La yerba mate en misiones (Argentina). Estructura y significados de una producción localizada¹

Rau, Víctor²

¹ Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el IV Congreso Internacional de la Red SIAL, Mar del Plata, 27 al 31 de Octubre de 2008.

² Licenciado en Sociología; Doctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires, UBA, Argentina). Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con sede de trabajo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires (IIGG/UBA); Profesor adjunto de la UBA. Dirección postal: Instituto de Investigaciones Gino Germani; Pte. J. E. Uriburu, 6º piso. CP 1114 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina; e-mail: victorhrau@yahoo.com.ar

RESUMEN

Por razones ecológicas, sociales e históricas, la organización productiva y el consumo de la yerba mate en Argentina poseen un fuerte arraigo territorial. El estudio se propone caracterizar la estructura y los significados de esta producción, examinándola desde la perspectiva teórica de los Sistemas Agroalimentarios Localizados (SIAL). Además de la dimensión económica, se abordan fundamentalmente dos dimensiones de análisis centrales para el enfoque: la dimensión histórica y la dimensión identitaria. Seguidamente, se describe la historia reciente y encrucijadas actuales de esta producción en la Argentina, reflexionando acerca de las posibilidades de identificación y valorización de recursos colectivos presentes en su territorio. El trabajo se basa, de una parte, en un corpus de más de cuarenta entrevistas y notas de campo producidas en la provincia de Misiones entre los años 1998 y 2008 y, de otra, en el tratamiento de datos estadísticos y el análisis interpretativo de fuentes documentales.

Palabras clave: yerba mate, sistemas agroalimentarios localizados, calidad, acción colectiva, Misiones, Argentina

ABSTRACT

For ecological, social, and historical reasons, the productive organization and consume of yerba mate in Argentine took deep roots in the territory. The aim of this study is to characterize the structure as well as the meanings of this production by examining it through the Localized Agriculture Systems theory (SIAL). Besides the economic dimension, two main dimensions of central analysis have been taken: the historical and the identitary. Afterwards, the recent history and the current crossroads of this production in Argentina will be described, emphasizing the identification and valorization of the collective resources in its territory. On the one hand, the study is based on a corpus of more that forty interviews and notes taken on the ground in the Misiones province and, on the other hand, in statistical data and the interpretation and analysis of documentary sources.

Keywords: yerba mate, localized agriculture systems, quality, collective action, Misiones, Argentine

RÉSUMÉ

Pour des raisons écologiques, sociales et historiques, l’organisation de la production et de la consommation de l’herbe matée en Argentine possède un fort enracinement territorial. L’étude se propose, d’abord, de caractériser la structure et les significations de cette production, à partir de l´approche théorique des Systèmes agroalimentaires localisés (SYAL). Dans ce sens, d´ailleurs de la dimension identitaire, sont abordées fondamentalement deux dimensions d’analyse centrales pour cette approche : la dimension historique et la dimension identitaire. Dans un second temps, le travail décrie l’histoire récente et aux enjeux actuels que traverse cette production en Argentine. Il mène à une réflexion autour des possibilités d’identification et de valorisation des ressources collectives présentes sur son territoire. L´étude s’appuie, d’une part, sur un corpus de plus d´une quarantaine d´entretiens et de notes produites dans la province de Misiones et, d’autre part, sur le traitement de données quantitatives et l’analyse des documents écrit.

Mots-clé: herbe matée, systèmes agroalimentaires localisés, qualité, action collective, Misiones, Argentine

Recibido: 01-01-2009 Revisado: 08-02-2009 Aceptado: 09-02-2009

1. INTRODUCCIÓN

Por razones ecológicas, sociales e históricas la organización productiva y el consumo de la yerba mate en Argentina poseen un fuerte arraigo territorial³. El presente trabajo se propone examinar la estructura y significados de esta producción, vista desde el enfoque de los Sistemas Agroalimentarios Localizados (SIAL). Además de la dimensión económica, se profundiza particularmente en el análisis de la dimensión histórica y la dimensión identitaria del sistema yerbatero. A partir de ello, el trabajo introduce a la historia reciente y encrucijadas actuales por las que atraviesa esta producción; concluyendo con reflexiones acerca de las posibilidades abiertas por la acción colectiva para el reconocimiento y valorización de bienes comunes presentes en el territorio.

