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Revista de Ciencias Sociales

versión impresa ISSN 1315-9518

Revista de Ciencias Sociales v.14 n.3 Marcaibo dic. 2008

 

Caracterización instrumental del desplazamiento forzado en Colombia: hechos estilizados y la Encuesta Continua de Hogares (2001-2006)*

Silva Arias, Adriana Carolina ** Guataquí Roa, Juan Carlos ***

* Este artículo es resultado del proyecto de investigación ECO 059 - “Caracterización del desplazamiento forzado a las diez principales ciudades de Colombia a través de la Encuesta Continua de Hogares”, financiado por la Universidad Militar “Nueva Granada”. Este producto hace parte de la línea de investigación en Demografía y Economía Laboral del Grupo de Estudios Macroeconómicos - GESMA. Se agradecen los comentarios de la Joven Investigadora Patricia González Román.

** Universidad Militar “Nueva Granada” Carrera 11 No. 101-80; Bogotá, Colombia Tel.: (57)-1- 6343234 Fax: (57)-1- 6343293. E-mail: acsilva@umng.edu.co

*** Universidad del Rosario, Calle 13, No. 5-83 Tel.: (57)-1- 2970200 Ext. 653. E-mail: jguataqu@urosario.edu.co

Resumen

Como una alternativa a la problemática que gira en torno a la dimensión real del desplazamiento forzado en Colombia, este artículo analiza el poder explicativo de la caracterización instrumental del desplazamiento forzado a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) como un sistema alternativo de información. Este estudio gira en torno a la capacidad que tendría la ECH de replicar, a nivel de microdatos, algunos patrones recurrentes detectados en múltiples estudios a comunidades desplazadas. Para esto, evaluamos algunos elementos particulares de la población desplazada, tales como su nivel educativo, patrones de género, tamaño y tasas de dependencia de las familias desplazadas, así como patrones de inserción laboral. En general, la caracterización del desplazamiento forzado a través de la ECH para el periodo 2001-2006, refleja patrones identificados en la literatura sobre el desplazamiento en Colombia; presenta perfiles empíricos similares a los encontrados en estudios muestrales y en sistemas de información sobre desplazamiento forzado. Adicionalmente, este sistema de información exhibe comportamientos diferenciales entre los migrantes económicos voluntarios e individuos desplazados (IDPs – Internally Displaced Individuals) acorde con el análisis teórico de selección del migrante postulado por Borjas (1982). De esta manera, se evidenció entre los desplazados una alta proporción de menores de edad, así como una alta tasa de dependencia económica; además una dimensión de género ligada a la descomposición familiar, debido a que se encontró mayor proporción de hogares desplazados con jefatura femenina, así como mayor proporción de viudas, siendo las mujeres las que devengaron menores ingresos. El tratamiento empírico ofrece dos conclusiones destacables. La primera de ellas es reforzar la existencia de ciertos hechos estilizados en el perfil de los desplazados forzados en Colombia. La segunda es que la caracterización del desplazamiento a partir de la migración involuntaria detectada en la ECH refuerza los hechos estilizados y permite el desarrollo de ejercicios analíticos mucho más elaborados.

Palabras clave: Desplazamiento forzado, migraciones internas, encuesta continua de hogares.

Instrumental Characterization of Colombia’s IDPS: Empirical Evidence from the Continuous Household Survey (2001-2006)

Abstract

As an alternative to the problem revolving around the real dimension of forced displacement in Colombia, this paper analyze the explanatory power of instrumental characterization of forced displacement from the Continuous Household Survey (ECH) as an alternative information system. This study focuses on the capacity that ECH would have to replicate on the microdata level, some of the recurrent patterns detected in multiple studies of displaced communities. Some particular elements of the displaced population were evaluated, such as their level of education, patterns of gender, size and dependency rates of displaced households, as well as labor insertion patterns. In general, the characterization of forced displacement through the ECH for 2001-2006 reflected patterns identified in the literature on displacement in Colombia; it presented empirical profiles similar to those found in sample studies and information systems about forced displacement. Additionally, this information system displays differential behaviors between voluntary economic migrants and displaced individuals (IDPs—Internally Displaced Persons) consistent with the theoretical analysis of migrant selection postulated by Borjas (1982). Among the displaced population, a greater proportion of minors as well as a high economic dependency rate were shown; moreover, a gender dimension linked to family decomposition was found, because a higher proportion of displaced households were headed by women, as well as a higher proportion of widows, and women earned lower revenues. The empirical treatment offers two significant conclusions. The first reinforces the existence of certain facts stylized in the forced displacement profile in Colombia. The second is that the characterization of displacement from involuntary migration detected in the ECH reinforces stylized facts and enables the development of much more elaborate analytical exercises.

