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Revista de Pedagogía

versión impresa ISSN 0798-9792

Rev. Ped v.25 n.73 Caracas mayo 2004

 

Transdisciplinariedad: Una propuesta para la Educación Superior en Venezuela

   

Miriam A. Carmona Rodríguez 

Facultad de Ciencias y Centro de Estudios

 e Investigaciones sobre Educación Avanzada

 Universidad Central de Venezuela

carmonam@rect.ucv.ve

 

 

RESUMEN

En Venezuela, la carencia de una estructura legislativa actualizada, que articule con las políticas públicas académicas formuladas anteriormente desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, y actualmente desde el Ministerio de Educación Superior, ha retardado los avances que en materia de reestructuración curricular vienen desarrollando las instituciones de educación superior.  De ahí la necesaria urgencia de abrir espacios de discusión, en los cuales se formulen alternativas que fundamenten la calidad del sistema educativo superior desde una perspectiva no habitual pero a tono con las necesidades y planteamientos sociales. Precisamente en este ámbito, la pedagogía debe recuperar su papel relevante a partir de los enfoques educativos que se presentan con vigencia, como lo es el de la transdisciplinariedad. La pedagogía, "como praxis de la educación" (Molins Pera, 1995), está ubicada en todas las áreas del conocimiento educativo en general y universitario en particular, característica que la sitúa en un nivel transdisciplinario. La praxis educativa ofrecida en la educación superior venezolana debe estar centrada en la pertinencia, colaboración y solidaridad, pues las instituciones de educación superior, en estos momentos, padecen todos los males del cientificismo: rigidez en sus programas de estudios, escasa capacidad de respuesta a las demandas sociales, poca capacidad para atender lo que escapa del método verificable universal, excesivo disciplinarismo y concretismo, que parcelan el conocimiento y lo disgregan, perdiendo el sentido y orientación de la realidad y dirigiendo el conocimiento cada vez más hacia la especialización de la especialidad, es decir, a la "super-especialización", sin ninguna conexión con el contexto social.

Por tal situación proponemos a la educación superior de Venezuela: 1. Profundizar en el sistema multidisciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario; 2. Actualizar la estructura legislativa vigente en materia de educación superior venezolana y 3. Rescatar el papel de la pedagogía en las instituciones de educación superior.  De esta manera facilitaremos respuestas viables, pertinentes y con equidad a los planteamientos sociales.

Palabras clave: Multidisciplinariedad, interdisciplinariedad, transdisciplinariedad, educación superior, pedagogía.

 

Transdisciplinarity: A Proposal For Venezuela’s  Higher  Educati

 

ABSTRACT

The lack of an updated legislation coordinating both governmental policies and curricular changes being promoted by our country’s institutions of higher learning, may have become an impediment to the necessary changes being sought at this level of education. As a consequence, it seems necessary to open avenues for an open discussion in which new perspectives and alternatives are presented. These alternatives, although innovative, must be directed towards the betterment of this subsystem, and more attuned to the needs of society. In this context, the role of Pedagogy seems crucial in times of transdisciplinarity. Pedagogy, understood as "educational praxis" (Molins, 1995) permeates all educational concerns in general and higher education in particular, a key sign of its interdisciplinarity. Educational praxis taking place in Venezuela ’s higher education should be focused on pertinence, collaboration and solidarity, moving away from current practice based on curricular rigidity, incapability to respond to social demands, a narrow epistemological view, discipline-centered and concreteness-oriented approaches to reality, and a trend towards specialization without regard for social context. In this sense, a proposal is advanced: 1. to deepen a multidisciplinary, interdisciplinary, and transdisciplinary system, 2. to update legislation pertaining higher education, 3. to reassume the crucial role of Pedagogy in our institutions of higher learning. 

Key words: Multidisciplinarity, interdisciplinarity, transdisciplinarity, higher education, pedagogy.  

 

1. INTRODUCCIÓN

 La búsqueda del conocimiento a través de la pedagogía nos obliga a dedicarnos al nutrimento de las visiones y conceptualizaciones y al discernimiento de los enfoques que se nos presentan actualmente en las políticas publicas y académicas institucionales: tal es el caso de la transdisciplinariedad.

En este sentido, si realizamos un poco de historia y nos ubicamos en épocas pasadas (mediados del siglo XIX al siglo XX) encontramos que uno de los métodos que se mantiene con gran relevancia y prestigio es el "método científico", argumentado bajo el pensamiento de Augusto Comte (1798-1857) y de Emilio Durkheim (1858-1917), entre otros1.

La Escuela Positivista que sustenta al método científico como único y universal (Fernández Heres, 1994), se ampara en las ideas de los autores antes referidos. Este método se caracteriza principalmente por separar las áreas disciplinarias, y por fragmentar su objeto de estudio tanto como le sea posible, argumentando que la suma de las partes constituye el todo. Si bien es cierto que tal abordaje resulta válido para muchas de las actividades científicas de laboratorio, no deja de ser menos cierto lo limitado de su aporte para solventar planteamientos que emergen de la realidad. El método científico es una visión restringida de la investigación científica, ya que descarta otro modo de producción de conocimiento, limitando el estudio de problemas complejos y obviando que "la realidad es compleja"2 y es "transdisciplinaria"3 .

A mediados del siglo pasado, nuevos enfoques para abordar la realidad se han vislumbrado, particularmente en el área de la pedagogía. Ya desde inicios del siglo XX se habló de la necesidad de efectuar orientaciones multidisciplinarias en la investigación educativa, y más tarde, a inicios de la década de los setenta, libros en educación, separatas, revistas y otras publicaciones en general referían la necesidad de atender a aspectos interdisciplinarios, existiendo hoy día quienes destacan la importancia de efectuar investigación desde el punto de vista transdisciplinario como enfoque para abordar la realidad, postura ésta que desarrollamos en el presente artículo.

