática  e  iniciado  el  proceso  de regeneración  del  vaso  lesionado,  la  fibrina  es degradada  por  acción  de  la  plasmina,  enzima generada  por  activación  del  sistema  fibrinolítico (Castellino y Ploplis 2005, Rijken y Lijnen 2009, Colman et al. 2006b, Hoover-Plow 2010).

Sistema Fibrinolítico
 
Es  el  principal  mecanismo  de  defensa  que evita  la  deposición  de  fibrina  en  el  sistema vascular,  integrado  por  la  fibrina  (sustrato  y cofactor),  el  plasminógeno  (zimógeno),  los activadores  del  plasminógeno  (tipo  tisular-tPA  y tipo  uroquinasa-uPA)  que  transforman  el zimógeno  en  plasmina  (principal  enzima  de  este sistema),  los  inhibidores  de  las  activadores  del plasminógeno  conocidos  como  PAIs  (PAI-1 principalmente a nivel vascular, PAI-2 y PAI-3 así como  la  proteasa  nexina),  los  inhibidores  de plasmina (α2-antiplasmina, su principal inhibidor y la α2-macroglobulina como inhibidor de amplio espectro)  y  los  moduladores  (como  la  porción proteica  de  la  lipoproteína  A,  el  inhibidor  de  la fibrinólisis  activable  por  trombina,  conocido como TAFI y la anexina 2). Este sistema se activa con la formación de la fibrina, a la cual se une el plasminógeno y el t-PA, para formar el complejo fibrina/t-PA/plasminógeno,  que  asegura  una eficiente y controlada generación de plasmina en el  sitio  de  la  lesión  (Lijnen  2001,  Colman  et  al. 2006b, Rijken y Lijnen 2009, Hoover-Plow 2010, Leebeek y Rijken 2015, Longstaff y Kolev 2015) (Fig. 1).

Figura 1. Componentes del sistema fibrinolítico a nivel vascular. Zimógeno: Plasminógeno; Enzima principal: Plasmina; Inhibidor del Activador del Plasminógeno tipo 1 (PAI-1); Activadores del Plasminógeno: Tipo tisular (t-PA), Uroquinasa (UK), factor XII (FXII), Precalicreína (Pk) y Calicreína (Kk); Moduladores: Inhibidor de la Fibrinólisis Activable por Trombina (TAFI) e Inhibidor de Plasmina: α2-antiplasmina.


 
A  nivel  celular,  el  sistema  fibrinolítico involucra  receptores  para  plasminógeno,  t-PA  y sobre todo para u-PA (u-PAR), así como proteínas adhesivas,  anexinas,  integrinas  y  matrices,  entre estas  la  fibrina,  componentes  que  regulan  la activación y función de este sistema en procesos celulares  (Anglés-Cano  et  al.  2001,  Castellino  y Ploplis 2005, Rijken y Lijnen 2009, Heissig et al. 2016).
 
La  plasmina  además  de  degradar  fibrina, puede  actuar  sobre  otras  proteínas  como fibrinógeno, factores V y VIII de la coagulación y componentes  extracelulares,  facilitando  procesos de  remodelación  tisular,  invasión  de  células tumorales,  inflamación  y  embriogénesis,  entre otros.  Esta  enzima  también  actúa  en  procesos inflamatorios, al activar vías de señalización que incrementan la liberación de mediadores proinflamatorios  como  IL-1  y  metaloproteasas de  matriz  (MMPs),  lo  que  amplifica  la  reacción inflamatoria  (Okajima  2001,  Rijken  y  Lijnen 2009,  Hoover-Plow  2010,  Longstaff  y  Kolev 2015, Heissig et al. 2016).
 
La  activación  del  sistema  fibrinolítico  es esencial  para  eliminar  controladamente  los depósitos  intravasculares  de  fibrina.  Diversos procesos  patológicos  como  hiperfibrinólisis, cardiopatías, cáncer, diabetes, infecciones, inflamación  y  contacto  con  virus,  bacterias  y secreciones de animales, entre estos sanguijuelas, orugas, escorpiones y serpientes, pueden alterar el equilibrio de este sistema, lo que puede inducir a severas complicaciones hemostáticas, incluyendo trombosis  y  hemorragias  (Chudzinski-Tavassi  et al. 1998, Arocha Piñango et al. 1999, Colman et al. 2006b, Longstaff y Kolev 2015).
 
VENENOS DE SERPIENTES Y FIBRINÓLISIS
 
Los  venenos  de  serpientes  son  mezclas  de componentes inorgánicos (poliaminas, alcaloides), orgánicos (péptidos, proteínas, carbohidratos en forma de glicoproteínas, lípidos principalmente fosfolípidos, aminas, nucleótidos) y  restos  insolubles  de  tejidos.  Según  el  efecto patológico,  estos  venenos  se  han  clasificado  en neuro-/miotóxicos y hemorrágicos/citotóxicos. En el  primer  grupo  se  encuentran  los  de  la  familia Elapidae, ricos en neurotoxinas y fosfolipasas tipo A2,  con  efectos  principalmente  neurotóxicos, miotóxicos y cardiotóxicos. En el segundo grupo  están  los  de  la  familia  Viperidae,  que  contienen numerosas  enzimas, capaces  de  degradar proteínas  circulantes  en  sangre,  así  como  de  la matriz  extracelular  e  inducir  alteraciones  en  los sistemas  inflamatorio  y  hemostático  de  las víctimas (Kamiguti y Cardoso 1989, Kamiguti et al.  1991,  Russel  et  al.  1997,  Markland  1998, Arocha-Piñango  et  al.  1999,  Braud  et  al.  2000, Calvete et al. 2009, Teixeira et al. 2009, Selistre-de-Araujo et al. 2010, Sajevic et al. 2011, Moura-da-Silva  y  Baldo  2012,  Serrano  2013,  Pinyachat 2016).
 
Los venenos de serpientes, principalmente de la  familia  Viperidae  y  algunos  de  la  familia Elapidae,  entre  estos  los  del  género  Micrurus (Salazar  et  al.  2011),  contienen  una  variedad  de proteínas  y  péptidos  que  afectan  el  sistema hemostático,  clasificadas  según  su  acción  en cuatro  grupos:  a)  Hemorraginas,  enzimas  que degradan  proteínas  adhesivas  y  de  la  matriz extracelular,  involucradas  en  la  estructura vascular,  lo  que  promueve  desórdenes  de  la permeabilidad  capilar;  b)  Proteínas  que  alteran plaquetas, al activar o inhibir sus funciones, entre estas  fosfolipasas  tipo  A2,  serinoproteasas, metaloproteasas, L-amino-ácido oxidasas, fosfodiesterasas,  desintegrinas,  lectinas  tipo  C  y dendropeptinas; c) Proteínas que interfieren con la coagulación, que comprenden proteasas procoagulantes  (activadoras  de  protrombina, factor X y factor V y enzimas trombino-similares) y proteínas con acción anticoagulante, entre estas inhibidores  de  factores  IXa,  Xa,  trombina  y proteasas  que  degradan  fibrinógeno,  activadores de la proteína C (principal regulador negativo de la coagulación) y fosfolipasas A2 que actúan como anticoagulantes,  al  degradar  fosfolípidos  de membranas  plaquetarias  (importantes  para  el ensamblaje de complejos enzimáticos del sistema de  la  coagulación);  d)  Proteasas  que  interfieren con  la  fibrinólisis,  bien  sea  enzimas  con  acción directa  sobre  la  fibrina/fibrinógeno,  enzimas  con actividad  activadora  del  plasminógeno,  enzimas con acción sobre el endotelio (inducen síntesis y liberación  de  activadores  del  plasminógeno  y/o inhibidores), o inhibidores del sistema fibrinolítico,  entre  estos  los  de  tipo  serpinas  que actúan como inhibidores de plasmina (Guerrero y Arocha-Piñango  1992, Alape-Girón et al. 1996, Kamiguti  et  al.  1996,  Guerrero  et  al.  1997a,b, Markland  1998,  Arocha-Piñango  et  al.  1999, Guerrero et al. 1999, Braud et al. 2000, Matsui et al. 2000, Laing y Moura-da-Silva 2005, Swenson y  Markland  2005,  Sánchez  y  Swenson  2007, Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008, Larréché et al. 2008, Salazar et al. 2008, Da Silva et al. 2009, Fox y Serrano 2009, Salazar et al. 2009, Sánchez et  al.  2009,  Salazar  et  al.  2011,  Sánchez  et  al. 2010,  Bos  y  Camire  2010,  Clemetson  2010, Guerrero et al. 2011, Sajevic et al. 2011, Girón et al. 2013a,b, Berling e Isbister 2015, Lucena et al. 2016).
 
Enzimas con acción sobre Fibrina/Fibrinógeno

Según la cadena del fibrinógeno sobre la cual actúen  más  rápidamente,  estas  enzimas  se  han clasificado  como  α,  β  y    fibrinogenasas,  las cuales no presentan una especificidad absoluta, ya que pueden actuar sobre las diferentes cadenas al incrementar el tiempo de incubación o la dosis. No se han reportado enzimas de venenos de serpientes que  degraden  específica  y  exclusivamente  la cadena    del  fibrinógeno,  sin  embargo,  existen reportes con acción sobre estas cadenas (Markland 1998, Lu et al. 2005, Swenson y Markland, 2005, Rodríguez-Acosta et al. 2010, Girón et al. 2013a, b).
 
En  los  últimos  años,  se  han  identificado, aislado  y  caracterizado,  de  venenos  bothrópicos venezolanos,  de  diferentes  especies,  un  gran  número  de  enzimas  fibrino(geno)líticas  (Salazar et  al.  2007,  2009,  Girón  et  al.  2008,  2013a,b). Estas enzimas al actuar sobre el fibrinógeno/fibrina  pueden  desencadenar  un síndrome hemorrágico local o sistémico asociado a  hipo  o  afibrinogenemias  y/o  coagulopatías,  lo  que complica la evolución clínica de las víctimas de  accidentes  bothrópicos  (Sánchez  y  Swenson 2007).
 
Entre los componentes tóxicos de venenos de animales  que  actúan  sobre  el  fibrinógeno/fibrina se encuentran:

a)  Las  metaloproteasas  de  venenos  de serpientes  (MPVS):  enzimas  que  abundan  en venenos  de  la  familia  Viperidae  y  en  menor cantidad  en  la  familia  Elapidae  y  Colubridae (Moura-da-Silva et al. 2007, Markland y Swenson 2013).  Las  MPVS  son  toxinas  que  contienen múltiples dominios, que se han clasificado en tres clases.  Las  MPVS  de  clase  PI  (20-30  kDa) contienen  el  dominio  catalítico  típico  de metaloproteasas;  las  de  clase  PII  (30-60  kDa) contienen  además  un  dominio  desintegrina  C-terminal; las de clase PIII representan aquellas que contienen un dominio C-terminal rico en cisteínas (60-90  kDa)  que  tienden  a  ser  las  más hemorrágicas;  y  las  que  presentan  un  dominio lectina  tipo  C  (60  -100  kDa),  unido  mediante enlaces  disulfuro  entre  sí  y  al  dominio  rico  en cisteínas,  relativamente  raras  que  requieren  de cisteínas libres no conservadas en las MPVS PIII. Las MPVS aisladas de venenos bothrópicos se les han  atribuido  diversas  acciones  sobre  el  sistema hemostático.  Las  de  clase  P-I  se  han  asociado  a actividad  fibrinolítica,  por  su  parte  las  de  clase PIII  con  actividad  hemorrágica,  fibrinolítica  y procoagulante  (activadores  de  protrombina  y factor X) (Bjarnason y Fox 1994, Jia et al. 1996, Kini  2005,  Fox  y  Serrano  2009,  Markland  y Swenson 2013, Bernardoni et al. 2014).
 
La  mayoría  de  las  MPVS  con  actividad fibrino(geno)lítica  son  α-fibrinogenasas,  capaces de  hidrolizar  preferencialmente  las  cadenas  Aα del  fibrinógeno,  aunque  con  tiempos  de incubación más prolongados pueden actuar sobre las cadenas Bβ (Swenson y Markland 2005, Guo et  al.  2007,  Sánchez  et  al.  2010,  Leonardi  et  al. 2007,  Jia  et  al.  2009).  Estas  enzimas,  por  su capacidad  al  degradar  coágulos  de  fibrina  sin estimular  la  fibrinólisis  endógena  (no  activar plasminógeno)  y  al  no  ser  inactivadas  por  los inhibidores fisiológicos de la hemostasia (SERPINAS),  presentan  un  gran  potencial terapéutico  en  enfermedades  tromboembólicas (Markland y Swenson 2010). Entre estas enzimas se  encuentran  las  colombienasas  aisladas  de Bothrops colombiensis (Girón et al. 2013a,b).
 
b)  Las  serinoproteasas  de  venenos  de serpientes (SVSP): son enzimas que abundan en venenos  de  la  familia  Viperidae  y  en  menor proporción  en  la  familia  Elapidae  y  Colubridae, que  poseen  al  menos  un  dominio  catalítico estructuralmente similar a la tripsina, y que a nivel de  la  hemostasia  actúan  sobre  los  sistemas vascular, calicreína/quinina, coagulación y fibrinolítico  (Serrano  y  Maroun  2005,  Serrano 2013).  Sobre  el  sistema  fibrinolítico  actúan principalmente como activadores del plasminógeno,  cuya  actividad  fue  descrita  por primera  vez  en  el  veneno  de  Trimeresurus stejnegeri,  donde  identificaron  un  compuesto denominado TSV-PA, asociado a una serinoproteasa  de  33  kDa  con  acción  sobre  el enlace  Arg561-Val562  del  Pg,  de  la  misma  forma que los activadores fisiológicos del plasminógeno, t-PA  y  u-PA  (Zhang  et  al.  1995,  Sánchez  y Swenson  2007).  Del  veneno  de  Lachesis  muta muta,  también  ha  sido  aislado  un  activador  de plasminógeno,  una  glicoproteína  de  33  kDa asociada  a  una  serinoproteasa  (Sánchez  et  al. 2000,  Hermogenes  et  al.  2006).  Del  veneno  de Agkistrodon halys brevicaudus se aisló la haly-PA (Park  et  al.  1998).  Adicionalmente  las  SVPSs también pueden presentar actividad fibrinogenolítica,  asociadas  a  β-fibrinogenasas, las cuales actúan principalmente sobre las cadenas Bβ del fibrinógeno (Swenson y Markland 2005). Entre  éstas  se  encuentran  la  harobin  aislada  de Lapemis hardwickii (He et al. 2007); la BpSP-I de Bothrops pauloensis (Costa et al. 2009).
 
