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Argos

versión impresa ISSN 0254-1637

Argos v.27 n.53 Caracas dic. 2010

 

José Ladislao Andara: del liberalismo radical al mesurado discurso de orden

David Antonio Ruiz Chataing 1

1 Universidad Central de Venezuela; Davidruiz08@cantv.net

Resumen

Desde un enfoque cientificista, José Ladislao Andara considera que las ideas tienen fuerza para cambiar el medio social. La civilización de un pueblo la determinan sus ideas y costumbres y la influencia del medio físico, más la herencia. Para modificar el estado civilizatorio de un pueblo tienen que acontecer grandes cambios. Nuestra cultura la definen la raíz española, india y africana. El mestizaje, al que considera positivo, ha sido típico entre los venezolanos. Hay que hacer un gran esfuerzo educativo, aumentar la población, etc. Durante el desarrollo de nuestro proceso histórico hemos abatido el antiguo régimen, la división de castas, se estableció la igualdad legal, se profundizó la fusión de las razas y se fue configurando el alma nacional. Sin embargo se entronizaron en la nación las guerras civiles, la anarquía, la pobreza y el atraso. Alaba a Antonio Guzmán Blanco y a Juan Vicente Gómez como grandes realizadores de la República. En su juventud combatió el personalismo, la dictadura e invoca el derecho de insurrección de los pueblos contra gobiernos tiránicos.

Palabras Claves: José Ladislao Andara, Liberalismo, Mestizaje.

José Ladislado Andara: from radical liberalism to moderation

Abstracs

From a scientific approach, Jose Ladislao Andara considers that ideas have the power to change society. The civilization of a place is determined by its ideas and customs, and the influence of the physical context, plus its heritage. To modify the civilizing condition of a place, great changes have to occur. Our culture is defined by the Spanish, Indian and African roots. Miscegenation, which he considers positive, has been typical among Venezuelans. It is necessary to make a great educational effort and increase the population. During the development of our historical process, we have brought down the former regime and caste division, legal equality was established, the interbreeding of races was deepened and the national soul was shaped. Nevertheless, civil wars, anarchy, poverty and backwardness were enthroned in the nation. He praises Antonio Guzmán Blanco and Juan Vicente Gómez as the great makers of the Republic. In his youth, he attacked favoritism, dictatorship and invokes people’s right of insurrection against tyrannical governments.

Key Words: José Ladislao Andara, Liberalism, Miscegenation.

José Ladislao Andara: du libéralisme radical au mesuré discours de l’ordre

Résumé

Depuis une approche scientiste, José Ladislao Andara considère les idées comme des forces ayant la vertu de promouvoir le changement social. La civilisation d’un peuple est déterminée par ses idées et coutumes et par l’influence du milieu physique, ainsi que de l’héritage. Pour transformer l’état civique d’un peuple il devrait y arriver des grands événements. La définition de notre culture porte sur les racines indiennes, africaines et espagnoles. Le métissage, qu’il conçoit comme un fait positif, est encré dans le comportement des vénézuéliens. Des grands efforts éducatifs et l’augmentation de la population sont, entre autres aspects, prioritaires. Pendant le développement de notre processus historique on a vu abattre l’ancien régime et la division des castes; l’on a eu rendez-vous à l’établissement de l’égalité juridique et à l’approfondissement des mélanges ethniques; on a assisté aussi à la configuration de l’âme nationale. Cependant, ils font irruption dans le pays, les guerres civiles, l’anarchie et la pauvreté ouvrant la voie à des années de marche arrière. L’auteur fait l’éloge des personnalités comme Antonio Guzmán Blanco et Juan Vicente Gómez, auxquels il accorde l’honneur d’avoir érigé la République. Dans sa jeunesse il a combattu le personnalisme, la dictature et a invoqué le droit à l’insurrection des peuples contre les gouvernements tyranniques.

Mots Clé: José Ladislao Andara; Libéralisme; Métissage.

Introducción

Este texto forma parte de una investigación más amplia intitulada "Actores y escritores políticos de los siglos XIX y XX venezolano".

En las próximas páginas nos adentraremos en la indagación del las ideas científicas, sociales, históricas y políticas del sociólogo cientificista venezolano José Ladislao Andara. La investigación es de índole bibliográfica y documental. Analizaremos sus libros, folletos, artículos periodísticos, etc. Revisaremos toda su producción escrita para pesquisar su concepción de esa realidad, obsesiva para él, de la Venezuela colonial hasta la republicana de su tiempo. Trataremos de destacar cuales fueron las fuentes nutricias de sus convicciones intelectuales.

