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Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo

versión impresa ISSN 1690-3110

Rev. Venez. Endocrinol. Metab. vol.11 no.1 Mérida feb. 2013

 

Variables antropométricas que estiman adiposidad como predictores de resistencia a la insulina en mujeres posmenopáusicas con exceso de peso.

Yubire Barrios1,2, Diamela Carías3, Armando Sánchez Jaeger1, María Adela Barón1, Sonia Curiel2, Mariángel Fernández2.

1 Instituto de Investigaciones en Nutrición de la Universidad de Carabobo (INVESNUT-UC), Venezuela.

2 Escuela de Bioanálisis-sede Carabobo, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Carabobo, Venezuela.

3 Departamento de Tecnología de Procesos Biológicos y Bioquímicos, Universidad Simón Bolívar. Caracas, Venezuela.

Dirigir correspondencia a: Profesora Yubire Barrios; Email: ybarrios1@gmail.com.

RESUMEN

Objetivo: Determinar cuales de las variables o índices antropométricos que estiman adiposidad, son predictores de resistencia a la insulina (RI) en mujeres posmenopáusicas venezolanas con exceso de peso.

Métodos: Se estudiaron 67 mujeres posmenopáusicas aparentemente sanas con un año de amenorrea o más, con edades comprendidas entre 45 y 65 años, y con exceso de peso (sobrepeso u obesidad), de acuerdo a los valores del índice de masa corporal (IMC). Se midieron las siguientes variables antropométricas: peso, talla, circunferencia de cintura (CCi), circunferencia de cadera (CCa), circunferencia media del brazo izquierdo (CBI), pliegue tricipital (PTRIC), pliegue subescapular (PSE) y porcentaje de grasa corporal (%GC). Se calculó el IMC y el índice cintura/cadera (ICC). Se determinaron los niveles séricos de glucosa, insulina y estradiol, y la RI se midió a través del índice HOMA (homeostasis model assessment). Resultados: Casi la totalidad de las mujeres evaluadas (98,5%) presentaron valores elevados para la CCi, mientras que cerca del 50% de las mismas mostró RI y valores altos para el %GC. Los valores medios para las variables e índices antropométricos evaluados, fueron mayores en las mujeres con RI, con diferencias significativas (p<0,05) para el IMC, la CBI, el CCi y el ICC. Según las Curvas ROC, los puntos de corte para el IMC y la CCi fueron 25,43 kg/m2 y 84 cm respectivamente; dichos valores predicen en un 97,4% la RI en las mujeres estudiadas. Conclusión: Un porcentaje elevado de las mujeres posmenopáusicas evaluadas, presentaron una distribución central de la grasa corporal y resistencia a la insulina. El IMC y la CCi fueron las medidas antropométricas con la más alta capacidad predictiva para RI.

Palabras Clave: Variables antropométricas. resistencia a la insulina. adiposidad. posmenopausia.

ABSTRACT

Objective: To identify which of the anthropometric variables for estimating adiposity, are predictors of insulin resistance (IR) in postmenopausal Venezuelan women with overweight. Methods: A sample of 67 apparently healthy postmenopausal women aged between 45 and 65, with one year or more since amenorrhea, and with overweight according to the values of body mass index (BMI), was studied. The following anthropometric measurements were determined: weight, height, waist circumference (WC), hip circumference (HC), left upper arm circumference (LUAC), triceps skinfold (TSF), subscapular (TS) and percentage of body fat (% BF). The body mass index (BMI) and waist/hip index (W/H) were calculated. Serum glucose, insulin and estradiol were determined, and the IR was measured by HOMA (homeostasis model assessment). Results: Almost all women screened (98.5%) presented high values for WC, while about 50% of them showed RI and high values of % BF. Mean values for anthropometric variables and indices evaluated were higher for women with insulin resistance, with significant differences (p <0.05) for BMI, the LUAC, the WC and the W/H. According to ROC curves, the cutoff points for BMI and WC were 25.43 kg/m2 and 84 cm respectively, these values predict a 97.4% IR in the women studied. Conclusions: A high percentage of the postmenopausal women studied, showed a central distribution of body fat and insulin resistance. The anthropometric measures with the highest predictive power for IR were BMI and WC.

Key words: Anthropometric variables, insulin resistance, adiposity, postmenopause.

