SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.13 número44La acreditación del aprendizaje por experiencia en la formación docente: Caso Instituto Pedagógico de MirandaLa docencia desde la investidura académica y la impostura fraudulenta índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Educere

versión impresa ISSN 1316-4910

Educere v.13 n.44 Meridad mar. 2009

 

Estrategias educativas para la formación en valores desde la educación informal de la familia

Esther Fragoso Fernández*; Emma Leticia Canales Rodríguez**

Universidad de la Salle Pachuca-México. efragoso@lasallep.edu.mx, leticia_canales@hotmail.com canalese@uaeh.reuaeh.mx

Resumen

Este artículo se enmarca dentro de la polémica de las estrategias en formación de valores en la casa y la escuela. Muestra la institución educativa como el lugar donde se abre la posibilidad de establecer relaciones con sujetos que tienen visiones diferentes del saber hacer cotidiano a partir de los códigos aprendidos en sus casas. El estudio se realizó en la primaria del Colegio Montessori de Cuernavaca (estado de Morelos, México) con la metodología de investigación-acción. Participaron 54 alumnos de 6 a 12 años, 4 maestros, la directora del plantel y 68 padres de familia, con la finalidad de diseñar estrategias para una propuesta de formación de valores que incorpore a padres y comunidad educativa, de tal manera que mejoren las prácticas planteadas en los dos programas de formación en valores con los que cuenta el colegio: el formal, exigido por la Secretaría de Educación Pública en el plan curricular, y el desarrollado por la institución a partir de su ideario: Sathya Sai. Se presenta el proceso de consulta e interacción entre los sujetos que participaron hasta el punto de la teorización de su práctica para perfilar las estrategias en una propuesta que integra los programas iniciales en una lógica globalizada.

Palabras claves: familia, educación, estrategias educativas, formación en valores.

Educational strategies to develop values from The informal education of family

Abstract

This article is framed within the controversy of strategies when developing values at home and at school. It shows the educational institution as the place where the possibility of establishing relationships with individuals with different visions of everyday knowledge is opened from the codes they have learned at home. The study was performed at Cuernavaca Montessori Primary School (Morelo State, Mexico) using research-action methodology. 54 students from 6 to 12 years old, 4 teachers, the school principal and 68 parents were involved, aiming to design strategies for a proposal of developing values involving parents and the educational community, therefore improving the practices suggested in the two programs of values development currently at the school: the formal, demanded by the Public Education Ministry in the curricular plan, and the one developed by the institution from its own: Sathya Sai. The process of consultation and interaction among the subjects who participated to the point of theorizing their practice to direct the strategies into a proposal that involves the initial programs in a globalized logic is presented.

Key words: family, education, educational strategies, values development.

Fecha de recepción: 7 de enero de 2008, Fecha de revisión: 26 de enero de 2008, Fecha de aceptación: 15 de julio de 2008

Introducción

Los seres humanos forman sus valores a través de la socialización. Ésta se presenta en dos fases: primaria, en el seno de la familia1, y secundaria, en la escuela. Una de las características de la socialización primaria, es la carga afectiva con la que se transmiten los contenidos y la identificación con el mundo tal y como lo presentan los adultos. El niño internaliza el mundo, de acuerdo a los parámetros que le ofrece la familia, como el único existente y que puede concebir (Loera, 1999 en Martínez y Hernández, 2005) de aquí, la necesidad de que los padres realicen este proceso de manera consciente para formar en valores que permitan a sus hijos un acercamiento con el mundo real.

Tedesco sostiene (2003) que los cambios que se aprecian en la familia están afectando significativamente su función socializadora. En países como México, la expansión de la familia nuclear, la reducción del número de hijos, el crecimiento de las uniones libres, el número de hijos que viven con sólo uno de sus progenitores, la ausencia de la figura paterna o el cambio frecuente de dicha figura, han llevado a observar una transformación de los valores que poseen las familias y de la forma en cómo esos valores son percibidos y transmitidos.

Además, la creciente heterogeneidad de estructuras que adquieren las familias en la actualidad, ha llevado a que las prácticas cotidianas y los tipos de relaciones en las que interactúan sus miembros, se modifiquen drásticamente dando como resultado, por un lado, la inversión de valores que viven los niños y, por otro lado, la poca destreza de los padres para educar a sus hijos en lo esencial. Debido a ello y al insuficiente tiempo con que muchos padres cuentan para atenderlos, se desconectan de la vida diaria de sus hijos, y para compensarlo, los llevan a colegios en los que confían la formación valoral de los pequeños a profesores que consideran competentes (Redding, s.f.).

La dificultad no termina ahí, ya que existe una disociación entre lo que se enseña en la familia y lo que el centro escolar determina como valioso, esto representa para los niños una contradicción entre lo que se afirma que es bueno en casa y lo que los docentes transmiten como valor; provocando en los estudiantes graves confusiones y una pérdida de autoridad de ambos educadores.

