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Argos

versión impresa ISSN 0254-1637

Argos v.28 n.55 Caracas dic. 2011

 

México–Estados Unidos: ¿Hacia una nueva diplomacia?

Marisela Castillo Apitz

Universidad Santa María Caracas, Venezuela. mariselacastilloa@gmail.com

Resumen La política exterior de México, como la de la mayoría de los países, está diseñada para defender los intereses nacionales. Se trata de una política internacional que sirva de motor principal para alcanzar los objetivos nacionales: superación de la pobreza, combate a la inseguridad, generación de oportunidades, entre otros.

A lo largo de la historia mexicana, la política exterior nacional se ha distinguido por haber mantenido un alto nivel de continuidad. Es posible entender esta política como una que se ha guiado por la autodeterminación de los pueblos, no intervención, solución pacífica de las controversias y la igualdad jurídica de los Estados.

Como prueba de ello se encuentra la Doctrina Estrada (1930) que surge como instrumento para evitar que el reconocimiento de los gobiernos se tratara de un chantaje por parte de los países más poderosos, ya que un Estado que deseaba salir del aislamiento político internacional se tenía que someter a las condiciones que países como Estados Unidos les impusiera.

Es de esta forma como México utiliza la Doctrina Estrada como un instrumento de protección ante las ambiciones de su vecino país. Ante tanto poderío de Estados Unidos, el respeto absoluto por la soberanía era una herramienta de supervivencia.

La Doctrina Estrada es solo un ejemplo en el que se observa cómo la relación entre Estados Unidos y México ha influido en la definición de la política exterior nacional. Esta relación se da, en principio, por la cercanía geográfica y que, en consecuencia, no puede ser alterada por ninguno de los países.

Además de los intereses económicos, las relaciones entre ambos países se extienden al área cultural, político y social. Para el año 2009, los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos eran 11.5 millones, un número no muy diferente a los 11.6 millones de 2008 y 11.2 de 20071. Estas cifran describen la dependencia que existe entre ambas naciones. Sin embargo, actualmente están presentes retos diferentes que implican la creación de una nueva agenda bilateral que responda a las amenazas del terrorismo, crimen organizado, migración, administración de recursos naturales, entre otros.

Es por esta razón que el presente trabajo pretende hacer un análisis acerca de ¿cuáles han sido las principales características de la política exterior mexicana en relación con Estados Unidos? Las diferencias entre la política exterior que mantuvo el PRI, durante 71 años, con la de estos últimos 12 años. ¿De llegar a ganar el PRD en las elecciones presidenciales cómo serían las relaciones con su país vecino? ¿De llegar a ganar cualquiera de las tres principales fuerzas políticas mexicanas cuál sería el destino del Tratado de Libre Comercio y de una reforma migratoria?.

Palabras Clave PRI, PRD, PAN, Política Exterior

Mexico and the United States: Heading towards a new diplomacy?

Mexico’s foreign policy is designed to protect national interests, as it happens with any other nation. Its international policy serves as a powerful engine which main purpose is to reach such national goals as poverty eradication, to regain personal safety and to create opportunities, among others.

Throughout Mexico’s history, the country’s foreign policy has set itself apart because of its high level of continuity. It is possible to understand this policy as one that has been guided by the self determination of the Mexican people, by being noninterventionist, by the peaceful solution of controversial issues and the legal equality among the States.

The Estrada Doctrine is just one example where it is easy to see how the relationship between Mexico and the United States has influenced the way Mexico defines its foreign policy.

For the year 2009, Mexican immigrants in the United States were 11.4 millions, a number not too different to the 11.6 millions in 2008 and the 11.2 in 2007. These figures illustrate the dependency that each nation has on each other. However nowadays there are different challenges that imply the creation of a new bilateral agenda that answers to terrorism threats, organized crime, migration and natural resources administration, among others.

Which are the main characteristics of Mexico’s foreign policy in respect to the United States? What are the differences between the foreign policy the PRI kept for 71 years compared to the one implemented during the last 12 years? Which would be the future of the Free Trade Agreement and that of an Immigration reform?.

Key words PRI, PRD, PAN, Foreign Policy

Stati Uniti: In cammino verso una nuova diplomazia?

La politica estera del Messico, come nella maggior parte dei paesi del mondo, è stata creata per difendere gli interessi nazionali. Si tratta di una politica internazionale che possa servire come motore principale per raggiungere gli obiettivi nazionali: superare la povertà, combattere la delinquenza, generare diverse opportunità, ecc.

