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Tiempo y Espacio

versión impresa ISSN 1315-9496

Tiempo y Espacio vol.26 no.66 Caracas dic. 2016

 

El Instituto Pedagógico de Caracas y los Estudios Históricos en Venezuela

Conferencia dictada en la Academia Nacional de la Historia

Caracas, 30 de noviembre de 2016.

Al revisar la trayectoria del Instituto Pedagógico de Caracas, encontramos una preocupación constante por la comprensión del país, lo que ha orientado sus decisiones, proyectos y vida académico-investigativa. El Departamento de Geografía e Historia, desde sus inicios, ha mantenido el interés por el conocimiento del espacio y la nación venezolana, bajo una concepción interdisciplinaria e integradora que hoy mantiene su vigencia. Orientación que le dieron los maestros fundadores, entre los que destaca Mariano Picón Salas, insigne venezolano cuya obra estuvo acompañada permanentemente por la inquietud de interpretar y explicarse el país. En nuestra exposición, destinada a dar cuenta de la contribución ipecista en un área particular e indispensable de los estudios históricos, trataremos de responder las siguientes interrogantes ¿Cuál es la contribución de esta Institución al conocimiento y la enseñanza de la Historia y las ciencias sociales? ¿Qué respuestas hemos dado a los problemas de la enseñanza y aprendizaje de la historia, a la proyección de un saber histórico y la praxis de su enseñanza?

El Instituto Pedagógico de Caracas emprende su labor como formadora de educadores el 30 de septiembre del año 1936. Han sido, por lo tanto, 80 años de labor ininterrumpida. Su creación respondía a la necesidad de impulsar la educación secundaria en el país que hasta ese momento había estado desatendida. Como decía Don Mariano Picón Salas: “la idea no era solamente formar profesores de educación media, sino crear un centro para el desarrollo y el cultivo de las humanidades y de la ciencia”. (Citado por Antonio L. Cárdenas, 2013. En: Desarrollo de la Geografía en Venezuela).

El año 36 marca un hito en el proceso histórico del país. Es una época de transición por la desaparición física del dictador Juan Vicente Gómez, perpetuado en el poder durante 27 años ininterrumpidos. Es momento de grandes cambios, que se generan a partir de la ejecución y puesta en práctica del Plan de febrero, programa político y administrativo propuesto por el General Eleazar López Contreras, Presidente encargado y ratificado luego por el Congreso, para buscar soluciones a través de la generación y desarrollo de proyectos dirigidos a las transformaciones modernizadoras. Estas urgían para hacer efectivos los cambios y reformas en miras de lograr el desarrollo económico- social en todos los niveles de la vida del país. Se proponen planes para dar respuesta a cada problema: a la higiene pública y de asistencia social, inmigración y colonización, sistemas de comunicación, Se reorganiza el Ministerio de Agricultura, se revisa la política fiscal. El Plan de febrero consideraba como fundamental la organización de la educación y la lucha contra el analfabetismo. En consecuencia, en primer lugar, optaron por atender la formación de los maestros y los profesores. Para impulsar la educación secundaria, era necesaria la creación de una institución dedicada a tales funciones. Así surge nuestra institución

Una evaluación de los primeros tiempos nos lleva a considerar la concepción pedagógica sobre la cual se fundamentó la labor educativa. La misma coincidió con el auge de la Escuela Nueva, que tuvo como iniciadores a grandes pensadores y pedagogos: Rousseau, Pestalozzi, Froebel, Dewey. Movimiento de renovación pedagógica que se inició y desarrolló en Europa y en distintos países del mundo a partir de los últimos años del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX, sobre todo en el período comprendido entre la primera y la segunda guerra mundial,

… para enfrentar la educación tradicional o la pedagogía basada en el formalismo y la memorización, en el didactismo y la competencia, en el autoritarismo y la disciplina; la nueva educación reivindicaba la significación, el valor y la dignidad de la infancia, se centra en la autoformación y la actividad espontánea del niño y aspira a fortalecer su actividad, libertad y autonomía” (Palacios, 1978. Citado por Narváez, 2006).

