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Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales

versión impresa ISSN 20030507

Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales v.14 n.1 Caracas abr. 2008

 

Innovaciones participativas en la Caracas bolivariana: La MTA de la pedrera y la OCA de barrio Unión-Carpintero1

Margarita López Maya

Historiadora, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela (1996). Profesora titular del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la misma universidad e investigadora nivel IV del Programa de Promoción al Investigador de Fonacit (Venezuela). Fue directora de la Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales entre 1999 y 2004 y actualmente es miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en representación de Colombia, Ecuador y Venezuela. Entre sus publicaciones más recientes cuentan: Del viernes negro al referendo revocatorio (Caracas, Alfadil, 2005, 2006 2ª edición), Ideas para debatir el socialismo del siglo XXI (editora, Caracas, Nueva Sociedad, 2007). malopez@reacciun.ve

Resumen

Los espacios abiertos en Venezuela por el gobierno de Hugo Chávez desde 1999 para impulsar la participación de las comunidades organizadas en la gestión pública, constituyen parte central del proyecto nacional revolucionario que hoy se desarrolla en el país. En este artículo se examina mediante el enfoque del estudio de casos la Mesa Técnica de Agua (MTA) de La Pedrera en la parroquia de Antímano y la Organización Comunitaria Autogestionaria (OCA) Barrio Unión-Carpintero de Petare, ambas en la ciudad de Caracas. Sustentado en entrevistas semi-estructuradas, así como notas etnográficas recogidas en un trabajo de campo de dos años de duración, en el artículo  se comienza a evaluar las bondades y debilidades de estas formas participativas a partir de tres interrogantes: ¿Están mejorando la calidad de vida en los barrios? ¿Fortalecen la autonomía popular? ¿Profundizan la calidad de la democracia venezolana?

Palabras clave: democracia participativa, barrios, mesa técnica de agua, organización comunitaria autogestionaria, autonomía popular, Caracas-Venezuela

Participative Innovations in Bolivarian Caracas: The Experience of the Technical Water Roundtables in La Pedrera and the Self-Managing Community Organization in Barrio Unión - Carpintero

Abstract

The different spaces which have been opened up by the Chávez government since 1999 with a view to encouraging the participation of community organizations in the management of public affairs, form a central element in the overall national revolutionary project. In this article, the implications of these policies are examined on the basis of two case studies in Caracas: the Technical Water Roundtable in La Pedrera in the Antímano parish, and the Self-Managing Community Organization in Barrio Unión- Carpintero in Petare. Based on semi-structured interviews and ethnological notes accumulated during two years of fieldwork, the advantages and the weaknesses of these participative forms are evaluated on the basis of three central preoccupations: Is the quality of life in the barrios improving? Has popular autonomy been strengthened? And, have they implied an improvement in the quality of democracy in Venezuela?

Key Words: Participative Democracy, Barrios, Technical Water Roundtables, Self-Managing Community Organizations, Popular Autonomy, Caracas-Venezuela.

Los espacios abiertos en Venezuela por el gobierno de Hugo Chávez desde 1999 para impulsar la participación de las comunidades organizadas en la gestión pública constituyen parte central del proyecto nacional revolucionario que hoy se desarrolla en el país. En el período de su primer gobierno (1999-2007) estuvieron contenidos en el proyecto bolivariano o de democracia participativa y protagónica. Para su segundo mandato (2007-2012), se inscriben en el objetivo del socialismo del siglo xxi. En este artículo se examina mediante el enfoque del estudio de caso la Mesa Técnica de Agua (MTA) de La Pedrera en la parroquia de Antímano y una Organización Comunitaria Autogestionaria (OCA) creada en dos barrios populares de la parroquia de Petare, la OCA Barrio Unión-Carpintero, ambas ubicadas en la ciudad de Caracas. La investigación utilizó como fuentes, además del arqueo bibliográfico y de documentos oficiales o de las organizaciones, el diario de campo y la entrevista semiestructurada a participantes, funcionarios y profesionales, aplicándose el principio de saturación en las entrevistas a los participantes. Nos orientamos por las siguientes interrogantes: ¿Han mejorado estas innovaciones participativas la calidad de los servicios en los barrios? ¿Qué fortalezas o debilidades ofrecen con relación a otras innovaciones? ¿Contribuyen realmente a corregir la desigualdad y la pobreza? ¿Han transformado el sentido y la calidad de la democracia venezolana?

Este artículo consta de cinco partes y una conclusión. En la primera se caracteriza el marco constitucional que impulsa el desarrollo de estas innovaciones, señalándose algunos antecedentes de estas formas participativas. En la parte dosse proporciona información del marco legal de las MTA y OCAS. La parte tres presenta data socioeconómica y política de las parroquias Antímano y Petare, para contextualizar los casos que estudiamos. La parte cuatro y cinco presentan un análisis de los dos casos orientado por las interrogantes planteadas.

I. Marco constitucional y antecedentes

Venezuela experimentó desde mediados de los años 80 una particularmente aguda deslegitimación y descomposición de la democracia representativa que había desarrollado desde 1958. La crisis de los partidos signatarios del Pacto de Punto Fijo llevaría en las elecciones de 1998 a un relevo de actores sociopolíticos en el sistema y a la emergencia de un nuevo proyecto político nacional. Este proyecto, ofrecido por el conjunto de movimientos y partidos que se identifican como bolivarianos y apoyaron al presidente Hugo Chávez, propuso una profundización de la democracia venezolana de carácter radical y/o revolucionaria, bajo el concepto de democracia participativa y protagónica. Materializaron su propuesta en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 (ver, entre otros, Ellner y Hellinger, 2003; López Maya, 2005).

La introducción del principio de la participación apareció en 1999 como uno de los motivos centrales para la elaboración de la nueva Constitución. Así lo enuncia el preámbulo del texto constitucional: con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado. El artículo 6 consagra la participación como un principio fundamental y el artículo 70 señala, sin agotarlas, algunas de sus formas:

Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del mandato, las iniciativas legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico: las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad...

En el artículo 184 el legislador asienta que se establecerán mecanismos abiertos y flexibles para que los Estados y Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los servicios para que éstos gestionen, enumerándose a continuación un amplísimo conjunto de servicios y actividades donde el Estado ha de promover la participación.

Por otra parte, en las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, se estableció como orientación estratégica del Estado el impulso a todo tipo de instrumentos organizativos y participativos en la formulación, diseño, implementación y seguimiento de las políticas sociales. Allí se sostenía que la participación propicia el autodesarrollo, inculca la corresponsabilidad e impulsa el protagonismo de los ciudadanos, soportes desde donde debe emerger una sociedad igualitaria, solidaria y democrática (Lgpdesn, 2001).

Experiencias antecesoras

El nuevo concepto participativo constitucional tuvo su origen en desarrollos sociopolíticos generados por el proceso de reforma del Estado de finales de la década de los 80 (Gómez Calcaño y López Maya, 1991). Ese proceso logró consenso político para aprobar la elección por voto universal, directo y secreto de gobernadores –quienes con anterioridad eran designados por el Presidente de la República– así como la creación y también elección popular de alcaldes. Propició también una incipiente descentralización de servicios públicos a las regiones y municipios2. Gracias a estos cambios, desde 1989, partidos de izquierda como el Movimiento al Socialismo (MAS) y La Causa R (LCR), ganaron diversas alcaldías y gobernaciones en el país, desde donde propiciaron y apoyaron innovaciones participativas para los sectores populares. En particular, las MTA y las OCAS se originaron en experiencias participativas ensayadas o apoyadas por los gobiernos municipales de Libertador (Caracas) y Caroní (estado Bolívar) del partido LCR. Este partido se dividió en 1997 y dirigentes clave, incluidos los alcaldes que ensayaron estas innovaciones, pasaron a fundar el partido Patria Para Todos (PPT), que a su vez formó parte de la coalición política del gobierno de Chávez en 1999.

Las MTA como concepto surgieron en la gestión del alcalde Aristóbulo Istúriz (Arconada, 1996). Su propósito fue abrir un espacio donde intercambiar conocimientos y aunar esfuerzos entre las comunidades, los funcionarios de la alcaldía y técnicos para hallar soluciones a las muy graves deficiencias en el servicio de agua potable y servida que padecían los barrios pobres del oeste de Caracas, en particular la parroquia de Antímano (MTD, entrevista, 2006). La MTA se inscribía en la idea de conformar dentro de los municipios –que en Venezuela son las unidades políticas primarias y autónomas– gobiernos parroquiales, que descentralizaran los municipios hacia las parroquias, profundizando la democracia, acercando el poder decisorio local a la gente organizada (Arconada, 1996). Al final del gobierno de Istúriz, se sancionó una ordenanza constituyendo la figura del gobierno parroquial,  pero fue poco después abolida al perder LCR la alcaldía en 1996 y pasar Libertador a ser gobernada de nuevo por un alcalde del partido AD.

Fue también durante la gestión de Istúriz en Caracas cuando el Consorcio Catuche, una innovación participativa no gubernamental antecesora de las OCA contó con su primer apoyo importante por parte de un municipio. La figura del consorcio social fue una innovación participativa que surgió en el barrio popular de Catuche en el municipio Libertador de Caracas. Fue creada por dicha comunidad, por algunos padres jesuitas que hacían trabajo comunitario allí, y un grupo de urbanistas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) quienes juntaron sus conocimientos y esfuerzos para desarrollar un proyecto de saneamiento de la quebrada Catuche, alrededor de la cual se asienta esta comunidad y que estaba convertida en cloaca inmunda, así como en riesgo hidrológico incontrolado. La idea del consorcio social llevaba implícito un tipo de organización que, a diferencia de otros tipos de empresas privadas se activa para un propósito determinado, implica una mesa de negociación entre los agentes involucrados y tiene un tiempo limitado; cumplido el propósito que lo constituyó, desaparece (OCV y OCB, entrevista, 2006).

