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Tiempo y Espacio
versión impresa ISSN 1315-9496
Tiempo y Espacio v.18 n.50 Caracas dic. 2008
Los Estudiantes Universitarios frente al Gobierno de Juan Vicente Gómez (1908 1914)
Wilmen Ortega
Ministerio del Poder Popular para la Educación. Caracas-Venezuela. wilmen1066@yahoo.com
Resumen
El movimiento estudiantil a lo largo de su Historia ha marcado pauta en el proceso de lucha política por la defensa de los principios de libertad y respeto a los derechos del individuo. Aun cuando en ocasiones pareciera que perdiera su visión vanguardista de la realidad y se postrara en el regocijo de los años dorados de la lucha antigomecista, antiperezjimernista y antisistema. Los inicios del siglo XX van a servir de plataforma para definir los elementos de transformación que guiaran de manera significativa las décadas venideras en el orden político, social y económico. Es en este orden donde los estudiantes en diversas generaciones y no en una sola exclusivamente marcaron la pauta para la formación de una verdadera constelación de líderes en variados campos de la acción pública y privada. De allí la importancia de tratar de comenzar a dar importancia al grupo de estudiantes que sirvieron de ejemplo expresivo en la lucha contra un orden establecido que reñía con los ideales renovadores de una juventud por naturaleza rebelde y contestataria. Hacia este camino se orienta esta investigación sobre el movimiento de estudiantes que hicieron frente al proyecto dictatorial del General Juan Vicente Gómez en sus primeros años.
Palabras claves: Castrismo, Gomecismo, Estudiantes, Política.
The university students opposite to the government of Juan Vicente Gomez (1908-1914)
Abstract
The student movement throughout its History has set to standard in the process of political fight by the defense of the principles of freedom and respects the rights of the individual. Even though sometimes it seemed that it lost his vanguardista vision of the postrare reality and in the rejoicing of the golden years of the antigomecista fight, antiperezjimernista and antisystem. The beginnings of century XX are going to serve as platform to define the elements of social and economic transformation that guided of significant way the coming decades in the political order. It is in this order where the students in diverse generations and in a single one exclusively did not set the standard for the formation of a true constellation of leaders in varied fields of the criminal action and deprived. Of there the importance of trying to begin to give importance to the group of students who served as expressive example in the fight against a settled down order that fought with the renovadores ideals of a youth by rebellious and contestataria nature. Towards this way this investigation is oriented on the movement of students who faced the dictatorial project of General Juan Vicente Gomez in his first years.
Key words: Castrismo, Gomecismo, Students, Policy.
1. Panorámica Universitaria durante el Castrismo
A la llegada del General Cipriano Castro al poder en 1899 Venezuela contaba con cuatro Universidades, al producirse su desplazamiento en 1908 se habían reducido a sólo dos instituciones. Éstas eran la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de los Andes. Ambas habían experimentado distintos problemas con el régimen castrista que se tradujeron en presiones y persecuciones de estudiantes y profesores, clausuras y cierres temporales de las instituciones universitarias y reducción en sus asignaciones presupuestarias. Este trato menospreciativo de Castro hacia la Universidad era producto de la posición asumida por el claustro de profesores y estudiantes, en su mayoría integrantes de la élite económica y política de Caracas y Mérida.
Inicialmente este enfrentamiento estuvo matizado como una reacción de grupos de Liberales Nacionalistas, opuestos a la dirección que el Jefe de la Revolución Restauradora iba imprimiendo a su gestión. Esto llevó al gobierno a procurar el control políticoideológico de las autoridades universitarias y a través de estas contar con una planta profesoral sumisa a los designios del Jefe Restaurador.
Paralelamente a esta situación de tensas relaciones entre el Ejecutivo y las Universidades, se suma la política de restricciones presupuestarias ordenadas por Castro ante el repunte de la crisis económica de 1904, debido a la recurrente baja de los precios del café, amén de las altas sumas de dinero comprometido que el gobierno estaba obligado a destinar para cumplir con los términos del Protocolo de Washington que dio fin al Bloqueo contra Venezuela en 1902.