Creemos conveniente, para avanzar en el discernimiento terminológico, detenernos a diferenciar entre multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. La multidisciplinariedad y la interdisciplinariedad han sido más que aclaradas y conceptualizadas por autores como Ander-Egg (1993), Boissot (1975), Espaillat (1985), García Guadilla (1996), Paris (1973) y Saneugenio (1991). Sin embargo, de manera genérica mencionaremos que la multidisciplinariedad desde el punto de vista etimológico significa muchas disciplinas, es decir, varias disciplinas abordando el mismo objeto de estudio pero sin interconexión alguna o relación aparente entre ellas.

La interdisciplinariedad, por su parte, es la relación o integración entre disciplinas. Esta integración o intercambio entre disciplinas es de naturaleza intrínseca de sus métodos, o sea, al momento de abordar un problema u objeto de estudio sus métodos son comunes, de una u otra área del conocimiento.

La transdisciplinariedad posee contenidos de amplia y compleja significación, ya que en su relativa corta historia no ha habido lugar para acumular teoría y práctica que nos permitan referirnos a la especificidad del término sin peligro de mutilar o sobredimensionar lo que connota actualmente, por lo que debemos correr el riesgo de definir y argumentar propuestas de síntesis que nos acerquen a ese objetivo. Con esta aclaratoria se conduce la presente investigación.

La perspectiva transdisciplinaria se plantea estrategias de largo alcance, incluye enfoques como el marxismo, el utopismo o las teorías del conflicto, los cuales tienden a hacer énfasis en los estudios cualitativos, la teorización, el uso de la intuición, el compromiso social y la proposición de cambios profundos, buscando las variables del sistema. Desde el punto de vista etimológico del término subyace dimensionalidad, ya que su vocablo está conformado por la preposición latina "trans" y el sustantivo adjetivado "disciplinariedad".  El prefijo "trans", que significa "más allá y a través de", se utiliza predominantemente para indicar eventos en los que no existen fronteras entre las disciplinas, es decir, las acciones que se mueven dentro y a través de una determinada disciplina.

El enfoque transdisciplinario se inicia desde el preciso momento cuando el sujeto comienza a interpretar la realidad, pues la realidad es transdisciplinaria (García Guadilla, 1998). Lo cierto es que todos estos conceptos surgen con el propósito de unir las diferentes áreas del conocimiento que permitan a docentes, investigadores y estudiantes acercarse a la realidad.

Comparativamente, en la actualidad tanto en los organismos internacionales como en las políticas de educación superior nacionales e institucionales se realizan esfuerzos para que los nuevos diseños curriculares incluyan y se realicen bajo un pensamiento integral, holístico, multidisciplinario, interdisciplinario y hasta transdisciplinario, que formen profesionales con pensamiento crítico, capaces de abordar planteamientos complejos y, sobre todo, que estén preparados para dar respuestas viables, confiables y con equidad a los planteamientos de la realidad.  No obstante, un obsoleto sistema legislativo en materia de educación, particularmente en el contexto de la educación superior venezolana, ha dificultado los avances que en materia de transdisciplinariedad han aportado las políticas públicas en la praxis educativa. Así como también han sido poco fructíferos los esfuerzos realizados desde las instituciones de educación superior en ajustar y actualizar sus diseños curriculares con este enfoque transdisciplinario y colocarlos a tono con las políticas y estrategias que desde el Ministerio de Educación Superior de Venezuela se han trazado.

Nosotros sugerimos que la pedagogía como praxis de la educación es una disciplina del conocimiento transdisciplinaria, por estar presente en todas las áreas del sistema educativo, particularmente de la educación superior: está en su disciplina, a lo largo de ella y a través de ella, además de abarcar otros campos del saber. En este artículo formulamos ideas que empleamos como argumentos válidos para sugerir la transdisciplinariedad como alternativa en las perspectivas pedagógicas de las universidades venezolanas.

2.  LAS DISCIPLINAS DEL CONOCIMIENTO UNIVERSITARIO

Los enfoques de la educación y los conceptos pedagógicos han tenido exigua relevancia en otras áreas disciplinarias, particularmente en las ciencias básicas, donde el cientificismo y el "método científico" han logrado separar el sujeto del objeto de estudio.  Estas posturas, argumentadas ideológica y filosóficamente por el positivismo, han logrado egresar profesionales que saben mucho de cada vez menos. Son los llamados especialistas, o super-especialistas, que han logrado obtener un legítimo prestigio o reconocimiento en la sociedad científica, conquistando un estatus en la cultura académica universitaria, en las que ha denominado Becher (1996) tribus académicas. Estas tribus han logrado instaurarse en las instituciones de educación superior desde hace varias décadas y quizá siglos, conquistando el reconocimiento de la sociedad, particularmente la integrada por la comunidad universitaria.

Una serie de sociedades constituidas desde las entidades de los profesores de las universidades, han valorado muy poco los aportes de sus colegas pedagogos y la contribución que en materia de educación superior han producido, es decir, para los cientificistas insignificante relevancia presentan los planteamientos sociales, manifestados por los educadores.

Lo arriba apuntado nos conduce a reflexionar y formular planes relacionados con la apertura en pedagogía, inclinándonos hacia el deber ser y el ser de las instituciones de educación superior venezolanas, en general, y de la universidades en particular, en estos tiempos de transformación y actualización, a propósito de la creación del Ministerio de Educación Superior, de las propuestas sobre Proyectos de Ley Orgánica de Educación y las políticas públicas en materia académica, que en este sentido regirán los destinos de las instituciones de educación superior en los próximos años, adentrándonos en el nuevo milenio.

Estas instancias han planteado la necesidad de formar profesionales con enfoque inter o transdisciplinario, capaces de abordar la realidad y poder proporcionar respuestas viables y confiables a una sociedad que las requiere. Falta entonces formalizar estudios de investigación que se orienten a analizar cómo abordar estas relaciones del conocimiento. Por los momentos pareciera más razonable hacerlo facilitando el enfoque transdisciplinario que permita abordar la complejidad de la realidad desde una determinada disciplina. Nosotros planteamos que el área del conocimiento capaz de atravesar las diferentes disciplinas o saberes del conocimiento lo constituye la pedagogía, debido a que está presente en el quehacer educativo.  Por otro lado, "pareciera que el avance de la transdisciplinariedad se está dando más en la práctica que en términos del concepto" (García Guadilla, 1997:203).