En su condición múltiple de escritor, periodista, analista histórico, luchador político y funcionario público, su meta era servirle a su país. Para cumplir su ministerio, se dedicó a comprender el proceso histórico del mestizaje. A diagnosticar y ofrecer soluciones a los grandes y más graves problemas nacionales.

Haremos mención del contexto histórico de su tiempo, su trayectoria pública, así como intentaremos reconstruir sus ideas en los más diversos ámbitos, pero en especial, su concepción de la historia, la política y la ciencia social, relacionadas, por supuesto, todas estas disciplinas, con el caso venezolano.

I

"Del principio de libertad, igualdad y fraternidad, deducimos los liberales el sufragio universal, la prensa libre, el municipio, la federación, la República, la tolerancia política, la oposición al despotismo, el derecho de insurrección, y la exaltación de los humildes por el valor, la inteligencia o la virtud"

Curazao, 30 de septiembre de 1903. De política e historia, p. 41.

José Ladislao Andara nace en Coro, Estado Falcón, el 27 de junio de 1864. Muere en Caracas, el 1 de septiembre de 1922. Fue activista cultural y funcionario público en su región de origen. Si se le hubiese pedido una definición de su oficio como escritor se hubiese considerado un sociólogo. Rufino Blanco Fombona (1874-1944) se lamenta de que no fuera un literato. Su prosa es la de un científico social. Se le considera inserto en la corriente filosófica positivista. Políticamente, fue seguidor de los Generales "patriotas" (denominación regional de los liberales) León Colina (1829-1895) y Gregorio Segundo Riera(1852-1917). A nivel nacional, se manifestó cercano al gobierno liberal amarillo del General Joaquín Crespo(1841-1898) y adversario del General Cipriano Castro(1858-1924). Padeció exilio entre 1901 y 1908, al ser derrotada la "Revolución Libertadora", que respaldo y encabezó el banquero Manuel Antonio Matos(1847-1929). Por gestiones de su conterráneo Rafael Cayama Martínez(1874-1944) se incorpora al Gobierno del General Juan Vicente Gómez(1857-1935) en 1909, a quien servirá hasta cuando muere, en 1922. Como periodista fue fundador y redactor de El Coriano (1888), redactor de La Industria (Coro). Cuando crece su figura intelectual, a nivel nacional, dirige el oficialista El Diario de Caracas (1896) y colabora con El Cojo Ilustrado. Como burócrata presidió varias veces la Junta de Instrucción Pública del Estado Falcón; Diputado por ésta entidad regional los años 1898-1899. Cónsul de Venezuela en Hamburgo, en 1900. En 1909 es Secretario de la Cámara del Senado del Congreso Nacional de la República. Posteriormente, es Embajador de Venezuela en Bolivia (1910), Perú (1910-1911), Ecuador (1911) y Cuba (1911-1912). En 1911 es secretario del "Congreso Boliviano" que se celebró en La Habana. En 1913 es nombrado Canciller y en 1922 Ministro de Instrucción Pública. Como escritor e investigador histórico, es electo, el 7 de abril de 1912, Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia. Se incorpora a tan prestigiosa e ilustre institución el 14 de julio de 1918. (Fundación Polar, 1997, p. 153).

Entre sus publicaciones caben mencionar : Carta política que el señor Br. José Ladislao Andara dirige al Gral. Leoncio Navarrete, presidente constitucional del Estado Falcón. Caracas: Tipografía El Cojo, 1891, 15 p. ; El mensaje del doctor Jesús Muñoz Tébar, Presidente Provisional del Estado Falcón. Coro: s.n., 1893, 14 p. ; El divorcio. Caracas: Tipografía "El Tiempo", 1899, 16 p. ; Notas sobre Alemania y sus relaciones con Venezuela. Curazao: Imprenta de la Librería de A. Bethencourt e hijos, 1901, 37 p. ; En defensa de la causa liberal. Curazao: s.n. , 1903, 38 p. ; Patria y Libertad. A la prensa liberal de Venezuela. Curazao: s.n., 1903, 28 p. ; De política e historia. Caracas: Imprenta del Comercio, 1904, 119 p. ; La evolución social y política de Venezuela. La Colonia. Curazao: Imprenta de A. Bethencourt e hijos, 1904, 234 p. ; Discurso de orden pronunciado en la velada de honor con que el Ejecutivo Federal celebró en el Teatro Municipal el centenario de la batalla de Boyacá, el 7 de agosto de 1919. Caracas: Litografía del Comercio, 1919, 10 p. y Discurso de orden , pronunciado en el paraninfo de la Universidad Central, en el acto solemne con que la Academia Nacional de la Historia, celebró el Centenario de la Batalla de Carabobo. Caracas: Tip. Cultura Venezolana, 1921, 10 p.