El Consorcio Catuche recibió apoyo financiero de la alcaldía del municipio Libertador entre 1993 y 1996 y tuvo mucho éxito en su proyecto participativo, alcanzando reconocimiento internacional y un premio mundial en Estambul en 1997. Varias otras comunidades de Caracas, como las de los barrios de Anauco y San Blas, estimuladas por ese éxito, también crearon sus consorcios (OCVI, entrevista, 2007, OCB y OCV, entrevista, 2006). Con el gobierno de Chávez los consorcios sociales y luego las OCA, derivadas del consorcio, se erigieron en política nacional, impulsadas primero por el Consejo Nacional de la Vivienda, ConaviI (2000-2001) y luego por el Ministerio de Vivienda y Hábitat (2004-2005).

II. Contexto institucional

Las MTA. Si bien las MTA creadas por el alcalde Istúriz se debilitaron mucho después de 1996, tan pronto como comenzó el gobierno del presidente Chávez fueron revividas, esta vez no por el municipio sino por Hidrocapital, la compañía hidrológica estatal que sirve a Caracas. Jacqueline Farías, quien en los 90 formó parte del equipo de Istúriz en la alcaldía Libertador, fue designada Presidenta de esta compañía y desde allí estimuló la formación y consolidación de estas formas participativas, que luego se extendieron a todo el país. En 2001 las MTA fueron institucionalizadas en la Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y Saneamiento (2001). Hoy en día existen aproximadamente 2.700 MTA en todo el país (MTD, entrevista, 2007).

En esta ley, así como en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal (Loppm, 2005), se dice que el servicio del agua potable y el de saneamiento es competencia de los municipios y distritos municipales. De allí que la ley establece que éstos deben promover –junto con los prestadores de servicios (las hidrológicas)– la participación en MTA de los suscriptores para la supervisión, fiscalización y control de la prestación de los servicios (artículo 11). Esta vinculación, sin embargo, en la práctica del municipio Libertador, no se cumple, pues en el año y medio que seguimos a la MTA La Pedrera, nunca hicieron presencia funcionarios municipales, ni en el barrio, ni en el Consejo Comunitario de Agua (en adelante CCA). Nuestras entrevistas a miembros de la MTA corroboran que durante el gobierno de Chávez ni los funcionarios del municipio Libertador, ni el alcalde, se han ocupado de vincularse con esta innovación (MTO, entrevista, 2006; MTA, entrevista, 2006).

El CCA es una instancia participativa intermedia, donde todas las MTA de la parroquia de Antímano se reúnen cada quince días con funcionarios e ingenieros de Hidrocapital. Este espacio es más próximo al concepto de mesa técnica de agua que se desarrolló con el alcalde Istúriz en los 90, pues es un espacio permanente donde todas las comunidades que comparten un mismo suministro se encuentran con los otros agentes comprometidos con el servicio de agua. Sin embargo, el municipio no ha concurrido en esta nueva etapa tampoco al CCA, sólo Hidrocapital, y desde hace algún tiempo también el ministerio del Ambiente, aunque no de manera constante. La vinculación de las MTA de Antímano con Hidrocapital es muy estable y pareciera estar consolidada. La relación con el Ministerio del Ambiente es menos estable, pues prácticamente se inició en 2005 cuando la ingeniera Farías, antes presidenta de Hidrocapital, fue nombrada ministra de ese despacho y trasladó a ese Ministerio el Plan de Saneamiento del río Guaire, río que atraviesa la ciudad de Caracas en dirección sureste3. Ella vinculó los proyectos de las MTA de Antímano–como el de reemplazo de tuberías de agua blanca que desarrolla la MTA de la Pedrera– con este Plan Guaire, asegurándoles así apoyos y recursos. En 2007 Farías fue removida del ministerio y asignada a otro ente público, por lo cual la relación con este ministerio se debilitó por varios meses hasta que un evento fortuito permitió que fuese reactivado (MTO, conversación, 2007)4.

La señalada ley sobre la prestación del servicio del agua, habiendo sido aprobada en 2001, revela una concepción en la relación entre Estado e innovación participativa capitalista conviviendo en el texto con otra relación de carácter no mercantil. Se asienta, por ejemplo, en el artículo 75, que las MTA son asociaciones de suscriptores, con personalidad jurídica propia, que se rigen por el Código Civil. Sin embargo, en muchos barrios populares–incluyendo nuestro caso de La Pedrera– las personas organizadas en MTA no están suscritas ni pagan el servicio de agua. También se prevé en ese artículo que los prestadores de servicios pueden ser de carácter estatal o privados. Sin embargo todas las hidrológicas en Venezuela son propiedad del Estado y esta orientación tiende a consolidarse en el segundo mandato del Presidente.

En contraste con el artículo 75, el artículo 76 de la ley del servicio de agua se refiere a las MTA como representantes de sus comunidades en general, sin mencionar el requisito de ser sus miembros suscriptores. Como funciones propias de las MTA este artículo señala: a) representar a sus comunidades ante las hidrológicas; b) divulgar en sus comunidades la información relativa a la prestación de los servicios y en particular sobre los derechos y obligaciones de los suscriptores; c) exigir el cumplimiento de sus derechos y cumplir sus deberes; d) orientar la participación de la comunidad en general y de los suscriptores y usuarios en particular, en el desarrollo y en la supervisión de la prestación de los servicios; e) proponer planes y programas para el pago de la prestación de los servicios y así resolver las deficiencias o fallas que pudiesen existir; f) colaborar con las hidrológicas en los asuntos que sometan a su consideración y cualquier otro que permita satisfacer adecuadamente sus derechos. La ley no contempla la directa gestión de servicios por parte de las MTA, lo que justamente la MTA de La Pedrera desarrolla a través de su proyecto de reemplazo de las tuberías de agua potable, que aquí estaremos examinando. Este aspecto revela una dinámica en desarrollo que sobrepasa lo contemplado inicialmente por la ley.

Las OCA. Estas innovaciones también fueron concebidas como asociaciones civiles con personalidad jurídica propia. Su vinculación natural también teóricamente es el municipio, pues la Loppm establece que cada municipio tendrá un plan local de desarrollo urbano que contendrá la ordenación del territorio municipal, hará una clasificación de los suelos y sus usos, y regulará los diferentes usos y niveles de intensidad de los mismos, definirá los espacios libres y de equipamiento comunitario, adoptará las medidas de protección del medio ambiente, de conservación de la naturaleza y del patrimonio histórico, así como la defensa del paisaje y de los elementos naturales. También contempla la determinación de las operaciones destinadas a la renovación o reforma interior de las ciudades, con lo cual en principio toda organización que busque participar en gestión para la rehabilitación física de los barrios debiera establecer vínculos con el gobierno local (artículo 61). En este caso, la OCA Barrio Unión-Carpintero, objeto de nuestro estudio, ha tenido vinculaciones frecuentes con la alcaldía del municipio Sucre aunque también con instancias del Ejecutivo Nacional (OCM, entrevista, 2006).

Durante la administración de la arquitecta Josefina Baldó en Conavi entre 2000 y 2001 –quien perteneció al equipo de urbanistas que trabajaron en el Consorcio Catuche en los años 90– los consorcios sociales se crearon en todo el país, elaborándose con apoyo de esta institución estatal unos 270 proyectos técnicos de rehabilitación física, que se identificaron como unidades de diseño urbano (UDU). Estas UDU son unidades territoriales que desde el punto de vista técnico comparten problemas comunes y susceptibles de enfrentar con un proyecto técnico común. Se constituyen organizaciones autogestionarias para tal fin, es decir, espacios de encuentro y negociación de las comunidades asentadas allí con profesionales y funcionarios públicos, para juntos realizar diagnósticos de los problemas y diseñar programas integrales de habilitación. La UDU Barrio Unión-Carpintero fue identificada y delimitada entonces como UDU 8.2. Hasta la destitución de Baldó se desarrollaron en el Conavi cinco consorcios sociales pilotos, incluyendo Catuche, todas en Caracas: La Silsa-Morán en la parroquia de Catia, Agua China en la parroquia de Macarao y San Miguel en, parroquia de La Vega, municipio Libertador y San Blas en la parroquia Petare del municipio Sucre. Se practicaron varias modalidades de consorcios, las más generalizadas se caracterizaron por poseer tres o cuatro patas:

Siempre hay una pata que es la fija: la comunidad organizada. Las otras que varían son: una especie de gerencia técnica, cuando grupos de profesionales por la libre son contratados por la comunidad o asociados con ella para llevar a cabo la tarea de la parte física. Otra es una gerencia sociocomunitaria para el fortalecimiento de capacidades comunitarias para la administración y todo lo demás, y una gerencia propiamente administrativa, que sería una cuarta pata. Habían reglas distintas para cada una de ellas, eran desiguales en ese sentido, pero el peso fundamental fue siempre la comunidad organizada (...) se entregaban informes trimestrales en asambleas al conjunto de la comunidad, estuviese o no consorciada; el consorcio hacía una asamblea y una rendición de cuentas anual, una vez al año, al estilo de la cosa que hicieron con Istúriz al comienzo; el consorcio llevaba libros de contabilidad abierta, o sea, cualquier ciudadano de la zona podía pedir… dame el libro a ver cómo está la vaina (OCB y OCV, resumen de entrevistas, 2006, destacados nuestros).

Las OCA se crean en 2004 y 2005 durante la gestión de Julio Montes en el Ministerio de la Vivienda y el Hábitat, a partir de la experiencia de los consorcios sociales5. Las OCA, a diferencia de los consorcios, buscan la habilitación física a partir de la participación de las comunidades organizadas, pero contratando ellas los agentes técnicos y profesionales, que en el modelo previo de organización se consorciaban. Como organizaciones civiles, privadas, reguladas por el Código Civil, las OCA son autónomas para decidir cómo escogen a sus directivas y qué estructura se dan. No existen reglamentos o leyes que las hayan regulado. Al igual que los consorcios sociales, mantienen su carácter descentralizado y sus vinculaciones con los municipios, pues tanto la Constitución de 1961, como la de 1999 colocan la responsabilidad de la rehabilitación física de los barrios y la construcción de viviendas en los municipios. En el caso de la Constitución de 1999, esta responsabilidad es taxativa del municipio y no compartida con otros niveles, como sí fue el caso en la Constitución de 1961. Sin embargo en la realidad esto no se cumple por la tendencia del gobierno central a recentralizar la administración pública (ver trabajo de García-Guadilla y Lovera en este mismo tema central).

