INTRODUCCIÓN

En la era digital contemporánea, la integración efectiva de la tecnología en el ámbito educativo ha emergido como un tema de creciente relevancia y debate. La rápida evolución de las tecnologías digitales ha transformado, no solo la forma en la cual accedemos a la información, sino también la manera en la que enseñamos y aprendemos. Para ^{Banoy y Montoya (2022}):

La actual sociedad del conocimiento demanda nuevas habilidades en los seres humanos que garanticen su supervivencia. La popularización de herramientas digitales e internet ha cambiado la distribución del conocimiento; por lo tanto, se requiere un cambio en el papel protagónico de los docentes. (p. 59)

En este contexto, la capacitación y las competencias digitales de los docentes se han convertido en elementos cruciales para garantizar una educación de calidad que prepare a los estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI (^{Maya et al., 2019}), ya que de acuerdo con ^{Carrión y Carrión (2022}), “el siglo XXI se caracteriza por los cambios acelerados producidos por la incursión de las tecnologías, las cuales han afectado la salud, el trabajo, la economía, entre otros” (p. 270). ^{Levano et al. (2019}) manifiesta lo siguiente: “es sin duda que el irrefrenable avance de las tecnologías del campo digital ha transformado muchos de los campos del quehacer humano” (p. 570).

En este sentido, según ^{Ocaña et al. (2019}), “los nuevos retos de la sociedad de la información demandan de la universidad un severo cambio en sus rígidos cánones de formación” (p. 537). “Es por ello que, uno de los retos sigue siendo captar al docente universitario para que sientan la necesidad de actualizar sus competencias digitales de cara a desarrollar mejor su tarea en la docencia, investigación y gestión” (^{Martín et al., 2020}, p. 17). Por su parte, ^{Dávila et al. (2022}) señalan:

En este punto radica la importancia que tiene la integración de las TIC con los sistemas de educación superior a nivel mundial, en donde las competencias y habilidades digitales de los profesores deben ser consistentes con el papel que desempeñan como docentes en un mundo cada día más globalizado. (p. 35)

Desde esta concepción, las competencias digitales de los docentes no se limitan simplemente al dominio técnico de herramientas digitales, sino que abarcan una variedad de habilidades que incluyen la capacidad para integrar de manera efectiva la tecnología en la enseñanza, adaptar los métodos de instrucción a las necesidades individuales de los estudiantes y fomentar un entorno de aprendizaje colaborativo y participativo.

Cuando un docente emplea recursos digitales de forma efectiva, puede ayudar a los aprendices a desarrollar competencias para el manejo educativo de las tecnologías. Para ^{López (2023}), “las competencias digitales permiten a los estudiantes acceder y evaluar información de manera crítica, comunicarse y colaborar en entornos virtuales, utilizar herramientas tecnológicas para el aprendizaje y resolver problemas de forma creativa” (p. 1548). La posesión y aplicación de estas competencias no solo impactan en la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que también influyen en el desarrollo de habilidades digitales en los estudiantes, preparándolos para una participación activa y productiva en una sociedad cada vez más digitalizada.

Desde la visión de ^{Caballero et al. (2023}), “la competencia digital es un proceso cognitivo mediante el cual la persona adquiere la capacidad de empleo de las TIC” (p. 1). Esta consideración es complementada por ^{Regalado (2013}), donde se establece que “una ventaja en los procesos educativos para obtener mejores aprendizajes, estriba en potenciar las habilidades digitales para aprender a aprender” (p. 22).

^{Ríos et al. (2018}) declaran que “para vivir, aprender y trabajar con éxito en una sociedad cada vez más compleja, rica en información y basada en el conocimiento, los estudiantes y los docentes deben utilizar la tecnología digital con eficacia” (p. 57).

