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Comunidad y Salud
versión impresa ISSN 1690-3293
Comunidad y Salud vol.5 no.2 Maracay 2007
Valor Predictivo para Riesgo Cardiovascular de los Componentes del Sindrome Metabólico, según criterios de la FID y ATP III, en Trabajadores de un Hospital del Estado Aragua, 2006.
Predictive value of metabolic syndrome components on cardiovascular risk according to FID and ATP III, criteria in Hospital personnel Aragua State, 2006.
Luz Marina Navarrete G.. 1, Iris Terán L. 1
1 Médicas, Docentes - Investigadoras. Escuela de Medicina Dr. Witremundo Torrealba. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo, Maracay, Venezuela. Correspondencia: irisetl@latin mail.com
Resumen
Con el propósito de determinar el valor predictivo para riesgo cardiovascular de los componentes del sindrome metabólico, según los criterios de la FID (2005) y ATP III (2001), se realizó un estudio descriptivo correlacional en 118 trabajadores de un Hospital tipo III del estado Aragua, a quienes se les determinó la prevalencia de los componentes del síndrome metabólico, el perfil lipídico, los antecedentes patológicos y el riesgo cardiovascular según el Score de Framingham. comparando la prevalencia de los componentes del sindrome metabólico con el riesgo cardiovascular encontrado, según los grupos de criterios diagnósticos de ambas clasificaciones, para estimar finalmente la correlación estadística de los mismos. En los resultados que este estudio encontró una alta prevalencia en los trabajadores, de Síndrome Metabólico según las definiciones de la FID y la ATP III. Al comparar estadís-ticamente la prevalencia por grupos de edad se encuentra una diferencia significativa para la clasificación de la ATPIII. Finalmente, se pudo observar, de acuerdo a los resultados de esta investigación, al Síndrome Metabólico como un factor independiente que se correlacionó significativamente con el riesgo cardiovascular, según la definición de la FID. Por lo que se concluye que ambas clasificaciones proveen beneficios en la detección y diagnóstico de Síndrome Metabólico.
Palabras Clave: Sindrome Metabólico; Riesgo Cardiovascular; Metabolismo; Obesidad; Perfil Lipídico.
Abstract
As to determine the predictive value on cardiovascular risk of metabolic syndrome components, according to FID (2005) and ATP III (2001) criteria, a correlational descriptive study was performed on 118 workers of a type III Hospital in Aragua State. The determination of prevalence of the components of metabolic syndrome, lipidic profile, pathologic record and cardiovascular risk according to Framingham Score was determined a comparison between the prevalence of the components of metabolic syndrome with the cardiovascular risk assessed according to diagnostic criteria groups of both classifications allowed the estimation of its statistic correlation. As a result of the present research, a high prevalence of metabolic syndrome according to the FID and ATP III definitions was assessed. A statistical comparison of the prevalence among age groups indicated a significant difference as to the ATP III classification concerns. Finally, according to the results, Metabolic Syndrome appears as an independent factor significantly correlated with cardiovascular risk according to FID classification. Our conclusion is that both classifications are useful for the detection and diagnosis of Metabolic Syndrome.
Key Words: Metabolic Syndrome; Cardiovascular Risk; Metabolic; Obesity; Lipidic Profile.