El estudio se basa en datos producidos en forma primaria, a través de técnicas cualitativas, a lo largo de seis períodos de trabajos de campo en la provincia argentina de Misiones, entre los años 1998 y 2008. Durante estos trabajos se produjeron más de cuarenta entrevistas en profundidad y semiestructuradas con productores primarios, empresarios agroindustriales, contratistas de servicios, asalariados permanentes, capataces y cosechadores estacionales, representantes de asociaciones gremiales del sector, funcionarios del Estado, cuadros técnicos de centros de innovación e informantes clave. Otras informaciones se registraron en notas de campo, producidas con base en observaciones etnográficas practicadas sobre el terreno. Junto con la revisión y análisis interpretativo de fuentes documentales y hemerográficas, finalmente se incorporó también el tratamiento de datos secundarios de tipo estadístico a fin de incorporar aspectos históricos y estructurales del sistema.

2. EL ENFOQUE SIAL

El surgimiento del enfoque de los SIAL se muestra ligado al proceso de revitalización y creciente despliegue que adquieren, desde mediados de la década de 1980, las reflexiones sociológicas y antropológicas sobre cuestiones referentes a la esfera de la economía. Entre otros desarrollos, diversas líneas de investigación se abocaron a la búsqueda de comprensión -a partir de nuevas herramientas de análisis- de los síntomas de crisis, reestructuraciones y alternativas a los tradicionales modelos de crecimiento basados en producciones a gran escala, con dirección centralizada, de organización jerárquica y orientada a la generación de bienes estandarizados para el consumo masivo. Es en este contexto en el que comienzan a cobrar relieve objetos de estudio y enfoques tales como el de los «distritos industriales» -primeramente en Italia-, los clusters -en la tradición anglosajona-, las economías de proximidad o los «sistemas productivos localizados» (SPL) -en Francia- (Trigilia, 2002; Chiffoleau y Touzard, 2007). En el mismo sentido, los más recientes procesos de avance de la globalización y extensión de los mercados, paradójicamente contribuirían a poner cada vez más de relieve la entidad social y apropiación identitaria de los territorios (Linck, 2006; Lévesque, 2007). De diversos modos se redescubre y enfatiza la significación económica de elementos tales como las redes sociales, las dinámicas de reciprocidad, los contenidos de confianza, los saberes tácitos, las culturas, las identidades y ambientes locales. Como parte del mismo movimiento toman fuerza también reflexiones acerca de las regulaciones sociales y el anclaje local de la producción y el consumo de alimentos, de los atributos simbólicos e identitarios que poseen los mismos y de los procesos de cualificación que afectan tanto a los productos como de sus consumidores. Dentro de esta corriente de pensamiento se inscribe el enfoque teórico- metodológico de los «Sistemas Agroalimentarios Localizados » (SIAL), que comenzara a cristalizar hacia finales de la década de 1990, originalmente en trabajos desarrollados desde el CIRAD⁴ y el INRA⁵ con sede en Montpellier, Francia (Muchnik y Sautier, 1998; Muchnik et. al., 2007).

En tanto objetos de estudio específicos, los SIAL tienden a adquirir características que los diferencian de otros sistemas productivos localizados. Ellas provienen principalmente: 1) del vínculo particularmente estrecho que posee la agricultura con los espacios geográficos socialmente apropiados; y 2) de la particular importancia que adquieren los componentes simbólicos e identitarios en el «hecho alimentario». En efecto, es en función del reconocimiento de esta importancia que el enfoque propone comprender al fenómeno alimentario como un «hecho social total», en el sentido de Mauss (Muchnik, 2006a y 2007).

El enfoque asume, finalmente, que semejantes atributos intangibles ligados a los sistemas agroalimentarios localizados son construcciones desarrolladas en el tiempo, por tanto no sólo susceptibles de exámenes genealógicos sino también continuamente en movimiento y transformación. Asimismo se asume que la localización de un sistema agroalimentario constituye un proceso histórico. De este modo, una producción que no se encontraba localizada puede llegar a localizarse a través del tiempo, en un proceso mediante el cual llegará también a «hacer sistema » con otros factores actuantes en el territorio.