Aunado al cierre de la Universidad del Zulia y la Universidad de Carabobo en 1904 que causó gran estupor en la época. Esta medida llegaría a ser justificada por el Ministro de Instrucción Pública el escritor Eduardo Blanco, al señalar que en Venezuela había un exceso de graduados en medicina, derecho e ingeniería que ... pueden conducirnos a un proletariado intelectual y a la degeneración del carácter nacional (Hurtado León, 1988).
Mientras tanto las Universidades de Caracas y Mérida permanecían abiertas, pero con autoridades genuflexas al régimen. Pese a esta situación el cerco presupuestario seguía ampliándose hasta su máxima expresión, evidenciándose la escasez de recursos tanto para el pago de las cátedras impartidas así como para los gastos de reparación y aseo de las edificaciones (Chalbaud Cardona, 1978).
La Universidad de los Andes a la que incluso fue cambiada por un tiempo su denominación por el de Universidad Occidental, de acuerdo con las nuevas disposiciones del Código de Instrucción Pública de 1905 quedó limitada a dos Facultades: la de Ciencias Políticas y la de Ciencias Eclesiásticas.
Entre tanto la Universidad Central de Venezuela aun cuando mantuvo su organización académica, sufrió los embates más certeros de un régimen que no admitía disidencias menos de una clase privilegiada que a simple vista no disimulaba su menosprecio por el carácter aldeano y rústico del nuevo Presidente, venido de las lejanas cordilleras andinas.
Esta actitud despreciativa de los universitarios caraqueños se puso de manifiesto desde el momento en que Castro se hizo con el poder, recurriendo al viejo expediente de las revoluciones civiles para encumbrarse sobre los restos de la civilización hecha añicos.
Los más fervientes críticos de Castro en el ámbito universitario lo constituyeron los estudiantes que para hacer mofa al Presidente, recurrieron a variados subterfugios que rayaron en el escarnio de la imagen del Primer Magistrado y su entorno. El hecho más significativo lo representó la figura de un comerciante extranjero Alfonso Sacre quien se autodenominaba General para darse a la tarea de referir su participación en grandes combates que sólo se escenificaban en su imaginación. Los estudiantes por su parte se dedicaron a difundir a través de la prensa las proezas mentales del General Sacre en alusión a la trayectoria militar del Presidente Castro.
Estas andanzas estudiantiles llegaron a su máxima expresión en Febrero de 1901 cuando en ocasión de los carnavales de ese año, es organizado un desfile por las calles de la ciudad integrado por sesenta coches y treinta jinetes, a cuya cabeza se encontraba Alfonso Sacre con una indumentaria parecida al Presidente de la República. Asimismo se organizó una Sociedad Glorias del General Alfonso Sacre integrada por estudiantes universitarios. A los pocos días fueron detenidos los promotores de la bufonada política, generando la protesta del estudiantado ante la arremetida del gobierno.
El 9 de marzo siguiente el Presidente ordenó la expulsión del recinto universitario de veinticuatro estudiantes, con estricta prohibición de ser aceptados en otra Universidad del país. Asimismo impuso normas para verificar el ingreso de nuevos cursantes y de vigilancia sobre su conducta durante su permanencia como estudiantes de la institución. Sin embargo, la actitud asumida por el Rector de la Universidad el Dr. Santos Domínici al no avalar los causales de expulsión esgrimidas por el gobierno, condujo a la clausura de la institución ese mismo año.
El nuevo decreto emitido el 11 de marzo de 1901 señalaba que ante los repetidos desordenes causados por los estudiantes, quienes cometiendo actos de indisciplina y de atentar no sólo contra la buena marcha de las instituciones sino contra el orden establecido, el gobierno se veía en la obligación de ordenar el cierre temporal de la Universidad.
No obstante, ante la presión de elementos influyentes de la sociedad caraqueña y una continua campaña de prensa este cierre duró poco tiempo, Castro ordenó su reapertura, designando nuevas autoridades e incluso permitiendo a los estudiantes expulsados reincorporarse a sus asignaciones. Un año después al producirse el estallido de la Revolución Libertadora muchos estudiantes se incorporaron a las filas del movimiento opositor al régimen y el propio Dr. Domínici, llegó a figurar como médico del Estado Mayor del General Manuel Antonio Matos, jefe máximo de la revolución.