Recibido: Septiembre 2007 Aprobado: Octubre 2007
Introducción
El Síndrome Metabólico (SM) ha sido reconocido como una constelación de factores de riesgos que pueden aparecer en forma secuencial o simultánea en un mismo individuo 1, se trata de una combinación de factores relacionados con el estilo de vida (sedentarismo, alimentación), genéticos, endocrinos, metabólicos y culturales, que son considerados como síntomas pre-diabéticos y como factor independiente para enfermedad cardiovascular (ECV), incrementando la mortalidad por esta causa.2
Este Síndrome Metabólico integra a la hiperglicemia y/o intolerancia a la glucosa (ITG), obesidad central, dislipidemia (aumento de triglicéridos, disminución de C-HDL) y elevación de la Presión Arterial, como las alteraciones más frecuentes que tienen como probables mecanismos etiopatogénicos comunes la obesidad abdominal y/o la resistencia a la insulina (RI).3 Su importancia clínica se relaciona con el impacto que produce en la morbimortalidad cardiovascular en pacientes con o sin diabetes 4, lo cual se observa frecuentemente en la práctica clínica diaria, lo que lleva al médico tratante a conocer el número e intensidad de los factores de riesgo que concurren en un mismo paciente para tomar las decisiones terapéuticas que sean necesarias. El SM constituye uno de los principales problemas de salud pública y es considerada en la actualidad una epidemia en países de distintos continentes, y contribuye ampliamente a la pandemia de Diabetes Mellitus (DM) y ECV, convirtiéndose en un problema en todo el mundo.4
El concepto de SM es relativamente reciente, pero la enfermedad no es nueva, su descripción inicialmente fue realizada por Kylin, un médico suizo, hace 80 años aproximadamente, quien describió la asociación de Hipertensión Arterial (HTA), Hiperglicemia, y Gota. En 1947, Vague publicó un artículo donde llamaba la atención sobre el hecho que el fenotipo de obesidad con acumulación excesiva superior del cuerpo, tipo androide, se asociaba con alteraciones metabólicas que se observaban en la DM tipo 2 y ECV 5. En 1988, la Conferencia de Bantinig de la Asociación Americana de Diabetes, Geral Reaven, propuso que la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia son fenómenos asociados a la etiología y al curso clínico de la DM tipo 2, la HTA y la ECV y asoma la existencia de un síndrome que llamó: Síndrome X,6 pero de manera sorpresiva no incluyó la obesidad en él, sin embargo, ella se ha recogido en el concepto de síndrome metabólico.
En 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS), propuso el nombre de Síndrome Metabólico; desde entonces ha cobrado una importancia extraordinaria, tanto, que ha sido objeto de múltiples investigaciones y de reuniones de expertos para tratar de unificar criterios diagnósticos. En el año 2001, National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel III (ATP III) y en el 2002, European Group for Study of Insulin Resistance (EGIR), propusieron una definición única para facilitar el diagnóstico y la intervención preventiva. Posteriormente en el año 2003, la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), efectúo modificaciones a la definición de la ATPIII excluyendo la obesidad como componente del SM debido a que la consideró mas como un factor contribuyente a la aparición de la resistencia a la insulina que como una consecuencia de ésta.5,7
Estas definiciones no sólo han presentado diferencias en los componentes, sino también en los valores umbrales utilizados, lo cual ha generado confusión considerable a nivel mundial; las implicaciones de mayor controversia han sido la resistencia a la insulina, el hiperinsulinismo y la obesidad, y en algunos grupos de estudio se ha establecido que la resistencia a la insulina (RI) y el Síndrome Metabólico (SM) son sinónimos, sin embargo esto no es así, ya que el primer término designa una situación fisiopatológica, mecanicista de la enfermedad, mientras que el segundo es un término descriptivo que enfatiza las circunstancias clínico-epidemiológicas que son de alto riesgo, sobre todo, el vascular.
La RI ocupa su mejor lugar en el área de la investigación biomédica básica; el concepto de SM, internalizado en la mente del clínico, sea internista, cardiólogo, endocrinólogo o nefrólogo, es determinante en las decisiones diagnósticas y terapéuticas.8
También se ha observado que hay una gran variación en los datos sobre prevalencia, cuando se utilizan los diferentes criterios diagnósticos, es por ello que ha surgido la necesidad de estandarizar internacionalmente una definición racional, útil, práctica, objetiva y clínica que cubra las necesidades de investigación y las clínico epidemiológicas; por todas estas razones, la Federación Internacional de Diabetes (FID) solicitó epidemiólogos para la creación de un grupo de expertos de las distintas regiones del mundo, para una nueva definición de SM, estableciendo otros criterios que pudieran utilizarse en cualquier ámbito para identificar las personas con SM.9
El resultado de este grupo de expertos, se presentó el 14 de abril de 2005 en Berlín Alemania, durante el I Congreso Internacional de Prediabetes y el Síndrome Metabólico, donde se establecieron los criterios de este consenso, los cuales son: obesidad central, determinado por el perímetro abdominal, como requisito in-dispensable para diagnóstico de SM; también se incluyeron valores límites de acuerdo a las regiones y etnias, para América Latina se propuso como perímetro abdominal: > o = a 90 cm. para varones y > o = a 80 cm. para mujeres; más dos de los siguientes criterios: aumento de triglicéridos > de 150 mgs/dl, disminución del CHDL <40 mg/dl en los varones y <50 mg/dl en las mujeres, incremento de la glicemia >100 mg/dl o bien diabetes tipo 2 diagnosticada previamente, aumento de la presión arterial sistólica: > 130 mmHg o bien diastólica: > 85 mmHg o bien hipertensión arterial previamente diagnosticada.5,8,9
Esta nueva definición trae algunas ventajas, el perímetro de cintura es simple, se puede realizar de manera sencilla, es muy barata en cualquier parte del mundo. Incorpora valores umbrales de perímetro de cintura referido a diferentes grupos étnicos, constituye una herramienta diagnóstica asequible e idónea para ser aplicada en distintos grupos poblacionales.