3. LAS CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA YERBATERO EN MISIONES (ARGENTINA)

Contemplada desde el enfoque SIAL, puede caracterizarse la producción yerbatera en la provincia de Misiones en función de tres aspectos principales: se trata de una producción fundada en la pequeña y mediana explotación, con marcado anclaje territorial y con un fuerte contenido identitario.

En efecto, alrededor del 90% de la producción argentina de yerba mate proviene de la provincia de Misiones y el 10% restante de la región correntina que limita con ella (Gortari, 1998). Argentina es el mayor productor mundial de yerba mate⁶. Los otros dos únicos países productores son Brasil y Paraguay; es decir, aquellos dos espacios nacionales con los que la provincia limita hacia el Este y el Oeste respectivamente. Estos tres países, junto con Uruguay, son también los principales consumidores de la infusión. Otros países de América Latina, Estados Unidos y la Unión Europea, representan mercados de consumo menos significativos. Por otra parte, el consumo de yerba mate se ha difundido de modo considerable en países del medio oriente, originalmente incorporado como costumbre y trasladado a aquella región por miembros de comunidades sirias y libanesas asentadas en la zona productora.

En Misiones, la producción de yerba mate se basa predominantemente en la pequeña y mediana explotación, la mayor parte de ellas de tipo familiar. En el Cuadro Nº 1 puede observarse que las explotaciones con menos de 5 hectáreas implantadas constituyen el 52% de las unidades productivas yerbateras, y las de más de 5 y hasta 25 hectáreas representan otra 42% de ese total; distribuyéndose entre estos dos estratos el 64% de la superficie total implantada con el cultivo en la provincia. Más aún, se encuentra que en más del 60% de las unidades de producción agrícola del territorio (INDEC, 2002), el cultivo representa un componente destacado de aquella conjunción de aspectos fácticos y fenomenológicos que configura el «paisaje» -en el sentido de Dubost (1991)- rural misionero; y en particular, de lo que podría entenderse como el «cuadro de vida» agrario de la provincia, en el sentido de Brunel y Moriceau (1999).

La constitución de estas características, así como la conformación un contenido identitario por el cual el territorio de Misiones es asociado con la producción y consumo de la yerba mate a través de la percepción de sus habitantes, resultan particularmente susceptibles de comprensión y explicación a partir del análisis de la dimensión histórica.

4. LA DIMENSIÓN HISTÓRICA

El área subtropical misionera se halla en el corazón de la región natural de crecimiento de la especie, con condiciones especialmente aptas para su cultivo. Las actividades vinculadas con este producto constituyeron una de las principales bases económicas del asentamiento de conquistadores españoles y clérigos jesuitas durante el período colonial (de Sagastizábal, 1984)⁷. Entre fines del siglo XIX y principios del XX, la cosecha de yerbatales naturales comenzó a ser sustituida por la extensión de la producción bajo cultivo (Bolsi, 1980, 1986).

Pero, más precisamente, los rasgos centrales de la actual estructura productiva agraria yerbatera son el resultado de un programa de colonización agrícola del territorio, promovido desde el Estado nacional a partir del año 1926⁸ (Cafferata, De Santos y Tesoriero, 1974). En el Cuadro Nº 2 puede observarse cómo la superficie implantada con yerba mate en Misiones comienza a incrementarse a un ritmo que ronda las 5.000 hectáreas anuales a partir de 1926, lo que a partir de los cinco y diez años posteriores se traduce en incrementos de entre 6.000 y 25.000 toneladas anuales en la producción.

Tres fueron los rasgos centrales del proceso de asentamiento poblacional y expansión de la producción en el territorio. En primer lugar, el programa de colonización estuvo basado en la explotación agrícola familiar. En segundo término, en el marco del programa, la yerba mate funcionó como «cultivo poblador» (Bartolomé, 1975) -su implantación era condición para el otorgamiento de tierras y de créditos promocionales para la producción. La tercera característica consiste en que el programa condujo al territorio a una población inmigrante con muy variadas nacionalidades, predominantemente de orígenes europeos (Cuadro Nº 3)⁹.