Con la Escuela Nueva, Activa, Moderna o del trabajo —como se le denominó— el centro educativo se incorporaba a los nuevos planteamientos o enfoques novedosos que, para este momento, se manejaban en el mundo de la pedagogía. La concepción de la Escuela Nueva influencia y define la misión y visión con que nace la nueva institución educativa.

Las dos misiones chilenas fundadoras del Instituto Pedagógico de Caracas estaban imbuidas en el espíritu de esta concepción científica y humanística. La primera misión chilena llega en 1936 y la segunda en 1937. Ya para 1940, se obtienen logros significativos para la Institución. En primer lugar, el Ministerio de Educación le otorga el status de centro de Educación Superior, y se le asigna una casa propia en la Avenida Páez de El Paraíso, lugar donde aún permanecemos entre esos muros de la “casa vieja”. Se amplía su personal docente con la incorporación de hombres de gran trayectoria humanística, científica y docente como los exiliados y participantes en la guerra civil española: Pedro Grases, José Luis Sánchez Trincado, Eugenio Imaz, Juan David García Baca, Augusto Pisuñer, Pablo Vila, Juan Chabàs, Bartolomé Oliver, Daniel Navea, Domingo Casanova, Guillermo Pérez Enciso, Edoardo Crema, Ángel Rosenblat. Ellos enriquecen su planta profesoral.

Desde 1946 se moderniza el Instituto Pedagógico con la organización por Departamentos. En este año se incorpora como Jefe del Departamento de Ciencias Sociales el Profesor Pablo Vila Dinarés. El Plan de Estudios que se implanta se rige por los principios establecidos por el Consejo Central, entre los cuales destacan:

La enseñanza en el Pedagógico debe ir orientada hacia la formación de buenos profesores para la enseñanza de secundaria y no a la especialización en determinada ciencia; esto con el fin de formar docentes con espíritu de investigación, y que conozcan los contenidos de la enseñanza, para que puedan hacerlo bien, y, para alcanzar lo anterior, se debía atender preferentemente el aprendizaje cualitativo más que el cuantitativo, para intensificar los estudios básicos y no aumentar el número de asignaturas. (A. Angulo, 2007).

Como siempre recuerda el Profesor Tovar: “Lo ontológico del Pedagógico es lo pedagógico”.

La presencia de Pablo Vila Dinarés fue trascendental. Él había sido discípulo de Paul Vidal de La Blache, notable geógrafo e historiador francés, egresado y luego docente de la Escuela Normal Superior de Paris, formado en la concepción francesa que privilegia la relación del hombre con su entorno como fundamento epistemológico de la geografía, desde la perspectiva del paisaje y, del estudio de la región. El profesor Pablo Vila fue, consiguientemente, pieza clave en ese proceso de cambio y visión ipecista de una enseñanza arraigada en el conocimiento de lo nuestro y apoyada en la investigación. El insigne Maestro nos deja como legado para la comprensión del país su libro ya clásico que es la Geografía de Venezuela, en la cual participó también un grupo de destacados alumnos, como eran: Ramón Tovar, Federico Brito Figueroa, Antonio Luis Cárdenas, Rubén Carpio Castillo y Maruja Taborda. Esta Geografía de Venezuela después de la de Agustín Codazzi Bertolotti publicada en el siglo XIX, todavía sigue siendo un libro fundamental para el conocimiento y explicación del proceso geohistórico venezolano, por su concepción integradora.

Este grupo de alumnos notables siguen la trayectoria del maestro y desarrollaron una labor académica y docente que se recoge en las obras publicadas. Federico Brito Figueroa marcó de alguna manera las tendencias historiográficas desde los años 60, cuando gana el premio Municipal con la obra: La Estructura Económica de Venezuela colonial. Luego ampliada en su prolífera producción histórica. Ramón Tovar, con su obra ya clásica: Venezuela, país subdesarrollado y Geografía, ciencia de síntesis, marca un nuevo rumbo de los estudios geográficos del país. De nuevo, la escuela francesa se imponía en la orientación de los estudios geográficos en el IPC. El maestro Tovar junto a nuestra siempre recordada Maruja Taborda desarrolla el enfoque geohistórico que venía a fortalecer la visión interdisciplinaria e integradora de la Geografía y la Historia. Otro alumno de Pablo Vila, es Antonio Luis Cárdenas, quien tiene el mérito de ser un gran promotor de los estudios geográficos en el país, lo que se concreta en la fundación del Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales y la Escuela de Geografía de la Universidad de Los Andes. Mención especial merece en la creación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, en el año 1983, cuando era Ministro de Educación nuestro recordado profesor Felipe Montilla.

