INTRODUCCIÓN
La etapa universitaria se caracteriza por ser un periodo de transición y descubrimiento, en el cual los jóvenes se enfrentan a nuevas experiencias y desafíos, entre ellos, la exploración de su propia sexualidad: cómo deciden vivirla y qué conductas sexuales seguir, ya sean protectoras o de riesgo1.
Los jóvenes universitarios representan un grupo de especial interés en esta materia, ya que suelen estar expuestos a situaciones que pueden favorecer comportamientos de riesgos, como el consumo de alcohol y drogas, presión social y la falta de información adecuada 2, que los conducen a prácticas sexuales sin tomar medidas de protección que aumentan el riesgo de transmisión sexual, riesgo de violencia sexual y embarazos no deseados 3,4.
La adopción de conductas sexuales protectoras implica el uso de métodos anticonceptivos efectivos, la práctica de sexo seguro, la comunicación abierta y respetuosa en las relaciones sexuales, y la búsqueda de pruebas y atención médica adecuada 5. Estas conductas no solo reducen el riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, sino que también promueven relaciones sexuales consensuadas y saludables 6.
Según datos estadísticos de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud Universitaria de 2021 (NCHA/ACHA), aproximadamente el 40 % de los estudiantes universitarios informan haber tenido relaciones sexuales en el último año, según esta encuesta esta cifra se destaca por la relevancia de promover conductas sexuales protectoras entre esta población, ya que suelen estar expuestos a riesgos asociados con la actividad sexual 7.
En estudios realizados en universidades de Latinoamérica Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, se menciona que un 62,8 % de jóvenes brasileños no usan preservativos en la mayoría de sus relaciones sexuales y 50,3 % presentan más de una pareja sexual 8, en cuanto a los jóvenes colombianos un 73 % tienen relaciones sexuales sin condón y un 66,2 % poseen más de una pareja sexual (9. Un estudio realizado en Ecuador refiere que, en el momento de las relaciones sexuales, el 42,7 % no hacen uso del preservativo, un 71,3 % ha tenido actividad sexual (coito) bajo los efectos del alcohol y el 6,1 % de los jóvenes poseen más de 2 parejas coitales 10. Por otro lado, en un estudio peruano, de un total de 202 estudiantes universitarios, 31 % no usó métodos anticonceptivos en su primera relación sexual, 10 mujeres y 18 varones respondieron que tuvieron más de dos parejas sexuales, en cuanto al consumo de drogas y alcohol antes del acto sexual, 7 varones refieren haber consumido uno o ambas drogas 11.
A nivel nacional, según un estudio realizado en el Norte de Chile, se evidenció que más del 68 % de la población de adultos jóvenes practicó diferentes conductas sexuales de riesgo, como el uso infrecuente de preservativos para la actividad sexual; se determinó que más del 40 % tuvo múltiples parejas sexuales y el 40 % consumió alcohol y drogas 12. Otro estudio realizado en Osorno, al sur de Chile, se menciona que un 27,2 % nunca ha usado condón en la actividad sexual y un 36,4 % refirió usarlo de vez en cuando 13.
Con los datos antes mencionados se ha estudiado que las conductas sexuales de riesgo pueden disminuir si se entrega una educación sobre salud sexual en las instituciones educacionales 14. Una investigación realizada en la ciudad de Concepción refiere haber implementado dicha educación en 51 colegios desde el año 2010, donde evaluó la tasa de embarazo adolescente, uso de métodos anticonceptivos, violencia sexual e infecciones de transmisión sexual; en los resultados se refleja la disminución del embarazo adolescente y un leve aumento en el uso de métodos anticonceptivos hormonales 15.