En los últimos años se ha venido analizando la función de la pedagogía en las instituciones de educación superior venezolanas en general y en las universidades en particular. Se ha señalado que la universidad ha centrado su atención en los saberes específicos que se derivan de las disciplinas y que cohabitan en ella, olvidándose de los aportes y alcances que en materia de orientaciones multidisciplinarias, interdisciplinarias y hasta transdisciplinarias, han aportado pertinentemente los investigadores de la educación superior. En principio, estas perspectivas deberían sustentar y orientar la práctica de los docentes universitarios en cualquier área del conocimiento, hoy día relacionados con el deber ser de las universidades, su misión, la calidad de sus egresados y el perfil de los nuevos profesionales.

Lo referido deberá estar reflejado en los diseños curriculares que deben actualizarse y articularse según las exigencias de la sociedad venezolana, sus políticas académicas y sistemas legislativos.  Dentro de este ámbito el profesional que ha de predominar en los tiempos venideros se orientará a funciones de integración y articulación de saberes, será capaz de organizar y jerarquizar toda la información que las nuevas tecnologías procesan en las diferentes áreas del saber y de ajustarla al contexto social.

Armonizado con lo anterior podemos observar que en las instituciones de educación superior venezolanas se evidencian dos extremos del conocimiento: por un lado la disposición según la cual la universidad debe estar centrada en la ciencia y no en la pedagogía, extrañando a esta última del concepto de ciencia. Bajo este enfoque la investigación y los saberes específicos marcarían la pauta de la docencia universitaria. Para los garantes de esta posición el discurso pedagógico en la universidad no tiene sentido, ya que las exigencias propias de la disciplina son suficientes para el ejercicio de la docencia. Por el otro extremo encontramos a los defensores del discurso pedagógico autónomo e independiente de las características de cada disciplina, para orientar la docencia en la universidad.

La primera posición desconoce que en la universidad debe haber lugar para la investigación sobre las prácticas docentes y para la construcción de un saber pedagógico que oriente dichas prácticas a tono con las exigencias sociales y los enfoques avanzados, propuestos en este trabajo. La segunda excluye la relación de la pedagogía con la lógica de cada disciplina y con los procesos de construcción del conocimiento en el interior de cada ciencia. La existencia de estas posiciones nos conduce a sugerir procedimientos que las vinculen: sin desconocer los aportes significativos que las mismas desarrollan, cobra aquí gran importancia el vínculo que debe jugar la transdisciplinariedad.

Además, las ciencias básicas o ciencias duras son disciplinas del conocimiento cada vez más específicas, elaboradas y sistemáticas, "donde se cuenta con todos los procedimientos y técnicas propias de las ciencias modernas, lo mismo que de un complejo sistema interdisciplinario, donde la pedagogía juega un papel de saber determinante" (Bedoya y Gómez, 1999:20). Sin embargo los investigadores venezolanos en esas disciplinas realizan resistencia para reconocer y aceptar el rol que cumple la pedagogía como ciencia interdisciplinaria, y las contribuciones que en materia transdisciplinaria puede aportar a las ciencias experimentales. Escasas experiencias, en este ámbito, son conocidas en materia interdisciplinaria, particularmente entre la pedagogía y las ciencias básicas en las universidades venezolanas, y la ausencia de vínculos entre ellas es notorio.

Sumado a lo anterior, encontramos las culturas de cada disciplina y la posición que ciertas áreas del conocimiento han creado en las instituciones de educación superior; por ejemplo, no tiene la misma relevancia, en nuestra sociedad venezolana, el referirse a un médico, a un ingeniero, a un arquitecto, que mencionar a un educador, a un filósofo o a un historiador.  Vislumbramos que del mismo seno de la academia ha nacido y se ha sostenido el prestigio de ciertas disciplinas del conocimiento. Han sido los propios académicos quienes han suministrado posiciones, reconocimientos y valores a unas áreas del saber en menoscabo de otras. Pero en la actualidad el problema está en que la situación ha ido empeorando, porque ahora, en este preciso momento, en nuestras universidades la confrontación no es sólo entre dos culturas, sino cada vez mas entre dos dimensiones: la cultura académica elitesca versus la cultura popular, la última en desventaja para sobrevivir, situación que por lo demás deberemos asumir, si se quiere aportar algo en la materia de la pedagogía como ciencia para abordar el enfoque transdisciplinario.

Cuando nos referimos a la separación de las disciplinas con énfasis en las discrepancias de las culturas establecidas entre ellas, nos referimos al comportamiento, costumbres y hábitos de los profesores y estudiantes de una u otra área del conocimiento; por ejemplo, en nuestra sociedad universitaria es fácilmente distinguible un estudiante y/o profesor de artes o de filosofía de otro de medicina u odontología. Tal afirmación la mencionamos pues en nuestros pensamientos no ha dejado de seguir influyendo, por lo menos en nuestras ideas, la convencional división entre las ciencias y las humanidades, lo que ha sido referido como el problema de las dos culturas (Paris, 1973). La concepción dicotómica surgió, quizá, de la vida intelectual por su proyección consecuente sobre dos tipos humanos, enmarcados en sus hábitos y comportamientos característicos.

Los académicos disciernen en una escala de extremo a extremo, lo que parecería ser constante a través de varias disciplinas separadas. Como referimos arriba, teóricos del siglo XIX formularon que el pensamiento universal debía guiarse por una sola doctrina, pero convergencias filosóficas e ideológicas de ese mismo siglo llegaron a cohabitar en la universidad y en el país (Carmona, 2002).  De ahí que en nuestra sociedad nace, crece y se otorga a los científicos de las áreas experimentales el estatus relevante y de gran importancia. Estatus éste creado por la colectividad de investigadores y aún más por la sociedad de profesores universitarios (Becher, 1996).