Durante la gestión de Montes, los profesionales de la UCV volvieron a participar en este proyecto y las comunidades hicieron asambleas de ciudadanos(as) por sectores y generales para refundar los consorcios en OCA y determinar el orden de ejecución de sus proyectos técnicos de habilitación y de fortalecimiento de las capacidades comunitarias. Se impulsaron diagnósticos participativos, se realizaron talleres de formación, y se abrieron concursos de arquitectos para el diseño de proyectos de habilitación. Las comunidades abrieron y culminaron procesos de elecciones de las directivas en más de cien OCA, seleccionaron el orden de ejecución de los proyectos técnicos y sociales y elaboraron los presupuestos correspondientes (OCB y OCV, entrevistas, 2006).

En la OCA Barrio Unión-Carpintero se hicieron en 2005 las asambleas sectoriales, donde la comunidad escogió seis delegados en cada uno de los 9 sectores que la conforman. Se elaboraron los estatutos, que fueron aprobados en una Asamblea General realizada el 17 de septiembre de 2005, conjuntamente con la elección de una junta directiva compuesta por un delegado de cada uno de los sectores (OCA, s/f). También se aprobó en la asamblea el plan integral o maestro de rehabilitación de barrios con un costo aproximado de 5 millardos de bolívares (OCM, entrevista, 2006). El presidente Chávez aprobó en agosto de 2005 los primeros recursos de los planes maestros de todas las OCA, unos 60 millardos de bolívares y comenzaron a ejecutarse las obras (OCB y OCV, entrevista, 2006).

Poco después, en octubre, el ministro Montes renunció a su cargo, luego de un áspero regaño público que Chávez le hizo durante el programa de televisión ¡Aló Presidente!. Los financiamientos estatales para las OCA se paralizaron pues los ministros siguientes no compartieron la propuesta. En el caso de la OCA Barrio Unión-Carpintero, se logró construir con los primeros recursos un muro de contención en Barrio Unión y un edificio de 4 pisos para diversos servicios comunitarios, en la parte alta también de Barrio Unión, pero para fines de 2006 no había sido inaugurada (OCM, entrevista, 2006).

III. La Pedrera y Barrio Unión-Carpintero: Información socioeconómica y política básica

La parroquia de Antímano tiene alrededor de 150.971 habitantes6, de los cuales unas 15.000 personas, o unas 3.700 familias, viven en el barrio La Pedrera (MTD, entrevista, 2007). Esta parroquia, incluyendo este barrio, es una de las pocas que siguieron sirviendo de expansión territorial de la ciudad después de los años 80, recibiendo migración tanto interna como del exterior. Su crecimiento con relación al censo de 1990 fue de 9,0 por ciento, muy alto para el promedio de la capital, que entre 1990 y 2001 sólo creció 0,1por ciento (INE, 2006).

La parroquia de Petare, según el censo de 2001 y sus proyecciones a 2006, tenía 546.766 habitantes (INE, 2006), de los cuales, los barrios de Carpintero y Unión albergaban unas 39.200 personas, más de 9.500 familias (OCAS, s/f). En comparación con la parroquia Antímano (ver cuadro Nº 1), las condiciones socioeconómicas de la parroquia de Petare son ligeramente mejores, aunque sigue siendo una de las dos parroquias con mayor concentración de barrios populares de Caracas y con niveles de pobreza y exclusión importantes. Por otra parte, los barrios Carpintero y Unión son mucho más antiguos que La Pedrera, pues comenzaron a poblarse en los años 40 del siglo pasado. Los terrenos de Barrio Unión fueron regalados por el gobierno del presidente Gallegos en 1948 a campesinos que estaban siendo expulsados de tierras de otras áreas de la ciudad por el proceso de urbanización (OCS, entrevista, 2006). Eso explica su mayor población y mayor consolidación. También en la parroquia de Petare se encuentran algunas áreas residenciales de sectores sociales de ingresos medios y medios altos.

Cuadro Nº 1

Algunos Indicadores Socioeconómicos de Antímano y Petare Censo 2001

 

Parroquia Antímano*

Parroquia Petare**

Municipio Libertador

Población hab.

150.971

546.766**

2.091.452

Hogares pobreza  %

28,65

15,97

16,35

Hogares pobreza crítica %

6,44

2,34

2,86

Niños no escolarizados %

2,05

1,37

0,95

Hogares en hacinamiento %

17,27

11

10

H. vivienda inadecuada

8,31

2,09

3,7

H. sin servicios básicos %

4,41

1,68

2,9

H. con alta dependencia económica %

4,93

2,81

3

* Antímano es una de las 22 parroquias del Municipio Libertador.

** La parroquia de Petare forma parte del distrito Metropolitano de Caracas (DMC). Por no disponer de datos del DMC, comparamos sus indicadores con el Municipio Libertador y no con los del estado Miranda, su adscripción federal.

Fuente: INE, 2006.

En los años recientes, por la bonanza fiscal y las políticas sociales que ha desarrollado el gobierno de Chávez, principalmente las conocidas como “misiones”, han venido bajando los índices de pobreza en el país en general y por consiguiente también en estas parroquias de Caracas. Pero no disponemos de cifras discriminadas7. La deficiencia en los servicios básicos, sin embargo, no han mejorado significativamente, como pudimos constatar en nuestro trabajo de campo.

Como parte de la problemática urbana popular, las parroquias de Antímano y Petare presentan altos índices de violencia y criminalidad (ver cuadro Nº 2). En nuestras entrevistas, particularmente en el barrio de La Pedrera, el problema de la violencia apareció constantemente como un impedimento para la participación en las diferentes iniciativas gubernamentales8.

Cuadro Nº 2

Homicidios y Robos registrados en Antemano y Petare 2002-2006 (tasa x 100.000 habitantes)

 

Parroquia Antímano

Parroquia Petare

Distrito Metropolitano de Caracas

 

Homicidios

Robos

Homicidios

Robos

Homicidios

Robos

2002

110

209

101

210

51

266

2003

166

194

97

192

51

281

2004

71

111

55

117

37

179

2005

64

64

69

67

35

90

2006

76

60

72

65

37

91

Fuente: Centro de Estudios para la Paz, UCV, 2007 (informe parcial) y cálculos propios.

En cuanto a tendencias políticas de los votantes en estas parroquias, la parroquia Antímano ha votado siempre a favor del Presidente en porcentajes superiores a la media de la población caraqueña, mientras que Petare se acerca más al patrón de la ciudad, fluctuando en su apoyo al gobierno y a la oposición en distintos eventos electorales (ver cuadro Nº 3). Antímano y el barrio La Pedrera son ilustrativas de la territorialización de la polarización política que vive el país como resultado de los cambios traídos por el bolivarianismo, donde áreas de asentamiento urbano pobres son territorios chavistas y las de residencia de sectores de ingresos medios y altos territorios antichavistas. Las diferencias entre Antímano y Petare pudieran explicarse porque Petare, si bien contiene cientos de barrios populares, también posee algunas urbanizaciones de población de ingreso social medio y alto. También pudiera contribuir a su mayor diversidad política, la historia de los barrios populares de Petare, más antigua que los de Antímano, con más experiencia de lucha popular y más vinculación con organizaciones políticas del pasado.

CUADRO Nº 3

Tendencias políticas de Antímano y Petare Años 2004 a 2007

 

Parroquia Antímano

Parroquia Petare

Distrito Metropolitano de Caracas

Referendo revocatorio 2004 %

23 (SI)

77 (NO)

52 (SI)

48 (NO)

51 (SI)

49 (NO)

Elecciones Municipales 2005 %

72 alianza chavista

28

oposición

55 alianza chavista

45

oposición

60*

39

Elecciones presidenciales 2006 %

82

Chávez

18

Rosales

54

Chávez

46

Rosales

63

Chávez

37

Rosales

Referendo constitucional 2007 %

67

(SI)

33

(NO)

32

(SI)

61

(NO)

48

(SI)

52

(NO)

* La elección del Alcalde Mayor Metropolitano se realizó en 2004.

Nota: las negritas indican los votos favorables al bolivarianismo.

Fuente: CNE, 2008.

IV. MTA la pedrera: calidad de vida, capacidad de autonomía y mejor democracia

A. Calidad de vida Como hemos señalado anteriormente, el barrio de La Pedrera pertenece a una de las parroquias más pobres, violentas y con más necesidades básicas insatisfechas. Forma parte de una de las zonas donde el problema del agua es de los más graves de la capital (MTD, entrevista, 2006).

A fines de los años 70, según nuestras entrevistadas(os), el gobierno introdujo tuberías de aguas servidas y aguas blancas en este barrio, conjuntamente con unas casitas hechas con material metálico que la comunidad llama “trailers” y que fueron colocadas por el Instituto Nacional de la Vivienda (Inavi). También se pusieron unos postes de luz, que eran de madera y se fueron pudriendo (MTT, entrevista, 2006). Para la década de los 90 esta infraestructura estaba completamente colapsada, en particular las tuberías por el rápido crecimiento del barrio, por las tomas ilegales y por el deterioro del tiempo. Las familias debían suplirse con el agua que transportaban camiones cisternas que subían de manera irregular y en épocas de escasez cobraban de manera abusiva. En el momento en que fueron colocadas las tuberías, había unos tres sectores o “planes”, en La Pedrera. Hoy hay 18 (MTT, entrevista, 2006).

La situación del servicio del agua hacia mediados de los noventa fue crítica, creándose esta innovación bajo la gestión del alcalde Istúriz como un esfuerzo para superarlo. Hacia 2001, a sugerencia del actual coordinador comunitario de Hidrocapital, quien trabajó con Istúriz –Víctor Díaz– comenzaron algunas personas de la comunidad de La Pedrera a organizarse como MTA y a asistir al CCA de Antímano (MTT, entrevista, 2006, MTS, entrevista, 2006). Comenzó esta MTA con 38 personas nombradas por la comunidad en asamblea de ciudadanos(as). Pero por problemas entre ellos en 2006 trabajaban unas 8 personas de manera permanente y otras 8 o 10 cuando debe hacerse trabajo en el sector donde viven (MTO, entrevista, 2006; MTD, entrevista, 2007).

