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Gaceta Médica de Caracas
versión impresa ISSN 0367-4762
Gac Méd Caracas v.113 n.3 Caracas jul. 2005
Ética y Maimónides
Dr. Augusto León C.
(º) Rambam, acrónico hebreo formado por las iniciales de las palabras Rabbi Moses Ben Maimón.
Sesión Extraordinaria del 11 de noviembre de 2004.
Conmemoración del 800 aniversario del fallecimiento de Maimónides.
Recuento biográfico
Maimónides, también conocido por Rambam (º), filósofo y maestro de la literatura rabínica, nació en Córdoba, España, el 31 de marzo de 1135. En 1148 su familia se trasladó a Fez (Marruecos), huyendo de la invasión de los almohades cuando apenas contaba trece años de edad. Cinco años después viajó a Palestina donde la situación era muy inestable. La pequeña comunidad hebrea se enfrentaba por una parte al peligro de las cruzadas de la cristiandad y por la otra al de las fuerzas musulmanas. Al poco tiempo se refugiaron en Fostat (El Cairo, Egipto). Allí, a pesar de su vida azarosa, Maimónides estudió el texto bíblico y sus comentarios, medicina, astronomía y matemáticas. Su fama se extendió rápidamente hasta ser nombrado médico de la corte del sultán Aladino y jefe de la comunidad hebrea de El Cairo. Sus conocimientos alcanzaron tanta fama al extremo de que el rey Ricardo Corazón de León intentó, desde la remota Inglaterra, conseguir sus servicios como médico personal.
Maimónides casó en época muy temprana de su vida, pero su esposa falleció al poco tiempo lo mismo que su hijo de pocos años. Posteriormente contrajo matrimonio en Egipto. En 1186, a la edad de 51 años, nació su único hijo, Abraham, a quien educó en la filosofía talmúdica y orientó hacia el estudio de la medicina. Maimónides murió a los 69 años, el 13 de diciembre de 1204. En los últimos años sufrió un grave padecimiento que le obligó a guardar cama durante 1 año. Según la leyenda fue enterrado en el patio de la sinagoga a la cual él asistía. Después sus restos fueron trasladados de Egipto a Israel y se hallan enterrados en Tiberíades. El pueblo erigió un monumento a su maestro con estas palabras: "No hubo nadie de Moisés a Moisés, comparable a Moisés" (1).
El pensamiento filosófico de Maimónides se encauzaba en la línea dominada por el platonismo y el aristotelismo (con preponderancia de este último) que intenta conciliar la religión con la filosofía. Su obra influyó extraordinariamente en los grandes escolásticos del siglo XIII (2). Fue un escritor prolífico. Escribió sobre medicina, astronomía y fundamentalmente filosofía. Su primera gran obra fue el Cementerio de la Misná, colección de comentarios rabínicos basados en lo que los judíos consideraban la ley oral. Allí describe los "Trece Principios de Fe", prototipo de una serie de formulaciones del credo judío (3).
Muchos consideran su obra magna la Mishné Torá (3). La escribió en hebreo bajo forma de conjunto ordenado de catorce libros divididos temáticamente. Para algunos la obra más conocida de Maimónides fue la Guía para el Perplejo, a la cual dedicamos un comentario especial. Las Cartas de Maimónides marcaron época en el género epistolar. Fue, quizás, el primer corresponsal judío cuya producción se conserva prácticamente en su totalidad. Apelaba a la mente y al corazón de los destinatarios y variaba su estilo para llegar a cada uno de ellos.
Dos notables médicos venezolanos lamentablemente fallecidos: Henrique Beníam Pinto y Joel Valencia Parparcén fueron estudiosos apasionados de la obra de Maimónides.
