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versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.31 n.3 Caracas mar. 2006

 

Los paisajes físico-geográficos de los manglares de la laguna de la mancha, veracruz, méxico

Humberto Hernández-Trejo1, Ángel G. Priego-Santander2, Jorge A. López-Portillo3 y Eduardo Isunza-Vera4

1Humberto Hernández-Trejo. Licenciado en Biología, Universidad Veracruzana, México. Candidato a Doctor en Ciencias en Ecología y Manejo de Recursos Naturales, Instituto de Ecología, A.C. (INECOL), Veracruz, México. Profesor-Investigador, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, México. e-mail: hhernan@cicea.ujat.mx

2Ángel Guadalupe Priego-Santander. Licenciado en Geografía, Universidad de La Habana, Cuba. Maestro en Ciencias en Ecología Aplicada, Instituto de Ecología y Sistemática, Cuba. Doctor en Ciencias en Ecología y Manejo de Recursos Naturales, INECOL, Veracruz, México. Investigador, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Unidad Morelia. Dirección: Aquiles Serdán No. 382; Colonia Centro. C.P. 58000, Morelia, Michoacán, México. e-mail: agpriego@igiris.igeograf. unam.mx

3Jorge A. López-Portillo. Licenciado en Biología y Doctor en Ecología, UNAM, México. Investigador, INECOL, Veracruz, México. e-mail: p@ecologia.edu.mx

4Eduardo Isunza-Vera. Geoinformático, Consultoría para el Desarrollo Rural y Ordenamiento Ambiental SA de CV (CEDRO). Jefe del Departamento de Sistemas de Información Geográfica, (CEDRO), Xalapa, México. e-mail: edisunza@yahoo.com,

Resumen

Los manglares que rodean la laguna de La Mancha en Veracruz, México, en condiciones de adecuada conservación, se caracterizan por la complejidad físico-geográfica de sus paisajes. Este trabajo profundiza en la estructura y composición de los geocomplejos en ese territorio. El empleo de los principios estructuro-genético e histórico-evolutivo permitió el levantamiento, clasificación y cartografía de los paisajes de manglares a escala detallada (1: 25000). Se lograron diferenciar 28 unidades inferiores, 6 intermedias y 5 de orden superior. Los resultados sugieren que el enfoque físico-geográfico complejo puede ser de gran utilidad para el inventario, caracterización y cartografía de manglares a escala detallada, brindando información sobre el tipo genético del relieve, composición litológica, periodicidad de inundación de las superficies, cobertura vegetal y suelos, lo cual es de inestimable valor para el ordenamiento ecológico y la preservación de estos ecosistemas.

physical-geographical landscapes of the mangroves of la mancha lagoon, veracruz, mexico

Summary

The mangrove ecosystems which surround the La Mancha lagoon in Veracruz, Mexico, are characterized by the high complexity of its landscapes in conditions of adequate conservation. This work deals on the structure and composition of the geocomplexes of this area. The use of structural-genetic and historical-evolutionary principles permitted the survey, classification and cartography of mangrove landscapes at a detailed scale. It was possible to differentiate 28 inferior units, six intermediate units and five of a superior order, all at the scale of 1:25 000. The results suggested that the physical-geographical approach complex could be of great use for the inventory, characterization and cartography of mangroves at a detailed scale, providing information on the genetic type of the relief, litological composition, periodicity of flooding of surface areas, vegetative cover and soils. This information is invaluable for the environmental planning and preservation of these ecosystems.

as paisagens físico-geográficas dos manguezais da lagoa de la mancha, veracruz, méxico  

   Resumo

Os manguezais ao redor da lagoa de "La Mancha em Veracruz, México", em condiçðes de adequada conservação, se caracterizam pela complexidade físico-geográfica de suas paisagens. Este trabalho aprofundiza na estructura e composição dos geocomplexos nesse territorio. O emprego dos princípios estructuro-genético e histórico-evolutivo permitiu o levantamento, clasificação e cartografia das paisagens de manguezais em escala detalhada (1: 25000). Foi possível diferenciar 28 unidades inferiores, 6 intermediárias e 5 de ordem superior. Os resultados sugerem que o enfoque físico-geográfico complexo pode ser de grande utilidade para o inventário, caracterização e cartografia de manguezais em escala detalhada, oferecendo informação sobre o tipo genético do relevo, composição litológica, periodicidade de inundação das superfícies, cobertura vegetal e solos, o qual é de inestimável valor para a ordenação ecológica e a preservação de estes ecossistemas.

Palabra claves: Ecosistemas Costeros Tropicales, Humedales, Manglares, Paisajes, Vegetación.

Recibido: 03/10/2005. Modificado: 16/12/2005. Aceptado: 13/01/2006.