Entonces nos encontramos con varias barreras que superar, antes de poder plantearnos un enfoque transdisciplinario: primero, lo que por varios siglos ha significado el positivismo y su método científico; segundo, y como consecuencia de lo primero, la producción de conocimiento parcelado y superespecializado; tercero, la cultura de las disciplinas tradicionales (medicina, derecho, ingeniería, entre otras) y más recientemente la cultura conservadora versus la cultura popular.

Para el hombre de ciencias básicas el objeto de estudio es el mundo de la naturaleza, por lo que en él dominan los temperamentos intelectuales duros, sus saberes son en buena parte de descripción y paciencia, argumentados, muy a nuestro pesar, por una pedagogía frecuente de memorización.

En esta área particular del conocimiento todavía la estructura conceptual dominante sigue siendo la visión cartesiana, basada en el empirismo, ejemplo de ello es el área de la biología que concibe los organismos vivientes como máquinas constituidas por diferentes partes, podemos evidenciarlo en los programas de estudios de los cursos en biología de las universidades nacionales, hallándose en la esencia misma los conceptos biológicos actuales.

Por lo reseñado en los párrafos precedentes, proponemos seguir avanzando, efectuando propuestas y aportes a los enfoques transdisciplinarios, que en la diversidad de sus métodos, teorías y culturas se acerquen al diálogo con otras disciplinas, para abordar los planteamientos sociales desde la perspectiva de la realidad, del todo, de lo complejo, es decir, superar esas obstáculos con la comunicación de las disciplinas. Las diferentes áreas del conocimiento pueden efectivamente relacionarse a través de nuevas formas de concebir la organización del mismo y las necesidades productivas y sociales de nuestro país dentro de escenarios socialmente sustentables.

A título de ejemplo, podemos referir que los biólogos actuales conocen la estructura exacta de algunos genes, es más, el genoma humano completo, así como también el de otros vertebrados de la escala zoológica evolucionada, pero se desconoce la manera como estos genes se relacionan, comunican y cooperan en el desarrollo de un organismo; ¿cómo son sus interacciones?, ¿cómo se agrupan?, ¿cuándo comienzan y cuándo dejan de funcionar?, ¿por qué dejan de funcionar?, ¿en que momento funcionan mal?.  Algunos evolucionistas, recientemente, han trazado las líneas generales de la Teoría de Sistemas o Integral que explica la tendencia a la dinámica de la auto-trascendencia, tal teoría es producto de la creación de varios pensadores de diferentes disciplinas del conocimiento: físicos, químicos, biólogos, antropólogos, sociólogos, educadores y teóricos de sistemas, lo que nos lleva a pensar que cada día la biología como ciencia exacta deberá ir integrándose a las otras áreas del conocimiento, para poder explicar ciertos fenómenos que de manera individual aún no ha solucionado.

Lo cierto es que cada vez más las diferentes áreas del conocimiento se disgregan, originando planteamientos sin respuestas.  Estas respuestas o soluciones se obtienen de la integración de las disciplinas, pues una sola de ellas resulta imposible que las emita.  En la actualidad, la Universidad Central de Venezuela cuenta con algunos avances al respecto, pero sólo en el ámbito multidisciplinario e interdisciplinario, con la integración de varias áreas del conocimiento. Esta integración o interrelación fue necesaria para abordar cuestionamientos de la realidad, pues hasta hace poco estaban sin satisfacer. Es por esto que se impulsan las áreas de la bioquímica, biofísica, biomedicina, bioingeniería, biotecnología, biofísica médica, biotecnología, geofísica, biosociología, entre otras.

De lo antes proyectado surge una pregunta: ¿cuál debe ser el perfil de los profesionales en el área de la ciencia y la tecnología? O, en líneas generales, ¿cuál debe ser el perfil del egresado universitario? Acertar la respuesta es un dilema para los docentes que se desempeñan en el área de la ciencia y la tecnología u otras áreas especificas del conocimiento, pues la formación de recursos humanos en cualquier disciplina, sea científica o tecnológica, de la Educación Superior estará fuertemente juzgada en términos de su pertinencia social, teniendo la obligación de darle respuesta a las demandas que la sociedad plantea, en términos de resolver la problemática de carácter natural y social.  Por ello, la relevancia de la investigación de excelencia, generalmente, es constituida en los países en desarrollo, sintiéndose particularmente los científicos presionados para justificar la pertinencia de su trabajo.

Es a través de la interconexión y del diálogo de las ciencias básicas entre sí y con otras ciencias de la rama de las humanidades como se logrará con facilidad la justificación de su pertinencia social, en todos aquellos planteamientos que surgen de su seno. Nace aquí la propuesta de impulsar la unión entre las ciencias de las humanidades con las carreras experimentales, es decir, diseñar currículos que involucren asignaturas, tópicos o seminarios con las ciencias básicas, con un cuerpo docente constituido por profesionales de pensamiento holístico e integrador. En otras palabras, se trata de humanizar a los investigadores de las ciencias básicas y/o experimentales, empleando como visión la transdisciplinariedad.

Indiscutiblemente, los problemas económicos y sociales requieren respuestas urgentes, y la inmediatez en las ciencias exactas en la mayoría de los casos resulta imposible, debido a la limitación y demarcación que les exponen los actuales programas de estudio, representando un dilema importante en las instituciones de educación superior: he aquí el llamado a la apertura disciplinar y por esencia a la comunicación entre disciplinas.  Podría decirse que los esfuerzos que las comisiones de currículum han realizado para actualizar los programas de estudios de las diferentes carreras universitarias han sido infructuosos, por los argumentos que relacionan a estos pensa con los instrumentos legislativos que en materia de educación superior venezolana se encuentran desactualizados.  Adicionalmente a esto, observamos que las comisiones de currículo de las diferentes escuelas de las instituciones de educación superior, particularmente de la Universidad Central de Venezuela, están integradas por los mismos especialistas de sus áreas, es decir continúan reproduciendo programas de estudios enmarcados en la especialización.