De hecho, el programa se hallaba en importante medida orientado por objetivos geopolíticos. Inserto como una cuña entre los espacios nacionales del Brasil y el Paraguay (Mapa Nº 1), el territorio de Misiones se encontraba escasamente poblado y poseía una muy endeble vinculación económica y política con la Argentina (Abínzano, 1985). La promoción del cultivo de yerba mate, en tanto se trata de una producción fuertemente orientada al mercado interno nacional, se adecuaba al objetivo de consolidar y estrechar los vínculos económicos y sociales de ese territorio con el resto del país. Se buscó también que la variedad de etnicidades y nacionalidades de los colonos agrícolas fuera muy amplia, de modo tal que no pudieran reproducirse en mayor escala las comunidades nacionales extranjeras dentro de este espacio territorial¹⁰. Por último, se buscó desde el principio generar un sentimiento de pertenencia a la Argentina de estas poblaciones, a través de la implantación de instituciones educativas capaces de difundir una misma cultura nacional y de la presencia del Estado en unidades administrativas, inversiones en infraestructura pública o líneas favorables de créditos para los productores. En el proceso descrito se halla también el origen de gran parte de los contenidos simbólicos actualmente asociados con la yerba mate en Misiones.

5. LOS COMPONENTES SIMBÓLICOS E IDENTITARIOS

La coyuntura de conflictividad y acciones de protesta, abierta desde inicios de la presente década en el complejo agroindustrial, resultó especialmente propicia para la percepción y relevamiento de estos componentes del sistema agroalimentario en el territorio. En dicha situación, muchos de los contenidos simbólicos e identitarios estructuradores de este sistema han sido movilizados como recursos de intervención, sobre todo por parte de los pequeños y medianos productores agrícolas; éstos, como resultado, han sido fuertemente reconocidos y legitimados al mismo tiempo por la opinión pública provincial (Rau, 2002; Rosenfeld y Martínez, 2003).

Los trabajos de campo realizados en la provincia permitieron percibir hasta qué punto y de qué manera estos contenidos ligan simbólicamente la producción y consumo de yerba mate con la nacionalidad argentina, esto es, con la pertenencia legítima a una comunidad relativamente amplia. En los discursos de los actores de la sociedad civil y del Estado también se alude y reconoce recurrentemente a la yerba mate como «el producto madre de Misiones», es decir, se vincula con el origen de la provincia.

Finalmente se enfatiza con frecuencia como atributo de la yerba mate el de ser un «producto noble». En esto último se hallan implicados simultáneamente dos sentidos. Por una parte, la yerba mate es considerada en el territorio de Misiones como un producto refinado, tanto en su proceso de elaboración como en la forma de preparación y consumo¹¹. De otra, la yerba mate es considerada un producto «noble» también en el sentido de «confiable», en tanto cultivo perenne que posibilita el sustento y progreso de las familias de agricultores misioneros a través de las generaciones. En el discurso de los productores, se trata claramente de un doble atributo de nobleza que se pretende reafirmar y conservar.

Pero la yerba mate aparece todavía más rica en significados orientados de muy diversos sentidos y valorados siempre positivamente en el territorio misionero; significados que remiten no sólo a su producción sino que también -la mayoría de ellos- se hallan vinculados con su consumo. De esta manera, el «tomar mate» aparece asociado con la camaradería, con el diálogo sincero, con el sentimiento de comunidad bajo la forma tradicional de compartir. Se lo asocia además con el trabajo y el esfuerzo, como estimulante y como recompensa, pero también como resultado del esfuerzo en el caso de los productores. Aparece, finalmente, como una infusión sana y natural. Estos atributos no se otorgan, por ejemplo, al café u otras infusiones semejantes.

6. ENCRUCIJADAS ACTUALES

La constitución -a través del proceso de colonización agrícola del territorio- de una estructura de producción primaria basada en gran número de pequeñas y medianas explotaciones familiares, conformó también un oligopsonio para el mercado de la materia prima al interior del complejo agroindustrial. En efecto, frente a 17.000 productores primarios yerbateros aproximadamente, en la actualidad las industrias elaboradoras del bien final son poco más de un centenar; de éstas, las cuatro más importantes concentran cerca del 50% de la elaboración para el consumo, en tanto las diez más importantes el 80% de las ventas (Gortari, 2007a).

