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Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo

versión impresa ISSN 1690-3110

Rev. Venez. Endocrinol. Metab. v.2 n.2 Mérida jun. 2004

 

Desórdenes por deficiencia de yodo (DDY) en Venezuela

Dr. José Esteban Torres Suárez

Médico Endocrinólogo-Nutrólogo Ex Director Técnico del Instituto Nacional de Nutrición, Expresidente de CONYFLUSAL Ministerio de Salud y Desarrollo Social

Conceptos

Las enfermedades tiroideas pueden ser de etiología genética o ambiental, los DDY caen en este grupo de influencia ambiental, ecológica, son regiones en las que no existe yodo en la tierra por diversas causas geoquímicas: glaciación, lluvias, vientos. Regiones extensas de la corteza terrestre han sido empobrecidas en su contenido natural de yodo y consecuentemente, los alimentos producidos localmente son deficientes en yodo, vale decir todo lo que nazca y crezca no contiene yodo, incluyendo a los animales de cría doméstica y el ganado produce menos carne y leche.

El niño o joven no puede educarse, aprender, ni adiestrarse para el trabajo, por lo tanto no son incorporados al trabajo, la comunidad se resiente en su desarrollo económico, social y cultural. En esta forma vemos que los Desórdenes por Deficiencia de Yodo, no es solamente el bocio endémico, con que se denomina el problema, ya que el bocio es una consecuencia (estética), pero el problema grave es la distorsión del desarrollo cerebral, al no poder la tiroides sintetizar las hormonas tiroideas, estrictamente necesarias para la diferenciación celular y desarrollo del cerebro, en la que ese retardo mental, va desde el extremo máximo (cretinismo) hasta estados o gradientes menores de repitientes escolares, atrasados escolares, deserción escolar que no dejan de ser por supuesto importante. Recordemos que el 80% del cerebro se desarrolla desde el momento de la concepción del individuo hasta los dos años y medio, todo lo que suceda durante ese momento biológico en forma negativa repercutirá inexorablemente.

El bocio puede resultar el iceberg, la consecuencia más divulgada de la deficiencia de yodo, pero no debe estimarse como la más importante. Otros de los desórdenes causados por la deficiencia de este micronutriente son el cretinismo, retardo mental, problemas para la fertilidad, abortos, menor vigor (astenia) en jóvenes y adultos y retraso en el crecimiento y desarrollo de los niños, los cuales atentan en contra del estado de salud de las personas y por ende contra el desarrollo socioeconómico de la comunidad.

Desarrollo socioeconómico

Los DDY deben ser considerados en toda su magnitud especialmente desde el punto de vista socioeconómico, cuando en una comunidad no tiene suficiente yodo en su medio ambiente, repercute en negativo que los seres humanos no puedan hacer la biosíntesis de suficientes cantidades de hormonas tiroideas, siendo nefasto para el individuo todo el proceso de vida, desde su concepción, crecimiento y desarrollo. En otras palabras, estas deficiencias de yodo se traducen en severas e importantes alteraciones de la salud. Este hecho debe ser considerado en toda su magnitud, especialmente desde el punto de vista socioeconómico, ya que el individuo estará total o parcialmente perdido como recurso humano para el desarrollo, lo cual es particularmente grave en un país como Venezuela, cuya población presenta una estructura por edades con alto porcentaje menor a los 18 años, etapa biológica de maduración donde se es más sensible a la enfermedad.

En el momento actual existen suficientes evidencias que demuestran, primero que el impacto social por Deficiencia de Yodo es muy grande y que su prevención debe resultar en una mejor calidad de vida y de la productividad, así como la capacidad de educación de niños y adultos; y segundo que estos desórdenes pueden ser prevenidos exitosamente, mediante la corrección de la deficiencia de yodo, a través de programas adecuadamente implementados. La carencia de yodo afecta el desarrollo socioeconómico por dos vías:

1. Individuos con déficit intelectual, biológico y de energía física, con dificultades para el aprendizaje, no motivados y por lo tanto no rinden en el trabajo y la producción es precaria.