Adicionalmente,  en  componentes  activos  de venenos  de  serpientes  se  ha  detectado  una actividad estimuladora de células endoteliales con liberación de activadores del plasminógeno, entre estas  la  metaloproteasa  batroxobina  aislada  de Bothrops atrox; así como actividad potenciadora de  la  fibrinólisis  asociada  al  t-PA,  al  disociar complejos  t-PA/PAI-1,  como  la  jararagina,  una metaloproteasa  aislada  de  Bothrops  jararaca (Klöcking  et  al.  1987,  Sugiki  et  al.  1995, Kamiguti  et  al.  1996,  Laing  y  Moura-da-Silva 2005).
  
c)  Los  antifibrinolíticos:  por  lo  general  son inhibidores de serinoproteasas que pueden actuar sobre  plasmina,  enzima  que  juega  un  papel importante  en  la  modulación  de  trombosis, fibrinólisis,  inflamación  y  apoptosis.  Estos inhibidores pueden tener una aplicación clínica en cuadros hemorrágicos asociados a hiperfibrinólisis (Masci  et al. 2000, Cheng  et al. 2005,  Flight  et  al.  2005,  2009,  Qiu  et  al.  2013, Wan  et  al.  2013,  Kolev  y  Longstaff  2016).  Los estímulos  fisiológicos,  como  estrés  y  ejercicio exhaustivo  o  condiciones  patológicas  como dengue
hemorrágico, cáncer, leucemia promielocítica aguda, hipotensión, trauma quirúrgico, cirrosis, deficiencias de inhibidores o moduladores  negativos  del  sistema  fibrinolítico, deficiencias de factores de la coagulación como el VIII  o  IX  asociados  a  una  baja  generación  de trombina,  pueden  inducir  una  hiperfibrinólisis primaria con manifestaciones clínicas de sangrado (Rodeghiero  et  al.  1994,  Grünewald  et  al.  2002, Kolev y Longstaff 2016). 
 
Dos categorías de agentes terapéuticos se han empleado  como  agentes  antifibrinolíticos,  para reducir  situaciones  clínicas  asociadas  con desregulación de la fibrinólisis: la aprotinina,  un inhibidor  de  serinoproteasas;  y  análogos  de  la lisina,  tales  como  el  ácido  ε-aminocaproico (EACA)  y  el  ácido  tranexámico  (Ortmann  et  al. 2013,  Kolev  y  Longstaff  2016).  Recientemente, del  veneno  de  Micrurus  tener  tener  fue identificado,
aislado y caracterizado un antifibrinolítico  que  actúa  como  un  inhibidor  de plasmina,  denominado  tenerplasminina-1,  con una  masa  molecular  de  6.542  Da  (Salazar  et  al. 2011,  Vivas  2013,  Vivas  et  al.  2016),  el  cual presenta una acción similar a otros inhibidores de plasmina  aislados  de  venenos  de  diversos animales (Masci  et al. 2000, Brazón  et al. 2009, Choo et al. 2012, Cheng  y Tsai 2013, Qiu  et al. 2013, Wan et al. 2013). 
 
Para  caracterizar  compuestos  con  actividades relacionadas  con  el  sistema  fibrinolítico,  en nuestro  grupo  se  estudiaron  mezclas  de  venenos de  serpientes  por  especie  y  localidad  geográfica, de  los  géneros  Bothrops,  Crotalus  y  Micrurus, evaluando también otras actividades relacionadas con la hemostasia que permitan a futuro estudiar en  modelos  animales,  su  potencial  aplicabilidad terapéutica.
 
MÉTODOS PARA EVALUAR EL EFECTO DE VENENOS DE SERPIENTES O SUS FRACCIONES SOBRE EL SISTEMA FIBRINOLÍTICO
 
Venenos
 
Los venenos en estudio, se recolectaron como mínimo  de  6  serpientes  adultas  por  especie  y  de diversas  regiones  geográficas.  Entre  éstos  los  de B.  atrox  (Parguasa,  estado  Bolívar;  Puerto Ayacucho  1,  Serranía  del  Cuao  y  Puerto Ayacucho 2, estado Amazonas),  B. colombiensis (El  Guapo  y  Caucagua,  estado  Miranda), Bothrops  isabelae  (estado  Trujillo),  Crotalus durissus  cumanensis  (Lagunetica,  Carrizales,Guarenas,  Santa  Teresa,  estado  Miranda;  estado Aragua;  estado  Anzoátegui  y  Margarita,  estado Nueva  Esparta),  Micrurus  isozonus  (Calabozo, estado  Guárico;  Caracas,  Distrito  Capital;  La Boyera,  estado  Miranda;  Maracay,  estado Aragua),  M.  t.  tener  y  Micrurus  fulvius  fulvius (Texas y Florida, USA). Las serpientes capturadas en Venezuela fueron mantenidas en cautiverio en el Serpentario del Instituto de Medicina Tropical de  la  Facultad  de  Medicina  de  la  Universidad Central  de  Venezuela.  Para  la  obtención  del veneno de los diferentes ejemplares se realizaron ordeños  cada  30  días,  mediante  procedimiento manual. Los venenos fueron centrifugados a 2000 g por 10 min a 4°C, liofilizados y almacenados a -80°C.  Los  venenos  de  M.  t.  tener  y  M.  f.  fulvius fueron  adquiridos  en  el  Centro  Nacional  de Investigación  de  Toxinas  Naturales  (NNTRC, Texas A&M University-Kingsville, Texas, USA).
 
Concentración de proteínas
  
Para  las  fracciones,  la  concentración  se determinó  por  espectrometría,  según  la  ley  de Beer  (Simonian  y  Smith  2006),  asumiendo  que una  unidad  de  absorbancia  es  equivalente  a  1 mg/mL  de  proteína,  cuando  un  haz  de  luz  a  280 nm  incide  sobre  una  muestra  contenida  en  una celda  de  1  cm  de  longitud.  Para  venenos completos  se  empleó  el  método  de  Lowry  et  al. (1951).
 
Células en cultivo
 
Línea  de  células  endoteliales,  de  sinusoide hepático  (LSEC),  fue  cultivada  en  medio específico HAM-F12 suplementado, conteniendo 10% de Suero Fetal de Bovino (SFB), y mantenida a 37°C con 5% de CO2 en atmósfera húmeda. Para obtener las células requeridas para los ensayos, en estado subconfluente, se agregó tripsina/EDTA al 0,01% en PBS a 37°C, luego de 2-3 min las células despegadas  se  recolectaron  y  centrifugaron  a 1.800  g  por  10  min.  El  paquete  celular  se resuspendió  en  medio  específico  suplementado, conteniendo 10% de SFB.
 
Para  los  experimentos,  la  solución  de  células fue  ajustada  a  150.000/pozo, para  ello  se  agregó azul de Tripan al 0,4% y en cámara de Neubauer se contaron bajo microscopio, y se incubaron por 4 h a 37°C, con 5% de CO2 en atmósfera húmeda. Finalmente  los  cultivos  fueron  estimulados  a diferentes tiempos (4, 24 y 48 h) con las dosis de veneno,  usando  como  control  positivo  trombina. Para  realizar  los  ensayos  hemostáticos,  el sobrenadante y las células se recolectaron después de  los  tiempos  establecidos,  y  de  inmediato  se realizaron las determinaciones.
 
Animales de experimentación
 
Ratones  machos  de  las  cepas  BALB/c  y C57BL/6 entre 8 y 10 semanas (18 y 20 g), fueron suministrados por el Bioterio Central del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).  Durante  un  período  previo  a  las  pruebas (8  días),  los  ratones  fueron  mantenidos  en  el Bioterio  del  Centro  de  Medicina  Experimental-IVIC, a temperatura entre 22 y 24°C, con ciclos de luz  /oscuridad  de  12  h  cada  uno,  con  agua  y comida  ad  libitum.  El  protocolo  para  el  uso  de animales fue aprobado previamente por la Comisión de  Bioética  para  Investigación  en  Animales  del IVIC  y  bajo  las  normas  del  uso  de  animales  de experimentación  del  Instituto  Anatómico  de  la Universidad Central de Venezuela.  Así  mismo,  la manipulación de los animales siguió los principios de cuidado y manejo previamente establecidos por el National Institute of Health y el sub-comité de manejo de animales (NIH 1985, Giles 1987).
 
ACTIVIDADES BIOLÓGICAS
 
Letal
  
Se  expresó  como  Dosis  Letal  Cincuenta (DL50), y se definió como la cantidad de veneno o fracción  que  por  vía  intravenosa  (i.v.)  causó  lamuerte del cincuenta por ciento de los animales en 24 h. Para el ensayo, dosis seriadas de veneno o fracción disueltas en 0,2 mL de NaCl al 0,85% se inyectaron  a  grupos  de  5  ratones/dosis;  luego  de 24 h se registró el número de animales muertos y se determinó la letalidad aplicando el método de Spearman-Kärber  (1978),  propuesto  por  la Organización Mundial de la Salud (WHO 2010). Los  animales  controles  se  trataron  con  solución salina isotónica.
 
Hemorrágica
 
Se usó el modelo en piel, usando el método de Omori-Satoh (1972)  y se expresó como la Dosis Hemorrágica Mínima (DHM, cantidad de veneno capaz de producir una lesión hemorrágica con un diámetro  de  10  mm,  en  2  h).  Para  el  ensayo,  se inyectaron  por  vía  intradérmica  (i.d.)  en  región abdominal,  dosis  seriadas  sub-letales  del  veneno disuelto  en  0,1  mL  de  solución  salina  isotónica, usando  como  mínimo  4  ratones/dosis.  Los animales controles se trataron con solución salina isotónica.  Los animales  se sacrificaron con  CO2, se les disecó la piel y se determinó el diámetro de la lesión hemorrágica, la cual se expresó en mm2.
 
Edematizante
 
Por  el  método  de  Yamakawa  et  al.  (1976), modificado por Scannone, con base en el Manual del  Instituto  Clodomiro  Picado  (Dr.  Héctor Scannone,  comunicación  personal).  En  la almohadilla  plantar  del  miembro  posterior derecho  de  ratones  (en  caso  de  venenos  se recomiendan ratones C57BL/6 machos de 18 a 22 g por ser cepas sensibles (Barrios et al. 2012), se inyectaron 30 µL de solución de veneno a evaluar, a diferentes dosis (1-10 µg). Como control, en el miembro posterior izquierdo se inyectaron 30 µL de  solución  fisiológica.  Después  de  diferentes tiempos (30, 60, 120, 240 y 480 min), los ratones se  anestesiaron  con  CO2  y  sacrificaron  para extraer  los  miembros  posteriores  que  se  pesaron en balanza analítica. Los resultados se expresaron en porcentaje de edema del miembro (aumento de peso) con respecto al control.
 
Hialuronidasa
 
Por una  modificación del método de  Queiroz et al. (2008). En placas de 96 pozos se agregaron 20  µL  del  veneno  (1-10  µg),  60  µL  de  ácido hialurónico  (0,5  mg/mL)  y  20  µL  de  tampón  50 mM acetato de sodio, pH 6,0 conteniendo 0,15 M NaCl.  Se  incubó  por  30  min  a  37°C  y  luego  se agregaron  200  µL  de  2,5%  bromuro  de cetiltrimetilamonio en 2% NaOH y se determinó la  absorbancia  a  405  nm.  Los  resultados  se expresaron  como  unidades  de  reducción  de turbidez  (URT)/µg  de  veneno,  tomando  como 100%  de  actividad  la  absorbancia  del  ácido hialurónico en presencia de PBS estéril.
 
Fosfolipasa tipo A2
  
Por  el  método  de  Gutiérrez  et  al.  (1985).  Se disolvieron 3 g de agar en 300 mL de tampón PBS, pH 7,2; se calentó hasta disolver y luego de enfriar a 55°C se agregaron 20 µL 0,01 M CaCl2, 3 g de azida  de  sodio,  6  mL  de  suspensión  de  yema  de huevo fresco  y 3,6  mL de eritrocitos de carnero, se mezcló suavemente y sobre placas de Petri de 10 cm se vertieron 25 mL de la solución. Sobre el gel  formado  se  perforaron  pozos  de  3  mm  de diámetro, donde se colocaron 15 μL de veneno o fracción a diferentes concentraciones (1-50 μg), se incubó en cámara húmeda a 37°C y luego de 18 h se  midió  el  área  de  hemólisis.  Como  control negativo se empleó PBS estéril. Los resultados se expresaron en mm2.
 
Gelatinolítica
 
Por  el  método  de  Guerrero  et  al.  (2010)  que emplea geles de acrilamida donde se copolimeriza gelatina (1 mg/mL). Para el ensayo, en un gel de acrilamida  al  7,5%  que  contiene  1  mg/mL  de gelatina, se corrieron entre 5 y 10 µg de veneno o fracción en tampón 50 mM Tris-HCl, pH 7,3, en condiciones no reducidas. Después de electroforesis, para remover el SDS, el gel se lavó dos veces por 30 min con Tritón X-100 al 2,5%, luego con agua destilada por 5 min, con agitación suave y continua por tres veces. El gel se incubó toda la noche a 37°C en tampón 50 mM Tris-HCl, pH 7,3 conteniendo 200 mM NaCl, 1mM CaCl2 y 1mM  MgCl2.  Finalmente  se  coloreó  con  0,5% azul de Coomassie por 2 h, luego se decoloró con etanol:ácido  acético:agua  (30:7:63).  Las  zonas claras  del  sustrato  lisado  que  contrastan  con  el fondo  oscuro,  revelan  la  presencia  de  enzimas gelatinolíticas.  En  el  gel  se  corrieron  también marcadores  de  masa  molecular  precoloreados, para  establecer  la  masa  relativa  de  las  proteínas activas.