El considerar la unión de las disciplinas a través del dialogo es factible, como propuesta en el ámbito de los planteamientos económicos y sociales de Venezuela.  Logrando a través de la interconexión de asignaturas, seminarios o cátedras en común, avanzar en el enfoque transdisciplinario o al menos interdisciplinario.

La incorporación de nuevos conocimientos, la multiplicación y diversificación de nuevas disciplinas interconectadas se están dando con una regularidad extraordinaria, por lo que la creatividad del docente y el discente representan gran relevancia en el ámbito transdisciplinario. En este perímetro, consideramos que la pedagogía juega un papel relevante en la práctica educativa, abordando los problemas de la educación superior desde el aula, en todas las áreas del conocimiento y constituyendo una propuesta para transmitir el enfoque interdisciplinario y/o transdisciplinario en la formación del egresado de las instituciones de educación superior. Este profesional debe tener la disposición del trabajo en equipo, la solidaridad, el ánimo de colaboración, la visión y el cometido para abordar la realidad con perspectiva transdisciplinaria.

Por su parte, las instituciones de educación superior venezolanas deben hacer esfuerzos para actualizar sus programas de estudios, cónsonos con la realidad venezolana y articulándose con las políticas publicas e institucionales en el terreno de la docencia, la extensión y la investigación. Estos esfuerzos facilitarán aportes para ir avanzando en la obtención de los instrumentos necesarios que deberán legislar el sistema educativo venezolano, especialmente en educación superior.

3. LA UNIVERSIDAD : ESCENARIO PROPICIO PARA LA TRANSDISCIPLINARIEDAD

Día a día los integrantes de la comunidad universitaria nos percatamos de los requerimientos que en materia de seguridad social, educación, salud, entre otros, nos exige la colectividad. Son las instituciones de educación superior y principalmente las universidades las llamadas a dar respuestas innovadoras, con equidad, pertinencia y calidad, a tales demandas, por ser ellas centros por excelencia de producción de saberes.  Estos planteamientos sociales emanan del medio y emprender estos desarrollos requiere de un pensamiento complejo, tal como lo hemos referido en párrafos precedentes. Por tal razón el enfoque transdisciplinario es capaz de resolver y dar respuestas cónsonas con su entorno. Pero alcanzar tal nivel de análisis y perspectiva requiere de un desarrollo intelectual capaz de crear un proceso coherente, sistematizado y ordenado que conduzca a la producción de conocimientos, que serán la respuesta a los planteamientos sociales.

De lo antes descrito surgen ciertas interrogantes: ¿cómo abordar un pensamiento complejo?, ¿cómo acercarnos a las respuestas viables, pertinentes y de calidad?, aún más, ¿cómo y dónde acercar las diferentes áreas del conocimiento?

Para dar respuestas a estas interrogantes es necesario transitar a través de la transdisciplinariedad.  Como señalamos al inicio de nuestro artículo, este enfoque ha sido planteado y argumentado por investigadores de la educación, tal es el caso de Morin (1982:56), refiere el autor: "la realidad es compleja...y a través de la transdisciplinariedad nos acercaremos a ella".

Nos topamos ahora frente a ciertas tradiciones que ven la transdisciplinariedad como rezago y no como característica de una determinada sociedad del conocimiento. Ciertas concepciones presumen el desarrollo del saber y la cultura bajo la óptica de la homogeneización y no de la pluralización, generando lenguajes simbólicos unitarios y discursos que en la mayoría de los casos la neutralizan aparentando ser progresistas. Esta postura dificulta el diálogo entre las diferentes áreas del conocimiento y por esencia a la propuesta transdisciplinaria para la educación superior venezolana. La frontera entre ellas, su lenguaje y sus conceptos propios, aíslan una disciplina con relación a las otras y también con relación a los problemas que entre ellas surgen.

En este sentido, la rapidez por alcanzar el dinamismo del saber y el desarrollo del conocimiento nos induce a correr el riesgo de perder la orientación del descubrimiento y de la realidad, propósito que perseguimos los que incursionamos en la producción del saber.  En esa carrera logramos que se forme lo que Morin (1992:21) llama "Espíritu hiperdisciplinario", es decir, "un espíritu de propietario que prohíbe toda incursión exterior en su parcela de saber". En consecuencia las disciplinas han crecido y se han desarrollado en estructuras de lucha y poder, a través de la historia, por mantener su estatus. Para solventar tal contrariedad se hace necesario determinar las barreras que el código de comunicación establece en cada área especifica del saber. Para lograr romper con esa rigidez planteamos el empleo de un lenguaje claro y sencillo, que permita la fluidez de la comunicación entre ellas.

La transdisciplinariedad, por su parte, alude a otras áreas o dimensiones en el mundo del conocimiento, una lógica y una metodología, no es una nueva disciplina, concierne sólo a lo que está a la vez entre las disciplinas y a través de las disciplinas, y aun mas allá de las disciplinas (Nicolescu,1997). Según lo formula este investigador, el modo de conocimiento transdisciplinario emana como un requerimiento de la sociedad, ligado directamente a lo social, a la educación, a lo ecológico, al manejo de empresas, arquitectura urbana; donde el análisis crítico y las posibles soluciones necesitan del regreso de la fuerza del sujeto en la producción del conocimiento para la educación que queremos.  La transdisciplinariedad es un discernimiento metodológico, donde el sujeto conocedor del objeto de conocimiento es ciertamente diferente más no separable, aquí juega un papel importante la conceptualización y el propósito de la pedagogía.