Los años siguientes serán de severas restricciones y continuas interrupciones de la escolaridad universitaria, debido a las constantes incursiones políticas de estudiantes y profesores en contra de Castro. Ante el cansancio de las élites económicas e intelectuales frente a los excesos del Castrismo, se produce una jornada que tendría como epígrafe una evolución dentro de la situación. Aprovechando la enfermedad del Presidente Castro y su urgente viaje a Europa para tratar de reestablecer su salud, el VicePresidente Juan Vicente Gómez se erige como nuevo jefe de la causa el 19 de diciembre de 1908.
El ascenso de Gómez al solio presidencial estuvo precedido de una reacción popular iniciada el 13 de diciembre a las pocas semanas de la partida del buque que conduciría al Presidente Castro con rumbo a Berlín. Esta reacción estuvo protagonizada en su mayor parte por los estudiantes universitarios de Caracas.
César Dominici, (citado por Velásquez, 1991), uno de los muchos desterrados políticos del régimen castrista describió los sucesos de diciembre de 1908 de la siguiente manera:
... el pueblo de Caracas ha recorrido las calles tumultosamente, dando mueras a Castro. Retiró los retratos y bustos del tirano de las oficinas públicas y quémolos en la Plaza Bolívar, ante la estatua del Libertador. Luego la muchedumbre conducida por los estudiantes de la Universidad dirigiéndose a la imprenta de (...) El Constitucional destruyó el periódico.
En aquella jornada grupos de estudiantes y profesores se constituyeron en agitadores de la masa popular que fue instigada a salir a las calles para manifestar contra el régimen. Un protagonista de los hechos y posterior colaborador de Gómez relató los pormenores de los acontecimientos:
...empezaron las manifestaciones populares encabezadas por los estudiantes contra su autoridad. El Dr. Leopoldo Baptista, como secretario de Gobierno, probablemente sin el consentimiento del General Gómez, alentaba esa manifestación, valiéndose de su amistad con algunos estudiantes trujillanos (...) El fin era claro: iniciar y precipitar la reacción (Siso, 1985).
Los movimientos y discursos espontáneos crearon el ambiente necesario para alentar la agitación callejera y obligar al VicePresidente Gómez, aun indeciso, a asumir una postura definitiva. Finalmente Gómez sugestionado por el círculo anticastrista que lo rodeaba, aceptó pronunciarse contra su compadre, compareciendo ante la multitud congregada en las inmediaciones de la Casa Amarilla, anunciando su disposición de sustituir a Castro.
2. Gómez y los Universitarios: apoyo y ruptura (1908 1914)
Los primeros pasos de Gómez en el poder estuvieron marcados por la tolerancia, la amplitud, pero sobre todo cautela en sus decisiones políticas, integrando su gobierno con muchos de los desplazados por Castro, antiguos Liberales y Nacionalistas, halagando a la elite intelectual ocupándola en funciones ministeriales o diplomáticas, además de facilitar a los sectores de poder económico nacionales y extranjeros el campo propicio para sus negocios.
La inicial actitud de Gómez, quien en particular se presentaba como un pacificador, contrastaba en muy alta medida con el comportamiento de Castro, caracterizado por su prepotencia y abusivos excesos. Esto llevó a pensar a muchos que éste no tendría mayor interés en permanecer en la Primera Magistratura más allá de lo necesario.
Esta visión sumisa y desprendida del General Gómez llegó a trascender fronteras nacionales, al punto que en un periódico norteamericano The New York Times se describía los últimos sucesos políticos de 1908, de la siguiente forma:
Todos los venezolanos están muy contentos con la ascensión de Gómez a la Presidencia. Es también un ignorante hasta el último grado y ha medrado en un monopolio del gobierno, pero no es Castro. Salir de Castro de cualquier modo es bastante por ahora para hacer felices a los venezolanos, al menos por algún tiempo (Nuñez, 1980).
