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versión impresa ISSN 1690-7515

Enlace v.3 n.3 Maracaibo dic. 2006

 

Propuesta estructural para la construcción metodológica en investigación cualitativa como dinámica del conocimiento social

Luis Meléndez Ferrer1, César Pérez Jiménez2

1 Licenciado en Educación, Mención Orientación (LUZ). Magíster Scientiarum en Educación (LUZ). PPI Nivel II Nº 6672. Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación. Venezuela. Bloque H, nivel sótano. Centro de Documentación e Investigación Pedagógica. Telf.: 0416+4686498. Correo electrónico: luismelendez@cantv.net, luisenriquemelendez@yahoo.es. Venezuela.

2 Doctor en Ciencias Humanas (LUZ). Psicólogo (URU). Magíster Scientiarum en Educación Especial y Rehabilitación (UGMA). Diplomado en Formación de Docentes. PPI Nivel I Nº 4462. Universidad del Zulia. Doctorado en Ciencias Humanas. Venzuela. Edificio MARELUZ. Telf.: 0416+4686444. Correo electrónico: cesarperezjimenez@yahoo.es, pere_jimenez_cesar@hotmail.com. Venezuela.

Resumen

La persona crea dinamismos, incertidumbres y azares, delineando patrones de comprensión, asumidos por investigadores ocupados por estudiarlos desde su realidad y hacia su realidad. Desde una perspectiva de análisis basada en la comprensión crítica-reflexiva de las relaciones entre individuo-sociedad y sujeto-objeto, se explican posturas epistemológicas, ontológicas y gnoseológicas fundamentales para aproximarse a una construcción metodológica de investigación cualitativa en ciencias sociales y humanas. Este artículo propone un diseño de investigación cualitativa como alternativa a aquellos diseños de investigación basados en el método científico clásico, no siempre aplicable en las ciencias sociales. Esta idea asume al investigador desde una perspectiva crítica y emancipadora. La estructura metodológica se esboza en tres momentos capitulares: el primero, relacionado con los valores epistemológicos y metodológicos que precisan el tema a investigar, así como su estructura y direccionalidad en la investigación; el segundo, se sustenta en modelos teóricos que corporizan la fundamentación socio-científica investigativa; y el tercero, refiere a la integración empírico-teórica derivada de la experiencia preparatoria y de campo subyacente a la organización de la investigación. Finalmente, se abren posibilidades para hacer de la investigación cualitativa un enfoque con crecientes intenciones de emancipar el saber popular construido en el marco de las interacciones cotidianas.

Palabras clave: investigación cualitativa, estructura metodológica, individuo-sociedad, sujeto-objeto.

Structural Proposal for Methodological Construction in Qualitative Research as Dynamic of Social Knowledge

Abstract

The person creates dynamisms, uncertainty and chance, outlining a model of comprehension assumed by researchers who are engaged in studying them from their reality and towards their reality. From an analyst perspective based on reflexivity –critical comprehension of the relationships between the individual and society and subject-object, fundamental epistemological, ontological and gnoseological postures are explained to approach a methodological construction of qualitative research in social and human sciences. This article proposes a qualitative research design as an alternative to designs based upon the classical scientific method, not always applicable to social sciences. This idea assumes the researcher from a critical and emancipating posture. The methodological structure is drafted in three chapters-moments: the first one related to the epistemological and methodological values that make the researched topic precise, as well as their structure and directionality within the research. The second is based on theoretical models that embody the social-scientific research fundamentation; and the third refers to the empirical-theoretical integration derived from the preparation experience and the subjacent field to the organization of the research. Finally, possibilities are opened to make of the qualitative research a focus with growing intentions of the emancipation of popular knowledge built within the frame of everyday interactions.

Key words: Qualitative Research, Methodological Structure, Individual-Society, Subject-Object.

Recibido: 09-02-06 Aceptado: 15-10-06

Naturaleza de la idea

En materia de investigación aún no se ha dicho la última palabra, por lo que es necesario enfatizar el esquema de pensamiento-acción asumido históricamente, el cual acerca a diversos investigadores a una experiencia estructural y sistemática de la investigación científica; además, subraya una concepción de la investigación, siguiendo unos ordenes en función de principios de utilidad y coherencia discursiva entre quienes investigan y asesoran tales procesos investigativos.

Por otro lado, el esquema es un obstáculo sobre la emergencia de categorías e intenciones novedosas en la investigación, al suponer preceptos acabados y definitivos que deben seguirse de modo dogmático. Dicho paradigma, con rasgos iluministas, ha impregnado el desarrollo de toda la ciencia moderna, ha orientado la construcción de metódicas de investigación, así como también, ha escindido la vida social favoreciendo el conocimiento científico porque se cree en él como la vaca sagrada de la ciencia.

Buscando otros horizontes de investigación, se genera un espacio humano en el encuentro personal de profesionales, quienes se forman y desarrollan la docencia universitaria sobre la investigación en ciencias sociales y humanas; así como, educadores en sus diferentes niveles y modalidades. Estos actores sociales3, son participantes reflexivos de los procesos de investigación cualitativa (IC); lo cual significa un reto dada las condiciones contextuales que envuelven este modo de investigar.

