1. Introducción
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2014): en lo programado para el 2030 como acercamiento a los objetivos propuestos en base a la educación uno de los alcances esenciales es progresar en la fomentación de capacidades, promoviendo prácticas en torno a la educación transformadora, divulgando metodologías innovadoras, para responder de forma flexible a los ambientes de aprendizaje. Ante ello para conseguir esa educación de calidad es de sutil importancia vincular al aprendizaje con la inteligencia emocional del estudiante, ya que ésta fortifica el aprendizaje cognitivo (Zamora, 2023).
La inteligencia emocional influye en el proceso de aprendizaje al facilitar la autorregulación, permite mantener el enfoque en la tarea académica, favorece a la creación de un ambiente positivo, lo que contribuye a la participación activa y al interés en el aprendizaje. Al potenciar la atención se crea un entorno emocionalmente equilibrado y receptivo en el aula. Se la percibe como la habilidad que tiene la mente, capaz de distinguir, apreciar y expresar las emociones con precisión, en términos generales es la habilidad de crear sentimientos que ayuden al desarrollo del pensamiento (Sánchez-Martín, Corral-Robles, Llamas-Bastida y González-Gijón, 2023). Por lo tanto, es fundamental reconocer su importancia y fomentar su desarrollo en el entorno educativo para cultivar individuos equilibrados y receptivos frente al aprendizaje.
La psicología cognitiva como disciplina que busca entender cómo las personas adquieren conocimiento, toman decisiones y resuelven problemas. Implica a la atención, aprendizaje y rendimiento escolar en la educación de un mundo globalizado y dominado por un pensamiento único que reconoce la autonomía de cada estudiante en relación con su forma de aprender (Gil-Velázquez, 2020). Esto podría hacerse posible a través de la inclusión de técnicas para aumentar la atención selectiva, mejorar la capacidad de concentración y reducir las distracciones, todo lo cual contribuiría a optimizar el proceso de adquisición de conocimiento.
La investigación en la intersección entre la inteligencia emocional, la psicología cognitiva y la atención ha revelado la estrecha relación entre estos elementos en el proceso de aprendizaje. Integrar estos aspectos en la práctica educativa puede contribuir a crear entornos de aprendizaje más equilibrados y receptivos. Se ha demostrado que la capacidad de regular emociones impacta directamente en la atención de los estudiantes.
Es así como Villacís (2022); señala a los procesos cognitivos como la forma que procesa y maneja una información antes de llevarla a la práctica, involucra la activación emocional como un componente que ofrece sentido al procesar y evaluar la información. Valorando la afirmación del estudio realizado por (Ramos, 2021); en el que aplica estrategias atencionales basada en la técnica de mindfulness a estudiantes de educación primaria, cuyos resultados tuvieron un efecto sobre la habilidad del proceso atencional y en la alineación a la tarea. Lo que indica que cuando se estimula la atención se logra el interés por las actividades académicas.
Así mismo en Colombia (Jiménez-Martínez, Nieto-Súa y Manrique-Abril, 2021): realizaron un trabajo investigativo donde se demostró la relación entre la atención y la memoria en niños de las escuelas rurales a través de descripciones de los procesos atencionales y de memoria en el ámbito de pruebas cognitivas estandarizadas y el diseño de estrategias que fortalecen los procesos atencionales del currículo educativo. Por su parte, Mejía (2020): con la intención de indagar las razones que vinculan a los procesos cognitivos, realiza una investigación al respecto encontrando que, en el proceso de aprendizaje, la lectura desempeña un papel fundamental en la adquisición de conocimientos en diversas áreas y demuestran que las complicaciones en este aspecto pueden obstaculizar la correcta asimilación de nuevos contenidos.
Estas dificultades no solo afectan el progreso normal en la formación académica de los niños, sino también generan limitaciones negativas en su proceso de aprendizaje. Criterio sustentado por (Llanga, Logacho y Molina, 2019): la atención como el proceso cognitivo que puede describir la habilidad para elegir y enfocarse en los estímulos que son importantes, es el proceso mental que nos permite procesar la información correspondiente y luego responder de manera adecuada.