Aunados a esta situación, existen otros agentes socializadores que en la actualidad cobran cada vez mayor importancia en la vida de los niños. Estos agentes hacen referencia a la transmisión de valores que se produce en los diferentes ámbitos sociales en los que los pequeños interactúan, y que –de manera formal e informal, planificada o no– educan de acuerdo a sus valores:

a) Una formación en las creencias que la familia sostiene acorde a sus creencias ideológicas y/o religiosas.

b) Principios y conductas específicas que practican sus amigos (vecindario).

c) La carga de valores y antivalores a los que se encuentran expuestos por largas horas a través de los medios de comunicación, en especial la televisión, la cual les “vende” sus propios “valores”. (Loera, 1999 en Martínez y Hernández, 2005).

Otra de las dificultades que se percibe es la incoherencia en las conductas que muestran los modelos a seguir –a saber, padres y maestros principalmente– que con frecuencia carecen de consistencia con respecto a lo que enseñan. Esta incongruencia que perciben los niños día a día en la actuación de dichos educadores no sólo los confunde sino que esta pierde toda la fuerza que se requiere para vivir auténticamente una vida recta.

Este artículo se enmarca dentro de la polémica de la formación de valores en la casa y en la escuela. La institución educativa se muestra como un lugar donde se abre la posibilidad de establecer relaciones con sujetos que tienen visiones diferentes del saber hacer cotidiano a partir de los códigos que han aprendido en sus casas. La escuela, se convierte en un lugar privilegiado donde se relacionan con diversos grupos con culturas propias, con formas particulares de valorar el mundo que les rodea y lo complementan con la forma particular que desarrolla en sus aulas para ampliar sus horizontes.

Objeto de estudio

Bajo la revisión de investigaciones sobre la familia realizadas por Schmelkes, Linares y Delgado (1995) hasta las últimas décadas (1996-2006), este campo de investigación se ha convertido en una temática relevante que se encuentra en proceso de construcción. Es necesario “superar la pobreza de reflexión temática que ocurre como resultado de (los carentes) procesos de investigación, parece conveniente impulsar el proceso de formación de profesionales e investigadores en el área de desarrollo infantil como de educación de la familia en tanto proceso educativo de adultos” (Ruiz, 2002: 713).

Resulta prioritario sistematizar programas educativos en formación de valores para padres, de tal manera que sean estructurados de acuerdo a las necesidades y posibilidades de la dinámica de la vida actual de la familia para que a través de su aplicación, permitan a los padres –dadas las condiciones de la paternidad actual– seguir cumpliendo con su función educativa primordial, en armonía con la propuesta educativa del colegio al que acuden sus hijos. Al respecto afirma Latapí (2004: 178):

Muchas propuestas mencionan la necesidad de incluir a las familias en el proceso formativo de sus hijos; hay acuerdo en que esto permitiría brindar una formación más sistemática y congruente a los niños y jóvenes, así como compartir la responsabilidad con sus padres, pero no hay sugerencias concretas para involucrar a las familias mediante la utilización de pláticas informativas y de sensibilización, o invitándolas a visitar a los salones para que conozcan el trabajo de sus hijos o realizando talleres con ellos.

Esta misma necesidad de crear programas de educación en valores a partir del vínculo familia-escuela se encuentra reflejada en la propuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2002: 162) en los resultados de PISA 2000 cuando sugiere:

…este análisis indica que el éxito académico podría estar relacionado con sinergias positivas entre el hogar y la escuela y que la comunicación entre padres e hijos puede ser de beneficio para los jóvenes en términos educativos. Un objetivo importante para las políticas públicas podría entonces consistir en el trabajo con los padres, particularmente con aquellos cuyos logros educativos sean más limitados, con el fin de facilitar su interacción con los hijos y las escuelas a las que asisten de manera que mejore el aprendizaje de los jóvenes. Aunque no es tarea fácil, es de gran importancia que el apoyo de los padres sea visto como un accesorio clave para la educación de los hijos.

A nivel nacional e internacional se encontró un profundo interés por realizar trabajo de investigación en torno al tema de valores, como el que ha promovido el Programa de Valores Humanos Sathya Sai que se encuentra en su fase II ofreciendo información sobre el avance del plan piloto del programa de educación en valores 2006-2007 adscrito al Centro de Investigación Infantil (CIEDNI) y a la cátedra para la Paz de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en la UNESCO (2006).

Otro programa de formación en valores dirigido a padres de familia que está haciendo resonancia en México es el llamado “Padres Eficaces con Entrenamiento Sistemático” (PECES) diseñado en España. Un equipo de investigación dirigido por Dinkmeyer, D. y McKay, G. (1976 en Bartau, I., Maganto, J. y Etxeberría, J., 2006) que presenta diversos métodos para mejorar la relación familiar y resalta la capacidad de intervención de la escuela en la formación de los padres; en este trabajo se muestran resultados muy alentadores en la vida de los niños cuando el colegio y la familia trabajan en una misma dirección.

Martínez y Galíndez (2003) en colaboración con la Universidad de Deusto proponen un “Proyecto de Calidad Integrado” que parte de las conclusiones obtenidas por los investigadores de esta institución. Algunas conclusiones que se consideran relevantes para el presente estudio son: 1º. La implicación de los padres en las escuelas afecta positivamente el rendimiento académico de los hijos; 2º. Reportan que los resultados que se obtienen no sólo benefician a los padres y a los estudiantes, también repercuten en los profesores y en el propio centro escolar; 3º. Encontraron que existen diferentes aproximaciones para comprender la forma de involucrarse de los padres en el ámbito escolar. La investigación apuesta hacia una aproximación centrada en la participación.