Surge entonces, la idea de diseñar una propuesta para estructurar metodológicamente las investigaciones cualitativas, cuyo propósito es sugerir una alternativa a los esquemas de investigación que se han desarrollado según un modelo establecido a partir del orden de los discursos científicos.

Sobre la base de una discusión científica abierta, transparente y dinámica, se expone una serie de argumentos que favorecen la idea de asumir un esquema diferente para las investigaciones según un enfoque cualitativo, desde una perspectiva transdisciplinar de la ciencia; asumiendo su flexibilidad como uno de los pilares centrales en esta discusión.

Asimismo, emerge el reto de recorrer nuevos caminos en la profundización entramada del conocimiento social y humano desde diversas concepciones y perspectivas, enfatizando la investigación educativa como un espacio productor e intérprete de culturas, asumiendo el conocimiento desde posturas disciplinares y científicas, basadas en la intención de fundar un espacio socio-simbólico para el diálogo transdisciplinar que contribuya a la comprensión de la complejidad humana y social.

En este sentido, la estructura de la propuesta a describir cuenta con unas bases epistemológicas y ontológicas que definen particularidades teóricas y metodológicas ancladas en la valoración del sentido popular del conocimiento, especialmente del psicológico, asumido como transversal en la construcción de un entramado de relaciones de saberes que procuran la emancipación social desde un análisis histórico-cultural de la cotidianidad en la que se desplazan los diversos procesos psíquicos implicados en las dinámicas del conocimiento. En virtud de estos planteamientos, se cree en la destacada importancia de las redes sociales como productoras de significados y, a su vez, de conocimiento dirigido a la satisfacción de necesidades e intereses populares, colectivas e individuales, de cara al fortalecimiento de una cultura participativa centrada en los saberes socialmente productivos.

De este modo, los escenarios y fenómenos culturales que rodean al ser humano, demarcan y establecen diferencias fundamentales que deben considerarse al reflexionar cómo sus vivencias generan y modifican las realidades que experimenta diariamente. La persona como creadora de dinamismo y azares, delinea esquemas de comprensión asumidos por ciertos investigadores preocupados por estudiar al ser humano desde sus realidades y hacia éstas, prefiriendo mantenerlas intactas y sumergirse en una aventura de conocer más allá de las razones científicamente establecidas por la modernidad (Ibáñez, 1994; Wiensenfeld, 1994).

Según este planteamiento, las realidades que experimentan las personas, conducen al investigador a aproximarse a éstas desde una perspectiva flexible y dinámica, la cual permite estudiarlas con base en una visión amplia de lo que significa ser, pensar, estar, sentir y vivir; es decir vivir en la convivialidad (López, s/f). El investigador busca comprender las particularidades del fenómeno con una lógica que, más que ser propia, es compartida por ambos: investigador-e-investigado (Stake, 1998). En esto se fundamenta la construcción de una relación dialógica, promesa de co-participaciones en un mundo que, se acerca naturalmente a comprensiones fluctuantes y no-lineales (Capra, 1992; Maffesoli, 1993).

De este modo, el conocimiento es un problema en sí mismo, una vez que la racionalidad moderna ha desestimado las potencialidades estructurales de la complejidad de la vida social y humana, favoreciendo los esquemas lineales de pensamiento y de construcción del conocimiento; cuando en las cotidianidades el continuo entre inducción-y-deducción, se establece como nudo gordiano en la construcción del conocimiento científico, ofreciendo diversas maneras de abordar un problema o situación social de interés para un grupo de investigadores. En todo caso, ambos procesos no pueden separarse, son parte de la naturaleza de las correlaciones establecidas en la actividad mental (Cerdá, 2001).

De lo anterior se desprende la necesidad inevitable de promover experiencias de investigación partiendo de una posición abierta, reconociendo la presencia de fenómenos que moldean el carácter particular y natural de los procesos inherentes al sentido de lo humano y lo social, y de las vías metodológicas que deben asumirse ante situaciones particulares. La complejidad de la individualidad se complementa con los elementos singulares que determinan la relación de ese mundo individual con un –otro– mundo social, procurando superar la controversia entre individuo-y-sociedad.

La relación individuo-y-sociedad ha sido ampliamente explicada por la psicología histórico-social, sustentándose en la semiótica mental fundada en la interacción como mecanismo contextual en el que se promueve la construcción dialógica del conocimiento (Vygotsky, 2000; Wertsch, 1998, 1996). Y lo que es cierto, es la potencialidad interactiva de todo ser humano, la cual da cuenta de las posibilidades de relación y diálogo que se establecen en cualquier situación que implique la reunión de dos o más personas, mediante un proceso comunicacional, interactivo y social, donde circulan esquemas operatorios en formas representacionales que producen una pléyade de acciones socialmente legitimadas (Calonge y Casado, 2001; López, s/f).

Ante tal situación, sería natural comprender la existencia de una multiplicidad de objetos de estudios abstraídos en la comprensión de los colectivos sociales, abriendo el debate que favorece la comprensión de la relación entre sujeto-y-objeto. Así, sujeto y objeto constituyen momentos dialécticos de un mismo proceso, enfatizando que “sujeto y objeto son dos categorías, que si bien son independientes entre sí, se reflejan y conforman una unidad dialéctica” (Cerdá, 2001:52).