Cualquiera sean los criterios utilizados, la prevalencia del SM en el mundo es alta y varía de acuerdo a los criterios diagnósticos utilizados, edad, género raza, condiciones geográficas y socioculturales.10
El mayor estudio de prevalencia que se ha desarrollado hasta los años presentes, fue llevado a cabo por el National Center for Health Statics, en EEUU, durante el tercer examen nacional de nutrición y salud NHANES III, donde se encuentró que la prevalencia global fue de 24% 11, siendo similar en hombres y en mujeres, con valores que van del 6,7% en las personas de 20 a 29 años a 43,5% en los de 60 a 69 años, siendo más alta en los latinos. 11, 12 El estudio de ateroesclerosis y resistencia a la insulina, realizado por Ford y col (2002), utilizó tanto la definición de la OMS como la de la National Cholestrol Education Program Adult Treatment Panel (NCEP/ATP III) reportó una prevalencia de 34,1% usando la definición de la OMS y de 26,9% usando la definición de la NCEP/ATP III (12).
En Europa y con criterios de la OMS (excluidos los diabéticos), la prevalencia de SM se sitúa en 23% (con límites entre 7 y 33% según la edad) en los hombres y en un 12% (con límites entre 5 y 22 %) para edades entre 40 y 55 años en las mujeres 8. Gogia y col (2006) reporta variaciones en la prevalencia, entre las cuales podríamos mencionar la de países como: India con 8% en hombres y 46% en las mujeres; 7% a 12% en Francia; 13% Japón y 41% en China 13; Marruecos 16%; España 19,3%, aumentando a 41% en pacientes con Cardiopatía isquémica 14; 40 a 64 % en pacientes con intolerancia a la glucosa y en el 78 al 84% en pacientes con diabetes tipo 2.15; Grecia 24%; Turquía 33%; Maori en Nueva Zelanda 53% y Corea 29%.13
En América Latina también se observan variaciones en su prevalencia. Brasil presenta una prevalencia entre 22 y 26%; Colombia entre 23,64 y 33,98%, ajustada a la edad 11, 14. En Argentina los estudios de prevalencia realizados en dos provincias, reportan entre 20-25 % de acuerdo a los criterios de OMS y ATP III, produciéndose un incremento con la edad a 34,1% para mayores de 60 años, siendo esta muy superior en mujeres que en hombres. 16 En Chile se ha reportado 22,6 % , en México oscila entre 13,6% según criterio de la OMS y 26,6 % según los de ATP III 17; y en Venezuela, en el Estado Zulia se ha encontrado una prevalencia de 35,3% incrementando a 46,1% con la edad 3.
La mayoría de los estudios de prevalencia se han realizado en la población general y algunos, en pacientes de centros hospitalarios y/o consultas ambulatorias, sin embargo, en la literatura revisada no se encontraron estudios de prevalencia en trabajadores del sector salud, lo que incentivó el desarrollo de esta investigación en sujetos que trabajan en el Hospital Tipo III José Antonio Vargas del Instituto Venezolano del Seguro Social (IVSS), ubicado en el Municipio Libertador del Edo. Aragua, ya que por sus estilos de vida, también son susceptibles de tener este síndrome, además de estimar el riesgo cardiovascular de los mismos.
Es indudable que el síndrome metabólico es una entidad patológica que atrae la atención del médico, específicamente por las implicaciones clínicas y consecuencias que se derivan de él, en tal sentido nos planteamos lo siguiente:
¿Existen diferencias significativas entre la prevalencia de síndrome metabólico, analizada según los criterios de la FID (2005) y ATP III(2001), en los trabajadores del Hospital José Antonio Vargas. Municipio Libertador, estado Aragua, Venezuela?