Key words: Forced displacement, internal migrations, internally displaced persons, migrant selection, Colombia, Continuous Household Survey.

Recibido: 07-12-10 Aceptado: 08-07-15

Introducción

La problemática del desplazamiento forzado en Colombia se ha incrementado en los últimos años, por una parte debido a la agudización del conflicto armado, y por otra parte debido a que el desplazamiento se ha convertido en una herramienta explícita de apropiación ilegal de la propiedad agrícola. Desde la perspectiva de la oferta de trabajo, este aumento progresivo en el número de personas desplazadas ha incidido en el aumento de los flujos migratorios campo-ciudad, en especial de mano de obra no calificada, de bajos recursos e insuficiente nivel educativo. Desde la perspectiva del bienestar de la sociedad en general y de los individuos y comunidades afectadas en particular, la incidencia y persistencia del desplazamiento generan altos costos económicos y psíquicos que a la fecha no parecen ser posibles de compensar, en el contexto de las políticas actuales.

Sin embargo, la percepción sobre la magnitud y la incidencia geográfica del desplazamiento forzado varían de acuerdo a la metodología y a las fuentes de información utilizadas, y en cierto modo este problema ha sido utilizado por el gobierno colombiano para eludir sus deberes para con la población afectada. En este artículo tratamos de profundizar la capacidad de análisis de la migración interna a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH), en particular aquella debida a razones de orden público; para realizar una aproximación instrumental a la problemática del desplazamiento forzado mediante la caracterización de los elementos socioeconómicos y demográficos de dicho tipo de migración, de acuerdo al marco conceptual de ciertos hechos estilizados que han sido detectados en estudios de campo aplicados a comunidades desplazadas.

Lo anterior, con el fin de evaluar y consolidar el poder explicativo de la caracterización instrumental del desplazamiento forzado a partir de la información suministrada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en el módulo de migración de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) que corresponde a los primeros trimestres del 2001 al 2006, como elemento representativo del fenómeno del desplazamiento en Colombia, profundizando en el campo específico de la migración forzada a partir de los resultados detectados en Silva y Guataquí (2006).

Tratamos de aproximar nuestro propósito mediante el análisis de factores socioeconómicos del grupo objetivo, que permiten caracterizarlo y compararlo con ciertos elementos particularmente recurrentes detectados en estudios que se encuentran en la literatura acerca del fenómeno del desplazamiento forzado en Colombia. Dentro de estos elementos se evidenció que en los hogares desplazados existe un patrón etáreo, una dimensión de género ligada a la descomposición familiar, bajos niveles de escolaridad, lo cual parece verse reflejado en su precaria inserción al mercado laboral: altas tasas de desempleo y bajos niveles de ingresos.

1. Algunas consideraciones acerca de los sistemas de información del desplazamiento forzado en Colombia

De acuerdo al informe sobre migración forzada del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR) de los años 2006 y 2007, Colombia padecía el mayor problema de desplazamiento interno forzado entre los países del Hemisferio Occidental, superado a nivel mundial sólo por Sudán. Sorprendentemente, si bien las dimensiones dramáticas de esta crisis humanitaria son ampliamente aceptadas, la dimensión cuantitativa (el número total de personas desplazadas) no ha alcanzado un relativo consenso técnico.

Entre los factores que explican la falta de consenso técnico sobre la dimensión del desplazamiento, están la diversidad de sistemas de información, lo cual puede estar explicado a su vez por factores como la complejidad y la dificultad de la recolección de información básica, las prioridades institucionales, y la cobertura geográfica. Los siguientes son los diferentes sistemas de información sobre el desplazamiento existentes en Colombia (1):

  • El sistema de información de Acción Social (anteriormente conocida como Red de Solidaridad Social (RSS) basado en el Registro Nacional de Población Desplazada y el Sistema Único de Registro (SUR) (2).