Los miembros de esta MTA que entrevistamos perciben que esta actividad cambió su calidad de vida como personas y de la comunidad en general. Lograron una regularización del suministro de agua por las tuberías viejas cada 18 a 20 días. El estado de estas tuberías y del suministro en general es mantenido y supervisado por la cuadrilla de Hidrocapital en esa zona, de acuerdo con las denuncias e informaciones que proporciona la MTA La Pedrera en la reunión quincenal del CCA9. Aunque el ciclo de suministro en el caso de las distintas barriadas de Antímano, incluyendo La Pedrera es sumamente largo y pudiera parecer poco significativo para mejorar su calidad de vida en términos concretos, constituye su regularización una diferencia sustancial con el pasado para las familias, al haberse dejado atrás la incertidumbre que privó en los años noventa sobre cuándo llegaría el agua, y la especulación brutal por parte de dueños de camiones cisterna. A través del CCA la gente está informada sobre los problemas alrededor del suministro de agua, entiende por qué no puede recibir agua sino cada veinte días y cuenta con un espacio quincenal seguro para plantear ante la hidrológica cualquier queja y recibir información. Tanto en la CCA como en el desarrollo del proyecto de reemplazo de las tuberías de aguas blancas, las(os) participantes de esta MTA se han ido educando y sensibilizando sobre los problemas que confronta este servicio en la ciudad. Por otra parte, con el proyecto de reemplazo de las viejas tuberías de agua potable y servida, la comunidad confía en que se bajará en el mediano plazo el ciclo de suministro a tiempos más cortos como ha sido informado por Hidrocapital en los CCA. En definitiva, esta innovación ha hecho que la gente se siente informada, incluida, respetada, y esperanzada con que más adelante tendrá un mejor acceso al derecho a servicio de agua. A continuación un texto ilustrativo: 

ML: ¿De qué manera ha mejorado la vida en el barrio gracias a esta modalidad? Cuéntanos un poquito de eso.

IT: Como en un 90 por ciento...

ML: ¿Verdad?[...]

IT: Sí, uhjum. Claro, nos falta otra obra más que ya está en… o sea, ya está en trámites de… para ver si se puede lograr que… porque ahorita con esta… así nosotros tengamos esa tubería metida ahí ¿verdad? hecha, colocada, no vamos a tener todavía el suministro de agua, porque viene otro proyecto para conectarla ahí también y bueno, en verdad no sabemos para cuándo... (MTT, entrevista, 2006). 

ML: ¿Usted cree que vale la pena tomarse un tiempo para participar para llegar a soluciones colectivas?

AS: Ay, claro que sí... A mí sí me gusta eso, claro que si vale la pena porque eso es importante, bien para la comunidad y para uno mismo.

ML: ¿Por qué es importante?

AS: Porque es un cambio de vida.

ML: Tú puedes explicarnos un poquito cómo es ese cambio de vida.

AS: Cambio de vida porque entonces ya uno por allá tiene más relación con las personas, ya viene… la persona quiere estudiar más ya también... que están pendientes... sí hay un cambio, se siente el cambio. (MTS, entrevista, 2006).

B. Capacidad de autonomía. Las MTA como organizaciones con personalidad jurídica pueden buscar sus recursos o recibirlos del sector público y administrarlos, lo que es un potencial importante para crecer de manera autónoma. Sin embargo, la gestión del servicio del agua es un asunto complejo, que ha necesitado constante apoyo técnico y administrativo por parte de Hidrocapital. Por otra parte, hasta la fecha sólo se obtienen recursos del Estado. En La Pedrera los miembros de la MTA reconocen que la figura del coordinador comunitario de Hidrocapital en Antímano, así como la institución en general, ha sido clave para ellos haber logrado organizarse, convocar las asambleas de ciudadanos y cumplir con otros requisitos necesarios para participar en la gestión de este servicio en todas su fases, como hacer un primer croquis de la comunidad, e identificar los problemas que tenían. En 2004 fueron asesorados por Hidrocapital para elaborar el proyecto mediante el cual tuvieron acceso a los recursos otorgados por el presidente Chávez (MTO, entrevista, 2006; MTT, entrevista, 2006). Expresan confianza y gratitud por la hidrológica: “nosotros nos regimos prácticamente casi por ellos [Hidrocapital], lo que ellos nos dicen, más cómo se debe trabajar, qué es lo que se debe hacer, o sea, tenemos el apoyo de ellos en todo” (MTT, entrevista, 2006). Se trata entonces de una participación inducida y donde los funcionarios públicos gozan de una importante ascendencia sobre los miembros de la MTA. Por otra parte, sus recursos para el proyecto de reemplazo de las tuberías de agua blanca provienen del presidente Chávez, quien directamente se los otorgó en un acto público. Estos aspectos expresan vulnerabilidades con respecto al potencial de independencia de criterio o capacidad de negociación con agentes públicos por la asimetría en muchos sentidos (recursos, poder, conocimiento) de estas relaciones.

Por otra parte debe también evaluarse que, en el caso del barrio La Pedrera –y en general puede decirse que en las comunidades pobres de Venezuela en los años previos al gobierno de Chávez– el tejido organizativo de los sectores populares era con anterioridad escaso, débil y disperso (Denis, 2005). La participación y organización popular que hubo estuvo, salvo excepciones, vinculada a las redes de los partidos tradicionales AD y Copei, con fuerte cultura paternalista y clientelar, aceitada como sigue siendo el caso, por los cuantiosos ingresos petroleros del Estado. Condiciones que conspiran contra la capacidad de autonomía de organizaciones como la MTA que tienen una relación asimétrica con el gobierno y particularmente con el Presidente.

No obstante, las agudas deficiencias en el acceso a derechos básicos motivan a las personas a reunirse y gestionar por su cuenta ante entidades del gobierno la solución a los problemas comunitarios. En La Pedrera durante los 90 se dieron reuniones de manera independiente de los partidos para buscar soluciones a la falta de alumbrado, agua, escuela para los niños y tantas otras necesidades. Algunas de las mujeres fundadoras de esta MTA comenzaron su trayectoria de trabajo comunitario impulsando este tipo de iniciativas que en algunos casos dieron resultado, lo que las estimuló para continuar participando en espacios comunitarios y les confirió una cierta autonomía y percepción de empoderamiento.  Ilustremos:

Fue entonces [mediados de los 90] que empezaron a reunirse [personas en La Pedrera] para tratar los temas de la comunidad. Todos los días era una reunión distinta, los lunes se trataban problemas de educación, martes y así hasta que los jueves eran las reuniones de agua, que no se les llamaba mesas técnicas de agua. Se reunían con Hidrocapital y con la Alcaldía y pasaban cartas para que les colocaran tuberías de mayor capacidad para abastecer a la gente del agua.

Les pedían que trajeran proyectos, pero ellos no sabían hacer proyectos. Ellos solicitaban que les enseñaran a hacer los proyectos, pero no fue sino hasta con el gobierno actual que en conjunto gobierno y comunidad hicieron el proyecto (MTP en diario de campo,  10-08-06).

IT: Es que nosotros con ese proyecto de luz, mire, nosotros íbamos, cuando estaba la junta parroquial y decían sí, vengan, sí, que una reunión para esto ah, sí... hasta que vino un compañero, de ellos mismos, nos llamó y así, nos dijo así, ¿qué hacen ustedes tanto aquí? Cónchale, pues, el proyecto de la luz, mira ¿ve?, aquí lo tenemos, en ese entonces estaba en 7 millones de bolívares el proyecto,.. cuando nos lo dieron salió en 30 millones de bolívares [...], Donde estaba Ledezma [el alcalde], nosotros le llegamos, donde quiera que estaba y era como le parábamos a eso, en un lado, bueno, él se cansaba tanto de vernos que lo hicimos comprometer [...] Ese proyecto nosotros le estamos dando hasta que nos recibió y si, se hizo un convenio con la Electricidad de Caracas y nos dio ese aspecto... (MTT, entrevista, 2006)

Otras mujeres de la MTA La Pedrera iniciaron su trabajo comunitario en una organización privada –Cania[10]–que trabaja en la parroquia de Antímano y que impartía cursos para promotoras comunitarias. Lo nombraron en las entrevistas con frecuencia y nostalgia, como una experiencia que les confirió las primeras destrezas en trabajo comunitario y sentimientos de autoestima (MTS, entrevista, 2006).

El control de todas las fases del proyecto de reemplazo de las tuberías de agua –con el apoyo estable de Hidrocapital– ha sido una importante fuente de formación para la participación, el autodesarrollo e inculcación de autoestima de los miembros de esta MTA. Muchos(as) integrantes de esta MTA también han tomado diversos talleres y cursos que ha ido fortaleciendo aun más su formación. Algunas se inscribieron en la misión Ribas, lo que les ha permitido contar con un modesto subsidio o beca para culminar estudios secundarios y al mismo tiempo tener posibilidad de tener tiempo para dedicarse al trabajo de la MTA. Gracias a estos estímulos, los miembros de la MTA se sienten como empresarios(as) comunitarios(as) (MTO, entrevista, 2006). Han aprendido una serie de destrezas y asumido un conjunto de responsabilidades que les ha permitido crecer como personas y ciudadanos(as).

C. Mejor democracia. Concebidas para mejorar el servicio del agua, bajo la premisa de que si no se incorporaba la comunidad y participaba de los diagnósticos y las soluciones no sería posible garantizarle a la mayoría de la población ese derecho, las MTA han demostrado ser una de las innovaciones participativas más exitosas en resolver problemas concretos mediante la participación organizada que presenta la gestión del gobierno de Chávez en su primer mandato. Se han extendido por todo el país y han contribuido a que la conflictividad por falta de este líquido haya disminuido notablemente. Siendo el agua una necesidad vital, su ausencia prolongada, como ocurría en las barriadas de Caracas en la década pasada, proporcionó un fuerte estímulo para la movilización, la organización y la participación popular, que las MTA canalizaron hacia un espacio que ha permitido una dinámica razonablemente horizontal en las relaciones entre la comunidad organizada y el gobierno representado por la hidrológica. En este sentido, su contribución como concepto y como práctica a una mejora de la calidad de la democracia venezolana parece incuestionable. De hecho han inspirado otras innovaciones como las mesas técnicas de gas, de basura, o de electricidad, que se han venido creando más recientemente.