Cito un párrafo de la Conferencia de Benaím del 30 de marzo de 1964 para los alumnos del 3er año de medicina en el auditorio del Hospital Universitario de Caracas (4):
"Maimónides no fue un judío ortodoxo porque en sus razonamientos chocaba contra la tradición religiosa hebraica. No era bien visto por el tribunal salínico de Tolosa que lo expulsó de la congregación hebrea. ¿Por qué no le gustaba mucho Maimónides a otros rabinos?. Porque trataba de filosofar con la religión. Influido por las ideas de Aristóteles trató de interpretar el judaísmo en forma social. Maimónides fue, con Santo Tomás en la iglesia cristiana, un aristotelizante. Tuvo que entrar en conflicto con las interpretaciones tradicionales y en este aspecto fue poco comprendido. Las iglesias se mantienen gracias a una interpretación que deja poco margen a la reflexión individual pues el dogma tiene que ser aceptado en su totalidad. Se comprende que así sea porque si no se disgregan las estructuras y se establecen los cismas".
Joel Valencia Parparcen publicó 2 libros sobre Maimónides: "Del Juramento de Maimónides a la Declaración de Helsinki" (5), en 1971 y el "Panegírico de Maimónides el Español" (1) en 1985. Son valiosas contribuciones para el mejor conocimiento de este personaje. El tiempo de que dispongo no me permite destacar su importancia. Extraigo un fragmento del prólogo de la última de las obras citadas:
"Fue Maimónides figura excepcional. Siendo judío sostenía una tesis de convivencia humana sobre la base de un mejor comportamiento entre los hombres y su vida se da la mano con la Declaración de Helsinki", donde precisamente se destacan los derechos humanos alterados por hombres sin escrúpulos, por médicos sectarios que cometieron actos criminales que niegan la ética médica y la moral de Maimónides".
En la obra "Ética en Medicina" la cual publicara en 1973, al referirme a la "Guía para el Perplejo", (6), expreso:
"La traducción de la Guía para el Perplejo (Dalalat at-Heirin) del texto árabe fue realizada por M. Friedlander (7) a fin de colocar al alcance de los estudiantes de literatura y teología hebrea, el pensamiento de Maimónides. Esta obra la dedicaba Maimónides a los estudiantes sometidos al conflicto entre las ideas religiosas y el pensamiento filosófico. Básicamente trata de hallar un acuerdo entre la interpretación del Antiguo Testamento y la filosofía aristotélica. Luego de analizar las ideas del Antiguo Testamento por medio de "homínimos", intenta una reconciliación entre la filosofía y la religión y expone sus conclusiones personales en relación al aristotelismo contemporáneo. Esta obra ha sido reconocida como un trabajo clásico, y ha influido, indudablemente, en el pensamiento judío y cristiano de la Edad Media. Su lectura es necesaria para comprender el pensamiento de los escolásticos, tales como Santo Tomás de Aquino y Scotus, e indudablemente para todo el interesado en el judaísmo y la filosofía medieval"·.
Maimónides, igual que Aristóteles, sostenía que la filosofía constituye esencialmente un conocimiento del vivir. El énfasis debe residir en la auto preservación e integridad sin compromisos en la relación con otros seres humanos y el temor a Dios con motivo fundamental, ya que pecar contra Dios es sinónimo de ofensa contra uno mismo (1).
Debe considerarse a Maimónides un renacentista que se adelantó al Renacimiento. Su insistencia en que la fe debe ser consecuente con la razón le llevó a criticar con vehemencia la superstición religiosa. Debe admitirse que Maimónides redefinió el curso y contenido del judaísmo (3).
El legado médico de Maimónides
Los maestros que guiaron a Maimónides en el campo de la medicina fueron, fundamentalmente, Avicena (980-1037) y Averroes (1126-1198), quienes mantenían un pensamiento aristotélico y describían la doctrina de este filósofo como punto principal para el estudio de la medicina y el arte de ser médico.
Maimónides hizo grandes contribuciones a la práctica médica. Se han podido identificar varios libros escritos por él sobre temas médicos esencialmente durante su permanencia en Fostat (8,9).