Articulo recibido en: Septiembre 2012 . Aceptado para publicación en: Diciembre 2012

INTRODUCCIÓN

En la actualidad la obesidad es considerada una pandemia global y un importante problema de Salud Pública a nivel mundial, debido a su elevada prevalencia y a las complicaciones metabólicas asociadas, cuyas consecuencias repercuten en la esperanza de vida1,2. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)3, 1500 millones de adultos se encuentran en sobrepeso y dentro de este grupo más de 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres presentan obesidad.

Entre los grupos poblacionales más vulnerables en la edad adulta se encuentran las mujeres posmenopáusicas, etapa donde se favorece la ganancia de peso y la obesidad abdominal4, condición asociada con la resistencia a la insulina (RI), la hiperinsulinemia compensadora y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), independientemente del contenido de grasa corporal5.

En estudios epidemiológicos y de investigación, algunas variables antropométricas que estiman obesidad, se han evaluado como posibles predictores de RI, entre estas, el índice de masa corporal (IMC), las medidas de circunferencia de cintura (CCi), cadera (CCa) y brazo (CB), y el porcentaje de grasa corporal (%GC)6-9. Sin embargo, en la literatura actual, no existe aún un consenso definitivo sobre el mejor método antropométrico predictor de RI en adultos.

El estudio realizado en España por Molist y cols.10, mostró que el IMC y la CCi eran buenos predictores de RI, mientras que el índice cintura/cadera (ICC) y los pliegues cutáneos no aportaron información con respecto a su relación con esta condición. Por otra parte, Gómez-García y cols.6, en adultos de ambos sexos, encontraron que además del IMC, el pliegue bicipital y la CB eran buenos predictores de RI, no ocurriendo lo mismo para la CCi.

El objetivo de esta investigación fue determinar cuales de las variables o índices antropométricos que estiman adiposidad, son los mejores predictores de RI en mujeres posmenopáusicas con exceso de peso (sobrepeso u obesidad), que asistieron a la consulta de Evaluación Nutricional de la Mujer Menopaúsica del Instituto de Investigación en Nutrición de la Universidad de Carabobo (INVESNUT-UC), durante el período mayo-julio 2011.

MATERIALES Y MÉTODOS

La investigación realizada fue de tipo descriptivo-correlacional, de corte transversal y de campo. La población estuvo conformada por todas las mujeres posmenopáusicas aparentemente sanas, que asistieron a la consulta de Evaluación Nutricional de la Mujer Menopáusica del INVESNUT-UC, durante el período mayo-julio 2011. La muestra fue de tipo intencional, no probabilística, conformada por sesenta y siete (67) mujeres con un año de amenorrea o más, con edades comprendidas entre 45 y 65 años, y con exceso de peso (sobrepeso u obesidad), de acuerdo a los valores del índice de masa corporal (IMC). Se excluyeron aquellas mujeres diabéticas o con otra enfermedad crónica y aquellas que estuviesen recibiendo la terapia de reemplazo hormonal (TRH) para el momento del estudio. La investigación se llevó a cabo siguiendo los principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos según el Código de Bioética y Bioseguridad del Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (FONACIT)11, y se contó con el consentimiento escrito de cada una de las participantes.

Se midió el peso en bata y sin zapatos, en una balanza electrónica (marca SECA) previamente calibrada. Para la talla se utilizó el estadiómetro, modelo Holtain Ltd. A partir de los datos de peso y talla, se calculó el IMC, mediante la fórmula: peso/talla2 (kg/m2). Se consideraron con exceso de peso, las mujeres que presentaron sobrepeso (IMC entre 25 kg/m2 y 30 kg/m2) y aquellas con obesidad (IMC > 30 kg/m2), de acuerdo a los valores de referencia propuestos por la Organización Mundial de la Salud3. Las medidas de circunferencia media del brazo izquierdo (CBI) (entre el acromion y olecranon), de cintura (CCi) (punto medio entre la cresta ilíaca y el último arco costal), y de cadera (CCa) (por la región más saliente de los glúteos), se obtuvieron mediante el uso de una cinta métrica.