En atención a tales argumentos, la integración epistemológica intenta superar el sentido binario expresado en fórmulas expeditas que colocan en extremos irreconciliables al sujeto, objeto, individuo y sociedad. A claras luces, es evidente que las dinámicas socio-históricas que explican las complejidades culturales se asientan en una conspiración semiótica, en la que los contextos actúan como determinantes de los actores, acercándonos a comprender que las tramas de significados culturales emergen de la interacción social y sus vinculaciones con el mundo físico de los objetos. Es necesario apuntar que la integración epistemológica, conlleva la reflexión y crítica sobre el conocimiento y la realidad, entendiendo que ambos se integran para definir lo que sabemos y lo que no sabemos. La realidad y su comprensión, será finita para nuestros humanos alcances y compleja desde la interacción.

Argumentos epistemológicos y teóricos

La investigación en las ciencias sociales y humanas ha consagrado buena parte de su producción a la sistematización rigurosa de la construcción de conocimiento científico, enfatizando, en todo momento, el método científico derivado de la racionalidad cartesiana (Ibáñez, 1994). La comprensión de la investigación se reduce a un proceso de corte mecanicista que subraya la relación entre sujeto y objeto, desde una dualidad que enfatiza “una ciencia de naturaleza explicativa de los fenómenos que se dan en la esfera del objeto y, por tanto, es suficiente hacer intervenir en la explicación elementos provenientes sólo de la esfera del sujeto” (Negrete, 2003:63).

Dicha dualidad se manifiesta inobjetablemente en las ciencias sociales y humanas, generando debate sobre la controversia metodológica en la comprensión de fenómenos humanos y sociales definitorios de las prácticas de significación cultural inscritas en el transcurso dinámico de las cotidianidades. Sin duda, los estudios sobre lo humano y lo social buscan un carácter comprensivo de las realidades, dinámicas y estructuras, constituyendo un determinado fenómeno histórico-cultural. Esto revela que la condición humana y social se explica desde diversas posiciones que den cuenta de la vinculación entre las nociones dialécticas sujetoobjeto e individuo-sociedad.

La relación sujeto-objeto se amplifica en la reciprocidad influyente generada en la comprensión del objeto por parte del sujeto, y la transformación que el sujeto hace del objeto desde la comprensión gnoseológica de sus propiedades. La experiencia se legitima precisamente en esa reciprocidad, pues es construida dialécticamente a partir de la interacción emergente entre ambos –sujeto y objeto–, complementándose en la construcción socializada de las estructuras simbólicas constitutivas de la experiencia subjetiva.

Desde esta perspectiva, se asume una forma alternativa que permite reinsertar “al ser humano en el centro mismo de la razón científica y de la disciplina psicológica, pero sin añoranzas humanistas, pues hemos aprendido que el ser humano está socialmente construido” (Ibáñez, 2001:245). Esta reflexión forma parte de una más amplia enmarcada en la relación individuo- sociedad, la cual revela que los símbolos y significados de la experiencia se construyen en la intersubjetividad y en el diálogo de saberes construidos socialmente (Fernández, 1994; González, 2000).

Por consiguiente, se señala que la vinculación individuo-sociedad sugiere la compenetración de los planos social e individual en una dinámica interaccionista, donde el ser individual se legitima desde el ser social (ver Figura 1). Tal posición es reforzada desde la psicología soviética, la cual se plantea que el ser cognoscente encuentra legitimación, primeramente en el plano social y luego en lo individual (Vygotsky, 2000). Según este argumento, la persona es construida desde la interacción social, en la cual se crean dinamismos transformacionales de la realidad vivida o la experiencia, precisamente a partir de la mediación semiótica fundamental de todo proceso comunicacional y de construcción de conocimiento (Wertsch, 1998).

Figura 1

Dinámicas implícitas en la construcción del conocimiento

En una aproximación reflexiva y crítica de la investigación en ciencias sociales y humanas, se manifiesta una serie de características que dibujan esquemáticamente ciertos principios orientadores de la práctica investigativa desde una perspectiva emergente. Feyerabend (1984:15) argumenta que la historia de la ciencia será “tan caótica, tan llena de error y tan divertida como las ideas que contengan, y estas ideas serán (…) tan complejas, tan caóticas, tan llenas de error, y tan divertidas como lo son las mentes de quienes las inventaron”.

Según este parecer, se enfatiza la construcción epistemológica cualitativa en tres principios que tienen importantes consecuencias metodológicas (González, 2000). El primero implica que el conocimiento es una producción constructivainterpretativa, dado que la construcción es un proceso primario y antecesor de la interpretación. El segundo, señala el carácter interactivo del proceso de producción del conocimiento, el cual estámediatizado por la resignificación sistémica de las  dinámicas interactivas socio-comunicativas. Y el tercero, destaca la significación de la singularidad como nivel legítimo de la producción de conocimiento, lo que implica el énfasis en la cualidad de los valores discursivos y de las construcciones epistemológicas y ontológicas de los actores, y no en la cantidad de sujetos a estudiar.