Es importante aclarar algunos conceptos que son importantes al momento de poder entender lo que se consulta a través del cuestionario, aspectos tales como: el uso de condón como método de barrera usado como medida protectora; la asertividad y la comunicación en pareja, ambas relacionadas con la habilidad de expresar opiniones y deseos a través de la comunicación con la pareja 16; el comportamiento riesgoso muestra conductas de riesgo al momento de tener relaciones sexuales y su frecuencia; el consumo de sustancias evalúa el uso de sustancias al momento de tener relaciones sexuales; evitar el sexo anal y evitar fluidos corporales, ambas son usadas para medir conductas de riesgo 8,17.
De acuerdo con lo expresado, es así como en esta investigación se buscó identificar las conductas sexuales de riesgo en los jóvenes universitarios con el objetivo de poder determinar la conducta sexual protectora en estudiantes de una universidad de Chile.
MÉTODOS
Se llevó a cabo un estudio cuantitativo, descriptivo, de corte transversal. La población estuvo compuesta por 600 estudiantes del primer año de una universidad privada de la ciudad de Chillán, Chile. La muestra fue determinada por la calculadora muestral NESQUET con un 5 % de error y un 95 % de confianza; se seleccionaron 234 alumnos.
Dentro de los criterios de inclusión: universitarios de primer año de una universidad privada, que deseen participar de manera voluntaria y que hayan iniciado actividad sexual. Por otro lado, los criterios de exclusión fueron: Aquellos que hayan dejado la encuesta sin completar y que no hayan firmado el consentimiento informado.
Para determinar las conductas sexuales protectoras se utilizó el Cuestionario de Conducta Sexual Segura (CCSS) este cuestionario nace de Safe Sex Behavior Questionnaire (SSBQ) con un a de Cronbach de 0,82, en Polonia 18. También fue validado en el contexto chileno entre los años 2018 y 2019 en una población de 222 estudiantes universitarios, arrojando un a de Cronbach de 0,79 19. Este cuestionario está formado por 4 preguntas sociodemográficas y 23 preguntas que conforman seis subescalas diseñadas para medir conductas sexuales seguras: comportamiento riesgoso, uso del condón, asertividad y comunicación con la pareja, consumo de sustancias, evitación del sexo anal y evitación de fluidos corporales 18,20. Las respuestas a cada ítem van desde nunca, equivalente a 1, y siempre, equivalente a 4; el puntaje más alto que puede alcanzar el instrumento es de 92 puntos, indicando prácticas sexuales seguras, mientras que el puntaje mínimo es de 23 puntos, lo que refleja comportamientos sexuales de alto riesgo 20.
El cuestionario fue aplicado en los meses de julio a septiembre de 2023. La primera fase de esta investigación se llevó a cabo mediante la aplicación autoadministrada del cuestionario, el cual se implementó en la plataforma Google Forms y fue enviada a través de los correos institucionales. La segunda fase fue aplicada de manera presencial, a través de un código QR con el propósito de alcanzar la muestra necesaria.
Para este estudio descriptivo, se utilizó el software estadístico SPSS v25. Se emplearon técnicas descriptivas como el cálculo de frecuencias y medidas de tendencia central, para obtener una visión general de las conductas sexuales protectoras en los estudiantes de primer año de la universidad de Chillán, Chile.
Con el fin de preservar los principios éticos, este estudio ha obtenido la aprobación del comité ético-científico de la universidad investigada, bajo el dictamen N° 2023-31, del 12.07.23. Se aseguró el anonimato y la confidencialidad conforme a los principios establecidos en la Declaración de Helsinki 21,22.
RESULTADOS
La muestra de estudio fue de 234 alumnos, se observó que el 64,1 % correspondió al género femenino. Se destaca que el 72,2 % correspondió al rango etario de 18-20 años. En cuanto al estado civil, el 93,5 % de la población, tanto hombres como mujeres, se identificó como soltero. En cuanto a la afiliación religiosa, se observó que un 93,5 % de la población se identifica como perteneciente a otras religiones (Tabla 1).
