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versión impresa ISSN 1315-9496
Tiempo y Espacio v.20 n.54 Caracas dic. 2010
Las Malvinas y El Esequibo: una reivindicación territorial no lograda por Argentina y Venezuela en América Latina1
Claudio Alberto Briceño Monzón
Universidad de los Andes cabm@hotmail.com
RESUMEN
Toda frontera es la epidermis del Estado, es decir, una franja del territorio que funciona como superficie de contacto con los Estados vecinos a ambos lados de los límites, por tanto, constituyen ámbitos de tensiones y conflictos como resultado, entre otras cuestiones, de los alcances espaciales del poder. Las fronteras son construcciones humanas y cada país, estado o región, adopta la identidad en estos ámbitos, y al ser cambiantes se producen situaciones de tensión y conflicto en aspectos políticos, económicos y territoriales, entre otros. Toda frontera tiene una génesis y el actual trazado de límites responde a la elección de una estrategia territorial, que incluye una combinación de decisiones geopolíticas, propias de un contexto histórico, y del cual resultan los territorios fronterizos.En el caso particular de América Latina no se puede hablar de fronteras como una vivencia uniforme, ya que han existido muchas fronteras y estas han tenido distintos significado en el tiempo y el espacio, lo cual podemos evidenciar en los múltiples conflictos fronterizos que se han desarrollado desde el siglo XIX al XXI. Por esta razón en el presente trabajo nos proponemos exponer una visión de comparativa de dos conflictos particulares en los espacios fronterizos de Argentina y Venezuela, como son el caso de Las Malvinas y El Esequibo.
Palabras Clave
: Frontera-Límite, Malvinas-Esequibo, Argentina-Venezuela.The Essequibo and the Malvinas: a territorial claim is not achieved by Argentina and Venezuela in Latin America.
ABSTRACT
All of the frontier is the epidermis, ie a strip of territory that serves as contact surface with neighboring states on both sides of the boundaries, therefore, are areas of tension and conflict as a result, inter alia, the spatial extent of power. Borders are human constructions, and each country, state or region, takes the identity in these areas, and will be changing situations of tension and conflict in political, economic and territorial disputes, among others. Every border has a genesis and the current delimitation of
boundaries corresponds to the choice of a spatial strategy, which includes a combination of geopolitical decisions, typical of a historical context, and which are the territories fronterizos. En the particular case of Latin America we can talk about borders as a uniform experience, as there have been many borders, and these have different meaning in time and space, which can show in many border conflicts that have developed since the nineteenth century to century. Therefore in this work we intend to present a comparative view of two individuals in conflict border areas of Argentina and Venezuela, as is the case of the Malvinas and the Essequibo.Keywords: Border-Limit-Essequibo Malvinas, Argentina, Venezuela.
Recibido: 23/02/2010 Aprobado: 06/05/2010
Introducción
Los límites y las fronteras que demarcan la extensión de los países son cambiantes, pues la mayoría de las veces son trazados luego de lograr acuerdos tras disputas pacíficas o violentas. Esta es una realidad que está presente en todos los continentes. Ejemplo de ello son las guerras vividas en Europa o la fragmentación de los países que formaban la antigua Unión Soviética o la ex Yugoslavia. América no escapa a esta realidad. Hay que tomar en cuenta que los países americanos surgen tras guerras de independencia del sometimiento español, portugués, francés o inglés, y son esas nuevas entidades las que se encargan de delimitar su soberanía sobre una población en áreas no bien especificadas. Ello condujo a enfrentamientos que en ocasiones llegaron a conflictos bélicos como fueron la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), la Guerra del Pacífico (1879-1884), y la del Chaco (1932-1935).