Con ello, la estructura metodológica planteada es congruente con los principios epistemológicos antes presentados. Por tanto, queda describir los posibles criterios para la acción guiada de la investigación cualitativa (IC) en ciencias sociales y humanas.

Propuesta Estructural para la Investigación Cualitativa

La Propuesta Estructural para la Investigación Cualitativa (PEIC) se caracteriza por la flexibilidad implícita en los procesos, los cuales sugieren la creación y focalización de los procesos sistémico-estructurales de la investigación, en virtud de las problemáticas contextuales en las que se desarrolla el posible tema de investigación.

En este caso, es importante señalar la versatilidad adaptativa del esquema propuesto, en función de los requerimientos epistemológicos, teóricos y metodológicos subyacentes a la comprensión de los hechos histórico-sociales que sean susceptibles de ser investigados, los cuales producen conexiones sistémicas con el fin de producir transformaciones sociales de impacto colectivo (ver Figura 2).

Figura 2

Funcionalidad de la PEIC

Según este parecer, la PEIC consta de tres (3) momentos capitulares, en los cuales se incluyen los procesos epistémico-metodológicos que dan cuenta de los lapsos, construcciones y estructuras desarrolladas en el marco de la investigación cualitativa. La esquematización capitular pretende ordenar y sistematizar el proceso de investigación; no obstante, cada investigador será autónomo en la construcción guiada del proceso, donde el concurso de tutores y profesores expertos en los enfoques temáticos, teóricos y metodológicos específicos, coadyuvará la titulación de cada momento capitular, promoviendo el sentido creativo, emergente y crítico de la producción científica (ver Cuadro 1). Más aún, cuando el sentido ecológico de la vida deja atrás al paradigma mecanicista, para darle paso un nuevo paradigma, el cual “no es algo que haya de suceder en un futuro indefinido, sino algo que está ocurriendo hoy mismo en nuestras ciencias, en nuestras actitudes y valores individuales y colectivos y en nuestros modelos de organización social” (Capra, 1992:483).

Cuadro 1

Propuesta Estructural de la Investigación Cualitativa (PEIC)

Primer Momento Capitular: Sobre el tema de investigación

1. Perspectivas implicadas en la problemática sobre el tema de investigación. (Contextuales, teóricas, empíricas, culturales e histórico-sociales).

2. Temas de investigación.

3. Pregunta(s) de investigación.

4. Propósito(s) de investigación.

5. Enfoque epistemológico de la investigación.

6. Naturaleza de la investigación

7. Diseño de la investigación

8. Actores participantes

9. Proceso de recolección de información.

10. Perspectiva de análisis de la información.

Segundo Momento Capitular: Teorías y modelos relacionadas con el tema de investigación.
Tercer Momento Capitular: Integración empírico-teórica

1. Estructura discursiva.

2. Categorización del discurso.

3. Interpretación del discurso.

4. Triangulación (de ser necesario según el diseño planteado por el investigador).

5. Afirmaciones derivadas del análisis e interpretación (epistemológicas, teóricas y empíricas).

6. Proyecciones y recomendaciones.

Referencias Bibliográficas
Anexos (si los hubiera)

El Primer Momento Capitular: Sobre  el tema de investigación, expone las dimensiones contextuales, epistemológicas y metodológicas que facilitan la construcción del conocimiento científico. Aquí se incluyen los siguientes aspectos:

1. Perspectivas implicadas en la problemática sobre el tema de investigación. Este apartado subraya la posibilidad de caracterizar el tema sobre la base de la problemática que representa en función de sus implicaciones contextuales, teóricas, empíricas, culturales e histórico-sociales. Sugiere la profundización comprensiva del tema a investigar, considerando las diferentes aristas de implicancia que el mismo puede sugerir para un abordaje reflexivo y crítico sobre la metodología a emplear en la investigación.

Para Stake (1998:25), la formulación de la idea central de la investigación “requiere una organización conceptual, ideas que expresen la comprensión que se necesita, puentes conceptuales que arranquen de lo que ya se conoce, estructuras cognitivas que guíen la recogida de datos, y esquemas para presentar las interpretaciones a otras personas”. Significa que tal idea central, sirve de anclaje para esbozar el diseño de la investigación y considerar la relación entre lo que el investigador aporta desde su experiencia o sentido ético, y lo que aportan los actores que conviven con lo que se ha definido como tema central de investigación, lo que corresponde al sentido émico.

2. Temas de investigación. Los temas son ejes que permiten clarificar y especificar la ruta epistémico-metodológica de la investigación. Estos son parte importante del ciclo de investigación; en tanto, se asuman como un proceso dialéctico- interactivo que se sostiene entre los distintos elementos estructurales del fenómeno a investigar, pudiendo ser el punto de inicio de todo el proceso. De cierta manera otros aspectos son considerados como tal, por ejemplo las observaciones del mundo real, las interacciones del investigador con el tema, las teorías existentes y las propias del investigador, los principios políticos, e intereses académicos (Marshall y Rossman, 1999).

Los temas se asumen como buenas preguntas de investigación (Stake, 1998), pues enfatizan las orientaciones necesarias para el desarrollo de la IC. Además, estos pueden orientar las estructuras teóricas que se supone deben inscribirse en el trabajo, así como las orientaciones metodológicas e implicaciones epistemológicas que sirven de fundamento a la investigación. Es un proceso totalizador e integrador de la proyección sistémica y sistematizada de la investigación como un proceso holístico.

