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Interciencia

versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.26 n.10 Caracas oct. 2001

 

PÉRDIDAS DE TIERRA EN LA COSTA VENEZOLANA DEBIDO AL INCREMENTO DEL NIVEL DEL MAR

María de Lourdes Olivo, Elide Lettherny, Clara Platt Ramos y Marylin Sosa

María de Lourdes Olivo. Licenciada en Ciencias Biológicas mención Ecología, Universidad Simón Bolívar (USB). Master en Ciencias Biológicas, USB. Profesora, Universidad Central de Venezuela (UCV). Dirección: Facultad de Medicina (UCV), Escuela de Nutrición y Dietética. e-mail: lourdes_olivo@yahoo.com

Elide Lettherny. Ingeniera Civil mención Hidráulica, UCV. Postgrado en Ingeniería Hidráulica, UCV. Investigador, Laboratorio Nacional de Hidráulica, UCV.

Clara Platt Ramos. Ingeniera Hidrometeoróloga, UCV. Especialización en Derecho Ambiental y Desarrollo Sustentable, Centro Nacional de Desarrollo Social (CENDES-UCV). Dirección de Equipamiento Ambiental, Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARN).

Marylin Sosa. Geógrafa, UCV. Especialización en Sistemas de Información Geográfica, UCV. Dirección General de Planificación y Ordenación del Territorio, Dirección de Ordenación del Territorio, MARN.

Resumen

Algunos de los efectos del cambio climático global se manifiestan sobre la salud humana, producción y plagas agrícolas, incremento del nivel del mar, patrón de precipitaciones y evaporación, y tormentas. El propósito del estudio es evaluar las pérdidas de tierra potenciales en un escenario de 0,5m de incremento del nivel del mar en dos sectores costeros venezolanos: Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua y Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta. Se estimó que el primer sector de estudio es más vulnerable a la pérdida de tierra por erosión que el segundo sector, mientras que las pérdidas por inundación no parecen ser significativamente superiores para ninguna de las dos áreas evaluadas. Los impactos se reflejan fundamentalmente en centros urbanos, instalaciones turísticas y humedales. Se realizó el análisis de vulnerabilidad al impacto del nivel del mar en los sectores de estudio, obteniéndose que las opciones de respuestas planteadas generarían un costo muy alto que Venezuela no está en condiciones de asumir. Se propone que el análisis de la vulnerabilidad al incremento del nivel del mar sea incorporado al proceso de planificación y manejo de las zonas costeras.

Summary

Some of the effects of the global climate change comprise impacts on human health, agricultural production and plagues, sea level rise, patterns of precipitation and evaporation, and storms. The objective of this study is to assess the potential land loss upon a sea level rise of 0.5m in two Venezuelan coastal sectors: Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua and Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta. It was estimated that the first one of the two sectors is more vulnerable to land loss due to erosion, while losses due to inundation are not significantly higher for any of the two areas. Impacts affect mostly urban areas, tourist infrastructure and coastal wetlands. In the vulnerability analysis of sea level impact, the response options evaluated would generate a very high cost for the country. It is proposed that vulnerability analysis to sea level rise be incorporated as part of the coastal zones planning and management process.

Resumo

Alguns dos efeitos da mudança climática global se manifestam sobre a saúde humana, produção e pragas agrícolas, incremento do nível do mar, padrão de precipitações e evaporação, e tempestades. O propósito do estudo é avaliar as perdas de terra potenciais em um cenário de 0,5m de incremento do nível do mar em dois setores costeiros venezuelanos: Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua e Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta. Foi estimado que o primeiro setor de estudo é mais vulnerável à perda de terra por erosão que o segundo setor, enquanto que as perdas por inundação não parecem ser significativamente superiores para nenhuma das duas áreas avaliadas. Os impactos se refletem fundamentalmente nos centros urbanos, instalações turísticas e umidades. Realizou-se a análise de vulnerabilidade ao impacto do nível do mar nos setores de estudo, obtendo-se que as opções de respostas expostas gerariam um custo muito alto que Venezuela não está em condições de assumir. Foi proposto que a análise da vulnerabilidade ao incremento do nível do mar seja incorporado ao processo de planejamento e manejo das zonas costeiras.