En Aforismos expresa: "La pretensión del investigador no debe llevarle a creer en algo que no pueda demostrarse por medio de experimentos científicos y razonamientos humanos". Con ello ratificaba su posición racionalista contra la superchería en medicina. En Régimen Sanitario defendió con convicción la tesis de que "la salud general depende principalmente de la paz del alma de la persona". Extractos de Galeno es una selección de lo que Maimónides consideraba más relevante entre los 100 libros escritos por dicho autor. Lo dedicó a los estudiantes de la medicina griega. En Comentario sobre los Aforismos de Hipócrates polemiza y adopta un punto de vista contrario de la tradición clásica. Cuando Hipócrates afirma que "un varón nace del ovario derecho y una hembra del ovario izquierdo" Maimónides comenta irónico: "Hay que ser un profeta o un genio para saber esto". Aforismos médicos de Moisés contiene 1 500 aforismos basados principalmente en la medicina griega y divididos en 25 capítulos en diferentes áreas de la medicina. Afirma: "si una persona está alterada emocionalmente o se encuentra en un estado de agitación mental, su bienestar físico sufre y eventualmente puede llegar a enfermar su cuerpo". En el Régimen de la salud expone gran variedad de recomendaciones higieno-dietéticas y del uso de medicamentos, influencias del clima, ocupación, domicilio, actividad sexual y actividad física.
Maimónides intentó definir el orden lógico de cuanto existía. Rechazó la fe ciega y para todo exigió explicaciones basadas en lo que él consideraba pruebas racionales y lógicas. Esta inclinación innata lo llevó a escribir su brillante obra la Mishná Torá, a la cual hiciéramos alusión a propósito de la revisión biográfica (8,9). Escribió la obra en un hebreo de magistral claridad y fluidez. Este código, perfectamente organizado fue un logro revolucionario y dio nueva vida a un judaísmo en el que el hombre de término medio ya no podía identificarse ni era capaz de asimilar.
El pensamiento ético de Maimónides
Maimónides estableció un modelo para las vinculaciones entre la filosofía no de carácter especulativo sino racional y el conocimiento científico por un parte y la teología o conocimiento basado en la fe por la otra (10).
Las Cartas de Maimónides (10), anteriormente citadas, fueron escritas originalmente en las lenguas árabe y hebrea. Su estudio es crucial para el conocimiento de la clásica filosofía hebrea. Reflejan su experiencia ante las diversas situaciones críticas de su vida. Una de ella la dedicó a "las instrucciones de orden ético para su hijo Abraham", afirmando que no habría incluido tales regulaciones en el campo de la ética profesional para su hijo si él no hubiera adoptado tales reglas de conducta en su propia vida. Invocaba su extraordinaria determinación en la búsqueda de la "luz de la razón" para cada disciplina o esquema de pensamiento.
En la ética Maimónides introduce el "elemento social". Es el rasgo fundamental que lo distingue de otros. Se enumeran a continuación algunas de las "conclusiones morales" a que llegó:
1. El fin de la existencia humana es producir lo más perfecto que producir se pueda.
2. Esta entidad perfecta es el hombre, que posee el intelecto adquirido.
3. El máximo deber moral es, pues, que el hombre logre alcanzar el fin para el cual fue creado.
4. El bien moral es el logro de ese fin.
5. Una acción es buena o mala en cuanto coadyuve o turba al hombre en su esfuerzo de lograr el fin de su existencia, esto es: la traducción en acto de su intelecto.
6. Todas las acciones humanas sólo tienden a sostener la resistencia a fin de que el ser pueda llegar al cumplimiento de su única acción.
7. Pero además del trabajo intelectual necesario para la realización del fin, es condición sine qua non, el perfeccionamiento moral. De modo que en la primera escalada de las buenas acciones se marcan dos direcciones: la primera hacia lo especulativo; la otra hacia la práctica, la acción. En la primera parte tienen importancia los estudios de las ciencias indispensables para el conocimiento del mundo; en el aspecto práctico aquellas obras humanas que conducen al perfeccionamiento moral.
8. Mientras que en la minoría selecta se concreta la forma más perfecta, la mayoría implica el instrumento para la creación de las condiciones necesarias para la existencia de esa minoría. Establécese así un criterio moral más amplio y más factible de ser aplicado: un criterio social.