Es menester destacar que la integración de la tecnología en la educación, no solo es una cuestión de adoptar herramientas digitales, sino también de comprender cómo estas herramientas pueden transformar la práctica pedagógica y mejorar los resultados del aprendizaje. Los docentes que poseen competencias digitales sólidas están mejor equipados para diseñar y ofrecer experiencias de aprendizaje más dinámicas, interactivas y personalizadas, alineadas con las necesidades y estilos de aprendizaje de los estudiantes del siglo XXI.

Además, la pandemia de COVID-19 ha acelerado aún más la necesidad de habilidades digitales en el ámbito educativo. El cierre de escuelas y la transición abrupta al aprendizaje en línea han destacado la importancia de preparar a los docentes para enfrentar los desafíos de la educación a distancia y el uso efectivo de herramientas tecnológicas para facilitar el aprendizaje remoto. Ahora bien, cabe preguntarse: ¿cuáles aspectos deben mejorar los docentes para un buen dominio de las tecnologías? A este respecto, ^{Rodríguez y Guzmán (2012}) afirman que “los resultados de las necesidades de formación docente en TIC, son las referentes al aprendizaje y al uso apropiado de herramientas como el procesador de textos, Internet, programas para transcripción musical, ediciones web, multimedia y software educativo” (p. 35). En el estudio de ^{Vargas et al. (2014}) se agrega lo que sigue:

Entre las competencias tecnológicas complejas, destacaron la capacidad para diseñar o modificar páginas web o blogs, así como para crear bases de datos, siendo menos los docentes que se reconocen capaces de crear blogs o páginas web para utilizarlos en sus cursos”. (p. 372)

Por este motivo, se requiere una formación docente óptima que consolide su formación en el manejo de diversas herramientas y haga de su enseñanza una acción efectiva. No obstante, a pesar del creciente reconocimiento de la importancia de las competencias digitales de los docentes, persisten desafíos significativos en su desarrollo y aplicación. La capacitación en tecnología educativa a menudo se limita a sesiones de desarrollo profesional aisladas y no se integra de manera sistemática en la formación inicial de dichos docentes. En este particular, ^{Silva y Miranda (2020}) sugieren que “alcanzar altos niveles de Competencia Digital Docente (CDD) en la Formación Inicial Docente (FID), es un factor clave para la inserción de las tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y en el desarrollo profesional docente” (p. 149). Sin embargo, la rápida evolución de la tecnología puede dificultar que los docentes mantengan sus habilidades al día y se sientan seguros al implementar nuevas herramientas y enfoques en el aula.

Esta realidad conduce a incluir dentro de los procesos de formación docente, la capacitación en cuanto al liderazgo, ya que esto permite al docente desempeñarse como un modelo a seguir por el estudiante, lo cual es cónsono con lo expuesto por ^{Vásquez et al. (2021}), quienes en su investigación demostraron que “a mejor liderazgo pedagógico, mejor será el desempeño docente académico”. Sin embargo, el liderazgo debe estar sustentado en una comunicación horizontal, donde el estudiante asuma un rol protagónico dentro de su proceso de aprendizaje, a fin de lograr que ambos (facilitador- estudiante) ejerzan un dominio educativo apropiado de cada herramienta. En este marco, ^{San Nicolás et al. (2012}) expresan que para hacer un uso didáctico de los recursos tecnológicos, se requiere que tanto docentes como estudiantes adquieran destrezas en TIC para tomar ventaja de estos conocimientos y aplicarlos de forma educativa.

A pesar del reconocimiento de la importancia de las competencias digitales de los docentes, la literatura académica aún presenta lagunas en cuanto a la comprensión de cómo estas competencias influyen en el desempeño pedagógico. Si bien existen estudios que han explorado la relación entre las competencias digitales de los docentes y los resultados de los estudiantes, pocos han investigado directamente cómo estas competencias impactan en la práctica pedagógica del profesorado.