PALABRAS CLAVE / Cambio Climático / Incremento del Nivel del Mar / Erosión / Inundación / Pérdidas de Tierra /

Recibido: 20/03/2001. Aceptado: 31/08/2001

El efecto invernadero es un fenómeno natural que ha operado en la Tierra por billones de años y se produce cuando la energía solar reflejada por la superficie terrestre es absorbida por los gases atmosféricos, aumentando la temperatura superficial. En los últimos decenios, sin embargo, se ha establecido que las actividades antrópicas, incluyendo la quema de combustibles fósiles, el cambio de uso de la tierra y la agricultura, han incrementado las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. El incremento de la temperatura puede incidir en la termoexpansión del océano, en la fusión de la cubierta oceánica, el derretimiento de los hielos, la circulación en los océanos y el clima, alterando las características físicas, biológicas (estructura y función de los ecosistemas) y biogeoquímicas de los océanos a diferentes escalas espaciales y temporales (Tergart y Sheldon, 1992). Así mismo tendrá efecto en los regímenes de circulación atmosférica, con alteraciones tanto en la frecuencia como la estacionalidad de las precipitaciones, y habrá un incremento global en la tasa de evaporación y precipitación. Los cambios en el ciclo hidrológico afectarán la disponibilidad del agua, actividad agrícola, hábitats naturales e infraestructura, la salud humana, modos de vida, producción de alimentos, actividad económica y movimientos migratorios (Patz y Balbus, 1998). Sin embargo, no hay certeza sobre el impacto en la intensidad y frecuencia de eventos extremos, como huracanes y tormentas (IPPC, 1996).

Paine (1993) evaluó algunos ecosistemas marinos con escenarios variables de incremento de temperatura concluyendo que las extinciones de especies parecen ser inusuales, ocurriendo sólo después de una larga exposición al nuevo régimen de temperatura o cuando la situación de estrés es intensa y la población afectada tiene distribución geográfica limitada. Las modificaciones en la productividad primaria no están claras ya que existen muchas variables interactuantes como corrientes, surgencias, nubosidad, vientos, flujo de nutrientes, salinidad, temperatura y radiación solar (Bernal, 1991).

Se han reconocido las implicaciones de los cambios climáticos globales en numerosos aspectos del propio clima o que tienen incidencia sobre la actividad humana: agricultura, salud, patrón de precipitación y evaporación, calidad del aire y también el ascenso del nivel del mar (UNEP-WMO, 1995; NOOA, 1997). Entre los fenómenos naturales detectados a gran escala, se ha identificado el calentamiento de la corriente marina El Niño-Oscilación Austral que fue excepcional en 1998 y provocó impactos importantes en el clima, afectando la agricultura y asentamientos humanos (IPCC, 1998). Adicionalmente, en muchos océanos se registraron altas temperaturas en el agua, especialmente en el Índico tropical donde se reportaron temperaturas de 3 a 5°C sobre las normales. Muchos ecosistemas coralinos murieron, probablemente debido a las altas temperaturas del agua en combinación con factores meteorológicos y climáticos (Wilkinson et al., 1999). La vulnerabilidad del ecosistema manglar al incremento del nivel del mar ha sido evaluada por varios autores (Ellison, 1993; Wolff et al., 1993; Edwards, 1995). Sus investigaciones plantean que es pertinente considerar el análisis de la capacidad de respuesta de estos ecotonos a los cambios en el incremento del nivel de agua marina.