Se calculó el índice cintura/cadera (ICC) a partir de las medidas de circunferencia de cintura y cadera respectivamente. El valor de referencia para definir obesidad abdominal según CCi fue mayor o igual a 80 cm12. A partir de los valores obtenidos mediante el uso de un calibrador marca Lange de los pliegues cutáneos tricipital (PTRIC) y subescapular (PSE) respectivamente, se calculó la densidad corporal según la edad, por medio de las ecuaciones propuestas por Durnin y Womersly13 en mujeres, lo cual permitió finalmente obtener el porcentaje de grasa corporal (% GC) según la ecuación de Siri14: [(4,95/densidad corporal)-4,5]×100. Se consideró una baja grasa corporal cuando los valores se encontraron por debajo del percentil 15,0; valores adecuados, entre los percentiles 15,1 al 75,0 y valores elevados, aquellos por encima del percentil 75,115.

Se extrajeron muestras de sangre previo ayuno de 12 horas, las cuales se colocaron en tubos estériles y sin anticoagulante, que fueron debidamente rotulados y centrifugados durante 10 minutos a 7600 x g, para la obtención del suero libre de hemólisis. Se determinó glicemia, utilizando el método enzimático colorimétrico de la marca comercial "Wiener Laboratorio", mientras que la insulina y el estradiol se determinaron mediante el método ELISA de la marca comercial "DRG Diagnostic". El valor de referencia para definir hiperglicemia fue un valor de glicemia mayor o igual a 100 mg/dL16 y para complementar el diagnóstico posmenopáusico se consideraron valores de estradiol inferiores a 39,5 pg/mL17. La resistencia a la insulina se estimó a través del índice del modelo de homeostasis (HOMA), a partir de la siguiente ecuación: [glucosa (mg/dL)/18 x insulina (mUI/mL)/22,5]18. El valor de referencia utilizado para diagnosticar RI en esta población fue mayor o igual a 2,519.

Para el procesamiento de los datos, se utilizó el paquete estadístico para Ciencias Sociales (SPSS) versión 19. Se calcularon la media (), desviación estándar (DE), y valores máximos y mínimos. La normalidad de las variables cuantitativas fue estudiada mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Se clasificó a las mujeres posmenopáusicas en dos grupos: resistentes y no resistentes a la insulina según el índice HOMA. Se aplicó el estadístico de contraste respectivo: t de student, para las variables que cumplían la distribución normal y la prueba U de Mann-Whitney, para las que no cumplían con esta distribución, lo que permitió comparar los promedios de las diferentes variables entre ambos grupos. Con el fin de determinar la capacidad predictiva de los parámetros antropométricos para el diagnóstico de RI, se empleó la curva operador receptor (ROC-receiver operating curve) con un intervalo de confianza (IC) del 95%. La exactitud de la prueba fue determinada mediante el cálculo del área bajo la curva (ABC), de acuerdo a los criterios de Swets20. Finalmente, para correlacionar todos los parámetros antropométricos,se aplicó la prueba de correlación de Pearson. El criterio de significación utilizado en todos los análisis fue menor al 5% de error (p < 0,05).

RESULTADOS

La edad promedio de la muestra (n=67), fue de 55,28 ± 5,59 años. En la Tabla I se muestran los estadísticos descriptivos de las variables antropométricas y bioquímicas de las mujeres posmenopáusicas de la muestra de estudio. En promedio, presentaron un valor elevado de IMC, indicativo de obesidad, así como también un valor promedio alto para la CCi, lo que refleja una distribución de grasa corporal de tipo central (androide). Cabe destacar, que el 98,5% de las mujeres, presentó valores para la CCi ≥ 80 cm. Los resultados obtenidos para el porcentaje de grasa corporal, mostraron un valor promedio de 40% para el grupo de mujeres evaluadas, encontrándose que la mayoría de las participantes (58%), presentó un elevado porcentaje de grasa corporal.

Con respecto a las variables bioquímicas, se observaron valores promedios dentro del rango de referencia, para la glicemia e insulina, y altos para el índice HOMA. Un porcentaje considerable (49,3%) de las mujeres evaluadas, presentó RI.

En la Tabla II, se muestran los estadísticos descriptivos de las variables antropométricas de las mujeres posmenopáusicas con exceso de peso, según el diagnóstico para RI. Se observa que los promedios más altos de IMC, CBI, PTRIC, PSE, %GC, CCi, CCa e ICC corresponden al grupo de mujeres con RI, con diferencias estadísticamente significativas para las variables IMC, CBI, CCi y CCa (p <0,05).