Variables | Frecuencia | Porcentaje (%) |
---|---|---|
Género | ||
Femenino | 150 | 64,1 |
Masculino | 84 | 35,8 |
Estado Civil | ||
Soltero | 219 | 93,5 |
Casado | 11 | 4,7 |
Conveniente civil | 4 | 1,7 |
Religión | ||
Católico | 75 | 32 |
Adventista | 42 | 17,9 |
Evangélico | 31 | 13,2 |
Otros | 86 | 36,7 |
Respecto al puntaje general de la encuesta, se observó una media de 70 ± 8,97, un puntaje mínimo de 44 puntos y un máximo de 99 puntos.
En lo que concierne a los comportamientos riesgosos, destaca que un 80,8 % de los encuestados informaron que “nunca” han mantenido relaciones sexuales en el contexto de una primera cita. Asimismo, se observó que un 79,1 % de los estudiantes afirmaron que “nunca” han tenido relaciones sexuales con individuos que se identifican como bisexuales u homosexuales.
Respecto al uso de preservativo, se observó que un 48,7 % de los alumnos “siempre” insisten en el uso del condón durante las relaciones sexuales, un 47,4 % “siempre” detiene la estimulación para asegurar el uso del condón. El 27,8 % de las personas “a veces” evitan el contacto con el semen o las secreciones vaginales, por otro lado, el 26,1 % declara “nunca” evitar el contacto con fluidos corporales. Se destaca que el 72,6 % “siempre” evita las relaciones sexuales cuando tienen alguna irritación en la zona genital. Un 41,9 % de las personas “a veces” se dejan llevar por el momento y tienen actividad sexual sin condón. Por último, mencionar que del total de alumnos que respondieron el cuestionario, un 40,6 % “siempre” se niega a tener relaciones sexuales si la pareja no está dispuesta a utilizar el condón y el 54,7 % “siempre” lleva un condón como medida preventiva al intuir que el encuentro terminará en una relación sexual (Tabla 2).
Preguntas cuestionario | Frecuencias | Porcentajes (%) |
---|---|---|
P6. Insisto en el uso de condón cuando tengo relaciones sexuales. | ||
Nunca | 18 | 7,7 |
A veces | 39 | 16,7 |
La mayoría de las veces | 63 | 26,9 |
Siempre | 114 | 48,7 |
P8. Detengo la estimulación sexual el tiempo que sea necesario para ponerme el condón (o para que mi pareja se ponga el condón). | ||
Nunca | 33 | 14,1 |
A veces | 33 | 14,1 |
La mayoría de las veces | 57 | 24,4 |
Siempre | 111 | 47,4 |
P10. Evito el contacto directo con el semen o las secreciones vaginales de mi pareja sexual. | ||
Nunca | 61 | 26.1 |
A veces | 65 | 27,8 |
La mayoría de las veces | 51 | 21,8 |
Siempre | 57 | 21,8 |
P15. Evito tener relaciones sexuales cuando tengo lesiones o irritación en mi zona genital. | ||
Nunca | 6 | 2,6 |
A veces | 20 | 8,5 |
La mayoría de las veces | 38 | 16,2 |
Siempre | 170 | 72,6 |
P20. Me dejo llevar por la pasión del momento y tengo relaciones sexuales sin usar condón. | ||
Siempre | 17 | 7,3 |
La mayoría de las veces | 25 | 10,7 |
A veces | 98 | 41,9 |
Nunca | 94 | 40,2 |
P23. Si mi pareja insiste en tener relaciones sexuales sin condón, me niego a tener relaciones sexuales. | ||
Nunca | 43 | 18,4 |
A veces | 60 | 25,6 |
La mayoría de las veces | 36 | 15,4 |
Siempre | 95 | 40,6 |
P16 Si sé que un encuentro podría terminar en una relación sexual, llevo un condón. | ||
Nunca | 36 | 15,4 |
A veces | 27 | 11,5 |
La mayoría de las veces | 43 | 18,4 |
Siempre | 128 | 54,7 |
En la Tabla 3, el 31,2 % de los participantes manifestó que “siempre” indaga acerca de las historias sexuales de sus posibles parejas. Un 46,6 % de los encuestados dijo que “nunca” realiza preguntas en relación a las prácticas bisexuales u homosexuales de sus potenciales parejas. Un 43,6 % opta “siempre” por abstenerse de mantener relaciones sexuales si desconoce el historial sexual de su pareja. En adición, un 29,9 % de la población encuestada no se informa sobre las historias de consumo de drogas de sus posibles parejas sexuales y el 79,1 % reveló que “nunca” le resulta difícil expresar o conversar de sexo con sus parejas.