Sin embargo, en medio de este ambiente de cierta amplitud liberal en la cual Gómez aun no era percibido como un potencial Dictador, se produce un serio conflicto en el seno de la Universidad Central de Venezuela que conducirá a la clausura de la misma por espacio de diez años desde 1912 hasta 1922.
En abril de 1912 es designado Rector de esta casa de estudios el Dr. Felipe Guevara Rojas, con apenas meses de incorporado como profesor de la Cátedra de Anatomía Patológica en la Escuela de Medicina. Este nombramiento causó malestar entre los demás miembros del personal académico con mayor antigüedad en la docencia universitaria.
Seguidamente el nuevo Rector se dedica a introducir cambios y adaptaciones en la estructura de la Universidad, de acuerdo a lo visto por él durante su estadía en Europa cursando estudios de especialización. Entre esos cambios destaca su interés por revisar el sistema de evaluación aplicado por los docentes, para verificar los conocimientos adquiridos por los estudiantes.
Este planteamiento generó una diferencia de criterio entre el Rector y los profesores, en particular los de la Escuela de Medicina, quienes manifestaron su descontento ante el presumible cuestionamiento académico del que eran objeto por parte de la máxima autoridad universitaria (Leal, 1981). La postura asumida por los profesores fue respaldada por los estudiantes que se sintieron afectados por la intención del Rector de aplicar sus nuevas ideas en lo inmediato.
Estas posiciones determinaron el desencadenamiento de una serie de conflictos que concluyeron en la adopción de una medida de expulsión contra dos estudiantes y la posterior remoción de once profesores de la Escuela de Medicina.
En vista de los hechos la Asociación General de Estudiantes de Venezuela, organismo que agrupaba desde 1909 a una parte significativa de los estudiantes de la Universidad, acordó declarar una huelga general que culminaría con la orden de clausura de la Universidad emitida por el gobierno, para evitar la exacerbación del conflicto mientras se encontraba una solución a la problemática suscitada a través de un Proyecto de Reforma de la Universidad. (Ministerio de Instrucción Pública, 1913). Esta situación de cierre total se mantuvo hasta que de manera paulatina el gobierno permitió el funcionamiento a partir de 1915 de varias Escuelas Independientes donde se dictaban estudios de Medicina, Ingeniería y Derecho.
Mientras esto se desarrollaba en el plano académico, el panorama político comenzaba a encresparse en virtud de la cercanía del fin del primer período presidencial para el que fue elegido el General Juan Vicente Gómez entre 1909 y 1914. Los diferentes caudillos que inicialmente manifestaron su adhesión al nuevo orden establecido en 1908, comienzan a cuadrar sus movimientos en torno a la inminente sucesión presidencial. No obstante, en los pasillos de la casa de gobierno una especie de corte palaciega comenzaba a formular la idea de privilegiar la presencia del General Gómez, al frente del Ejecutivo como una garantía de paz y progreso.
En este sentido, el jefe andino se había dedicado desde hacia tiempo a consolidar su posición a través de la profundización de las mejoras en el Ejército, ya iniciadas por Castro, a fin de poder contrarrestar cualquier montonera revolucionaria que quisiera oponérsele.
Además, mostró interés por favorecer las reformas administrativas de orden fiscal introducidas por Román Cárdenas y la integración de regiones estratégicas a través de una red de carreteras que en suma tenían el propósito final de consolidar el dominio del gobierno central en desmedro de la fragmentación caudillista reinante durante gran parte del siglo XIX.
Así fue como pudo sustentarse la premisa enarbolada por Ezequiel Vivas en 1913 de Gómez Único que significaba dejar a un lado la careta pluralista y empuñar bajo una sola jefatura las riendas del país. La oportunidad la brindaría la controversia generada por la firma en 1913 del Convenio de Protocolo Francés entre Venezuela y Francia con motivo de los reclamos de la Compañía de Cable Francés.