En la Tabla III, se presenta el área bajo la curva (ABC) de los parámetros antropométricos para el diagnóstico de RI en mujeres posmenopáusicas con exceso de peso. Los más altos valores de ABC corresponden a las variables IMC y CCi (> 0,7). Esto indica que los parámetros señalados son capaces de predecir RI en las mujeres posmenopáusicas evaluadas. Con respecto a las otras variables (CB, PSE, PTRIC, CCa, ICC y % GC), los valores del área bajo la curva muestran baja exactitud (< 0,7), y por tanto, baja capacidad para distinguir entre mujeres posmenopáusicas resistentes y no resistentes a la insulina.

En la Tabla IV se muestran los puntos de corte obtenidos a partir de las ROC de las variables IMC y CCi que predicen RI, los cuales fueron seleccionados considerando una sensibilidad y especificidad cercanas al 90%. Se observa que un IMC ≥ 25,43 kg/m2 y una CCi mayor a 84 cm, predicen en un 97% la RI.

Finalmente, se observaron correlaciones positivas y significativas entre el índice HOMA y las variables antropométricas: IMC (r= 0,521; p=0,00), PTRIC (r=0,353; p=0,03), PSE (r= 0,373; p=0,02), %GC (r= 0,401; p= 0,01), CCi (r=0,534; p= 0,000), CCa (r= 0,427; p=0,00), ICC (r= 0,258; p= 0,035); mostrando que los mayores valores de las variables e índices antropométricos que estiman adiposidad, se asociaron con valores mayores del índice HOMA.

DISCUSIÓN

Durante el proceso de envejecimiento se presentan cambios en la composición corporal; la masa muscular y ósea disminuyen, y la masa grasa aumenta con la progresiva reducción del tejido adiposo subcutáneo y el significativo aumento de la grasa visceral abdominal, los cuales se hacen más evidentes en la mujer adulta a partir de la menopausia21-23. Sin embargo, el aumento de peso, de los pliegues cutáneos, del % GC y del ICC, son otros de los cambios antropométricos que suelen observarse en la mujer durante esta etapa4. Debido a la estrecha asociación entre adiposidad y RI, la presente investigación evaluó cuáles de las variables e índices antropométricos que estiman adiposidad, son los mejores predictores de RI, en un grupo de mujeres posmenopáusicas con exceso de peso.

El cambio más relevante en la composición corporal asociado a la obesidad, corresponde al aumento de peso. Se han reportado aumentos significativos del IMC, con cambios en el porcentaje y en la distribución de grasa corporal en mujeres posmenopáusicas, favoreciéndose específicamente la distribución de tipo androide4,24,25. Los resultados de este estudio, muestran que en promedio, las mujeres evaluadas presentaron un elevado IMC, así como de la CCi. En concordancia con esto, más de la mitad de las participantes del estudio, mostró un elevado porcentaje de grasa corporal. Estos resultados son similares a los descritos por numerosos investigadores en mujeres posmenopáusicas26,27.

La obesidad y la RI, son trastornos metabólicos que tienen fuerte asociación con la composición corporal. En la presente investigación, se encontró que los valores más elevados del IMC, de los pliegues cutáneos y de las circunferencias respectivas, lo presentaron aquellas mujeres con RI. Adicionalmente, se obtuvieron correlaciones significativas entre las variables e índices antropométricos que estiman adiposidad y el índice HOMA. Por otra parte, se encontraron valores estadísticamente mayores en las variables IMC, CBI, CCi y ICC para las mujeres resistentes a la insulina, en relación a las no resistentes a la insulina. Finalmente, el IMC y la CCi demostraron ser los mejores predictores de RI en las mujeres evaluadas, mientras que las medidas de los pliegues cutáneos y de circunferencia de brazo, no aportaron información complementaria en este estudio.

La capacidad predictiva del IMC para RI, es similar a la reportada por otros investigadores en adultos9,10; y en cuanto a la CCi, los resultados de diferentes estudios soportan este hallazgo, tanto en adultos de uno u otro sexo9,10,28, como en mujeres posmenopáusicas específicamente29. Bays y cols.30, señalan que el aumento de grasa corporal, se asocia con enfermedades metabólicas; sin embargo, no todos los sujetos con sobrepeso y obesidad tienen estas complicaciones y viceversa. Por otra parte, un estudio realizado en mujeres norteamericanas (Nurses’ HealthStudy), demostró que el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, se incrementa de manera lineal con la CCi31. Los lineamientos internacionales32,33 recomiendan la medición de la CCi, para valorar las complicaciones metabólicas asociadas a la obesidad, siendo esta medida una herramienta económica y además sencilla para evaluar la grasa intra-abdominal.