  • El Sistema de Información de Población Desplazada por la Violencia (RUT) de la Sección de Migración de la Conferencia Episcopal Colombiana (3).

  • El Sistema de Registro de Servicios Prestados, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) (4).

  • El Sistema de Información sobre Derechos Humanos y Desplazamiento Forzado (SISDHES) de la Consultoría en Derechos Humanos y Desplazamiento (COD- HES).

El primer lustro del siglo XXI ha mostrado patrones convergentes y divergentes en cuanto a los sistemas de información sobre desplazamiento forzado en Colombia. Así, en cuanto a las cifras acerca de la magnitud del desplazamiento, a pesar de que las dos principales fuentes estadísticas en este campo, que son la Red de Solidaridad Social y el CODHES, han mostrado un incremento del fenómeno del desplazamiento forzado, existen divergencias entre los niveles que exhiben (Ibáñez y Vélez, 2003a: 3; Ibáñez y Querubín, 2004: 6).

Es así como mientras que el CODHES estimó que en el 2000 se desplazaron forzosamente 317.000 personas, así como 341.925 personas en el 2001 y para Noviembre de 2002 se contabilizaron 2.135.682 personas; por otra parte, la Red de Solidaridad Social estimó niveles de desplazamiento del orden de casi 320.000 personas entre el 2000 y 2001, un poco más de 190.000 en el 2001 y para Noviembre de 2002 calcularon 926.201 personas desplazadas (González, 2002: 58-59; Ibáñez y Querubin, 2004: 6).

Al problema de incompatibilidad de los sistemas de información, se le suma que los sistemas estadísticos demográficos oficiales agregados dado su diseño estructural muestral, normalmente no permiten abordar el análisis de patologías sociales acerca del desplazamiento forzado.

Es por esto que para el desarrollo de este artículo hemos optado por asumir un enfoque pragmático para abordar el análisis de la problemática del desplazamiento utilizando la información del Módulo de Migración de la Encuesta Continua de Hogares (ECH). Esta información es utilizada dado que genera datos continuos acerca de los flujos migratorios, que permiten arrojar contrastes continuos y sistemáticos del perfil del migrante voluntario y del desplazado durante el primer lustro del siglo XXI, los cuales deberán ser evaluados y empalmados en el futuro con la actual Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), constituyéndose así en otra herramienta de información para contrastar el perfil de los desplazados.

Entonces, el propósito de este artículo es profundizar en las características de la población desplazada, de forma tal que se evalúe el nivel de representatividad que nuestra propuesta tiene, una vez es comparada con los perfiles socioeconómicos que han encontrado otros estudios con distintas fuentes de información. Para esto, realizaremos la caracterización del perfil del migrante, con base a los determinantes de la decisión de migrar (su carácter involuntario o voluntario), que se concentra principalmente en las modalidades de migración económica o desplazamiento forzado.

Así, dado que el cuestionario del modulo de migración de la ECH pregunta por diferentes razones de migración y una de las opciones de respuesta es “Debido al orden público”, hemos asumido dicha respuesta como variable instrumental de la migración involuntaria y por ende del desplazamiento forzado. De aquí en adelante el lector debe entender que hemos caracterizado al migrante involuntario/forzado como aquel migrante interno que atribuyó su migración a razones relacionadas con el orden público.

Esta diferenciación es importante, porque si bien el desplazamiento forzado puede considerarse un fenómeno aleatorio cuya incidencia geográfica no parece tener un patrón demográficamente definido, sí se ha revelado que su ocurrencia afecta de modo particular a ciertos individuos y comunidades.

2. Caracterización del desplazamiento forzado en Colombia: Un marco comparativo basado en la ECH

Con el fin de caracterizar los elementos socioeconómicos y demográficos de los desplazados forzados, de acuerdo al marco conceptual de ciertos hechos estilizados que han sido detectados en estudios de campo aplicados a esta población, se evaluará el poder explicativo de nuestra caracterización instrumental del desplazamiento, como elemento de representatividad continuo entre los años 2000-2006; tratando de extraer de dicha información la mayor cantidad de componentes analíticos que permitan ser caracterizados desde esta fuente de información.