La educación no sólo se adquiere y se desenvuelve en la escuela a través de la acción pedagógica del profesor; también los padres, los familiares, los amigos, los centros culturales, artísticos, los centros deportivos y recreativos, el ambiente en que uno vive, todo puede ser fuente educativa, si contribuye decisivamente a la formación de la personalidad. Lo informativo y contextual, el entorno de la vida, pueden constituirse en agentes de educación cuando son aprovechados para configurar el modo de ser y de actuar de la persona. Es decir, ayudan a constituir al hombre. Su papel no es el mismo que el de la educación formal, pero contribuyen eficazmente –por la interacción que se establece entre el hombre y el ámbito– a determinar formativamente a la persona. En sentido amplio, son verdaderos agentes de educación; intervienen en el camino de madurez de la persona. Estos medios –y entre ellos la familia– no tan institucionalizados ni sistematizados o, incluso, en muchas ocasiones, no tan conscientes de su papel educativo, como en la educación formal, constituyen un campo de gran interés, “el aprendizaje adquirido en el entorno social es mucho más significativo que el que se logra adquirir en las instituciones educativas… el avance tecnológico ha dado lugar a cambios en la naturaleza del proceso enseñanza aprendizaje. El nuevo modelo educativo está en construcción” (Schmelkes y López, 2003: 208).

La socialidad, la libertad y la orientación de los valores no son atendidas (adecuadamente) por la mayoría de las familias en los diversos estratos sociales, lo que produce errores en la concepción de lo que son los valores y en la forma en que preparan a los padres para su transmisión; ello conduce a un deterioro notable de la convivencia social, en palabras de Latapí (2004: 71): “el actual debate sobre la formación de valores está cruzado de equívocos; bajo las mismas palabras se entienden con frecuencia conceptos diferentes… se necesitan orientaciones claras”.

Es necesario “regresar” a la familia la tarea de educar en valores y compartirla con el espacio escolar, porque los lazos afectivos que vinculan a los miembros de la familia son el ambiente ideal para la formación en valores. Hay claras propuestas que mencionan la necesidad de incluir a las familias en el proceso formativo de sus hijos (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2002) lo que permitiría brindar una formación más sistemática y congruente con los niños.

Sin embargo en la actualidad se carece de programas de padres para educar en valores sistematizados y que logren más allá de transmitir conceptos una real vivencia de las virtudes; afirma Latapí (2004) que no hay sugerencias concretas dentro de las instituciones educativas que brinden a los padres estrategias para la formación en valores que permitan la adecuada orientación de sus hijos.

Los programas de formación para padres se definen como la “acción formal con el objeto de incrementar la conciencia de los padres y la utilización de sus aptitudes y competencias parentales a través del incremento de la información, del conocimiento y las habilidades de los padres para atender las necesidades de los niños a lo largo de su desarrollo. La formación parental constituye una acción educativa de sensibilización, de aprendizaje, de adiestramiento o clarificación de los valores, las actitudes y las prácticas de los padres en la educación” (Boutin y Durning, 1997, en Bartau, Marranito y Etxeberría, 2006); estos programas comprenden un proceso de desarrollo individual tendiente a perfeccionar las capacidades de sentir, de imaginar, de comprender, de aprender y de utilizar los conocimientos en la familia. También se han caracterizado como un conjunto de actividades voluntarias de aprendizaje por parte de los padres que tienen como objetivo proveer modelos adecuados de prácticas educativas en el contexto familiar. Es primordial que los padres cuenten con herramientas adecuadas para enfrentar la orientación de sus hijos, sobre todo, en los valores que guiarán sus conductas a lo largo de su vida.

Estrategias de formación de valores: para Díaz y Hernández (1997), la estrategia ha pasado al conjunto de directrices que determinan qué hay que seguir en las fases de los procesos educativos, relacionándolas con los objetivos que se pretenden alcanzar para una planificación concreta. Es así que se definen las estrategias de enseñanza como los procedimientos o recursos utilizados por el agente de enseñanza para promover aprendizajes significativos. Se refieren al procedimiento adaptativo mediante el cual se organiza secuencialmente la acción a fin de conseguir las metas previstas. La estrategia es la manera de concretar el curso a seguir para el logro de los objetivos educativos. El aprendizaje es la construcción de un significado, y la estrategia apoya este proceso personal de aprender. La estrategia crea un vínculo entre la teoría y la práctica, potencializa el aprendizaje del discípulo (Villalobos y López de LLergo, 2004).

Para lograr la formación de valores se plantearon cinco estrategias a los padres, todas ellas dirigidas al desarrollo de las diferentes dimensiones de la persona de sus hijos, a saber: física, emocional, intelectual, intuitiva y espiritual: 1) Silencio; 2) Oración, frase, cita o refrán; c) Canto en grupo; d) Cuento o historia y e) Actividad grupal.