En este sentido, Torres-Moreno, Tiá y Pérez, (2022): la enseñanza y el aprendizaje son un conjunto de acciones que guían la actividad cognitiva. Cuando esta actividad se organiza e institucionaliza, se transforma en un proceso de aprendizaje. En este sentido la perspectiva de los autores acerca de la enseñanza y el aprendizaje enfoca la idea de que ambos son esencialmente un conjunto de acciones que dirigen la actividad cognitiva de los individuos. Ante esto se destaca la importancia de organizar e institucionalizar esta actividad cognitiva para que se convierta efectivamente en un proceso de aprendizaje.
Lo que lleva a la imprescindible necesidad de una estructuración y contextualización adecuada para facilitar un aprendizaje significativo. Estos enfoques abarcan ampliamente la diversidad individual, la atención emocional, y la estructuración efectiva para facilitar un aprendizaje completo y significativo.
Por lo tanto, para que haya un desempeño en la educación de manera efectiva no debe surgir dificultades en la relación entre el estudiante y el docente que influya en la declinación por la motivación hacia el estudio, donde se pierde el interés por las tareas y la jornada de estudio no sea bien recibida (Ramos-Galarza, Rubio, Ortiz, Acosta, Hinojosa, Cadena y López, 2020). Para abordar esta problemática fomentar una comunicación abierta y respetuosa entre estudiantes y docentes implica crear un ambiente en el aula donde los estudiantes se sientan cómodos expresando sus preocupaciones, dispuestos a escuchar y ofrecer apoyo.
Además, es importante considerar el momento oportuno para ofrecer productos académicos, tomando en cuenta el potencial para promover el desarrollo cognitivo de los estudiantes (Valverde, Hurtado, Carpio, Sánchez, Mucha y Sixto, 2022). En este sentido la atención fluctúa en función de múltiples factores, como el estado emocional y el entorno, la sincronización adecuada entre la entrega de productos académicos y el estado óptimo de atención de los estudiantes puede potenciar su efectividad en el desarrollo cognitivo.
Para regular las emociones, las personas pueden utilizar factores cognitivos según El Modelo de Proceso de Regulación Emocional, que consta de cuatro etapas. En la primera etapa, se enfrentan a una situación que desencadena una respuesta emocional. En la segunda, deciden si responder a la situación o ignorarla. Luego, en la siguiente, se involucran procesos cognitivos, ya sea con o sin una reacción emocional. Finalmente, en la última etapa, las emociones se expresan a través del comportamiento Espinoza, Cisneros y Valverde, 2022).
Las competencias cognitivas en el ámbito educativo abarcan también la capacidad de analizar críticamente el uso de tecnologías en la enseñanza. Esto implica evaluar cómo las herramientas digitales se integran en los métodos pedagógicos y comprender su impacto en el aprendizaje. Los educadores deben desarrollar habilidades para seleccionar y aplicar tecnologías de manera efectiva, considerando tanto sus beneficios como sus limitaciones en el proceso educativo. Esta reflexión crítica es esencial para optimizar la incorporación de la tecnología en las estrategias de enseñanza y aprendizaje contemporáneas (Rodríguez, Moreira y Hortegano, 2021).
Se ha investigado exhaustivamente la diversidad de factores vinculados con la atención cognitiva en alumnos, poniendo énfasis en el aprendizaje de los niños mediante la interacción directa con materiales y su entorno. Asimismo, se ha destacado la repercusión del contexto social en el proceso educativo, promoviendo la adquisición de un saber relevante y señalando la importancia de este ambiente en el crecimiento cognitivo y la reconstrucción del conocimiento.
Ante esto, integrar estas perspectivas puede proporcionar una comprensión más completa de cómo diseñar entornos educativos efectivos que fomenten el aprendizaje significativo. Considerar la manipulación del material concreto y las interacciones sociales enriquece la comprensión de cómo estimular la atención para optimizar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
A pesar de los esfuerzos previos, aún existen lagunas en la comprensión sobre cómo la atención influye en el aprendizaje y cómo se puede optimizar de manera efectiva en entornos educativos. El propósito de la investigación es abordar estas lagunas existentes y proporcionar nuevas ideas para resolver problemas persistentes.