Nella storia messicana, la politica estera nazionale si è differenziata per aver mantenuto un alto livello di continuità. Questo tipo di politica è stata caratterizzata dalla autodeterminazione dei popoli, invece che dall’intervento dei governi, politica che ha comportato la soluzione pacifica delle diverse controversie e la parità giuridica degli stati.

La dottrina Estrada è un chiaro esempio di come la relazione tra gli Stati Uniti e il Messico abbia influenzato direttamente la política estera della nazione messicana. Questa relazione è principalmente definita dalla vicinanza geografica, situazione che non può essere modificata da nessuno dei due paesi.

Nel il 2009 gli immigranti messicani negli Stati Uniti erano 11.5 millioni, una cifra praticamente uguale agli 11.6 millioni dell’anno 2008 e i 11.2 del 2007. Numeri che descrivono chiaramente la dipendenza tra i due paesi.

Intanto, attualmente esistono diverse sfide che comportano la creazione di una nuova agenda bilaterale che sia capace di contrastare le minacce del terrorismo, del crimine organizzato, dell’ amministrazione delle risorse umane, ecc.

Quali sono state le principali caratteristiche della politica estera messicana in relazione agli Stati Uniti? Quali sono le differenze tra la politica estera mantenuta dal il PRI in 71 anni, e questi ultimi 12 anni? Nel caso in cui qualunque delle tre forze politiche principali del Messico vinca, quale sarebbe il destino del Trattato del Libero Commercio e di una riforma migratoria?.

Parole Chiave PRI, PRD, PAN, Politica Estera

México y Estados Unidos: una amistad distante

Durante la Guerra Fría los países latinoamericanos fueron uno de los aliados de Estados Unidos más incondicionales. Este tipo de amistad se vio reflejada en el apoyo brindado en asuntos políticos de carácter interno de los propios países latinoamericanos. Es así como la supeditación de la política exterior de la región se vio subordinada a la intervención de Estados Unidos2.

De esta manera es cómo los estados latinoamericanos pasaron a estar políticamente penetrados por esta gran potencia. Aunque México no escapó de esta influencia supo mantener cierta independencia en su política exterior. Tal es el caso de la actuación de México, de ser el único país que mantuvo relaciones con Cuba ininterrumpidamente aun en contra de la resolución adoptada por los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1964.

Esta posición le costó a México sanciones económicas por parte de Estados Unidos al reducir, en 1965, la cuota azucarera en 50.000 toneladas. Sin embargo, todo parece indicar que la lógica de México ante el caso cubano no fue apoyar el régimen político de la isla sino una protección de no aprobar medidas que luego pudieran ser utilizadas en su contra por parte de Estados Unidos.

Otro ejemplo en el cual México demostró su independencia con Estados Unidos fue durante la Guerra Fría (1945 – 1991) que a pesar de estar dentro de la esfera de intereses de EEUU, no se alineó completamente a su país vecino. La “fórmula de acuerdo para disentir” o “fórmula Ojeda” resume las relaciones con EEUU en dicho periodo: “Estados Unidos reconoce la necesidad de México de disentir de la política norteamericana en todo aquello que le resulte fundamental a México, aunque para Estados Unidos sea importante, mas no fundamental. A cambio de ello México brinda su cooperación en todo aquello que siendo fundamental o aun importante para Estados Unidos no lo es para el país”.

Con esto México logró mantener cierta distancia con la posición norteamericana logrando prestigio internacional y ser visto como un interlocutor confiable para países de diversas ideologías.

En líneas generales, México mantuvo su propia política exterior y fue fiel a lo que para el país significaba soberanía. Expertos aseguran que México por haber sufrido el mayor grado de intervención por parte de Estados Unidos se entiende que haya sido también “el país que ha visto al sistema interamericano primeramente como un instrumento para limitar a los Estados Unidos en el ejercicio de su poder a través de la estricta aplicación del principio de la no intervención”3.

Sin embargo, uno de los principales dilemas de la política exterior mexicana en relación con su vecino país fue el de escoger, o conciliar, entre mantener su línea antiintervencionista y no contrariar a Estados Unidos. Es por esto que la relación que México mantuvo con EEUU fue cordial, pero distante.

Esta distancia respetuosa, pero distancia al fin permitió que ambos países asumieran conductas aislacionistas. En México, se incrementó el antiamericanismo en el sentir colectivo y en Estados Unidos se generó un sentimiento antiinmigrantes.

Ahora bien, a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, también presidente por el PRI, se comenzó a ver un cambio en la política exterior mexicana con respecto a Estados Unidos.