De esa misma época es de destacar la labor de otro egresado del Departamento de Geografía e Historia, alumno de Don Pablo Vila, como es el Dr. Guillermo Morón, autor de una densa obra historiográfica que se resume en los 5 Volúmenes de Historia de Venezuela, publicada en el año 1960. También recordamos al insigne maestro Pedro Felipe Ledezma, alumno también del Profesor Vila, excelso Director del Instituto Pedagógico. Investigador de la Historia contemporánea, donde destacan sus libros: Tópicos de Historia de Venezuela y, Marxismo y programas en la lucha antigomecista. 1926-1936.

Para la década de los años cincuenta del siglo XX, el Plan de Estudios institucional estaba orientado bajo una concepción interdisciplinaria e integradora del conocimiento, que hoy todavía luce como vigente. Todos los alumnos del Instituto Pedagógico Nacional debían estudiar las materias pedagógicas y las consideradas de cultura general que incluía la historia, la lengua y la Geografía, que contribuían a la formación de la conciencia ciudadana del futuro educador.

En la década de los 60 la formación del docente seguía siendo muy integradora. Como dice la profesora Tarcila Briceño (2006): “La imagen del país aparecía en las clases de Geografía e Historia y aún en materias como Geología y Cartografía”. Era la manera como se había planteado desde la época fundacional de las misiones chilenas y de Mariano Picón Salas. El conocimiento ligado a la comprensión de Venezuela.

En el campo de las ciencias sociales también se hace sentir esa tendencia modernizadora en la enseñanza. Se aprecia el énfasis por el estudio de lo local e investigaciones sobre el medio venezolano, que constituyen el soporte del trabajo experimental llevado a cabo en la enseñanza de las Ciencias Naturales. En Historia, se profundiza en el conocimiento y manejo de las tendencias historiográficas francesas, se manejaban autores como Marc Bloch y Lucien Febvre que reafirmaban la influencia decisiva del hombre en el paisaje. Se empezó a utilizar la categoría más integradora de Historia General de la Civilización en vez del viejo concepto de Historia Universal. Se va dejando a un lado la historia fáctica y se incorporan los estudios de problemas sobre aspectos económicos, sociales y culturales en la Historia. Se fortalece la formación de los alumnos en la aplicación de técnicas para la investigación.

En el año 1969, el Pedagógico de Caracas se aboca a un cambio curricular novedoso, conocido en nuestro ambiente como la Reforma, que enriquecía el componente docente a la vez que enfatizaba en la investigación con trabajos prácticos para la Historia y la Geografía de Venezuela. Se cursaban 4 niveles de Historia de Venezuela, 4 de historia General de la civilización, 4 de Historia de América, 3 de Geografía General y 3 de Geografía de Venezuela. El currículo contemplaba el estudio de un área principal y otra área secundaria. Con la Reforma empezó a darse una tendencia hacia la especialización del docente como profesor de Historia y Ciencias sociales y de Geografía y Ciencias Sociales. Sin embargo, a pesar de esta especialización, se mantuvo la formación integradora de estas dos disciplinas: la Historia y la Geografía.

A finales de la década de los 70 se consolida el planteamiento geohistórico desde las investigaciones de los miembros del Centro de Investigaciones Geodidácticas de Venezuela (CIGD), en su mayoría egresados del Departamento de Geografía e Historia. Así cómo el Centro de Investigaciones Geohistóricas Maruja Taborda.