Para los propósitos del desarrollo de esta caracterización, podemos anotar que dentro de la literatura, en los estudios acerca del desplazamiento forzado se ha evidenciado que este fenómeno tiene un patrón de edad, género, composición del hogar, bajos ingresos, raza, nivel educativo y de zonas geográficas hacia donde se desplazan; los cuales serán analizados a continuación, desde un marco comparativo con la ECH.

2.1. Edad: Un elemento particular del desplazamiento es su aparente patrón etáreo. Según la RSS para el 2001 casi la mitad de los desplazados eran menores de 18 años, de acuerdo a la ECH, para este mismo año, ellos representaban el 36% de los migrantes por orden público y para el 2005 el 41% de esta población. Adicionalmente, Amnistía Internacional y la Conferencia Episcopal estimaron que la mayor parte de la población desplazada se encontraba por debajo de los 25 años (Ibáñez y Vélez, 2003a: 13-16); de acuerdo a la ECH del 2001 al 2005 los hogares con menores de 15 años representaron alrededor del 80%. Podemos afirmar que tanto las principales fuentes de información para el desplazamiento como la ECH identificaron que este fenómeno vulnera más a la población infantil.

Por otra parte, Ibáñez y Vélez (2003a: 13-16) enuncian que la asistencia educativa para los niños desplazados es levemente inferior (6% menor) en contraste con los nativos; este resultado es similar a lo encontrado en la ECH, dado que se identifica que para el periodo 2001-2005 los menores desplazados en condición de inasistencia escolar superaban en 7% a los niños nativos que no asistían a la escuela. En el mismo estudio, identifican que esta brecha se profundiza en las edades de 12 a 17 años probablemente debido a la necesidad de vincular a menores al mercado laboral como urgente alternativa de generación de ingresos; de acuerdo a la ECH se encontró que en el año 2001 el diferencial de asistencia escolar secundaria implicaba que un 5,5% menos de los niños desplazados con respecto a los nativos, accedieron a educación secundaria.

Por otro lado, al igual que para el estudio realizado por Neira (2004: 16) acerca de los desplazados en el municipio de Soacha, en la ECH la edad promedio del Jefe del Hogar desplazado para el periodo 2001-2006 es ligeramente menor a la de otro tipo de hogares (46 años para hogares nativos, 44 años en hogares desplazados).

Igualmente, Ibáñez y Querubin (2004: 26) encuentran que el grueso de la población desplazada se encuentra entre los rangos de 0 a 17 años y de 65 años o más, es decir en edades de alta dependencia económica. Así, al igual que para dicho estudio, en la ECH los hogares desplazados se componen de aproximadamente 4,7 miembros, de los cuales aproximadamente 2,1 eran menores de 14 años, y 3,4 se encontraban entre 14 y 60 años, 2,5 para dichos autores [Ver Ilustración 1].

2.2. Género: De acuerdo a la literatura, el desplazamiento forzado tiene también un patrón de género. Por una parte las experiencias del desplazamiento afectan de diferente modo a hombres y mujeres, tanto sicológica como económicamente (Meertens y Segura-Escobar, 1996: 171-175). En este sentido, Ibáñez y Vélez (2003a: 13-14) enuncian que de acuerdo a datos de la RSS, en el año 2001 las mujeres representaron el 49% de la población desplazada. De acuerdo a la ECH, en promedio de los años 2001 a 2006 las mujeres desplazadas han representado aproximadamente la misma cifra, siendo en el año 2001 algo más del 42% de la población desplazada. Esto resulta particularmente interesante dado que tanto los estudios basados en muestras de comunidades desplazadas como nuestro ejercicio con la ECH muestran un patrón de género que no se asemeja al patrón demográfico de la población total.

Adicionalmente, de acuerdo a Ibáñez y Moya (2006: 19), las oportunidades de empleo para las mujeres desplazadas se caracterizan por ser de baja remuneración, por lo que resultan insuficientes para el sostenimiento del núcleo familiar. Nuestros resultados, en particular aquellos generados para el periodo 2001-2003 muestran que las mujeres desplazadas tuvieron un ingreso promedio de $178.539, mientras que los hombres desplazados ganaron en promedio $204.745 y los hombres nativos $282.089; en Silva y Guataquí (2006) realizamos análisis más sofisticados de la descomposición del ingreso salarial, llegando a conclusiones similares con una metodología más sofisticada.