Las fronteras representan construcciones políticas e institucionales que repercuten fuertemente en el orden social, cultural y económico de las naciones. El estudio de la frontera nos permite observar cómo éstas son construidas en ámbitos políticos de carácter nacional e internacional, más aún cuando a menudo son el resultado del pensamiento y del comportamiento de individuos. De esta manera, las fronteras nos permiten detectar las muchas contradicciones que se dan entre lo institucional y lo individual, lo internacional y lo local, entre lo semejante y lo diferente, entre lo nuestro y lo ajeno. Las fronteras nacionales, más que una línea divisoria, se manifiesta como espacios indefinidos, donde las identidades nacionales se diluyen y abren enormes posibilidades para experimentar con nuevas identidades llamadas
híbridas, muchas veces en contextos de inseguridad y violencia. Las fronteras económicas adquieren un significado diferente cuando se trata de mercancías ilegales; en siglos pasados, el contrabando era una actividad mercantil muy importante que enfrentó primero el monopolio colonial y luego el marco legal del Estado republicano. En la actualidad, el narcotráfico ha transnacionalizado sus actividades comerciales.2En el caso particular de América Latina no se puede hablar de fronteras como una vivencia uniforme, ya que han existido muchas fronteras y estas han tenido distintos significado en el tiempo y el espacio, lo cual podemos evidenciar en los múltiples conflictos fronterizos que se han desarrollado desde el siglo XIX al XXI.3
Las Malvinas argentinas
Las Malvinas4 son un archipiélago ubicado al sur de América del Sur, que constituye una colonia británica, cuya capital es Port Stanley, tiene una extensión territorial aproximada de 12160 Km2, y una población de 2250 habitantes, y una densidad demográfica de 5,4 habitante por kilómetro cuadrado. Ocupadas sucesivamente por franceses, inglese y españoles, las islas quedaron bajo el dominio Argentino en 1816, pero en 1833 fueron ocupadas por los ingleses, que desde entonces mantienen la soberanía sobre el archipiélago a pesar de las reiteradas protestas de Argentina, que ha reclamado regularmente negociaciones al respecto.
La reivindicación del país austral sobre las islas llegaron a su punto supremo el 2 de abril de 1982, cuando tropas argentinas al mando del general Mario Benjamín Menéndez desembarcaron en Puerto Stanley (rebautizado Puerto Argentino) y ante la escasa resistencia de la reducida guarnición británica, compuesta por 49 hombres, ocuparon las islas Malvinas. Menéndez fue designado gobernador del archipiélago y fueron enviados mayor contingente de tropas, el representante del gobierno británico Rex Hunt, fue enviado a Montevideo.
Las causas de esta trágica aventura militar se relacionan con la irresponsabilidad y con las erróneas previsiones de los mandos militares argentinos quienes, con cierta porción de inocencia, pensaron que obtendrían el apoyo estadounidense y la indiferencia disoluta de los británicos. El gobierno argentino recurrió a esta alternativa, alejado de la posibilidad de un conflicto con Chile debido a la mediación papal, para alinear a las Fuerzas Armadas detrás de un sentir nacional al irredentismo malvinense.
Todo ello creo un gran entusiasmo en la sociedad argentina que en su conjunto apoyaron la decisión: " Así se demostró durante las grandes concentraciones populares en ocasión de la ocupación de las islas o durante la presencia en el país del negociador norteamericano Alexander Haig. Pero no fueron sólo las voluntades individuales. Innumerables instituciones de todo tipo (profesionales, deportistas, étnicas, culturales, tradicionalistas, sindicales) brindaron el apoyo y hasta una buena cantidad de dirigentes políticos (desde la izquierda a la derecha nacionalista) y sindicales, como el mismo Ubaldini, viajó a las islas Malvinas para asistir a la asunción formal del nuevo gobernador. Si bien algunos de estos dirigentes intentaron separar la validez de la reparación histórica con la acción del gobierno, estas diferencias fueron difícilmente perceptibles en un ambiente de torpe triunfalismo chauvinista, donde los medios de comunicación jugaron un rol determinante en la desinformación y en la tergiversación de lo que estaba ocurriendo" (Lobato y Suriano, 2004:510).