Hay gran incertidumbre con relación a las proyecciones del calentamiento global por los variados y complejos elementos interactuantes. Sin embargo, se sabe que la temperatura superficial media global ha aumentado entre 0,3 y 0,6°C desde finales del siglo XIX, cambio que probablemente no tiene un origen totalmente natural.

Debido a una mayor densidad demográfica, las comunidades humanas asentadas en zonas sensibles, como cuencas fluviales y llanuras costeras, resultarán más vulnerables a riesgos como tormentas, inundaciones y sequías, incrementándose la incidencia de ciertas enfermedades y la reducción de la productividad agrícola. Los efectos principales del incremento del nivel del mar se manifiestan en problemas de erosión e inundación, regresión de la línea de costa, intrusión de la cuña salina, alteración de rangos de mareas y patrones de sedimentación, con pérdidas de humedales y la riqueza biológica que encierran.

Los impactos potenciales del cambio climático por sí solos no representan el mayor daño a los ecosistemas costeros, pero pueden acentuar e incidir en las comunidades allí asentadas al actuar conjuntamente con los problemas ambientales existentes, tales como alta concentración poblacional, inadecuada ordenación del territorio, contaminación de aguas y suelos, presión por la demanda de energía, agua dulce, vivienda y alimentos.

Entre las investigaciones relacionadas con este tema a nivel mundial, destacan las realizadas por Perillo y Piccolo (1992), Van Dam (1993), Frech et al. (1995), Santiago (1995) y Saizar (1997). En Venezuela se han llevado a cabo estudios relacionados con las consecuencias potenciales del incremento del nivel del mar por Aparicio et al., (1990), Roa Morales (1991), Arismendi y Volonté (1992), Olivo y Perdomo (1996), Olivo (1997; 1999), Perdomo (1999).

La presente investigación tiene el objetivo de estimar las pérdidas de tierra ocasionadas por el incremento potencial del nivel del mar y efectuar un análisis de la vulnerabilidad costera en las zonas de Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua y Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta.

Métodos

Se seleccionaron dos áreas de estudio (Figura 1). La primera se extiende desde Cabo Codera hasta el Parque Nacional Laguna de Tacarigua y tiene una superficie de 37,9km2 con 78,50km de costas hacia el mar Caribe y 75,50km de costas lacustrinas. La razón que motivó esta selección fue la presencia de un humedal costero de importancia ecológica como la Laguna de Tacarigua con su gran diversidad biológica, protegida por la figura legal de Parque Nacional y de gran atractivo para la población (Conde, 1996). Se ha establecido que este ecosistema está sometido a una presión creciente de desarrollo turístico recreacional en el área de amortiguación del Parque Nacional Laguna de Tacarigua, a pesar de coexistir igualmente otra figura administrativa como es la Zona de Aprovechamiento Agrícola (Díaz y Zelwer, 1985; Olivo, 1992). El segundo sector seleccionado, comprendido entre Barcelona y Guanta, presenta una superficie de 3,53km2 con una longitud del área marino-costera de 50,65km y un importante desarrollo turístico recreacional con alto nivel de inversión, importantes actividades pesqueras e industriales (petroleras), además del Parque Nacional Mochima.

Figura 1. Ubicación de Áreas de Estudio. 1 Cabo Codera - Parque Nacional Laguna de Tacarigua. 2 Barcelona - Puerto La Cruz - Guanta

La metodología utilizada (Figura 2) se basa en el esquema desarrollado por el Panel Intergubernamental de Cambios Climáticos (IPCC) denominado "Metodología Común: Siete Pasos para Evaluar la Vulnerabilidad de Áreas Costeras". Esta metodología permite evaluar la vulnerabilidad al incremento global del nivel del mar, incluyendo las estrategias de respuestas (IPCC, 1992). Considerando los resultados de los modelos utilizados por el Panel (IPCC, 1992; 1998) para el escenario de emisiones "situación actual", que no plantea cambios en las políticas de control de emisiones actuales, se predice un aumento en la temperatura global media de 1 a 3,5°C para el año 2100 y un incremento asociado en el nivel del mar entre 15 y 95cm. UNEP/ IOC (1995) propone, como ajustado a la región caribeña, el escenario potencial de aumento del nivel del mar de 0,5m para el año 2100. En este estudio se aplicó este escenario directamente al área de estudio. Cada escenario de incremento del nivel del mar producirá una nueva posición de la línea de costa y, por consiguiente, un área particular de pérdida de tierra (Hands, 1983; Nicholls y Leatherman, 1994).