En la década de los 80 nuevos cambios se dan en el pensum de estudio. Se fortalece el componente pedagógico por encima de las especialidades disciplinarias. Se creó el Departamento de Prácticas Docentes, y como estrategia innovadora se establece la Práctica Docente con cursos obligatorios desde los inicios de la carrera. Esto determinó la disminución de la carga crediticia de las materias de la especialidad del Departamento de Geografìa e Historia. Pero a la vez se ofreció materias como “Problemas del mundo contemporáneo”, “Pensamiento Bolivariano” y “Problemática geohistórica de Venezuela”, para todas las especialidades.

Se introducen en el pensum del Departamento de Geografía e Historia nuevos enfoques para la comprensión de la Historia de Venezuela al incorporar como materia obligatoria “Historia Regional”, en concordancia con la política descentralizadora que se estaba llevando a cabo en el país, al mismo tiempo que estimulaba el estudio de las viejas provincias y regiones que habían sido olvidadas en la historiografía tradicional venezolana. En ese momento el Pedagógico fue una de las primeras instituciones que ofrecía estos cursos. Las profesoras encargadas de dictarla fuimos Tarcila Briceño y yo. Con relación al enfoque regional, tratamos de estar lo más alejado posible de aquella vieja historia de campanario, anecdótica, descriptiva, para dar una visión integradora, acorde con las nuevas tendencias de la Historia. Consideramos que éste enfoque ha contribuido a enriquecer la comprensión del proceso histórico venezolano.

La creación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en 1982-1983 fortalece los estudios de pregrado y da un apoyo importante a la investigación y a los estudios de postgrado en el IPC, que se habían iniciado en 1971. En el Departamento de Geografía e Historia, la existencia desde 1976 del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, estimuló la investigación y la publicación de estudios en diferentes áreas temáticas, de manera individual y colectiva. La publicación desde 1984 de la revista Tiempo y Espacio, cómo órgano divulgativo del Centro, dio mayor impulso a la investigación histórica. Hoy nos congratulamos al alcanzar 32 años de vida fructífera e ininterrumpida. A pesar de los altibajos económicos y administrativos, alcanzamos al número 66, con un formato digitalizado a la orden de un público global. Una nueva generación se estaba formando y dejando una labor docente y una labor de investigación que se recoge en numerosas publicaciones en la Revista Tiempo y Espacio, Tierra Firme y algunas editadas por la Academia Nacional de la Historia y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Se desarrollan Líneas de Investigación sobre la base de cinco grandes ejes programáticos: “Proceso histórico venezolano”, “Proceso histórico latinoamericano”, “Problemas relativos a la Historia General de la Civilización, a la “Teoría y Métodos de la Historia” y a la “Enseñanza de la Historia” Otras Líneas de investigación: “Proceso Histórico de las Provincias y Ciudades Venezolanas”, “Proceso Histórico de la Ciudad de Caracas durante los Siglos XVIII y XIX, Estado, Sociedad y Economía,” “Relaciones Civiles y Militares”, “Historia de Venezuela del siglo XX”, “Historia de Venezuela con visión de género”, “Enseñanza de la Historia.”

El Departamento de Geografía e Historia en las últimas décadas ha contribuido notablemente a los estudios históricos con la labor investigativa llevada a cabo por sus profesores que han dejado publicaciones de alto nivel académico, referidos a Tesis, Trabajos de Grado, Trabajos de Ascensos, investigaciones libres, en una amplia temática historiográfica. Me permito destacar a Virgilio Tosta, Domingo Irwin, Miguel Hurtado Leña, Napoleón Franceschi, Tarcila Briceño, Arístides Medina, Freddy Domínguez, Consuelo Escalona, Lila Mago de Chópite, Federico Villalba, Marlene Paéz, Manuel Bravo, Omar Hurtado, Morella Jiménez, Brunilde Liendo, Haydee Vilchez, David Ruiz, Omar Galindez, Jorge Bracho, Alfonso Zerpa, Marina Miliani, José Alberto Olivar, Rosalba Moret, Alexander Torres, Elina Lovera.

Otro egresado de nuestro Departamento que no podemos dejar de nombrar es nuestro muy apreciado alumno Tomás Straka, quien se ha destacado en su labor de investigación, hoy en día es Individuo de Número de esta Corporación.