Preguntas | Frecuencia | Porcentajes |
---|---|---|
P9 A potenciales parejas sexuales les preguntó por sus historias sexuales | ||
Nunca | 70 | 29,9 |
A veces | 60 | 25,6 |
La mayoría de las veces | 31 | 13,2 |
Siempre | 73 | 31,2 |
P12 A mis potenciales parejas sexuales les pregunto por sus historias de prácticas bisexuales/homosexuales. | ||
Nunca | 109 | 46,6 |
A veces | 36 | 15,4 |
La mayoría de las veces | 32 | 13,7 |
Siempre | 56 | 23,9 |
P14 Me abstengo de tener relaciones sexuales cuando no conozco el historial sexual de mi pareja | ||
Nunca | 33 | 14.1 |
A veces | 49 | 20.9 |
La mayoría de las veces | 50 | 21.4 |
Siempre | 102 | 43.6 |
P22 A mis potenciales parejas sexuales les preguntó por sus historias de consumo de drogas | ||
Nunca | 70 | 29,9 |
A veces | 54 | 23,1 |
La mayoría de las veces | 43 | 18,4 |
Siempre | 67 | 28,6 |
P25 Me resulta difícil conversar temas de sexo con mis parejas sexuales | ||
Siempre | 7 | 3,0 |
La mayoría de las veces | 7 | 3,0 |
A veces | 35 | 15,0 |
Nunca | 185 | 79,1 |
En relación con el consumo de sustancias y la evitación de la práctica sexual anal, se observa que el 77,4 % de los participantes en la encuesta manifestaron que “nunca” se han involucrado en el consumo de marihuana u otras sustancias psicoactivas antes o después de mantener relaciones sexuales. Además, el 56,4 % informaron que no consumen bebidas alcohólicas; en el mismo contexto, se observa que un 76,5 % “nunca” tiene relaciones sexuales anales; por otra parte, un 81,6 % “nunca” utilizan condón durante las relaciones sexuales anales.
Respecto a la evitación de fluidos corporales, un 99,6 % de los participantes informaron que “nunca” han mantenido relaciones sexuales con individuos que se inyectan drogas intravenosas. Asimismo, se muestra que un 80,8 % de los encuestados afirmaron que “nunca” utilizan guantes de látex durante la estimulación sexual en casos donde presentan cortes o abrasiones en las manos. Solo un 35,9 % de los encuestados insiste en examinar a su pareja sexual para detectar heridas, cortes o abrasiones en la zona genital. Por otro lado, se evidencia que un 33,8 % “nunca” tiene sexo oral sin el uso de barreras protectoras como el condón. El 55,1 % de los participantes “siempre” evita el contacto directo con la sangre de su pareja sexual.
DISCUSIÓN
Para los resultados sociodemográficos resaltan una marcada predominancia de participantes femeninas, que representan el 64,1 % del total. Este patrón encuentra respaldo en una investigación sobre infecciones de transmisión sexual en Brasil, donde de 173 participantes, un notable 76,8 % eran mujeres 23. Asimismo, otro estudio que empleó el cuestionario SSQB reveló una composición de muestra aún más pronunciada, con un 82,7 % de participación femenina 18. En lo que respecta al estado civil de los participantes se destaca que la gran mayoría con un 93,5 % son solteros, lo que está en concordancia con un estudio realizado a 469 estudiantes sobre la utilización de condón, en donde se encontró que el estado civil que predominaba era la soltería con 89,8 % 24.