Preguntados sobre el tipo de relaciones que a partir de la dinámica del proyecto se han dado entre los miembros de la MTA y la comunidad, se hicieron visibles varios problemas, que impiden que innovaciones como ésta se extiendan y consoliden remontando prácticas y valores poco democráticos inherentes a la cultura política venezolana. Uno de los temas que aparecieron insistentemente fue la dificultad por hacer que la gente se incorpore de manera permanente en las actividades participativas comunitarias. La MTA La Pedrera se inició, como lo requiere la ley, convocando la asambleas de ciudadanos(as) de todo el barrio, y también asambleas por sectores (MTS, entrevista, 2006). Allí se nombraron los voceros(as) de cada una de los 18 sectores, unas 38 personas en total que iniciaron esta experiencia. Sin embargo, poco después el número permanente de voceros(as) se redujo, y apenas unos 8 miembros, la mayoría mujeres, son quienes llevan las responsabilidades del día a día en el proyecto de reemplazo de las tuberías. No se ha vuelto a convocar una asamblea general del barrio para reemplazar a los idos.

¿Por qué? Muchas son las razones que debilitan la participación en las MTA. La desconfianza que sigue predominando hacia iniciativas impulsadas por el gobierno es una que siempre está presente. La gente está acostumbrada a promesas electorales luego incumplidas por partidos y/o distintas autoridades y funcionarios. También es frecuente que algunos saquen provecho privado de la participación. Se conocen demasiados casos de enriquecimiento personal en el pasado. Otros se han retirado porque no hay remuneración salarial en el trabajo del proyecto o no están de acuerdo, o no pueden incorporarse porque tienen necesidad de un ingreso remunerado:

ML: ¿Pero entonces qué pasó, o sea, qué pasa con la gente?

VD: … ahí hay un problema de miedos.

ML: ¿Miedos?

VD: Miedos, sí, yo identifico algunos sectores que tienen que ver con miedos, esos miedos que fueron construidos a través del tiempo con la gente en los liderazgos, o sea, si yo participo puedo quedar en entredicho, o sea, hay gente que todavía no cree que las cosas pueden hacerse como deben de ser y le da miedo enfrentar a otros que van a buscar con picardía otros intereses (MTD, entrevista, 2006). 

... pues, en La Pedrera se llevaban los proyectos y en la Alcaldía aparecían que estaban ejecutado y pues, allá no, nunca se habían ejecutado. Por ejemplo tengo información de que en… por ejemplo la vía principal, han dado muchos recursos y nunca… aparece allá que está arreglada y nunca…

ML: Nunca llegó.

YO: Nunca llegó a ejecutarse, llegaba el dinero pero a los bolsillos de los que empezaron ¿no?, de los que buscaron ese dinero, pero nunca se llegó a elaborar ese… (MTO, entrevista, 2006)

Un impedimento de significación para que la participación se extienda más está relacionado con el complejo problema de la participación misma. No todos quieren o pueden participar. El trabajo comunitario debe gustar –haber vocación– o puede que la necesidad sea tal que la gente se incorpora, pero luego se desentiende. Sólo los poquitos de siempre se mantienen haciendo el trabajo (MTT, entrevista, 2006). La participación, por otra parte, requiere de tiempo; para que sea efectiva requiere también de apoyo estable de naturaleza técnica y administrativa por parte de los agentes gubernamentales y/o equipos profesionales. Esto no siempre pasa. Así mismo necesita de ciertas condiciones de seguridad que no existen en barrios como La Pedrera donde los índices de violencia son muy altos, y al caer la tarde las veredas y la carretera quedan a merced de delincuentes y/o bandas armadas. Las reuniones en La Pedrera, que durante la semana solo pueden hacerse de noche si se quiere garantizar asistencia, cada vez se hacen más espaciadas por la combinación de todas estas inconveniencias, lo que pone en riesgo la posibilidad de que innovaciones como éstas puedan consolidarse e inculcar valores y actitudes permanentes:

ML: ¿Y de esos 800 millones ustedes los administran todo ustedes?

YO: Sí.

ML: ¿Y ustedes tienen que rendirle cuentas a la… en las reuniones estas con Hidrocapital?

YO: A la comunidad.

ML: A la comunidad, ¿en asamblea a la comunidad?

YO: Sí.

ML: ¿Eso lo han hecho?

YO: En algunas partes lo hemos hecho, porque se nos ha hecho difícil, porque ya últimamente se están enfrentando unas bandas que hay [...], bandas delictivas que hay en diferentes sectores… (MTO, entrevista, 2006, MTT, entrevista, 2006).

También relacionada con la contribución que puede proporcionar experiencias como esta de la MTA La Pedrera a la profundización democrática están los aspectos organizativos que promueve y cómo se resuelven asuntos como quién hace la representación en instancias intermedias o ante las autoridades. En esta MTA todos sus miembros actuales –seis mujeres y dos hombres (MTO, entrevista, 2006)– se consideran iguales o principales, pero dos llevan el grueso de las responsabilidades en el proyecto de la tubería. Una, que se ocupa del almacenaje de los materiales, seguimiento de obras y compras cuando son grandes y otra que es considerada la coordinadora de la MTA, que asiste a todas las reuniones con Hidrocapital, elabora y lleva el punto de cuenta a la hidrológica cada ocho días y va a los eventos que organiza Hidrocapital. Las(os) seis restantes colaboran fundamentalmente en la supervisión de la obra. Al CCA asisten indistintamente alguna de las dos responsables principales –toman turnos-  y quien más quiera o pueda. No pareciera haber conflictos en estas asignaciones, no hay ningún cargo específico, tampoco reglamento o normas de funcionamiento. En la instancia del CCA funcionan bajo el nombre de vocera(o) pues, como me señaló, una funcionaria del gobierno, después de la experiencia de la democracia representativa, la palabra representante en Venezuela es casi una mala palabra (OCH, entrevista, 2006). Es difícil, sin embargo en la MTA La Pedrera percibir una diferencia entre representante y vocero puesto que en los CCA no se vota y por tanto las funciones son las mismas. Después de que los problemas iniciales fueron resueltos con la desincorporación voluntaria de la mayoría de quienes integraron inicialmente la MTA, existe cohesión y solidaridad (MTA, entrevista, 2006, MTT, entrevista, 2006). Cuando se creó la MTA y se preparó el proyecto que se presentó al presidente Chávez, las asambleas se hicieron con frecuencia y por sectores. Se hizo una asamblea general donde asistieron unas 300 personas. Ahora se han espaciado por los inconvenientes ya anotados, pero se han hecho algunas por sectores, asistiendo unas 20 o 30 personas (MTA, entrevista, 2006).

Entre los aspectos señalados por funcionarios vinculados a las MTA como contribución de esta innovación participativa a la calidad de la democracia, está en el hecho de que los problemas del agua no tienen color político y propician organizaciones comunitarias que trascienden la aguda polarización que caracteriza la sociedad venezolana, fortaleciendo la tolerancia y el pluralismo. Los funcionarios de Hidrocapital no hacen distingos por afinidad política (MTD, entrevista, 2006). Esto no pudimos constatarlo, pues la MTA La Pedrera es tan pequeña y, como recibieron directamente del Presidente los recursos para su proyecto, todos lo apoyan políticamente. En las entrevistas algunas(os) miembros del MTA expresaron su convicción de que el trabajo comunitario no debe estar asociado a ningún partido político. Sin embargo reconocieron que en otras innovaciones participativas como las misiones, donde reciben apoyos materiales, les piden hacer trabajo político.

V. OCA Barrio Unión-Carpintero: calidad de vida, capacidad de autonomía y mejor democracia

Calidad de vida. Las contribuciones de la OCA Barrio Unión-Carpintero a una elevación de la calidad de vida de la gente en estas comunidades suelen ser reconocidas entre nuestros entrevistados aunque es motivo de discrepancias el cuánto. Ciertas mejoras se pudieron realizar en Barrio Unión cuando el presidente Chávez inicialmente aprobó los primeros recursos para los planes integrales o maestros. Sin embargo, dada la suspensión posterior de los recursos, no les resulta fácil evaluar positivamente lo alcanzado, por lo poco que se acometió frente a las muchas necesidades y expectativas que se habían hecho. A diferencia de las MTA, las OCA contemplaban recursos para un conjunto de proyectos que permitirían a las comunidades directamente administrar los recursos y coordinar la mejora física de los barrios en todas sus dimensiones: muros de contención, escaleras, viviendas de sustitución para aquellas en situación de riesgo, mejoras para las que estuvieran en terrenos seguros, calles, recolectores de aguas negras, etc. En sus apreciaciones los integrantes de la asociación dejan ver su frustración y la de sus comunidades:

JS: Si. ¿Entonces de aquí qué resultó? Mira, nos resultó como primera base un muro de contención allá arriba, que llaman ellos de gavión, con piedras, muy bien, se realizó, sobre todo una buena problemática que había aquí. Se construyó un edificio de 4 pisos donde va a haber farmacia popular, Mercal, servicio médico Barrio Adentro con medicina general, odontología, rehabilitación…

ML: ¿Ese está en cuál barrio, en este?

JM: Aquí mismo.

JS: Aquí en Barrio Unión, parte alta (OCM, entrevista, 2006)

YG: Señor P, ¿y cómo ha mejorado el barrio a partir del trabajo de la OCA, el trabajo comunitario de la OCA?

PS: Bueno, ha aumentado… ha mejorado vamos a decir un 45 por ciento, un trein…no,...

ML: Bueno, tú dices 45 por ciento, ¿tú cuántos dices, J?

JM: Mira, yo digo… ni le pongo porcentaje, realmente no… sabe que nosotros tenemos unas propuestas, las cuales no han sido escuchadas [...], logramos ese edificio, que cubre en parte las necesidades pero del sector, porque si nosotros vivimos aquí nosotros no vamos a ser uso de ese servicio allá arriba. Cuando nosotros estamos planteando algo integral, [...] crear otro acá abajo y reparar vialidades, todas esas cuestiones, entonces los planteamientos que tenemos después del edifico, todavía no han sido escuchados, entonces realmente no hemos tenido una mejoría… (OCS y OCM, entrevista, 2006).