¿Cuál es el valor predictivo para Riesgo Cardiovascular de los componentes del síndrome metabólico, según los criterios de la FID y la ATP, en los trabajadores de este centro hospitalario?
Para ello se estableció como objetivo general, analizar la prevalencia del Síndrome Metabólico según los criterios de la FID y el ATP III, como predictores de riesgo cardiovascular, en los trabajadores de este Hospital durante el año 2006.
Materiales y Métodos
Se realizó una investigación de tipo Descriptivo - Correlacional: no experimental, con un disefío transversal.
La población en estudio estuvo constituida por 850 trabajadores del Hospital "José Antonio Vargas" del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, sector la Ovallera, Municipio Libertador. Estado Aragua, a partir de la cual fue seleccionada una muestra no probabilística conformada por 1 18 trabajadores, con el criterio de estar activo en este centro hospitalario y con la aceptación de formar parte del estudio a través de un consentimiento informado. Para la recolección de los datos se elaboro un Instrumento estructurado en tres partes: una parte A, para registro de los datos personales (variables sociodemográficas), antecedentes personales y familiares. Una parte B para las variables clínicas y una parte C para las variables bioquímicas.
Se procedió a determinar en la muestra estudiada la prevalencia de los componentes del síndrome metabólico, el perfil lipídico, los antecedentes personales y familiares, y el riesgo cardiovascular según el Score de Framingham. Comparando la prevalencia de los componentes del sindrome metabólico con el riesgo cardiovascular encontrado, según los grupos de criterios diagnósticos de ambas clasificaciones, para estimar finalmente la correlación estadística de los mismos.
Para el procesamiento de los datos se utilizó el programa SPSS 10.0.
Los resultados se organizaron en tablas y gráficos según tipo de variable. Para el análisis estadístico se utilizaron medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas y las cualitativas fueron expresadas en frecuencia y porcentaje. Igualmente se utilizaron pruebas no paramétricas: Chi-cuadrado y pruebas paramétricas: Coeficiente de Correlación de Pearson y regresión lineal, análisis de varianza factorial (ANOVA), estableciéndose un 5% de error. La prevalencia de Síndrome Metabólico (SM), por edad y sexo, fue calculada siguiendo los criterios de la Federación Internacional de Diabetes (FID, 2005) y luego fue comparada con la prevalencia de SM obtenida con los criterios de la ATP 111 2001, mediante un Análisis de Varianza con 5% de error.
La hipótesis planteada estuvo orientada a probar que los criterios no son aplicables a todos los pacientes. para lo cual se utilizó un Análisis de Varianza con 5% cie error.
Para la estimación del riesgo cardiovascular a 10 aííos, de los 1 18 trabajadores, se utilizaron las tablas para hombres y mujeres según el Score o algoritmo de Framingham y para establecer la relación entre los componentes de Síndrome Metabólico y Riesgo Cardiovascular se utilizo un análisis de varianza, con 5% de error.
Resultados
En la Tabla No 1, se puede observar que los componentes que se presentaron con mayor frecuencia fueron: disminución de HDL,aumento de la Circunferencia Abdominal y Triglicéridos. La CA y la elevación de los Triglicéridos se correlacionan significativamente con SM (p=0,000). También se observa que más de las 213 partes de los participantes tienen HDL disminuido, sin embargo, esta correlación no fue estadísticamente significativa (p=0,338). Por otra parte, se encontró que más del 50% de los trabajadores presentan Presión arteria elevada bien sea sistólica, diastólica o de ambas, con significancia estadística (p=0,000). Se encontró que la prevalencia de valores elevados de Glicemia fue de un 32,2%, siendo significativa su correlación como criterio diagnóstico para SM (p=0,004). Finalmente, el análisis de varianza para las prevalencias de los componentes del SM resultó estadísticamente significativo (p= 0,000).
Prevalencia de los componentes del Sindrome Metabólico en trabajadores del Hospital "JosC Antonio Vargas", según criterios de FID. Municipio Libertador, Estado Aragua, 2006.