He aquí en efecto la relevancia de la pedagogía, ya que su carácter esencial es tarea que en todo momento debe iniciarse bajo una concepción histórica-epistemológica. Su pronunciamiento como disciplina y su articulación en el conjunto de saber con otras disciplinas, incluyendo el discurso filosófico, constituyen las particularidades que acercan a la pedagogía con el contexto transdisciplinario.

Lo referido con anterioridad se hace oportuno, por cuanto todas las disciplinas del conocimiento se otorgan la potestad y se consideran autorizadas a invadir o al menos a asumir el objeto de trabajo de la pedagogía, además, porque otras disciplinas se creen depositarias del saber que pertenece a la pedagogía, en este sentido se tiende a confundir la educación como acción y la pedagogía como teoría o sistema (Molins, 1999). La alternativa para dar soluciones a las carencias sociales es poner a dialogar a las diferentes disciplinas, para que en el mejor de los casos emitan respuestas oportunas, viables y confiables.

Como la temática central gira alrededor del análisis de la transdisciplinariedad, lo pedagógico conceptualmente se aproxima a la intención de ella. Pensamos que el planteamiento es fácilmente justificable en el ámbito universitario, pues si lo que deseamos es una institución de calidad y pertinencia, ésta debe incentivar la participación holística de sus docentes y alumnos en los procesos de capacitación y mejoramiento pedagógicos, significando los espacios de reflexión continua en las diferentes áreas del conocimiento, sobre los problemas específicos de la enseñanza y el aprendizaje, desde la perspectiva de cada disciplina con proyección transdisciplinaria. Con este enfoque será importante crear una buena disposición de análisis, discusión y mejoramiento de las prácticas pedagógicas en cada espacio del saber, justificando la importancia del rol que cumple la metodología transdisciplinaria al momento de abordar su objeto de estudio.

Ciertamente esta reflexión referente a la pedagogía no debe ser desvinculada del debate científico propio de cada comunidad académica, ya que se correría el peligro de perfilar metodologías de enseñanza alejadas de la realidad, es decir, de los procedimientos a través de los cuales en cada disciplina se construye el conocimiento. Solamente a partir de un sólido compromiso con la ciencia y sus distintas formas de abordar sus objetos de conocimiento, "se podrán sentar las bases de una verdadera pedagogía universitaria" (Nonhebel, 1996:91).

La problemática transdisciplinaria la abordamos y tiene que ver con la pedagogía en la Educación Superior , que se levanta y es vinculante con la idea de la calidad y la pertinencia, ubicándose en el contexto institucional, nacional e internacional, asociado a los paradigmas sobre los cuales se desarrolla la universidad venezolana, como lo es: una sociedad que solicita se entreguen cuentas, una sociedad que clama porque la producción de saberes sea pertinente para solucionar sus necesidades (García Guadilla, 1996).

Si nos detenemos a analizar comparativamente lo que ocurre en nuestras instituciones de educación superior, encontramos, por ejemplo, dos áreas del conocimiento; una en el contexto particular de las ciencias empíricas y otra las sociales, desde el punto de vista de los argumentos ideológicos y filosóficos, percibiremos que en la primera, en la mayoría de los casos, el sujeto se aísla del objeto, al respecto refiere Morin (1999:17):

...el paradigma cartesiano separa el sujeto del objeto con una esfera propia de cada uno:  la filosofía y la investigación reflexiva por un lado, la ciencia y la investigación objetiva por el otro, es decir, dos extremos: Sujeto- Objeto, Alma-Cuerpo, Calidad-Cantidad, Espíritu-Materia, Sentimiento-Razón, Libertad-Determinismo, Existencia-Esencia.

Se determina, así, una doble posición; por un lado objetos sometidos a observaciones, planteándose problemas de existencia y manipulaciones; por el otro, un mundo de sujetos formulándose problemas de existencia, de comunicación, de conciencia y de destino. Así, el paradigma puede al mismo tiempo dilucidar y cegar, revelar y ocultar.

Para tener claras las ideas plasmadas, debemos precisar que en el ámbito de la ciencia la idea de los paradigmas y sus cambios fue resaltada y difundida por el investigador Kuhn (1992), para este autor un paradigma científico es un conjunto de logros compartidos por una comunidad científica, empleados para difundir legítimamente problemas y buscar soluciones, por lo que investigadores que comparten un mismo paradigma están bajo el dominio de las mismas reglas, normas y prácticas científicas, claro está que existen períodos y épocas en las cuales el paradigma cambia, Kuhn las denominó "revoluciones científicas".

Nosotros asumimos que la transdisciplinariedad emana gracias al cambio de paradigma, nace como consecuencia de las "revoluciones científicas". La transdisciplinariedad no sigue normas rígidas preestablecidas, por lo que difícilmente podemos proyectarla como un paradigma. La transdisciplinariedad no se explica con base en la deposición de paradigmas, tal como lo proyecta el autor antes mencionado, sino más bien en la integración de paradigmas que provienen de las diferentes áreas del conocimiento, tanto existentes como emergentes, este planteamiento lo refiere Hurtado de Barrera (2000:11), cuando menciona que tanto la transdisciplinariedad como la holística "trascienden el concepto de paradigma para quedar contenidos en el de sintagma4".  Debemos recordar e iterar lo mencionado en párrafos anteriores, la transdisciplinariedad se plantea como una propuesta para abordar situaciones paradigmáticas formuladas por la sociedad y que emergen de la realidad.

Las razones arriba referidas nos conducen a sugerir que el mejor escenario para vislumbrar la transdisciplinariedad son las universidades, son ellas las llamadas a replantearse los nuevos diseños curriculares, formar los nuevos formadores y sobre todo egresar profesionales críticos, capaces de arribar a planteamientos complejos y con el perfil de los profesionales que demanda la sociedad.