Figura 2. Metodología Aplicada

El escenario socioeconómico planteado para el año 2100 permite presumir que se acentuarán las presiones sobre los recursos naturales costeros. Es de esperar que se incrementará la presencia de grandes desarrollos turísticos, conllevando a la expansión de los centros poblados próximos y de otras instalaciones que brinden apoyo al turismo. El patrón de distribución de la población se mantendrá debido a la localización de centros de apoyo a esa actividad y por la instalación de infraestructuras dirigidas al procesamiento de petróleo.

La caracterización del Sistema Natural se fundamenta en trabajo de campo y la revisión bibliográfica sobre aspectos climáticos, oceanográficos, hidráulicos, geomorfológicos y geológicos, características de la costa, Áreas Bajo Régimen de Administración Especial y los recursos bióticos existentes. En Olivo y Perdomo (1996) se presenta una descripción detallada de los temas mencionados, utilizando fundamentalmente la información bibliográfica disponible. En la caracterización del Sistema Socioeconómico se incluye los municipios afectados, centros poblados, infraestructuras en riesgo, población y viviendas impactadas y en riesgo, producto interno bruto; para las variables demográficas y económicas se les presenta su valor al año 2100. La población en riesgo se estimó multiplicando el promedio de personas por vivienda familiar por el número de viviendas ocupadas (OCEI, 1990).

El método utilizado para estimar el tamaño y patrón de Uso de la Tierra fue el análisis de los Planos de Ordenación Urbanística, Mapa Estadal de Ordenación del Territorio, Esquema de Ordenación del Territorio, y chequeo en campo.

El Valor Capital incluye el valor total de las tierras más el de las infraestructuras existentes sobre ellas (IPCC, 1992). Para estimar este dato fue necesario investigar los precios de la tierra en los sectores de estudio, los cuales varían ampliamente, de acuerdo a su uso y ubicación. El valor de la infraestructura se estimó revisando información especializada (FIV, 1993; OCEI, 1990; CORPOTURISMO, 1998).

Con toda esta información recopilada sobre precios de la tierra e infraestructuras de diferente categoría, se obtuvo un estimado del valor capital en riesgo y un estimado a futuro de éste. Finalmente, se llevó a cabo un cálculo aproximado de las pérdidas financieras posibles, sin tomar en cuenta fluctuaciones en los valores de mercado.

Se realizó un análisis de la geomorfología costera, basado en la bibliografía existente, información aereofotográfica y la obtenida durante los trabajos de campo. En dichas visitas se utilizó la "barra niveladora", instrumento sencillo y económico ideado en la Universidad de las Islas Canarias, para tomar mediciones cada 300 metros con la finalidad de analizar los perfiles de la zona de estudio (Martínez et al., 1987).

Seguidamente, se determinó el principal mecanismo de pérdida de tierra que pudiera operar según las características geomorfológicas: erosión en playas arenosas y arrecifes suaves; inundación en tierras bajas, particularmente humedales, pantanos, salares, estuarios; y sin pérdida de tierras, en arrecifes y costas rocosas.