2. La agricultura es afectada en estas áreas y la cría de animales domésticos y su producción se resiente.

Epidemiología

La deficiencia de yodo es reconocida actualmente como la principal causa de discapacidad humana (retardo mental) que puede ser prevenida. Hasta fines de la década pasada, se estimaba en más de 800 millones la población mundial a riesgo. En Latinoamérica, fue definido como Problema de Salud Pública en 17 países, estimándose en 60 millones la población en riesgo.

Entre los importantes logros de las últimas décadas en la lucha contra la Deficiencia de Yodo como problema de Salud Pública, deben destacarse: la Resolución Nº 39.31 de la Asamblea Mundial de la Salud, la cual recomienda a los países miembros priorizar en la atención de enfermedades causadas por la Deficiencia de Yodo; el Plan global Estratégico para la Prevención y Control de los Desórdenes por Deficiencia de Yodo aprobado por las Naciones Unidas; la Cumbre Mundial por la Infancia, realizada en 1990, en nueva York y aprobada por los representantes de los gobiernos que estableció como meta para su eliminación el año 2000.

La carencia de yodo ha constituido un importante problema de salud pública en Venezuela, particularmente en la región andina. Hasta hace pocos años el bocio fue considerado como la consecuencia más divulgada del déficit de este micronutriente, sin embargo con la luz aportada por los nuevos conocimientos y el enfoque del papel que ejercen las hormonas tiroideas en el crecimiento y desarrollo del niño, especialmente en el área neurológica, muy a tempranas edades se acepta que esta deficiencia es la causa prevenible más importante de retardo mental en el mundo.

La encuesta nacional de bocio efectuada en 1996 por el Instituto Nacional de Nutrición en 420.207 niños reveló que un 13.4% presentó bocio, siendo la zona andina la más afectada, con 32.6% de escolares con bocio. Ese mismo año se dicta el Decreto Presidencial Nº 657 que obliga a la yodación de la sal destinada al consumo humano y animal.

El Instituto Nacional de Nutrición dentro de un compromiso subregional andino actualiza el diagnóstico y así durante los años 1993, 1994 y 1995 se realiza la encuesta escolar de prevalencia de los DDY en 14.074 escolares de los Estados Mérida, Trujillo y Táchira, en la cual no sólo se toma como indicador la palpación de la glándula tiroidea, sino también la determinación del yodo urinario.

Se encontraron porcentajes de prevalencia de bocio de 64.6; 59 y 65.9 por ciento; así como porcentajes de localidades con baja yoduria de 59.4; 26.98; y 18.86; respectivamente en los Estados citados.

En 1996, se investigó en 4 municipios del Estado Lara a 1435 escolares, hallándose una prevalencia de 48.4% de bocio en 38.5% de las localidades anunciadas con baja yoduria.

Vigilancia y control epidemiológico

Intervención:

Se han realizado muchas actividades para el cumplimiento de los objetivos trazados, originalmente, desde el año 1994, con el equipo técnico del Programa Nacional de Control y Eliminación de los Desórdenes por Deficiencias de Yodo (PRONACEDY), tanto en el ámbito central como regional y posteriormente cuando se creó la comisión Interinstitucional de Control de Yodo y Flúor en la Sal (CONYFLUSAL), al crearse la Oficina de CONYFLUSAL-PRONACEDY con el apoyo de la Presidencia del Instituto y del Ministro de Salud. Los cuatro renglones más importantes son:

A. Investigación, Vigilancia y control Epidemiológico de los DDY

B. Plan de Educación, Comunicación y Educación de la Salud

C. Plan de Orientación, Adiestramiento de personal y mejoramiento de las normativas para combatir los DDY, a través de talleres dirigidos al personal de salud y a los técnicos que trabajan con la industria salinera, para el control de calidad de los laboratorios de las empresas y el sector oficial, estandarización y control de métodos y técnicas, para lo cual siempre se contó con la valiosa colaboración de UNICEF y OPS.

D. Operativos de control de sales marginales en coordinación con las Direcciones Regionales de Higiene de los alimentos del Ministerio de Salud y las Unidades de Nutrición dependientes del INN, destacando el apoyo económico que para este fin la Cámara Venezolana de Industriales de la Sal (CAVINSAL).