El Consejo de Gobierno se abstuvo de ratificar el citado convenio en procura de obligar a Gómez a someterse a los dictámenes de los caudillos reunidos en plenaria. Esta situación llegó a mayores al debelarse la conspiración del General Román Chalbaud miembro del Consejo. Este hecho permitió al gobierno introducir una ley reformatoria sobre la constitución de este cuerpo colegiado, sustituyendo a la mayoría de sus integrantes quienes de una u otra forma se encontraban comprometidos con el movimiento conspirador.
La posterior clausura de El Pregonero y la detención de su editor Rafael Arévalo González, por anunciar su respaldo a la posible candidatura presidencial del Dr. Félix Montes, así como el anuncio de una supuesta incursión del General Cipriano Castro en contra del régimen, fueron los últimos elementos que terminaron por cambiar el rumbo liberal de la Rehabilitación.
En medio de este escenario de desenlace político, la Universidad Central de Venezuela permanecía clausurada sin vislumbrarse su pronta reapertura por parte del gobierno, más aun frente a los últimos acontecimientos y en vista de los antecedentes contestatarios que caracterizaba a los líderes estudiantiles frente a los regímenes de fuerza.
Aun cuando la actitud inicial de los estudiantes una vez clausurada la Universidad fue de prudente espera, al considerar la misma como una medida transitoria, algunos de ellos formularon peticiones públicas solicitando reconsiderar la decisión tomada por el Ejecutivo.
A medida que se sucedían los meses sin obtener respuesta afirmativa a sus peticiones, el tono de sus pedimentos fue trasluciéndose en un firme reclamo no sólo a favor de su derecho al estudio, sino en torno a la situación política que comenzaba a palpitarse en el país.
Con motivo de la detención de Rafael Arévalo González en 1913, por manifestar su apoyo al Dr. Félix Montes personaje contaba con gran simpatía en el estudiantado, estos publican un editorial en el que condenan las arbitrariedades cometidas por los gobernantes cuando se colocan al margen de la ley. Aun cuando no se mencionan nombres y situaciones en específico, era evidente la postura antidictatorial de los universitarios.
La posición asumida por los estudiantes solidificó el convencimiento del gobierno de considerar inconveniente la reapertura de la Universidad, ante el desarrollo de una maniobra continuista que encontraría en los dirigentes estudiantiles una agitada repulsa callejera. Todo esto contrastaba con el ambiente de armonía reinante entre el gobierno y los universitarios desde 1908 hasta 1912. Más aun, cuando estos habían sido los más activos propulsores de los acontecimientos que catapultaron a Gómez al poder.
Salvo las críticas que algunos estudiantes formularon contra la sentencia que absolvió a Eustoquio Gómez, primo del Presidente, del crimen cometido contra el Gobernador del Distrito Federal Luis Mata Illas en 1909, no hubo mayores episodios de protesta contra el régimen por parte de grupos organizados dentro del estudiantado.
Por el contrario, hubo un abierto apoyo de parte del Ejecutivo a través del Ministerio de Instrucción Pública para favorecer algunas formas de organización del movimiento estudiantil. Como fue el caso de la organización en Caracas del II Congreso de Estudiantes de la Gran Colombia en 1911, así como la libertad para crear grupos o asociaciones estudiantiles como la Sociedad Vargas que agrupaba a los estudiantes de medicina, el Centro de Estudiantes de Ingeniería y la Asociación General de Estudiantes de Venezuela en 1909.
Con respecto a esta última, la misma surge por iniciativa de los estudiantes de Derecho agrupados en el llamado Liceo de Ciencias Políticas que tuvo una activa participación en los acontecimientos que culminaron con la caída de del General Castro en 1908.