En 1994 se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) el cual no solo modificó la estructura de las importaciones y exportaciones de México sino la forma en que se concebía el país en el mundo: la presencia de EEUU era más importante que antes y América Latina se quedaba cada vez más rezagada.

A partir de este momento la política exterior con el vecino país pasó de ser idealista a pragmática. Para Salinas el tema de la soberanía nacional no se veía afectada porque este concepto dependía de la capacidad de México para competir en los mercados internacionales y generar sus propios recursos.

Según Salinas el objetivo de la política exterior durante su sexenio era “integrar más y mejor a México en la economía internacional4”.

Para el próximo mandato (1994-2000) presidido por Ernesto Zedillo se observa una continuidad en la diplomacia que asumió Gortari. La política económica internacional con Estados Unidos fue prioritaria. Se avanzó en profundizar las relaciones con el vecino país reflejándose en el crecimiento de importaciones y exportaciones con EEUU que fue sustancial. Sin embargo existieron recriminaciones mutuas con narcotráfico e inmigración.

La alternancia del poder y la relación con EEUU

En el año 2000, por primera vez, México eligió a un candidato de otro partido diferente al PRI. Era el turno de Vicente Fox. En este período hubo muchas expectativas de la sociedad mexicana en que se aprobara la reforma migratoria: la conocida “enchilada completa”.

No se querían acuerdos laborales aislados, se apostaba por una reforma que permitiera a los indocumentados regularizar su permanencia en Estados Unidos. Esto no ocurrió. George Bush nunca lo aprobó, tenía una imagen desprestigiada ante Al Gore que, aunque perdió las elecciones, contaba con la simpatía de muchos de los estadounidenses.

¿Qué pasó con la tan anhelada reforma migratoria? Muchos dicen que después del ataque terrorista del 9 de septiembre las prioridades de Estados Unidos cambiaron radicalmente y se enfocaron en la lucha contra el terrorismo, pero otros opinan que fue un gran error por parte del gobierno mexicano pensar en que esa reforma era posible.

En la relación con Estados Unidos, el gobierno de Fox supuso que la afinidad ideológica del presidente de México con George W. Bush daba a México una oportunidad ideal para lograr ciertos objetivos puntuales.

Se pensó que México podría ser una prioridad en la agenda de política exterior estadounidense y que se podría conseguirse un “acuerdo migratorio integral”, el cual fue el objetivo número uno de la política exterior mexicana del sexenio.

Durante el gobierno de Fox se plantearon tres objetivos centrales para la política exterior de su gobierno: Proyectar una nueva imagen de México frente a la comunidad internacional, luego de 71 años de gobiernos del PRI; priorizar la relación estratégica con Estados Unidos y fortalecer la presencia de México en los principales foros multilaterales.

Por otro lado, el gobierno de Fox argumentó que una de las grandes aportaciones de ese sexenio a la política exterior mexicana fue haber puesto en la mesa de discusión la reforma migratoria. Sin embargo, sea como sea, no hubo acuerdo migratorio.

Otro punto importante de la agenda de política exterior durante el gobierno de Vicente Fox fue la participación de México durante la guerra en Irak. México, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, logró mantener una postura contra la intervención de Estados Unidos en Irak; decisión que fue apoyada por la mayor parte de la sociedad mexicana.

Sin embargo, algunos aseguran que esta posición le costó a México la posibilidad de discutir acerca de una reforma migratoria.

En 2006 Felipe Calderón gana las elecciones. A partir de este momento el principal interés de México con Estados Unidos está relacionado con crimen organizado e inseguridad.

Durante este sexenio se ha tratado de imponer la visión de la “responsabilidad compartida” en que se asume que tanto Estados Unidos como México son parte del problema, pero también de la solución. Lo que logró que Estados Unidos reconociera públicamente que tienen una responsabilidad con el tema de la violencia en México.

Además, surge el proyecto denominado Iniciativa Mérida el cual es un esquema de cooperación bilateral, entre México y EEUU para combatir la delincuencia organizado. Gracias a este programa Estados Unidos se compromete a dar 1.4 millones de dólares por tres años para ayudar a México en equipos, entrenamiento y capacitación; además de apoyar con la reforma judicial y así disminuir los niveles de violencia.

Con respecto a la reforma migratoria, la Ley Arizona marca uno de las principales controversias entre los dos países. A pesar que el presidente Obama no está de acuerdo la ley se aprobó.