Proteolítica sobre proteínas de matriz extracelular (MEC)
 
Por  el  método  de  Lucena  et  al.  (2006).  Se evaluaron  diferentes  relaciones  de  proteína: veneno  y  tiempos  de  incubación,  a  37°C  para laminina  y  fibronectina  y  a  25°C  para  colágeno tipo IV. La reacción se detuvo agregando 2 µL de 20% azul de bromofenol en glicerol y 3 µL de 2% DTT- 2% SDS, en un baño de hielo. Las muestras se llevaron a ebullición por 3 min  y los cambios en las moléculas se visualizaron por electroforesis en  geles  SDS-PAGE  al  7,5%  (Laemmli  1970), empleando  coloración  con  azul  de  Coomassie  o inmunodetección.  Como  controles  se  evaluaron proteínas pre-incubadas con tampón.
 
ACTIVIDADES RELACIONADAS  CON LA FIBRINOLISIS
 
Amidolítica
 
Siguiendo  el  método  de  Guerrero  y  Arocha-Piñango (1992) que emplea sustratos cromogénicos (Chromogenix AB-Mölndal Sweden)  específicos  para  enzimas  con  actividad fibrinolítica  semejante  a  plasmina  (S-2251,  0,80 mM),  t-PA  (S-2288,  1,20  mM),  calicreína  (S-2302, 0,44 mM) y uroquinasa (S-2444, 0,30 mM). Como  controles  positivos  se  usaron  enzimas patrón.  Para  el  ensayo,  en  microplacas  de poliestireno  de  96  pozos  se  agregaron  70  µL  de tampón  (recomendado  para  cada  sustrato  en particular), 20 µL de muestra (1-10 µg) y 10 µL del sustrato a la concentración final indicada. Se incubó a 37°C y se determinó la absorbancia a 405 nm cada 5  min, hasta  un  máximo de 30 min.  La actividad  amidolítica  se  expresó  en  mUA  405 nm/min/µg.
 
Activadora del plasminógeno
 
Por modificación del método de Mussoni et al. (1979). Como sustrato se empleó plasma humano citratado  o  plasminógeno  (Plg)  purificado (Chromogenix  AB-Mölndal  Sweden)  y  como activador de plasminógeno se empleó estreptoquinasa (Sk), que forma un complejo Plg-Sk,  en  el  cual  el  Plg  adquiere  una  conformación de pseudo-enzima capaz de generar plasmina, que fue evaluada con el sustrato cromogénico S-2251. En placas de poliestireno de 96 pozos se colocaron 20 L de plasminógeno (2 µM) o de plasma, 20 L  de  veneno  o  fracción,  evaluando  diversas relaciones plasminógeno: veneno / fracción (entre 10:1 y 50:1, tomando en cuenta que en plasma la concentración de este sustrato es de alrededor de 2 mM) y 20  L de tampón recomendado para el sustrato. Después de incubar a 37°C por 10 min, se  colocaron  20  L  del  sustrato  cromogénico  S-2251 (0,80 mM, concentración final), se incubó a 37  C  y  a  los  5,  15  y  30  min  se  determinó  la absorbancia a 405 nm. La actividad activadora de Plg se expresó en UI/similares a Sk/g de veneno, para  lo  cual  se  empleó  una  curva  de  referencia preparada con diferentes dosis de Sk (0,01 - 10 UI /mL).
 
Fibrinolítica en placas de fibrina
 
Siguiendo  el  método  de  Marsh  y  Arocha-Piñango  (1972).  Las  placas  de  fibrina  se prepararon a partir de fibrinógeno en presencia ( 10 %) o ausencia de plasminógeno. En placas de Petri de 35 mm se agregaron 1,5 mL de solución de fibrinógeno (0,3%, en tampón 50 mM imidazol -  0,15  M  NaCl,  pH  7,4)  y  75  µL  de  10  UI/mL trombina bovina (disuelta en 0,025 M CaCl2), se mezcló  e  incubó  a  temperatura  ambiente  por  30 min. Luego se aplicaron 10 µL de la muestra (1-10 µg) y después de 24 h a 37°C se determinó el área de lisis (mm²). La actividad se expresó como el área de lisis por µg de proteína (mm²/µg). Como controles  positivos  se  emplearon  plasmina (actividad  directa)  y  sct-PA  o  tcu-PA  (actividad activadora de plasminógeno).
 
Fibrinolítica en microplacas de fibrina
 
Por  modificación  del  método  de  placas  de fibrina  de  Marsh  y  Arocha-Piñango  (1972).  En microplacas  de  96  pozos  de  fondo  plano  se prepararon coágulos de fibrina mezclando 200 µL de solución de fibrinógeno (0,3%, en tampón 50 mM imidazol - 0,15 M NaCl, pH 7,4) y 12 µL de 10 UI/mL trombina bovina (disuelta en 0,025 M CaCl2),  luego  de  30  min  se  determinó  la absorbancia  a  405  nm.  La  actividad  fibrinolítica de  venenos  o  fracciones,  se  evaluó  adicionando sobre el gel de fibrina 10 µL de muestra (1-10 µg), luego se incubó en cámara húmeda a 37°C por 18 h  y  se  determinó  la  absorbancia  a  405  nm.  La absorbancia de la fibrina en presencia de tampón imidazol  se  tomó  como  el  100%,  la  cual disminuyó  al  ocurrir  la  lisis.  La  actividad fibrinolítica  se  expresó  como  el  porcentaje  de disminución  de  la  absorbancia  de  la  fibrina  en presencia  del  veneno.  La  actividad  se  comparó con plasmina (actividad directa) y con t-PA o u-PA (actividad activadora de plasminógeno).
 
Lisis del coágulo
 
La  actividad  fibrinolítica  evaluada  por  el método de lisis del coágulo, se basa en el registro de cambios de absorbancia en función del tiempo,de un coágulo formado por trombina en presencia de t-PA. Para el ensayo, en microplacas de fondo plano  de  96  pozos,  se  mezclaron  155  µL  de tampón 50 mM Tris-HCL-0,15 M NaCL, pH 7,4,20  µL  de  plasma  citratado,  20  µL  de trombina/calcio (1,5 UI/mL en 0,2 M CaCl2) y 5 µL t-PA (1,7 nM). Luego dentro de un lector de microplacas  a  temperatura  ambiente  (Sunrise-Tekan, USA), se determinó la absorbancia a 340 nm  cada  2  min,  durante  90  min.  Para  evaluar  la actividad  fibrinolítica  inducida  por  venenos  o fracciones  activas,  se  sustituyó  el  t-PA  por solución de veneno o fracción, a diferentes dosis (1-10 µg). A partir de la curva que se graficó con los cambios de absorbancia en función del tiempo se  determinaron  los  siguientes  parámetros. Tiempo de Lisis (TL): Es el tiempo que transcurrió desde  el  inicio  de  la  polimerización,  hasta  la completa disolución del coágulo y se expresó en segundos. Tiempo de Lisis 50 (TL50): Es el tiempo que transcurrió desde el inicio de la polimerización  hasta  la  disolución  del  50%  del coágulo  y se expresó en segundos.  Velocidad de Lisis  (VL):  Se  determinó  por  el  valor  de  la pendiente  de  la  curva,  en  la  parte  lineal descendente que corresponde a la zona de lisis, y se expresó en unidades de absorbancia en función del tiempo, en valor absoluto.
 
Zimografía de fibrina
 
La zimografía  sobre fibrina se determinó por el método de Carvajal y Arocha-Piñango (1991). Inicialmente sobre un gel de poliacrilamida-SDS, en  condiciones  no  reducidas,  se  realizó  la separación  electroforética  de  las  proteínas  del veneno o fracción (la cantidad que produjo un área de lisis en placas de fibrina de aproximadamente 600 mm²). Finalizada la corrida, para eliminar el SDS el gel se lavó dos veces con 0,2% Tritón X-100 y tres veces con agua destilada, con agitación constantemente  durante  1  h  a  temperatura ambiente. Luego el gel se colocó sobre una placa de fibrina-agarosa, que se preparó mezclando 8,5 mL de 1,2% fibrinógeno (tampón imidazol-salino pH 7,4, en presencia o ausencia de plasminógeno, según  se  evalúe  actividad  activadora  de plasminógeno  o  acción  directa  sobre  la  fibrina), con 8,5 mL de 2,5% (p/p) agarosa de bajo punto de  fusión  y  2  mL  de  1  UI/mL  de  trombina  (en 0,025  M  CaCl2).  La  mezcla  se  vertió  sobre  una lámina de GelBond (8 x10 cm) y el gel formado se  dejó  estabilizar  durante  30  min  a  temperatura ambiente.  Esta  placa  de  fibrina-agarosa-gel  se incubó en cámara húmeda a 37°C y luego de 18 h se retiró el gel y la lámina de GelBond se coloreó con  “Amido  Black”  [0,1%,  en  una  mezcla  de metanol/ácido acético/agua (70:10:20)] por 5 min;seguidamente se lavó con metanol puro hasta que el fondo permitió visualizar las áreas de lisis como zonas más claras sobre la lámina coloreada, luego se secó en estufa a 37°C. Como control positivo se  empleó  plasmina  (actividad  directa)  y  t-PA  o scu-PA  (actividad  activadora  de  Pg).  Las  masas moleculares  relativas  de  las  bandas  activas  se determinaron  por  medio  de  patrones  pre-coloreados que se corrieron en el mismo gel.
 
Degradación de fibrina
 
La  actividad  fibrinolítica  se  evaluó  también por  medio  del  patrón  de  degradación  de  fibrina, siguiendo el método de Lucena at al. (2006). Para el  ensayo,  se  mezclaron  0,3%  fibrinógeno  (en tampón 0,05 M Tris pH 7,4 conteniendo 0,15 M NaCl  y  0,02  M  CaCl2),  2  UI/mL  factor  XIII (purificado siguiendo el método de Guerrero et al. (1999),  2  UI/mL  trombina  bovina  (preparada  en KCl  0,15  M/0,25M  CaCl2).  A  los  coágulos formados,  luego  de  3  h  a  37°C  se  les  agregó veneno  o  fracción  (1  -  50  µg/mL),  se  incubó  a 37°C  y  después  de  0,  30  y  90  min,  3  y  24  h,  la reacción se detuvo agregando un volumen igual de mezcla  reductora  (2%  SDS  -  2%  ditiotreitol (DTT),  0,025%  azul  de  bromofenol  y  50% glicerol),  sobre  un  baño  de  hielo.  Después  las muestras  se  llevaron  a  ebullición  por  3  min,  se centrifugaron  por  5  min  a  10.000g  y  se sometieron a electroforesis en geles al 7%, por el sistema  Tris-Tricina  (Schägger  y  von  Jagow 1987), visualizando las bandas con 0,5% azul de Coomassie. Como control positivo se empleó 0,15 UI/mL plasmina.
 
Degradación de fibrinógeno
 
La  actividad  fibrinogenolítica  se  evaluó  por medio del patrón electroforético de la molécula o cadenas del  fibrinógeno,  siguiendo el  método de Salazar et al. (2007) y por la actividad coagulante remanente. El Fg disuelto en tampón 0,05 M Tris-HCl, pH 7,4, se incubó a 37°C por 4 h con veneno o fracción, inicialmente a distintas relaciones (Fg: veneno). Luego a una relación adecuada donde se observó una degradación intermedia, se evaluaron distintos tiempos de incubación. La electroforesis se  realizó  en  geles  de  poliacrilamida  al  7%,  en condiciones no reducidas (molécula) y al 10%, en condiciones  reducidas  (cadenas),  utilizando  el sistema  Tris-Tricina.  Las  bandas  se  visualizaron con la coloración con 0,5% azul de Coomassie.
 
La  actividad  coagulante  remanente  de  Fg tratado  se  determinó  por  el  método  de  Austen  y Rhymes (1975). Para el ensayo, se mezclaron 100 µL de Fg (en tampón 0,05 M Tris - 0,15 M NaCL, pH 7,4, tampón de coagulación) con 100 µL de 2,5 UI/mL  trombina  bovina  (en  0,025  M  CaCl2), inmediatamente  con  movimientos  suaves  dentro de  un  baño  de  María  a  37°C,  se  determinó  el tiempo  requerido  para  formar  coágulo.  Como control  se  empleó  Fg  incubado  en  tampón  de coagulación.
 
Antifibrinolítica
  
La  actividad  inhibitoria  de  la  fibrinólisis  fue estudiada por medio de la plasmina. La actividad remanente de la plasmina pretratada con veneno o fracciones  cromatográficas  fue  evaluada  por  el método amidolítico descrito previamente, para lo cual  se  mezcló  una  cantidad  determinada  de plasmina (1 μM) con veneno (entre 0,5 y 5 μg/μL) o  fracción  (0,5  -  4  μM),  luego  se  incubó  a 37°C por 30 min y se determinó la actividad residual de la enzima. 
  
Alternativamente se evaluó la actividad de la plasmina en placas de fibrina, para lo cual 10 μL de la mezcla anterior se aplicaron sobre un gel de fibrina y después de 24 h a 37°C de determinó el área de lisis. El efecto del veneno o fracciones se expresó  en  %  de  aumento  o  disminución,  según los  resultados  obtenidos  de  la  enzima  pretratada con una solución tampón imidazol - salino, pH 7,4 que  representó  el  100%  de  actividad.  Como control  de  inhibición  de  plasmina  se  usó aprotinina (100 UI/mL).
 
Actividades  evaluadas  en  modelos  celular  y animal
  
Para evaluar el efecto de venenos o fracciones sobre  actividad  fibrinolítica  en  células  múridas implicadas  en  la  respuesta  hemostática  (células endoteliales  y  macrófagos),  inicialmente  se determinó la citotoxicidad y luego se determinó el efecto sobre el sistema fibrinolítico con dosis no citotóxicas de veneno o fracción.
  
Para  medir  el  efecto  citotóxico  del  veneno sobre  las  células  se  utilizó  el  ensayo  de sulforrodamina B (Vichai y Kirtikara 2006). Para el ensayo, las células fueron sembradas en placas de fondo plano de 96 pozos (Corning, USA) a razón de 20 x 103/100 L pozo (células endoteliales) y 150 x 103/100 L pozo (macrófagos peritoneales), en medio específico, luego se incubaron por 24 h a  37  C,  se  descartó  asépticamente  el  medio  y  se agregaron los tratamientos (venenos o fracciones, a  diferentes  dosis  entre  0  y  100  g/mL,  como mínimo  ocho  dosis  crecientes)  en  el  medio  de cultivo  específico  para  cada  línea  celular  en  100 L/pozo. 
  