El aplicar todas las estrategias en casa en un solo espacio de tiempo intencionalmente –una semana o dos, según las posibilidades de padres e hijos–, permitirá el desarrollo del valor, según el mejor modo para cada niño. Por esta razón, las estrategias siempre deberán ir encaminadas hacia un solo propósito específico para un solo hijo en un tiempo determinado; todas ellas adaptándolos a la edad de cada hijo.

a) Silencio: Como su nombre lo indica, sentarse en silencio incluye fomentar en los hijos el que se sienten silenciosamente por unos pocos minutos cada día. Martí García (2000: 57) afirma: “Es necesario escuchar el silencio para saber a ciencia cierta qué hay dentro de uno mismo”. El silencio permite al hombre comunicarse con su ser interior de tal manera que le ayuda a conocerse mejor. Es tan sólo en soledad que las cosas más importantes ocurren, las decisiones más importantes se toman, se hacen nuevos descubrimientos y se percibe la novedad en la soledad de la mente. El silencio es un estado en el que las cosas grandes se modelan. Morales (2000: 96) afirma que el hombre actual necesita y busca los lugares silenciosos “Porque la única alternativa es reencontrarse, reunificarse, recogerse para recuperar la dimensión contemplativa del silencio creador, donde germina toda acción fecunda, transformadora, con garantía de permanencia.” Sentarse en silencio no quiere decir únicamente sentarse en silencio en un lugar. Implica una relajación completa de cuerpo y mente. Lo que se requiere es calmar la mente y tranquilizarla, liberarla de toda agitación. Incluso aunque se observe el silencio si la mente continúa construyendo un millón de imágenes de memorias pasadas, personas, lugares, no se logra el silencio verdadero y sólo mediante la determinación fuerte y la práctica constante, la mente se puede controlar.

b) Oración, frase, cita o refrán: Las citas graban en la memoria nuevas ideas que posteriormente forman la base de pensamiento. Esta estrategia trabaja la parte intelectual, utiliza el pensamiento y la memoria, pensamientos buenos pueden generar buenas acciones; por ello también se relaciona con el aspecto físico (comportamiento) del ser humano. Las citas son pequeñas expresiones de sabiduría que pueden traerse de diferentes personajes de la historia, filósofos, educadores, o de pensamientos universales importantes que permitan al niño recordar cuál sería la forma de consolidar un buen carácter. Esta estrategia incluye los refranes, que pueden ser memorizados en casa y trabajados posteriormente de manera lúdica en diversas actividades. Asimismo, pueden utilizarse como herramientas muy importantes para el aprendizaje de la lectura y la escritura.

c) Canto en grupo: Todos los niños por naturaleza aman la música y el canto en grupo. Esta técnica consiste en cantar en coro. Es muy importante que los sentimientos de amor, relacionados con todos los valores y con Dios sean la corriente subterránea de tales canciones, puesto que la devoción, la forma más pura del amor, es la fuente madre de todos los valores humanos, que cuando se expresa en actos, sentimientos y comprensión, hace que la vida del niño esté completamente basada en valores y, por ende, debe dársele también, la mayor expresión. El canto funciona fuertemente en los niños porque los componentes de la música tienen una influencia significativa en los diferentes niveles de su personalidad: en los sentimientos, estados de ánimo o pensamientos, que se representan en todo lo que cantan. Las afirmaciones que se entonan son ondas de sonido que tienen impacto en la mente, porque ella trabaja con los datos que le dan los sentidos. El ritmo en las melodías de los pequeños es fundamental, todo en la naturaleza, cada movimiento que se da, es en ritmo. Cualquier actividad en ritmo induce orden, armonía, balance, postura, paz.

d) Cuento o la historia: Contar historias siempre ha sido uno de los medios más fascinantes de instruir y de ilustrar. Ayuda a encender el espíritu de investigación que lleva a los niños a ideales más claros, agudos y puros, promoviendo un sentimiento de unidad con el mundo. Al contar historias la meta es elevar el espíritu del ser humano y cultivar su visión interior que le permite inculcar valores para toda la vida. Para que la historia logre su efecto es imperativo que los padres la utilicen a cabalidad y en todo su valor. Para que una historia mantenga de verdad la atención del niño, ha de divertirle y excitar su curiosidad. Pero, para enriquecer su vida, ha de estimular su imaginación, ayudarle a desarrollar su intelecto y a clarificar sus emociones; ha de estar de acuerdo con sus ansiedades y aspiraciones; hacerle reconocer plenamente sus dificultades, al mismo tiempo que le sugiere soluciones a los problemas que le inquietan. (Bettelheim, 1988: 11).

e) Actividad grupal: Esta estrategia conlleva la participación del grupo familiar completo de preferencia. Las actividades en grupo tienen un doble impacto en el comportamiento de un individuo. Primero, mientras participan en las actividades en grupo, se adquiere un código de conducta que se traduce en comportamiento social. Este código de conducta va conformando el sentido en el niño de lo que está bien y lo que está mal. En segundo lugar, cada individuo juega un rol consciente o inconsciente en el grupo. Las reglas de grupo se aprenden a través de la participación en actividades colectivas. La familia es una pequeña comunidad en donde los niños aprenden mediante la participación en las actividades planeadas en grupo, en diferentes lugares, ya sea dentro o fuera de casa, por ejemplo, en el campo o en la azotea en una noche estrellada, así las actividades en grupo se pueden planear para inculcar valores aprovechando distintos lugares.