9. Todo lo útil a la sociedad en el motivo de su existencia o de su misión, es bien moral; todo lo que sea nocivo es mal. A este criterio no pueden sustraerse ni la mayoría ni la minoría. La mayoría porque su existencia no tiene fin alguno fuera de la participación en la vida social cuyo objeto se ha establecido. Y la minoría porque debe velar por el mejoramiento social, ya que cuanto más perfecta sea la sociedad, tanto más frecuente ha de ser la emancipación individual del intelecto en acto y en proporciones mayores.
10. Todas las actividades humanas que contribuyen al perfeccionamiento social tienen importancia moral en cuanto ayudan a crear el ambiente necesario para que pueda actualizarse en forma más perfecta.
11. En conclusión, el soporte fundamental de la ética de Maimónides es, en toda circunstancia, el elemento social.
Las admoniciones de Maimónides de carácter ético, dirigidas a la profesión médica, mantienen en la actualidad sorprendente vigencia. Se hallan contenidas en la Plegaria del médico y en la Invocación (6).
Extraemos algunos párrafos de la Plegaria del médico (6).
"Dios Todopoderoso, inspírame con mi amor por mi arte y tus criaturas. No permitas que la sed de ganancias o que la ambición de gloria y admiración hayan de interferir en la práctica de mi profesión, pues éstas son los enemigos de la verdad y del amor a la humanidad, y pueden descarriar en el noble deber de atender el bienestar de tus criaturas. Sostén la fuerza del cuerpo y de mi espíritu a fin de que esté siempre dispuesto con ánimo a ayudar y sostener al rico y al pobre, al bueno y al malo, al amigo y al enemigo. Haz que en el que sufre yo no vea más que al hombre. Ilumina mi mente para que reconozca lo que se presente y para que sepa discernir lo que está ausente o escondido. Que no deje de ver lo que es visible, pero no permitas que me arrogue el poder de ver lo que no puede ser visto, pues delicados e infinitos son los límites del gran arte de preservar las vidas y la salud de tus criaturas. No permitas que me distraiga. Que ningún pensamiento extraño desvíe mi atención de la cabecera del enfermo o altere mi mente en sus silenciosas labores, pues grandes y sagradas son las reflexiones requeridas para preservar la vida de tus criaturas.
Dios Todopoderoso, tú me has elegido en tu misericordia para velar sobre la vida y la muerte de tus criaturas. Ahora estoy libre para practicar mi profesión. Ayúdame en este gran deber para que así se beneficie la humanidad, pues sin tu ayuda ni lo más mínimo tendrá éxito".
En otra versión de la Plegaria del Médico se lee lo siguiente (1):
"Concédeme siempre fuerzas, tiempo y ocasión para corregir lo adquirido. Hoy puedo creerme seguro de mi conocimiento y mañana obtener una nueva luz que me permita reconocer el error anterior, porque nada es definitivo ni terminante ante el avance continuo de la historia y de la ciencia. Haz que mi espíritu esté siempre alerta; que junto a la cama del enfermo ninguna cosa extraña turbe su atención; que nada lo altere durante sus trabajos silenciosos. Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte; que obedezcan mis prescripciones e indicaciones. Arroja de mi lado todos los curanderos y a multitudes de parientes "aconsejadores" y "sabios". Hazme humilde en todo pero no en el gran arte".
Invocación
"Dios llena mi alma de amor por el arte y por todas las criaturas. Aparta de mi la tentación de que la sed de lucro y la búsqueda de la gloria influyan en el ejercicio de mi profesión. Sostén la fuerza de mi corazón
para que esté siempre dispuesto a servir al pobre y al rico al amigo y al enemigo, al justo y al injusto
Haz que no vea más que al hombre en aquel que sufre. Haz que mi espíritu permanezca claro en toda circunstancia: pues grande y sublime es la ciencia que tiene por objeto conservar la salud y la vida de todas las criaturas.
Haz que mis enfermos tengan confianza en mí y en mi arte y que sigan mis consejos y prescripciones. Aleja de sus lechos a los charlatanes, al ejército de parientes con sus mil consejos y a los vigilantes que siempre lo saben todo; es una casta peligrosa que hace fracasar por vanidad las mejores intenciones.