Para  evaluar  el  efecto  sobre  el  sistema fibrinolítico,  en  placas  de  96  pozos  se  cultivaron 150  x  104  macrófagos/pozo  o  20  x  104 células endoteliales/ pozo.  Luego de 2  h  se  agregaron  los tratamientos (venenos o fracciones) o la trombina (1 y 5 UI/mL) como control positivo. Los cultivos se incubaron  a  37°C  por  4,  24  y  48  h;  luego  se recolectaron los sobrenadantes que se almacenaron -70°C hasta su uso. Lisis de euglobulinas
 
Es  un  ensayo  utilizado  para  determinar  la actividad  fibrinolítica  en  plasma,  en  el  cual  se evalúan proteínas hemostáticas incluyendo fibrinógeno,  plasminógeno  y  sus  activadores,  en ausencia  de  inhibidores  (entre  estos  2-antiplasmina y PAIs), emplea un fraccionamiento de las euglobulinas del plasma a bajo pH y fuerza iónica (Kowalski at al. 1959, Booth 1991, Smith at  al.  2003).  Este  ensayo  fue  utilizado  en  estos trabajos para evaluar la actividad fibrinolítica en los sobrenadantes celulares, siguiendo el  método de Barrios et al. (2009, 2012).
 
Para el ensayo, sobre un baño de hielo, en un tubo plástico se mezclaron 0,9 mL de 0,01% ácido acético  y  0,05  mL  de  los  sobrenadantes  de  las células tratadas, se incubó a 4°C por 30 min y se centrifugó por 10 min a 1400 g. El precipitado se resuspendió en 0,05 mL de tampón 0,05 M Tris, pH  7,4;  luego  se  determinó  la  actividad fibrinolítica  por  el  micrométodo  de  placas  de fibrina  o  por  la  actividad  amidolítica  sobre  los sustratos  cromogénicos  S-2444  y  S-2288,  miden actividad similar a u-PA y t-PA, respectivamente, siguiendo los ensayos antes descritos. 
  
Para  evaluar  el  efecto  in  vivo  de  venenos  o fracciones  sobre  la  actividad  fibrinolítica,  se emplearon  ratones  C57BL/6,  inyectados  por  vía intraperitoneal  (i.p.)  con  veneno  o  fracción,  a dosis  subletales,  en  200  µL  de  solución  salina estéril. Luego de 24, 48 o 72 h los animales fueron colocados  en  una  cámara  con  éter  sin  llegar  a  la muerte, con una inyectadora estéril de 1 mL se les realizó una punción limpia a nivel del corazón, y se les extrajo aproximadamente 1 mL de sangre. Finalmente,  los  animales  fueron  eutanizados  en cámara de C02.
 
Para  los  ensayos  de  hemostasia,  una  porción de sangre se mezcló con citrato de sodio al 3,8%, a una  relación 9:1, luego para obtener el Plasma Pobre en Plaquetas (PPP) se centrifugó a 2.000 g por  15  min  a  4°C.  La  actividad  fibrinolítica  se evaluó  por  medio  del  método  de  lisis  de  fibrina por euglobulinas, descrito previamente.
 
OTRAS ACTIVIDADES HEMOSTÁTICAS
 
Agregación plaquetaria
  
Por el método de Da Silva et al. (2009), con un agregómetro  (Chrono-Log,  modelo  560,  C.A, USA). Para el ensayo, de donantes sanos que no consumieron
aspirina o anti-agregantes plaquetarios en los nueve días previos al ensayo, se extrajo sangre por punción venosa, la cual fue anticoagulada con citrato de sodio al 3,8% a una relación  9:1.  Luego  para  obtener  PRP  se centrifugó  a  250  x  g  por  15  min  a  temperatura ambiente. Para obtener Plasma Pobre en Plaquetas (PPP) el paquete globular se volvió a centrifugar a 1.000 x g por 15 min. 
  
Para  el  ensayo  de  agregación,  en  una  cubeta del  agregómetro  se  colocaron  500  μL  de  PRP (ajustado  a  300.000  plaquetas/mm3  con  el  PPP), se  preincubó  a  37°C  durante  4  min,  luego  se agregaron concentraciones variadas del veneno o fracción  (entre  1  -  20  μg),  y  se  indujo  la agregación  con  la  adición  de  5  μL  de  adenosin difosfato  (ADP,  10  μM),  colágeno  (2  μg/mL), trombina (0,6 UI/mL) o ristocetina (1,25 mg/mL), concentración  final;  luego  se  registraron  los cambios  de  tramitancia  durante  8  min.  Los resultados  se  compararon  con  los  obtenidos  con plaquetas tratadas con tampón 0,05 M Tris - 0,15 M NaCl, pH 7,4.
 
Procoagulante
 
Por el método amidolítico antes descrito y por el método coagulante de Salazar et al. (2007) que emplea  como  sustrato,  fibrinógeno  bovino  o plasma  citratado  fresco  congelado,  según  se evalúe  actividad  semejante  a  trombina  o procoagulante.  Para  el  ensayo,  se  preincubaron por 3 min a 37°C, 100 µL de plasma citratado o de solución  de  fibrinógeno  (0,3%  en  tampón  de coagulación),  luego  se  agregaron  100  µL  de tampón de coagulación  y 100 µL de solución de trombina  (entre  0,5  y  15  UI/mL)  o  100  µL  de veneno/fracción (1-50 µg), se mezcló y en un baño de  María  a  37°C  con  movimientos  suaves  se determinó el tiempo de coagulación. La actividad semejante  a  trombina  fue  reportada  en  UI/mL, referida a la curva del estándar.
 
Inhibitoria de enzimas de la hemostasia
 
Las  enzimas  de  la  hemostasia  en  su  mayoría son serinoproteasas, excepto el factor XIII que es una  transglutaminasa.  Para  evaluar  la  actividad amidolítica  de  estas  enzimas,  como  herramienta diagnóstico  se  emplean  sustratos  cromogénicos, que  son  péptidos  sintéticos  de  tres  a  cinco aminoácidos unidos en el extremo N-terminal a un cromóforo,  la  p-nitroanilina  (p-NA),  con  una secuencia  que  simula  al  sustrato  natural  de  la enzima  en  estudio,  la  cual  hidroliza  el  enlace amida  y  libera  la  p-NA  que  absorbe  a  405  nm (http://www.chromogenix.com).
 
El  efecto  de  venenos  o  fracciones  sobre  la actividad  amidolítica  de  trombina,  factor  Xa  o tPA, se evaluó siguiendo el método de Guerrero y Arocha-Piñango (1992). Para el ensayo, en placas de  96  pozos  se  mezclaron  10  μL  del  veneno  o fracción (entre 1-20 μg) con 20 μL de la enzima (a una dosis que presente una actividad en el punto medio de la curva). La mezcla se incubó a 37°C por 30 min, luego se agregaron 60 μL del tampón recomendado  para  cada  sustrato  y  10  μL  del sustrato  cromogénico  correspondiente,  a  la concentración recomendada (6 mM S-2238, 8 mM S-2222, o 1,20 mM S-2288). Después de 10 min a 37°C  se  determinó  la  actividad  enzimática residual. El efecto fue expresado en %, tomando como  referencia  la  actividad  de  la  enzima  en presencia  de  tampón  de  coagulación.  Como controles  de  inhibición  se  emplearon  hirudina (para  trombina  a  una  relación  1:1);  aprotinina (para plasmina a 100 UI/mL), inhibidor de tripsina obtenido  de  soya  (SBTI,  para  factor  Xa  a  50 µg/mL).
 
UNA VISIÓN GLOBAL DE LOS VENENOS Y SUS EFECTOS SOBRE EL SISTEMA FIBRINOLÍTICO
 
Los  venenos  de  serpientes  inducen  efectos locales y sistémicos en las víctimas, los cuales son complejos y muy variables, debido a los diversos componentes  activos  que  pueden  actuar  solos  o acoplados  con  otras  moléculas  del  veneno  y  del hospedador,  contribuyendo  a  la  propagación  de las toxinas (Calvete  et al. 2009). La variabilidad en  las  manifestaciones  clínicas  por  accidentes ofídicos  puede  estar  relacionada  con  la composición y la concentración de los componentes  tóxicos  lo  cual  se  puede  relacionar con diferencias geográficas, sexo, genética, edad, alimentación,  especie,  entre  otras  (Daltry  et  al. 1996,  Pifano  y  Rodríguez-Acosta  1996,  Sasa  y Vázquez 2003, Menezes et al. 2006, Aguilar et al. 2007, Salazar et al. 2007, 2008, 2009, 2011).
 
Las principales manifestaciones del envenenamiento  bothrópico  están  representadas por  alteraciones  en  la  hemostasia.  En  el  caso  de envenenamientos  crotálicos  predominan  las manifestaciones  neurotóxicas  y  miotóxicas, acompañadas  de  leves  alteraciones  en  la hemostasia. En los envenenamientos micrúricos la principal manifestación es la neurotoxicidad y el bloqueo  neuromuscular  progresivo,  en  casos severos la muerte resulta por un paro respiratorio (Rodríguez-Acosta  et  al.  1995).  En  el  caso  de Micrurus, se han descrito cuadros clínicos donde el  componente  neurotóxico  no  aparece  en  las primeras horas siguientes a la mordida, donde se aprecian  otras  manifestaciones  relevantes  como dolor y edema en el sitio de la mordida, además de manifestaciones respiratorias, anemia, hemoglobinuria,  leucocitosis,  trombocitopenia  y coagulopatías  que  conllevan  a  hemorragias (Manock et al. 2008, Pérez et al. 2012, de Roodt et al. 2013). 

Los  estudios  de  venenos  de  serpientes  por especies  y  localidades  geográficas,  permiten determinar  múltiples  mecanismos  que  pueden desencadenar  los  accidentes  ofídicos,  lo  que puede  orientar  a  una  mejor  interpretación  de cuadros  clínicos,  seguimiento  de  los  pacientes  y preparación  de  antivenenos.  Adicionalmente, identificar  compuestos  bioactivos  en  venenos  de serpientes  reviste  gran  importancia  para  estudiar mecanismos  de  acción  que  ayuden  a  guiar  la producción  de  antivenenos  más  efectivos,  sobre todo  en  el  caso  de  moléculas  con  poca inmunogenicidad,  bien  sea  por  una  baja concentración  en  el  veneno  o  por  sus determinantes antigénicos. Además el aislamiento y  caracterización  de  compuestos  con  potencial terapéutico  en  patologías  asociadas  a  la hemostasia, fortalece la investigación aplicada.
 
En  este  trabajo  se  presenta  un  resumen  de resultados  obtenidos  en  diferentes  trabajos  de nuestro grupo, relacionados con la evaluación de actividades  referidas  con  el  sistema  fibrinolítico, acompañadas  de  otras  actividades  de  relevancia que  pueden  inducir  complicaciones  en  los modelos in vivo donde se evalúe el potencial uso de  los  compuestos  aislados  de  venenos  de serpientes.  En  la  búsqueda  de  un  veneno  con  actividad fibrinolítica  y/o  antifibrinolítica,  a  los  fines  de aislar  compuestos  bioactivos  con  potencial aplicación en terapia trombolítica o en síndromes hemorrágicos  asociados  a  hiperfibrinólisis,  se evaluaron  diversos  venenos  de  serpientes  de  los géneros Bothrops (Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008,  Rodríguez-Acosta  et  al.  2010),  Crotalus (Aguilar  et  al.  2007,  Salazar  et  al.  2008)  y Micrurus  (Salazar  et  al.  2011,  Vivas  2013), separados por especie y localidad. Los resultados publicados en los diversos trabajos, se resumen en las Tablas 1, 2 y 3, en los cuales se evidencia que venenos de estas serpientes presentan variaciones individuales en la composición y concentración de los  componentes  activos,  relacionados  con  el género,  especie  y  sobre  toda  la  distribución geográfica.  Los  hallazgos  logrados  con  los venenos  del  género  Micrurus  son  de  gran importancia para la comunidad científica, ya que se evalúan características y mecanismos de acción de toxinas que pueden permitir un mejor abordaje de los accidentes ofídicos por corales, ya que en la literatura son escasos los reportes comparativos de estos  venenos  por  lo  difícil  de  mantener  estas serpientes  en  cautiverio,  su  manipulación  y  la cantidad de veneno que producen. 
 
Tabla 1. Actividades biológicas en venenos de Bothrops, Crotalus y Micrurus.


Tabla 2. Actividades procoagulante y agregación plaquetaria en venenos de Bothrops, Crotalus y Micrurus.


Tabla 3. Actividades fibrino(geno)líticas en venenos de Bothrops, Crotalus y Micrurus.


ACTIVIDADES EVALUADAS
 
Letal
 
Entre las actividades que deben ser evaluadas en todo veneno esta la letalidad, algunas variables influyen  en  los  resultados.  Entre  las  vías  de inyección  del  veneno  más  utilizadas  están  la intramuscular-IM, la intravenosa-IV, la intraperitoneal-IP, la subcutánea-SC y con menos frecuencia  la  intracerebroventricular-ICV.  Los valores de DL50 más bajos han sido obtenidos con la vía ICV, mientras la SC da los valores más altos (Oukkache  et  al.  2014).  Da  Silva  y  Aird  (2001) demostraron en un modelo múrido que el grado de toxicidad  de  los  venenos  de  serpientes  coral  es ruta-dependiente,  siendo  más  efectiva  la  vía intravenosa,  seguida  de  la  intraperitoneal  y  la menos  letal  la  intramuscular.  Otra  variable  a  ser considerada  es  el  modelo  animal,  debido  a  la susceptibilidad  o  resistencia  a  los  componentes tóxicos reportada en diversos estudios, encontrándose  que  los  venenos  son  más  tóxicos sobre sus presas naturales (da Silva y Aird 2001). En un estudio que evaluó el efecto de la hemolinfa de  la  oruga  Lonomia  achelous  sobre  el  sistema hemostático,  se  encontró  que  la  cepa  de  ratones C57BL/6  fue  más  sensible  a  los  componentes tóxicos, en comparación con las cepas BALB/C y C3H/He  (Barrios  et  al.  2012),  lo  que  en  parte puede  estar  asociado  a  la  variabilidad  en  las actividades  hemostáticas  encontradas  en  estas cepas (Barrios et al. 2009).
 