La superficie de las áreas de inundación se estimó usando un planímetro polar y aplicando el concepto de la inundación simple con el incremento del nivel del mar planteado. Para estimar la pérdida de tierra debida a la erosión se aplicó la Metodología de Bruun modificada por Hands (1983), como se indica en Nicholls y Leatherman (1994), Nicholls et al., (1994) y Olivo (1999), que se resume en la ecuación

R = S · G · L / (B + hx)

Donde R es el retiro o recesión de la costa provocado por el aumento del nivel del mar S, G es la proporción de material erosionable que permanece en el perfil activo, y B, la altura de la duna, se consideró como la altura desde el nivel medio de mar hasta la infraestructura o formación vegetal más cercana. Debido a la carencia de registros continuos del transporte de sedimentos y del régimen de olas presentes en la costa, se emplearon cartas batimétricas para estimar la profundidad de cierre para las condiciones actuales (hx). Luego, la amplitud del perfil activo, L, fue medida a partir de estos planos.

Se realizó una evaluación de las tierras en riesgo de inundación en los puntos de desembocadura de los ríos Tuy y Neverí, cuantificando su superficie y la información hidrológica, geomorfológica y topográfica. Los acuíferos se localizaron cartográficamente y se estableció su calidad físicoquímica.

Se evaluaron tres respuestas al incremento del nivel del mar (IPCC, 1992; 1996):

No Protección. Se asume que no hay protección costera y no se toma en cuenta la existente, por consiguiente la pérdida de tierra alcanza al máximo.

Protección Existente. Esta medida considera que las áreas protegidas permanecerán de esta manera y serán levantadas así como el nivel del mar aumente. Se investigó el tipo y longitud de protección costera presente actualmente en el área de estudio: rompeolas, espigones y diques, presentándose un estimado del costo de construcción. Los costos utilizados fueron los siguientes: rompeolas (1750000 Bs/m), espigones (890000 Bs/m), diques (750000 Bs/m), para puertos varios (1000 miles de millones).

Protección de Áreas Importantes. Plantea la protección de las playas con interés turístico mediante la recuperación de playas, la infraestructura costera se levanta y las carreteras se protegen. Para la alimentación artificial y el mantenimiento de playas se utilizó el coeficiente propuesto por el IPCC (1992) de USD 5 por cada m3 de arena.

Protección Total. Además de la protección de las áreas importantes, se considera que las áreas costeras con densidad de población mayor de diez habitantes por km2 serán protegidas. Toda el área de estudio tiene una población que excede esta densidad, por consiguiente esta medida de protección se refiere a la longitud restante del sector. Así, tenemos que, al costo de Protección de Áreas Importantes se adicionaría el costo de proteger con diques el resto de la costa que no está protegida. En esta respuesta de adaptación se hizo uso de los costos de referencia de Arismendi y Volonté (1992) para la construcción de diques situados en ambientes de alta exposición al oleaje (0,5 millones de dólares) y para diques en costas altas (0,7 a 1,4 millones de dólares).

Resultados

Las características biofísicas y la información socioeconómica más resaltantes de las zonas de estudio, se refieren en Olivo y Perdomo (1996). En la Tabla I se presentan algunas de las características físiconaturales de las áreas estudiadas que se utilizaron para evaluar las áreas de estudio.

En la evaluación de los cambios físicos y tierra en riesgo se determinó que en el sector Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua un aumento de nivel del mar de 0,5m podría causar una pérdida estimada de tierra debido a erosión entre 5,22 y 8,38km2. Adicionalmente, este sector es altamente vulnerable a la inundación potencial ya que está sujeto a una pérdida de tierra de 15,43km2, fundamentalmente en las cercanías de la Laguna de Tacarigua, así las pérdidas potenciales alcanzarían 41% por inundación, 14% por erosión y 45% de la superficie total del área de estudio (37,90km2) no estarían afectadas (Figura 3). La regresión o retiro de la línea de costa se calculó en aproximadamente 30m.