B. Capacidad de autonomía. Según el parecer de nuestros entrevistados, las OCA facilitan que la gente se vuelva protagonista de la solución de los graves problemas que confrontan los barrios populares. Dicen que con la OCA se superaron ciertas debilidades observadas en el consorcio, haciendo que las comunidades organizadas mismas gerencien los recursos, gerencien el proyecto, contraten obras, liciten, toda ese serie de cuestiones, quitando la estructura –vamos a decir– de la institución como mediadora (OCM, entrevista, 2006). Entre los integrantes de la OCA Barrio Unión-Carpintero estas ideas prendieron con fuerza, y hoy consideran que mientras duró la experiencia fue un estímulo para el autodesarrollo y reforzó sentimientos de empoderamiento. En vez de ser el Estado el que administraba los recursos, eran ellos mismos, lo que algunos aducen que generaba incluso una dinámica económica en el barrio que garantizó la puesta en marcha y culminación de obras de calidad (OCR, entrevista, 2006, OCS, entrevista, 2006).

Algunos consideran que la burocracia estatal teme este tipo de organización popular y nos comentaron que sólo Josefina Baldó cuando fue presidenta de Conavi ha tomado la decisión de firmar un documento de delegación administrativa a las organizaciones comunitarias (OCR en Diario de campo, 21-11-2006). Ponen de ejemplo de autonomía la experiencia de Catuche, pionera de las experiencias de organizaciones comunitarias autogestionarias, que hoy ha logrado sobrevivir con financiamientos alternos a los públicos manteniendo vivo su proyecto y logrando terminar algunas obras como sus edificios en medio de la adversidad. Por otra parte, los dirigentes comunitarios de los consorcios fundaron la asociación Apodera luego que Baldó saliera de Conavi, para mantenerse unidos y buscar medios para sobrevivir. En 2005, al ser suspendidos los recursos nuevamente, fundaron la Federación de OCA, que se mantiene tratando de acceder a apoyos económicos tanto nacionales –públicos o privados– o internacionales, para reactivar las obras más urgentes. Todo esto es expresión de autonomía.

... nosotros somos los que tenemos que sacarlos, nosotros somos los verdaderos protagonistas aquí en el barrio, saber qué es lo que está pasando en los barrios, entonces nosotros tenemos que estar de acuerdo con eso y tratar de solucionar los problemas aquí en el barrio, como vuelvo y le repito anteriormente, que nosotros somos los que tenemos… por eso es que… ahora, nosotros no tenemos ningún apoyo, que deberíamos tener algo, llamarnos a… pero sinceramente no tenemos apoyo (OCS, entrevista, 2006).

JM: Perdón, un segundo, cuando usted le preguntaba qué más o menos lo que mueve a la comunidad a participar en esto, comparando con el pasado, digamos asociaciones de vecinos, lo que mueve ahora es el hecho de que aquí se… se quiere es o se plantea que las comunidades organizadas sean las que gerencien los recursos,.... Aquí el caso era [antes] que iba a ser la institución quien nos iba a supervisar a nosotros, mientras ahorita es, somos nosotros,  (OCM en Diario de campo, Federación, 2006).

Las fuertes expresiones de autonomía que se evidenciaron en todas las entrevistas a integrantes de OCA es el resultado de una combinación de factores. Cabe mencionar, por una parte, la antigüedad de estos barrios, se trata de barrios consolidados, con familias que tienen mucho tiempo asentadas allí, han ido mejorando sus condiciones socioeconómicas y poseen una serie de vinculaciones y relaciones en la comunidad. Muchos de nuestros entrevistados nacieron en estos barrios, e incluso en algunos casos sus padres fueron con anterioridad a ellos activistas en la comunidad, fundadores de organizaciones previas, como el caso de uno cuya mamá fue fundadora de la Cooperativa Madre Laura, una cooperativa pionera en Venezuela (OCJ y OCM, entrevista, 2006). Por otra parte, en ambos barrios la actividad organizativa y participativa tiene una relativa larga tradición, desde al menos los años sesenta, bien vinculada a los partidos tradicionales, o bien con cierta autonomía frente a la política partidista. La alcaldía del municipio Sucre también aparece activa en muchas de las entrevistas, reflejando que allí se han establecido relaciones interesantes para las comunidades populares y que éstas, no siempre fáciles, han facilitado crecer como ciudadanos. Sobre este escenario de fondo, la experiencia de la OCA añadió, sin duda, también lo suyo.

ML: ¿Y cómo era la relación entre ustedes y los… la gente del municipio, del gobierno municipal, cómo dirías tú que era? [...]

PS: Bueno, nos tocó una época difícil, una época que tuvimos que hasta discutir, discutir pero… se discutió reciamente, sinceramente y otro… cambiaron los ingenieros, cambiaron… hasta yo discutí también, no, eso no es así porque… Entonces cambiaron y vinieron otros más modestos, más tranquilos y fue mejor la relación y fue mejorando, entonces así en base a eso se terminó la obra con gran cariño, con… (OCS, entrevista, 2006).

Otras manifestaciones de autonomía, espíritu de lucha e iniciativa se traslucen en las relaciones que han venido estableciendo estos integrantes de las OCA con diferentes entes gubernamentales buscando los fondos para reactivar las obras y/o buscando una salida que les permita hacer aunque sea algunas:

JM: Mira, yo te digo que aquí el trabajo social, vamos a decir así, la lucha social nunca se detiene por parte nuestra porque, okey, nosotros estamos buscando una respuesta para nuestra comunidad en este sentido, pero el hecho de que esto esté sin respuesta no quiere decir que no buscamos respuesta en otros lados, estos programas… estos proyectos nuestros se han metido en la Gobernación, en… aquí, en diferentes sitios y aparte de eso seguimos trabajando, con sus concejos… sus Comités de Salud, Comité de Tierra, siempre buscando cualquier tipo de respuesta para la comunidad (OCM, entrevista, 2006).

La experiencia de las OCA es importante como innovación antecedente a la creación en 2006 de los consejos comunales (en adelante CC), ahora propuestos por el presidente Chávez para ser incorporados a la Constitución como base del Poder Popular. En cierta manera, algunos integrantes de las OCA piensan que esta nueva innovación está inspirada por sus OCA, pero a la vez, las consideran distintas y en ciertos aspectos más débiles para potenciar la autonomía de las organizaciones populares. Por el fuerte apoyo que el presidente Chávez le ha dado a los CC, ha disminuido la esperanza de que las OCA puedan volver a recibir recursos del poder central. Nuestros entrevistados(as) compartieron con nosotros sus ideas sobre los CC11:

A una pregunta sobre la diferencia de la OCA con los consejos comunales o las mesas técnicas de agua, se nos comentó que con esas propuestas de volver a organizaciones populares de escala pequeña, de 200 o 400 familias, regresamos a la cuarta [república]. Porque están concebidas para hacer obras, mostrar obras, y no responden a una propuesta de urbanismo, ni a una perspectiva integral de los problemas de los barrios...Las OCA son distintas, porque significan una incorporación con igualdad. Las Ocas permitirían acabar con la irresponsabilidad del Estado en todos sus niveles. Es una propuesta integral que tiene una unidad adecuada para la rehabilitación física.

... el sistema de elección en las OCA era flexible, aquí por ley debe ser para todas igual: secreto. Las Ocas van a registro subalterno, tienen personalidad jurídica y están centradas en la rehabilitación. Los CC se ocupan de todo y no tienen personalidad jurídica, son parte del Estado.

La escala de los CC es un gran problema, para los problemas urbanos no son posibles proyectos localizados, pequeños, los barrios son muy grandes. Por eso las Unidades de Diseño Urbano, UDUS, las Unidades de Diseño Integral, las UDI, y más grandes aún las unidades de diseño físico, UPF, tienen la escala adecuada.

La ley de CC tiene contradicciones. Los bancos comunales que crea como brazo financiero es una, porque en los CC toda la comunidad es miembro, pero al banco comunal le pusieron la figura de cooperativa, y la membresía de las cooperativas por ley es voluntaria. También lo pusieron ad honorem, lo que es un error. Tiene que regirse por una u otra ley.

Los CC deberían articularse al municipio, y en general, todas estas iniciativas porque la relación es más fluida y cercana, pero como la gente que está en el municipio no sirve saltaron al nivel nacional. Aquí en Libertador tienen 6 años discutiendo una ordenanza y no la aprueban.

Por otra parte, eso de que la Presidencia aprueba los recursos es distinto a que se te transfieran desde los municipios y tú lo administras y tienes potestad para contratar a los técnicos.

La participación no se decreta sino que se construye.

La escala de los CC no es adecuada para resolver la rehabilitación física, pero serían perfectos para movilizar a la población, tienen el tamaño ideal para controlar, allí se pueden formar escuadrones y batallones. O sea, que quizás lo quieren como organización política para movilizar en épocas electorales. 

C. Mejor democracia. El potencial de autonomía organizativa y autodesarrollo para sus integrantes arriba señalado, es ya una fortaleza democrática importante que poseen las OCA. Es de considerar que la profundización de la democracia mediante la participación no se decreta como señaló uno de nuestros entrevistados, sino que es un proceso que toma tiempo y amerita formación, apoyos técnicos, prácticas participativas sostenidas, ajustes en las innovaciones. Las OCA tienen la virtud de que han sido el producto de una relativamente larga reflexión y práctica desarrollada en años previos, que equipos de técnicos, funcionarios y miembros de las OCA perfeccionaban constantemente en los períodos en que funcionaron. Por ello, contemplan aspectos legales y operativos bien estudiados, que buscan fortalecer la posición de la comunidad organizada ante el todopoderoso y rico Estado venezolano y sus funcionarios, a la vez protegiéndolas de aspectos antidemocráticos de mucho arraigo en la cultura política venezolana como el clientelismo y la corrupción. Por la escala espacial que cubre, por la complejidad con que aborda la rehabilitación física, por los controles de gestión que contempla, proporciona a sus integrantes una visión más integral de sus problemas, lo que los fortalece políticamente. La complejidad de los proyectos que han discutido con los técnicos y funcionarios, y las obras que han manejado con estos, han sido también factores para la adquisición de destrezas, inculcación de corresponsabilidad y un aprendizaje en el respeto a sus diferencias de criterios y saberes. Todo esto contribuye a un empoderamiento:

JB: Se hizo algo bien interesante en ese momento (...) por supuesto, charlas, talleres, preparación, se aprendía con… inclusive líderes comunitarios trabajaron con nosotros en el equipo, que ya tenían… que fueron muchos de los casos pilotos, que habían tenido experiencia de trabajo en toda esta participación y fueron también de los que fueron enseñando a otros… eso fue muy interesante como proceso. En el  caso de la participación, lo más extrema que se pudiera dar; asociaciones que siempre involucraran cada vez más gente y nunca cerraban, podían venir nuevos miembros; que fueran cadenas que viniesen desde unos que al final tienen que estar… los voceros…

FV: Sí, revocables… (OCB y OCV, entrevistas, 2006).