En otro trabajo del grupo (Salazar et al. 2011) se resalta la toxicidad de  venenos  micrúricos, de los cuales hay muy pocos reportes en la literatura, sobre  todo  de  serpientes  de  Venezuela.  En  la búsqueda  de  un  modelo  animal  para  evaluar  los efectos de venenos de coral sobre la hemostasia e inflamación,  por  la  elevada  toxicidad  que  estos presentan, la letalidad de los venenos de Micrurus se  evaluó  inicialmente  en  ratones  BALB/C,  los cuales  han  resultado  ser  más  resistentes.  Los venenos  evaluados  presentaron  una  DL50  entre 0,32 y 0,78 mg/kg, siendo el más letal M. f. fulvius (Florida,  USA)  (0,32  mg/kg),  seguido  de  M. isozonus  de  Venezuela  (0,52-0,81  mg/kg);  el menos letal fue M. t. tener (0,78 mg/kg) (Salazar et al. 2011) (Tabla 1).
  
La  elevada  toxicidad  de  los  venenos  de Micrurus se ha relacionado con las neurotoxinas. Recientemente,  en  venenos  de  M.  fulvius  se  han evidenciado  que  las  PLA2, que  constituyen  cerca del  33,4%  del  veneno,  son  los  principales componentes  asociados  a  la  neurotoxicidad  en ratones  (Barros  et  al.  1994,  Peterson  2006, Chippaux 2007, Manock et al. 2008, Rey-Suárez et al. 2012, Vergara et al. 2014, Bucaretchi et al. 2016).  Estos  hallazgos  se  comparan  a  los reportados  en  otros  venenos  micrúricos  de Latinoamérica (0,065-1,41 mg/kg) (Silva 1994, da Silva  et  al.  2001).  Sin  embargo  difieren  con relación  a  los  datos  obtenidos  de  los  venenos  de coral de M. tener de los Estados Unidos y México (0,779-1,19  mg/kg)  y  M.  fulvius  de  los  Estados Unidos  (0,279-3,2  mg/kg)  donde  se  evidencian diferencias  según  la  especie,  localidad,  vía  de inyección  y  cepa  de  ratones  empleada  para  el ensayo  (Arce  et  al.  2003,  Sánchez  et  al.  2008, Tanaka  et  al.  2010,  Bénard-Valle  et  al.  2014, Vergara et al. 2014).
  
Nuestros  estudios  constituyen  el  primer reporte  de  letalidad  de  venenos  de  coral  de Venezuela, la cual se asemeja a la reportada en los venenos crotálicos venezolanos (0,18-0,86 mg/kg) (Aguilar et al. 2007), hallazgo que puede estar  asociado  a  las  neurotoxinas  presentes  en ambos venenos (Sampaio et al. 2010). 
  
Los  venenos  bothrópicos  fueron  los  menos letales,  con  una  DL50  entre  4,0  y  11,6  mg/kg, resultados  que  están  en  concordancia  con  lo reportado  en  la  literatura,  cuya  toxicidad  se  ha asociado  a  componentes  activos  con  efectos sistémicos, sin efectos neurotóxicos predominantes (Salazar et al. 2007, Prezotto-Neto  et al. 2016).
 
Hemorrágica
  
En  las  lesiones  del  subendotelio  la  actividad hemorrágica tiene implicación clínica importante en el envenenamiento, al facilitar la dispersión de toxinas entre diferentes órganos y sistemas, de allí que  su  estudio  es  de  relevancia  para  la caracterización  de  venenos  (Bjarnason  y  Fox 1994, Gutiérrez y Rucavado 2000, Gutierrez et al 2005, Kamiguti et al. 1996). 
  
El  análisis  comparativo  de  la  actividad hemorrágica en los venenos aquí evaluados (Tabla 1) (Aguilar et al. 2007, Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008, Salazar et al. 2008, Rodríguez-Acosta et  al.  2010,  Salazar  et  al.  2011,  Vivas  2013), demuestra  que  los  venenos  bothrópicos  son  los más  hemorrágicos,  entre  estos  B.  atrox  y  B. colombiensis - El Guapo son los más activos, los cuales presentan valores de DHM entre 2,5 y 5,6 µg/ratón.  Los  venenos  crotálicos  presentan  una actividad hemorrágica variable, siendo la mayoría inactivos;  el  más  activo  fue  el  C.  durissus cumanensis de Lagunetica (estado Miranda) (4,1 µg/ratón),  con  una  actividad  similar  a  la encontrada en los venenos bothrópicos (Aguilar et al.  2007,  Salazar  et  al.  2008).  Diversos  autores han  asociado  esta  actividad  principalmente  a metaloproteasas (Kamiguti et al. 1996, Gutiérrez y  Rucavado 2000,  Herrera  et al. 2015, Gutiérrez et al. 2016), de allí que las diferencias observadas, según  la  especie  deben  estar  relacionadas  con  la proporción  de  estas  enzimas,  principalmente  las de  clase  P-III,  las  cuales  son  abundantes  en venenos bothrópicos (Swenson y Markland 2005, Fox y Serrano 2009, Girón et al. 2013a, Markland y Swenson, 2013).
  
En  contraste,  los  venenos  de  Micrurus  no presentaron actividad hemorrágica (Salazar et al. 2011,  Vivas  2013),  lo  que  coincide  con  los reportes de la literatura, excepto en Micrurus veryi donde por estudios histológicos demostraron una discreta actividad hemorrágica a una dosis de 100 µg/animal;  así  como  en  el  veneno  de  la  cobra Ophiophagus  haunah  de  la  familia  Elapidae, donde aislaron una actividad hemorrágica especie específica (Ohsaka 1979, Weissenberg et al. 1987, Tan  y  Saifuddin  1990).  Esta  escasa  actividad hemorrágica  en  venenos  elapídicos  puede  estar relacionada con la baja proporción de metaloproteasas,  en  especial  de  la  clase  PIII, enzimas  responsables  en  gran  parte  de  esta actividad (Fernández et al. 2011, Rey-Suárez et al. 2011, Salazar et al. 2011, Vivas 2013).
 
Edematizante
 
El edema local es una de las manifestaciones clínicas de los accidentes ofídicos, que evidencia una  respuesta  inflamatoria,  con  liberación  de mediadores derivados de la acción de PLA2s sobre el ácido araquidónico, como leucotrienos capaces de inducir aumento en la permeabilidad vascular y acumulación de líquido en el espacio intersticial.

Además, las PLA2s son capaces de inducir edema a través de la liberación de histamina y serotonina por  la  activación  y  degranulación  de  mastocitos (Teixeira  et  al.  2003,  Farsky  2005,  Clissa  et  al. 2006, Pardal et al. 2010, de Roodt et al. 2013). La activación de células del tejido residente también promueve  quimiotaxis  de  células  inflamatorias, mayormente neutrófilos y monocitos/macrófagos, induciendo  a  un  infiltrado  en  la  zona  del  tejido lesionado (León et al. 2011). Adicionalmente, el proceso inflamatorio y el edema son potenciados por metaloproteasas de los venenos que degradan componentes  de  la  membrana  basal  y  alteran  la permeabilidad  vascular,  con  la  consiguiente extravasación  de  electrolitos  y  componentes sanguíneos  (Teixeira  et  al.  2009,  Zychar  et  al. 2010, Gutiérrez et al. 2016).
 
En esta revisión se presentan los resultados del efecto edematogénico inducido por los venenos de B. isabelae, C. d. cumanensis y M. t. tener, donde se evidencia que a la misma dosis, luego de 4 h de inyección,  el  veneno  de  Bothrops  fue  el  más activo,  seguido  de  Micrurus.  Por  su  parte,  el veneno de Crotalus produjo un menor edema (Fig. 2 A). Los venenos de Bothrops contienen toxinas que  inducen  una  respuesta  proinflamatoria asociada a la formación de edema (Teixeira et al. 2003, Clissa et al. 2006). El efecto edematogénico en  Micrurus  fue  comparable  a  lo  descrito  para otros  venenos  de  este  género  (Gutiérrez  et  al. 1980, Barros et al. 1994, Tambourgi et al. 1994) y puede estar vinculado a las PLA2s (Dokmetjian et al. 2009, Pardal  et al. 2010, Casais-E-Silva  et al. 2016). Esta respuesta edematogénica también puede  relacionarse  con  la  producción  de anafilotoxinas  por  activación  del  sistema  del complemento  asociada  a  metaloproteasas,  las cuales  pueden  unirse  a  receptores  de  basófilos  y mastocitos, produciendo la liberación de histamina, que podría aumentar la permeabilidad vascular  y  generar  vasodilatación  (Tambourgi  et al. 1994, Tanaka et al. 2012). 
 
Por su parte, el veneno de  Crotalus indujo el menor  efecto  edematogénico,  lo  que  puede asociarse  a  que  estos  venenos  producen  en  su mayoría  efectos  antiinflamatorios.  La  crotoxina, la principal toxina de los venenos de serpientes del género C. durissus, se le ha atribuido un efecto de inhibidor del edema crónico inducido por el bacilo Calmette-Guérin;  al  estimular  la  generación  de mediadores de la vía las lipoxigenasas, las cuales inhiben dicho edema (Nunes et al. 2010, da Silva et al. 2013). 
 
Figura 2.Actividades edematizante, hialuronidasa y Fosfolipasa A2 (PLA2) de venenos de Micrurus, Bothrops y Crotalus. A: Actividad edematizante. Ratones machos C57BL/6 inyectados por vía i.d. en la almohadilla plantar del miembro posterior derecho con diferentes venenos (8 - 20 μg) en 30 μL de solución salina estéril; y con 30 μL de solución salina estéril en el miembro posterior izquierdo. Después de  240  min,  se  determinó  el  %  de  edema  con  respecto  al  control.  Los  resultados  representan  tres  experimentos  independientes  por triplicado  (media ±  DE).  *  p  < 0,05 vs.  Micrurus  tener tener. B:  Actividad  PLA2.  Los  resultados  representan  la  media ±  DS  y  son expresados como el área de lisis en mm2/μg de proteína, n = 6. *p < 0,05: veneno de Micrurus vs los demás venenos.  C: Actividad hialuronidasa. Los resultados representan la media ± DS y son expresados como Unidades de Reducción de Turbidimetría (URT) por mg de veneno, n = 6 * p <  0,001: Mtt vs demás Micrurus y Bothrops. ** p < 0,01: Cdc vs Mff, Mi y Bothrops. Mtt: M.t.tener, Mff:
M.f.fulvius, Mi: M.isozonus, Bi: B. isabelae, Bas: B. asper, Bcol: B.colombiensis, Batr: B. atrox, Cdc: C. d. cumanensis.

  
Fosfolipasa tipo A2 (PLA2)  

Entre las enzimas de relevancia en venenos de serpientes  se  encuentran  las  PLA2,  enzimas  que alteran el metabolismo lipídico y la estructura de lípidos  de  membranas  celulares,  entre  estas  de plaquetas, muy importantes en el funcionamiento del sistema hemostático de las víctimas (Teixeira et  al.  2003,  Kini  2006,  Rodrigues  et  al.  2007, Furtado  et  al.  2014,  Bustillo  et  al.  2015).  A  la actividad  PLA2 se  le  ha  asociado efecto neurotóxico,  al  actuar  como  neurotoxinas presinápticas y bloquear la transmisión neuromuscular  (Montecucco  y  Rossetto  2000, Belo et al. 2005, Oliveira et al. 2008, Gutiérrez y Lomonte 2013); además de efectos cardiotóxicos, hemolíticos  y  miotóxicos,  entre  otros,  descritos previamente (Alape-Girón et al. 1996, Rosso et al. 1996,  Moraes  et  al.  2003,  Nawarak  et  al.  2003, Texeira  et  al.  2003,  Cecchini  et  al.  2005,  Kini 2006,  Teixeira  et  al.  2009,  Corrêa-Netto  et  al. 2011,  Fernández  et  al.  2011,  Rey-Suarez  et  al. 2011,  de  Roodt  et  al.  2012,  Renjifo  et  al.  2012, Fernandes et al. 2014, Dutta et al. 2015, Terra et al. 2015, Almeida et al. 2016, Jiménez-Charris et al. 2016).
 
Entre los resultados presentados en la presente revisión, se evidencia que los venenos crotálicos y bothrópicos presentan una menor actividad PLA2, en comparación a los venenos de Micrurus (Vivas 2013) (Fig. 2 B). Tanaka et al. (2010) y Kopper et al.  (2013),  evidenciaron  un  amplio  espectro  de actividad PLA2 en venenos de diferentes géneros, la  cual  puede  estar  relacionada  con  efectos neurotóxicos,  hemostáticos  e  inflamatorios,  de relevancia  en  las  manifestaciones  clínicas  de  las víctimas.
 
Hialuronidasa
  
Las hialuronidasas son enzimas que degradan ácido  hialurónico,  uno  de  los  principales componentes  de  la  matriz  extracelular  de vertebrados,  que  conecta  proteínas  filamentosas, fibras  de  colágeno  y  células  de  tejido  conectivo; algunas  tienen  la  habilidad  de  degradar  más lentamente  glicosaminoglicanos.  Son  enzimas conocidas  como  “factores  de  difusión”  de  las toxinas  desde  el  sitio  de  contacto  hasta  la circulación,  su  acción  además  de  incrementar  la potencia  de  las  toxinas  también  está  involucrada en el daño local (Duran-Reynals 1933, Frost et al. 1996,  Kemparaju  y  Girish  2006,  Girish  et  al. 2009).
  
La  actividad  hialuronidasa  potencia  la toxicidad de los venenos mediante la pérdida de la integridad  de  la  matriz  extracelular,  lo  que aumenta el influjo de toxinas a diversos sistemas del  organismo  de  las  víctimas  (Matsushita  y Okabe  2001,  Pessini  et  al.  2001,  Girish  y Kemparaju  2006,  Girish  et  al.  2009,  Fox  2013, Bordon et al. 2015). Son enzimas encontradas en venenos de serpientes (Kudo y Tu 2001, Girish et al. 2004, Antunes et al. 2010, Bordon et al. 2012, Wiezel et al. 2015), avispas (Kemeny et al. 1984, Pinto  et  al.  2012),  arañas  (Barbaro  et  al.  2005, Ferrer et al. 2013, Biner et al. 2015, Bordon et al. 2015) y escorpiones (Feng et al. 2008, Horta et al. 2014, Bordon et al. 2015).
 