Las actividades se pueden seleccionar y organizar de acuerdo con el nivel de desarrollo y el rango de edad de los niños. Algunas actividades en casa pueden ser las culturales, juegos de roles, danzas en grupo, actividades literarias, representar historias a través de fotos o representaciones, dramatizaciones, test, elaboración del periódico familiar, juegos para el salón, formar un álbum o libro de borrador, etc.

Metodología

El método empleado fue de corte cualitativo, con la modalidad de investigación-acción, cuyo alcance se inscribe en la modalidad descriptiva. La pregunta central que se planteó como eje de este estudio fue:

¿De qué manera se manejan las estrategias de formación en valores que se trabajan en la escuela en el ámbito familiar?

El interés por encontrar esta respuesta surgió por la inquietud de conocer qué tanto conocían los padres de familia los Programas de Valores a partir de los cuales se trabajaba en la institución. Para realizar el estudio se planearon 3 etapas: La primera, a nivel exploratorio, permitió obtener información general en la propia escuela sobre su misión y visión, modelo de valores que desarrollaba con docentes, caracterización de alumnos y padres de familia, organización de actividades donde se desarrollaron estas prácticas y actividades complementarias para fortalecerlos. En una segunda fase, se realizó una evaluación diagnóstica con la comunidad educativa en la que participaron 54 alumnos de 6 a 12 años, 4 maestros, la directora del colegio y 68 padres de familia. Para realizar esta etapa se diseñaron diferentes instrumentos que permitieron dar cuenta del comportamiento del modelo en la comunidad. En la tercera fase se reunió la información, se analizó desde paradigmas cualitativos y se realizó la propuesta de estrategias para la formación de valores. Aquí se incorporaron todos los actores educativos que participan en el proyecto educativo de la escuela desde su modelo valoral.

Categorías del estudio

De acuerdo al acercamiento exploratorio en la primera fase del proyecto se identificaron las siguientes categorías:

- Actitud de padres, docentes, directivos y alumnos hacia la propuesta de valores de la escuela.

- Nivel de congruencia entre valores propuestos en el programa escolar y su manejo en la familia.

- Relación de la propuesta de Valores del Colegio Montessori con su programa de valores y el programa de la SEP a nivel primaria.

Instrumentos

Se utilizaron guías de observación y se diseñaron tres escalas de actitud tipo Likert para maestros, padres y niños que están conformadas por 26 afirmaciones que se agrupan en 7 categorías distintas: a) Finalidad de la educación; b) Concepto general de valores y los cinco valores que conforman los programas: c) Verdad; d) Amor y e) Rectitud, f) Paz y g) Unidad.

Resultados de la primera fase

El Colegio Montessori de Cuernavaca es una institución no lucrativa que tiene como propósitos fundamentales: la difusión del Programa Sathya Sai en valores humanos y la pedagogía creada por la doctora María Montessori, así como la integración del programa oficial de la Secretaría de Educación Pública en el estado de Morelos, México.

Actualmente el colegio tiene 78 alumnos: en Casa de los Niños (3 a 6 años de edad) y entre Taller I y Taller II (6 a 12 años), atendidos por el siguiente personal docente: área administrativa, directora y secretaria, área académica continua, 3 guías y 2 asistentes y áreas complementarias, 5 profesores: uno de música, un instructor de agronomía, profesor de Educación Física, instructor de Kung Fu y profesora de inglés

El objetivo principal de una Escuela Sai es el desarrollo del carácter del niño. Para lograrlo, todas las actividades del colegio giran alrededor del programa de Educación en Valores Humanos que se basa en los cinco valores universales: Amor, Paz, Verdad, Conducta Recta y No violencia; valores que son comunes a todas las filosofías. A través de sencillas lecciones, los estudiantes van adquiriendo la comprensión de la importancia que tienen las virtudes humanas, para llevarlas a un contexto en el que tenga sentido no sólo su entendimiento sino la práctica de estos principios. Se busca que los valores sean aplicados primero a la vida personal, para luego ser extendidos a la familia, a la comunidad cercana, a la sociedad en general.

¿Quiénes son los padres de familia de los alumnos?

A partir de la evaluación diagnóstica realizada se encontró la siguiente situación: a pesar de ser un colegio privado, sus cuotas se ajustan a los ingresos de los padres de familia, es así que un 40% de las familias tiene un nivel económico escaso, su escolaridad no alcanza la primaria completa y en algunos casos, no saben leer. En un 60% son familias que tienen de 3 a 4 hijos, un porcentaje menor tiene de 6 a 8 hijos. Los padres entrevistados comentan que inscribieron a sus hijos en la escuela porque las cuotas son muy cómodas e incluso, les permiten inscribir a sus hijos a cambio de ofrecer sus servicios en el colegio en áreas que éste requiere. Comentan que desconocen el modelo educativo del mismo así como sus programas de valores, pero han logrado percibir resultados positivos que se traducen en actitudes y en conductas favorables en sus hijos. Se pudo verificar que promueven algunas estrategias para formar en valores sin darse cuenta que son herramientas valiosas para fortalecer determinadas actitudes en sus hijos.

¿Cómo son los maestros del colegio?