Su obra como historiador carece del sustento documental que le dieron a su producción historiográfica un Laureano Vallenilla Lanz(1870-1936) o un Pedro Manuel Arcaya(1874-1958). Tampoco fue tan prolífico como ellos. Sin embargo, sus escritos son de un alto nivel teórico y denotan la influencia de positivistas franceses e ingleses, entre muchas otras lecturas en varias lenguas, que hizo pasar por el tamiz de su aguda y sincrética inteligencia. Entre los primeros, Alfred Jules Emile Fouillée (1838-1912), Gabriel Tarde (1842-1904), Max Nordau (1849-1923), Gustavo Le Bon (1841-1931) y, entre los segundos, Herbert Spencer (1820- 1903). Todos imbuídos de la aspiración de elevar las humanidades a un rango científico, imitando la metodología de las ciencias naturales.

Para José Ladislao Andara la misión suprema de la historia es la verdad y la justicia. La musa de Clío debe tener un sentido social: a de fortalecer a los débiles con el alimento espiritual de altas enseñanzas. El deslumbramiento que producen las heroicidades, el exceso de pasión, la carencia de fuentes primarias, la falta de imparcialidad, han menoscabado nuestra óptica de la historia nacional. La historia y el país mismo se encuentran como estancados por el atraso y los prejuicios. José Ladislao Andara formó parte de una nueva historiografía liberal, cientificista, nacionalista, que intentó echar las bases de una flamantísima interpretación de la Historia de América Latina y Venezuela. Con Alfred Fouillée coincide en que sólo las ideas:

"…tienen fuerza bastante para modificar el medio social. Y luchar por el ideal, por el perfeccionamiento moral e intelectual de la patria, es la labor más gloriosa de los pensadores; sobre todo hoy cuando las fronteras se van borrando, merced al vapor, la prensa y el telégrafo, factores que dan ya a la civilización un carácter marcado de expansión, en cuyo seno, se debaten las viejas y las nuevas ideas". (Andara, 1904, p. 4).

Exhorta a la juventud a sumarse a esa lucha renovadora. Es en "Opiniones", capítulo I, de La evolución social y política de Venezuela (1904), donde expone lo que pudiéramos considerar su marco teórico-conceptual para estudiar la historia, plantea que:

"Caracterízase la civilización de un pueblo por las ideas y costumbres en él reinantes, las cuales son a su vez resultado de las influencias del medio físico, de los agentes sociales exteriores y de las ideas y hábitos heredados. Si esos factores han contribuído a la libertad de los espíritus y a su eficaz impulso sobre la naturaleza, el progreso será científico e industrial; si por el contrario, los han envuelto en vagos idealismos o abstracciones, ya encerrándolos en el estrecho círculo de principios preestablecidos, inaccesibles al análisis, ya alejándolos del comercio, con los demás pueblos, entonces la civilización será opuesta al desarrollo de las fuerzas vivas de la sociedad y asumirá un carácter sacerdotal y autoritario. Y en esas respectivas evoluciones la ley de la herencia, poderosa en el individuo, pero más poderosa en las colectividades, se impondrá inexorablemente". (Andara, 1904, pp. 9-10).

Si bien los individuos pueden sustraerse de la herencia, las colectividades es mucho más difícil que evadan sus inexorables leyes puesto que la suma de los factores tradicionales es mayor que la de los nuevos. Para generar el cambio en una colectividad tienen que acontecer grandes sucesos que alteren la herencia: una revolución social, cambios morales, religiosos o raciales poderosos. Apoyan la continuidad, por ejemplo, el espíritu de imitación. También la presencia de ideas-fuerza determinantes en la voluntad, y de las cuales no es fácil zafarse. Según la herencia, un individuo puede parecerse o no a su antecesor inmediato. En la colectividad siempre pesará el inmediato ascendente. En este sentido, los logros progresistas, o las carencias, se siguen acumulando, hasta encumbrar o inducir a la decadencia, a los pueblos.

