SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.7 número2La evaluación de la creatividadMarco conceptual para un diseño arquitectónico basado en aspectos de calidad índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


SAPIENS

versión impresa ISSN 1317-5815

SAPIENS vol.7 no.2 Caracas dic. 2006

 

Los rituales funerarios como estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre las personas y las culturas*

Delci Torres

Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL, Instituto Pedagógico de Barquisimeto Luis Beltrán Prieto Figueroa

Resumen

Producto de una indagación más amplia sobre las ceremonias mortuorias y sus valores semánticos, esta reflexión surge luego de una revisión bibliográfica a objeto de presentar, por un lado, algunas consideraciones sobre la celebración de diversos rituales funerarios como parte de la idiosincrasia del culto a la muerte que cada civilización rinde a este fenómeno natural. Por otro lado, se demostrará que estos ritos funerarios son estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre las personas y sus culturas al promover la cohesión grupal requerida para solucionar el problema planteado por la vida terrena del ser humano y la angustia que en él genera su destino después de la muerte. El estudio se realizó en el marco de una investigación documental. La conclusión derivada luego de este trabajo confirma la tesis inicial: se ritualiza el acto de morir para hacerlo más comprensible, así como para regular las relaciones de los grupos que intervienen en dicho acto, consagrándolos como seres socio-culturalmente simbólicos que se mueven en dos universos distintos: lo profano (la tierra) y lo sagrado (el cielo). En consecuencia, los rituales funerarios actúan como estrategias para reforzar el sentido de supervivencia social y ayudar a los individuos a entender su relación no sólo consigo mismo, sino también con sus semejantes y con el mundo que está a su alrededor.

Palabras clave: Ritos funerarios, estrategias simbólicas, cultura.

ABSTRACT

Funeral Rites as Symbolic Strategics that Regulate the Relationships Between People and Cultures

It is the result of a wide indagation over the death ceremonies and its semantics values, this reflection arises from an bibliography revision in order to present, oon the one hand some considerations over the celebration of several funeral rites as part of the idiosyncrasy of the death worship that each civilization pay tribute to this natural phenomenon due to the social and culturaltendencies. on the other hand show that these funeral rites are symbolic strategies that regulate the relations ships between people and cultures because they promote the grupal cohesion required to solve the problem stated by human being life on earth andanguis wich is the. It is generated by him because of his that he or she geneterates his/her fate alter death. This was a documental research. The conclusion drawn after this work confirs the initial thesis: the act of death is formalized by preestablished rules in order to do it more understandable and to regulate the relationship of the groups that participate in this act. In this way they are consideredlike humabeings that are sociocultural symbols that go in two different universes: the profane (earth) and the sacred (heaven). By consequence, the funeral rites acts as strategies that reinforce the sense of social survival and help people to understand their relationship not only with themselves but with his fellows and the world around.

Key words: Funeral Rites, Symbolic strategies, Culture.

* Recibido: enero 2006.

Aceptado: mayo 2006.

Presentación

Sin lugar a dudas, la muerte es un acontecimiento que ha inquietado al ser humano desde siempre, y es, precisamente esa inquietud la que ha promovido, como recurso histórico fundamental para su aceptación y atenuación, la celebración de rituales funerarios. En ellos, por el concurso de múltiples símbolos, se encuentran estrategias defensivas cuya función esencial es la preservación del equilibrio individual y social de los miembros de una colectividad.

Si bien es cierto que la muerte es el destino irremediable de todo individuo, una etapa en la existencia de todos los seres humanos que conforma el horizonte natural del ciclo vital, no menos cierto es que la amenaza de ser alcanzados por este destino atormenta y preocupa a todos por igual, en vista del misterio que envuelve la palabra muerte: ¿representa una existencia más allá de la terrena?, o ¿es el fin inevitable e irreversible del ser?