Esta asociación tenía como finalidad defender los intereses de los universitarios e incluso de estudiantes de bachillerato. Entre sus líderes se destacaron las figuras de Gustavo Machado y Salvador de la Plaza. El entusiasmo que reinó en el seno del estudiantado es descrito por uno de sus líderes de la manera siguiente:
Espíritus jóvenes y optimistas se hicieron eco de la idea; en tres semanas [el local] se llenaba de mozos, ellos mismos lavaban los pisos, limpiaban las paredes, guindaban cuadros que traían de sus casas. Sillas cojas y una mesa endeble fue todo el mobiliario, pero nació la Asociación; la primera piedra estaba puesta, el edificio debía levantarse por sí solo (Mailer, 1993)
La huelga estudiantil de 1912 que condujo a la clausura de la U.C.V., encontró como dirigentes a Ricardo Cifuentes Labastida, Miguel Angel Rivero, Félix Montes hijo, Silvestre Tovar Lange, Gustavo Machado, este último como representante de los estudiantes de bachillerato.
Para 1914 los estudiantes habían asumido una posición crítica contra el régimen logrando manifestar su descontento a través de diferentes formas, una de ellas lo representó la circulación clandestina de periódicos y hojas sueltas como El Escarpelo dirigido por el Dr. José Izquierdo, teniendo entre sus repartidores al joven estudiante Gustavo Machado quien poco después será apresado y enviado a la Rotunda. La oposición del estudiantado llegó hasta el punto de ordenarse la disolución de la Asociación General de Estudiantes de Venezuela.
Este hecho culminante se produjo en virtud de la muerte del Dr. Pablo Acosta Ortiz, destacado médico y cirujano acaecida en París el 13 de febrero de 1914. Acosta Ortiz fue uno de los profesores declarados en conflicto contra el Rector Guevara Rojas en 1912, pero además había sido médico de cabecera del General Castro enemigo del régimen.
Su deceso causó un hondo pesar entre los estudiantes que lo habían apoyado durante la huelga de 1912, estos en señal de duelo decidieron izar la bandera nacional a media asta en un balcón del edificio la Francia ubicado en el centro de Caracas. La súbita manifestación tuvo como respuesta la orden de clausura de la asociación por parte del Prefecto del Departamento Libertador, siguiendo instrucciones del General Gómez.
A los pocos días, los integrantes de la disuelta asociación se reunieron clandestinamente y decidieron hacer público un manifiesto en el que protestaban por la arbitraria decisión. Sin embargo, tal manifiesto no tuvo mayor repercusión en los acontecimientos políticos que estaban en pleno desarrollo. Pero si representó la señal más contundente de ruptura entre los estudiantes universitarios y el régimen gomecista que apenas se iniciaba. Sirviendo de antecedente a los movimientos de protesta estudiantil acaecidos en 1921 y 1928.
Referencias
a. Hemerográficas
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Boletín del Archivo Histórico de Miraflores, N° 16, EneroFebrero de 1962.
-
Revista Universitaria N° 20, Febrero 1909.
-
Revista Universitaria N° 73, Julio 1913.
-
Revista Universitaria N° 64, Octubre 1913.
b. Publicaciones oficiales
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Ministerio de Instrucción Pública (1913). Memoria. Caracas: Litografía El Comercio.
c. Compilaciones Documentales
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Velásquez, R. J. (1991). Prólogo. En La Oposición a la Dictadura de Cipriano Castro. Colección Pensamiento Político Venezolano del Siglo XX. Caracas: Ediciones del Congreso de la República, Volumen 3, Tomo I.
d. Testimoniales
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Mailer, M. (1993). Salvador de la Plaza: Diario (1917 1918). Mérida: Ediciones del Rectorado de la Universidad de Los Andes.
e. Bibliográficas
1. Bernardo Nuñez, E. (1980). El Hombre de la Levita Gris. Caracas, Editorial Ateneo. [ Links ]
2. Chalbaud Cardona, E. (1978). Historia de la Universidad de los Andes. Mérida, Ediciones del Rectorado de la Universidad de los Andes, Tomo VIII. [ Links ]
3. Hurtado León, I. (1988). Dos Momentos: Una Historia. Valencia, Ediciones del Rectorado de la Universidad de Carabobo. [ Links ]
4. Leal, I. (1981). Historia de la Universidad Central de Venezuela (18271981). Caracas, Ediciones del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela. [ Links ]
5. Siso, C. (1985). Castro y Gómez. Caracas, Editorial Arte. [ Links ]