En esta investigación se evidenció una media de 70 ± 8,97 puntos, significando que los encuestados si poseen conductas sexuales protectoras; este hallazgo contrasta con los resultados de un estudio en el que se evidenció un porcentaje del 52,2 %, equivalente a 107 de los 205 participantes, presentaban puntuaciones SSBQ por debajo de 78, indicando así niveles más reducidos de prácticas sexuales seguras 25. Otro estudio realizado con esta misma escala describió que los encuestados tienen conductas sexuales de alto riesgo. Las mujeres tenían más probabilidad de adoptar conductas de riesgo como el no uso de condón con un 2,82 26.
En relación con los datos obtenidos sobre comportamientos riesgosos, un notable 80,8 % de los encuestados afirmaron que "nunca" han mantenido relaciones sexuales en el contexto de una primera cita. Este hallazgo sugiere una tendencia predominante de reticencia hacia la intimidad sexual en las primeras etapas de la relación, lo cual puede ser indicativo de ciertos valores culturales o normas sociales presentes en la juventud actual 27. Además, se observó que un significativo 79,1 % de los estudiantes informó que "nunca" han tenido relaciones sexuales con individuos que se identifican como bisexuales u homosexuales. Sin embargo, estos hallazgos contrastan con un artículo que señala que un 24,6 % de hombres y un 17,8 % de mujeres han tenido relaciones sexuales con el mismo sexo 28.
De los datos recopilados en esta investigación se encontró que 114 individuos, correspondientes al 48,7 % afirmó utilizar condón "siempre" en sus relaciones sexuales, mostrando una marcada preferencia. Estos resultados son similares a otro estudio en México, donde el mayor porcentaje correspondiente a un 41 %, indicó el uso frecuente de condones tanto en hombres como en mujeres 29. Es importante destacar que de este estudio un 41,9 % de los participantes, mencionan que “a veces” tienen relaciones sexuales sin condón y se dejan llevar por el momento. Asimismo, se encontró otro estudio que discrepa con los resultados de esta investigación, donde una cifra significativamente menor, el 8,8 %, indicó no haber utilizado el condón bajo el mismo contexto 30. Es destacable mencionar que entre la totalidad de los estudiantes que participaron en respuesta al cuestionario, un 40,6 % afirma "siempre" negarse a mantener relaciones sexuales si su pareja no está dispuesta a utilizar el condón, este porcentaje, aunque representa menos de la mitad de los encuestados se relaciona con otro estudio en el que hubo una mayor prevalencia entre los que informaron no usar condón ni negociar en el uso de este 8. Por otro lado, un 54,7 % de los datos recopilados revela que estos estudiantes adoptan la práctica de llevar un condón "siempre" como medida preventiva. Este resultado subraya una actitud consciente y responsable hacia la salud sexual, evidenciando una consideración activa de la prevención de enfermedades de transmisión sexual 31.
Al examinar las respuestas de las encuestas relacionadas con el ámbito de la asertividad y comunicación en pareja, se destaca significativamente un 79,1 % que indica “nunca” experimentar dificultades al expresarse o dialogar sobre temas sexuales con sus parejas. Este hallazgo sugiere un patrón de comportamiento favorable para la pareja, ya que existe evidencia en la literatura científica que respalda la idea de que, a mayor nivel de asertividad en la comunicación sexual, mayor satisfacción sexual en la pareja 32. Este dato enfatiza la importancia de la habilidad para expresar de manera clara y respetuosa las preferencias y necesidades sexuales en el contexto de la relación, lo cual puede contribuir positivamente a la calidad de la experiencia sexual compartida y una conducta sexual segura 33.