3. Preguntas de investigación. Estas son producidas a partir de las reflexiones e inquietudes surgidas de la comprensión dimensional del tema como problema de investigación. Las preguntas son la guía del proceso, de un proceso de diseño interactivo que significa el punto de comienzo del proceso investigativo y guardan una estrecha vinculación con los temas y sub-temas planteados (Maxwell, 1996). Este autor señala que las preguntas de investigación son interdependientes del contexto y de los propósitos perseguidos en la producción de la investigación; además, determinan ciertas maneras dinámicas en la construcción del conocimiento científico. Esto es consecuencia de los diálogos que suceden en la investigación, donde las preguntas no se encierran en sus límites (González Rey, 2000), sino que parten desde la interacción creativa de símbolos sintácticos que develan la osadía hermenéutica de los actores sociales en el proceso constructivo-discursivo.

4. Propósitos de la investigación. Los propósitos conducen el proceso de investigación junto con las preguntas y como consecuencia de éstas. En conjunto, conforman un momento en la reflexión del investigador y los demás actores que lo acompañan durante el proceso. Los propósitos facilitan la problematización sobre el tema, pretendiendo ser claros, específicos y orientadores (Marshall y Rossman, 1999; Miles y Huberman, 1994; González, 2000). A su vez, precisan el carácter que asumirá la investigación en su desarrollo.

Marshall y Rossman (1999) señalan que los propósitos tienen diversos matices, ya que pueden ser: Exploratorios, cuando identifican, descubren o generan hipótesis sobre algunos fenómenos o parcelas de ellos; Explicativos, en tanto explican o facilitan la comprensión de patrones relacionados con el fenómeno en estudio, y la identificación de las posibles relaciones entre los elementos del fenómeno; Descriptivos, porque documentan, determinan y desarrollan las características del fenómeno estudiado; y por último, Emancipatorios, cuando crean oportunidades para la transformación social.

5. Enfoque epistemológico de la investigación. Este aspecto es clave en la construcción del diseño de investigación, pues se exponen las bases sustantivas que definen la manera en cómo el investigador plantea resolver los problemas inherentes a las relaciones individuo-sociedad y sujeto-objeto; precisando el carácter gnoseológico del conocimiento científico que se pretende construir en el transcurso de la investigación.

Sandín (2003), siguiendo los planteamientos de Yvonna Lincoln, señala que el sentido epistemológico se relaciona con la identificación paradigmática de la investigación, lo cual se esboza en virtud de vincular la dimensión epistemológica, con las dimensiones ontológica y metodológica. En todo caso, la relacionalidad epistemológica, que parte de reconocer la naturaleza dada entre el que conoce y lo conocido, y el cómo se conoce, se vincula con la racionalidad inscrita en la naturaleza de lo que se puede conocer, lo cual tiene repercusiones en el estilo procedimental del investigador para acercarse a lo cognoscible.

Así, la dimensión epistemológica acerca a los investigadores a responder ciertas interrogantes que dan cuenta de cómo se puede conocer y comunicar el conocimiento, y cómo se produce; así como los medios significantes de subjetivacióny- objetivación implícitos en la construcción del conocimiento (Sandín, 2003:29-30).

6. Naturaleza de la investigación. Este apartado apunta a la descripción del tipo de investigación planteada. Guarda una estrecha vinculación con las preguntas y los propósitos previamente expuestos. Denota, así, la intencionalidad de la investigación, el carácter científico y la profundidad con la que se abordará la situación de investigación.

Para Sandín (2003), existen dos modalidades de investigación cualitativa. Una orientada a la comprensión en profundidad de los hechos sociales entendidos como fenómenos; mientras que la segunda, está más orientada al cambio y a las tomas de decisiones sobre una realidad especifica. En todo caso, existe una modalidad de investigación de tipo comprensiva-interpretativa, y otra de carácter transformacional y evaluativa.

La primera modalidad coincide con las propuestas de investigación etnográfica (Goetz y LeCompte, 1988), estudios de casos (Stake, 1998), teoría fundamentada (Strauss y Corbin, 1998), estudios fenomenológicos iniciados con Husserl (2001) y Merlau-Ponty (1985), historias de vida (Moreno, 1995; Córdova, 2003; López, s/f). La segunda modalidad de investigación, enmarca los estudios de investigación-acción participativa y/o cooperativa (Murcia, 1991; Elliot, 1993), y las investigaciones evaluativas (Martínez, 1999).

7. Diseño de la investigación. El diseño de la investigación es clave en la preparación del proyecto de investigación (Rodríguez, Gil y García, 1996); y su carácter abierto, favorece la modificabilidad del mismo en función de las informaciones y acciones que se vayan incorporando en la medida de su desarrollo (Ibáñez, 2000). Por tanto, se dice del diseño de investigación que es un modelo dialéctico en el que se concentran las posibilidades de relación entre el investigador, los investigados y las dimensiones implicadas en el tema o problema a investigar, produciéndose un tipo de lectura terciaria entre estos para esbozar las maneras de construir el conocimiento.