En  nuestros  estudios  (Vivas  2013),  se evidencia  actividad  hialuronidasa  en  todos  los venenos evaluados (Fig. 2 C). En los venenos de Micrurus se observó una actividad entre 5,2 - 67,5 U/mg, lo cual coincide con reportes previos de la literatura (Tan y Ponnudurai 1991, 1992, da Silva y Aird 2001, Kudo y Tu 2001, Tanaka et al. 2010). En  los  venenos  de  Bothrops  se  encontró  una actividad  entre  3,3-19,2  U/mg,  resultados  que difieren de los descritos por Queiroz et al. (2008), quienes  encontraron  en  venenos  de  Bothrops latinoamericanas una actividad hialuronidasa máselevada, entre 48-190 U/mg. El los venenos de C. d.  cumanensis  se  observó  una  actividad  entre 55,8- 60,4 U/mg, lo que se asemeja a lo reportado previamente  en  venenos  de  Crotalus  (Tan  y Ponnudurai 1991, Kudo y Tu 2001, Bordon et al. 2012).  Esta  actividad  hialuronidasa  es  de  gran relevancia ya que puede causar colapso sistémico en las victimas, al degradar el ácido hialurónico,un  componente  de  matriz  extracelular  (MEC) relacionado  con  procesos  como  desarrollo embrionario,  inflamación,  fertilización,  entre otros (Kreil 1995, Girish et al. 2004, Fox 2013).
 
Gelatinolítica
  
Uno  de  los  mecanismos  asociados  a  la actividad hemorrágica en piel, es el daño local por degradación  de  proteínas  de  matriz  como fibronectina,  laminina  y  colágeno  (Lucena  et  al. 2007,  2011).  La  gelatina  es  un  producto desnaturalizado del colágeno (componente mayoritario  del  tejido  conectivo),  de  allí  que  se emplea como un sustrato para evaluar metaloproteasas y serinoproteasas  de venenos de serpientes asociadas con proteólisis de componentes extracelulares (Serrano et al. 1993, Fox y Serrano 2009, Serrano 2013).
  
En venenos con elevada actividad neurotóxica, como los elapídicos se ha descrito degradación de componentes  de  matriz  extracelular  asociada  a daño tisular y sangramientos localizados (Alam et al. 1996, Gutiérrez et al. 2016), con baja actividad gelatinolítica. Bee et al. (2001) con el empleo de un  ELISA  evidenciaron  una  elevada  actividad gelatinolítica en venenos de viperidos, tal y como ha  sido  reportado  con  métodos  como  zimografia con gelatina, y una muy baja o ausente actividad en  venenos  elapídicos,  tales  como  Micrurus nigrocinctus  mosquitensis  de  Costa  Rica  y  M. fulvius de USA. 
 
En los venenos de las serpientes venezolanas del género Bothrops, tales como B. isabelae y B. colombiensis,  se  ha  evidenciado  actividad gelatinolítica asociada a metaloproteasas (Rodríguez-Acosta  et  al.  2010,  Girón  et  al. 2013a,b).  Menezes  et  al.  (2006)  reportaron actividad  gelatinolítica  en  veneno  de  Bothrops jararaca, asociada a metaloproteasas de clase P-III  (50  kDa)  y  la  clase  P-I  de  25  kDa  aquellas encontradas  en  ejemplares  hembras.  Terra  et  al. (2009) también evidenciaron actividad gelatinolítica  asociada  a  metaloproteasas,  en  B. jararaca vinculada a la clase P-III, y en Bothrops lanceolatus a la clase P-I. 
 
En  el  presente  trabajo  se  presenta  un zimograma  con  gelatina  que  evidencia  actividad gelatinolítica  en  venenos  micrúricos,  la  cual  fue más  evidente  en  M.  t.  tener,  seguida  de  M.  f. fulvius  y  M.  isozonus-Calabozo  (Fig.  3  A)  El zimograma  muestra  áreas  de  lisis  entre  24-255 kDa y 38-255 kDa, respectivamente (Vivas 2013). Es  posible  que  los  componentes  con  esta actividad,  se  asocien  con  metaloproteasas hemorrágicas  clase  P-III  (Fox  y  Serrano  2009). Sin  embargo,  no  se  descarta  la  asociación  con serinoproteasas  (20-40  kDa)  (Moura-da-Silva  et al. 1990, Kini 2006).
   
Figura 3: Actividades gelatinolítica, fibrinotectinolítica y sobre la agregación plaquetaria.  A: Actividad gelatinolítica de venenos de Micrurus. Zimografia en poliacrilamida-gelatina de 50 µg del veneno de serpientes Micrurus. Las áreas claras representan lisis (actividad gelatinolítica).  Líneas:  1)  Marcadores  de  masa  molecular;  2)  M.t.tener;  3)  M.f.fulvius;  4)  M.isozonus-Calabozo.  B:  Actividad fibronectinolítica  de  venenos  de  Micrurus.  SDS-PAGE  al  7,5%  en  condiciones  reducidas,  coloración  con  azul  de  Coomassie. Incubación de fibronectina (Fn) con veneno a 37°C, 24 h y a la relación 100:10 y 100:20. Líneas: 1) Marcador de masa molecular; 2) Fn control (15 µg); 3) Fn + M.t.tener 100:10; 4) Fn + M.t.tener 100:20; 5) Fn + M.f.fulvius 100:10; 6) Fn + M.f.fulvius 100:20; 7) Fn + M.isozonus-Calabozo 100:10; 8) Fn + M.isozonus-Calabozo 100:20. C: Efecto del veneno de M.t.tener sobre agregación plaquetaria. Inductores 10 µM adenosín difosfato (ADP), 2 mg/mL colágeno (COL) y 1,25 mg/mL ristocetina (RIS). % agregación en presencia de 10 μg de veneno o tampón (control).

  
Proteolítica sobre proteínas de matriz extracelular (MEC)
 
Componentes  de  la  MEC  como  fibronectina, laminina  y  colágeno,  están  involucrados  en procesos biológicos como cicatrización de tejidos y  hemostasia  (Lucena  et  al.  2006,  2007,  2011). Uno de los mecanismos de acción de las toxinas de  venenos  de  serpientes  está  relacionado  con daño local inducido por degradación de proteínas de  MEC,  efecto  que  puede  estar  asociado  a metaloproteasas  o  serinoproteasas  (Fernández  et al. 2011, Rey-Suárez et al. 2011).
 
En  los  resultados  de  venenos  de  Bothrops  y Crotalus  (Aguilar  I,  comunicación  personal, Salazar et al. 2007, 2008, Rodríguez-Acosta et al. 2010, Girón et al. 2013b), se muestra la presencia de actividad fibronectinolítica, la cual también se evidenció en los venenos micrúricos, siendo este el  primer  hallazgo  reportado  en  la  familia Elapidae (Vivas 2013) (Fig. 3 B). La fibronectina (glicoproteína adhesiva presente en forma soluble en el plasma y en forma insoluble en la MEC de muchos  tejidos)  puede  unirse  a  colágeno, fibrinógeno,  fibrina,  factor  XII  y  plaquetas, regulando  procesos  como  adhesión  y  agregación plaquetaria, remodelación del tejido y fibrinólisis (Lucena  et al. 2006, 2007, Sánchez  et al. 2010). Esta actividad fibronectinolítica  se ha asociado a metaloproteasas  que  pueden  causar  daño  local, facilitar la difusión de los componentes tóxicos a diferentes  órganos  y  sistemas  y  favorecer  el síndrome hemorrágico observado en las víctimas (Lucena et al. 2007, Sánchez et al. 2010, Gutiérrez
et al. 2016).
 
Efecto sobre la agregación plaquetaria
 
El  efecto  de  los  venenos  sobre  la  agregación plaquetaria  inducida  por  ADP,  colágeno  y ristocetina,  fue  ampliamente  estudiado  en  los venenos  de  Micrurus  (Tabla  2).  Los  resultados evidenciaron  un  efecto  inhibitorio  de  la agregación.  Los  venenos  de  M.  isozonus  de  las diversas  regiones  de  Venezuela  inhibieron  entre 51 y 68%, siendo el veneno de Calabozo el menos activo  (51%  de  inhibición)  con  respecto  a  los demás  venenos  en  estudio.  El  veneno  de  M.  f. fulvius  indujo  60%  de  inhibición;  a  su  vez  el veneno de M. t .tener fue el más activo, con 95% de  inhibición  (p  <  0,05),  con  una  CI50  de  12,79 mg/mL.  La  agregación  plaquetaria  inducida  por colágeno  y  ristocetina  fue  inhibida  por  los venenos de M. t .tener (98 y 97 %) y M. f. fulvius (92  y  90%);  el  veneno  de  M.  isozonus-Calabozo indujo una inhibición de 86 y 87% respectivamente. La Figura 3 C muestra las curvas de  agregación  plaquetaria  inducidas  por  los  tres agonistas, en presencia del veneno de M. t .tener.
 
Procoagulante
 
Los venenos de serpientes, especialmente de la familia  Viperidae,  contienen  componentes  que actúan  sobre  la  coagulación,  entre  estos activadores de factores IX, X, V y protrombina y/o enzimas  similares  a  trombina  con  acción  directa obre  el  fibrinógeno  (Markland  1998,  Lu  et  al. 2005,  Sajevic  et  al.  2011).  En  los  trabajos  aquí resumidos  (Tabla  2)  se  evalúo  la  actividad coagulante  por  dos  métodos:  a)  amidolítico,  que emplea  sustratos  cromogénicos;  y  b)  coagulante, que  emplea  como  sustratos:  plasma  humano (enzimas procoagulantes) y fibrinógeno (enzimas similares
a trombina).

Los resultados evidenciaron que los venenos de  Micrurus, a las condiciones  evaluadas,  no  presentan  actividad amidolítica; en contraste los venenos de Bothrops  Crotalus mostraron actividad similar a trombina así como procoagulante similar a factor Xa. Con relación  a  los  venenos  bothrópicos,  B.  atrox-Parguasa, fue el más activo y B isabelae el menos activo.  Los  venenos  crotálicos  presentaron  una actividad  variable,  siendo  C.  d.  cumanensis-Aragua  el  más  activo,  y  C.  d.  cumanensis-Carrizales fue inactivo.
 
Con  relación  a  la  actividad  coagulante  sobre plasma,  fue  más  elevada  en  B.  atrox,  donde  se observó una mayor actividad en comparación a los resultados con fibrinógeno como sustrato, lo que evidencia la presencia de enzimas procoagulantes. La  actividad  coagulante  sobre  fibrinógeno,  por acción de enzimas similares a trombina, fue más elevada en B. atrox - Puerto Ayacucho 2, seguido de los venenos de B. colombiensis- El Guapo, B. isabelae  y  C.  d.  cumanensis  -  Guarenas,  Santa Teresa  y  Aragua.  Esta  actividad  pro-coagulante puede  inducir  en  las  víctimas  cuadros  de coagulación  intravascular  diseminada,  los  cuales incrementan  los  episodios  hemorrágicos  de  las victimas  (Kamiguti  et  al.  1986,  Kamiguti  y Cardoso  1989).  En  los  venenos  de  Micrurus  se observó que con fibrinógeno se forman coágulos a  tiempos  prolongados,  lo  cuales  fueron  muy frágiles,  lo  que  puede  estar  asociado  a  enzimas similares a trombina que no inducen entrecruzamiento  de  la  fibrina,  al  no  activar  al factor  XIII,  tal  y  como  ha  sido  reportado  en venenos  de  serpientes  Viperidae  (Pirkle  y Marckland  1988).  Esta  actividad  similar  a trombina  en  venenos  de  Micrurus,  puede desencadenar una lenta activación del sistema de la  coagulación  e  inducir  alteraciones  en  la hemostasia, que explicarían cuadros hemorrágicos tardíos,  tal  y  como  se  ha  reportado  en  algunas víctimas  (Manock  et  al.  2008,  de  Roodt  et  al. 2013).
 
ACTIVIDADES RELACIONADAS  CON LA FIBRINOLISIS
 
Fibrino(geno)lítica
 
Entre  las  actividades  más  estudiadas  en venenos vipéridos, se encuentra la fibrino(geno)lítica, asociada a la degradación del fibrinógeno y/ó fibrina; en contraste existen pocos reportes de esta actividad en venenos elapídicos. Esta  actividad  se  ha  asociado  a  fibrinogenasas (Swenson  y  Markland  2005,  Guo  et  al.  2007, Leonardi et al. 2007, Jia et al. 2009, Salazar et al. 2009,  Sánchez  et  al.  2010,  Girón  et  al.  2011, 2013a,b).
 
Con relación a la actividad proteolítica sobre  el fibrinógeno (fibrinogenolítica), en los venenos de Bothrops y Crotalus evaluados en el presente estudio (Tabla 3), se observó una mayor actividad tipo  -fibrinogenasa asociada a  metaloproteasas, que  a  tiempos  prolongados  degrada  las  cadenas Bβ (Aguilar et al. 2007, Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008, Salazar et al. 2008, 2009). El veneno de  B.  isabelae  (Rodríguez-Acosta  et  al.  2010)  a tiempos  prolongados  también  actúa  sobre  las cadenas    (Fig.  4  A),  lo  cual  ha  sido  raramente reportado  en  enzimas  aisladas  de  otros  venenos, entre  estos  de  Agkistrodon  acutus,  Bothrops moojeni  y  B.  colombiensis  (Serrano  et  al.  1993, Xiuxia et al. 2001, Liang et al. 2005, Giron et al. 2013a).
 