Esta legislación supone la acción más amplia y estricta contra la inmigración ilegal en las últimas décadas. Por su impacto ha recibido atención internacional y ha provocado una controversia considerable porque criminaliza a los inmigrantes sin documentos y considera sospechosos de crímenes a todos los que por su aspecto puedan parecer inmigrantes, ya sean ciudadanos norteamericanos o inmigrantes legales o ilegales.

A pesar que el Programa Nacional de Desarrollo 2007-2012 asegura que la política exterior debe proteger y promover activamente los derechos de las comunidades de mexicanos que residen en el exterior5 este tema no ha sido prioridad para el sexenio de Calderón.

En todo caso, el mandado del presidente Calderón está por culminar. En 2012 el pueblo mexicano tendrá la responsabilidad de decidir quien será el responsable de llevar las riendas del país y con ellos la política exterior que México asumirá con Estados Unidos. De llegar a ganar cualquiera de las 3 fuerzas políticas cómo sería esta política exterior. Amanecerá y veremos.

PRI: mejorar las condiciones del TLC

De llegar el PRI en las elecciones de 2012, la agenda de política exterior no presentaría cambios sustanciales debido a que la relación de México con Estados Unidos es estructural y no coyuntural. Sin embargo el enfoque de las políticas sería diferente a las asumidas por el PAN.

Existen temas establecidos en agenda que se deben continuar y mejorar. Como el caso migratorio, seguridad y del Tratado de Libre Comercio. Por un lado, habría una continuación en las políticas de Estado contra la delincuencia organizada y narcotráfico, con sus evidentes diferencias en la manera de proceder.

En el aspecto económico el PRI colocaría el acento en mejorar las condiciones del Tratado de Libre Comercio. Por un lado este convenio perjudica al campo mexicano porque negarle todo tipo de subsidio y favoreció al norteamericano. Además queda pendiente resolver la situación del transporte. Actualmente los camiones de carga mexicanos no pueden circular libremente por Estados Unidos, como sí lo pueden hacer los camiones norteamericanos por el territorio mexicano. Lo que trae como consecuencia una evidente desventaja entre ambos países, reduce las ganancias para México, entre otros.

Con respecto al tema migratorio, se promovería una discusión de la tan deseada reforma migratoria en Estados Unidos. Para el PRI la relación entre México y Estados Unidos se caracteriza por su complejidad y dinamismo. Según este partido, las acciones unilaterales de Estados Unidos, particularmente en el ámbito de la seguridad, frenan la cooperación y promueven actitudes negativas que entorpecen la relación entre ambos países.

El PRI fomentará las siguientes acciones6:

1.   Establecer, con todos los niveles de gobierno, así como con el ámbito del Poder Legislativo del vecino país, una relación basada en el diálogo, el respeto irrestricto a los derechos humanos de los migrantes, la reciprocidad, el beneficio mutuo y la búsqueda de soluciones negociadas a los conflictos y diferencias en el tratamiento de los problemas de la migración, el comercio, el medio ambiente y la seguridad.

2.   Exigir a nuestros socios comerciales (Estados Unidos) un trato equitativo y justo a las empresas nacionales exportadoras, para estar en condiciones de enfrentar los retos que representan la emergencia de nuevas potencias económicas y la integración de bloques regionales.

3.   Promover la creación de un fondo, con aportaciones de los tres países participantes, destinado a fortalecer a los productores rurales afectados por el TLCAN.

4.   Impulsar la incorporación del concepto de migración de la fuerza de trabajo en el marco del TLCAN, como sustento de acuerdos laborales justos y respetuosos de los derechos humanos.

5.   Revisar el Tratado de Límites y Aguas de 1944, a fin de que responda tanto a las nuevas condiciones climatológicas como a las necesidades de los habitantes que demandan este indispensable y escaso recurso natural en ambos lados de la frontera.

PRD: respeta para que te respeten

El PRD entiende que la relación con Estados Unidos es importante. Sin embargo a juicio de este partido se debe debatir acerca de la política de ayuda al desarrollo, la política comercial, la medioambiental, la política de inversión extranjera y la de inmigración.

Aseguran que la relación entre ambos países debe ser de respeto, la igualdad jurídica y, sobre todo, la preservación del interés nacional y la soberanía de cada Estado. Por lo que uno de los aspectos donde el PRD colocaría el acento sería en regular la inversión extranjera de tal manera que las corporaciones transnacionales vuelvan a tener obligaciones respecto al desarrollo nacional y no sólo derechos que las beneficien. Para el PRD deben plantearse mecanismos para que la inversión extranjera tenga un efecto de arrastre sobre el resto de la economía.