Rodríguez, Gil y García (1996) señalan que, el diseño conlleva la planificación de las actuaciones de investigación, y está vinculado con la elección paradigmática que describe la naturaleza de la misma. Aunque estos autores sugieren a los investigadores guiarse por un descubrimiento progresivo, consideración altamente pertinente, es necesario modelar las alternativas de actuación que conducirán la investigación, asumiendo técnicas de expresión que faciliten la comprensión de lo que se desea hacer en la misma.

Sin embargo, y de acuerdo con Taylor y Bogdan (1986), los procesos específicos de la investigación evolucionarán a medida que operan, que suceden. Por tanto, la fase de diseño, como parte de la preparación de la investigación, refiere al investigador a un proceso inicial e ingenuo de toma de decisiones, las cuales son susceptibles de ajustes y transformaciones en la medida que se vaya desarrollando la investigación.

8. Actores participantes. En este aspecto de la investigación es necesario ser bastante precisos con la información que se presenta al respecto de las características histórico-sociales de quienes participarán como informantes clave. Así mismo, enfatiza la calidad de los actores implicados, dejando en un segundo plano la cantidad e participantes.

En todo caso, es relevante señalar el carácter descriptivo del grupo de personas con quien se aspira trabajar, así como el proceso de selección de estos, mediante un tipo de muestreo intencional y/o por saturación. Esto significa que tales informantes, deben ser elegidos mediante una serie de criterios concebidos por los investigadores en base a las dimensiones contextuales y teóricas que definen la naturaleza del estudio; además, de considerar los aportes derivados de las inquietudes plasmadas en las preguntas y los propósitos.

9. Proceso de recolección de información. Este proceso implica las maneras en las que se recopilará la información suministrada por los distintos actores participantes. En él se exponen los instrumentos, si los hubiera, así como las técnicas con los cuales se recopilará la información. Estos elementos tecnológicos deben ser descritos, considerando sus características definitorias, de manera que sea evidente la calidad de la técnica o del instrumento, así como su originalidad y aplicabilidad en el estudio. De tratarse de un instrumento, este requiere cumplir con las propiedades psicométricas esperadas (confiabilidad y validez). En el caso de la técnica, se somete a un tipo de triangulación que constate su aplicabilidad y pertinencia en el estudio.

Las técnicas más empleadas en la IC son la observación y la entrevista (Rodríguez, Gil y García, 1996; Ruiz, 1999), incluso pueden asumirse como complementarias entre sí. Estas técnicas conllevan la adopción de un estilo relacional que enfatiza la valoración social, crítica y emergente de la interacción simbólica entre los diferentes actores involucrados en el proceso de investigación. Por tanto, se asume a todos los que participan como investigadores naturales, que acompañados por el investigador, se constituyen en co-investigadores.

Asimismo, es necesario considerar la relación contingente entre las maneras de recopilar la información y las preguntas de investigación (Rodríguez, Gil y García, 1996). Esto genera un sentido coherente y lógico de la metódica asumida en el proceso investigativo, y debe complementarse congruentemente con los demás aspectos del diseño propuesto. También, hay que subrayar el sentido epistemológico y ontológico de las técnicas e instrumento de recolección de información, de manera que se facilite la comunicación socializada en virtud de los hechos que se investigan.

10. Perspectiva de análisis de la información. En este momento se describe el modo en que se hará el análisis de la información recolectada. La manera más conocida es el análisis de contenido; sin embargo, se puede asumir el análisis crítico del discurso (ACD), en tanto la producción científica es considerada en esencia, un tipo de discurso; sobre todo, cuando se parte de una perspectiva epistemológica crítica que guía la investigación.

Además de lo anterior, el Segundo Momento Capitular: Teorías y modelos relacionadas con el tema de investigación, se concentra en la exposición de diferentes teorías y modelos que facilitan la comprensión del tema investigado. Este momento incluye los resultados de investigaciones previamente realizadas sobre el tema-problema o vinculadas de alguna manera a las variables y/o categorías contenidas en el sistema de relaciones, establecido en el campo científico para comprender el fenómeno a investigar. Aquí se interconectan los aportes de tales estudios previos, con el estado del arte de las teorías que sustentan el estudio, sugiriendo un corpus teórico-interpretativo de referencia para profundizar en las relaciones implícitas y explicitas emergentes entre las variables o categorías que integran el tema-problema.

Para González Rey (2000:41), “la teoría es condición para dar sentido a fenómenos inaccesibles de forma directa al investigador”; más, cuando el investigador se implica en la relación con los demás actores que participan en el proceso investigativo, en tanto los sesgos experienciales pueden debilitar una percepción con mayor claridad y completitud de los sucesos que componen el hecho o fenómeno a estudiar. Por tanto, la teorización es un proceso continuo, constructivo e hipotético que se enmarca en el desarrollo de la investigación como una totalidad.