En 1997, se practicó un monitoreo de yodurias en las 25 localidades de los estados andinos que presentaron las yodurias más bajas en las encuestas escolares de los años 1993, 1994 y 1995, teniendo como resultado que todas las medianas de yoduria estuvieran por encima de 100 ug l/lt, es decir hubo mejoras.

En 1998 el Instituto Nacional de nutrición llevó a cabo el Estudio Nacional de los DDY y de 136 localidades analizadas, un 95% (n=130) mostraron valores de mediana de yodurias a 100 ug l/lt. En tres localidades del Estado Trujillo, las medianas fueron de 69, 70 y 84 ug l/lt (riesgo leve). La encuesta de consumo de sal en hogares, que forma parte de este mismo Estudio Nacional, dio a conocer que en 8820 hogares de 140 parroquias del país la prevalencia del consumo de sal yodada fue de 94%.

En 1999, se culminó la investigación Tiroides Móvil promovida por el Comité de Expertos en DDY (ICCIDD) apoyadas por Laboratorios MERCK y con la participación activa del INN. Este Estudio de realizó en 12 Escuelas de Táchira, Mérida y Trujillo y en una escuela de Carabobo y la mediana de yodurias siempre estuvo por encima de 100 ug l/lt.

Todos estos esfuerzos que resumimos a grandes rasgos, dieron sus frutos cuando a fines del año 1998 en las evaluaciones que se presentaban en las Reuniones Anuales Internacionales del Programa Subregional Andino de Micronutrientes, las agencias internacionales que nos asesoraban nos informaron que por los indicadores que presentábamos, Venezuela había cumplido con los requisitos para poder solicitar la Declaración como “País virtualmente libre de los DDY como problema de salud pública”. En efecto, así se solicitó y entre el 8 y 12 de noviembre de 1999, a petición del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, un grupo de expertos desarrolló en nuestro país la evaluación externa con una metodología y exigencia analítica –parámetros previamente establecidos- concluyéndose que Venezuela llenaba los requisitos para ser declarado “País virtualmente libre de los DDY como problema de salud pública”.

Status de los DDY 2004

En función de una actualización del status de los DDY en Venezuela se hace indispensable transcribir:

1. Los Capítulos VIII y IX del Informe de la Evaluación Externa al “Programa Nacional de Control y Eliminación de Desórdenes por Deficiencias de Yodo” efectuada del 8 al 12 de noviembre de 1999 por UNICEF, OPS ICCIDD y OMS, cuya publicación se debe a UNICEF, Venezuela en agosto del año 2000.

2. Informe dirigido al Dr. Eduardo Pretell, en abril del año 2003, apropósito del Congreso Latinoamericano de Tiroides, 2003.

3. Cuadro sobre resultados de los indicadores de DDY en los Estados Andinos desde el año 2000 al 2004 – Dosificación de yodo en Sal comestible y dosificación de yodo en orina.

4. Declaración de la Problemática de los Desórdenes por Deficiencias de Yodo, San Cristóbal, Estado Táchira, Año 2003 cuyo punto 3 se resalta a continuación:

La situación actual

“Se observa con preocupación el deterioro en los niveles de yodación de la sal para el consumo humano a nivel de expendios, en muestras recogidas por el Instituto Nacional de Nutrición y reportadas por el Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN) con una franca tendencia al descenso, desde el año 2001 que presentaba un 43,5% de cumplimiento normativo con un 34% para el año 2002 y hasta el primer semestre del 2003, con un 13,4%.

Por primera vez (año 2003) el porcentaje de consumo de sal adecuadamente yodada en hogares de comunidades andinas de alto riesgo, ostenta valores muy por debajo del deseable 90%. Se evidenció un debilitamiento en la vigilancia y control externo de las plantas de procesamiento de sal como consecuencia de un limitado apoyo presupuestario para la ejecución de las actividades que mantengan la sostenibilidad y mejoramiento en el tiempo de la fortificación de la sal en este micronutriente”.

Informe Técnico de la Evaluación Externa al “Programa Nacional de Control y Eliminación de Desórdenes por Deficiencias de Yodo” efectuada del 8 al 12 de noviembre de 1999 por UNICEF, OPS ICCIDD y OMS.