En  los  venenos  micrúricos  se  evidenció  una actividad  fibrinogenolítica  asociada  a  metalo-  y cisteinoproteasas  (Tabla  3)  El  veneno  de  M.  f .fulvius hidrolizó rápidamente las cadenas Aα, sin efecto  aparente  sobre  las  otras  cadenas.  En contraste,  el  veneno  de  M.  t.  tener  indujo  una rápida degradación de cadenas Aα del fibrinógeno y lenta  acción  sobre  las Bβ,  sin efecto sobre  las cadenas  .  Esta  actividad  fue  abolida  por inhibidores  de  metalo  y  cisteinoproteasas.  El estudio de las fracciones de M. t. tener obtenidas por  cromatografía  de  exclusión  molecular evidenció  esta  actividad  en  las  de  elevada  masa molecular,  las  cuales  degradan  rápidamente  las cadenas A y a tiempos prolongados las cadenas Bβ;  en  las  fracciones  de  masas  moleculares intermedias  se  detectó  actividad  solo  sobre  las cadenas  Aα  (Salazar  et  al.  2011,  Vivas  2013). Estos  resultados  están  en  concordancia  con hallazgos descritos en metaloproteasas aisladas de venenos de Elapidae, como la F1 aislada de Naja nigricollis (Kini y Evans 1991) y la natrahagin de Naja atra, que hidrolizan rápidamente las cadenas Aα y lentamente las cadenas Bβ (Zhu y Wu 1999). La  ohagin  aislada  de  Ophiophagus  hannah, hidroliza únicamente las cadenas Aα (Guo  et al. 2007); la NN-PF3, aislada de  Naja naja degrada las cadenas Aα (Kumar et al. 2010). Yunusova et al.  (2013)  aislaron  de  Naja  oxiana,  una metaloproteasa  de  60  kDa  que  degrada preferencialmente las cadenas Aα del fibrinógeno. Recientemente  del  veneno  de  Naja  kaouthia  fue aislada una metaloproteasa de 66 kDa, denominada NKV 66, que degrada las cadenas Aα del fibrinógeno y la fibrina (Chanda et al. 2016).
  
Figura 4. Actividad fibrinogenolítica. A: Veneno de B. isabelae a una relación 100:10, a 37°C. SDS-PAGE (Tris/Tricina) SDS-PAGE al 9%, condiciones reducidas y coloración de azul de Coomassie. Lineas:  1: Fg control 0 min; 2: Fg control 24 h, 3-6: Fg+Veneno 5 min, 30 min, 1 y 24 h, respectivamente. B: Colombienasa -1 a una relación 100:0,1 y 30 min de incubación a 37°C, en presencia de inhibidores de proteasas y de iones metálicos. SDS-PAGE al 10%, condiciones reducidas, coloración de azul de Coomassie. Lineas: 1. Marcadores masa molecular; 2: Cadenas del Fg (25 µg); 3-10: Fg+colombienasa-1: 3) Sin inhibidores, 4) + EDTA 10mM; 5) +EDTA 10mM +2,5 mM Zn; 6) +EDTA 10mM +5  mM Zn; 7) +EDTA 10 m M+10 mM Zn; 8) +EDTA 10mM +2,5 mM Ca; 9) +EDTA 10mM +5 mM Ca; 10) 1+EDTA 10mM +10 mM Ca.

 
Con relación a la actividad proteolítica sobre la  fibrina  (fibrinolítica),  en  nuestros  trabajos inicialmente  fue  estudiada  por  medio  de  la actividad amidolítica sobre sustratos, que evalúan enzimas asociadas a esta actividad. Los resultados evidenciaron  en  los  venenos  de  Bothrops  y Crotalus  venezolanos  una  elevada  actividad similar a calicreína, que fue  más significativa en los  bothrópicos  (446  a  1126  mUA/min/mg), siendo  más  activo  B.  colombiensis  (Tabla  3) (Aguilar et al. 2007, Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008, Salazar et al. 2008, 2009). Esta actividad puede estar asociada al dolor local, aumento de la permeabilidad  capilar,  hipotensión  sistémica  y contracción  del  músculo  liso  (Weinberg  et  al. 2004).  Adicionalmente,  la  calicreína  puede inducir fibrinólisis, principalmente mediada por la activación de la pro-Uk y en menor grado por una activación  directa  del  plasminógeno  (Colman  et al. 2006b). En los venenos evaluados también se observó una actividad intermedia similar a t-PA y una baja actividad similar a u-PA y a plasmina. En ninguno de los venenos de Micrurus en estudio se encontró  actividad  amidolítica  similar  a  enzimas del  sistema  fibrinolítico,  lo  que  debe  estar asociado  al  bajo  porcentaje  de  serinoproteasas reportado en estos venenos (Fernández et al. 2011, Rey-Suárez  et  al.  2011).  En  contraste  con  estos resultados, Zhang et al. (1994) aislaron del veneno
de la cobra Ophiophagus haunah una arginina/lisina  amidasa  con  43  kDa,  la  cual denominaron  OhS1,  que  actúa  sobre  sustratos cromogénicos que presentan arginina o lisina en el residuo  C-terminal  y  degradan  el  fibrinógeno  a nivel de las cadenas A y B, cuya actividad fue inhibida por inhibidores de serinoproteasas como PMSF, DFP SBTI.
 
En nuestros trabajos, la actividad fibrinolítica también se evaluó sobre placas de fibrina (Tabla 3). Los resultados revelaron que el veneno de  B. isabelae  es  el  más  activo,  lo  que  puede  estar relacionado con las metaloproteasas evidenciadas en el zimograma de fibrina, donde se observaron áreas  de  lisis  en  zonas  con  masas  moleculares entre  ~  45  y  200  kDa.  Los  venenos  C.  d. cumanensis también mostraron actividad fibrinolítica  en  placa  de  fibrina,  la  cual  ha  sido escasamente reportada en este género de serpiente (Aguilar  et  al.  2007,  Salazar  et  al.  2008,  2009, Rodríguez-Acosta  et  al.  2010).  En  un  trabajo realizado  por  nuestro  grupo  fue  demostrado  que venenos de Crotalus oreganus helleri procedentes de serpientes capturadas en diferentes regiones del Sur  de  California  (USA),  una  elevada  actividad fibrino(geno)lítica, siendo el veneno identificado  como San Bernardino 3 el más activo, del cual se aisló una metaloproteasa de 23 kDa, denominada hellerasa (Salazar et al. 2008).
 
Con  relación  a  los  venenos  micrúricos,  el  de M.  t.  tener  fue  el  único  activo,  el  cual  en microplacas  de  fibrina  indujo  un  incremento  de lisis  inducida  por  plasmina,  actividad  que  se observó en las fracciones con elevada e intermedia masa molecular, obtenidas del fraccionamiento de este  veneno  por  cromatografía  de  exclusión molecular (Salazar et al. 2011, Vivas 2013).
 
La actividad fibrino(geno)lítica presente en los venenos en estudio, entre estos en los micrúricos donde no existen reportes de enzimas fibrinolíticas,  puede  inducir  alteraciones  en  el balance hemostático de víctimas de envenenamiento por corales, donde existen raros reportes de complicaciones hemorrágicas, posiblemente  relacionados  a  envenenamientos donde  los  componentes  neurotóxicos  de  acción rápida  que  están  en  baja  proporción  o  son  poco activos,  lo  que  retarda  las  complicaciones neurotóxicas,  incluso  la  muerte  rápida  y  permite visualizar las manifestaciones clínicas hemorrágicas. 
 
La elevada actividad fibrinolítica observada en el veneno de B. colombiensis, acompañada de una baja  actividad  procoagulante  y  hemorrágica (Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008), aunado a la  disponibilidad  de  veneno,  llevó  a  aislar  y caracterizar bioquímica y biológicamente enzimas fibrino(geno)líticas  con  potencial  aplicación como trombolíticas.
 
Las fibrinogenasas aisladas de B. colombiensis denominadas  colombienasa-1  y  colombienasa-2, presentan  una  masa  molecular  de  23.074  Da  y 23.078  Da,  con  un  pI  de  6,0  y  6,2, respectivamente.  Ambas  enzimas  degradan rápidamente las cadenas Aα del fibrinógeno y más lentamente  las  cadenas  Bβ;  adicionalmente  la colombienasa-2, a altas dosis también degrada las cadenas  γ.  Esta  actividad  fibrinogenolítica  es estable,  a  temperaturas  entre  4  y  37°C  con  un máximo de actividad a 25°C, y en pHs entre 7 y 9. Además  se  demostró  que  no  son  capaces  de activar  plasminógeno,  lo  que  evidencia  que  la actividad fibrinolítica es por acción directa (Girón et  al.  2013a,b).  Las  colombienasas  tienen  un comportamiento  similar  a  otras  metaloproteasas clasificadas como α-fibrinogenasas (Mazzi  et al. 2004, Bello et al. 2006, Marcussi et al. 2007). 
 
Las  actividades  fibrinolítica/fibrinogenolítica de  ambas  colombienasas  fueron  inhibidas  por EDTA, EGTA, 1-10 fenantrolina. Esta inhibición por quelantes de metales fue revertida solamente por  Zn++ (10  mM)  (Fig.  4  B),  resultados  que llevaron  a  clasificar  a  estas  enzimas  como  -fibrinogenasas, del tipo metaloproteasas dependientes de zinc. Por sus masas moleculares  alrededor  de  23  kDa,  y  por  sus  características pueden ser clasificadas como metaloproteasas del tipo P-Ib (Girón et al. 2013a,b). Las metaloproteasas  de  la  clase  P-I  presentan  el dominio  metaloproteasa  caracterizado  por  una secuencia consenso HEXXHXXGXXH, responsable  de  la  unión  al  zinc  y  carecen  de  los dominios  tipo  desintegrina  y  ricos  en  cisteína (Clissa et al. 2006).
 
La actividad fibrinolítica de las colombienasas también  fue  estudiada  por  la  degradación  de  la fibrina  entrecruzada,  evaluada  por  el  patrón electroforético en geles de poliacrilamida-SDS, el cual  evidenció  que  la  plasmina,  empleada  como control  positivo  y  el  veneno  y  sus  fracciones, originan patrones de degradación diferentes (Fig. 5).  La  plasmina  genera  a  las  24  h  un  patrón  de degradación  característico  representado  por  dos prominentes bandas de 79,9 y 38,5 kDa, así como observó una actividad intermedia similar a t-PA y una baja actividad similar a u-PA y a plasmina. En ninguno de los venenos de Micrurus en estudio se encontró  actividad  amidolítica  similar  a  enzimas del  sistema  fibrinolítico,  lo  que  debe  estar asociado  al  bajo  porcentaje  de  serinoproteasas reportado en estos venenos (Fernández et al. 2011, Rey-Suárez  et  al.  2011).  En  contraste  con  estos resultados, Zhang et al. (1994) aislaron del veneno de la cobra Ophiophagus haunah una arginina/lisina  amidasa  con  43  kDa,  la  cual denominaron  OhS1,  que  actúa  sobre  sustratos cromogénicos que presentan arginina o lisina en el residuo  C-terminal  y  degradan  el  fibrinógeno  a nivel de las cadenas A y B, cuya actividad fue inhibida por inhibidores de serinoproteasas como PMSF, DFP SBTI.
 
En nuestros trabajos, la actividad fibrinolítica también se evaluó sobre placas de fibrina (Tabla 3). Los resultados revelaron que el veneno de  B. isabelae  es  el  más  activo,  lo  que  puede  estar relacionado con las metaloproteasas evidenciadas en el zimograma de fibrina, donde se observaron áreas  de  lisis  en  zonas  con  masas  moleculares entre  ~  45  y  200  kDa.  Los  venenos  C.  d. cumanensis también mostraron actividad fibrinolítica  en  placa  de  fibrina,  la  cual  ha  sido escasamente reportada en este género de serpiente (Aguilar  et  al.  2007,  Salazar  et  al.  2008,  2009, Rodríguez-Acosta  et  al.  2010).  En  un  trabajo realizado  por  nuestro  grupo  fue  demostrado  que venenos de Crotalus oreganus helleri procedentes de serpientes capturadas en diferentes regiones del Sur  de  California  (USA),  una  elevada  actividad fibrino(geno)lítica, siendo el veneno identificado como San Bernardino 3 el más activo, del cual se aisló una metaloproteasa de 23 kDa, denominada hellerasa (Salazar et al. 2008).
 
Con  relación  a  los  venenos  micrúricos,  el  de M.  t.  tener  fue  el  único  activo,  el  cual  en microplacas  de  fibrina  indujo  un  incremento  de lisis  inducida  por  plasmina,  actividad  que  se observó en las fracciones con elevada e intermedia masa molecular, obtenidas del fraccionamiento de este  veneno  por  cromatografía  de  exclusión molecular (Salazar et al. 2011, Vivas 2013).
 
La actividad fibrino(geno)lítica presente en los venenos en estudio, entre estos en los micrúricos donde no existen reportes de enzimas fibrinolíticas,  puede  inducir  alteraciones  en  el balance hemostático de víctimas de envenenamiento por corales, donde existen raros reportes de complicaciones hemorrágicas, posiblemente  relacionados  a  envenenamientos donde  los  componentes  neurotóxicos  de  acción rápida  que  están  en  baja  proporción  o  son  poco activos,  lo  que  retarda  las  complicaciones neurotóxicas,  incluso  la  muerte  rápida  y  permite visualizar las manifestaciones clínicas hemorrágicas. 
 
La elevada actividad fibrinolítica observada en el veneno de B. colombiensis, acompañada de una baja  actividad  procoagulante  y  hemorrágica (Salazar et al. 2007, Girón et al. 2008), aunado a la  disponibilidad  de  veneno,  llevó  a  aislar  y caracterizar bioquímica y biológicamente enzimas fibrino(geno)líticas  con  potencial  aplicación como trombolíticas.
 
Las fibrinogenasas aisladas de B. colombiensis denominadas  colombienasa-1  y  colombienasa-2, presentan  una  masa  molecular  de  23.074  Da  y 23.078  Da,  con  un  pI  de  6,0  y  6,2, respectivamente.  Ambas  enzimas  degradan rápidamente las cadenas Aα del fibrinógeno y más lentamente  las  cadenas  Bβ;  adicionalmente  la colombienasa-2, a altas dosis también degrada las cadenas  γ.  Esta  actividad  fibrinogenolítica  es estable,  a  temperaturas  entre  4  y  37°C  con  un máximo de actividad a 25°C, y en pHs entre 7 y 9. Además  se  demostró  que  no  son  capaces  de activar  plasminógeno,  lo  que  evidencia  que  la actividad fibrinolítica es por acción directa (Girón et  al.  2013a,b).  Las  colombienasas  tienen  un comportamiento  similar  a  otras  metaloproteasas clasificadas como α-fibrinogenasas (Mazzi  et al. 2004, Bello et al. 2006, Marcussi et al. 2007). 
 