No se conoce mucho de este fenómeno pues sólo se tiene la experiencia ajena. Sin embargo, la concepción ideológica que priva sobre cualquier noción esque "la muerte es la nada, el límite, la no existencia ontológica…la eliminación de rasgos y anulación, desaparición de la vida y el devenir" (Espar, 1995: 117). Al amparo de esta apreciación se entiende entonces, que la muerte, por dura que sea, representa un destino que no se puede evitar y que, por tanto, vulnera a todos los individuos dado los sentimientos de negación que trae consigo: ira, abandono, impotencia, desesperación y sobre todo angustia. No resulta nada fácil aceptar la muerte en vista de que en la sociedadoccidental hay gran apego a una cultura de la vida, que se destruye con la existencia de este fenómeno.  

Y para tratar de comprender este misterioso hecho, se elaboran complejos sistemas simbólicos que no son otros que los rituales funerarios. Así que la cuestión de la vida y la muerte como aparente oposición entre dos estados que se niegan el uno al otro para generar diversas prácticas sociales y culturales, constituye el ángulo de este estudio a fin de explicar las estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre las personas y las culturas a partir de la dicotomía vida / muerte que subyace en la práctica de rituales funerarios.

La importancia de este estudio radica en la explicación y la difusión que debe hacersede estos rituales a fin de entender que a través de estas prácticas se representan los modos de vida de una sociedad, con la expresión de verdades eternas, logrando la instauraciónde la unidad y de la integración cultural.

En cuanto símbolo, la muerte es el fenómeno perecedero y destructor de la existencia. No obstante, la concepción que se tenga de la muerte será distinta según la cultura que se estudie. En el caso de la civilización oriental, vida y muerte no se consideran eventos contrarios, sino que son asumidos como una identidad; no así en la civilización occidental, en la que vida y muerte representan eventos que se niegan el uno al otro.

Fundamentación teórica 

Los rituales funerarios se conciben como prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte de alguien y a las actividades funerarias que de ella se derivan tales como velorios, rezos, entierros, cremaciones, momificaciones, edificación de monumentos y sacrificios humanos entre otros y sea cual sea la opción funeraria que se practique, están caracterizados por un elaborado código simbólico sobre la base del cual se construye la realidad social, producto de una cultura sincrética, donde coexisten trazas de origen indígena que se mezclan con elementos sagrados de origen español para generar las tradiciones funerarias bajo dos premisas fundamentales: la búsqueda de la vida eterna y la atenuación del dolor que la muerte trae consigo mientras se espera la tan ansiada resurrección que identifica a los miembros de la cultura que los realiza, constituyéndose de esta manera la semiosis1 social de la muerte para acceder a la semiótica de la vida a través de la celebración de estas prácticas mortuorias.

En la celebración de estos rituales, obviamente está presente el lenguaje y es gracias a él que el hombre aprehende las cosas para construir su universo de sentido con leyes, hábitos y costumbres con arreglo a lo cual se posesiona no sólo de lo asible sino también de lo invisible, de lo que existe en la naturaleza, pero que no es susceptible de ser percibido a menos que se haga por el concurso de la palabra y es con ella que se puede crear un universo de sentido e instaurar en él una determinada realidad.

Bajo este prisma, el lenguaje no sólo supone un sistema de signos altamente elaborados, sino que reviste un hecho social. A partir de esta consideración, se puede abordar el estudio de algunos ritos fúnebres en distintas sociedades. obviamente, en el amplio espectro de posibilidades que proporciona el culto a la muerte, sería una gran ambición intentar hacer una descripción total de estas prácticas mortuorias, por consiguiente, el eje de este trabajo se centrará en los rituales más celebrados en la colectividad, tanto en la civilización oriental como en la occidental destacando los más representativos de cada cultura. Es oportuno indicar en este momento que la selección de los países que conforman el objeto de este estudio, obedece al hecho de que sus rituales son los más celebres de sus culturas debido a las características que presentan, como se verá más adelante.

Metodología de la investigación 

Este trabajo se hizo en el marco de una investigación documental, dado que se hizo "el estudio de problemas con el propósito de ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza, con apoyo, principalmente, en trabajos previos, información y datos divulgados por medios impresos, audiovisuales o electrónicos" (Upel. Manual de trabajos de grado, de especialización, maestría y tesis doctorales, 2003: 15), por ende, la investigación que se presenta constituye un estudio de desarrollo teórico sustentado por revisiones críticas del fenómeno a analizar.