La tarea de los docentes en ocasiones se limita a planear su curso, impartir sus clases y elaborar los exámenes para generar las calificaciones de los alumnos. En cada clase se requiere que se elaboren inducciones para preparar a los alumnos en el tema que se estudiará en ella, se valore el logro de los fines perseguidos y se realicen las adaptaciones según el contexto del desenvolvimiento de cada grupo en específico, así como ofrecer estrategias diferenciadas para lograr una adecuada apropiación del objeto de estudio. Se han establecido formas de evaluación que faciliten la retroalimentación para cada niño de acuerdo a sus características y con el trabajo realizado se abrió un debate para verificar si la forma en la que se organizan los contenidos ha sido la indicada. Las actividades que realizan se desarrollan a partir de un diálogo continuo con el propio hacer de cada sesión en donde pueden intervenir otros docentes de la misma asignatura o de otra asignatura pero que en ese momento atienden al mismo grupo. En el colegio resulta prioritario reflexionar sobre la práctica docente como un ejercicio profesional que tiene características y exigencias específicas que desde luego están más allá que una simple transmisión del conocimiento. Hay un acuerdo total con Reyna (2007: 15-16), que comenta la necesidad de redimensionar el papel de la docencia como actividad profesional que requiere conocimientos teórico-metodológicos y habilidades investigativas para incorporar al docente activamente al trabajo profesional y no como receptor pasivo del conocimiento ya elaborado.

En algunas situaciones la institución promueve la auto evaluación docente, así como la evaluación de pares académicos y autoridades. Los resultados se han traducido en compromiso del propio docente con sus alumnos y con la institución; situación que propicia la intención de mejorar su práctica, aunque reconoce las dificultades de formación que presenta en áreas especificas relacionadas con la didáctica de enseñanza. Declara que necesita formarse en el ámbito de la investigación de su propia labor como docente.

¿Cómo se aplicaron las estrategias?

En el colegio los maestros reportaron que utilizan las estrategias propuestas en el modelo de valores que se desarrolla en la escuela de manera sistemática.

a) La práctica del silencio. Se han percatado de que el cuerpo se relaja y el intelecto se calma para tratar de suspender la producción de pensamientos, recuerdos, reflexiones. La mente descansa en el silencio, entonces, pueden disfrutar el silencio en forma duradera.

Reconocen que, con frecuencia se desperdicia la energía en conversaciones vanas y en chismorreo. Análogamente, cuando el radio está prendido, consume electricidad- energía, aunque se aumente o disminuya el volumen, la electricidad-energía se sigue consumiendo. Sólo apagando la radio se puede conservar la energía. Se ha observado que, cuando el cuerpo y la mente están calmados y en paz, resulta mas fácil tener fuerza de voluntad. El silencio es de gran ayuda para observar la verdad y controlar el enojo. Las emociones se controlan y la irritabilidad se desvanece. Están de acuerdo con Jumsai (1987: 49) en que, la vivencia del verdadero silencio logra la concentración, mejora la receptividad y afina el poder de captar. A un nivel más profundo, aumenta considerablemente la memoria y prepara el terreno para el despertar de la intuición. Cuando los niños logran estar sentados en silencio con frecuencia mejoran la memoria, están más tranquilos y pueden controlar mejor emociones como el enojo.

Con los padres de familia esta estrategia resulta difícil, ya que en los hogares tienen que atender entre 3 y hasta 8 hijos, todos distintos, con diferentes edades e intereses.

b) Oración, frase, cita o refrán: los docentes reportaron que las citas o refranes se conducen como afirmaciones que se graban fácilmente en los pequeños y tienen una carga positiva en ellos. Con esta estrategia se busca una guía para la toma de las propias decisiones basándose en una clara conciencia.

Se ha podido constatar que esta práctica favorece el desarrollo de la autoconfianza, la reflexión e introspección, ayuda a los niños y a las niñas a tener mayor discernimiento, memoria y búsqueda de la verdad. La mente de un niño es como un gran almacén, y toda esta información alimenta para bien o para mal su mente; el excesivo bombardeo actual de imágenes negativas, de violencia, de agresión e intolerancia pueden ser combatidas si alimentamos su mente con pensamientos positivos, valiosos, armónicos y coherentes. Se encontró que los padres de familia, utilizan en casa algunos refranes para fortalecer acciones que se espera que los niños realicen en casa y que están relacionados con el valor de la unidad, sobre todo, de mantener sentimientos como bondad y consideración hacia lo que nos rodea. Los refranes o frases en términos generales ponen a los niños y a las niñas en contacto con grandes verdades.

c) El canto grupal nos da una sensación de unidad, de paz, de armonía y confianza, y si la canción nos enseña además un valor, se convierte en una excelente herramienta de aprendizaje que gusta y divierte al niño; además, con la rima adecuada y pegajosa no será olvidada. La edad es un factor importante en la selección del canto así como el valor elegido para la actividad. Las canciones pueden ser populares o creaciones propias, o también se puede adaptar la melodía de un canto existente con una letra que transmita el valor deseado. Esta estrategia beneficia a los niños en diferentes aspectos de su personalidad: Físicamente, cantar promueve la respiración rítmica profunda que es buena para la salud. También ayuda a la disciplina física, puesto que uno debe sentarse o pararse derecho y quieto para que la voz se abra completamente. El canto en grupo enseña a los niños a cooperar entre ellos y a trabajar juntos como equipo.