El éxito logrado en el frente interno contrastó con las erradas suposiciones de la reacción británica, en la persona del gobierno de Margaret Thatcher que un conflicto de este tipo le valía como un justificativo de unificación al interior de su sociedad. Inglaterra decidió recuperar las islas y tras declarar un área de exclusión de 200 millas en torno a las Malvinas, envió a su Armada a retomarla. El primer éxito inglés fue de carácter diplomático logrando que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declarara a Argentina país agresor (resolución 502); por otro lado obtuvo el incondicional apoyó de Estados Unidos y de la Comunidad Económica Europea en su conjunto.
La ingenua actitud del gobierno argentino del inherente apoyo de los estadounidenses: " como contrapartida de su colaboración en América Central, contendría a Gran Bretaña y ésta se limitaría a protestas verbales. Con esas expectativas, Galtieri se sintió autorizado a ordenar la invasión del archipiélago, reencendiendo militarmente una causa casi sagrada para el pueblo de la Argentina, a fin de promover la cohesión nacional de acuerdo con la formula de crear un enemigo externo para diluir las pretensiones domésticas, que crecían y amenazaban la estabilidad de la junta militar, postrada por una cierta depresión económica, desmoralizada por los escándalos y acosada por los 30.000 espectros de los muertos y desaparecidos, cuyas madres reanimaban día tras día, en la Plaza de Mayo, la resistencia de la sociedad civil" (Moniz Bandeira, 2004:399).
La conquista de las Malvinas, busco distraer por algún tiempo las crecientes dificultades económicas, sociales y políticas con que se enfrentaba internamente el régimen militar argentino, anularía también la significación del Canal de Beagle, pues proporcionaría a la Argentina una base para dominar el Atlántico Sur y el Cabo de Hornos.
La Argentina sólo logró el respaldo latinoamericano que, más allá de un apoyo de carácter declarativo y moral, no parecía importante política y militarmente. Incluso no pudo motorizar un mecanismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), utilizado en el pasado por Estados Unidos contra Cuba. El gobierno argentino deseaba la negociación pero sólo podía entrar en ella si Gran Bretaña reconocía la soberanía argentina. La acción irresponsable de la ocupación, la radicalización extremadamente chauvinista de los discursos militares y su compromiso de guerra hacia las masas no podían ser retornados fácilmente. El último golpe al gobierno militar argentino fue el respaldo de Estados Unidos a Inglaterra, acompañado de sanciones económicas a Argentina y apoyo logístico para su aliado europeo.
El 1 de mayo se inicio la guerra, la aviación argentina se enfrentó con cierta eficacia a la Armada inglesa que para el 21 tocaba las costas malvinenses y desembarcaba en la bahía de San Carlos. Las tropas argentinas, mal pertrechadas y alimentadas y peor entrenadas, no podían oponer resistencia seria a su enemigo. El 14 de junio las tropas argentinas se rendían incondicionalmente. En el medio quedaron los cientos de soldados muertos en combate y el hundimiento del crucero General Belgrano por parte de la Armada británica en aguas de la zona de exclusión que provocó una gran cantidad de victimas.5
Esta guerra que duro aproximadamente un mes y medio de acometimiento bélico, ambas partes sufrieron bajas: "En el curso de un enfrentamiento naval, un submarino nuclear británico hundió el crucero argentino
General Belgrano, falleciendo 360 hombres. A continuación, un misil Exocet lanzado por la aviación argentina, hundió a la fragata británica, HMS Sheffield. El 21 de mayo las tropas británicas desembarcaron en la Gran Malvina y se inicio la parte más cruenta de la guerra, en la que ambos contendientes perdieron buques de guerras y de transporte, aviones y helicópteros, así como numerosas víctimas" (Diccionario de historia y política del siglo XX, 2001:448).La derrota de las Malvinas deja a la Argentina en una aguda crisis política, económica y social, que pone al descubierto la crisis de las dictaduras militares que venían gobernando a este país desde 1976, el general Leopoldo Galtieri es reemplazado de la presidencia por el General Reinaldo Benito Bignone (sin el respaldo de la Armada y la aeronáutica, que se retiraron de la Junta Militar). Esta situación obligo al gobierno militar a aflojar los mecanismo de represión y se iniciaron públicamente los reclamos sectoriales: las Madres de la Plaza de Mayo aglutinaron a su alrededor a las organizaciones de los derechos humanos y sus marchas se convirtieron en un reclamo escuchado por todos; las organizaciones vecinales se multiplicaron e hicieron oír sus reclamos relacionados con los altos impuestos, los alquileres o los precios de los artículos de primera necesidad; los sindicatos emergieron del congelamiento impuesto por los militares y reaparecieron los conflictos y la huelgas para lograr aumentos salariales y la recuperación y normalización de los gremios intervenidos.