2.3. Composición del hogar: Como lo mencionan Meertens y Segura-Escobar (1996: 171), la fragmentación de la familia es considerada uno de los problemas asociados con el desplazamiento forzado, lo cual tiene un efecto significativo en la composición del hogar.

El género del (de la) jefe de hogar es un elemento particularmente importante, debido al proceso que pudo haber llevado a dicha circunstancia, como es el caso de viudas que asumen la jefatura del hogar ante el asesinato de sus esposos, o debido a la fragmentación del núcleo básico, por el hecho que los hombres sufren mayores traumatismos en la inserción económica y social al medio urbano luego del desplazamiento y la unión de pareja se rompe como consecuencia de dicho trauma. En cuanto a la Jefatura de Hogar Femenina se encuentra que las cifras son dispares para los hogares desplazados. De acuerdo a Ibáñez y Querubín (2004: 35), mientras que el RUT reportó que un 37,5% de hogares tenían jefatura de femenina, los datos de la RSS exhibieron un 44% de hogares con jefatura femenina; también muestran cifras dispares Hines y Balleto (2002: 16-17) quienes reportaron que los hogares con jefatura femenina representaron el 56%; por otra parte, Ibáñez y Moya (2006: 27) encuentran que el 19% de los hogares desplazados encuestados tenían mujeres por jefes de hogar, mientras que González (2002: 18) identifica el 49,7% y Neira (2004: 21-22) por su parte, simplemente evidencia que las familias raizales exhiben un mayor número de familias encabezadas por mujeres que en el caso de los desplazados. Por su parte, la ECH muestra que en promedio el 21% de los hogares de desplazados se encontraron con jefatura femenina.

Es de resaltar que el cambio de la estructura del hogar profundiza los patrones de vulnerabilidad; uno de los cambios en los hogares desplazados es el elevado porcentaje de casos de pérdida de los miembros del hogar con mayor capital humano y en edad productiva (Ibáñez y Moya, 2006: 27). Con respecto a esto, Erazo et. al (1999) citan datos de un reporte de Codhes de 1997, de acuerdo al cual el 40% de las jefes de hogar se habían convertido en dicha figura luego de la muerte violenta de su compañero. Meertens y Stoler (2001: 137-145) e Ibáñez y Vélez (2003a: 13) mencionan que entre las comunidades desplazadas a Bogotá el 40% de las viudas lo era a causa de la violencia, y que el 18% de las mujeres separadas llegaron a dicho estado luego del desplazamiento; así mismo, Neira (2004: 22) encuentra que para Soacha el 24% de las mujeres jefes de hogar de familias desplazadas son viudas; finalmente, Ibáñez y Querubín (2004: 42-43) identifican que el 14% de los hogares uniparentales de los desplazados lo son debido a la viudez del jefe. En este sentido, de acuerdo a nuestro análisis de la ECH, en promedio entre el 2001 y el 2006, el 31% de las desplazadas forzadas con jefatura de hogar eran divorciadas y el 23% eran viudas, frente a los jefes de hogar masculino en los cuales menos del 1% eran viudos y sólo el 3% eran divorciados.

Adicionalmente, se encuentra que de acuerdo a la información de la ECH, y coherentemente con Ibáñez y Moya (2006: 24-27), los hogares desplazados se enfrentan a tasas de dependencia económica más altas, y calculan que dicha tasa era de 1,0 para el 2003. De acuerdo a la ECH la tasa de dependencia económica por hogar es de sólo 0,66 en el 2003 y 0,62 para todo el periodo 2001-2005. Esta cifra aunque baja, se asemeja a la tasa de dependencia que exhibieron los hogares de acuerdo al estudio realizado por Ibáñez y Moya (2006: 25).