Por otro lado, esta fuerza política afirma que muchas de las políticas migratorias adoptadas por Estados Unidos son incorrectas al establecer sistemas de entrada cada vez más represivos, al no querer actuar ante el incumplimiento de las leyes de salud por parte de los empleadores y no toman resolver el tema de la educación a los norteamericanos sobre los beneficios de la inmigración.

Por esta razón el PRD propone la suscripción de un tratado entre México y Estados Unidos en materia de migración. Este tendría que incluir la entrega de un permiso provisorio a los migrantes en situación irregular, inicialmente por un periodo finito para vivir y trabajar en el país anfitrión, que pueda ser transformado en permanente si se cumplen criterios como aprender el idioma, conservar un empleo estable y pagar impuestos hasta llegar a la situación de residencia plena7.

Por otro lado, el PRD tiene serias críticas acerca del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN). Por lo tanto proponen diversas reformas a estos convenios. Ellos son:

1.   Impulsar un debate acerca de las prácticas injustas de comercio internacional, importaciones en condiciones de discriminación, daño y amenaza de daño a la producción nacional; normalización de la aplicación injustificada de barreras no arancelarias.

2.   Modificar la legislación minera para prohibir las concesiones de explotación minera llamado Tajo a Cielo Abierto: a explotaciones mineras que se desarrollan en la superficie del terreno, a diferencia de las subterráneas, que se desarrollan bajo ella.

3.   Debatir acerca de una política rural que proteja a los agricultores mexicanos. Para ellos la soberanía alimentaria ha sido vulnerada con la instrumentación del TLCAN. El PRD asegura que: “Los pueblos tienen derecho a definir su estrategia para producir, distribuir y alimentarse, respetando sus culturas y recursos naturales, por ello será nuestra prioridad sacar los productos de consumo básico para los mexicanos como el maíz y frijol del acuerdo y buscar mejores condiciones en productos en los que hasta ahora México puede ser competitivo –como tabaco, ganado, hortalizas, legumbres, café o plátano“.

¿Hacia una nueva diplomacia?

Si bien es cierto que en el próximo año México tendrá que asumir la responsabilidad de escoger al próximo presidente de la República, la política exterior en relación con Estados Unidos seguirá siendo estructural y no coyuntural.

Por esta razón sea cual sea la fuerza política que gobierne durante el próximo sexenio deberá atacar los mismos problemas que ya existen: crimen organizado, violencia, narcotráfico, Tratado de Libre Comercio y reforma migratoria.

México y Estados Unidos se necesitan mutuamente, lo que refleja la necesidad de diversificar los temas de la agenda bilateral. No debería haber un solo tema dominando la agenda, sino una serie de temas en los que se pueda ir trabajando en conjunto, entendiendo que los dos países son parte de la solución de los problemas que los atañe: la responsabilidad compartida.

Por último, sea cual sea la fuerza política que gobierne durante los próximos seis años debe unir esfuerzos para incrementar la competitividad económica mexicana y así mejorar la situación migratoria, inversión, capital humano, emprendimiento, entendiendo siempre que la política exterior de un país debe trabajar en función de los intereses nacionales.

Notas

1 Pew Hispanic Center.

2 Alcances y Límites de la política exterior de México. Mario Ojeda.

3 Connel–Smith, The Inter- American – System. OP, cit., p30.

4 Salinas de Gortari, Carlos, Discurso de toma de posesión, 1 de diciembre de 1988, diciembre 1988

5 Programa Nacional de Desarrollo 2007-2012

6 Programa de Acción. Partido Revolucionario Institucional

7 Programa de Acción. Partido de la Revolución Democrática.

Bibliografía

1. Pew Hispanic Center. http://pewhispanic.org        [ Links ]

2. Connel–Smith, Gordon. (1966). The Inter- American – System. Nueva York, Universidad de Oxford.         [ Links ]

3. Ojeda, M. (1976). Alcances y Límites de la política exterior de México. México: Colegio de México.         [ Links ]

4. Salinas de Gortari, Carlos (1988). Discurso de toma de posesión presidencial. México, 1 de diciembre de 1988.        [ Links ]

5. Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos. (2007). Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012. México: Autor.        [ Links ]

6. Partido Revolucionario Institucional. (2008). Programa de Acción. México: Autor.        [ Links ]

7. Partido de la Revolución Democrática. (2009). Programa de Acción. México: Autor.        [ Links ]