Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
-
Citado por SciELO -
Accesos
Links relacionados
-
Similares en
SciELO
Compartir
Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo
versión impresa ISSN 1690-3110
Rev. Venez. Endocrinol. Metab. v.4 n.3 Mérida oct. 2006
Hiperaldosteronismo primario: un problema emergente
Luis R. Figueroa V.
Servicio de Endocrinología y Metabolismo, Hospital Universitario de Caracas. canete@movistar.net.ve
Desde su descripción por Conn en 1954 el hiperaldosteronismo primario fue considerado una entidad infrecuente. El despistaje se hacía en pacientes hipertensos severos con hipokalemia y miopatía.
La disponibilidad de ensayos de aldosterona y actividad de renina plasmática ha llevado en estos últimos años a un incremento de la utilización de la relación aldosterona plasmática / actividad de renina plasmática como prueba de despistaje y esto a su vez, a un aumento en la detección de hiperaldosteronismo primario en población hipertensa normokálemica llegando hasta un 5 a 10% en diversas series pasando a considerarse actualmente como primera causa endocrina de hipertensión secundaria.
Existe controversia si en todo paciente hipertenso debe realizarse como despistaje la medición de aldosterona / actividad de renina plasmática. La mayor parte de los nuevos casos reportados se encuentran en pacientes hipertensos de la clase I y II según la clasificación del séptimo comité americano de hipertensión, por lo tanto se recomienda hacer la determinación en este grupo.
La medición de aldosterona y la actividad de renina puede ser afectada por una serie de factores, de hecho en la población de raza negra no es infrecuente la hipertensión con renina baja lo que eleva la razón aldosterona renina sin ser hiperaldosteronismo. Por lo anterior y por la modificación que inducen los tratamientos antihipertensivos en general se recomienda suspender este tipo de medicamentos por dos y hasta por cuatro semanas, como en casos de la espironolactona.
Una vez establecida esta razón y si es mayor de 20 o 25 para la mayoría de los autores y con una aldosterona sérica de al menos 32 ng/dl se realiza una prueba confirmatoria ya sea de sobrecarga de sal o con flurocorticosterona midiendo a los días la concentración urinaria o sérica de aldosterona si existe supresión se descarta aldosteronismo, al contrario si la determinación sérica es mayor de 10 ng/dl o la urinaria más 14 μg/dl se confirma el hiperaldosteronismo. Luego debe procederse a localizar la lesión, para lo cual el método de elección es la medición de aldosterona cateterizando las venas adrenales ya que por tomografía o resonancia magnética, puede que se observe una lesión tumoral incidental como puede ocurrir hasta en un 5% de la población y esta no ser responsable con la entidad en cuestión. Una vez lateralizado y con una imagen tumoral en tomografía concordante, el diagnóstico más probable es de un adenoma productor de aldosterona o menos frecuentemente una hiperplasia cortical unilateral, ambos requieren de tratamiento quirúrgico, hoy en día realizada por vía laparoscópica obteniendo en general buena respuesta de la hipertensión ya sea eliminando definitivamente el tratamiento médico o al menos disminuyendo el número de drogas para control de la misma. De no existir diferencia entre ambas venas adrenales estamos en presencia del subtipo de hiperaldosteronismo más común, la hiperplasia adrenal bilateral, que responde con antagonistas de aldosterona como espironolactona o próximamente con eplerenona, logrando disminuir los efectos adversos recientemente descritos de la aldosterona en órganos blancos, que la implican como causante de daño renal, miocárdico y generador de complicaciones cardiovasculares.
Se enfatiza la necesidad de pensar en aldosteronismo primario como primera causa endocrina de hipertensión arterial secundaria en pacientes hipertensos moderados a severos aún sin presentar la clásica clínica de miopatía o hipokalemia.
Referencias Bibliográficas
1. Aldosterone induces a vascular inflammatory phenotype in the rat heart. R Rocha, A E. Rudolph,1 G E. Frierdich, D. Nachowiak, B. Kekec, E A. G. Blomme, E G. McMahon, J A. Delyani.Am J Physiol Heart Circ Physiol 283: H1802–H1810, 2002.
2. Mulatero P, Dluhy RG, Giacchetti G, Boscaro M, Veglio F, Stewart PM. Diagnosis of primary aldosteronism: from screening to subtype differentiation. Trends Endocrinol Metab. 2005 Apr;16(3):114-9.
3. Mulatero P, Stowasser M, Loh KC, Fardella CE, Gordon RD, Mosso L, Gomez-Sanchez CE, Veglio F, Young WF Jr. Increased diagnosis of primary aldosteronism, including surgically correctable forms, in centers from five continents. J Clin Endocrinol Metab. 2004 Mar; 89(3):1045-50.
4. Stowasser M, Gordon RD. Primary aldosteronism-careful investigation is essential and rewarding. Mol Cell Endocrinol. 2004 Mar 31;217(1-2):33-9.
5. Auchus RJ. Aldo is back: recent advances and unresolved controversies in hyperaldosteronism. Curr Opin Nephrol Hypertens. 2003 Mar;12(2):153-8.
6. Young WF Jr. Minireview: primary aldosteronism-changing concepts in diagnosis and treatment. Endocrinology. 2003 Jun;144(6):2208-13.
7. Kaplan NM. The current epidemic of primary aldosteronism: causes and consequences. J Hypertens. 2004 May;22(5):863-9.
8. Rossi GP, Bernini G, Desideri G, Fabris B, Ferri C, Giacchetti G, Letizia C, Maccario M, Mannelli M, Matterello MJ, Montemurro D, Palumbo G, Rizzoni D, Rossi E, Pessina AC, Mantero F. Renal Damage in Primary Aldosteronism. Hypertension. 2006 Jun 2