(con) los técnicos la cosa fue difícil, tenían una racionalidad distinta, y la gente de San Blas quería unir saberes. Los líderes comunitarios querían conformar una mesa consorcionada. Cuando discutieron las prioridades, escogieron un centro educativo integral pues Petare les queda muy lejos, a 6 km. Los técnicos discutieron mucho porque informaron que la zona era de riesgo y era necesario primero construir unas viviendas. Se acordó luego de mucha discusión. La obra se haría en 3 fases. La 1ª fue en 2001 y luego se paró. Sólo se alcanzó a hacer un módulo sin luz. Los 3 millardos que se otorgaron se agotaron y está todo paralizado (Diario de campo, Federación, 2006).

... se quería (...) una democracia… participación protagónica, que ya no es la representativa sino la participativa (...) e ilustrar esto con la gran sentencia que había salido de Catuche, (...) pero administrándolos correctamente, mediante modelos que tenemos preparados y que se fueron puliendo más en ese período (2004-2005) y con controles de gestión, controles de gestión municipal, controles de gestión nacional y controles de gestión con la propia gente, o sea, tres controles, porque es un modelo,... modelo que se aplica y sencillamente va llevando la contabilidad … (OCB, entrevista, 2006)

Mientras estuvo activada la OCA Barrio Unión-Carpintero en 2004-2005, la perspectiva de que se iban a delegar recursos importantes para acometer obras esenciales para la elevación de la calidad de vida de las comunidades asentadas en esta UDU movilizó a muchas personas, y los intercambios entre vecinos, las asambleas y reuniones fueron constantes. En general en todas las OCA las elecciones de las juntas directivas despertaron entusiasmo. Nuestros entrevistados hacen bastante énfasis en el cambio que implica su manera de hacer trabajo comunitario, la calidad democrática del trabajo no partidista, a diferencia de las asociaciones de vecinos del pasado. A ello le atribuyen esa mayor participación de sus comunidades. Expresan, sin embargo, las dificultades que eso les comporta y se quejan, lo mismo que la MTA La Pedrera, de la apatía y desconfianza de la mayoría de la gente, fruto de sus frustraciones pasadas. La paralización desde 2005 ha afectado, como era de esperarse la participación, pues el corto tiempo no alcanzó a hacer cambios y más bien pudiera reforzar los conceptos que las comunidades traían de sus experiencias pasadas.

ML: ¿Es muy distinta la forma en que funcionaba la asociación de vecinos de lo que funciona hoy en día la asociación en la que estás, en la organización, la OCA, es muy distinto, tú dirías?

PS: Con respecto a la política si es muy distinta, porque ellos aplicaban una política… ellos trabajaban era política y trabajaban en base a sus intereses de ellos, de cada quien [...] que es lo que no se está haciendo ahora. Ahora estamos trabajando plenamente seguros de lo que estamos haciendo, por una parte, las asociaciones civiles ¿no? Y, por otra parte, estamos trabajando neutralmente, completamente libres y… porque estamos trabajando para… sin ningún interés político para nosotros ni social ni físico ni nada de eso (OCS, entrevista 2006).

ML: ¿Desde cuándo no hacen una asamblea?

PS: Bueno, tenemos aproximadamente como un año, más o menos.

JM: Más o menos.

PS: Porque es que lo que pasa es que son… estamos apáticos, la gente se… aunque uno… aunque le haga… aunque uno le haga las cosas y tal, le haga ver las cosas y los llame y… la gente se va, porque… no se por qué, porque también nos ha fallado un poco también la… de arriba, en la asamblea, hemos ido a la asamblea, hemos asistido a reuniones con los ingenieros, con la lata jerarquía y nada. Porque es que esto tiene otro camino, este proyecto… (OCM y OCS, entrevista, 2006).

Un aspecto que comparten integrantes de las OCA con la MTA La Pedrera es la insatisfacción con las anteriores formas de representación y la manera en que se hacía la política. A la democracia representativa en cierta manera se le responsabiliza por los retrasos y paralizaciones en el desarrollo de los proyectos. De allí que en las OCAS a los representantes se les llame delegados(as), del mismo modo que en las MTA se les llama voceros(as) para hacer énfasis en que no es representación, son simples voces de ellos, revocables.

ML: ¿Entonces qué dirías tú, que te representan, ellos te representan (los concejales)? (...)

PS: No, no estoy satisfecho, ellos son representantes pero allá en la alta cámara, aquí no, aquí no, aquí… ellos tienen que asistir porque esa es una ley, ellos están obligados, (...) yo se lo decía únicamente a él, pero él no se lo va a decir allá a él, ¿para que lo boten? (OCS, entrevista 2006).

Conclusiones preliminares

Las innovaciones participativas que aquí hemos explorado constituyen parte importante del proyecto de democracia participativa, que, en contraposición a la democracia representativa, se ha venido desarrollando en Venezuela desde 1999. En el caso de estas dos innovaciones en particular, ellas arrancan como política nacional, después de haber sido ensayadas con éxito en los años noventa en el municipio de Caracas.

Al revisar el marco legal encontramos que las MTA se reconocieron institucionalmente en la Ley Orgánica del Agua de 2001, donde se las define  como organizaciones con personalidad jurídica, reguladas por el Código Civil y compuestas por suscriptores. Sin embargo, la mayoría de las MTA que funcionan en Caracas están compuestas por personas, y/o comunidades que no están suscritas al servicio y que no pagan agua. También la ley prevé que las hidrológicas pueden ser de naturaleza pública o privada, lo que no es el caso tampoco, pues hoy en día todas son públicas y es una tendencia que se afianza en el modelo socialista que el Presidente propugna en su segundo mandato.  Hay cierta contradicción entre práctica y ley.

En los CCA de Antímano que asistimos, en distintas oportunidades se expresó con claridad que si bien estas comunidades no pagaban agua actualmente, entre otras cosas por lo deficitario del servicio, estaba contemplado que en un futuro próximo lo harían. Los funcionarios de Hidrocapital también explicaron a los asistentes que los actuales suscriptores son quienes subsidian a los sectores que como los de Antímano no pagan agua. Señalaron que parte de las funciones de las MTA es educar en esta problemática a sus comunidades, así como sensibilizarlos en todo lo relacionado con el agua, la situación de las cuencas inclusive.

Por otra parte, las OCA, por tener un origen no gubernamental son claramente un tipo de organización de la sociedad civil, regida por el derecho civil. En este caso, no existen normativas públicas que las normen. Ellas pueden organizarse como quieren, elegir sus representantes como prefieran, etc. Para la elección de sus juntas directivas usaron distintos procedimientos (OCV, entrevista, 2006). Por otra parte, a raíz de la paralización de recursos públicos, el Consorcio Catuche quedó con obras ya aprobadas pero a medio construir. Después de intentos vanos por hacer que la institución cumpliera sus compromisos, el consorcio introdujo en la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo un amparo y la Corte entregó una sentencia favorable a la comunidad:

... le toca al Estado garantizar que si los ciudadanos han articulado los medios para satisfacer sus necesidades, tal satisfacción no se vea mermada por actuación alguna del Estado, lo que no sólo se traduce en abstenerse de actuaciones que vayan en merma de los intereses de los ciudadanos que participan en algún asunto, sino también en una conducta positiva, de actuación, tendente a brindar apoyo y los medios necesarios para ese colectivo logre el fin que ha motivado su actuación, en pocas palabras que consiga la satisfacción de las necesidades en pro de las cuales se ha organizado.

Así pues, queda expresado que en el caso que se analiza al no haber procedido el Conavi, en apoyo de la comunidad de Catuche, mediante el mecanismo que contractualmente previeron para ello, en búsqueda de la satisfacción de la necesidad de vivienda de esa Comunidad, el Conavi violó el derecho a la participación ciudadana de los accionantes, y así se decide.

Con base en todo lo anterior, esta Corte declara procedente la acción de amparo constitucional y, en consecuencia, ordena el restablecimiento de la situación de la forma en que quedará expuesto en el dispositivo del presente fallo (Sentencia, 2001).

Estos desarrollos pudieran explicar la difícil relación que ha tenido esta innovación con el gobierno de Chávez, sus difíciles relaciones con los funcionarios del gobierno, y por qué en 2005 fue de nuevo paralizado y desde entonces, desechado como innovación, favoreciéndose la figura de los consejos comunales, una innovación que no se rige por el Código Civil y es más bien una estructura del Estado (Ley de los CC, 2006). Los CC se registran en la Presidencia de la República y dependen para sus recursos de éste. Las OCA pudieran ser consideradas por sectores del chavismo como una innovación demasiado capitalista para el socialismo que se propugna, o bien tienen un potencial de autonomía que incomoda al gobierno, o ambas cosas.

La información socioeconómica de nuestros dos casos de estudio pone de relieve semejanzas y diferencias. Ambos casos corresponden a barrios con grandes necesidades y mucha violencia cotidiana, aunque sin duda La Pedrera es más pobre y tiene más profundas carencias que los barrios escogidos en Petare. Nos parece una diferencia significativa el tiempo de existencia de ambos casos: La Pedrera es de formación mucho más reciente y por tanto mucho menos consolidado que los barrios Carpintero y Unión, lo que hace previsible una historia comunitaria más compleja en las segundas que en la primera.  Esto parece influir en el comportamiento electoral, que también es bastante distinto en ambos casos.