El retorno de la política partidista, el renacimiento democrático, para finales de 1982 la mayoría de los partidos políticos argentinos, conformaron la Multipartidaria con el objeto de sentar las bases y los pasos para la normalización institucional, aclarar el tema de los desaparecidos y establecer las responsabilidades de la guerra de Las Malvinas. Todo ello trajo como consecuencia que el gobierno militar de Bignone estableciera la fecha de elecciones para octubre de 1983, pero simultáneamente trató de crear un marco legal para proteger a los miembros de las Fuerzas Armadas ante posibles juicios por violaciones a los derechos humanos. En realidad, su intento apuntaba a promulgar una auto amnistía con el respaldo de los principales líderes políticos, que fracasó ante el rechazo de éstos y la fuerte presión de las organizaciones de derechos humanos.
Finalmente el 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín, al frente de la Unión Cívica Radical, obtenía un triunfo histórico ante el justicialismo. Era la primera vez en casi cuarenta años que le ganaba una elección libre al peronismo. La UCR obtuvo 52% de los sufragios y se impuso en 15 distritos y el PJ el 40% y 8 provincias. El resto de los partidos en su conjunto apenas alcanzó el 8%.
Muchas consecuencias y enseñanzas nos deben dejar la experiencia Argentina en la guerra de Las Malvinas, tanto para los argentinos como para los latinoamericanos, experiencia desde el punto de vista interna como internacional.
Argentina solidamente vinculada a Europa primero y a Estados Unidos después, por lazos culturales, políticos y económicos, no se había dado cuenta que en el mundo occidental en la década del setenta se produce una división entre países desarrollados del norte y países subdesarrollados del sur. El conflicto de Las Malvinas se debe ubicar dentro del esquema norte-sur y Argentina y América Latina deben estructurar una política que refleje esa realidad internacional.
Una de las consecuencias del nuevo orden mundial imperante, es que estamos viviendo en un mundo de alianzas, ya sean estas ideológicas, defensivas o económicas. Observamos así un mundo interdependiente, donde las posiciones aisladas de los Estados no brindan a los mismas posibilidades reales de ocupar roles protagónicos en el escenario internacional y pueden llegar a poner en peligro su propia viabilidad nacional.
En el hecho concreto de las Malvinas, Argentina logró respaldo moral de los países latinoamericanos (dentro del TIAR, SELA, ALADI, Pacto Andino) y en el movimiento de los países
no alineados pero se enfrentó sola a dos grandes potencias. Podemos afirmar que el aislamiento de Argentina fue una de las causas de su derrota militar.La posición militar de Argentina no estaba fundamentada en una infraestructura económica básica desarrollada tanto industrial como bélica. Ello fue consecuencia de la carencia de una política internacional independiente que la hiciera funcionar como un Estado adscrito a las decisiones de los grandes actores internacionales.