En 1989 se crea la “Maestría en Educación, Mención Enseñanza de la Historia” que se constituye en la primera propuesta académica formal en Venezuela a nivel de postgrado para capacitar profesores y especialistas en la didáctica de la historia como disciplina de las ciencias Sociales. Maestría que ha dado un saldo importante, porque allí se han desarrollado investigaciones, resultado de un trabajo integrado y de grupo sobre investigación y docencia en diferentes centros educativos de Educación Básica. La incorporación efectiva de estos resultados en centros educativos, especialmente en la zona metropolitana de Caracas, constituye un valioso aporte para elevar la calidad de los aprendizajes en el área de la Historia y las Ciencias Sociales.

La producción intelectual se puede ver en las investigaciones de los Trabajos de Grado que han significado aportes muy importantes. Los temas abordados, responden a los diferentes problemas de Enseñanza – Aprendizaje más frecuentes en el aula. En su mayoría, son investigaciones de carácter diagnóstico y propuestas concretas para mejorar la eficiencia en el proceso Enseñanza – Aprendizaje. Son propuestas de estrategias para la elaboración de material didáctico, diseños curriculares y pedagógicos, que consideramos son aportes valiosos para la labor docente

En cuanto a problemas teóricos, hay estudios referidos a la enseñanza de la historia de Venezuela a través de los procesos regionales, la historia local, la cultura popular, las comunidades indígenas, la enseñanza de la Historia Universal. Trabajos con estudios del tiempo histórico y la enseñanza de la historia y de tipo historiográfico.

Consideramos que la Maestría en Educación, Mención “Enseñanza de la Historia” del IPC, es una experiencia significativa, ya que desde el punto de vista cuantitativo se ha sostenido, y, desde el punto de vista académico ha tenido producciones que se traducen en propuestas viables para la solución de los problemas en la enseñanza y el aprendizaje de la Historia.

Actualmente la UPEL-IPC, se orienta hacia un nuevo Diseño Curricular que está:

Centrado en el desarrollo humano con énfasis en el desarrollo personal, lo social, lo profesional y la ética, promueve la reflexión desde una perspectiva crítica de la profesión docente, que da sentido a lo que se piensa, se hace y se dice, orientado por los valores de libertad, independencia, paz y solidaridad, así como por el compromiso social, la conciencia ecológica, equidad, autonomía, respeto y aceptación de las diferencias. En este sentido el Modelo de Formación Docente considera la multiculturalidad, la diversidad, la muldisciplinariedad, la interdisciplinariedad, la transdisciplinariedad, la equidad de género, la corresponsabilidad y la identidad nacional y latinoamericana”.(UPEL, (s/f), Documento Base de la transformación Curricular. p.16).

Bajo esta concepción de currículo, se da paso a la configuración de una estructura de transformación curricular, sustentada en fundamentos filosóficos, ontológicos, epistemológicos, axiológicos y metodológicos, producto de estudios e investigaciones ‘en’, ‘de’ y ‘sobre’ la realidad que vivimos, pretendiendo dar respuesta a las siguientes demandas: Incorporación en la Sociedad del Conocimiento, Inclusión y universalización del acceso a la educación, Aplicación masiva de los medios, Consideración del ambiente y el desarrollo sustentable, Adecuación con los paradigmas actuales en la ciencia y la tecnología, Visión de género, multiculturalidad, pluralidad y desarrollo global, Igualdad de condiciones y de oportunidades, Educación interdisciplinaria, transdisciplinaria y multidisciplinaria, Calidad y pertinencia de la educación, Defensa y respeto de los derechos humanos, Ética, ciudadanía y democracia en todos los sectores, Atención a las necesidades especiales.

No quiero cerrar sin hacer un reconocimiento a la gran mayoría de docentes egresados del Departamento de Geografía e Historia del Pedagógico de Caracas que a través del tiempo, han realizado labor de investigación, pero que especialmente han llevado a cabo una labor docente para formar ciudadanos capaces de entender y comprender nuestra Historia.

Elina Lovera Reyes

Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” UPEL-IPC