Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología
versión impresa ISSN 1315-2556
Rev. Soc. Ven. Microbiol. v.27 n.1 Caracas 2007
Editorial
Beauperthuy
Basta la interposición de un mosquitero entre el cuerpo del hombre
y estos insectos para preservarlo de la fiebre
L.D. Beauperthuy. 1856
Este año la Sociedad Venezolana de Microbiología, conjuntamente con otras sociedades científicas nacionales y regionales, conmemora el bicentenario del nacimiento del ilustre sabio Luis Daniel Beauperthuy, protozoólogo reconocido internacionalmente como el precursor de la teoría insectil de la transmisión de la fiebre amarilla.
Beauperthuy proviene de una familia acomodada oriunda de Perigord, establecida desde el siglo XVIII en la isla francesa de Guadalupe. Nació en la ciudad portuaria de Santa Rosa el 26 de agosto de 1807. Creció en contacto con la naturaleza salvaje del trópico caribeño, azotado por enfermedades de todo tipo que serían el objeto y pasión de sus observaciones.
Durante los años difíciles de la guerra de independencia fue enviado a Francia, y en 1837 obtiene el título de doctor en la Escuela de Medicina de París. Al año siguiente pone a prueba su vocación científica como viajero naturalista del Mussè d´Histoire Natural de París. Cargado con instrumental científico, y lleno de ilusiones, regresa a su isla natal para iniciar el recorrido de las costas de Venezuela y las poblaciones ribereñas del majestuoso Orinoco. Por varios años estuvo dedicado por completo a la recolección, estudio y clasificación de plantas, animales y minerales que van a enriquecer las colecciones del museo. A los 35 años decide establecerse en la apacible y próspera ciudad de Cumana. Se casa con una rica heredera, doña Ignacia Sánchez Mays, y funda una familia próspera que ha dejado una larga descendencia de hombres y mujeres dedicados actividades profesionales y a la vida académica.
Beauperthuy conoció de primera mano la desolación y muerte que causaban las enfermedades tropicales. En 1842 revalida su titulo ante la Facultad Médica de Caracas, y comienza su exitosa carrera como médico de provincia. Cultiva la amistad de los médicos más destacados de la época, y no abandona su contacto con la medicina francesa. En 1850 es profesor de anatomía de la Escuela de Medicina del Colegio Mayor de Cumana. El quinquenio que sigue está plagado de acontecimientos. Se inician las revueltas que desembocan en la Guerra Federal. Cumana es estremecida por el desbastador terremoto de 1853, y para colmo de males es castigada por una epidemia de fiebre amarilla que duró un año entero. Ante la tragedia Beauperthuy es designado médico de sanidad para combatir la enfermedad y cuidar a los enfermos. Es la oportunidad que esperaba su ingenio para realizar detalladas observaciones sobre la etiología, formas de contagio, y el tratamiento de la fiebre amarilla. Una vez controlado el brote, elaboró una cuidada memoria sobre los resultadote sus investigaciones, y para asegurar su divulgación la publicó en 1854 en la Gaceta Oficial de Cumana. En abierta oposición a la concepción dominante sobre la naturaleza miasmática de las infecciones, esboza magistralmente la teoría insectil de la propagación de la fiebre amarilla. En su trabajo asienta que la fiebre amarilla: " era producida por un virus vegeto-animal procedente de las materias en putrefacción, y que éste era inoculado en el cuerpo humano por los mosquitos o tipularios.
Beauperthuy fue un naturalista solitario que vivió y actuó en medio de la desidia y la incomprensión de sus contemporáneos. Sin proponérselo, se había enfrentando al sistema de creencias paradigmáticas establecidas por el mundo académico dominante. Pero, convencido de la importancia de su novedosa propuesta busca la validación en el centro de ese universo. Así, en 1856 se dirige a la Academia de Ciencias de París para someter a consideración una memoria en la que reunió sus observaciones sobre la fiebre amarilla y el cólera a objeto de asegurarme -decía - a toda eventualidad la prioridad de mis descubrimientos sobre las causas de las fiebres en general. Aunque la memoria fue publicada en el Comptes Rendus de la academia, y en L´Abeille Médicalle, pasó desapercibida durante más de cincuenta años, antes de que su importancia fuera reconocida por la comunidad científica internacional, y la imagen científica de Beauperthuy rescatada para la historia de la ciencia.
Vidal Rodríguez Lemoine
Email: vrodrigue@cantv.net