Introducción

Los bosques de mangles son considerados entre los más frágiles de los ecosistemas tropicales (Menéndez et al., 1994) entre otras razones porque su situación limítrofe entre las zonas marina y terrestre condiciona que estos ecosistemas dependan del buen funcionamiento de ambos ambientes para mantener en estado favorable su estructura y composición. La importancia ecológica y económica de estos bosques perennifolios ha sido ampliamente documentada (Kathiresan y Rajendran, 2002) y están entre los ecosistemas más productivos del planeta (Salm et al., 2000), lo cual es de gran valor para los hábitats marinos adyacentes, al tiempo que protegen a los geosistemas prelitorales de la abrasión marina, detienen la penetración de la cuña salina y absorben parte importante de la salinidad por impulverización.

Sin embargo, a pesar de lo anterior los manglares han sufrido un fuerte deterioro en las últimas décadas, tanto por razones naturales (Sherman et al., 2000) como antrópicas (Bush et al., 2001), lo cual ha llevado a redoblar los esfuerzos de investigación para su conservación y uso sostenible. Una de las direcciones de estos esfuerzos se relaciona con el inventario, caracterización y cartografía de los manglares, que debido a su carácter inhóspito (difícil de acceder y transitar, inundaciones periódicas, abundancia de insectos), hace difícil la ejecución de estas tareas en comparación con otros territorios.

Quizás por esta razón el inventario y cartografía de los manglares es más frecuente abarcando únicamente la vegetación (por ejemplo, Rodríguez y Feller, 2004), pero no abundan los ejemplos de estudios donde se cartografíen al unísono e integralmente, los otros componentes del paisaje (suelo, relieve, condiciones hidrológicas, litología) y menos aún a escalas detalladas (³ 50000), a pesar de que ya ha sido ampliamente documentada la necesidad de rigurosas metodologías para la definición de hábitats costeros, sobre todo con enfoque jerárquico (Green et al., 2000).

No obstante, la disposición de información cartográfica confiable y al menos a escala semidetallada para los bosques de mangles, continúa siendo una necesidad imperiosa para los tomadores de decisiones, no solo para garantizar su conservación ecológica, sino también en el diseño de programas de restauración y ordenamiento ecológico, y para el manejo de cuencas hidrográficas, pues estos ecosistemas invariablemente se localizan en las zonas de emisión de los acuíferos superficiales, de ahí su gran importancia en el funcionamiento hidroecológico de las cuencas. Tal necesidad ya ha sido discutida y documentada para el caso particular de los manglares del estado de Veracruz por Moreno-Casasola et al. (2002), quienes insisten en lo imprescindible de una visión integral para el manejo del manglar.

Existen diferentes esquemas para abordar la distinción de manglares usando distintos factores de diferenciación, como asociar geoformas y litología con la composición florística y adicionando, indistintamente, otros elementos como la periodicidad de inundación, la dirección del escurrimiento superficial, la influencia de las mareas y en ocasiones, los suelos. Sin embargo, muchos de estos esquemas no cuentan con ejemplos de aplicación cartográfica (Lugo y Snedaker, 1974; Cintrón et al., 1978) o se han aplicado para escalas regionales (1:250000; White et al., 2002) de escaso detalle.

Los objetivos de este trabajo son: a) aportar y discutir un ejemplo metodológico de inventario, clasificación y cartografía de manglares a escala detallada 1:25000, empleando el enfoque proveniente de la Geografía del Paisaje (Isachenko, 1973, 1991; Solntsev, 1997; Mateo, 2002); y b) generar información cartográfica básica sobre el área de estudio para facilitar su zonificación funcional socioeconómica y ordenamiento ecológico.

El enfoque de la Geografía Física Compleja o Geografía del Paisaje no fue diseñado en particular para el estudio de manglares, pero de acuerdo a sus fundamentos teórico-metodológicos debe resultar adecuado a estos propósitos. Sus principios han sido aplicados a las condiciones de nuestro continente con diferentes fines, como la caracterización geoecológica (González-Areu et al., 1999; Priego-Santander et al., 2004c), como fundamento del análisis de la modificación antrópica de los territorios (Mateo y Ortiz, 2001; Priego-Santander et al., 2005), para el pronóstico de la diversidad biológica en los paisajes (Priego-Santander et al., 2003; Priego-Santander et al., 2004a), como base para la ejecución de ordenamientos territoriales (Salinas et al., 1999) y para abordar la dinámica de cuencas hidrográficas (Priego-Santander et al., 2004b). Por ello, teóricamente la universalidad de sus principios debe garantizar una adecuada diferenciación en los manglares.

Aspectos conceptuales

De acuerdo con Mateo (2002), las unidades tipológicas de los paisajes, geocomplejos o complejos territoriales naturales (CTN) se distinguen de acuerdo a su analogía, homogeneidad relativa, repetibilidad y existencia de muchos contornos con desunión territorial de los mismos, aunque pertenezcan al mismo tipo. Según ello, los paisajes son partes de la superficie terrestre que se distinguen cualitativamente de las restantes por la morfogénesis del relieve, poseen límites naturales o antroponaturales y tienen una definida integridad cualitativa.