4.  DE LA DISCIPLINA A LA TRANSDISCIPLINA

La preocupación por relacionar las diferentes disciplinas del conocimiento ha estado presente en el pensamiento humano desde hace mucho tiempo pero, paralelamente, en la actualidad se ha formulado la necesidad de la transformación en las instituciones de educación superior venezolanas, logrando así un gran revuelo. Esta situación ha adquirido especial connotación, concibiéndose como una nueva etapa del desarrollo del conocimiento científico, a propósito de las técnicas de información y comunicación que nos acercan a una sociedad del conocimiento que pretende cambiar las prácticas sociales y nuestra manera de actuar y entender el mundo. En este sentido, se hace necesario una docencia actualizada que no escape a estas realidades, si antes el docente era fuente de información en un área determinada del conocimiento, hoy día es fuente de retos intelectuales, preguntas interesantes, orientación de la información, acompañamiento y apoyo para el procesamiento y apropiación de la información que trasciende el perímetro irrestricto de las disciplinas del conocimiento.  Nosotros, al igual que muchos organismos internacionales y nacionales, sugerimos "la transdisciplinariedad del conocimiento5" (Banco Mundial, 2000), que coloca de manifiesto este concepto como visión de la pedagogía de la educación superior para la búsqueda del saber, en una sociedad enmarcada por el conocimiento integral. Ello presenta asidero legal en el preámbulo de la carta de la transdisciplinariedad, específicamente en el artículo 5:

La visión transdisciplinaria es definitivamente abierta en la medida en que trasciende el campo de las ciencias exactas estimulándolas para que dialoguen y se reconcilien, no solamente con la ciencias humanas sino también con el arte, la literatura, la poesía y la experiencia interior6.

La pedagogía es el camino hacia nuestra propuesta, ya que no está centrada en la información, puesto que la docencia no agota al conocimiento, por el contrario, facilita su circulación, abriéndole a los estudiantes y al investigador la misma oportunidad para su adquisición y las posibilidades de comunicación con las distintas fuentes de información. Con lo referido subrayamos, una vez más, el desempeño e importancia de la pedagogía en llevar la vanguardia del enfoque transdisciplinario.

La pedagogía puede explotar como herramienta los medios que brinda la informática para alcanzar el enfoque transdisciplinario. Esta herramienta, como valor agregado fundamental, suministra criterios y objetivos para una buena diversidad en la búsqueda de las áreas del conocimiento y la manera como se interconectan a todas las tendencias del conocimiento. Por ello, partiendo de una buena utilización de los instrumentos tecnológicos para la construcción de este enfoque transdisciplinario a través de la pedagogía, a la hora de diseñar los planes de estudio y crear nuevas e innumerables asignaturas desvinculadas y descontextualizadas debemos más bien pensar en fortalecer el carácter interdisciplinario y transdisciplinario en los profesores y en los estudiantes, realizando proyectos conjuntos que articulen en la práctica investigativa esta necesaria integración.

Tal propuesta induce un replanteamiento y una reflexión esencial sobre la enseñanza y la investigación en las universidades.  La discusión y planteamientos en las políticas publicas e institucionales, en torno a la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, no es sólo una consecuencia de la evolución del conocimiento, sino también una respuesta en contra de los "vicios del departamentalismo7" (Tunermann, 2000) y sus derivaciones en la organización de la enseñanza e investigación universitarias.

Por lo referido, la discusión tanto nacional como internacional sobre el tema se ha orientado a esclarecer el concepto transdisciplinario, en la medida en que éste favorece una enseñanza e investigación adaptadas al actual desarrollo del conocimiento y a examinar sus posibilidades como elementos fundamentales de innovación en el ser y quehacer de la universidad contemporánea.

La Universidad Central de Venezuela es la institución de educación superior8 en nuestro país pionera en realizar esfuerzos para realizar aportes relacionados con la transdisciplinariedad, y esto se evidencia a propósito de las Jornadas de Dialógica, efectuadas en los años de 1998 y 1999, y más recientemente en las Jornadas de Currículo, celebradas en el año 20029.

En estas jornadas quedó claro que en la última década del siglo XX, los términos y vínculos entre la transdisciplinariedad y la pedagogía han tenido relevante importancia para nuestra comunidad de investigadores, preocupados por interconectar las diferentes áreas del conocimiento según las exigencias de la sociedad y como medida para articularnos en las propuestas realizadas por los organismos internacionales, nacionales e institucionales.

5. ALGUNOS APORTES PARA LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA

Para efectuar sugerencias o propuestas en las diferentes áreas del conocimiento, debemos partir de un enfoque general y que emerja de la realidad.  La estructura académica debe ser el eje de la matriz generadora de los cambios, para insertar la teorización de los conceptos pedagógicos en términos interdisciplinarios y transdisciplinarios, para de esta manera generar una ruptura con la super-especialidad o especialización de la especialidad y poder alcanzar visiones más amplias y generales de los proyectos complejos.

Para infortunio nuestro, los estudios en muchas universidades no son asumidos como un sistema (Núñez, 2002), por tal razón lo primero que debemos emprender es la visión sistemática como fundamento relevante de nuestros postgrados, pues desde este nivel educativo, pudiéramos proponer el primer paso para la inclusión de la transdisciplinariedad. Tal invitación implicará tener componentes e interacciones suficientemente definidos e insertar la transdisciplinariedad en los programas de estudios a través de seminarios, tópicos o asignaturas que promuevan este enfoque. Álvarez (1998:22) plantea lo siguiente:

La transformación del sistema educativo en su conjunto y de la educación superior, cuyo nivel más alto es el postgrado, debe partir del rediseño de sus estructuras académicas, las cuales deben actuar como matriz generadora de las otras estructuras y la estrategia debe ser la transdisciplinariedad, aplicándose desde arriba, desde el postgrado.

Como respuesta a lo que hemos iniciado, relacionado con la propuesta de un diseño fundamentado en la enseñanza de la interdisciplinariedad y/o transdisciplinariedad, las políticas educativas del Estado Venezolano han trazado: "Promover mayor financiamiento a las investigaciones destinadas a dar respuesta a problemas fundamentales del país, en especial las que se apoyan en enfoques multidisciplinarios y transdisciplinarios"10.  Tal situación nos estimula a proponer una salida a la integración epistémica, mas allá de una mezcla de técnicas, trascendiendo los paradigmas a partir de una propuesta de enseñanza transdisciplinaria que sea capaz de atravesar y poner a dialogar a las diferentes áreas del saber.