2. Metodología
La revisión teórica es esencial para adoptar un enfoque exhaustivo, analítico y reflexivo con respecto al entorno de estudio. Esta metodología aborda de manera integral la literatura disponible sobre el tema tratado, ofreciendo una justificación sólida y explorando posibles soluciones (Contreras, Páramo y Rojano, 2020). La revisión literaria, como componente fundamental de este proceso, tiene como finalidad explorar, analizar y sintetizar la literatura existente sobre un tema específico. Esto implica examinar y comprender las investigaciones previas, teorías, enfoques metodológicos y resultados relevantes, proporcionando así una base sólida para nuevas investigaciones.
El método de investigación establecido ha ganado un lugar significativo tanto entre estudiantes como investigadores en el ámbito de las ciencias, resultando particularmente atractivo para los profesionales de la investigación. Su objetivo principal es exponer de manera extensa el conocimiento relacionado con un tema específico, integrando diversas fuentes y perspectivas para generar una comprensión holística del fenómeno estudiado.
La investigación cualitativa, como señala Cueto (2020): posibilita una comprensión en profundidad de un fenómeno al considerar las perspectivas de los actores sociales, lo cual puede ser integrado con modelos explicativos cuantitativos. Este enfoque permite un análisis exhaustivo de los factores que forman parte del contexto, utilizando una exploración sistemática y descriptiva de las competencias pertinentes. En el caso de estudios donde los datos recopilados y examinados no poseen naturaleza numérica, el enfoque cualitativo resulta especialmente apropiado.
Por su parte, la investigación documental, como una técnica dentro del ámbito cualitativo, consiste en la recopilación y selección de información proveniente de diversas fuentes (Ruiz y Estrada, 2021). En este enfoque, la observación desempeña un papel decisivo en el análisis de datos, involucrándose en la identificación, selección y conexión de la información con el objeto de estudio. La modalidad de investigación bibliográfica aplicada, basada en la revisión de artículos, libros, revistas y tesis pertinentes al tema, complementa este proceso al proporcionar una base teórica y contextual sólida.
En conjunto, estos enfoques metodológicos -revisión literaria, investigación cualitativa e investigación documental- conforman un marco integral para abordar de manera exhaustiva y rigurosa el estudio de fenómenos complejos, permitiendo una comprensión profunda y multidimensional del tema investigado.
En consecuencia, se llevó a cabo una profunda búsqueda en bases de datos especializadas, tales como Scopus, SciELO, Dialnet, Redalyc, Latindex 2.0, Google Académico y Repositorios Institucionales, entre otros. Para hacer posible este análisis, se recurrió a datos relevantes comprendidos entre los años 2019 y 2023, con acceso libre y seleccionando los idiomas español e inglés. Además, se excluyó la información que no guardara relación con los factores que forman parte del estudio.
En cuanto a las fuentes incluidas, se tuvo en cuenta aquellas que se alinearon con los objetivos de la investigación. Además, se aplicaron criterios como la adhesión a la misma metodología, calidad, confiabilidad y credibilidad al seleccionar los estándares.
En el desarrollo de esta investigación, el análisis de los datos recopilados condujo a resultados significativos, que fueron objeto de una discusión exhaustiva. Este proceso permitió una interpretación profunda de la información, culminando en conclusiones sustanciales y recomendaciones prácticas. La síntesis de estos hallazgos no solo enriquece el cuerpo de conocimientos existente, sino que también sirve como catalizador para nuevas líneas de investigación. Esta dinámica de generación y expansión de ideas contribuye de manera notable al avance del conocimiento en el ámbito educativo, abriendo nuevas perspectivas y posibilidades de innovación pedagógica.
3. Resultados
La atención, como función cognitiva esencial, permite al individuo enfocarse en información específica del entorno, filtrando simultáneamente los estímulos irrelevantes. Este mecanismo selectivo es crucial para el procesamiento eficiente de datos en el cerebro, facilitando la interacción efectiva con el mundo circundante. Al dirigir los recursos mentales hacia elementos particulares del ambiente o hacia interlocutores significativos, la atención posibilita una participación activa y consciente en la realidad cotidiana. Su papel es fundamental en la modulación de experiencias perceptivas y en la construcción de respuestas adaptativas a las demandas del entorno social y físico.