La selección del punto de corte para identificar riesgo, involucra un equilibrio entre la sensibilidad y especificidad de la variable antropométrica. En la presente investigación, el punto de corte para el IMC fue de 25,43 kg/m2, lo cual permite identificar el 97% de los casos con RI. Este resultado coincide con el rango indicativo de sobrepeso, según lo establecido por la OMS3. Con respecto al uso del IMC para evaluar obesidad, el mismo presenta limitaciones, ya que este indicador no es capaz de diferenciar entre masa grasa y masa libre de grasa, sin embargo, resultó ser un buen predictor de RI en las mujeres posmenopáusicas evaluadas en este estudio, resultado similar al reportado por Gómez-García y cols.6, en adultos. Por otra parte, Molist-Brunet y cols.10 mostraron de manera similar, utilizando las ROC, una buena capacidad predictiva del IMC para RI en mujeres, pero el punto de corte fue superior (> 34 kg/m2) al obtenido en esta investigación.

En relación al punto de corte seleccionado para la CCi, el valor predictivo para RI fue de 84 cm. Este valor es superior al establecido para definir obesidad abdominal en mujeres latinas por la Federación Internacional de Diabetes (FID)12, y al valor percentilar reportado en un estudio realizado en mujeres venezolanas34. Sin embargo, es inferior al recomendado para definir obesidad abdominal por el ATP III32, y por un estudio en adultas latinas que incluyó mujeres venezolanas33. Igualmente está por debajo del valor reportado para predecir resistencia a la insulina en mujeres adultas españolas10 y en mujeres africanas35. Cabe señalar, que a pesar de que la asociación positiva entre la obesidad abdominal y la RI está bien establecida36, son escasos los estudios reportados que muestran la capacidad predictiva de la CCi para RI en mujeres posmenopáusicas.

En este sentido, es posible que la diferencia encontrada entre el valor de la CCi para predecir resistencia a la insulina obtenido en la presente investigación, con el reportado en los estudios mencionados anteriormente, pueda estar relacionada con la edad de las participantes (todas mayores de 45 años, con una edad promedio de 55 años). Como ha sido señalado, hay una disminución en la sensibilidad a la insulina relacionada con la edad, que no solo está asociada al aumento en la grasa abdominal, sino también con el incremento en la producción de citocinas pro-inflamatorias que pueden interferir con la acción de la insulina. Estas últimas se derivan tanto de la acumulación de la grasa visceral asociada con el envejecimiento, como de la secreción de citocinas pro-inflamatorias por el aumento en el número de células senescentes37. Adicionalmente, se ha reportado que el envejecimiento se relaciona con un incremento en la disfunción mitocondrial en varios tejidos, lo que pudiera incidir en la señalización de la insulina38.

En este trabajo, el ICC mostró una baja capacidad predictiva de RI, a pesar de la correlación positiva y significativa encontrada entre este parámetro antropométrico y el índice HOMA. Investigadores han reportado al ICC como el mejor predictor de diabetes39, pero estudios más recientes contradicen tal aseveración10.

En conclusión, las mujeres posmenopáusicas con exceso de peso atendidas en la consulta de Evaluación Nutricional de la Mujer Menopáusica en el INVESNUT-UC, presentaron en su mayoría, distribución central de la grasa corporal y resistencia a la insulina. Para este grupo de mujeres, el IMC y la CCi son las medidas antropométricas con la más alta capacidad predictiva para RI. Los puntos de corte mayor a 25,45 kg/m2 para IMC y mayor a 84 cm para CCi, predicen RI en un 97% de los casos.

Finalmente, se recomienda realizar otros estudios con un número mayor de mujeres posmenopáusicas, incluyendo mujeres normopeso; así como la evaluación de otros factores que afectan la sensibilidad a la insulina relacionados con la edad, que permitan confirmar los hallazgos obtenidos en este grupo poblacional de mujeres venezolanas.

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