Figura 3. Pérdidas de tierra

Para el segundo sector evaluado se estimó que la superficie afectada por erosión debido a un potencial incremento del nivel del mar de 0,5m estaría comprendida entre 0,24 y 0,38km2, mientras que el área potencialmente sujeta a inundación es de 1,35km2. En este escenario, la pérdida total de tierra sería de 1,73%. La regresión de la línea de costa se calculó en 53m. Se estimó un área perdida por erosión de 7%, mientras que por inundación arrojó un valor de 38%, y finalmente un 55% del área total no sufrirá ningún impacto. El área en riesgo por inundación fluvial se estimó en 31km2. En términos generales, el flujo de agua subterránea está orientado hacia la zona costera, observándose que en las dos áreas el gradiente hidráulico disminuye desde el piedemonte de la cuenca hacia la planicie costera. El contenido de sólidos disueltos en las aguas subterráneas aumenta en dirección a la costa, lo cual podría estar relacionado con la profundidad de la interfase agua dulce-agua salada. Los resultados en cuanto a la calidad físico-química de los acuíferos se presentan detalladamente en Olivo y Perdomo (1996).

Estrategias de Respuestas

No Protección. Al asumir que no hay protección costera presente, ni se toma en cuenta la existente, la pérdida de tierra y su valor alcanza al máximo, pero el costo de protección es cero. En este caso, se perderá toda la tierra del primer sector de estudio, es decir 37,90km2, al igual que todos los humedales. En el segundo sector, igualmente la pérdida será total, es decir, 3,53km2.

Protección Existente. El costo estimado para la infraestructura costera es de 31410 millones de bolívares. Se llevó a cabo la estimación del costo del levantamiento de la infraestructura costera existente, rompeolas, espigones, diques y puertos en los sectores de estudio, obteniéndose para Laguna de Tacarigua-Cabo Codera un costo de aproximadamente Bs. 1493 millardos y para el segundo sector Bs. 2103 millardos.

Protección de Áreas Importantes. Se concluyó que 7,5km en la línea de costa de Higuerote ameritarían ser mantenidas, estimándose un costo total de 6,187 millardos de bolívares; igualmente, se estimó que 2,5km en Lecherías requerirían ser alimentados o mantenidos (según se explicó en la metodología) y costaría 0,177 millardos de bolívares.

Protección Total. Al costo de protección de áreas importantes se adicionaría el costo de proteger con diques el resto de la costa que no está protegida. En el primer sector de estudio se requerirían diques por un monto de 1,075 millardos de bolívares, mientras que en el segundo, el costo es prácticamente cero.

En la Tabla II se presentan los resultados del Análisis de Vulnerabilidad, considerando los resultados obtenidos en forma global y las proyecciones para el año 2100, observándose que el valor capital en riesgo, el valor de la protección costera y la estimación de la opción levantamiento, son mayores para el sector Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta que para Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua. Igualmente se aprecia que para el año 2100 se mantiene la tendencia descrita anteriormente.

Se observa que al considerar los costos de las distintas opciones de respuestas y la estimación del Producto Interno Bruto nacional, se concluye que la implementación de cualquiera de las medidas de protección mencionadas representa un costo que actualmente el país no puede afrontar.

Discusión y Conclusiones

Esta evaluación muestra que el sector Cabo Codera-Parque Nacional Laguna de Tacarigua tiene una alta vulnerabilidad a las pérdidas de tierra por erosión debido al incremento del nivel del mar, mientras que no parecen ser significativas las diferencias estimadas de pérdidas de tierra por inundación para los dos sectores estudiados. Ciertos factores aumentan esta vulnerabilidad, tales como algunas modificaciones antrópicas relacionadas con el suministro de agua (fluvial, subterránea) y aportes de sedimentos; futuros estudios deben ahondar en la magnitud de la interacción de estos factores. Se estimó que el retiro o regresión de la línea de costa es mayor para Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta (53m) que para el primer sector (30m). El análisis de la vulnerabilidad al incremento del nivel del mar para los dos sectores de estudio, permite concluir que las dos áreas evaluadas presentan riesgos potenciales ante este fenómeno.