En lo mental, cantar desarrolla la concentración y fortalece la memoria. Es más fácil recordar un conjunto de valores o una actividad familiar que se organiza con música. En lo emocional, cantar desarrolla la autoconfianza; ayuda a que el niño venza la timidez e inhibiciones. Muchos niños que prácticamente no se atreven a abrir sus bocas para responder preguntas, se olvidan de sí mismos al cantar en voz alta y con alegría como grupo familiar. Espiritualmente, cantar y la música ayudan a desarrollar la intuición. Se encontró que al cantar apropiadamente se fortalece el sentido de equilibrio y la armonía en la personalidad de los niños.

Los docentes dicen que la música puede: aumentar la vitalidad física, disminuir la fatiga y la inercia, calma la ansiedad y las tensiones, levantar los sentimientos, clarificar metas, estimular la creatividad y sensibilidad y fortalecer el carácter y el comportamiento constructivo.

d) El cuento o historia es una estrategia que favorece actitudes de afecto en los niños: cariño, ternura que se siente por las personas. A través de las historias los niños pueden entender nociones como rectitud, el deber hacer, distinguir lo verdadero de lo falso. Los niños conocen sus antecedentes familiares y se sienten identificados como parte del grupo por las historias familiares que sus padres les relatan. Es así como aprenden a respetarse entre ellos y a fortalecer lazos, a permanecer unidos.

e) La actividad grupal es una estrategia que se desarrolla en la escuela y en la familia. En la primera, forma parte de su ideario como escuela Montessori, y a través de ella se forman prácticamente todos los valores que propone el Modelo del Colegio: verdad, amor, rectitud, paz y unidad. En el Colegio realizan actividades organizadas a partir de la propia distribución de los grupos, ya que, en lugar de reunir al alumnado en seis grados diferentes, se reúnen en los tres que sugiere el programa Montessori. Esto permite que desarrollen actitudes de cooperación porque aprenden a trabajar juntos a lo largo del día y así, al llegar a casa colaboran de la misma forma en los distintos quehaceres de la familia. Trabajar en grupo les ayuda a tener más confianza en sí mismos, ya que les permite discutir sus puntos de vista y sus formas de pensar de manera espontánea. También les invita a la auto reflexión, habilidad que ayuda a tomar decisiones y a resolver conflictos entre los propios estudiantes. Burrows (1997: 145) expresa que, las actividades grupales además ayudan a desarrollar la creatividad y favorecen la concentración.

La propuesta diseñada por los docentes y directivos a partir de la información encontrada considera los ámbitos político educativo, académico, administrativo y comunitario y señala en cada uno sus propósitos a corto, mediano y largo plazo. Incorpora como método de intervención en el aula la investigación-acción, considerando que esta suscita el desarrollo del docente a través del manejo adecuado de los problemas que se van generando en las clases, las relaciones, la enseñanza- aprendizaje, en el proceso de planeación hasta la evaluación, permitiendo que el profesor sea capaz de auto-observarse constantemente y sea critico ante su propio actuar.

Conclusiones y recomendaciones

La directora señala que en sus tres años de ejercicio profesional frente a la escuela, no ha existido una preparación sistemática sobre el programa de valores que la escuela lleva, ni del Método Montessori, que forma parte del ideario del Colegio, se conocen sus bases y se manejan de manera operativa las estrategias que señalan los programas, aunque se desconocen los fundamentos teóricos de los mismos. Su contacto con los padres de familia es a partir de los problemas económicos que viven y problemas de conducta que presentan sus hijos, pero no se han encontrado espacios para que conozcan y se difunda el proyecto educativo en valores que forma parte del ideario de la escuela. Esto se atribuye, en primera instancia, al alto porcentaje de familias que cuentan con un bajo nivel educativo o bien a sus jornadas de trabajo que son muy amplias, situación que impide que asistan a la escuela cuando se les requiere. La directora tiene claro los problemas de conducta que se presentan en la escuela y como guía Montessori, utiliza esta filosofía para resolverlos.

Existe una desvinculación entre las actitudes y valores que se fomentan en la escuela y las que los niños viven en sus casas, situación que se origina por el desconocimiento de los padres sobre el modelo educativo Montessori y los programas de valores que proponen la Secretaría de Educación Pública y Sathya Sai. Se manifiesta con frecuencia en una ruptura entre las enseñanzas que se dan en la casa y en la escuela. Un ejemplo de ello es que se han dado casos testimoniados por los maestros, en donde se sabe que los padres han exigido mentir a los niños, situación que les produce tensión y ansiedad constante; se desacredita el actuar de sus autoridades, ya sea los padres o maestros, produciendo confusión entre las demandas de unos y otros.

Los niños dicen estar contentos en su escuela, en todas las entrevistas afirman que no existen cosas que les desagradan, al contrario, manifiestan disfrutar el estar ahí y ellos sólo saben que se les enseñan valores y tratan de vivirlos.

Notas

*Licenciada en Filosofía por la Universidad Autónoma de México y Maestría en Educación Familiar por la Universidad Panamericana. Doctorante en Educación por la Universidad La Salle México. Profesora Investigadora de tiempo completo en el Área Académica de Ciencias de la Educación. Imparte Cátedra en los programas Licenciatura en Ciencias de la Educación.