Por lo tanto, se propone abordar esta brecha investigativa mediante un enfoque cuantitativo descriptivo, examinando específicamente la relación entre las competencias digitales de los docentes y su desempeño pedagógico. Al comprender mejor esta relación, podemos identificar las fortalezas y debilidades en la preparación de los docentes en competencias digitales, así como informar el diseño de programas de formación continua y políticas educativas que promuevan el desarrollo profesional docente en este ámbito.

Desde esta perspectiva, se persigue mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje en esta realidad cada vez más digitalizada, preparando a los estudiantes para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece la era digital.

Por lo tanto, este estudio busca contribuir con el incremento de información relacionada con el papel de las competencias digitales en la práctica pedagógica, por lo cual se persigue analizar la influencia de las competencias digitales de los docentes en su desempeño pedagógico, proporcionando información significativa sobre cómo estas competencias están relacionadas con el desempeño pedagógico de los docentes en entornos educativos diversos.

Al profundizar sobre esta relación, se podrán identificar estrategias efectivas para mejorar la preparación y el apoyo de los docentes en el desarrollo de competencias digitales, así como promover una cultura escolar que valore y fomente la integración creativa y reflexiva de la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje. Por último, se pretende describir cómo contribuiría la preparación docente con el desempeño de un liderazgo que guíe a los estudiantes en un mundo digital en constante cambio.

MÉTODOS

Este estudio adoptó un enfoque cuantitativo, de tipo descriptivo, para analizar la relación entre las competencias digitales de los docentes y su desempeño pedagógico. Se diseñó un cuestionario estructurado que constaba de dos partes principales: una sección para evaluar las competencias digitales de los docentes y, otra, para medir su desempeño pedagógico. Ambos cuestionarios fueron validados previamente por expertos.

La muestra del estudio consistió en 30 docentes de diferentes niveles educativos (primaria, secundaria, bachillerato, y educación superior) seleccionados aleatoriamente de una variedad de instituciones educativas. Se buscó garantizar la representatividad de la muestra, incluyendo docentes de áreas urbanas y rurales, así como de diferentes regiones geográficas.

Los participantes fueron invitados a completar los cuestionarios de forma voluntaria y anónima. Se proporcionaron instrucciones claras sobre cómo responder a cada ítem, y se aseguró la confidencialidad de los datos recopilados.

Una vez recopilados los datos, se realizó un análisis estadístico utilizando técnicas descriptivas como el cálculo de medias, desviaciones estándar y correlaciones para indagar sobre la relación entre las competencias digitales de los docentes y su desempeño pedagógico.

Además, se llevaron a cabo análisis de subgrupos para explorar posibles diferencias en la relación entre las competencias digitales y el desempeño pedagógico según el nivel educativo, la experiencia docente y otras variables emergentes relevantes.

Finalmente, los resultados fueron interpretados y discutidos, identificando los hallazgos, las conclusiones y las recomendaciones para la formación docente, tomando en cuenta los aspectos orientados a mejorar la integración de la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje.

RESULTADOS

Entre los resultados destacados, se evidencia una correlación significativa entre las competencias digitales de los docentes y su desempeño pedagógico, señalando que aquellos con mayores destrezas digitales, logran un desempeño pedagógico más efectivo.

La tabla 1 muestra el desempeño pedagógico promedio de los docentes, en función de su nivel de competencias digitales. Se observa que hay una tendencia positiva: a medida que aumenta el nivel de competencias digitales, también lo hace el desempeño pedagógico. Los docentes, con un nivel alto de competencias digitales, presentan un desempeño pedagógico significativamente mayor, en comparación con aquellos con niveles medio y bajo de competencias digitales.

La tabla 2 presenta las correlaciones entre las competencias digitales de los docentes y diferentes aspectos de su desempeño pedagógico. Se observa que todas las correlaciones son positivas y significativas (** p < 0.01), lo que indica que los docentes con mayores competencias digitales presentan un mejor desempeño, en términos de integración de tecnología, adaptación del contenido y motivación de los alumnos.