Algo importante de resaltar en América Latina del caso de la Guerra de Las Malvinas, fue el eje central del origen de este conflicto que no es solamente la crisis interna de los gobiernos totalitarios argentinos, sino el sentido de pertenencia de dicho archipiélago por parte de la población argentina, y el resabio del gran imperio británico que implanto su poder hegemónico en el mundo global desde 1648 hasta la Primera Guerra Mundial en el cual regía el sistema de equilibrio del poder que manejaba Inglaterra de acuerdo a sus intereses nacionales. Debemos recordar aquí las situaciones de injusticia impuestas por Gran Bretaña, no solo en el caso malvinense sino en casos como: Belice frente a Guatemala, Hong Kong frente a China, Gribraltar frente a España, etc.
Una vez lograda la reunión de los países afectados por este resabio imperial, se debe diseñar una estrategia conjunta, desde el punto de vista multilateral a través de organismos internacionales. En el actual mundo globalizado, la alianza estratégica en grupos como la CAN y el MERCOSUR, debe reivindicar nuestros derechos históricos, apoyados en organismo internacionales y lograr tácticas comunes entre los países que han sufrido la prepotencia del poder imperial de épocas pasadas, donde la actuación de una gran potencia no tenía contestación por parte de ningún país pequeño independiente.
Con los hechos de 1982, el Atlántico Sur se revitalizo en cuanto a su importancia estratégica y económica y pueden nacer nuevas apetencias internacionales en otros países que hasta el presente no mostraban interés en la zona. Argentina debe consolidar aún más el control de esta área vital para la seguridad de su país y pleno desarrollo de los recursos que aún duermen en sus áreas de influencia.
El Esequibo venezolano
El Esequibo, de 159.000 kilómetros, está enclavado en plena selva y tiene capacidad para la explotación minera y maderera. Venezuela reivindica este territorio alegando que no estuvo presente en el proceso que derivó en un laudo arbitral de París 1899, que otorgó este territorio a la corona británica.
La frontera de Venezuela con Guyana, anteriormente Guyana Británica, está aún bajo reclamación venezolana, ante la forma irregular y contraria a los intereses venezolanos en que fue establecida. Esta controversia territorial por El Esequibo, se reactivó el 18 de junio de 1982, siguiendo el procedimiento prescrito por el Acuerdo de Ginebra. Por ello Guyana y Venezuela encomendaron al Secretario General de la ONU que propusiera a ambos países una solución pacífica, escogida entre las propuestas en la Carta de las Naciones Unidas (Sureda Delgado, 1990).
Las problemáticas pendientes en el trazado de las fronteras en América Latina, han traído como inconvenientes que las relaciones políticas-económicas entre los países se vean obstaculizadas por tales indefiniciones territoriales. Un caso particular viene a ser la perspectiva en el Caribe de los países miembros de la CARICOM, que históricamente han mantenido una posición desde la reunión de Georgetown en abril de 1973, en la cumbre de Jamaica de noviembre de 1982, en apoyo incondicional a Guyana por la situación del Esequibo con Venezuela6, haciendo un llamado a ambas naciones a continuar en la búsqueda de una solución pacífica de esta controversia territorial en los términos establecidos en el Acuerdo de Ginebra de 1966.
7El 19 de mayo de 2001, la Cancillería guyanesa consideró como una injerencia en sus asuntos internos la protesta venezolana por la firma del acuerdo entre el Gobierno de Georgetown y la empresa estadounidense Beal para instalar una base aeroespacial en el territorio Esequibo. Dicha cancillería emitió una nota de prensa donde ratificó que el Territorio Esequibo, de 159.500 kilómetros cuadrados y reclamado por Venezuela, "es parte integral" de esa nación. El gobierno de Guyana ha asumido una posición intransigente y en cierta forma de provocación, frente a la objeción del gobierno venezolano en relación a dicha concesión. En este sentido el gobierno guyanes ha informado que sus políticas de concesiones en el territorio Esequibo, responden a un plan de desarrollo económico nacional y que con ello no viola el acuerdo de Ginebra; en consecuencia, deplora ..."la continua política de obstrucción de Venezuela"... De igual forma el canciller guyanes Clement Rohee, aduce, que el territorio Esequibo ..."es parte integral"... de ese país. De aquí se desprende que Guyana no dará marcha atrás en su política para frenar esta u otras concesiones. El gobierno venezolano, por su parte, mantiene firme su posición de defender, por razones de soberanía nacional y de factores ecológicos-, sus derechos sobre el Esequibo; y desde un principio ha objetado el acuerdo entre Beal y el gobierno de Guyana. De esta manera, el gobierno intenta impedir a toda costa el proyecto de construcción de la base. A estos efectos, busca mecanismos de solución por la vía diplomática. Dentro de este plan, no descartan recurrir a algún organismo de justicia internacional.