Lo anterior nos da el perfil de un pueblo con las alteraciones que pueda introducir el clima y las necesidades. Pero sin modificar la base fundamental de la herencia. (Andara, 1904, pp. 11-13) En consecuencia, para indagar sobre las características fundamentales de los pueblos hispanoamericanos es menester estudiar a España. En este sentido se le ha dado importancia al estudio de la "raza latina" en vez de a la herencia o al sistema educativo adoptado por nuestros pueblos. El concepto de raza latina es impropio, pues, no hay rasgos antropológicos específicos que lo justifiquen. Los romanos, además, eran un pueblo muy mezclado. Los latinos, al parecer, son parte de una raza mayor, la aria. Los españoles pertenecen a la mediterránea. La idea del latinismo surgió, fundamentalmente, en contraposición a las formulaciones pangermanistas y paneslavistas. Pero, en el fondo, carece de fundamento. Todos los pueblos, sajones y latinos, están ampliamente mestizados y no son diferenciables en términos de razas. (Andara, 1904, p. 16) Según otros, Herbert Spencer, la combinación de la raza india, negra y española es la causa de la inadaptabilidad de estos pueblos a la civilización. A contracorriente, el Sr. Camacho Roldán (1827-1900) sostiene que ese mestizaje explica la presencia en las sociedades hispanoamericanas de hombres de relieve. Algunos atribuyen la postración al clima. Este en Hispanoamérica es más bien benigno. Sin grandes extremos de frío y calor. Se olvidan los que esto señalan que en áreas de clima tropical han surgido han surgido grandes civilizaciones. Y que Europa, hoy floreciente, vivió una prolongada oscuridad. Factores como la población si pueden explicar el esplendor o el estancamiento de una civilización. Al aumentar los habitantes la sociedad se ve obligada a organizarse y a resolver los problemas de ésta. En Hispanoamérica hemos carecido de suficiente población. Las malas ideas tales como esperar todo del Estado, considerar el trabajo práctico indigno, exceso de orgullo y ambición política y amor a la guerra. Enamorados del lujo y de los estudios abstractos. Todo esto ha creado un mundo mental que sólo se modificará introduciendo otros factores, muy poderosos. (Andara, 1904, p. 19).

El problema fundamental no es de instituciones, ellas son de orden secundario. Roma o Francia bajo las mismas instituciones, republicanas o monárquicas, conocieron alternativamente la libertad o el despotismo. El mal de estos países no se resuelve con fórmulas abstractas. Busquemos los factores que han creado nuestra nacionalidad y el valor moral de sus influencias. El presente, producto del pasado, engendra el porvenir. La naturaleza no da saltos y del mismo modo funcionan las sociedades. (Andara, 1904, p. 20).

En el capítulo II "La civilización española", del libro de Andara que venimos resumiendo y comentando, con el apoyo de escritos sobre España del historiador inglés Henry Thomas Buckle (1821-1862) y del economista liberal francés Yves Guyot (1843-1928), llega a la conclusión que en la península ibérica han prevalecido la Religión Católica y el espíritu guerrero conduciéndola a la decadencia y a ser reacia al desarrollo científico y al progreso. Otro rasgo dominante en la historia y la cultura de España, ha sido el papel predominante del Estado. No se concibe ninguna evolución significativa sin la participación de la institución estatal. Igual papel se le atribuye a la Iglesia. El Estado dice qué hacer y la Iglesia en qué creer. Del estatismo derivaron las guerras civiles y de éstas la alta estima de la guerra. La anarquía y la intolerancia signaron la España visigoda y árabe. La intolerancia se acentuó con la aparición de la Monarquía hereditaria y de la Inquisición. Con la expulsión de los árabes y judíos España prescindió de diestros agricultores y de laboriosos capitalistas. Hacia América emigró la población española; otro porcentaje se perdió en las interminables guerras dinásticas. España se acostumbró a vivir del pillaje y del botín, acompañada del rosario y de la espada. La autonomía y el comunalismo de las ciudades y villas eran extirpados por el absolutismo. Se prohibió estudiar en el extranjero a los españoles. Prevalecía el desorden administrativo y la corrupción. Se despreciaba el trabajo mecánico y la agricultura. Prosperó el espíritu de aventura y guerrillero.