Para abordar la complejidad de la atención como proceso cognitivo en el aprendizaje, se realizó una exhaustiva revisión de la literatura científica reciente. Las siguientes tablas resumen el alcance y la naturaleza de los documentos analizados en este estudio, proporcionando una visión general de las fuentes consultadas y los criterios de selección aplicados (Tabla 1 y Tabla 2). Esta información es fundamental para contextualizar los hallazgos presentados y comprender la base sobre la cual se han desarrollado los resultados y conclusiones de esta investigación.
La Tabla 1 presenta un resumen de los 23 documentos consultados durante la investigación, provenientes de cuatro fuentes principales: SciELO, Scopus, Latindex 2.0 y Repositorios Institucionales.
Tabla 1 Cantidad de documentos consultados.
Fuentes | Números de Archivos | Dimensión 1 | Dimensión 2 | Metodología |
---|---|---|---|---|
SciELO | 7 | 4 | 3 | |
Scopus | 3 | 2 | 1 | |
Latindex 2.0 | 7 | 2 | 4 | 1 |
Repositorio Institucional | 6 | 3 | 3 | |
Total | 23 | 11 | 11 | 1 |
Fuente: Las Autores (2023).
Los documentos se clasificaron en dos dimensiones principales y una categoría metodológica, con 11 documentos en cada dimensión y uno en metodología. La distribución entre las fuentes varía, con SciELO y Latindex 2.0 proporcionando la mayor cantidad de documentos (7 cada uno), seguidos por los Repositorios Institucionales (6) y Scopus (3). Esta tabla ofrece una visión clara de la diversidad de fuentes utilizadas y la distribución de los documentos entre las diferentes dimensiones del estudio, lo que refleja el enfoque metodológico y la amplitud de la investigación realizada
La Tabla 2 resume el proceso de selección de documentos para la investigación, mostrando que, de un total de 40 artículos analizados inicialmente, 21 fueron finalmente incluidos en el estudio
Tabla 2 Número de documentos incluidos.
Fuentes | Archivos analizados | Archivos incluidos |
---|---|---|
SciELO | 16 | 7 |
Scopus | 8 | 3 |
Latindex 2.0 | 1 | 5 |
Repositorio Institucional | 15 | 6 |
Total | 40 | 21 |
Fuente: Las Autores (2023).
Esta selección se realizó a partir de cuatro fuentes principales: SciELO, Scopus, Latindex 2.0 y Repositorio Institucional. La tabla detalla cuántos documentos fueron analizados y cuántos fueron incluidos de cada fuente, reflejando un proceso de refinamiento riguroso. Por ejemplo, de los 16 documentos analizados de SciELO, 7 fueron incluidos, mientras que de los 8 de Scopus, 3 fueron seleccionados. Este proceso de selección cuidadoso asegura la relevancia y calidad de las fuentes utilizadas en la investigación.
Esto nos permite obtener información sobre las circunstancias actuales y prever posibles escenarios futuros (Manrique, 2020). Ante este contexto la atención es un proceso esencial en la cognición humana, permite enfocarse en estímulos relevantes mientras se descarta distracciones. Nos capacita para interactuar significativamente con el entorno y comprender las intenciones de otros, facilita el procesamiento de información actual, influyendo así en la toma de decisiones y en la adaptación al mundo.
Sin embargo, el proceso de atención para que se cumpla a cabalidad sigue una ruta tal cual una computadora la información ingresa a través de los órganos de los sentidos y pasa al cerebro para que este cumpla con la función de transformarlo. De esta manera, el modelo de filtro atencional de Broadbent que sigue tres supuestos (Pulido, 2020).
La primera indica que la psicología cognitiva busca entender cómo funcionan los símbolos, reglas e imágenes en la mente humana, que se considera un sistema complejo de representación mental. La segunda alude que la conducta de la persona resulta de la combinación entre la información que recibe y cómo la procesa internamente.
Finalmente, las limitaciones en el procesamiento de la información por parte del cerebro humano se deben tanto a su estructura como a los recursos disponibles y la dificultad para procesar múltiples estímulos simultáneamente. Por lo tanto, este modelo acentúa la importancia de entender cómo se distribuyen los recursos atencionales y cómo estas limitaciones afectan la percepción y el procesamiento de la información.