Los principios de clasificación de los paisajes son básicamente dos (Mateo, 2002):

1- Histórico-evolutivo. Los geocomponentes co-evolucionan en el espacio y el tiempo. El seguimiento de este principio obliga a esclarecer el papel de los factores formadores del paisaje en el territorio y permite encontrar la medida de abstracción necesaria para abarcar en un sistema único a la mayoría de los fenómenos materiales de los sistemas geográficos.

2- Estructuro-genético. Todas las entidades geográficas poseen una determinada estructura y todas son consecuencia de un definido proceso genético. Este principio implica esclarecer lo más posible las relaciones entre los distintos componentes de la estructura vertical del paisaje (roca o depósitos, relieve, condiciones hidro-climáticas, suelos y biota), así como las causas y condiciones de formación del geocomplejo. Las peculiaridades de la estructura del paisaje se manifiestan diferencialmente en el tipo de relieve y su descomposición morfológica.

Seguir ambos principios garantiza examinar el paisaje como una integridad y ello permite obtener una jerarquía lógicamente fundamentada (Mateo, 2002). Los manglares son parte de los geosistemas de la superficie terrestre y por ende deben subordinarse a los principios de clasificación aquí expuestos.

Esta contribución es un ejemplo metodológico de cartografía de paisajes de manglares a escala detallada (1:25000), usando uno de los enfoques de lo que Moss (2001) ha denominado la dirección "geoecológica" de la Ecología del Paisaje.

Materiales y Métodos

Área de Estudio

El área de estudio se localiza en la superficie perilacustre de la laguna de La Mancha, Veracruz, México, aproximadamente, entre los 19º33' y 19º36' N y los 96º22' y 96º24' Oeste (ver figura en http://indy2.igeograf. unam.mx/ua_morelia/_private/ paisaje_lamancha). La misma comprende los bosques de mangles que rodean la laguna de La Mancha, con una extensión de ~300ha (3km2). El límite Este del área se define por la línea de costa en el Golfo de México, el límite Oeste por la carretera Veracruz-Poza Rica y los límites Norte y Sur por el marco del esquema, garantizando en ambos casos la inclusión de toda el área de manglar.

La zona constituye una llanura acumulativa formada por sedimentos lacustres, fluviales y biógenos, en ocasiones inter-estratificados con depósitos marinos. El clima es del tipo Aw2 y se caracteriza por ser cálido subhúmedo, con régimen de lluvias de verano (Travieso-Bello, 2000). La laguna de La Mancha es un típico lagoon costero de trampa de post-barra y post-acantilado; salobre y poco profunda (<3m) y se encuentra en un proceso natural de colmatación. En la cubierta de suelos se pueden encontrar Arenosoles, Histosoles, Gleysoles, Solonchak y Fluvisoles, todos con características zonales del trópico húmedo. La vegetación se compone de bosque de mangles, selva tropical, herbazal de ciénaga tropical, vegetación secundaria, frutales, cultivos y pastos cultivados para la actividad ganadera.

Levantamiento, clasificación y cartografía de los paisajes

Se analizó toda la información cartográfica disponible sobre el territorio (Moreno-Casasola et al., 1982; Geissert y Dubroeucq, 1995; Travieso-Bello, 2000), incluyendo el mapa de paisajes de toda la cuenca a escala 1:65000 (Priego-Santander et al., 2003). Paralelamente, se interpretaron fotografías aéreas pancromáticas de 1988 a escala 1:20000 y de 1995 a 1:37500, para establecer un esquema inicial de la estructura morfológica de los paisajes. Se realizaron 28 estaciones de levantamiento de campo para una densidad aproximada de 9 estaciones por km2 y se analizaron los siguientes datos:

a- Tipo de roca o depósito superficial: Se describió y clasificó los sedimentos o roca encontrada. Básicamente fueron depósitos superficiales y se procedió a distinguir su origen: lacustre, por la preponderancia de materiales limosos; marinos, por el claro predominio de arenas derivadas de pelecípedos marinos; fluvial, por la abundancia de materiales arcillosos; palustre, por la presencia de turbas con distinto grado de descomposición; coluvial, por la clara presencia de acumulaciones coluviales en la zona marginal de una geoforma adyacente de mayor energía del relieve; o la interestratificación de dos o más de ellos.