Los valores promedios del perfil lipídico se encuentran elevados para colesterol total (CT), C-LDL, triglicéridos (TG), para C-HDL el promedio se encuentra por debajo de los límites que se utilizan para el diagnóstico de SM, estas alteraciones se presentan en ambos sexos. Al realizar el análisis estadístico del perfil lipídico en el sexo masculino se obtuvo una correlación entre CT y C-LDL con (p= 0,000) y TG con HDL (p=0,013). Para el femenino CT con C- LDL y TG (p=0,000), TG con HDL (p= 0,004), y para C-LDL con HDL (p=0,007). El análisis de varianza para el sexo femenino resultó estadísticamente significativo. (p=0,000). (Gráfico Nº 1)
Perfil lipídico promedio de los trabajadores según sexo. Hospital José Antonio Vargas. Municipio Libertador, estado Aragua. 2006
De los 118 trabajadores, sólo 37,3% refieren antecedentes personales patológicos de los cuales 30,51% son Hipertensos, 4,23% tienen Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial. El 86% de los trabajadores niegan tener hábitos psicosociales, pero 14 % lo manifiestan de los cuales un 8% tienen hábitos tabáquicos y un 6 % alcohólicos. (Gráfico Nº 2)
Antecedentes personales patológicos de los trabajadores del Hospital José Antonio Vargas. Municipio Libertador, estado Aragua. 2006
Al analizar la presencia de antecedentes familiares se encontró que 69,5% de los familiares de los trabajadores presentan antecedentes patológicos, de los cuales 22,88% se corresponden con HTA y DM tipo 2; HTA 16,95% y DM 9,33%, como los más frecuentes. (Gráfico Nº 3)
Antecedentes familiares en trabajadores del Hospital "José Antonio Vargas". Municipio Libertador, estado Aragua. 2006
Al estimar el Riesgo Cardiovascular a 10 años de presentar un evento isquémico coronario agudo o cerebrovascular, observamos que predomina el riesgo bajo en 88,99 % de los trabajadores evaluados. (Gráfico Nº 4)
Antecedentes personales patológicos de los trabajadores del Hospital José Antonio Vargas. Municipio Libertador, estado Aragua. 2006
La mayor prevalencia de SM se encontró en los grupos de 50-59, con 82,85% y 60% para FID y ATP III y en los de 40-49 años, con 62,22% y 60% para la ATP III y la FID, respectivamente. Al comparar estadísticamente estas prevalencias por grupos de edad se encuentra una diferencia significativa (p=0,001) para la clasificación de la ATP. (Gráfico Nº 5)
Comparación de Prevalencia de Sindrome Metabólico por grupo de edad, según criterio de FID y ATP, de trabajadores. Hospital José Antonio Vargas. Municipio Libertador, estado Aragua. 2006
Gráfico Nº 6
Relación Presión Arterial con Riesgo Cardiovascular
Gráfico Nº 7
Relación de HDL con Riesgo Cardiovascular
Gráfico Nº 8
Relación de Glicemia con Riesgo Cardiovascular
Gráfico Nº 9
Relación de TC con Riesgo Cardiovascular
Gráfico Nº 10
Relación de CA según FID con Riesgo Cardiovascular
Gráfico Nº 11
Relación de C-LDL con Riesgo Cardiovascular
Gráfico Nº 12
Relación del Sindrome Metabólico según criterio de FID y ATP con riesgo cardiovascular en trabajadores del Hospital José Antonio Vargas. Municipio Libertador, estado Aragua. 2006
Al realizar el análisis estadístico de cada componente de SM con la categoría de riesgo según Score de Framingham se obtuvo una correlación significativa para los siguientes componentes Presión Arterial, Triglicéridos, Glicemia y Circunferencia Abdominal con p= 0,004; 0,017; 0,05 y 0,02 respectivamente y C-LDL como factor independiente a los criterios para SM con (p=0,001). En cuanto a la relación de SM con Riesgo Cardiovascular se encontró significancia estadística para SM según los criterios de FID; el análisis de varianza resultó significativo (p=0,012).
Discusión
La agrupación y asociación de factores de riesgo conocida como Síndrome Metabólico, los cuales actúan sinérgicamente, ha adquirido gran importancia, entre algunas razones porque incrementa el riesgo de padecer Diabetes Mellitus tipo 2 y Enfermedad Cardiovascular Aterosclerótica. La identificación precoz en la población, resulta muy importante en la valoración del riesgo y en el tratamiento precoz a seguir a los fines de prevenir las consecuencias que se derivan de tener estos componentes que conforman el SM. 15, 16, 18
En este estudio abordamos el SM en una muestra de trabajadores de un Hospital local tipo III, y además comparamos la prevalencia de esta muestra de acuerdo a los criterios de la Federación Internacional de Diabetes (FID, 2005) y los del Panel del Tratamiento de Adultos (ATP III, 2001), la cual es ampliamente utilizada. Por ser de reciente data la definición de la FID, existen muy pocos trabajos publicados que comparen la prevalencia con la definición de la ATP III, la mayoría de los trabajos comparan la definición de la OMS y los de ATP III.