Al referirse a la psicología cognitiva, en su enfoque empírico, se dedica al estudio de las representaciones, evaluaciones y experiencias emocionales, considerándolos elementos fundamentales de la actividad mental, pero siempre vinculados a la intencionalidad como el centro dinámico del mundo interno del individuo (Arias, 2021).
Para Robles y Ortiz (2024): la conducta está influenciada por factores externos e internos, como pensamientos, recuerdos y emociones. Estos elementos interactúan para permitir al individuo adaptarse eficazmente a su entorno, lo que implica una regulación compleja y dinámica del comportamiento.
Además, para superar las limitaciones en el procesamiento de la información, se puede mejorar mediante la agrupación de datos nuevos con aquellos ya almacenados y relacionados previamente (Mestas y Gordillo, 2022). En consecuencia, superar las limitaciones en el procesamiento de la información, como parte del proceso cognitivo, puede lograrse mediante estrategias como la agrupación de datos relevantes y proporcionar una comprensión más profunda de cómo la mente procesa y responde a la información.
Los gestos, el lenguaje no verbal, la actividad corporal, las expresiones faciales, la postura, el espacio, el tacto y el olfato son elementos que ejercen influencia en el proceso de aprendizaje. Estos factores pueden ser considerados como determinantes en la forma en que los estudiantes interactúan con el contenido y cómo procesan la información (Farsani, Breda y Sala, 2020). En este contexto al restar atención a estos aspectos, los educadores pueden adaptar su enfoque pedagógico para fomentar un entorno de aprendizaje más efectivo y facilitar la atención de los estudiantes.
Por lo tanto, Collazos, Hernández, Molina y Ruiz (2020): es necesario aplicar diversas metodologías para conseguir la atención durante el aprendizaje, como la inversión del aula, el enfoque del aprendizaje activo, el método de resolución de problemas, el trabajo cooperativo, la enseñanza basada en proyectos, la promoción del pensamiento crítico, la escritura de ensayos argumentativos, el análisis de noticias y la facilitación del diálogo participativo. Al explorar estas estrategias y reflexionar sobre cómo se complementan entre sí, se abre la puerta a un conocimiento más profundo sobre cómo adaptar la enseñanza para satisfacer las necesidades individuales y promover un aprendizaje significativo y duradero.
La atención desempeña un papel crucial en la cognición, como señala Resett (2021): actuando como un mecanismo regulador de los procesos mentales. Esta función cognitiva permite la selección precisa de información relevante, optimiza la asignación de recursos mentales y mantiene el enfoque en tareas específicas. Su capacidad para filtrar distracciones mientras sostiene la concentración es vital para el aprendizaje efectivo, la resolución innovadora de problemas y el éxito académico. Así, la atención no solo mejora la calidad del procesamiento cognitivo, sino que también potencia la eficiencia en diversas actividades intelectuales, constituyéndose como un elemento fundamental para el rendimiento cognitivo general y el logro de objetivos educativos.
Desde el punto de vista docente trabajar en las necesidades individuales de los estudiantes, incluye fomentar la motivación abarcando aspectos sociales diversos y la promoción global del conocimiento, alineada con las competencias y habilidades específicas para centrar la atención en la clase (Cordero y León, 2020). En este sentido, es trascendental reconocer y valorar las diversas trayectorias de vida, experiencias culturales y sociales de los estudiantes, ya que estas influencias pueden afectar significativamente su motivación y disposición para aprender.
Un aspecto importante para promover la motivación es la creación de una comunidad de aprendizaje inclusiva, donde cada estudiante se sienta reconocido, respetado y apoyado en su proceso educativo. Esto implica no solo centrarse en el aspecto académico, sino en el desarrollo personal y social de los estudiantes. Los docentes pueden fomentar la motivación al involucrar a los estudiantes en actividades que les permitan relacionar los contenidos con sus intereses, valores y preocupaciones personales, así como con las realidades de su entorno.