En descargo de España, y aun con los defectos referidos, hay que reconocerle su colosal proeza de haber descubierto, conquistado y colonizado Hispanoamérica. Engendró las nacionalidades latinoamericanas. Dio grandes nombres a la política y a la cultura y se le reconoce su valor y espíritu idealista. (Andara, 1904, pp. 21-45).

En el capítulo III "Los indígenas" Andara señala que los indígenas no aprovechaban las extraordinarias riquezas del continente. Su salvajismo y barbarie los conducía al vicio. Sólo los sacaba de su molicie la guerra con su secuela de maldad y exterminio. Estudia las formas de gobierno y las sociedades indígenas de América. Elogia algunas instituciones que tienen que ver con organizaciones confederativas como las de los iroqueses del Norte de América. Alaba las altas civilizaciones precolombinas, tales como los aztecas y los incas. El licor, el juego y la lujuria destacan entre sus vicios mas visibles. En el plano religioso, eran escandalosos el canibalismo y los sacrificios humanos. Condena la crueldad con la que se realizó la conquista de América indígena.

Andara observa que el mestizaje ha sido positivo:

"Es cosa averiguada que las mezclas de estas razas ha dado un producto de condiciones superiores, con la amplitud de miras del europeo, la sagacidad del indio, el valor y la resistencia física del negro". (Andara, 1904, p. 131).

Acusa, sin embargo, a la raza negra como inferior a la indígena y a la hispana. De hecho no le dedica, como a aquéllas dos, un segmento especial en su obra.

En lo que respecta a la evolución histórica subsiguiente de la nación, proceso emancipador, evolución republicana durante el siglo XIX y principios del siglo XX, tendremos que conformarnos con atisbos, porque la prometida obra en cuatro volúmenes quedó sola en el primero, de los tiempos coloniales. El 7 de agosto de 1919, con motivo de conmemorarse una significativa efemérides bolivariana, Andara expone que con el proceso de independencia se destruyeron el antiguo régimen, la división de castas, sus improductivos sistemas económicos y muchos prejuicios. Se estableció la igualdad legal, la abolición de la esclavitud, la eliminación de primitivas trabas fiscales, se profundizó la "fusión de las razas" y se fue configurando el alma nacional.

Sin embargo, se entronizaron entre nosotros las guerras civiles y la anarquía. Y con ellos la pobreza y el atraso. A pesar de estas realidades reivindicó más de tres lustros antes, en 1903, las realizaciones del Partido Liberal, los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco(1829-1899) y de los civilistas Juan Pablo Rojas Paúl(1826-1905), Raimundo Andueza Palacio(1846-1900), entre otros liberales. Del Ilustre Americano dijo que aunque se le acusaba de autócrata organizó la Hacienda Pública y el Crédito; redujo la deuda nacional a la mitad; suprimió los peajes; secularizó los actos del Estado civil; extinguió las manos muertas; realizó la codificación del derecho nacional; adelantó muchas obras de transformación material, decretó e hizo avanzar la instrucción pública gratuita y obligatoria, entre muchos otros logros progresistas. (Andara, 1903, p.17-18).

Sin embargo faltaba mucho por hacer y apareció el hombre del orden, que rompió los moldes metafísicos, las abstracciones verbales, que estableció la paz y cimentó el trabajo, el bienestar material, ha estimulado la riqueza y resuelto las dificultades de carácter externo. Por supuesto,

Andara se refiere al General Juan Vicente Gómez. (Andara, 1919, pp. 9-10) Y ese es el momento histórico que vive no sólo Venezuela sino América Latina. Aprovechar sus riquezas inexplotadas, elevar el nivel de su cultura moral e intelectual, convertirse en organismos robustos –con la paz y el orden– capaces de garantizarse su autonomía, convertirse en centros de civilización y progreso y de unirse para garantizar su bienestar común. (Andara, 1912, pp. 291-292).