Los efectos de esta estructura oligopsónica en la comercialización de materia prima al interior del complejo productivo se dejaron ver tempranamente. A principios de la década de 1930, una vez que el volumen de la creciente oferta nacional de materia prima equiparó a las necesidades de la demanda, se produjeron las primeras advertencias acerca de caídas en los precios, con crisis de rentabilidad en las unidades de producción primaria. A partir de esta situación y, en consonancia con las políticas económicas en boga durante la época, se creó la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM); es el organismo nacional destinado a regular la forma y magnitud del incremento de la producción mediante la administración de autorizaciones de implantación a los productores solicitantes (Schamber, 2000). Asimismo, en el seno de la CRYM se instituyó un Mercado Consignatario, concentrador de la oferta, destinado a intermediar el oligopsonio regulando los niveles de precio de la materia prima. El complejo productivo de la yerba mate funcionó regulado así hasta 1991, año en que aquellos dispositivos fueron disueltos por Decreto Nº 2284/91 del Poder Ejecutivo Nacional.

A grandes rasgos, el fenómeno registrado hacia 1935 volvió a repetirse entonces: luego que las posibilidades de implantación fueran desreguladas, ni bien la oferta de materia prima producida equipara a la demanda, los precios de la misma iniciaron un rápido descenso. Ello sucedió a partir del año 1996. Hacia finales de la década, el precio de la hoja verde de yerba mate había descendido hasta casi un tercio de su valor en 1990 (Gráfico Nº 1).

Cuadro 5 Precio nacional promedio del kilogramo de yerba mate, según estdo de elaboración (periodo 1990-2000)

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Agro y la Producción de la Provincia de Misiones (Yerba Mate.

Precios promedio mensuales), e INDEC (Índice de precios al consumidor).

Desde el año 2000 en adelante comenzaron a emerger procesos de acción colectiva a nivel provincial, encabezados por pequeños y medianos productores primarios; acciones colectivas de protesta, sobre todo, pero que perduraron luego en la conformación de nuevas asociaciones locales, zonales y provinciales; en espacios de reflexión, articulación de actores, análisis de situación, discusión acerca de objetivos comunes y de instrumentos para alcanzarlas. La Asociación de Productores de la Zona Centro, el Foro de la producción primaria o la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones constituida a partir de delegaciones de toda provincia (Fabio, 2008), entre otros, resultan significativos ejemplos de nuevos espacios comunes y estructuras organizacionales emergentes.

Como resultado de las metas que surgieron de este nuevo dinamismo en la acción colectiva, encabezada originalmente por los productores primarios de yerba mate, a partir del año 2003 volvieron a establecerse dispositivos institucionales participativos para la organización y regulación de la actividad. El más importante acontecimiento, en este sentido, fue la creación -por ley impulsada desde el parlamento nacional- del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Este organismo estaba destinado a promover el desarrollo de la actividad en su conjunto, cuyo directorio contempla la representación de todos los actores involucrados en el complejo, además de un representante del Estado nacional (Gortari, 2007b). Entre otras medidas, el INYM se orienta a establecer regulaciones consensuadas de los niveles de precio de la materia prima, tomando como parámetros iniciales los valores de venta del bien final en el mercado de consumo. Estas regulaciones poseen validez legal, pudiendo intervenir directamente el Estado en su establecimiento cuando no hubiera acuerdo definitivo entre las partes. De esta manera, en su primer año de funcionamiento el INYM establece un alza del orden del 500% en los precios de la materia prima yerbatera. Luego de cuatro años de funcionamiento del Instituto, en 2006, los productores primarios recuperaron formalmente una participación en la renta del sector equivalente a la que existía en el período previo a la desregulación: 30% sobre el valor final del producto (Gortari, 2007b: 412). En los años más recientes, las dificultades de control efectivo de los múltiples pagos individuales que se realizan en el complejo han derivado en una revitalización de los proyectos y discusiones acerca de recrear un mercado consignatario concentrador de la oferta (APAM, 2007). En el año 2008 aparecieron también iniciativas del Estado provincial de Misiones, orientadas a intervenir sobre el sector. Así se sanciona en el ámbito parlamentario de Misiones, por una parte, una normativa de «Registro de cosechadores de yerba mate» para la atención de su problemática laboral y social (Ley Provincial N° 4.450/08); y más tarde una ley de «Envasado en origen » (Ley provincial Nº 4.459/08) que formula como objetivo el de promover una mayor valorización de la yerba mate en su territorio de producción.