b- Tipo y génesis del relieve: Se diferenciaron y describieron los distintos tipos de relieve, es decir, las superficies o llanuras acumulativas; los bordes pericauces y perilacustres, que son bordes acumulativos a manera de terrazas acumulativas que aparecen tanto alrededor de la orilla de la laguna como bordeando los cauces fluviales; las protodunas, acumulaciones iniciales de la primera barra litoral interrumpida; las playas, sectores acumulativos de arena en partes del litoral de la laguna; y los islotes, islas de acumulación diferencial existentes al interior de la laguna generalmente cubiertas de manglares. La génesis del relieve se infirió de los materiales que componen a las geoformas; una unidad es fluvial si se encuentra en ella abundancia de materiales de origen aluvial; es lacustre si predominan los sedimentos acumulados en condiciones de tranquilidad hidrodinámica y con abundancia de limos; es palustre si los depósitos son turbas; es marina si está compuesta de arenas biodetríticas derivadas de pelecípedos marinos; es coluvial si se aprecia una clara abundancia de coluvios al borde de una geoforma con mayor energía del relieve. Además, se identificaron las unidades compuestas por cualquier combinación de estos materiales, en cuyo caso se declara una génesis compartida mencionando en primer lugar el proceso que predomina.

c- Periodicidad de inundación de las superficies: La relativamente pequeña dimensión del área de estudio permitió realizar visitas en la época húmeda y en la época seca. Por inundación se entiende que el suelo esté totalmente saturado en agua, con independencia de altura alcanzada por la capa de agua. La periodicidad de inundación se obtuvo de observaciones de campo y se clasificó cualitativamente como 1) superficies permanentemente inundadas, las que están inundadas toda la época húmeda y la mayor parte de la época seca; 2) superficies estacionalmente inundadas, las que están inundadas toda la época húmeda y una pequeña parte de la seca; 3) superficies temporalmente inundadas, inundadas solo una parte de la época húmeda y no durante la seca; 4) superficies estacional y temporalmente inundadas, cuando se inundan toda la época húmeda y la mayor parte de la época seca; y 5) superficies ocasionalmente inundadas, inundadas solo durante eventos hidrometeorológicos extremos, pero donde normalmente el suelo no se satura de agua, ni siquiera durante la época húmeda. Para confirmar la periodicidad de inundación de algunas superficies, se acudió también al conocimiento de los pobladores locales.

d- Composición florística y altura de la vegetación: Se establecieron cuadros de 50×50m en cada estación. En cada censo se identificaron todas las especies de manglar presentes en el cuadro y la cobertura se midió con un densitómetro cóncavo esférico tomando, a partir del centro del cuadro, cuatro medidas de cobertura separadas por 10m, hacia cada uno de los puntos cardinales. Se tomaron como mínimo 30 medidas de altura de cada una de las especies presentes y para la clasificación de las asociaciones del manglar, se siguió el criterio de especie dominante a partir del índice de Simpson (Magurran, 1988). Las categorías de altura de las asociaciones de manglar que mejor reflejan el universo de estudio son: muy bajo (h£8m), bajo (h=8-11m), medio (h=11-14m), alto (h=14-17m), y muy alto (h£17m).

e- Propiedades morfogenéticas del suelo: En cada estación se perforaron calicatas hasta una profundidad de ~2,5m como máximo y se registraron las propiedades morfológicas organolépticas del suelo como espesor de los horizontes, color, naturaleza de los materiales que componen el horizonte, textura, estructura, presencia de rasgos de gleyzación, presencia de lentes de moluscos u otros materiales, tamaño y abundancia de raíces y carácter de los límites entre horizontes.

Además, durante el trabajo de campo se verificaron los límites obtenidos en la estereovisión.

El sistema de clasificación de los suelos empleados es el esquema FAO-UNESCO (1998), vigente en México. El diagnóstico de los paisajes se obtuvo de las discontinuidades morfogenéticas del relieve y se fundamenta en el cambio regular de la forma y génesis del relieve, de la periodicidad de inundación y de la asociación de los suelos con las comunidades vegetales. La taxonomía de los geocomplejos se logró según esquema integral de componentes naturales de acuerdo con Mateo (2002), subordinando a la morfogénesis del relieve el resto de los componentes, pero observando la asociación genética del relieve con los depósitos y los suelos y la influencia de la periodicidad de inundación en la distribución de la vegetación.

La Tabla I resume el procedimiento para la clasificación y cartografía de los paisajes, el cual se basa en la propuesta de Mateo (1984, 2002). Toda la información, incluyendo el ajuste y restitución de los materiales aerofotográficos, se integró, procesó y editó con la ayuda de aplicaciones de SIG Arc/Info 8.0.1 (ESRI, 1999a) y Arc View 3.3 (ESRI, 1999b). La escala de trabajo fue 1:20000 y la edición final se hizo, aproximadamente, a 1:25000. Como no se cuenta con base topográfica a escala 1:25000, se decidió editar un esquema y no un mapa. La caracterización de las unidades resulta de la integración de los resultados del trabajo de campo y la síntesis final de gabinete. En la representación cartográfica se emplearon los métodos del fondo cualitativo, así como símbolos numéricos y lineales.