2.4. Grupos Étnicos: Otro de los patrones acerca de la composición demográfica del flujo de desplazados forzados es que tienen una mayor proporción de individuos pertenecientes a ciertos grupos étnicos definidos (GTD, 2002: 46; Hines y Balletto, 2002: 21; Fagen et. al, 2003). Así González (2002: 6) identifica que más del 18% de la población desplazada es afrocolombiana, y que el 5% se considera indígena. En general, de acuerdo a lo estimado por Ibáñez y Vélez (2003a), para el 2002 las minorías étnicas representaron el 38% de esta población. Adicionalmente, Ibáñez y Querubín (2004: 35) determinan que existen divergencias en la información acerca de las minorías étnicas de acuerdo a las dos principales fuentes de información, debido a que si bien la RSS reportó un nivel igual al 38% en el 2002, el RUT reportó sólo 3,3%; este estudio sugiere que esto podría deberse a que el sistema RUT concentra su accionar en municipios con menor presencia de minorías étnicas, o a que los hogares más vulnerables y con un particular perfil étnico sí se registran en la RSS. Nuestra anotación y análisis en torno al perfil étnico es realizada con el propósito de generar en el lector un panorama más global. Desafortunadamente dada la estructura del modulo de migraciones de la ECH no es posible desagregar las características personales de los individuos al punto de contar con sus perfiles étnicos.

2.5. Zonas Geográficas: La Ilustración 2 muestra la distribución de los desplazados en Colombia de acuerdo a la ECH, de la cual pueden identificarse las zonas geográficas con más representatividad del fenómeno de acuerdo a la forma en que la ECH lo detecta, y es el lugar de residencia del migrante. Desafortunadamente, dado el diseño de la encuesta, no pueden detectarse zonas emisoras y receptoras de desplazamiento.

Adicionalmente, de acuerdo a Ibáñez y Querubín (2004: 40-43) la caracterización socio-demográfica de los desplazados refleja las particularidades de la población rural y de la violencia, las cuales a su vez se encuentran relacionadas con una alta vulnerabilidad y propensión a la pobreza en las zonas urbanas. De acuerdo a la ECH en el periodo 2001-2006, el 67,08% de la población desplazada se ubicó en las cabeceras.

2.6. Nivel Educativo: Al analizar el grado de formación del capital humano de los desplazados, se encuentra que tienen un bajo nivel de escolaridad. Así, Ibáñez y Querubín (2004: 26) identificaron que la escolaridad promedio de los desplazados es cerca de la mitad de la escolaridad del grupo de referencia; de acuerdo a la ECH el 51,1% de los migrantes económicos accedieron a educación secundaria, siendo este valor de sólo 35% para los migrantes forzados; más dramáticamente aún, para el 2006 mientras que el 24,1% de los migrantes económicos contaban con educación superior, esta cifra representó sólo 12% para los desplazados forzados en Colombia.

Ampliando el periodo de análisis, la Ilustración 3 muestra que los desplazados, caracterizados desde la ECH, exhiben menores niveles educativos que sus contrapartes migratorias: nativos y migrantes económicos. Esto es coherente con la teoría del capital humano de cara a la migración, siendo la educación un factor racional de diferenciación laboral para el migrante, y teniendo en cuenta que el desplazamiento no es un evento racional que sea consecuencia de un proceso reflexivo de migración. Así, los desplazados representan un porcentaje mayor que los nativos y migrantes económicos en los menores niveles educativos (ninguno, 9,58% /vs/ 6,41 y 4,93%; primaria, 50,93% /vs/ 42,24% y 35,51%), mientras que se rezagan en su participación a medida que se incrementa el nivel de escolaridad.

2.7. Inserción al Mercado Laboral: Una mirada detallada a los indicadores laborales de los diferentes grupos analizados muestra algunos elementos a resaltar. La Tabla 1 presenta dichos indicadores para nativos, desplazados y migrantes económicos calculados con información de la ECH, entre el 2001 y 2006. Esta sección no presenta tantas referencias comparativas como las precedentes, por el simple hecho de que normalmente el análisis laboral de los desplazados se concentra en los elementos más inmediatos del mismo, como son su situación de empleo/desempleo y sus ingresos, dado que con esta caracterización del desplazamiento forzado con la ECH se superan los problemas en la definición del desempleo y la precisión de las estadísticas laborales que presentan otras fuentes de información acerca del desplazamiento por que la ECH se encuentra diseñada básicamente para caracterizar la estructura del mercado laboral en Colombia constituyéndose en una fuente de información fiable en este sentido.