**Licenciada en Psicología y Maestría en Psicología Social por la Universidad Autónoma de México, Doctora en Educación por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Imparte Cátedra en los programas Licenciatura, Maestría y Doctorado en Ciencias de la Educación y en la especialidad en Docencia. Coordina el Programa de Tutorías de Postgrado del Área Académica de Ciencias de la Educación de la UAEH.

Bibliografía 

1. Bettelheim, Bruno. (1988). Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Crítica a las ideas. Barcelona, España: Editorial Crítica.        [ Links ]

2. Boutin, Gerald y Durning, Paul. (1997). En Bartau, Isabel; Maganto, Juana y Etxeberría, Juan. (2006). Revista Iberoamericana de Educación de la Organización de Estados Americanos. www.owi.wsbuscador.htm.pdf revisado 15 de agosto 2006.        [ Links ]

3. Burrows, Lorreine. (1997). Discovering the heart of the teaching. Bangkok, Thailand: International Institute of Sathya Sai Education.        [ Links ]

4. Díaz Barriga, Frida Arceo y Hernández Rojas Gerardo. (1997). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Ciudad de México, México: McGRAW – HILL.        [ Links ]

5. Dinkmeyer, Don y McKay, Gary. (1976 en Bartau, Isabel, Maganto, Juana y Etxeberría, Juan, 2006) Los programas de formación de padres. Una experiencia educativa. OEI. Revista Iberoamericana de Educación. http://www.rieoei.org/deloslectores/197Bartau.PDF. Consulta 15 noviembre 2007.        [ Links ]

6. Elliott, John. (2000). El cambio educativo desde la investigación-acción. Madrid, España: Morata.        [ Links ]

7. Jumsai, Art-ong Na Ayudhya. (1997). The five human values and Human Excellence. Bangkok, Thailand: International Institute of Sathya Sai Education.        [ Links ]

8. Latapí, Sarre Pablo. (2004). El debate sobre los valores en la escuela mexicana. Ciudad de México, México: Fondo de Cultura Económica.        [ Links ]

9. Loera, Armando. (1999). en Martínez Moctezuma, Teresa y Hernández Flores, Juan. (2005). Hacia la identificación de los elementos teórico-metodológicos para la investigación educativa en valores. En Ana Hirsch (Coord.) (2006) Educación valores y desarrollo moral. Formación valoral y ciudadana III. México: Gernica.        [ Links ]

10. López de Llergo, Ana Teresa. (2000). Educación en valores educación en virtudes. Ciudad de México, México: CECSA.        [ Links ]

11. Marti García, Miguel Ángel. (2000). La intimidad, conocer y amar la propia riqueza interior. Madrid, España: Yumelia.        [ Links ]

12. Martínez, Cortés Javier. (1997). Qué cultura para qué familia en Revista de Ciencias y Orientación Familiar. Salamanca, España: Instituto Superior de Ciencias de la Familia. ISSN: 1130-8893.        [ Links ]

13. Martínez, Pampliega y Galíndez, Naffarate. (2003). Familia y entorno: Implicación de la familia en el entorno escolar. Bilbao, España: Fundación Horreum Fundazioa.        [ Links ]

14. Morales, Alfredo. (2000). El hombre interior según San Juan Bautista de La Salle. Lima, Perú: Editorial Bruno.        [ Links ]

15. Organización para la Cooperación y el Desarrollo. (2002). Conocimientos y Actitudes para la vida. Resultados de PISA 2000. Ciudad de México, México: Aula Santillana XXI.        [ Links ]

16. Raiti, Fernanda. (2005). Programa Sathya Sai de educación en valores Humanos. Buenos Aires, Argentina: Instituto Sathya Sai de Educación.        [ Links ]

17. Redding, Sam. (s.f.). Familias y escuelas. Academia Internacional de Educación. Ginebra, Suiza: IBE/ UNESCO.        [ Links ]

18. Reyna, Fuentes. (2007). Investigación-acción en el aula. Hidalgo, México: Universidad La Salle Pachuca.        [ Links ]

19. Ruiz Muñoz María Mercedes (2002). Educación de adultos y familia en María Busquets, Bertely. Educación, derechos sociales y equidad. Educación de jóvenes y adultos Vol 3, Tomo II. Ciudad de México, México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa A.C. ISBN: 968-7542-23-3, 352.        [ Links ]

20. Schmelkes del Valle, Corina y López, Ruiz Martha. (2003). Educación Formal, no Formal e Informal en López y Mota Ángel. Didáctica de las ciencias histórico-sociales. Tecnologías de la información y comunicación Vol. 7 Tomo II. Ciudad de México, México: Consejo Mexicano de la Investigación Educativa A.C.        [ Links ]

21. Schmelkes del Valle, Silvia Irene, Linares y Delgado. (1995). Educación, cultura y procesos sociales. Ciudad de México, México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa A.C.        [ Links ]

22. Tedesco, Juan Carlos. (2003). Educar en la sociedad del conocimiento. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica de Argentina, S.A.        [ Links ]

23. Villalobos, Pérez-Cortés Elvia Marvella y López de Llergo, Villagómez, Ana Teresa. (2004). Estrategias didácticas para la conducta ética. Ciudad de México, México: Universidad Panamericana.        [ Links ]