Asimismo, es primordial proporcionar oportunidades para que los estudiantes desarrollen habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la resolución de conflictos y la colaboración, que son esenciales para su éxito en el ámbito académico. Un punto por considerar es el tiempo en que los estudiantes pasan en salón de clases lo que los convierte en sedentarios. El entorno escolar debe promover actividades divertidas que promuevan la atención y estimulen el sistema cognitivo como recesos, proyectos colaborativos e incluso actividades sociales dentro del salón de clases (Arribas-Galarraga y Maiztegi-Kortabarria, 2021).
Las actividades variadas y lúdicas estimulan el cerebro de los estudiantes, manteniendo su atención por más tiempo. Desafíos mentales, interacciones sociales y actividades físicas activan diversas áreas cerebrales, evitando la monotonía. Los recesos ofrecen descansos necesarios, permitiendo a los estudiantes desconectarse y recargar energías. Un ambiente escolar relajado y menos estresante propicia una mayor concentración y disposición para el aprendizaje.
La clave radica en mantener focalizada la atención en la dinámica del aula de clases (León, Mendoza y Gilar, 2021). El aula de clases debe tener un ambiente propicio para el aprendizaje y que estimule su interés. Organizar el aula de manera que todos los estudiantes tengan una buena visión del instructor y puedan participar fácilmente en las discusiones. Evita colocar escritorios en filas largas, ya que esto puede dificultar la interacción y generar distracciones. En su lugar, considera disposiciones más dinámicas, como círculos o grupos pequeños, que fomenten la colaboración y el compromiso.
Crear distintas zonas dentro del aula para actividades específicas, como una zona de lectura, una zona de trabajo en grupo y una zona para presentaciones. Esto permite que los estudiantes elijan el espacio que mejor se adapte a sus necesidades de aprendizaje en cada momento y ayuda a mantener su atención al cambiar de actividad.
El Uso de carteles, pizarras y otros recursos visuales para organizar la información de manera clara y accesible. Los elementos visuales pueden ayudar a mantener la atención de los estudiantes al proporcionarles puntos de referencia visuales y resaltar la información importante. Pero ante todo minimizar las distracciones como ruidos externos, desorden visual o dispositivos electrónicos no relacionados con el aprendizaje.
Los dispositivos electrónicos ayudan cuando ayudan al aprendizaje, pero como en ocasiones actúa como distractor es prominente establecer reglas claras sobre su uso enseñar habilidades de gestión del tiempo y la información, y seleccionar cuidadosamente las herramientas tecnológicas que mejor se adapten a los objetivos de aprendizaje.
4. Conclusión
La presente investigación sobre la atención como proceso cognitivo para estimular el aprendizaje de los estudiantes revela la importancia crítica de este factor en el contexto educativo actual. Los resultados obtenidos destacan la naturaleza multifacética de la atención y su influencia determinante en el rendimiento académico.
El estudio aporta una perspectiva novedosa al integrar teorías cognitivas clásicas, como el modelo de filtro atencional de Broadbent, con enfoques pedagógicos contemporáneos. Esta síntesis proporciona un marco conceptual robusto para comprender y mejorar los procesos atencionales en el aula.
En comparación con investigaciones previas, nuestro análisis enfatiza la importancia de considerar factores contextuales, como el diseño del ambiente de aprendizaje y la incorporación de tecnologías educativas, aspectos que a menudo se han subestimado en estudios anteriores.
Las investigaciones futuras deberían explorar la relación entre atención y habilidades socioemocionales, así como el impacto de nuevas tecnologías en los procesos atencionales. Se recomienda realizar estudios longitudinales para evaluar la eficacia a largo plazo de las estrategias propuestas para mejorar la atención. Estos enfoques proporcionarían una comprensión más completa de la atención en entornos educativos modernos y validarían la efectividad de las intervenciones en el tiempo.
Es importante señalar que, si bien este estudio proporciona una base sólida para la comprensión de la atención en el contexto educativo, sus conclusiones deben interpretarse considerando las limitaciones inherentes a una revisión teórica. La aplicación práctica de estas ideas requerirá una validación empírica adicional en diversos contextos educativos.
Este estudio subraya la necesidad de un enfoque holístico y adaptativo para mejorar la atención de los estudiantes, integrando aspectos cognitivos, emocionales y ambientales en las estrategias pedagógicas. Esta perspectiva integral promete no solo mejorar el rendimiento académico, sino también fomentar un aprendizaje más significativo y duradero.