Resultados y Discusión

Factores de diferenciación de los paisajes

El papel preponderante en la diferenciación físico-geográfica corresponde al factor geólogo-geomorfológico, que condiciona la subdivisión del área en cinco localidades (ver esquema de paisajes en http://indy2.igeograf.unam.mx/ua_morelia/_private/paisaje_lamancha.pdf), considerando la llanura cubierta por humedales y las unidades adyacentes. La disposición y diferente pulsación de los bloques neotectónicos ha determinado la presencia de la depresión tectónico-abrasiva, en cuyo zócalo se han depositado diversos materiales hasta conformar la planicie acumulativa actual. La cercanía o lejanía a la línea de costa condiciona una mayor o menor participación de materiales fluviales en los depósitos que han rellenado la depresión. Esto, junto a la diversa interdistribución de sedimentos fluviales, lacustres, marinos y palustres, así como breves diferencias altimétricas o de la potencia de los depósitos, generan importantes variaciones en la periodicidad de inundación de las superficies, patrón que parece guiar también la distribución de la vegetación y los suelos.

Características de los paisajes

Se distinguieron 5 localidades, 6 comarcas y 28 subcomarcas (ver esquema de paisajes en http://indy2.igeograf. unam.mx/ua_morelia/_private/paisaje_lamancha.pdf). En la Tabla II se aprecian los índices diagnósticos y las definiciones de las unidades de paisajes del nivel local.

La distinción de comarcas y subcomarcas se hizo únicamente para aquellas localidades que presentan manglares, es decir, 3 localidades no fueron diferenciadas en unidades inferiores por no ser de interés a los objetivos de la investigación. A continuación se presenta una breve descripción de las unidades superiores con la finalidad de hacer más explicita la leyenda. En la misma, las localidades se designan por un número romano (IV) para el caso de las que fueron diferenciadas en unidades inferiores por poseer cobertura de manglar y por un número romano y un color para el resto, las comarcas por un número romano seguido de punto y un número natural (II.2), así como un color en el caso de las que resultaron diferenciadas y las subcomarcas por números naturales sucesivos (24, 25, 26).

Localidad I. Depresión tectónico-abrasiva. Está formada por depósitos aluviales, marinos y lacuno-palustres de textura limo-arenosa, que rellenaron el zócalo abrasivo costero con posterioridad a la estabilización de los bloques tectónicos. Acorde con su situación limítrofe entre los geosistemas litorales e interiores, se puede apreciar una notable diferenciación de suelos, que incluye Gleysoles, Fluvisoles, Histosoles, Solonchak y Arenosoles. Se compone de tres unidades intermedias: a) una llanura lacuno-palustre, compuesta de la inter-estratificación de materiales lacustres y biógenos; b) una llanura deluvio-coluvial, resultado de la acumulación gravitacional existente al pie de las colinas volcánico-abrasivas; y c) una llanura lacuno-fluvio-palustre, que ocupa la mayor extensión superficial y se compone de la mezcla de materiales lacustres, aluviales y biógenos inter-estratificados en ocasiones, lo que indica la dinámica de las condiciones hidroclimáticas específicas en el pasado reciente.

Localidad II: Elevaciones marino-eólicas (protodunas). Se trata de las áreas iniciales de acumulación marino-eólica para formación de dunas en una franja que debió ser el primer intento de formación de la barra costera litoral pero, al parecer, el proceso de formación de la duna quedó interrumpido al consolidarse la barra litoral actual y hoy se pueden encontrar estos remanentes de dunas al interior del manglar, por lo que se propone llamarlos protodunas. Se componen de conglomerados arcillo-arenosos y depósitos de arenas biodetríticas. El conglomerado arcillo-arenoso está poco consolidado y resulta de la invasión de materiales aluviales que han penetrado la matriz arenosa biodetrítica inicial. La cobertura edáfica es de Fluvisoles en la periferia de las protodunas, donde la influencia fluvial ha sido considerable sobre las arenas derivadas de pelecípedos marinos, y de Arenosoles hacia las partes más altas de las protodunas. La cubierta vegetal incluye selva baja subcaducifolia en las partes más elevadas y manglar en las partes más bajas.

Localidades III, IV y V: Son las unidades de paisajes superiores que rodean a las unidades anteriores. Carecen de interés para esta investigación por no poseer cobertura de manglares. Priego-Santander et al. (2003) caracterizaron la estructura y composición de estos geocomplejos a escala 1:65000, por lo que no se considera necesaria su consideración ulterior.

Correspondencia espacial entre estructura abiótica del paisaje y comunidades de manglar

Como se aprecia en la Tabla III, los bosques más altos de manglar se presentan únicamente en la superficie lacuno-fluvio-palustre. Como esta zona se encuentra influida por las inundaciones tiene una mayor carga de nutrientes, lo que quizás ha propiciado un mayor desarrollo del dosel y además, aquí se pueden encontrar 10 de las 13 comunidades de manglar. Las protodunas solo sostienen bosques bajos de Conocarpus erectus, mientras que los otros tipos genéticos reportan bosques de muy bajos a medios y hasta cuatro comunidades del total de trece presentes en el área.

