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Salus
versión impresa ISSN 1316-7138
Salus vol.15 no.3 Valencia dic. 2011
Vacunas: historia y novedades.
Es indiscutible a la luz de la historia que las dos medidas más efectivas para prevenir enfermedad, discapacidad y muerte a causa de enfermedades infecciosas, han sido la inmunización y el saneamiento ambiental
Aunque las primeras experiencias de inoculación de un agente infeccioso con miras a obtener inmunidad se remontan a China e India del año 200 AC, fue en 1718 Lady Mary Wortley Montagu (Mary Montagu) quien por primera vez en nuestra era practicó la inoculación con el virus de la viruela vacuna, en sus propios hijos. Edward Jenner en Inglaterra, en 1796, practica la inoculación de virus de la viruela vacuna durante la epidemia de viruela, logrando demostrar su inmunidad contra el virus de la viruela humana después de ese procedimiento. Es el comienzo de una nueva era, en la que la vacunación logra un paso indiscutible contra diversos agentes infecciosos que por siglos diezmaron a la población, sobre todo a la infantil.
Al experimento de Jenner siguen los de Louis Pasteur con el Antrax, el cólera aviario y finalmente la rabia, en 1885, cuando inocula el virus atenuado al niño Joseph Maister, víctima de mordedura de un perro, rabioso, logrando que sobreviva.
De allí en adelante, vacunas elaboradas con agentes vivos atenuados, muertos o inactivados, toxoides, fracciones de bacterias e incluso material producido mediante ingeniería genética han sido utilizadas para la prevención de diversas entidades infecciosas e infectocontagiosas, logrando incluso la erradicación de algunas como la viruela y la poliomielitis.
En Venezuela, es el estado Carabobo el primero en beneficiarse con la variolización, cuando la expedición filantrópica de la vacuna, liderada por el médico Francisco Xavier Balmis y Berenguer (1753-1819) arriba a las costas de Puerto Cabello en su trayecto hacia Santa Fe de Bogotá, en la Corbeta María Pita, el 19 de Marzo de 1804, siendo vacunados 28 niños. Sin embargo, los programas masivos de vacunación se implementan a partir de la creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.
Desde Mayo de 1974 se aprueba El Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) en la Asamblea Mundial de la Salud y sus metas fueron respaldadas mediante la Resolución CD 25.27 del Consejo Directivo de la OPS /OMS en septiembre de 1977, como medida para intensificar la lucha contra las enfermedades inmuno-prevenibles que afectaban con mayor frecuencia a la niñez del mundo. El PAI inicialmente estaba dirigido al grupo de niños y niñas menores de cinco años y en especial a los menores de un año, así como a las embarazadas, cuyo objetivo perseguía disminuir la morbilidad y la mortalidad de enfermedades prevenibles por vacunas tales como: poliomielitis, difteria, tos ferina, tétanos, sarampión y tuberculosis. La principal estrategia recomendada era la vacunación simultánea y permanente. Posteriormente se han ido creando las condiciones favorables para lograr estos objetivos con otras enfermedades como: sarampión, rubéola, rubéola congénita, tétanos neonatal, hepatitis B y algunas enfermedades invasivas por Haemophilus influenzae tipo b (Hib) como la meningitis y la neumonía.
La experiencia en el campo de las inmunizaciones obliga hoy día a ampliar el espectro de población a inmunizar, incluyendo refuerzos en adolescentes y, adultos y adultos mayores, además de esquemas especiales para viajeros y trabajadores de la salud. La estrategia "capullo" diseñada en el contexto de la prevención de la tosferina, que propone la inmunización a la embarazada y a todo el núcleo familiar (cuidadores, padres, hermanos y abuelos) con la vacuna DPT acelular con la finalidad de minimizar el riesgo de tosferina en el neonato, están solo un ejemplo de las nuevas conceptualizaciones que la experiencia ha ofrecido en el terreno de la vacunación.
En el campo de las inmunizaciones se aprecian nuevas tendencias, entre las que destacan el uso de vacunas combinadas, con tres o más inmunógenos, el uso de inmunógenos obtenidos en base a bioingeniería y la experimentación con nuevas vías de administración (nasal, oral, transcutánea mediante parches o microagujas) a fin de evitar el uso de la vía intramuscular o subcutánea. Alrededor de 32 nuevos productos han sido desarrollados en los últimos años para la prevención de enfermedades infecciosas, e incluso se investigan actualmente algunos para el control de patologías no transmisibles, como la hipertensión arterial. Es importante destacar el esfuerzo de investigadores de nuestra Facultad en el desarrollo de la vacuna contra rotavirus.
Sin embargo, aún se requiere del aporte de investigadores para el logro de vacunas eficaces contra algunas enfermedades que afectan grandes grupos poblacionales, y para las cuales no existen aún productos eficaces. Es el caso de la malaria, tuberculosis en el adulto y el VIH, blancos principales de la investigación en desarrollo de vacunas.
Heidi Mago
Postgrado de Infectología Universidad de Carabobo