A la MTA La Pedrera y sobre todo al CCA de Antímano, encontramos que la gente los aprecia enormemente. El CCA es un espacio que se ha consolidado con los años, donde la gente puede ir con la seguridad de que recibirá información oportuna sobre el servicio y puede quejarse si no lo está recibiendo conforme al compromiso que ha asumido la hidrológica, de suministrar el agua con una regularidad promedio de veinte días. Es una diferencia apreciable con respecto a la incertidumbre que durante años predominó. Para los funcionarios de Hidrocapital, el espacio es fuente de información sobre el estado de las tuberías, localización de válvulas, tubos, si éstas están funcionando, dónde están las fugas, etc. Entre ambos agentes se ha producido una relación constante desde 1999 y han aprendido a respetarse. El coordinador comunitario de Hidrocapital en la zona, es él mismo vecino de Antímano. Considera que la gente aprende en el CCA –por la función también de tipo pedagógica que cumplen los funcionarios que concurren allí– que el agua es un derecho que tienen. El Estado a su vez, aprende a respetar a la gente pobre en ese derecho. También las comunidades aprenden que junto al derecho tienen deberes. Reparar las tuberías internas de sus viviendas, estar en el sitio y a la hora convenida con las cuadrillas cuando éstos suben a hacer reparaciones, respetar el derecho al agua de sus vecinos, entre otras cosas. Estar puntualmente cada quince días en el Módulo de Carapita para el CCA –nos afirma el coordinador comunitario– es quizás uno de los compromisos más importantes que tiene en su empleo. Lo viene cumpliendo desde los tiempos de la gestión de Istúriz, cuando el equipo pionero lo consideró central para trastocar la hasta entonces relación de desprecio del gobierno local hacia los sectores pobres.

Para los integrantes de la MTA de La Pedrera, la responsabilidad de llevar adelante el proyecto de reemplazo de la tubería de agua blanca ha sido un reto, que con el apoyo de Hidrocapital y del Ministerio del Ambiente fueron respondiendo. Consideran algunos(as) que les ha cambiado la vida, dándoles responsabilidades y haciéndoles crecer como personas. Ha sido una tarea difícil, afirman, entre otras cosas por lo adverso del entorno: la comunidad es muy pobre y sus necesidades son extremas. La gente no confía y piensa que quienes asumen este tipo de trabajo buscan beneficios personales. La apatía es un común denominador en comunidades con tantas exclusiones y la participación se expresa principalmente como inquietud; la gente pregunta cuándo va a estar lista la obra, cuándo van a tener más agua. Y como queja, cuando se paraliza, lo que ha ocurrido varias veces, la gente busca informarse, asiste al CCA. No obstante, en la medida en que han ido introduciendo los tubos, personas en los distintos sectores también se han acercado para colaborar. En la mayoría de los casos cuando se les preguntó por qué participan, estas personas han afirmado que en sus casos es un asunto de vocación, y que a veces quisieran tirar la toalla. Pero igual, dicen que cuando culmine la obra buscarán nuevos proyectos: para la luz, la reparación de la carretera, que también son necesidades urgentes. El principal contenido democrático de esta innovación está allí, en la inclusión que comporta que es una forma de reconocerlos como seres humanos y ciudadanos de esta sociedad.

Entre los desafíos más importantes que tiene la MTA para profundizar la participación y contribuir a una mejora de la calidad democrática de las relaciones sociopolíticas, se encuentra el problema de la violencia. En esta comunidad la violencia limita cualquier posibilidad de participar en reuniones porque el horario más conveniente, que es la noche, es demasiado peligroso. La gente teme desplazarse de un sitio o sector del barrio a otro por la inseguridad reinante. Ni antes ni ahora el gobierno se ha ocupado de garantizar el derecho de los habitantes de los barrios populares a su seguridad e integridad física.

El otro gran problema es la inestabilidad de algunas políticas públicas del gobierno, por la alta rotación de funcionarios, el compromiso personal y no institucional con las innovaciones, que crea muchos inconvenientes para la gestión participativa. La MTA La Pedrera desarrolla su proyecto conjuntamente con uno de tuberías de aguas servidas del ministerio del Ambiente. Y varias veces se ha visto obligada a detener su trabajo porque se producen cambios y paralizaciones de recursos en ese Ministerio por cambio de funcionarios, que interrumpen o atrasan por meses ese proyecto. El proyecto de La Pedrera, que estaba previsto para hacerse en un año, lleva dos y no se ha terminado12. La gente reclama y responsabiliza entonces a los miembros de la MTA, debilitando la credibilidad de sus líderes.

Con relación a las OCA, se trata de una innovación más compleja, y ambiciosa, con trayectoria accidentada y actualmente interrumpida, quizás por tiempo indefinido. El motivo por el cual ha sido en dos oportunidades apoyada por el Ejecutivo Nacional y luego se le ha retirado ese apoyo es una cuestión no clara en este punto de nuestra investigación. Nuestros entrevistados se han hecho varias opiniones. Pero entenderlo nos parece que puede darnos aportes importantes para dilucidar las tendencias que en la actualidad se están desarrollando en el modelo de democracia socialista que el presidente Chávez viene propugnando.

Las OCA, señalan las entrevistas, permiten un reacondicionamiento de los barrios identificando espacios territoriales que comparten problemas comunes. En esos espacios pueden encontrarse varias comunidades, que a través de la participación y con los apoyos técnicos alcanzan una racional e integral solución para la rehabilitación física del territorio. La OCA, como las MTA, privilegia la participación de las familias y comunidades como protagonistas en la solución de sus problemas, pues se considera que son ellas quienes por conocer sus problemas y estar más interesadas en superarlos, pueden orientar las mejoras y poner mayor celo en que éstas queden bien hechas. Los miembros de la OCA Barrio Unión-Carpintero señalan que en el pasado se malgastaron muchos recursos públicos en contratistas y técnicos, que no se relacionaban con las comunidades y hacían su trabajo con escaso conocimiento de los problemas que debían solucionar.

Por su concepción y tamaño –una OCA agrupa en promedio unas 2.000 familias, unas 8.000 personas–, estas innovaciones facilitan el desarrollo de los poderes creadores de las comunidades organizadas. Sus miembros las consideran generadoras reales de poder popular, pues permiten que las comunidades desarrollen una visión global o estructural de los problemas, potencian la posibilidad de resolverlos eficientemente y están pensadas para que el gobierno u otras fuentes financieras deleguen recursos directamente a las comunidades para que los administren. También son una fuente de politización de sus participantes. Nuestros entrevistados tuvieron algunas importantes reservas con relación a los consejos comunales, que ha sido la modalidad participativa concebida recientemente por el gobierno para impulsar el poder popular en detrimento de la modalidad que ellos practican. Pero, por las grandes necesidades que tienen están tratando de metamorfosearse en esta nueva innovación.

Las OCA son uno de los ejemplos más dramáticos de la inestabilidad de las políticas públicas del gobierno bolivariano, donde la continuidad de proyectos importantes con apoyos técnicos y financieros necesarios, depende con alguna frecuencia del compromiso personal de ciertos funcionarios. Éstos, al ser removidos, truncan la experiencia lo que  crea muchos inconvenientes para la gestión participativa, estimulando el desaliento y la apatía, cuando no el disgusto en las comunidades. Las OCA ilustran bien la vulnerabilidad económica y política de las organizaciones populares en Venezuela que no logran persuadir a los decisores políticos, especialmente al presidente Chávez, de las bondades de sus organizaciones y propuestas ¿Podrán en esas condiciones aspirar a la supervivencia y/o a la autonomía de sus organizaciones? ¿Podrán luchar por su espacio en esta sociedad?

Bibliografía

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Notas

1 Los resultados de investigación que aquí se presentan forman parte del proyecto: “Municipal Innovations in Non-Governmental Public Participation: UK/Latin America”, financiado por la ICPS-ESRC (Gran Bretaña). Mi agradecimiento a Ibiscay González, quien se desempeñó como asistente de investigación. También a mis entrevistados de Hidrocapital, la MTA la Pedrera, la OCA Barrio Unión-Carpintero, la Federación de OCAS, los arquitectos Josefina Baldó y Federico Villanueva y Humberto Rojas del Ministerio de Planificación y Desarrollo. Una primera versión de este artículo fue presentada como ponencia en LASA-2007, Montreal, Canadá.

2 Para más detalle del proceso de descentralización y la normativa que desde entonces se aprobó véase el estudio de Lovera en este mismo tema central.

3 Este es un proyecto de saneamiento y recuperación del principal río de la ciudad de Caracas, convertido en cloaca desde inicios del siglo xx, pues allí desembocan todas las aguas servidas de la ciudad.

4 Este es un proyecto de saneamiento y recuperación del principal río de la ciudad de Caracas, convertido en cloaca desde inicios del siglo xx, pues allí desembocan todas las aguas servidas de la ciudad.

5 Julio Montes también perteneció al equipo del alcalde Istúriz en los años 90.

6 Censo de 2001 (127.708 habitantes) más proyecciones del mismo INE.

7 Según el INE el índice de hogares en pobreza en toda Venezuela viene descendiendo sostenidamente desde 2003: en 2005 promedió 35,5%, en 2006 estuvo en 31,85% y en el primer semestre de 2007 fue de 27,5% (INE, 2008).

8 Los datos de robos en parroquias con mayoría de barrios populares las cifras son menores porque la gente denuncia menos que en parroquias residenciales de clases media y alta.

9 Los CCA constan de dos partes: en la primera parte las MTA informan cómo se desarrolló el ciclo de suministro; en la segunda parte, llamada de mantenimiento se informa de botes de agua, filtraciones, y otros daños en las tuberías. Los ingenieros anotan la denuncia y se ponen de acuerdo con la MTA para resolver la situación.

10 Centro de Atención Nutricional Infantil de Antímano

11 A continuación extractos tomados de la minuta que hicimos de una reunión con dirigentes de OCA en noviembre de 2006 (Diario de campo, 2006).

12 En la segunda mitad de 2007 culminó la obra de reemplazo de las tuberías. Y poco tiempo después toda la obra se perdió al producirse deslizamientos y derrumbes en el área ocasionadas por lluvias torrenciales y por el hecho de que esta obra fue acometida sin tomar en consideración que se estaba en una zona de alto riesgo que necesitaba de un complejo y costoso acondicionamiento para poder garantizar un asentamiento humano estable (López Maya, 2008).