A partir de una exhaustiva revisión bibliográfica, se describirá, por un lado, algunos de los rituales más representativos de ambas culturas; la oriental y la occidental, en tanto que tienen un significado específico para la conciencia social. Por otro lado se postulará que el acontecimiento de la muerte promueve la realización de ritos funerarios de gran trascendencia para el individuo y para la sociedad toda pues constituyen un caso paradigmático de lo que suele llamarse un hecho social que tiene una significación social profundamente marcada, que definen la naturaleza de una organización social e implican importantes funciones psicológicas, sociológicas y simbólicas para sus miembros. Las funciones psicológicas de estos rituales funerarios están referidas a la atenuación de los múltiples sentimientos de negación que advienen con la muerte. Los ritos funerarios se erigen como las terapias más idóneas para canalizar estos sentimientos, como son la ira, el dolor, la rabia, la impotencia, entre otros. Las funciones sociológicas que subyacen en la realización de los rituales funerarios tienen que ver con los lazos de solidaridad que se establecen entre los deudos del difunto y sus allegados. La celebración de los rituales funerarios permite estrechar vínculos de fraternidad y de apoyo para superar el dolor por la pérdida del ser querido, y las funciones simbólicas aluden al mito que se escenifica con el rito: si se ejecutan los rituales, según la creencia de quien los practica, se pueden alcanzar los objetivos por los cuales ellos se realizan, es decir, lograr la trascendencia de una vida terrena a una divina, promover el descanso del alma del fallecido, facilitar la reencarnación del difuntoy mitigar el dolor de los familiares.

Rituales funerarios como estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre las personas y las culturas

Dentro de una ceremonia ritual, vida y muerte son dos términos que se confrontan y se confirman al mismo tiempo, cuyos aspectosde mayor relevancia se ponen de manifiesto en objetos, palabras y gestos con un sentido simbólico a fin de reafirmar el deseo de vivir y de trascender a la muerte con la creencia en una vida más allá de lo terrenal.

Esta postura justifica la creación de símbolos para comprender el complejo mundo del morir, por lo que se transforman en "ecos conscientes emitidos e inmediatamente reconocibles de objetos, acciones y conceptos del mundo interior, psicológico y espiritual" (García, 2000: 29).

Al cobijo de estas aseveraciones, según sea la cultura en la que se está, se realiza una gran variedad de rituales, cuya finalidad es brindar una estructura, un orden y un sentido a la existencia humana, a través de ciertas ceremonias periódicas, formales y participativas, caracterizadas por estar fuertemente vinculadas a aspectos simbólicos. De lo escrito hasta ahora importa resaltar que los rituales funerarios constituyen actividades humanas que se realizan para expresar la complejidad de símbolos existentes en torno a la concepción sobre la vida y la muerte.

La finalidad que guía la exposición de los aspectos aquí señalados es demostrar que cualquier revisión bibliográfica sobre el culto que se le rinde a la muerte revela cómo las tradiciones, creencias y costumbres funerarias han marcado hitos en el desarrollo de la humanidad, toda vez que dejan al descubierto su cosmovisión del mundo.

Como quiera que sea, esta amarga experiencia y la sensación de impotencia que inevitablemente la acompaña, surgen ante lo desconocido de este fenómeno: la muerte, ¿es una puerta a otro mundo, a otra forma de vida, a un paraíso, a un infierno, a algo mejor o peor de lo que tenemos en la tierra?, o ¿es el fin de todo, el ingreso a la nada, la desaparición total?, realmente ¿hay una vida más allá de lo terrenal?, ¿se descansa eternamente cuando somos alcanzados por la muerte? En las sociedades occidentales, la muerte se considera como la separación del alma del cuerpo por lo que genera estados de rechazo.