8Consideraciones Finales
Argentina rechazó una invitación del Reino Unido, para realizar un acto conjunto en el año 2007 por el 25 aniversario de la guerra de las Malvinas. El acto fue planteado como una
celebración por los británicos y no como una conmemoración. El entonces canciller argentino Jorge Taiana expreso sobre la celebración inglesa: " ellos le dan un carácter celebratorio a la victoria y en ese marco no puede haber nada conjunto" (Sacchetto, 2007:15). Por su parte los voceros de la Embajada británica en Buenos Aires respondieron a las declaraciones del canciller Taiana: "Lo tomamos en cuenta y lamentamos de que hasta ahora no hayamos podido acordar sobre una celebración conjunta de los caídos de ambos lados esperamos o tenemos la esperanza de que el Gobierno argentino reconsidere esta decisión y que podamos encontrar una forma de conmemorar en conjunto."9(Idem)A 27 años de la guerra de las Malvinas, parecen que las heridas no han cerrado este conflicto que dejo a la Argentina con perdida de muchos de sus jóvenes y el establecimiento de un sistema democrático y que marco igualmente la inserción real de Argentina como un país latinoamericano, debe ser recordado como un hecho histórico de reivindicación territorial de facto, que no será superado por el pueblo argentino hasta la reposición del archipiélago a su país.
La controversia del Esequibo continua vigente hasta la actualidad, y los países miembros de la CARICOM, continúan utilizando esta problemática cuando tienen problemas en sus negociaciones en la gran cuenca del Caribe sobre todo con Venezuela. Con respeto a esta situación en América Latina en general, Valero Martínez (2002:49) expone: " los conflictos fronterizos en América Latina, han tenido una gran influencia en las relaciones entre países vecinos, llegando en muchas ocasiones a afectar las relaciones bilaterales y el desarrollo de los procesos de integración. Aunque cada vez son menos este tipo de controversias los existentes siguen despertando pasiones y enfrentamientos diplomáticos, y cada cierto tiempo son utilizados por algunos gobernantes como distractores de sus complejas situaciones internas."
En el presente deben reiniciarse las negociaciones directas con Guyana de modo de llegar a una decisión en beneficio de ambos países que respete los derechos de equidad y elimine los puntos dudosos de dicha problemática. En la actualidad las relaciones entre Guyana y Venezuela son amistosas y conducidas en una atmósfera de mutuo entendimiento y respeto, esto es propicio para un compromiso que conlleve un arreglo pacífico y satisfactorio de la rivalidad territorial por el Esequibo.
Argentina y Venezuela deben darles a sus fronteras un desarrollo integral sostenido para que sirvan, real y efectivamente, a una aproximación fundada en el respecto mutuo, la convivencia fraterna y el interés recíproco. La conformación de los territorios nacionales llevaba consigo al conocimiento de los límites geográficos y el trazado de las fronteras con los Estados vecinos, para de esta manera legitimar plenamente la soberanía y ser admitidos como Estado soberano en la comunidad internacional de naciones.