La tabla 3 muestra la distribución del nivel de competencias digitales de los docentes, según su experiencia docente en años. Se observa una tendencia clara: a medida que aumenta la experiencia docente, también lo hace el porcentaje de docentes con niveles altos de competencias digitales. Esto sugiere que la experiencia en el aula puede estar asociada con un mayor desarrollo de competencias digitales entre los docentes.

La tabla 4 presenta el uso de herramientas tecnológicas en la enseñanza, según el nivel educativo. Se observa un aumento gradual en el porcentaje de docentes que utilizan herramientas tecnológicas a medida que se avanza en los niveles educativos. Esto sugiere una mayor integración de la tecnología en niveles educativos superiores, posiblemente debido a una mayor disponibilidad de recursos, y a la naturaleza más avanzada del contenido académico en estos niveles.

DISCUSIÓN

Los resultados de este estudio demuestran una relación significativa entre las competencias digitales de los docentes y su desempeño pedagógico. Específicamente, se encontró que los docentes con niveles más altos de competencias digitales poseen mejor desempeño en términos de integración de tecnología, adaptación del contenido y motivación de los alumnos. Estos datos conducen a afirmar que la capacitación en competencias digitales constituye un factor crucial para mejorar la calidad de la enseñanza en entornos educativos cada vez más tecnológicos.

La distribución del nivel de competencias digitales, según la experiencia docente, también es un hallazgo relevante. Se observa que los docentes con más experiencia presentan niveles más altos de competencias digitales. Esta asociación podría atribuirse al hecho de que los docentes con más experiencia han tenido más oportunidades de recibir formación en tecnología educativa a lo largo de sus carreras y han tenido más tiempo para desarrollar y perfeccionar sus habilidades digitales en el aula.

El aumento gradual en el uso de herramientas tecnológicas, a medida que se avanza en los niveles educativos, también es un resultado interesante. Esto podría reflejar una mayor conciencia de la importancia de la tecnología en la educación superior, así como una mayor disponibilidad de recursos y apoyo institucional, para la integración de la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje.

Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de los beneficios de las competencias digitales y el uso de tecnología en la enseñanza, todavía existen retos u obstáculos significativos en términos de acceso equitativo a la tecnología, la preparación insuficiente de los docentes y la resistencia al cambio en algunos contextos educativos. En atención a estos desafíos se propone lo siguiente:

Por lo tanto, es necesario continuar invirtiendo en programas de formación docente en competencias digitales y desarrollar políticas educativas que promuevan la integración efectiva de la tecnología en el aula para garantizar una educación de calidad y equitativa para todos los estudiantes. En suma, los resultados de este estudio aportan un conocimiento práctico para la acción educativa, la formación docente y el desarrollo de políticas educativas. Al abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades asociadas con el uso de la tecnología en el aula, se puede trabajar hacia una educación más inclusiva, equitativa y efectiva para todos los estudiantes.

CONCLUSIONES

Como conclusión, se pudo determinar que las competencias digitales tienen un impacto positivo en el desempeño pedagógico, resumiéndose lo siguiente: promueven la capacidad para integrar herramientas tecnológicas en la enseñanza y la habilidad para adaptar el contenido educativo a las necesidades individuales de los estudiantes.

Los resultados resaltan la importancia de la formación continua en competencias digitales para los docentes, así como la necesidad de políticas educativas para promover su desarrollo y aplicación en el aula en pro de mejorar la calidad de la enseñanza. En atención a todo lo explorado y develado a lo largo del estudio, se concluye lo siguiente:

Para finalizar, vale destacar que el desarrollo de competencias digitales entre los docentes es fundamental para mejorar la calidad de la enseñanza y preparar a los estudiantes para el éxito en una era cada vez más digitalizada. Al invertir en formación docente, fomentar una cultura escolar centrada en la tecnología y abordar las disparidades de acceso y uso, se puede trabajar hacia una educación más inclusiva, equitativa y efectiva para todos los estudiantes.