Las superficies son la forma del relieve que acumula la mayor cantidad de comunidades. Los islotes y los bordes solo sostienen manglar monodominante de Rhizophora mangle, que en los bordes acumulativos fluviales posee altura de 14-17m., mientras las playas no poseen cobertura vegetal.

Los manglares son más robustos cuando las superficies son estacionalmente inundadas o estacional y temporalmente inundadas, o sea, cuando se inundan en la estación húmeda y además, temporalmente en la estación seca del año. Sin embargo, una comunidad mixta de Laguncularia racemosa y Avicennia germinans alcanza la categoría de alta en un área permanentemente inundada. Cuando la inundación es temporal u ocasional, los bosques son bajos o muy bajos y solo en un caso, se alcanza la categoría de altura media en un área temporalmente inundada.

Los suelos Gleysol móllico y Arenosol histo-gléico son los que más tipos de comunidades abarcan. El primero, compuesto de una matriz arcillo-arenosa y rico en materia orgánica con distinto grado de descomposición (turbas fibrosas y alteradas), es el suelo que contiene las comunidades más altas y variadas de manglar. Sin embargo, comunidades robustas (altas y muy altas) también pueden ser encontradas en Gleysol cambi-móllico y en Gleysi-fluvisol móllico. Todos los Arenosoles presentan comunidades de muy bajas a medias y el Fluvisol terri-sódico, que se caracteriza por su elevado contenido en sales, solo sostiene manglar de A. germinans bajo (con problemas de nanismo) y zonas cubiertas con Batis marítima, especies que pueden soportar estas condiciones de salinidad. De 13 combinaciones de tipos y subtipos de suelos, solo es posible encontrar bosques mixtos en 4 de ellas; el resto presentan bosques monodominantes.

De lo expuesto hasta aquí se pueden inferir las siguientes regularidades para el área de estudio:

a- Con la heterogeneidad de la génesis del relieve y la participación palustre y fluvial en la misma, aumenta la complejidad de las comunidades de manglar en cuanto a composición florística y altura: Como se aprecia en la Tabla III, la génesis lacuno-fluvio-palustre, la más heterogénea del área porque involucra a tres procesos morfogenéticos del relieve, acepta 8 comunidades de manglar de 10 posibles y de ellas, 5 asociaciones (manglar mixto) de 6 posibles (sin considerar alturas). Le siguen las génesis lacuno-palustre y deluvio-coluvial con 3 comunidades y de éstas, solo una asociación. Todas las categorías de alturas de las comunidades de manglar se presentan en la génesis lacuno-fluvio-plaustre y ésto no ocurre en los otros tipos genéticos del relieve, pero las clases de alto y muy alto solo se encuentran en este tipo morfogenético.

b- Las superficies (sectores de llanuras) son las geoformas que mayor extensión ocupan y por ende, las que mayor diversidad de comunidades presentan. Entre todas las formas del relieve consideradas (Tabla III), las superficies abarcan 12 de las 13 comunidades de manglar reportadas para el área (considerando composición florística y altura), mientras que los bordes (pericauces y perilacustres) y los islotes solo presentan una comunidad, y las playas no poseen cobertura vegetal.

c- Los manglares son más altos y diversos cuando aumenta la periodicidad de inundación. Estas cualidades disminuyen si la inundación es temporal u ocasional. En la Tabla III se puede apreciar que los bosques altos y muy altos solo ocurren en condiciones de inundación estacional y temporal, estacional, y permanente. Por otra parte, los bosques mixtos se presentan en las mismas condiciones de inundación anteriores, en 7 de 8 casos posibles (87,5%).

d- Los Gleysoles y Arenosoles (en el subtipo histo-gléico) son las coberturas edáficas donde las comunidades de manglar alcanzan su máximo desarrollo, tanto en altura como en riqueza florística. Las comunidades de manglar con categoría de alturas medias a muy altas solo se presentan en suelos Gleysol y Arenosol histo-gléico, salvo un caso que aparece en Gleysi-fluvisol (Tabla III). Esto indica que las condiciones de mayor periodicidad de inundación y de anerobiosis en el suelo, clásicas de la gleyzación y que retardan la descomposición orgánica, coinciden espacialmente con los manglares más robustos. Por otro lado, los bosques mixtos presentan un comportamiento muy similar pues, salvo 2 casos de 9 en que la comunidad se sustenta sobre Fluvisol terri-sódico y Fluvisol Gleyi-móllico, el resto de las asociaciones (77,7%) aparecen sobre Gleysoles o Arenosol histo-gléico.