En el caso de Las Malvinas y El Esequibo podemos concluir que en la intervención de potencias colonialistas en América Latina, por intereses estratégicos, energéticos y políticos; donde se han querido acrecentar de espacios no solo terrestres, sino de los sectores marítimos, fluviales, lacustres y aéreos. Parece que los ingleses en su historia de usurpaciones territoriales han entendido que el espacio es un factor de riqueza y un factor de poder, sin embargo el control del espacio no es un factor de riqueza si no está asociado a una serie de factores como son: la población, la capacidad tecnológica, y las habilidades políticas y económicas. En la mayoría de los casos el soporte de la riqueza de los Estados recae en el espacio. Por esta razón todavía en el actual siglo XXI aún algunos países se disputan espacios terrestres, marítimos, fluviales, lacustres y aéreos; partiendo de la convicción que estos pueden garantizar recursos o asegurar facilidades de comunicación.
Notas
Este trabajo es producto del proyecto titulado: La Cuestión Fronteriza en la Conformación de la Política Internacional en Argentina y Venezuela (1900-2000)), identificado con el código H-1322-10-06-B, financiado por el Consejo de Desarrollo Científico Humanístico y Tecnológico de la Universidad de Los Andes, Mérida-Venezuela.2 Ver: Michiel Baud. (Presidente del Comité Ejecutivo del Congreso CEISAL 2002, Director CEDLA). Prefacio. En: C
ruzando fronteras en América Latina. Ámsterdam: Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos, 2003, Cuadernos del CEDLA N°16. (Ponencias presentadas durante el tercer Congreso Europeo de Latinoamericanistas 2002).3 Los intelectuales latinoamericanos, especialmente en el siglo XIX, contemplaron las fronteras como zonas generadoras de violencia, de despotismo más que de democracia, de caudillos y dictadores más que hombres libres. Fernando Operé.
Historia de la Frontera: El cautiverio en la América Hispánica. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001, p.154 Las Malvinas: fueron descubiertas por el navegante inglés John Davis en 1592, el archipiélago fue denominado Falkland en 1690 por el capitán John Strong en honor del vizconde homónimo, oficial de Marina, pero a comienzos del siglo XVIII los marinos franceses empezaron a llamarlo Malvinas. En: Diccionario de historia y política del siglo XX. Madrid: Editorial Tecnos, 2001, p.448.
5 La opinión pública, que había participado del burdo triunfalismo manejado hasta último momento por los comunicados oficiales con la complicidad de los medios de comunicación masiva, cambió rápidamente y el 15 de junio, en una concentración convocada por Galtieri, repudió vivamente a quien había vivado hacia solo cuarenta días. Esta vez la convocatoria termino con una dura represión policial. El 17 Galtieri renunció a la presidencia de la Nación. Le faltaban aún cinco días para cumplir sus primeros seis meses de gobierno. Mirta Zaida Lobato, y Juan Suriano. Nueva Historia Argentina: Atlas Histórico. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2004, p.511
6 Irrefutables son los títulos que tiene Venezuela sobre el Esequibo, títulos históricos heredados de España y títulos republicanos. El 3 de octubre de 1899, en un tribunal en el cual no existía representación de Venezuela, le fueron traspasados a Gran Bretaña 159.500 kilómetros cuadrados de territorio que para entonces formaban parte de nuestro país. El 17 de febrero de 1966 se firma entre Venezuela y el Reino Unido el Acuerdo de Ginebra, el cual expone en su artículo 1°: "... que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica es nulo e irrito". El mismo acuerdo establece una comisión mixta con el encargo de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia entre ambos países. Para Gran Bretaña, el arreglo práctico fue concederle la independencia a la Guayana Británica, el 26 de mayo de 1966. Ese mismo día el gobierno de Venezuela le otorga el reconocimiento a la nueva República, haciendo clara reserva de su reclamación de la Guayana Esequiba. En 1970 el entonces presidente Rafael Caldera, resolvió congelar la negociación por un período de doce años, en el denominado Protocolo de Puerto España, ante una situación regional e internacional que independientemente de las buenas intenciones, permitió que Guyana se fuese preparando para la ofensiva de la cual es hoy objeto nuestro país. Además de toda una serie de razones que nos ponen en desventaja, es conocido que en toda congelación de este tipo sale ganando el país que ejerce la ocupación del territorio, y ese es el caso de Guyana con El Esequibo. Esta controversia territorial se reactivo el 18 de junio de 1982, siguiendo el procedimiento prescrito por el Acuerdo de Ginebra. Por ello Guyana y Venezuela encomendaron al Secretario general de la ONU que propusiera a ambos países una solución pacífica, escogida entre las propuestas en la Carta de las Naciones Unidas. El caso del Esequibo es un más en la perspectiva expansionista histórica inglesa, que se repite en América Latina en casos como Belice en Centro América, y Las Malvinas en el Cono Sur.