Concédeme, Dios mío, indulgencia y paciencia con los enfermos obstinados y groseros,
Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en mi amor por la ciencia. Aleja de mí la idea de que lo puedo todo. Dame la fuerza, la voluntad y la oportunidad de ampliar cada vez más mis conocimientos, a fin de que pueda procurar mayores beneficios a quienes sufren.
Amén"
(Moisés Ben Maimónides, el Español)
REFERENCIAS
1. Valencia Parpacen J. Panegírico de Maimónides El Español. Caracas, Venezuela: Editorial Arte; 1985.
2. Enciclopedia Salvat. Diccionario Salvat Editores, A.A. Vol 8. Maimónides. Barcelona, España; 1972.p.2088.
3. Stistkin LD. Letters of Maimónides. Nueva York: Yeshiva University Press; 1977.
4. Benaim Pinto H. La Moral del Médico. Hipócrates y Maimónides a través de sus Juramentos. Conferencia dictada el 30 de mayo de 1964 en el Auditorio del Hospital Universitario de Caracas a los alumnos del 3er año de Medicina.
5. Valencia Parpacen J. Del Juramento de Maimónides a la Declaración de Helsinki. Caracas: Editorial Arte; 1980.
6. León Cechini A. Ética en Medicina. Editorial Científico-Médica. Barcelona Madrid Lisboa Río de Janeiro México. 1973.
7. Maimónides M. The Guide for the Perplexed. Translated from the original Arabic text by M. Friedlander, Ph.D. 2ª edición. Nueva York: Dover Publications Inc. 1956.
8. Huberman A. Maimónides el filósofo como médico. Revista de Investigación Clínica. INNSZ. México. 1986;II:117-120.
9. Maimonides M. The medical aphorisms of Moises Maimonides. En: Rosner F, Monther S, editores. Brooklyn NY Medical Review. 1970.p.74-82.
10. Menocal MR. Ornament of the world. Little Brown and Co. Boston. Nueva York. Londres. 2002.
continuación de la pág. 396.
Es importante precisar aquí que los de la Biblioteca Nacional no fueron los únicos libros destruidos o saqueados. Las tablillas de arcilla de los sumerios, los primeros libros de la humanidad, de unos 5 300 años de antigüedad, fueron robadas de sus vitrinas de exhibición en el Museo. Entre otros, este centro almacenaba textos de Súmer, Acadia, Babilonia, Asiria y Caldea, Persia y varias dinastías árabes. Si el lector no lo sabe, es necesario decirle que aquí se guardaban las tablillas del Código de Hammurabí, donde aparece el primer registro de leyes del mundo. Asimismo, desaparecieron cientos de tablillas de arcilla aún sin descifrar, alguna de las cuales contenían datos sobre el origen de la escritura. Tablillas con el Poema de Gilgamesh fueron sustraídas. Por fortuna, unas 100 000 tablillas se salvaron porque el cuarto donde estaban depositadas no pudo ser abierto. Y las tablillas de Sippar unas 800 en total de la época neobabilónica, también se cuentan entre los objetos afortunados.
Sobre el número exacto de objetos destruidos o robados, hay divergencias todavía. Primero se dijo que eran 170 000 objetos. El Coronel Matthew Bogdanos, a cargo de las operaciones lo ha desmentido al advertir que fueron unos 13 000 los objetos robados y en una rueda de prensa en 2004 señaló que más de 3 500 objetos fueron devueltos. Al menos unos 1 700 fueron entregados, unos 900 confiscados y más de 750 recuperados en otros países. Reconoció que el patrimonio cultural iraquí que se salvó, fue porque los propios directivos iraquíes del Museo trasladaron 21 cajas a las bóvedas del Banco Central con 6 744 piezas de oro y piedras preciosas. Asimismo otras 5 cajas contenían el tesoro de Nimrud. La bóveda, tras un accidente se inundó y fue necesaria la ayuda de Jason Williams y de la National Geographic para recuperar las cajas.
El segundo hecho que resaltó Bogdanos en su rueda de prensa fue la aparición de la Dama de Warca, mejor conocida como la "Mona Lisa de Mesopotamia". Fue encontrada la segunda semana de septiembre de 2003.
Continúa en la pág. 433