Estos elementos deben ser considerados en futuras acciones de ordenamiento ecológico y en planes de manejo forestal. Además, futuras investigaciones deben estudiar si estas regularidades se comportan como patrones geográficos en la planicie costera del Golfo de México. Por lo pronto, permiten elaborar hipótesis cartográficas para los manglares adyacentes de esta franja litoral.

Reflexiones sobre la Cartografía de Manglares

La cartografía de manglares es una tarea compleja y engorrosa. Distintas experiencias indican que es más frecuente la caracterización de la cobertura vegetal del manglar que la cartografía de sus complejos naturales; sin embargo, implementar un enfoque que permita el levantamiento de los manglares como unidades integrales es una necesidad imperiosa. La Tabla IV resume algunos de los enfoques, sin pretender abarcarlos todos, que se han empleado para la elaboración de mapas de manglares.

Thom (1967) realizó un levantamiento de los manglares del estado de Tabasco, México, y propuso que la microtopografía es el factor que determina su distribución, ya que ésta condiciona el tipo de substrato, nivel de agua, drenaje superficial del suelo y salinidad. Describe tres ambientes morfogenéticos (fluvial, lacustre y marino) dentro de los que se encuentran 8 geoformas y señala que la estructura de los manglares y su distribución espacial, están en función de los cambios de las formas del relieve.

Lugo y Snedaker (1974) propusieron un esquema fisonómico-fisiográfico. Presentan cinco unidades: manglar de borde, ripario, de cuenca (con un tipo especial llamado manglar de hamaca), enano y sobrelavado. Consideran que estas unidades están formadas a partir de las diferencias en los patrones locales de escurrimiento superficial, las mareas y la topografía. El efecto de estos procesos cambia según la posición del manglar con respecto a la línea de costa y de los cuerpos de agua, pero los autores reportan una sola unidad monodominante, el manglar de borde en tanto que las otras presentan bosques mixtos. Cintrón et al. (1978) también propusieron un esquema fisonómico-fisiográfico, pero sin definir claramente las unidades ni proponer niveles jerárquicos. Twilley (1998) planteó un esquema en base a lo propuesto por Thom (1982) y Lugo y Snedaker (1974). Llamó a este enfoque ecogeomórfico y propuso que la diversidad de comunidades de manglar es el resultado de la combinación de procesos geofísicos y geomorfológicos con la dinámica ecológica local. Ello da como resultado diferencias en la estructura del manglar, así como en las respuestas fisiológicas a los cambios en la concentración de nutrientes y a las tensiones ambientales. Lo anterior condiciona que estén o no presentes, uno, varios o todos los tipos ecológicos de manglar (Lugo y Snedaker, 1974) en un determinado escenario regional (Thom, 1982, 1984). White et al. (2002) emplearon el método geoambiental para analizar el ecosistema del delta noroeste del Orinoco a escala 1:250000 y diferenciaron 21 unidades, pero sin detalles sobre la composición florística ni la estructura de la cobertura vegetal, quizás debido a la escala regional.

Al margen de consideraciones teóricas, la mayoría de los autores reconocen al relieve, a veces tratado como topografía, como uno de los principales factores de diferenciación ecológica al interior del manglar. López-Portillo y Ezcurra (2002) llegaron a conclusiones similares en una revisión de trabajos sobre los manglares de México, pues la mayoría de los autores coinciden en que la distribución, composición y fisionomía de las comunidades de manglar están fuertemente influenciadas por la geomorfología. Esta apreciación, que compartimos, coincide con los resultados de Lugo (1997), para quien una adecuada identificación de manglares, incluso de los estados de sucesión ecológica, no es posible sin esclarecer las diferencias en estructura y función debidas a la geomorfología, gradientes ambientales y procesos de perturbación regionales. Sin embargo, llama la atención que los suelos solo aparecen explícitamente en el enfoque físico-geográfico complejo, pues en otros esquemas o bien están mezclados con la litología (substrato) o no son considerados.

Otro problema es la falta de definiciones e índices diagnósticos y la ausencia de unidades taxonómicas. Esto indica la necesidad de profundizar teórica y metodológicamente, en la clasificación y cartografía integral de manglares, pues solo entonces se podrán definir unidades concretas para cada escala de levantamiento. Por otra parte, es imperioso unificar criterios sobre las unidades inferiores y su nomenclatura. En este sentido, sería interesante implementar proyectos que pongan a prueba la eficacia de cada enfoque para la diferenciación de las distintas comunidades al interior del manglar. Por ejemplo, la propuesta de Lugo y Snedaker (1974) es muy elocuente en la distinción fisionómica de manglares y sería importante esclarecer sí tales diferencias coinciden también con variaciones morfogenéticas del suelo y el relieve. Por otro lado, el método paisajístico logra distinguir las unidades inferiores por las diferencias en suelos y periodicidad de inundación (al interior de un mismo tipo genético del relieve), pero no sabemos si tales diferencias tienen expresión fisionómica en la propuesta de Lugo y Snedaker (1974).