7 El 17 de febrero de 1966 se firma el llamado
Acuerdo de Ginebra, entre los Gobiernos de Venezuela y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en consulta con el Gobierno de Guayana Británica. Por dicho acuerdo se creó una comisión mixta con el encargo de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido surgida como consecuencia de la contención venezolana de que al laudo arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica es nulo e írrito. Por el artículo IV se establecía un plazo de cuatro años para que la comisión mixta llegara a un acuerdo completo sobre la solución de la controversia; en caso contrario, la misma comisión referiría a los Gobiernos de Venezuela y Guyana en su informe final cualesquiera cuestiones pendientes, y dichos Gobiernos escogerían alguno de los medios de solución pacífica previstos en el artículo V que establece que con el fin de facilitar la mayor medida posible de cooperación y mutuo entendimiento, nada de lo contenido en este acuerdo será interpretado como una renuncia o disminución por parte de Venezuela, el Reino Unido o la Guayana Británica, de cualesquiera bases de reclamación de soberanía territorial en los territorios de Venezuela o Guayana Británica o de cualesquiera derechos que se hubiesen hecho valer previamente, o de reclamaciones de tales soberanías territoriales o como prejuzgando su posición con respecto a su reconocimiento o no reconocimiento de un derecho a reclamo o base de reclamo por cualquiera de ellos sobre tal soberanía territorial. Guyana heredó la reclamación al independizarse en 1966, y desde 1983 la disputa pasó a la mediación del secretario general de la ONU. Guyana tiene una extensión de 215.083 kilómetros cuadrados; la Zona en Reclamación, alrededor de 159.500; esto significa que reivindicamos cerca del 74,15% del territorio en posesión de nuestro vecino, no una pequeña parte.8 Ver:
Venezuela cuestiona instalación de base. En: El Nacional, 22. de junio 1999 p. A-2.; Venezuela descarta a terceros en disputa. En: El Nacional, 23. de marzo 2000 p. A-2.; Cancillería venezolana envió nota de protesta. En: El Nacional, 30 de mayo 2000 p. A-2.; Guyana asegura que convenio con Beal no viola Acuerdo. En: El Nacional, 31 de mayo 2000 p. A-2.; El gobierno no aceptará base de cohetes. En: El Universal, 20. de marzo 2000 p. 1-14.; Protestan instalación de base. En: El Universal, 24 de mayo 2000.; Venezuela hará llegar protesta a Guyana. En: El Universal, 25 de mayo 2000 p. 1-14.; Carmen Lara. Las concesiones en el Esequibo. En: Revista Primicia, Nº 124. Caracas, 18 de abril de 2000.9 Ídem
Referencias
1. Diccionario de historia y política del siglo XX. (2001). Madrid: Editorial Tecnos.
[ Links ]2. Valero Martínez, Mario. (2002). Las Fronteras Como Espacios de Integración. Caracas: Universidad de Los Andes, Fondo Editorial Tropykos, 2002 [ Links ] 3. Moniz Bandeira, Luiz Alberto. (2004). 4. Lobato, Mirta Zaida y Suriano, Juan. (2004). 5. Sacchetto, Carlos. "Malvinas: no habrá acto con los ingleses". 6. Sureda Delgado, Rafael. (1990).