Dentro de la subescala de consumo de sustancias, se presenta que un 77,4 %, elige abstenerse del consumo antes o después de tener relaciones sexuales, indicando que “nunca” lo hacen. Este hallazgo se sustenta con los resultados de otra investigación que menciona que el 76 % de la población no hace uso de drogas 34. Es relevante destacar que el 56,4 % de los participantes elige no consumir alcohol en este contexto. Lo antes expuesto contrasta con los hallazgos de un estudio realizado en España, donde se señala que las relaciones sexuales sin protección son más frecuentes en un 15 % - 17 % de casos en los que se ha consumido alcohol en los últimos 12 meses 35.
Los resultados obtenidos revelan que una mayoría, específicamente el 76,5 % de los estudiantes de primer año, elige no participar en relaciones sexuales anales; el porcentaje elevado coincide con las respuestas recolectadas en una universidad de Brasil donde un 87,9 % prefiere no tener sexo anal 36. Por otra parte, es notable que, entre aquellos que sí participan en relaciones sexuales anales, un porcentaje significativo, el 81,6 %, no utiliza condón en dichas situaciones. En contraste a estos resultados, un estudio realizado en Chile sobre el uso de condón en estudiantes universitarios de carreras sanitarias, evidenció que una baja proporción de los estudiantes un 6,3 % usa constantemente condón, pero el uso es mayor con un 41,9 % en relaciones sexuales anales 17. Esta observación plantea una importante preocupación en términos de prácticas sexuales seguras y la necesidad de concientizar el uso del condón para prevenir enfermedades de transmisión sexual37.
En el análisis, se destaca que el 99,6 % evita relaciones con individuos que se inyectan drogas intravenosas, reflejando una conciencia de reducción de riesgos, esto se ve reflejado en un estudio realizado en Costa Rica, en donde el 34,8 % de 94 estudiantes, declaró haber tenido relaciones sexuales bajo el efecto de drogas ilícitas o alcohol 38.
Los resultados permiten concluir que, en el transcurso de esta investigación, se determinó que los encuestados poseen conductas sexuales protectoras al resultar una media de 70,2 puntos.
Se evidenció la prevalencia de práctica de conductas protectoras, en donde el 80,8 % de los encuestados indicó nunca tener relaciones sexuales en la primera cita y un 79,1 % nunca mantener relaciones sexuales con alguien que saben que es bisexual u homosexual. Para la asertividad y la comunicación de pareja se revela que menos del 50 % de los encuestados no pregunta sobre antecedentes sexuales a sus parejas, sin embargo, hay 79,1 % que demuestra una facilidad para abordar y discutir aspectos relacionados con la sexualidad con su pareja.
Se demostró que la mayoría de los estudiantes encuestados opta por una conducta sexual segura frente al consumo de drogas y alcohol, puesto que el 77,4 % nunca consume marihuana u otras drogas antes o después de tener relaciones sexuales.
Como limitaciones del estudio, se plantea que las autoevaluaciones en las encuestas de comportamiento sexual pueden estar sujetas a sesgos de respuesta, es posible que los individuos no proporcionen información detallada debido a la sensibilidad del tema. Además, las actitudes y comportamientos sexuales en jóvenes universitarios pueden variar mucho de una cultura a otra. La evolución temporal de las conductas sexuales se atribuye principalmente a factores sociales, los cuales se manifiestan en la influencia de la sociedad sobre el comportamiento sexual.
Se recomienda complementar los enfoques cuantitativos con métodos cualitativos para tener una comprensión más profunda de las experiencias y percepciones individuales. Diseñar estudios longitudinales que permitan seguir las conductas sexuales de riesgo a lo largo del tiempo, identificando posibles cambios y tendencias a medida que evolucionan y analizar los posibles factores que pueden influir en la adopción de conductas sexuales protectoras, tales como factores culturales, psicosociales, etc.
Este análisis resalta la necesidad crucial de fortalecer la educación sexual como una herramienta fundamental para reducir los riesgos asociados con las infecciones de transmisión sexual.