En los trabajadores evaluados predominó el sexo femenino con un 81% (96), lo cual se explica porque la mayoría de ellos son enfermeras o camareras; la edad promedio fue de 43,38 + 10,41; y un IMC 22,43 + 4,7. A pesar de no haber una obesidad predominante en los trabajadores, un alto número de ellos cumplen con los criterios de SM, de acuerdo a las dos definiciones utilizadas en este estudio.
Se encontró una prevalencia de SM de 60,16% para FID y 57,62% para ATP III, ambas definiciones proveen una concordancia de un 75% para el diagnóstico, y una correlación estadísticamente significativo, entre ambas definiciones, pero al comparar ambas prevalencias, se consigue una diferencia esta-dísticamente significativa a favor de los criterios de la FID, estos resultados son similares a los reportados por Sarmiento y colaboradores 19 y a los de García y colaboradores 20 donde la prevalencia de SM es mayor sí se utilizan los criterios diagnósticos de la FID.
La alta prevalencia encontrada en los trabajadores es semejante a la reportada Vásquez y colaboradores.15 Cabe preguntarse entonces, ¿qué factores pueden estar influyendo para que la prevalencia sea tan alta en los trabajadores del sector salud de este centro? Podríamos explicarlo por las situaciones psicosociales de la práctica diaria laboral, de la esfera personal y familiar, sedentarismo, alteraciones en la dieta, la herencia y al estrés más o menos crónico y sostenido al cual están sometidos los trabajadores, en consecuencia se desencadena una cascada de efectos neuroendocrinos los cuales generan la obesidad visceral y la inevitable resistencia insulínica 8
La prevalencia de SM encontrada en la muestra de estudio tomando en consideración esas dos definiciones, fue mayor en los hombres, lo cual concuerda con los estudios revisados Najarian y col. (2006) y Vásquez A. y col. (2003) 2,15 , pero no en los trabajos de Piombo y col. (2005) 18, Isomaa y col. (2001) 21, Barrón y col. (2004) 22, donde predomina la prevalencia de SM en el sexo femenino.
Los resultados coinciden con los reportados por Pisabarro y Col. (2000) en relación a que la edad aumenta la prevalencia de SM, es así como se obtuvo una mayor prevalencia para los grupos de edad entre 50-59 años y 40-49 años, quizás se deba a que la mayoría de las trabajadoras se encuentran en el climaterio, con trastornos hormonales, lo cual explica el disbalance entre las hormonas lipogénicas y lipolíticas lo que trae como consecuencia dislipidemia, aumento de la grasa visceral intraabdominal y la consecuente resistencia insulínica 23.
Vale destacar, especialmente que en el grupo de edad 50-59 años, encontramos una alta prevalencia 82,85% por la definición de la FID, pero en la mayoría de los grupos de edad se encontró una prevalencia un poco mayor según la definición de la ATP III, esto es más evidente en el grupo de 20-29 años, donde los criterios diagnósticos de la ATP III detectan en forma precoz este Síndrome, ya que sólo se necesitan la concurrencia de tres criterios para realizar el diagnóstico, estas diferencias resultaron estadísticamente significativa (p= 0,001), por lo cual la definición por los criterios de la ATP III tienen un valor importante para diagnosticar SM en cualquier edad que tenga el individuo.
No obstante, estas definiciones difieren en dos de los componentes que están relacionados con obesidad visceral, que se traduce en la circunferencia abdominal (CA) para la FID como un criterio indispensable para el diagnóstico, y con los valores de glicemia en ayunas, quizás sean estas diferencias las que permiten obtener una prevalencia más alta con los criterios de la FID, pero también se hace necesario preguntar ¿hasta que punto el hecho de no ser un criterio indispensable, la circunferencia abdominal para la ATP III, estaríamos dejando de considerar a la obesidad visceral y a la insulinorresistencia como factor etiopatogénico en el Síndrome Metabólico?.