Otros estudios de vulnerabilidad al incremento del nivel del mar aplicaron la misma metodología. En Senegal, dos terceras partes de la población y 90% de su industria están concentradas en la zona costera. Con un escenario de 1m de incremento del nivel del mar se estaría amenazando estructuras valoradas en 499-407 millones de dólares y desplazando 180000 personas (Niang et al., 1992).

Perillo and Piccolo (1992) estimaron que en los alrededores de Buenos Aires, Argentina, con un aumento de 1m en el nivel del mar pueden permanecer inundados cerca de 2000km2, ya que el área estudiada comprende fundamentalmente costas bajas, estando en riesgo aproximadamente 5 billones de dólares de inversiones. Saizar (1997) concluyó que la pérdida de tierra por erosión es poco significativa en Montevideo, Uruguay, aunque estimó un retiro de la línea costera entre 56 y 112m.

Arismendi y Volonté (1992) aplicaron en la costa venezolana la técnica del videomapping aéreo, metodología que no es tan detallada como la aplicada en esta investigación, reportando que el sector Laguna de Tacarigua, incluyendo su barra arenosa, es sensible al incremento del nivel del mar. La regresión costera estimada fue de unos 60m, similar a la reportada en esta investigación. En Venezuela, Olivo y Perdomo (1996) reportaron como área más crítica al incremento del nivel del mar la costa oriental del Lago de Maracaibo con un valor capital en riesgo de 26,91x109 millones de bolívares, pérdidas altas de tierra por erosión (11,20km2) e inundación (13,19km2), debido fundamentalmente a la subsidencia provocada por la explotación petrolera.

La formalización del Programa Nacional de Manejo de Zonas Costeras es vital para lograr la sustentabilidad de los recursos costeros, lo cual requerirá reforzamiento legal e institucional para llevar a cabo adecuadamente la planificación e implementación de respuestas adaptativas ante el fenómeno que aquí se estudia. Incentivar y reforzar el componente de planificación facilitaría el proceso de decisión en el manejo de actividades socioeconómicas y la mitigación de la vulnerabilidad en áreas costeras y sus recursos. La divulgación de estos resultados en los distintos niveles educativos y entre las autoridades regionales y locales de las entidades administrativas consideradas, coadyuvará a mejorar la planificación integrada de las zonas costeras, en la cual el país cuenta en general con muy poca experiencia, aunque la factibilidad de implementar programas de manejo integral es alta para algunas localidades, tal como el Sistema de Maracaibo (Conde y Rodríguez, 1999). En cualquier caso, el primer paso hacia el logro de un manejo costero es el desarrollo de un sistema unificado de recolección de datos sobre la zona costera. En particular, las investigaciones sobre el análisis histórico de los cambios en la línea costera son muy útiles y valiosas ya que ayudarían a predecir futuros cambios. Así mismo, más investigación sobre las respuestas de los sistemas bióticos: manglares, corales, pesquerías, son vitales para entender sus respuestas ante ee incremento en el nivel del mar.

Se recomienda, en próximos estudios, jerarquizar las zonas críticas y proceder a evaluar costos aún más detalladamente. Algunos elementos necesitan más investigación, tales como, los índices de costos aplicados (se utilizaron los del IPCC, 1992), el balance de sedimentos y la dinámica costera de forma integral. Igualmente, los futuros trabajos deberán continuar realizándose siguiendo un marco común para las evaluaciones de vulnerabilidad a los cambios climáticos y el incremento del nivel del mar. Este marco referencial necesita ser integrado con la evaluación de otros factores que causan estrés en las zonas costeras y reforzada su metodología para obtener resultados más exactos.

AGRADECIMIENTOS

Las autoras agradecen a Marta Perdomo y por la asistencia técnica y financiera al U.S. Country Studies Program.

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