Estas interrogantes manifiestan la universalidad de los sentimientos de separación y dolor ante la muerte y en razón de ello, en todas las culturas, tanto la oriental como la occidental, y desde la antigüedad hasta la actualidad, según las creencias particulares de cada sociedad, se celebra un conjunto de actividades rituales,2 no sólo para responder a estas preguntas, sino también para acompañar a los dolientes y al fallecido en tan difícil tránsito de la vida a la muerte, así como para superar el proceso mental de negación que se manifiesta a través de la rabia, la ira, el desconsuelo, entre otros, es decir, "la interioridadvacía y desolada, la auto-negación y la escisión interior del sujeto empírico, su quebrazón, su conflictividad " (Subirats, 1983:472).

Estos ceremoniales fúnebres difieren de una cultura a otra, debido a la intervención de múltiples factores, de los cuales, el más destacable es la religión. Para precisar el contraste, se referirán algunos ritos arquetípicos de las dos civilizaciones: la oriental y la occidental, para posteriormente,  determinar cómo los rituales funerarios son estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre los seres humanos y sus culturas.

Ritos funerarios en la Cultura Oriental

Los ritos funerarios configuran una rica fuente de información fundamental en la que se encuentran el reflejo de determinadas creencias referidas a la muerte y a lo que hay después de ella. Y es a partir de las costumbres mortuorias que se inicia este estudio para abordar una tradición milenaria que marcó pauta en la conformación de una cultura: la oriental.

En efecto, muchos países de la sociedad oriental (Egipto, China, India, Grecia, entre otros) se conocen por la celebración de los más increíbles rituales funerarios con la convicción de la existencia de una vida más allá de la muerte. Se referirán los más destacados por sus valores socio-culturales, no sin antes hacer historia sobre los primeros ritos funerarios.

En la bibliografía sobre el tema se señala que el origen de la ceremonia de ofrendar a los muertos quizá se ubique en China y Egipto, de donde posteriormente fue tomada por los árabes en el siglo VIII. Luego, durante el período de dominación de los moros, fue llevada a la península ibérica.

Los primeros seres humanos que practicaron rituales funerarios con la creencia en la idea de que la muerte no era el final de la existencia, sino más bien un tránsito del mundo de los vivos hacia un reino espiritual fueron los neandertales. Según la historia, un enterramiento neandertal en la cueva de Shanidar (Irán) estuvo rodeado de flores. Otro entierro infantil se halló en la cordillera del Himalaya en una fosa rodeada de seis pares de cuernos de cabra montesa. El entierro deliberado de sus muertos es una característica que distingue al hombre de neandertal del resto de los homínidos prehistóricos. En el paleolítico medio también hay evidencias de prácticas mortuorias pero es en el paleolítico superior cuando se hicieron más complejas.

Se observa entonces cómo la historia de los rituales funerarios es tan añeja como la propia aparición del hombre sobre la tierra. En el caso de las sociedades orientales, la muerte no es algo negativo; constituye el paso hacia la regeneración y reafirmación de valores ancestrales, tal como lo reflejan los rituales más antiguos. En el cuadro de la siguiente página se esbozan algunos ritos funerarios de la civilización oriental.

Los ritos de la muerte propios del periodo de la antigüedad revisten un grado de dramatismo muy acentuado. En ellos se señala la reverencia que desde el inicio de la existencia se ha otorgado al fenómeno de la muerte como símbolo del transplante del alma del difunto a otra vida.

De la revisión de estos rituales se puede aseverar que para los orientales, la celebración de estas prácticas mortuorias supone el paso hacia la regeneración y la reafirmación de los valores ancestrales que conformaron su comunidad, por lo tanto, no representa un evento trágico sino un paso definitivo hacia una nueva forma de ser y de estar más placentera.