Convicciones políticas de José Ladislao Andara:

En sus inicios en las lides políticas en su región natal, se vincula con caudillos locales como León Colina y Gregorio Segundo Riera. Muy joven, se dirige el 5 de enero de 1891, y ofrece sus recomendaciones o "consejos" a un gobernante que comienza su gestión a la cabeza de la entidad federal. Le indica que debe defender la autonomía del Estado; que no debe doblegarse ante las intromisiones del gobierno nacional; que debe impedir que extraños a la localidad –que no la conocen, ni la aman– se apoderen de sus instituciones. Arremete con fuerza contra el personalismo:

"Y se ha de trabajar allí también, señor, por extinguir el hábito del personalismo que degrada los caracteres, haciendo a los hombres servir inconscientemente a los criminales planes de ambiciones intemperantes; que hace suceder el mandato augusto de la propia convicción, al yo lo mando [cursivas en el original] de una imposición absurda; que predica, bajo el nombre de la disciplina y lealtad, la obediencia pasiva a un hombre, aún cuando salte enérgica a los labios la protesta de la propia conciencia; y crea, de ese modo, manso rebaño de corderos, en donde sólo debiera agitarse, febril, enamorada y entusiasta legión de altivos ciudadanos. El hombre que se acostumbra a doblegarse ante otros, termina por perder la noción de su personalidad, expulsa de su espíritu los ideales que le ennoblecen, y coloca como único punto de mira en su horizonte, que es el amplio horizonte de los libres, la figura intangible de su infalible ídolo". (Andara, 1891, p.8).

Cuando no aconseja, denuncia. Le reclama a un Presidente provisional, Doctor Jesús Muñoz Tébar, en 1893, abusos cometidos en los comicios regionales. (Andara, 1893, p. 14).

Pero va a ser contra el gobierno dictatorial de Cipriano Castro contra el que vuelque todo su fervoroso y corrosivo discurso liberal radical. Ese que seguramente abrevó en escritores como el historiador español Francisco Pi y Margall (1824-1901), republicano y federalista; el liberal radical y positivista comtiano colombiano Salvador Camacho Roldán y el también historiador liberal chileno Diego Barros Arana(1830-1907), o el conmílite ecuatoriano Pedro Fermín Ceballos (1812-1893), a quienes menciona, o cita, en sus escritos. Contra el Cabito invocará el sagrado de derecho de insurrección. Cuando a los pueblos le cierran gobiernos arbitrarios los caminos legales, cuando los delitos no encuentran tribunales ni jueces que los condenen, apelan los pueblos a ese último recurso: la desobediencia civil y hasta tomar las armas contra los tiranos.

Exiliado en Curazao, desde 1901, realiza desde esa dependencia holandesa, un diagnóstico de la situación económica del país de los años 1902-1903. Con una producción que decae, la riqueza disminuída, altos impuestos a los productos de importación y exportación, más los impuestos de guerra y la puesta en circulación de moneda de plata depreciada, el estado económico de la nación lucía desesperante. Luego del bloqueo, los compromisos del país aumentan: reserva del 30% del producto de las aduanas para pagar la deuda; los compromisos que arrojan las decisiones de las Comisiones Mixtas y el fallo del Tribunal Internacional de la Haya. Urge retomar un camino constructivo y creador. Disminuir los gravámenes fiscales, establecer Bancos de Crédito Territorial para facilitar dinero a los agricultores a bajo interés, abrir caminos y difundir la instrucción popular. Realizar un gobierno amplio, de unidad nacional, de reconciliación de todas las facciones del liberalismo, de tolerancia política y de cese a la persecución de los vencidos de las múltiples revoluciones acaecidas los últimos años. (Andara, 1903, pp.32-33 y 37-38).

Estas medidas no atañen sólo a la reconciliación y a la necesidad de paz interna, sino a evitar el control extranjero, el tutelaje internacional. Estados Unidos esgrimiendo su doctrina Monroe, violenta a El Salvador, arrebatan a Colombia el Itsmo de Panamá, se apoderó de Cuba y Puerto Rico y sus comisiones de ingenieros militares recorren Centroamérica y el Caribe estudiando donde van a instalar sus estaciones navales y bases militares. Los filibusteros del Norte dejan que Europa explote nuestras riquezas; pero ellos se reservan nuestras languidecientes independencias. (Andara, 1903, pp.34-36).