Por último, el Tercer Momento Capitular: Integración empírico-teórica, constituye uno de los retos más importantes para los investigadores, pues allí se sistematizan las relaciones generadas a partir del abordaje epistemológico, teórico y empírico realizado en el transcurso de la investigación a las fuentes de información consultadas y recopiladas. Este momento contempla los siguientes componentes:

1. Estructura discursiva. Describe la manera en la que se estructura el análisis del discurso y está estrechamente vinculado con lo planteado en el apartado referido a la perspectiva del análisis de la información del Primer Momento Capitular. De modo que, lo planteado en el Primer Momento Capitular requiere guardar coherencia con el sistema de análisis desarrollado en este apartado. El producto esperado en este proceso, puede ser expuesto de acuerdo con la libertad de dominio de los investigadores, guardando coherencia con el sistema previamente planteado en el diseño metodológico. Cada investigador puede hacer uso de tablas, cuadros, esquemas, mapas conceptuales, y cualquier otra estrategia de expresión del proceso constructivo; lo cual incluya el proceso sucintamente desarrollado en base a la información recopilada. Sin embargo, por lo general, esta información se muestra mediante tablas contentivas del primer esbozo hermenéutico plasmado en el análisis de contenido.

2. Categorización del discurso. Este proceso implicado en lo anterior, se presentará de manera narrativa las categorías derivadas del análisis de contenido discursivo. De allí que, se asume como una etapa descriptiva de los hallazgos encontrados de manera empírica, sin mayores relaciones teóricas y/o contextuales; lo cual se abordará en la interpretación del discurso, posteriormente.

3. Interpretación del discurso. Este proceso guarda coherencia con lo desarrollado en el curso de la investigación. Establece las posibilidades de relación entre los presupuestos teóricos y las categorías –y/o variables– que se derivan de la categorización discursiva; favoreciendo el plano explicativo de la investigación, dado que revela las construcciones metateóricas sucedidas a partir del diálogo inter e intrasubejtivo desplegado entre el investigador, los investigados, otros expertos y las presunciones teóricas abordadas.

Aquí, surgen imprevistos salvables en la investigación, pues es cuando el investigador inicia y recrea un acercamiento a la teorización; reconstruyendo las diversas vías de hipotetización aparecidas en la construcción de la investigación. Significa que, el investigador dará sentido a las preguntas planteadas inicialmente, pero desde una perspectiva flexible y transformadora; evitando los rigores que impone la linealidad del pensamiento. El investigador pone en juego sus procesos metacognitivos generadores de conocimiento científico, en base a las posibilidades de responder hipótesis y preguntas, mediante presupuestos teoréticos construidos en la interacción discursivo-teórica. En suma, este proceso constituye uno de los momentos de mayor responsabilidad creativa por parte del investigador.

4. Triangulación. Esta ha sido expuesta como un momento clave en la validación de los constructos emergentes en base a las interpretaciones precedentes. Sin embargo, este proceso se inscribe en las posibilidades de legitimar la matriz metateórica referencial derivada del análisis de la información. Se asume como un proceso a elegir por el investigador, aunque la mayoría de las veces se presenta de manera casi natural en el transcurso de la investigación.

La triangulación tiene un carácter convergente y dialéctico en la legitimación de la información que emerge de la investigación; también, se constituye en un proceso de relacionalidad de diferentes puntos de vista sobre el fenómeno estudiado. No obstante, la creencia positivista de que la triangulación promueve la validación externa del estudio cualitativo, ha impregnado la práctica de muchos investigadores interpretativos. A decir de González (2000), la misma IC en su proceso dialéctico promueve el sentido de legitimación de la información que se viene presentando, sin asumirse como científico aquel conocimiento que aspire la objetividad plena fundamentada en el tribunal de los hechos (Ibáñez, 1994). Creemos, pues, que la triangulación será un proceso más que impuesto por un orden preestablecido, un proceso emergente y que de ser necesario el investigador dará cuenta de su uso en la investigación.

5. Afirmaciones. Es la fase de la investigación que construye y expone las producciones metateóricas desarrolladas anteriormente. Implica la generación de conclusiones que emergen de la investigación, considerándose el aspecto de mayor relevancia de la misma; en tanto que apuntan a la concreción de las transformaciones socio-culturales que caracterizan las investigaciones científicas. Asimismo, es el legado de la producción científica, lo que conlleva las posiciones del investigador en virtud de las asociaciones teóricas y empíricas producidas hasta el momento.

Se caracteriza por ser un proceso dialógico planteado desde la interacción socio-simbólica, mediatizada por las experiencias semióticas del investigador. Es nuclear en la finalización técnica del proyecto de investigación, dado que enfatiza la relación epistémico-metodológica expresada en el desarrollo del mismo. Por ello, requiere la atención creativa del investigador, apuntando a las posibilidades dialógicas generadas en torno a sus presupuestos concluyentes.

6. Proyecciones y recomendaciones. Es un accionar de relaciones concatenadas, que resume las intenciones epistemológicas, teóricas y metodológicas referenciales para esbozar las propuestas y proyectos derivados de la investigación. Este aspecto tiene un carácter heurístico relevante, pues implica que lo investigado repercute sobre lo que ha sido objeto de estudio. Esto queda a discreción del investigador la manera en la que desee expresar sus presupuestos y recomendaciones; puede apoyarse en gráficos, pero también es significativa la narrativa y explicación de lo que se pretende con los hallazgos de la investigación en escenarios sociales específicos, en virtud del carácter praxiológico de la misma.