Capítulos VIII: Sostenibilidad del Programa

El INN, como Organismo Rector de las políticas de alimentación y nutrición, adscrito al Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS) ha asumido la responsabilidad de la eliminación de los DDY en el país, en concordancia a los compromisos adquiridos a nivel internacional para el logro de las metas regionales.

En este marco, el “Programa Nacional de Control y Eliminación de Desórdenes por Deficiencias de Yodo” ha desarrollado, en estos últimos años, acciones dirigidas a la investigación, el control, la vigilancia y el monitoreo de sal y yoduria. Para ello, se ha apoyado en una infraestructura institucional, legal, técnica, programática y financiera que le ha permitido garantizar un control sostenible de los DDY.

Las condiciones para impulsar este proceso se han dado a través de los siguientes aspectos

- El Programa está adscrito a una Dirección Técnica a nivel central y a una red técnico-administrativa regional, que comprende 23 unidades de nutrición a nivel nacional y coordinadores regionales de DDY en los Estados Andinos y zonas aledañas a la Cordillera Andina y Estados productores de sal, confiriendo una estructura organizativa donde las responsabilidades son compartidas hasta llegar al nivel regional y local.

- El Programa ha contado con una capacidad financiera proveniente del presupuesto ordinario del INN, que incluye sueldos y salarios del personal asignado de manera permanente. En el ámbito regional, cada unidad de nutrición aporta recursos para el personal a su cargo a través de las unidades administrativas. Así mismo, se cuenta con los recursos técnicos que provienen de los organismos internacionales: UNICEF, Programa Subregional Andino de Control de Deficiencias de Micronutrientes, OPS-OMS.

- El Plan de Acción se ha desarrollado en coordinación con el sector oficial, el privado, organismos internacionales, sociedad civil, ONG’s y comunidades organizadas.

- El desarrollo de acciones educativas y de comunicación en forma masiva ha generado conocimiento hasta el punto que los consumidores prefieren la utilización de la sal yodada en la preparación de las comidas, así mismo, la comunidad organizada ha asumido el compromiso activo en el proceso de control y vigilancia de los DDY.

- Desde la emisión del Decreto de la obligatoriedad de la yodación de la sal, el Estado venezolano ha venido produciendo un marco legal, contenido en varias normas y resoluciones tendientes a garantizar el cumplimiento de la calidad del producto. Asimismo, existe un proceso de control y vigilancia con los diferentes sectores involucrados a través de la coordinación intersectorial.

- La industria salinera tiene el compromiso, la responsabilidad y el recurso técnico de mantener la yodación efectiva de la sal, incluyendo la producción, el control de calidad interna y el monitoreo. Asimismo, garantiza el abastecimiento de yodo para la yodación de la sal asumiendo el costo.

- Los laboratorios con que cuenta el Programa para el control de la yodación de la sal están ubicados a nivel central y en la región andina. Esto ha permitido mantener el monitoreo de la sal.

- La asistencia técnica a los laboratorios a fin de garantizar la estandarización en métodos y técnicas de análisis en la yodación de la sal y el estudio interlaboratorio, fortalece el sistema de monitoreo, evaluación y vigilancia epidemiológica.

Capítulos IX: Evaluación Externa Conclusiones y Recomendaciones

Entre el 8 y 12 de noviembre de 1999, expertos internacionales pertenecientes al Consejo Internacional para el Control de Desórdenes por Deficiencia de Yodo (ICCIDD), UNICEF, OPSOMS, el Programa Nacional de Prevención de Deficiencias por Micronutrientes de Perú (PREDEMI) y el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición de Perú (CENAN), visitaron a Venezuela para evaluar los progresos alcanzados por el Programa Nacional para el Control y Eliminación de Desórdenes por Deficiencias de Yodo (PRONACEDY).

Reuniones con autoridades de Salud y Nutrición, Educación, Empresa Privada, técnicos del Programa y visitas a diferentes zonas del país, permitieron a este Comité evaluar los progresos hechos por Venezuela en el Control y eliminación de este problema de salud pública que afecta el desarrollo físico y mental de la población.

Conclusiones

La deficiencia de Yodo está virtualmente eliminada en Venezuela y las perspectivas para su sostenibilidad son muy buenas si el Programa mantiene su situación actual con reforzamiento de algunas actividades.

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