7. CONCLUSIONES

De acuerdo con las nociones que moviliza el enfoque SIAL, el conjunto de desarrollos de la acción colectiva reciente, por las características que adquieren, pueden ser comprendidos en tanto procesos orientados hacia una mayor «gobernanza territorial», estructurada desde el tejido de identidades y relaciones sociales de la zona productora; también por oposición al avance del «pilotaje sectorial », encabezado por la industria concentrada y la gran distribución o «hipermercadismo», que venía profundizándose en la actividad desde principios de la década de 1990. Este movimiento se conforma teniendo como punto de partida una situación de crisis, con presiones hacia la reconversión o desaparición de buena parte del estrato de pequeños y medianos productores tradicionalmente ligados al espacio físico, social y cultural de Misiones. Asimismo, consecuentemente, muchos de los elementos que vinculan a la producción de yerba mate con el territorio - en tanto espacio socialmente apropiado y sede de identidades- fueron rescatados y movilizados en los procesos de construcción de ámbitos de discusión y elaboración de las acciones colectivas encabezados por aquel estrato de productores primarios. En el reestructurado contexto actual, finalmente, crecimiento económico sectorial y desarrollo social territorial se han revelado como dimensiones problemáticas, si bien estrechamente ligadas, para los actores del sistema. Resta conocer el destino futuro de este proceso; por ejemplo, si serán restaurados mecanismos reguladores de la producción y los intercambios de materia prima como el mercado consignatario, semejantes a los que funcionaron en la actividad hasta principios de la década de 1990. La experiencia colectiva realizada por generaciones en estas prácticas de concertación y regulación, en todo caso, constituye todavía un saber propio - por tanto un recurso colectivo- de los actores del complejo.

Por otra parte, puede sostenerse que la revitalización de la acción colectiva, en tanto logra constituir e inscribirse en procesos de gobernanza, conlleva potencialidades para la identificación, para el fortalecimiento o incluso para la construcción social de bienes comunes que refieren al sector yerbatero y al territorio ligado con su producción primaria. En principio, el movimiento de acción colectiva registrado en Misiones emerge ya demandando la evaluación de las dimensiones de eficiencia, no sólo en términos de crecimiento económico sino también de desarrollo social, de un sistema de producción primaria es tructurado con base en la pequeña y mediana explotación agrícola familiar.

Además de ello, sobre todo desde la constitución del INYM, la acción colectiva revitaliza y constituye un marco institucional favorable para la generación o potenciación de diversos bienes comunes que requieren diseño participativo, consenso y coordinación; por ejemplo, los referidos a las prácticas de uso y manejo de agroquímicos, a las condiciones de empleo y seguridad de los asalariados de cosecha, o a la investigación y promoción de los valores nutricionales que posee la infusión. La construcción de una «calidad» del producto que contemple demandas tales como las de seguridad alimentaria y responsabilidad social representa, sin duda, un recurso colectivo importante para estrategias de penetración y difusión del consumo de yerba mate en los actuales mercados mundializados de infusiones alternativas (Gortari, 2007a).

Finalmente, cabría considerar también en igual sentido las posibilidades de promoción y extensión de percepciones acerca de los mencionados atributos simbólicos e identitarios positivos con que la yerba mate aparece ya fuertemente revestida en el territorio de su procedencia. Como lo demuestran algunas experiencias actuales incipientes¹², la propia presencia de la agricultura familiar en el «paisaje rural» misionero puede resultar susceptible de valorización, incorporada a las «cualidades» del producto. Así como los bienes son cualificables y calificados por sus demandantes, también los consumidores son sujetos de cualificación; esto es, ellos mismos resultan calificados y calificables para reconocer o valorizar atributos de los productos a través de múltiples procesos sociales y culturales (Allaire, 2002; Allaire y Wolf, 2004; Muchnik, 2006a). El auge actual de las «identificaciones geográficas » de los alimentos, en muchas casos se halla ligado a ese tipo de explicitación de los «valores intangibles», simbólicos e identitarios, de un producto (Muchnik, 2006b). Así también, el territorio de Misiones -principalmente a partir de sus atractivos naturales, como las cataratas del Iguazú, e históricos, como las ruinas jesuíticas- es un importante polo de atracción turística nacional e internacional. Entre otras, las sinergias entre el SIAL yerbatero, la calificación de los consumidores y el turismo natural, cultural y productivo rural, actualmente apenas comienzan a ser exploradas en la zona productora.