En la civilización occidental además de cumplir con la tradición, la realización de rituales funerarios tiene como propósito facilitar el ascenso de las almas hacia la inmortalidad al tiempo que otorgan elementos de integración social que permiten a los deudos mitigar su dolor. La vulnerabilidad de la vida ha alcanzado a las personas en todo momento, incluso desde antes de la era cristiana, y en la actualidad, aunque en formas muy distintas y menos elaboradas, se celebran rituales funerarios con los mismos objetivos iniciales: asegurar una continuación de la vida después de la muerte y mitigar el dolor de los deudos mediante la psicoterapia que subyace en los mitos de los rituales. En estos dos objetivos se funda la relaciónque instaura en las personas las marcas arquetípicas de su cultura, lo que evidencia que los rituales funerarios funcionan comosímbolos para rendirle culto más que a la muerte, a lavida, dado que en la civilización occidental, la vida es el componente esencial de la cultura.

Consideraciones finales 

Los ritos aludidos, tanto en la sociedad oriental como en la occidental, dan testimonios de que en todas las culturas ha existido una pugna entre la vida y la muerte. De allí que los rituales funerarios sean el reflejo de una obligada aceptacióna las dicotomías que ambos conceptos representan.

Y aunque el acto de morir debe asumirse como un proceso más de la vida, tiene una connotación socio-cultural de tal importancia, que todas las culturas ofrecen respuestas y la enfrentan mediante la celebración de diferentes rituales, desde una óptica personal, social y religiosa. Lo más característico de los rituales funerarios es su conformación sobre la base de un mundo simbólico producto del imaginario humano de un universo socio-histórico que determina la visión de la vida y de la muerte de una cultura específica, por tanto, suponen estrategias simbólicas que la colectividad emplea para regular las relaciones que surgen en su cultura ante el devenir histórico. Es decir, con los rituales funerarios, se hace una representación de la vida y de la muerte en la quesímbolo, mito y rito se articulan para instaurar el establecimiento de un contrato comunicativo para regular las relaciones que adquieren las personas por pertenecer a una cultura determinada.

Bajo esta postura, los integrantes de cada cultura construyen el sentido de la vida por medio de imágenes y símbolos que rodean las múltiples actividades sociales que cobran vida según las necesidades de cada pueblo. Surgen entonces los rituales como "prácticas sociales simbólicas que tienen por objeto recrear a la comunidad, reuniéndola en la celebración de un acontecimiento. El rito revive la cohesión del grupo y por lo tanto también contribuye a la construcción de su identidad" (Álvares, 2005: 226). Y el acontecimiento de la muerte se convierte en uno de los fenómenos más ritualizados3, por lo que es menester la ejecución de ceremonias mortuorias.

Siguiendo esta concepción, la colectividad organiza una serie de actividades rituales sobre la base de un conjunto de creencias y costumbres comunes para dar explicación al hecho de la muerte.

A partir de esta apreciación, se considera que los rituales funerarios contienen símbolos estereotipados que caracterizan cada cultura. Estos símbolos, por lo general, aluden a aspectos religiosos, lo que justifica que los ritos se desarrollen por intermedio de los mitos, cuya función consiste en la expresión, comprensión y realce de las creencias para la posterior eficacia en las celebraciones rituales.

Lo que cobra valor de estas aseveraciones es que el ser humano tal como se conoce hoy, ha vivido ritualmente, y en la búsqueda de una continuidad para su existencia, trata de ir al encuentro con una realidad transhumana que garantice su supervivencia. Este mito de la vida eterna se reconfirma por los rituales funerarios.

A propósito de ello, las personas realizan los más insólitos rituales funerarios ( como el de la castración realizado en China, o la donación de la cabeza como tributo al difunto, según la creencia de los indonesios, para mencionar sólo algunos), para dar respuesta a sus necesidades, tanto religiosas como espirituales, por consiguiente, estas prácticas mortuorias son símbolos que regulan las relaciones entre los individuos y sus culturas: son utilizados para rendirle culto no a la muerte sino a la vida. Esta relación vida / muerte constituye una expresión muy significativa del tributo que se le rinde a la vida.