Insiste en sus escritos que advirtió a Castro sobre la necesidad de cumplir con los compromisos internacionales de Venezuela, en especial con Alemania. Que los alzamientos guerreros endémicos encontraban justificación en la política castrista dictatorial y personalista. Que derrotados los rebeldes, ameritaba el establecimiento de una política de reconciliación. A nada de esto atendió el Supremo Magistrado. Su irresponsabilidad condujo al bloqueo, a la guerra civil, a las persecuciones. Su proclama altisonante culminó con una humillante entrega ante Estados Unidos y los Protocolos de Washington. Frente a las potencias bloqueadoras, Andara sostiene que nuestra legislación interior, de tiempos de Guzmán Blanco, impide convertir en litigios diplomáticos las reclamaciones de extranjeros, pues, existen instancias jurisdiccionales nacionales para atender esos casos. (Andara, 1904, pp.I-IV). Andara es de la idea, escrita en Hamburgo el 1 de diciembre de 1900, que Europa, y en especial Alemania, pueden ser excelentes socios comerciales y contrarrestar la excesiva y peligrosa influencia de Estados Unidos. (Andara, 1901, p. 97).

Otra situación concreta, en la que se enfrenta con Cipriano Castro, es en la oportunidad de discutirse, en el año 1904, una reforma constitucional de corte centralista. Argumentan los plumíferos del régimen que Venezuela en realidad es un país de organización estatal unitaria. Lo demás son abstracciones de ilusos e ideólogos. Ante ello, Andara escribe, el 20 de febrero de 1904, que la descentralización no es planta exótica en Venezuela, ni en el resto de Hispanoamérica. Sus orígenes se remontan a los tiempos coloniales hispánicos. La monarquía ibérica, la que traslada sus instituciones a América, es de corte federativa. Se respetan los fueros de provincias y comunidades. Lo primero que se hace al establecerse un gobierno permanente en los diversos territorios hispanoamericanos, es fundar cabildos. Los ayuntamientos cumplían funciones de policía, abastecimiento de alimentos, salud y hasta suplían las ausencias de los capitanes generales. El federalismo de los constituyentes de 1811 y de 1864 no fue vulgar cálco de constituciones extranjeras, sino que estaba profundamente consustanciadas con nuestras prácticas de vida política y civil durante el período hispánico. Luego de esbozar la historia del derecho constitucional Venezolano desde 1811 hasta principios del siglo XX, concluye Andara que prevalecía en el sentir de la opinión pública el federalismo y en las prácticas gubernamentales el personalismo y el centralismo. El antídoto contra la dictadura son la libertad efectiva, auténticas prácticas descentralizadoras y gobiernos con sana administración y planes serios de progreso nacional. José Ladislao Andara es un fervoroso defensor del sistema federal y de una democracia avanzada como lo demuestra esta extensa cita:

"La saludable unidad de acción en la Administración política o económica, se obtiene por la armonía de los diversos órganos gubernativos, no por la concentración de la autoridad en un punto cualquiera. Lo primero podría conducir a la anarquía, si no hay las necesarias previsiones; lo segundo conduce necesariamente al despotismo. El sistema federal, así como la separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, es una garantía contra la autocracia, porque al deslindar y multiplicar las funciones, perfecciona la Administración y establece la ingerencia del mayor número en la dirección de la cosa pública, ideal de los gobiernos democráticos. Ya que no es posible practicar el sistema griego de las decisiones del pueblo reunido, se establece la representación popular y la autonomía del individuo en el Municipio, y de este en el Distrito y de este en la Provincia o Estado, y de este en la Nación. Y persiguiendo ese ideal de la democracia pura, hay Repúblicas federales como la de Suiza y la Colonial de Australasia, que admiten el referendum [cursivas en el original] o voto definitivo del pueblo, y la última tiene además el régimen parlamentario y en algunas secciones el voto de las mujeres.

"Como el individuo aspira a la mayor suma de libertad, así las agrupaciones de individuos, unidades sociales a la vez, aspiran a la mayor suma de autonomía. Es este un instinto de orden natural, y chocar contra él es romper abiertamente con la verdad y la conveniencia pública. El sistema federal, que llena aquellos fines, es como el complicado organismo de los seres superiores o la división del trabajo en el campo de las industrias: lo fecundo y lo racional. El centralismo es en la escala política, como el rudimentario mecanismo de los animales inferiores en la escala zoológica". (Andara, 1904, pp. 59-60).