Al analizar en este estudio estos dos componentes por separado y correlacionarlos entre sí de acuerdo a ambos criterios obtuvimos una diferencia estadísticamente significativa a favor de los criterios de la FID, esto nos indica entonces que la disminución del umbral de estos valores de perímetro de circunferencia abdominal y glicemia detectaría en forma más temprana, adiposidad visceral, hiperinsulinismo, resistencia insulínica, y se podría prevenir la aparición de Diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, consideramos que se requieren de nuevos y múltiples estudios en distintas poblaciones, enfermedades y sectores antes de considerar el reemplazo de la definición de la ATP III, la de mayor uso actualmente, por la nueva clasificación de la FID.
Los componentes con mayor prevalencia en los trabajadores del Hospital José Antonio Vargas son C-HDL con 77,88%, aunque no resultó estadísticamente significativo, seguido de circunferencia abdominal con 72,03% y triglicéridos 70,34%, estadísticamente significativo para ambos componentes; los menos prevalentes fueron la presión arterial (51,69%) y la glicemia (32,20%) este resultado coincide con los de Luquez 16 en lo referente a HDL como el componente mas prevalente, y a los triglicéridos en un tercer lugar, además coincide con la glicemia como el menos prevalente. El estudio de prevalencia realizado por Villegas y col. (2003) en Colombia 11, también encontró como más prevalente de los componentes a C-HDL seguido de hipertensión arterial y en tercer lugar a la hipertrigliceridemia, el menos prevalente fue la glicemia. Igual hallazgo fue reportado por Jaber y col. (2004) 24 mientras que el estudio, DESIR 25 mostró como criterio más prevalente la hipertensión arterial. Los estudios comparativos realizados por Meigs J., Wilson P. (2003) 26 analizaron simultáneamente en dos poblaciones, Offspring, compuesto por blancos no hispanos y el de San Antonio Heart donde se mezclan mexicoamericanos y blancos no hispánicos 26 mostraron que los integrantes del estudio Framingham son más hiperglicémicos, hipertensos, con mayor obesidad visceral y con HDL más bajo que los del estudio de San Antonio.
En relación al perfil lipídico, el presente estudio mostró, una dislipidemia mixta en la mayoría de los trabajadores, evidenciado por hipertrigliceridemia, elevación de colesterol total y C-LDL, y disminución de C-HDL. La hipertrigliceridemia es considerada hoy en día un componente clave del SM y se plantea que la hiperactividad alfa adrenérgica adquiere particular relevancia en el desarrollo y mantenimiento de la misma; esta actividad aumentada induce el incremento de triglicéridos (TG) ligado a lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) así como al descenso del C-HDL, bien sea por mecanismos directos de activación o bloqueo del metabolismo lipídico, así como por mecanismos indirectos a través de la insulinorresistencia (IR) e hiperinsulinismo 16.
Se considera que la hipertrigliceridemia en ayunas constituye un predictor de IR de alta sensibilidad, si esta se acompaña de niveles bajos de HDL (< de 35 mg/dl) y constituye un factor pronóstico de riesgo vascular independiente 27; en este trabajo se encontró una asociación significativa entre hipertrigliceridemia y C-HDL para el sexo masculino (p= 0,013) y femenino (p=0,004); colesterol total y C-LDL (p= 0,000) para ambos sexos.
Los Triglicéridos se correlacionaron significativamente con los demás componentes del SM glicemia y circunferencia abdominal (p= 0,000); HDL (p=0,019); presión arterial (p=0,022), resultados que concuerdan con las afirmaciones antes mencionadas, donde se especifica que la hipertrigliceridemia es el componente clave del SM, génesis de la cardiopatía aterogénica.
El 47,89% de los trabajadores con SM tienen 4 componentes con la nueva definición de la FID, se suman factores que son de riesgo para el desarrollo de cardiopatía isquémica y/o desarrollo de Diabetes Mellitus tipo 2, lo que traduce que a mayor número de factores presentes, mayor riesgo cardiovascular factores presentes, mayor riesgo cardiovascular 28.