A la altura de estas reflexiones cabe señalar que en los rituales se encuentra una doble relación: con las sociedades en las que se inscriben y con los cuerpos de los sujetos que los sienten, los padecen y los celebran. Este juego de relaciones ocurre en el marco de las instituciones que lo regulan, de tal manera que cada individuo, según la creencia que se genere de su cultura, actúa en consecuencia ante las normas que rigen la realización del ritual, lo que explica por qué cadacivilización tiene sus ritos específicos, con una ideología también específica. Bajo este criterio se tiene que para los habitantes de la cultura oriental, la muerte tiene un sentido muy distinto al de la occidental. Según sus creencias, en oriente la vida eterna se alcanza por medio de una actitud mística, mientras que en occidente, se obtiene la salvación del alma a través del obrar en la doctrina del cristianismo4.

Igualmente, para los orientales, el fin conlleva a un estado de unidad indiferenciada e impersonal que representa su compromiso con el universo. Caso contrario sucede en la concepción de los occidentales para quienes el compromiso es consigo; sí hay una continuación, perode la integridad del yo como persona.

Vale resaltar que incluso para el duelo, los occidentales asumen una postura peculiar, caracterizada por un luto cuyo valor terapéutico también suele ser individual. Sobre el particular importa destacar que la elaboración del duelo, con independencia de las creencias de las personas involucradas, crea una serie de conductas incluidas en los rituales funerarios. Estas conductas están regidas por la presencia de símbolos sagrados en aras de ayudar a los individuos a entender su relación no sólo consigo mismo, sino también con sus semejantes y con el mundo que está a su alrededor.

Así, mientras para los pobladores de las sociedades occidentales la muerte representa algo negativo y un acontecimiento nefasto en tanto que la vida es el componente esencial de su cultura, para los orientales constituye el paso hacia la regeneración y la reafirmación de los valores ancestrales que conformaron su comunidad, por lo tanto, no supone un evento trágico, como en Occidente, sino un paso definitivo hacia una nueva forma de ser y de estar más placentera. Visto así, para los habitantes de la cultura oriental, la muerte se convierte en el mayor acontecimiento de la vida, lo que explica por qué su celebración ameritaba una práctica ritual de gran elaboración e inversión, tanto de tiempo como de dinero.

Todo lo dicho hasta ahora sirve de fundamento para afirmar que la celebración de ritos funerarios, desde la antigüedad hasta la era actual, tiene como función primordial otorgar un sentido, un significado al proceso irreversible que supone la separación con la persona que se va, al tiempo que promueven el acceso de su alma a la nueva existencia que encontrará en el más allá.

Ya desde una perspectiva conclusiva se debe indicar que si bien el morir pertenece a la vida, es un acontecimiento de ella que expresa la conciencia de la finitud del ser. Y aparentemente, aun cuando son términos que se desdicen, una observación más cercana, como la que se haintentado en este trabajo, permite apreciar que tal oposición no es tan radical. La muerte está presente en la vida bajo cualquier forma y por ello, ejerce una profunda acción dada su omnipresencia.

Como quiera que se mire, el problema planteado por la vida terrena del ser humano y la angustia que en éste provoca su destino después de la muerte, ha encontrado solución en la ejecución de rituales funerarios, los cuales desde siempre se han practicado, desde la antigüedad hasta la época actual, como estrategias simbólicas que se utilizan para regular las relaciones que se establecen entre el hombre y su cultura para explicar el culto a la vida y a la muerte que desde siempre ha existido en la dualidad alma / cuerpo.

Referencias

1. Álvares Muro, A. (2005). Cortesía y descortesía. Mérida: ULA.         [ Links ]

2. Espar, T. (1995). El relato oral como discurso mediador entre este mundo y la otra orilla. Puebla, Revista Escritos, Nº 11-12.        [ Links ]

3. García, A. (2000). Signos y símbolos. Imágenes de la muerte (Documento en línea) Disponible: http://tanatologia.org/ tanatologia/signos-simbolos.html. (Consulta: 2004 )         [ Links ]

4. Subirats, E. (1983). El alma y la muerte. Barcelona: Anthropos.        [ Links ]

5. Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Vicerrectorado de Investigación y Postgrado. (2003). Manual de trabajos de grado, de especialización, maestría y tesis doctorales. Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.         [ Links ]