Es decir Andara anhela para Venezuela una organización descentralizada, división de poderes, responsabilidad de los funcionarios, Estado de derecho, autoridad de la ley, representación popular, participación del mayor número en los asuntos públicos, autonomía municipal y estadal, referendum, régimen parlamentario y voto de la mujer. Avanzado programa de la democracia liberal y radical. Propuesta que iba a contracorriente de las realidades históricas. Las dictaduras de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez acabaron con los jefes guerreros locales, regionales y nacionales. Impusieron una dictadura terrorista que implantó, mediante una ruda centralización, la unidad y la integración nacional. Las potencias imperiales –Estados Unidos, Inglaterra y Holanda, principalmente– arribaron a Venezuela a controlar sus fuentes de riqueza, en especial los hidrocarburos. La anunciada unidad latinoamericana no se concretó. Se acumulaban los fracasos para los idealistas: fraude electoral de septiembre de 1897, alzamiento del supuesto civilista José Manuel Hernández(1853-1921), "el Mocho"; los partidos científicos y doctrinarios no prosperaron. Prevalecieron la anarquía, las guerras civiles, el caudillismo, la pobreza, el atraso, las facciones personalistas y luego, el Jefe único. Las prescripciones cientificistas indicaban que las rústicas formas de organización social se superaban con métodos bárbaros. Para implantar la civilización y el progreso urgía establecer el orden sin el cual no hay sociedad organizada. Después vendrían la inmigración, la instrucción, las carreteras, los capitales, la tecnología, para modificar la índole levantisca de estos pueblos enfermos y establecer la libertad. En este contexto, el liberal radical guarda cauto silencio. Mastica su derrota y en vez de optar por el ostracismo, el exilio o la rebelión, que son alternativas para otros soñadores, se pone al servicio del gendarme que realizará la transformación. Será el hombre que "sabe hablar", que escribe discursos, que dirige eficientemente la Cancillería o la Instrucción Pública; el prudente orador de orden que alaba los logros de la Rehabilitación Nacional. Quizás por eso se apagó antes de morir su brillante luz y produjo fue folletos, pequeños libros y discursos de ocasión. Nos quedamos esperando, al igual que con César Zumeta(1860-1955), las grandes obras de tan notable inteligencia.

Conclusiones

Para José Ladislao Andara la historia debe servir al pueblo. La ciencia histórica ha estado oscurecida por las pasiones, el tono heroico y la carencia de sustento documental. Le da gran importancia a las ideas para la realización de los cambios sociales.

Considera al mestizaje como un resultado positivo de nuestro proceso histórico. Es de la convicción que hay que fortalecer la educación y aumentar la población mediante el aporte inmigratorio.

Cuando analiza el desenvolvimiento histórico del pueblo venezolano, destaca el papel desempeñado por España en nuestro proceso de conformación como pueblo. El predominio del fanatismo religioso, el espíritu guerrero, el estatismo, han hecho a España reacia al progreso y los avances científicos. Empero a esa gran nación le debemos el forjamiento de las nacionalidades hispanoamericanas, grandes intelectuales y su talante idealista.

En lo que respecta al aporte de cada raza en el fraguado del alma nacional, le da gran importancia al aporte europeo-hispánico y al indígena. Ignora casi por completo el elemento africano.

Respecto de su valoración de la era republicana, Andara afirma que durante el siglo XIX alcanzamos abatir el antiguo régimen, se estableció la igualdad legal, la abolición de la esclavitud y se fue configurando la nación venezolana.

Alaba los gobiernos con realizaciones materiales y culturales, tales como los de Antonio Guzmán Blanco, Juan Pablo Rojas Paúl y Juan Vicente Gómez.

José Ladislao Andara es un liberal radical. Partidario de los caudillos regionales y nacionales identificados como liberales amarillos: León Colina y Gregorio Segundo Riera (caudillos occidentales) y el General Joaquín Crespo, guerrero nacional indiscutible de finales del siglo XIX.

Andara defiende la autonomía de los estados y ataca firmemente el personalismo. Contra Cipriano Castro invoca el derecho de insurrección de los pueblos contra gobiernos tiránicos.

Su antimperialismo lo llevó a denunciar las ingerencias de Estados Unidos en América Latina. Propuso una alianza con España, Alemania, y Europa en general, para

José Ladislao Andara defiende el sistema federal como consustanciado con nuestro proceso histórico, desde tiempos coloniales.

Contra los peligros de la autocracia y la anarquía, propicia establecer gobiernos fieles a las leyes, a las instituciones y con programas serios de progreso nacional.

Frente a los fraudes electorales, las guerras civiles, los peligros de intervención extranjera, acepta, finalmente, la imposición de un gendarme que acabe con la anarquía, funde el orden, trabaje a favor del país con sentido común, alejado de ideas abstractas, inaplicables a nuestro medio.

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