Para la primera década del 2000, nuestras instituciones de educación superior venezolanas están promoviendo una actualización de los diseños curriculares que descubran los requerimientos del mundo, pareciera ser la intención, pues a nivel global la educación superior deberá basarse en la autonomía responsable y de transparencia, efectuando rendición de cuentas.  Ello forjará la capacidad de

actualizarse a todas las disciplinas, con tendencia hacia la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad como modelo de producción de conocimiento; las relaciones interactivas con el entorno, tanto desde el punto de vista del mundo del trabajo, como de los otros niveles educativos, las ONGs y la sociedad civil en general (García Guadilla, 2001:8).

A propósito de este comentario, el proyecto de gestión (2000-2004) de la Universidad Central de Venezuela reseña que existe la intención de:

(...) implementar de manera integral y total los sistemas de automatización, la red instantánea y completa de información que significará poner en práctica la necesidad de promover la interrogación en forma permanente acerca de la realidad de cada día, esto implicará, como sucede en cualquier parte del mundo, transformar el proceso enseñanza aprendizaje de la educación superior, de una pedagogía universitaria donde el problema de hoy está más en las preguntas que buscan respuestas, que en las respuestas dadas como soluciones que parecen recetas 11(...).

Las autoridades de la Universidad Central de Venezuela (2000-2004), plantearon una transformación fundamentada en políticas académicas institucionales enmarcadas en la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad conectadas por la red de internet e intranet en un mundo globalizante donde las diferentes áreas del conocimiento pudieran converger.  Esta posición se ajusta a nuestro planteamiento, lo que pudo facilitar nuestra propuesta, relacionada con la dialógica de las disciplinas, la innovación, la creatividad de los individuos y la posibilidad de crear estructuras pedagógicas que lograran concentrar, organizar y clasificar jerárquicamente grandes cantidades de información y conocimiento, en forma integrada a través de metodologías transdisciplinarias, con la ayuda de la tecnología de la informática como herramienta necesaria. Lamentablemente para la fecha de culminar este documento todas las propuestas formuladas en el proyecto de gestión 2000-2004 de la Universidad Central de Venezuela quedaron en un sueño, ya que poco se pudo avanzar al respecto.

Esperamos que las políticas académicas de todas y cada una de las instituciones de educación superior, particularmente las de la universidad referida, consideren que mas allá de producir y aplicar conocimientos científicos específicos, deben construir la tarea de unificación de las ciencias, pero no la unificación administrativa, sino la unificación de saberes, donde se centren los enfoques de la realidad venezolana, respecto a la diversidad y libertad filosófica-epistemológica de cada disciplina, solo así lograremos alcanzar la transdisciplinariedad como propuesta para el avance de la educación superior venezolana.

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NOTAS

1. Recomendamos leer los aportes que en materia del positivismo ha realizado R. Fernández Heres (1994).  Como lo indica el autor, el Positivismo como pensamiento filosófico marcó en el siglo XIX, en Venezuela, una corriente que se ha mantenido hasta la actualidad.

2. Son pocas las contribuciones que en materia de pensamiento complejo se han efectuado, sin embargo, podemos invitar al lector a revisar los trabajos de Edgar Morin, Basarad Nicolescu y recientemente Norma Núñez en los Cuadernos de Dialógica I y II, publicados por la Universidad Central de Venezuela en los años 1998 y 2002, respectivamente.  Las referencias nombradas se podrán ubicar en la bibliografía del presente documento.

3. García Guadilla (1998) describe la evolución del conocimiento y la relación entre éste y el contexto cada vez más complejo, creándose la necesidad de los enfoques transdisciplinarios.  Estos enfoques permiten "abordar la complejidad de la realidad" y la autora afirma que "la realidad es transdisciplinaria".

4. Para Hurtado de Barrera el sintagma es un conjunto de paradigmas que tienen como finalidad el unir todos los puntos de vista, reglas y normas de una comunidad científica para emitir soluciones de equidad y pertinentes en un  mundo globalizante.

5. Banco Mundial: Peligro y Promesa: la educación superior en los países en desarrollo, celebrado en Washington en marzo 2000 y UNESCO: Conferencia Mundial sobre la Educación Superior , efectuado en París en octubre de 1998.

6. Este artículo está referido en la página Web:  http://perso.clubinternet.fr/nicol/ciret/bulletin/b11.htm

7. Carlos Tunermann, " La Universidad Contemporánea y su problemática" en Taller coordinado por el Postgrado en Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), titulado: ¿Qué hacemos con la Educación Superior ? Efectuado en el mes de Marzo del 2000.

8. Un grupo multidisciplinario presidido por  la profesora Ocarina Castillo, de la Universidad Central de Venezuela, ha realizado aportes en este sentido.  Ellos han propuesto e impulsado la comunicación de las disciplinas a través de asignaturas que pueden cursar los estudiantes entre varias Facultades de esta Casa de Estudios.

9. Ver los Cuadernos de Jornadas Dialógicas I y II, elaborados por  Norma Núñez.  Universidad Central de Venezuela, años 1998 y 2002, respectivamente. Recientemente, en febrero 2002, se celebró en la Universidad Central de Venezuela el Congreso Nacional de Currículo Universitario.  En éste se discutieron los criterios necesarios que deben considerarse en el momento de diseñar los contenidos de los curricula, particularmente cuando se espera lograr un enfoque transdisciplinario.

10. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2002).  Informe de Metas y Logros, y Proyectos del 2000-2006. Vice-Ministerio de Educación Superior de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas.

11. Giannetto, G. (2000).  Discurso del Acto de posesión de las Autoridades de la Universidad Central de Venezuela, período 2000 - 2004.  UCV, Caracas.