En relación al riesgo cardiovascular según el Score o algoritmo de Framingham, este trabajo demostró que 88,89% de los trabajadores del Hospital, tienen un riesgo bajo (<15%) a 10 años de desarrollar un evento isquémico coronario o cerebrovascular; este resultado es similar al reportado Grundy y col. (2004), y se explica por las siguientes razones, este Score sólo predice aproximadamente el 25% de nuevos casos de enfermedad cardiovascular aguda 10; en ausencia de Diabetes mellitus el síndrome metabólico (SM) no aumenta el riesgo cardiovascular más del 20% en 10 años, para el hombre con SM el rango es de bajo a moderado, en la mujer joven con SM en los primeros 8 años el riesgo cardiovascular es relativamente muy bajo, se modifica después de los 50 años, este aumento pareciera ser que se incrementa sustancialmente con la edad pero no es estadísticamente significativo, el riesgo no excede al 15% 10.
Otros estudios demuestran que el Score de Framingham tiene una alta sensibilidad para predecir eventos en presencia de SM y cuando se usan en combinación el valor predictivo no mejora 28. Es preferible considerar además de los factores de riesgo de Framingham más el SM como variable independiente 10, edad, sexo masculino, hábitos tabáquicos, hipertrigliceridemia, niveles de glicemia en ausencia de diabetes, presión arterial elevada, colesterol total y LDL, como factores independientes asociados para riesgo cardiovascular, así como antecedentes familiares y realizar además un seguimiento por años.26
En este estudio la muestra estudiada tiene antecedentes familiares que contribuyen al riesgo de enfermedad cardiovascular, los más frecuentes HTA y DM 22,88%, HTA 16,95% y DM 9,33%, los cuales coinciden con la literatura revisada.
Algunos de los componentes del SM pueden ser predictores para riesgo cardiovascular, este trabajo mostró que el mayor predictor en la muestra estudiada, es la presión arterial (p=0,004), resultado semejante al reportado por Mc Auley y col. (2001) 27 donde la presión arterial elevada estuvo significativamente asociada con riesgo cardiovascular, triglicéridos (p=0,017), circunferencia abdominal (p=0,020) y glicemia (p=0,05); la HDL no fue estadísticamente significativa. Como factor independiente a los componentes del Síndrome Metabólico el C-LDL mostró ser en este trabajo, un predictor de riesgo cardiovascular estadísticamente significativo. Estos resultados son similares a los reportados por Khan (2005) en donde LDL > de 100 mgs/dl es un fuerte predictor de riesgo y enfermedad cardiovascular 28.
El Síndrome Metabólico como factor independiente, en este trabajo, según los criterios de la FID, se correlaciona significativamente con riesgo cardiovascular (p= 0,000), no así por los criterios de la ATP III, coincidiendo con los reportes por Bruno G. y col. (2004) en que el SM es un factor independiente de riesgo cardiovascular 29 cuando la investigación se ha realizado comparado las definiciones de la ATP III con la de OMS. Por ser la definición de FID nueva, no encontramos ningún artículo que compare las prevalencias por estas dos definiciones y estime el riesgo cardiovascular y/o los componentes predictores.
Concluimos que:
Este estudio encontró una alta prevalencia de Síndrome Metabólico según las definiciones de la FID y la ATP III, en 118 trabajadores del Hospital José Antonio Vargas, por la definición de la FID es de 60, 16% y de 57,62% por la de la ATP III, esta diferencia es significativa (p=0,003), corroborando el propósito de esta investigación.
En cuanto al valor predictivo para riesgo cardiovascular, se pudo observar que ambos grupos de criterios reportaron una prevalencia de Síndrome Metabólico alta, con la FID fue más alta que para la ATP III. Las dos definiciones tuvieron en común la hipertrigliceridemia, el C-HDL bajo, la hipertensión, diferenciándose con distintos valores umbrales para la circunferencia abdominal, y la glicemia. La presión arterial es el más fuerte predictor para enfermedad y riesgo cardiovascular, le siguen triglicéridos, circunferencia abdominal y la glicemia, todos son estadísticamente significativos
También se pudo observar, de acuerdo a los resultados de esta investigación, al Síndrome Metabólico como factor independiente, según la definición de la FID resultó correlacionarse significativamente (p= 0,000) con riesgo cardiovascular.
Finalmente, los criterios diagnósticos de la ATP III detectaron en forma mas precoz este Síndrome, ya que solo se necesitan la concurrencia de tres criterios para realizar el diagnóstico, estas diferencias son estadísticamente significativa (p= 0,001), por lo cual la definición por los criterios de la ATP III tienen un valor importante para diagnosticar SM en cualquier edad que tenga el individuo. Por lo que se concluye que ambas clasificaciones proveen beneficios en la detección y diagnóstico de Síndrome Metabólico.
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