Finalmente, el proyecto de investigación debe contar con las referencias bibliográficas citadas a lo largo del mismo, cumpliendo con los parámetros definidos por la Asociación Americana de Psicología (APA, 2002) para la elaboración de bibliografías o cualquier otro sistema de referencias. Además, es relevante ser cuidadoso en la coherencia entre lo que se cita en el texto y lo que aparece en esta sección, ya que el investigador debe ser acucioso al proporcionar técnicamente esta información.

Asimismo, queda a potestad del investigador la inclusión de anexos en la investigación. No obstante, éstos deben ser pertinentes con la misma, evitando la movilización de los lectores a informaciones vacuas y carentes de relevancia para el estudio. Igualmente, es un asunto de extrema responsabilidad y cuidado, la organización de esta sección.

Vale la pena resaltar, que un anexo permite al autor proporcionar información en la investigación, la cual pudiera significar una distracción para el lector. Los anexos deben estar referenciados en el cuerpo del informe final de la investigación, así como claramente enumerados o enlistados, y señalados en el índice. Pueden incluirse, también, gráficos, tablas, fotografías, entre otros.

Consideraciones finales

Si bien es cierto, la intención de este trabajo dista de proponer recetas metodológicas, no puede obviarse el sentido en red que se le atribuye a la propuesta y que enriquece la posibilidad de debate en torno a los planteamientos desarrollados hasta ahora, sobre la base de una supuesta estructura metodológica que precisa apertura, organización y fluctuaciones dependientes, en gran medida, de aspectos semióticos circulantes. Por ello, las dinámicas de investigación se ven interconectadas, produciendo redes de significados que actúan como referentes provocadores de interpretantes vinculados en un discurso integrador.

Sostenemos como clave reguladora del discurso investigativo, la firme creencia de construir procesos en red que vinculen diferentes actores, considerando sus lastres epistemológicas y ontológicas como focos de significados que pueden activar procesos complejos de acción científica. De este modo, la investigación no puede verse como una mera práctica de pasos secuenciados, sino como un diálogo emergente de las interacciones socio-simbólicas que facilitan la comprensión de saberes socialmente producidos para el avance de lo científico y tecnológico, en el que concurren diversos mecanismos de valoración de las situaciones socio-culturales a fin de promover el entendimiento de soluciones a problemas sociales complejos.

En suma, proponemos que los aspectos descritos anteriormente adquieren sentido, sobre todo desde lo social, cuando actúan vinculados entre si y, en este caso, sectorizados por un eje epistémico, ontológico, gnoseológico y teórico que fortalece los sentidos y significados implícitos. Cada aspecto de la investigación conserva sus rasgos distintivos que lo ubican en la red investigativa; no obstante, adquieren valor, cuando están vinculados a los otros, pues hablan de una secuencia sistémica y coherente de saberes concatenados en la ilación producida por influencia de la realidad social que se pretende estudiar.

La Figura 3 pretende explicitar tales argumentos. Al centro cuentan las dinámicas que activan y sostienen el proceso de investigación, en una interconectividad surgida a propósito de la autoproducción del mismo, en el cual confluyen acciones, reflexiones y críticas productoras de saberes. Las indicaciones metodológicas operan como guías flexibles y permeables, que confluyen en un gran eje que las integra y les da sustento científico con énfasis en lo meramente social, histórico y cultural. Y aunque parezca un sistema cerrado, es más bien un sistema divergente, a la vez que convergente, de procesos constructivos de conocimiento, pues existe una inseparabilidad de estos ante un énfasis particular; en todo caso, la permeabilidad del sistema dependerá también de la acción interpretativa-comprensiva de los actores involucrados.

Figura 3

Sistema relacional de la investigación cualitativa

En suma, una de las pretensiones centrales de esta propuesta es promover formas complejas de pensamiento, evidentes en una continua red de procesos que fortalecen la coherencia de la investigación, sobre todo, cuando se trata de atender los entramados sociales que dibujan las configuraciones culturales cotidianas. En este sentido, la necesaria adopción de vías metódicas de comprensión de la realidad social, deberían anclarse a un eje rector que contextualice las formas de producción de saberes implícitas en la investigación. Esto supone la inobjetable reconstrucción sistémica del proceso con base en los diferentes momentos que lo componen, atendiendo a la interdependencia de los mismos.

Finalmente, la investigación cualitativa, como todo proceso investigativo –sea cuantitativo, por ejemplo–, demanda una actitud y disposición científica fundada en criterios de moralidad razonada. Todo acto investigativo es un acto moral, racional y comprometido, por lo que se requiere de esa disposición para la acción desde el reconocimiento de la voluntad para actuar y, por ende, para la transformación social. En efecto, la investigación por ser un acto racional sugiere un sentido moral acompasado con los procesos que deriva, por lo que es inevitable hablar de ética investigativa; tema que se sugiere para otra discusión.

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Nota

3 Las personas referidas conformamos un Grupo de Investigación sobre Crítica de la Orientación y Psicología Social de la Educación, incorporada en las actividades de la Línea de Investigación Representaciones, actores sociales y espacios de poder del Programa de Doctorado en Ciencias Humanas de la Universidad del Zulia.