También es necesario unificar criterios sobre las diferentes escalas de levantamiento. La Tabla V ofrece datos comparativos de la presente área de estudio a dos escalas y parece evidente que el enfoque físico-geográfico complejo permite obtener diferencias importantes cuando varía la escala de edición y levantamiento. Sin embargo, no se encontró en la literatura ejemplos de aplicación a diferentes escalas de los restantes enfoques. De hecho, para varios de ellos no se define la escala de trabajo (Tabla IV).

Lo anterior señala la necesidad de unificar criterios y enfoques. Esto solo será posible mediante la integración de las distintas aproximaciones, una tarea que debe implementarse cuanto antes, en aras de lograr un esquema de clasificación aceptable para diferentes propósitos y que permita realizar comparaciones válidas entre resultados de diferentes entidades geográficas.

Finalmente, es importante insistir en la vigencia de las fotografías aéreas pancromáticas para el levantamiento y clasificación de manglares, sobre todo a escalas muy detalladas (t 25000), pues como afirman Green et al. (2000) muchas de las comunidades de manglar casi no se diferenciarían por datos de satélites, debido a su complejidad y a las pequeñas dimensiones de las mismas. Lo anterior no desmerita el análisis y procesamiento de imágenes de satélites, que en México han probado ser de gran utilidad para la cartografía de aspectos fisiológicos del manglar (Kovacs et al., 2005) y para el análisis de patrones de cambios de uso del suelo y fragmentación de estos bosques (Berlanga-Robles y Ruiz-Luna, 2002) entre otros muchos aspectos, sino que sugiere la utilidad de las fotografías aéreas para el levantamiento a escala detallada de estas comunidades, sobre todo con propósitos prácticos de manejo y conservación.

Decidir entre el uso de fotografías aéreas o imágenes de satélites para emprender la cartografía de manglares, dependerá de factores como la disponibilidad de recursos, la superficie del área de estudio y las limitaciones de tiempo, entre otros. Sin embargo, para el caso de ordenamiento ecológico de pequeñas áreas de manglares (<50km2) debe considerarse lo señalado por Green et al. (2000) en el párrafo anterior y deberá tenerse en cuenta lo que apuntan algunos autores (Murai, 1999; Foote y Huebner, 2002), referente a que para obtener un mapa a escala 1:25000 se deberá contar con una imagen con resolución de al menos 2,5m y para obtener un mapa a escala 1:10000 es necesaria una resolución de 1m, mientras que un tamaño de pixel de 25m apenas alcanza para una escala óptima de 1:250000.

Conclusiones

El enfoque de Geografía del Paisaje proporciona un inventario adecuado del área de estudio en cuanto a morfogénesis del relieve, composición litológica, periodicidad de inundación, comunidades de manglar y suelos, ofreciendo información cartográfica básica sobre su distribución espacial.

El principal factor de diferenciación en el territorio es el geólogo-geomorfológico, expresado en la morfogénesis del relieve y su composición litológica, pues condiciona la existencia de cinco localidades de paisajes. La distancia a la línea de costa, la interdistribución de materiales acumulativos y pequeñas diferencias altimétricas también ejercen un importante papel como factores de diferenciación, pues se relacionan con la distinta periodicidad de inundación de las superficies.

El territorio estudiado se caracteriza por la heterogeneidad, pues se lograron distinguir 5 localidades, 6 comarcas y 28 subcomarcas de paisajes, todo ello en aproximadamente 300ha y a escala de edición 1:25000. Con la diversidad de la génesis del relieve y la participación palustre y fluvial en la misma, aumenta la complejidad de la composición florística y altura de las comunidades de manglar. La mayor riqueza de mangles se presenta en las superficies estacional y temporalmente inundadas y sobre Gleysoles y Arenosoles del subtipo histo-gléico. Estas regularidades pueden ser premisas para elaborar hipótesis cartográficas en las zonas de manglares adyacentes de la planicie costera del Golfo de México.

El esquema de paisajes sirve de base para futuros propósitos de ordenamiento ecológico, pues brinda información esencial para implementar políticas ambientales de uso y conservación de recursos naturales. Es imperioso unificar criterios entre los distintos enfoques para la cartografía de manglares. Solo entonces se podrán contrastar territorios diferentes y enunciar regularidades regionales.

Agradecimientos

Este trabajo se realizó como parte de los requisitos del Posgrado en Ecología y Manejo de Recursos Naturales del INECOL, para lo cual el primer autor recibió una beca CONACYT. Los autores agradecen el apoyo brindado al Proyecto SEMARNAT-2002-CO1-0126 "Sistema costero del estado de Veracruz: fisiografía, geomorfología, riesgos y ecología de manglares y dunas costeras. Implicaciones para su manejo" y al Proyecto SEMARNAT–2002-C01-0133 "Eco-regionalización como base para la evaluación de la aptitud del territorio."

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