Tabla 1

Principales Indicadores Laborales por Condición Migratoria de acuerdo a la ECH 2001-2006

 

2001

2002

2003

2004

2005

2006

TGP Nativos

60,94%

60,92%

60,06%

60,37%

57,46%

57,96%

TGP Desplazados

69,12%

59,32%

61,58%

66,27%

63,75%

64,02%

TGP Migrantes Económicos

94,80%

96,58%

95,91%

95,50%

95,44%

93,76%

TO Nativos

49,86%

49,33%

49,95%

50,48%

49,03%

50,03%

TO Desplazados

54,83%

42,29%

50,18%

52,09%

52,93%

50,56%

TO Migrantes Económicos

86,42%

85,59%

87,82%

86,05%

86,82%

85,16%

TD Nativos

18,71%

19,51%

17,24%

16,99%

15,01%

14,14%

TD Desplazados

20,82%

28,76%

18,62%

22,12%

17,25%

21,59%

TD Migrantes Económicos

9,45%

11,57%

9,05%

10,98%

9,54%

9,66%

TS Nativos

10,84%

13,15%

9,45%

11,16%

12,02%

11,16%

TS Desplazados

13,93%

13,61%

14,56%

11,78%

18,04%

15,47%

TS Migrantes Económicos

9,40%

11,15%

8,68%

13,63%

10,35%

8,50%

Fuente: ECH 2001-2006, Cálculos de los Autores. TGP: Tasa Global de Participación; TO: Tasa de Ocupación; TD: Tasa de Desempleo; TS: Tasa de Subempleo.

Dentro de la literatura de capital humano, la migración económica se exhibe también como una estrategia económica, y suele sustentarse empíricamente en el hecho de que los individuos bajo dicha denominación exhiben las mayores tasas de participación, que de hecho parecen traducirse en mayores tasas de ocupación y menores tasas de desempleo. Los desplazados, por otra parte, parecen exhibir su angustiosa situación económica a través de tasas de participación mayores que las de los nativos, pero con tasas de ocupación menores y con las mayores tasas de desempleo existentes entre las tres condiciones migratorias analizadas.

Otro de los patrones evidenciados en los estudios acerca del desplazamiento, es que esta población encuentra mayores dificultades para la inserción en el mercado laboral luego del desplazamiento. Con respecto a lo anterior, Ibañez y Vélez (2003b: 11) encuentran que la tasa de desempleo para los jefes de hogar era de 33% y para los otros miembros mayores de 18 años era de 37%. En contraste, nuestro análisis de la ECH identifica tasas de desempleo menores a las de dichos estudios, pero no obstante, significativamente superiores al grupo que podríamos denominar de control (nativos), tal como se evidencia en la Ilustración 4. De acuerdo a la información que analizamos, la tasa de desempleo para los jefes de hogar para el periodo 2001-2006 fue de 16%, siendo para los otros miembros del hogar 25,85%; sin embargo, en general las tasas de desempleo de los desplazados en la ECH son superiores a las de los nativos, con el agravante de que si bien la tasa de desempleo de los nativos parece exhibir un comportamiento anticíclico, la de los desplazados no tiene dicha relación.

Así mismo, Ibáñez y Querubín (2004: 26) señalan que estas elevadas tasas de desempleo de la población desplazada parecen ser resultado de los bajos niveles de escolaridad, los cuales fueron planteados previamente. En consecuencia, dichos autores mencionan que existe una aparente vinculación de los desplazados a ocuparse en el sector informal, lo cual puede denotar un empleo en condiciones precarias; existen indicios de esta vinculación desde la ECH si se analizan las posiciones en las que los desplazados se encontraron ocupados (Ilustración 5).

De esta manera, se identifica que la mayoría de los desplazados ocupados se encontraron como empleados por cuenta propia o particulares, lo que podría dar indicios de la informalidad en los cargos que ocupan. Otro aspecto a resaltar es que las elevadas tasas de desempleo pueden ser ocasionadas también por una preparación inadecuada para las labores en las áreas urbanas (Ibáñez y Querubín, 2004: 26). En la ECH se evidencia que la mayor parte de desplazados se desempeñan en labores en los sectores agropecuario y de comercio, restaurantes y hoteles, los cuales se encuentran relacionados con sectores que brindan una baja remuneración (Ilustración 6).