Las  actividades  fibrinolítica/fibrinogenolítica de  ambas  colombienasas  fueron  inhibidas  por EDTA, EGTA, 1-10 fenantrolina. Esta inhibición por quelantes de metales fue revertida solamente por  Zn++ (10  mM)  (Fig.  4  B),  resultados  que llevaron  a  clasificar  a  estas  enzimas  como  -fibrinogenasas, del tipo metaloproteasas dependientes de zinc. Por sus masas moleculares alrededor  de  23  kDa,  y  por  sus  características pueden ser clasificadas como metaloproteasas del tipo P-Ib (Girón et al. 2013a,b).Las metaloproteasas  de  la  clase  P-I  presentan  el dominio  metaloproteasa  caracterizado  por  una secuencia consenso HEXXHXXGXXH, responsable  de  la  unión  al  zinc  y  carecen  de  los dominios  tipo  desintegrina  y  ricos  en  cisteína (Clissa et al. 2006).
 
La actividad fibrinolítica de las colombienasas también  fue  estudiada  por  la  degradación  de  la fibrina  entrecruzada,  evaluada  por  el  patrón electroforético en geles de poliacrilamida-SDS, el cual  evidenció  que  la  plasmina,  empleada  como control  positivo  y  el  veneno  y  sus  fracciones, originan patrones de degradación diferentes (Fig. 5).  La  plasmina  genera  a  las  24  h  un  patrón  de degradación  característico  representado  por  dos prominentes bandas de 79,9 y 38,5 kDa, así como productos de muy baja masa molecular (6,3 kDa) (Marder y Francis 2006). En contraste, el veneno crudo  y  las  colombienasas  produjeron  bandas correspondientes a productos de 34,4; 21,9 y 8,9 kDa.
   
Figura  5.  Degradación  de  fibrina  entrecruzada  (XLX)  por  veneno  de  B.  colombiensis  y  colombienasas  1  y  2.  SDS-PAGE  al  7%  en condiciones reducidas, coloración con azul de Coomassie. 1. Marcadores masa molecular; 2. Cadenas del Fg-30 µg, 3. Fibrina XLX- 60 µg, 4-8. Fibrina XLX (60 µg) + Plasmina (2 µg) a 0, 30 y 90 min, 3 y 24 h de incubación, respectivamente; 9-11. Fibrina XLX (60 µg) + B. colombiensis (5 µg) a 30 min, 4 y 24 h de incubación, respectivamente; 12-14. Fibrina XLX (60 µg) + Colombienasa-1 (5 µg) a 30 min, 4 y 24 h de incubación, respectivamente, 15-17. Fibrina XLX (60 µg) + colombienasa-2 (5 µg) a 30 min, 4 y 24 h de incubación, respectivamente. 18. Veneno de B. colombiensis (5 µg).

 
Las colombienasas también degradan fibronectina,  actividad  que  ha  sido  reportada  en metaloproteasas  aisladas  de  venenos  de  B.  atrox  (Sánchez et al. 2010), Bothrops leucurus (Bello et al.  2006),  Bothrops  neuwiedi  (Rodrigues  et  al. 2000),  B.  colombiensis  (Sánchez  et  al.  2009), Bothrops asper (Franceschi et al. 2000), así como en  la  hemolinfa  de  la  oruga  Lonomia  achelous (Lucena  et  al.  2006,  2008)  entre  otras.  La fibronectina  juega  un  importante  papel  en procesos  celulares  de  migración  y  adhesión asociados  a  la  embriogénesis,  malignidad, cicatrización y hemostasia. La acción proteolítica sobre  esta  importante  proteína  debe  afectar procesos  hemostáticos  de  relevancia,  lo  que podría  explicar  parte  de  las  manifestaciones hemorrágicas  locales  y  sistémicas  observadas  en los accidentes bothrópicos. 
 
Las  colombienasas  carecen  de  actividades hemorrágica,  miotóxica  y  edematogénica  (Tabla 4) (Girón et al. 2013a,b); sin embargo por su alta actividad fibrino(geno)lítica podrían ser exploradas como agentes trombolíticos al disolver coágulos  de  fibrina  e  impedir  su  formación  al degradar fibrinógeno, tal y como ha sido reportado para  la  fibrolasa,  metaloproteasa  fibrinolítica  de 23  kDa  aislada  del  veneno  de  Agkistrodon contortrix contortrix (Swenson y Markland 2005). Durante el envenenamiento estas enzimas pueden remover  la  fibrina  que  se  forme,  y  degradar  el fibrinógeno, lo que asegura un estado anticoagulante que facilita la propagación de otros componentes  del  veneno  a  través  del  sistema circulatorio  de  la  presa  (Swenson  y  Markland 2005).  
 
Antifibrinolítica 
 
Cuadros clínicos de hiperfibrinólisis aparecen en  alrededor  del  55%  de  las  cirugías  cardíacas, donde los antifibrinolíticos son el tratamiento más frecuentes,  como  compuestos  que  retarden  o inhiban la activación de la fibrinólisis, o análogos de lisina que compiten por los residuos de lisina donde se forman los complejos t-PA/plasminógeno/fibrina,  o  por  inhibidores directos de plasmina, la cual a nivel vascular tiene como  principal  función  degradar  la  fibrina.  A nivel celular, esta enzima generada por acción de la u-PA unida a su receptor, el u-PAR, cumple una función  relevante  al  activar  vías  de  señalización celular  envueltas  en  diversos  procesos  como inflamación,  cáncer  y  quimiotaxis,  degradar  la matriz  extracelular  que  facilita  la  invasión  y metástasis,  cicatrización  y  remodelación  tisular, ovulación e implantación del embrión, entre otros. La  plasmina  también  contribuye  con  la degradación  de  matriz  extracelular  al  activar metaloproteasas que degradan otros componentes de  la  matriz.  De  allí  que  inhibidores  directos  de plasmina  puedan  ser  usados  como  coadyuvantes en  la  terapia  para  controlar  el  cáncer  y  en  los procesos  inflamatorios  (Syrovets  et  al.  2012, Schuliga et al. 2013, Al-Horani y Desai 2014).
  
La  actividad  fibrinolítica  presente  en  los venenos de serpientes, evaluada por el método de placas  de  fibrina,  evidenció  en  B.  atrox  y  M.  t. tener una lisis de fibrina acompañada de una área sin lisis (Fig. 6 A) (Salazar et al. 2007, 2011), lo que sugirió la presencia de un inhibidor, bien sea de  metaloproteasas,  o  enzimas  similares  a plasmina. Este hallazgo indujo a aislar del veneno de M. tener esta actividad, la cual fue denominada tenerplasminina-1,  con  una  masa  molecular  de 6.542 Da, similar a inhibidores de proteasas tipo Kunitz. Por un inmunoblotting se evidenció que la tenerplasminina-1  forma  un  complejo  con  la plasmina  (Fig.  6  B),  el  cual  se  demostró  que disminuye la actividad amidolítica y fibrinolítica de  la  plasmina  (Tabla  5),  retarda  la  lisis  de coágulos inducida por t-PA (Fig. 6 C) e inhibe la degradación  del  fibrinógeno  por  plasmina, tripsina y elastasa (Fig. 6 D). La tenerplasminina-1 no actúa sobre la actividad de trombina, factor Xa, o t-PA; a diferencia del veneno crudo de M. t. tener,  que  inhibe  la  agregación  plaquetaria,  este inhibidor  no  tiene  efecto  sobre  esta  función plaquetaria (Vivas 2013, Vivas et al. 2016).
  
Tabla 4. Propiedades de las α-fibrinogenasas aisladas del veneno de Bothrops colombiensis.


Figura 6. Actividad fibrinolítica y antifibrinolítica. A: Venenos de Micrurus en placas de fibrina (Pg+). 1) Plasmina 0,25 nKcat; 2) M.t.tener  25  μg;  3)  M.t.tener  50  μg.  B:  Inmunobloting  del  complejo  plasmina-tenerplasminina-1.  SDS-PAGE  9%,  condiciones nativas, transferidas a membrana de nitrocelulosa, incubada con anticuerpo antiplasmina de conejo (1:1000), seguido de un anticuerpo secundario antiIgG de conejo, en cabra, conjugado con peroxidasa (1:3.000). MW: Marcadores de masa molecular; Pl: Plasmina; Ap (aprotinina); TP1 (tenerplasminina-1). Pl + Ap (1:4), Pl + TP1 (1:2). C. Efecto de TP1 sobre lisis de fibrina inducida por t-PA. Plasma humano (50 µL, diluido 1:9) coagulado con trombina (1 IU/mL) y CaCl2 (10 mM) en presencia de tPA (0,5 µg/mL) y Tampón Tris-salino, o aprotinina (0,4 nM) o EACA (1 nM) o TP1 (0,2 nM), concentraciones finales.  DO a 350 nm a 37°C. D. Efecto de TP1 sobre actividad  fibrinogenolítica  de  tripsina  (Try),  quimotripsina  (Qtry)  y  elastasa  (Elas).  SDS-PAGE  10%,  condiciones  reducidad, coloración azul de Coomassie. Try 0,5 nM, Qtry 0,05 nM), Elas 0,1 nM. Fibrinógeno (Fg, 25 μg) + enzima/ TP1 a una relación 1:4, 1:40 y 1:20 enzima: inhibidor, preincubado por 30 min y 37 °C). MW: Marcadores de masa molecular. Líneas: 1) Fg control; 2) Fg + Try; 3) Fg + (Try + TP1); 4) Fg + Qtry; 5) Fg + (Qtry + TP1); 6) Fg + Elas; 7) Fg + (Elas + TP1).

 
Con los resultados obtenidos de la caracterización  de  la  tenerplasminina-1  se  puede concluir  que  es  un  inhibidor  que  debe  unirse  al sitio activo de la plasmina, en la triada catalítica (His603, Asp646 y Ser741) (Wiman 1977), formando un complejo tenerplasminina-1/plasmina (Fig. 7), como  ha  sido  reportado  para  aprotinina  e inhibidores  tipo  Kunitz  que  actúan  sobre  esta enzima  (Choo  et  al.  2012,  Cheng  y  Tsai  2013, Wan et al. 2013). 

Tabla 5. Efecto de tenerplasminina-1 sobre la actividad fibrinolítica de la plasmina.


Figura  7.  Posible  mecanismo  de  acción  de  tenerplasminina-1.  Tenerplasminina-1  inhibe  las  actividades  amidolítica,  fibrinolítica  y fibrinogenolítica  de  la  plasmina,  por  posible  unión  en  algún  residuo  que  conforma  la  triada  catalítica,  formando  un  complejo tenerplasminina-1-plasmina que neutraliza su acción (Triada catalítica His603, Asp646 y Ser741).


La  tenerplasminina-1  constituye  el  primer inhibidor  de  plasmina  aislado  de  serpientes  del género  Micrurus,  con  potencial  aplicación antifibrinolítica en patologías con una generación de plasmina aumentada, asociada a manifestaciones hemorrágicas, metástasis tumorales,  infecciones  parasitarias,  virales  y alteraciones  de  la  hemostasia  como  la  hemofilia (Vivas et al. 2016).
 
Estudios en modelos celular y animal
  
Con  relación  a  la  actividad  fibrinolítica evaluada  en  modelos  animales,  específicamente con B. isabelae y M. t. tener (datos no publicados), así como con la hemolinfa de la oruga L. achelous (Barrios  et  al.  2012,  Taylor  et  al.  2016),  los resultados evidenciaron incremento de la lisis de fibrina  inducida  por  la  fracción  euglobulina  del plasma  de  los  ratones  experimentales,  hallazgo que  puede  estar  asociado  a  la  actividad fibrinolítica  propia  del  veneno,  a  una  activación endógena de este sistema como consecuencia del envenenamiento  del  animal,  o  directamente  a  un efecto  sobre  las  células  implicadas  en  la fibrinólisis  (células  endoteliales,  monocitos, macrófagos,  entre  otros),  con  aumento  en  la síntesis y secreción de enzimas tipo t-PA y u-PA (Heiden et al. 1996, Barrios et al. 2012, Taylor et al. 2016). Esta actividad fibrinolítica aumentada, tanto  en  el  modelo  animal  como  celular,  se  ha demostrado  que  en  parte  puede  estar  modulada por  TNF-,  citosina  proinflamatoria  involucrada en  la  respuesta  celular  a  toxinas,  entre  estas  a componentes  activos  de  venenos  de  serpientes  e invertebrados (Cruz et al. 2005, Clissa et al. 2006, Teixeira et al. 2009, Barrios et al. 2012, Furtado et al. 2014, Zoccal et al. 2014, Taylor et al. 2016). En  este  sentido,  se  ha  evidenciado  en  ratones inyectados con hemolinfa de la oruga L. achelous, la liberación de esta citocina y a su vez como esta respuesta  modula  la  actividad  fibrinolítica,  tanto en el modelo animal como el celular (Taylor et al. 2016).  La  interrelación  entre  el  sistema hemostático y la inflamación, específicamente en la respuesta fibrinolítica y el TNF-, puede estar modulando  las  manifestaciones  hemorrágicas observadas  en  las  víctimas  por  envenenamiento con serpientes.
 
CONCLUSIONES
  
Los  estudios  bioquímicos  y  biológicos realizados  con  los  venenos  de  serpientes  del género Bothrops, Crotalus y Micrurus de diversas especies  y  localidades  geográficas,  muestran diferencias inter e intra-especies que pueden estar asociadas  a  dieta,  sexo,  edad,  así  como  a variaciones estacionales o geográficas, las cuales pueden  explicar  las  diferencias  en  los  cuadros clínicos  de  las  víctimas  y  ayudar  a  determinar  mecanismos  de  acción  que  faciliten  una  mejor orientación  a  los  médicos  tratantes  sobre  el seguimiento  y  tratamiento,  así  como  a  los  entes encargados de la preparación de los anti-venenos. Una  muestra  de  venenos  de  diferentes  especies, géneros e incluso de individuos, edades, sexos  y procedencias,  incluyendo  componentes  aislados con  actividades  biológicas  relevantes,  debe  ser empleada  para  la  preparación  de  inóculos  que garanticen  una  más  amplia  respuesta  inmune  en los modelos empleados para la preparación de los anti-venenos con mayor capacidad neutralizante y de  más  amplio  espectro.  Los  componentes bioactivos aislados, como las colombienasas y la tenerplasminina-1, por sus propiedades biológicas representan  un potencial uso como trombolíticos y antifibrinolíticos, respectivamente. 
 
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