Notas

3 Como será desarrollado en el apartado 4, la yerba mate (Illex paraguarienses) es una especie originaria de la ecología subtropical comprendida en torno a las cuencas de los Paraguay, Alto Paraná y Uruguay. Dentro de Argentina, el cultivo alcanza su mayor rendimiento por hectárea en la provincia de Misiones. El consumo de esta infusión trascendió socialmente desde las etnias tupí-guaraníes originarias de esta región a los conquistadores y colonizadores españoles; luego fue adoptado por los posteriores pobladores del territorio. Fueron los eclesiásticos de la Compañía de Jesús, con «misiones» evangelizadoras en la región bajo el primer período de la colonia, quienes descubrieron la forma de germinación de la planta, emprendiendo y sentando las bases tecnológicas de la producción bajo cultivo. El comercio de yerba mate fue el principal bien mercantil con demanda en el Virreinato del Río de La Plata y en Alto Perú, producido con mano de obra aborigen desde las reducciones jesuíticas.

4 Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement.

5 Institut National de la Recherche Agronomique. Mapa 1 Ubicación de la provincia argentina de Misiones

6 La producción mundial de yerba mate se aproxima a los 500.000 toneladas anuales, 270.000 de las cuales son producidas en Argentina, 200.000 en Brasil y 30.000 en Paraguay (Gortari, 2007a).

7 El consumo de esta infusión, diurética y estimulante, fue transmitido por la etnia Tupí-Guaraní a los posteriores pobladores de la región. El hábito de «tomar mate» resulta todavía hoy especialmente difundido tanto en el territorio originariamente poblado por guaraníes como allí donde posteriormente se dirigió su diáspora: la propia Misiones, las provincias de Corrientes y Entre Ríos, la región pampeana; el Paraguay, el sur de Brasil y el Uruguay.

8 Por decreto que lleva la firma del Presidente argentino Marcelo T. de Alvear, la Dirección Nacional de Tierras establece como condición para la adjudicación de lotes en Misiones, la obligatoriedad de residir en la explotación y de implantar entre un 25 y 50% de su superficie con yerbatales dentro de un plazo máximo de dos años desde la entrega del título provisional. Según la misma normativa, quienes implantaran con yerba mate el 75% de la superficie adjudicada en propiedad quedaban eximidos de la obligación de residencia personal, pero pagaban un recargo en el precio de la tierra (Bolsi, 1986).

9 La política oficial de ocupación del espacio agrícola a través de la creación de una extensa capa de productores familiares capitalizados de origen principalmente europeo se inicia ya hacia fines del siglo XIX pero adquiere su mayor dinamismo durante la segunda y tercera década del siglo XX, precisamente ligada al fomento de la producción nacional yerbatera.

10 En este sentido, por ejemplo, las necesidades de intercambio social entre miembros de una amplia variedad de comunidades diversas, hacía imprescindible el aprendizaje de la lengua nacional de la Argentina para la comunicación compartida (Abínzano, 1985; Bartolomé, 2000).

11 Esta significación remite claramente a las diversas posibilidades de calificación de los consumidores, pues la yerba mate carece del mencionado atributo en los mercados de consumo argentinos que se hallan fuera de la zona productora.

12 Una experiencia de pequeña escala, en este sentido, fue impulsada desde comienzos de la presente década por el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) con la conformación de la cooperativa yerbatera de productores familiares «Río Paraná». Actualmente, dicho establecimiento elabora yerba mate con marca propia, la cual es ofrecida -en circuitos cortos- garantizando los valores intangibles de la economía solidaria y el consumo responsable en tanto «cualidades» del producto.

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