2.8. Ingresos: Además de la problemática de la baja remuneración de las mujeres desplazadas ya mencionada, se encuentra que en general los desplazados forzados también son en su mayoría individuos que tienen un ingreso por hogar precario. Es así como Ibáñez y Querubín (2004: .27) identificaron que el promedio mensual de ingresos de los desplazados en el 2002 era de $217.711, cerca de $110.000 por debajo de la línea de pobreza de la época; esta es una cifra similar a la encontrada para este mismo periodo de acuerdo a la ECH, dado que el ingreso mensual promedio se calculó en $211.288; y en $224.340 para el periodo 2001-2005 incluyendo los pagos en especie.

3. Comentarios finales

En este artículo hemos presentado los argumentos demográficos y económicos por los cuales consideramos que la caracterización del desplazamiento forzado a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) es una aproximación instrumental alternativa a la problemática de la falta de consenso sobre las fuentes de información sobre desplazamiento forzado en Colombia, dado que valida el perfil socioeconómico y demográfico de los desplazados de acuerdo al marco conceptual de ciertos hechos estilizados que fueron detectados en estudios de campo aplicados a comunidades desplazadas.

Hemos presentado los factores mediante los cuales, a partir del módulo de migración de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) se analizaron los elementos socioeconómicos del grupo objetivo, que permitieron caracterizar a la población desplazada mediante la detección rigurosa de ciertos patrones diferenciales, a saber:

  • Un patrón etáreo en el cual se identifica una alta proporción de menores de edad superior a la de la población en general.

  • Una alta tasa de dependencia económica.

  • Una dimensión de género ligada a la descomposición familiar, debido a que se encontró mayor proporción de hogares desplazados con jefatura femenina, así como mayor proporción de viudas.

  • Menores niveles de escolaridad que los de la población en general.

  • Indicadores de una deficiente inserción laboral: bajos ingresos comparativos con individuos de edad, nivel educativo y género que no son desplazados. Diferenciales salariales que afectan en mayor proporción a las mujeres desplazadas. Tasas de desempleo más altas agravadas por el hecho de que los desplazados cuentan con mayores niveles de participación laboral.

Por tanto, habiendo evaluado la hipótesis conceptual de que el desplazamiento implica la definición de un perfil socioeconómico y demográfico; este perfil podrá entonces ser de gran utilidad tanto para el diseño de políticas de atención a la población desplazada, y para el análisis instrumental del efecto estructural que esta problemática migratoria pueda tener sobre la distribución geográfica, demográfica y económica de la población colombiana en el largo plazo. Adicionalmente, con esta caracterización del desplazamiento forzado se superan los problemas en la definición del desempleo y en la precisión estadística que presentan otras fuentes de información acerca del desplazamiento. Con esta aproximación se ofrece entonces una alternativa analítica, la cual no pretende descalificar los esfuerzos dedicados al montaje y mantenimiento de los sistemas de información sobre el desplazamiento forzado, pero si avanzar en la construcción de enfoques alternos.

En futuras investigaciones, podrían explorarse desde el Censo de 2005, así como también desde la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), caracterizaciones directas o instrumentales del desplazamiento forzado, y de alguna manera empalmar las series de desplazamiento, con el fin de tener una herramienta continua e histórica del perfil de los desplazados. El desafío a enfrentar no es poco, dado que Colombia es una de las naciones más afectadas por el desplazamiento a nivel mundial.

Notas

1. La descripción de estos sistemas sigue la propuesta por BaarØy (2003, p. 9–11).

2. Los reportes estadísticos y cualitativos de RUT se encuentran disponibles en http://www.disaster-info.net/desplazados/index.cfm

3. Los reportes generados por CIRC incluyen información relacionada con características socio-económicas de la población afectada. Sin embargo, el CICR no realiza ninguna estimación sobre el número agregado de desplazados en Colombia.

4. A partir de Junio de 2006 el DANE al realizar profundas transformaciones de tipo muestral, conceptual y en los mecanismos de recolección de la ECH, inició la aplicación de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH). Aunque en esta nueva encuesta se sigue aplicando un Módulo de Migración, las modificaciones ya mencionadas, junto con el hecho de que a diferencia del cambio entre la Encuesta Nacional de Hogares (ENH) y la ECH, en el cual se aplicaron durante un periodo cautelar las dos encuestas para mantener la compatibilidad; tienen la implicación de que los análisis desarrollados en la ECH y la GEIH no sean comparables.

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