Competencias Digitales en los Docentes de Educación Superior

Las competencias digitales, que abarcan diversas denominaciones como alfabetización digital, mediática e informacional, se refieren a un conjunto de capacidades, conocimientos y habilidades que permiten el uso responsable de las tecnologías digitales. Estas competencias se dividen en dos áreas principales: la competencia instrumental, que implica el dominio de las tecnologías ( ^{Orozco et al., 2019}); y la competencia pedagógica, relacionada con la aplicación de las TIC en el currículo y la importancia de la mediación docente (^{Cooper et al., 2021}; ^{Tamayo & Quintana, 2022}). Además, la competencia digital del estudiante se relaciona con su capacidad para utilizar eficazmente los medios digitales en la adquisición de conocimiento, mientras que en el caso del formador, se refiere a su habilidad para integrar las TIC en la enseñanza (^{Cañete-Estigarribia et al., 2021}; ^{George Reyes et al., 2019}).

En el siglo XXI se considera prioritario que los formadores del nivel superior desarrollen capacidades específicas que les haga posible estar a la vanguardia y transformar tanto a la enseñanza como al aprendizaje en un proceso más atractivo, motivador y significativo para los estudiantes. Los docentes necesitan actualizarse en tecnologías educativas para mejorar su formación y desempeño en el aula (^{Dias-Trindade & Ferreira, 2020}; ^{Flores Lueg & Roig Vila, 2016}; ^{Montoya et al., 2018}).

Algunos autores clasifican por niveles a las competencias digitales en: básicas, intermedias y avanzadas (^{Jorge-Vázquez et al., 2021}). Otros establecen una diferenciación en los niveles. El nivel 1 supone ser competente digitalmente, el nivel 2 hacer uso de herramientas digitales y el nivel 3 transformar digitalmente (^{Monteiro & Leite, 2021b}). Algunos van más allá como es el caso de ^{Dias-Trindade & Ferreira (2020)}) quienes establecen una puntuación para establecer una escala de competencia digital que oscila desde el nivel A1 “Recién llegados” (menor a 19 puntos), A2- Exploradores (de 19 a 32 puntos), B1- Integradores (de 33 a 47 puntos) B2- Especialistas (de 48 a 62 puntos), C1- Líderes (de 63 a 77 puntos), C2- Pioneros (más de 77 puntos).

Los docentes universitarios con alfabetización digital cuentan en su mayoría con un nivel intermedio, el cual es independiente del género que poseen (varón o mujer), pero un factor importante es la generación a la que pertenecen. En contraposición, los jóvenes denominados millennials o pertenecientes a la generación Z tienen un nivel más avanzado de competencias digitales debido a que nacieron en la era de la información y son considerados nativos digitales (^{Jorge-Vázquez et al., 2021}).

La alfabetización digital en los profesores es necesaria para realizar cambios en el sector educativo. Está constituida por un conjunto de competencias vinculadas al uso y dominio de herramientas tecnológicas (^{Benavente-Vera et al., 2021}; ^{García et al., 2021}; ^{Pascual et al., 2019}). Por lo tanto, resulta indispensable que los formadores sean competentes digitalmente y que les permitan hacer uso de una serie de capacidades y habilidades relacionadas con la tecnología y que puedan ser aplicadas al contexto educativo mediante el empleo de medios tecnológicos y recursos educativos. Por lo tanto, se debe considerar la integración e implementación de las TIC en la malla curricular y en el perfil de egresado en el nivel superior ya que se necesita contar con futuros profesionales expertos en el empleo, operación y aplicación de las TIC dentro y fuera del ámbito educativo (^{Sánchez-Olavarría & Carrasco-Lozano, 2021}).

Asimismo, la formación docente en el ámbito de las TIC requiere el desarrollo de competencias que puedan integrarse efectivamente en la práctica educativa, ya que la evolución de la educación plantea desafíos que demandan cambios sustanciales. La utilización educativa de las TIC durante las clases es fundamental, y el perfeccionamiento continuo de estas competencias implica comprender cómo, cuándo y por qué emplear las TIC para enriquecer la experiencia de aprendizaje. Por lo tanto, es esencial proporcionar capacitaciones y actualizaciones para que los docentes de nivel superior no solo utilicen adecuadamente las TIC en el proceso educativo, sino que también puedan diseñar materiales educativos adaptados al entorno del estudiante. Además, deben ser conscientes de las implicaciones que el uso de las TIC tiene en la educación (^{Fernández Delgado, 2022}; ^{Laurente-Cárdenas et al., 2020}).

La Competencia Digital Docente (CDD) desempeña un papel fundamental en la transformación de las prácticas de aula y en el desarrollo profesional de los docentes a través del uso de tecnologías digitales. Esta competencia se compone de cuatro dimensiones (^{Silva et al., 2022}). La primera aborda aspectos didácticos, metodológicos y curriculares, donde los docentes diseñan, crean y evalúan actividades utilizando recursos tecnológicos digitales, como se menciona en los trabajos de ^{Alonso (2021)}; ^{Aparecida et al. (2016)} y ^{Velastegui (2019)} quienes destacan el uso efectivo de plataformas de aprendizaje y portales educativos. La segunda dimensión se enfoca en la planificación, los recursos digitales y la organización de espacios de gestión, con ejemplos como la incorporación de E-readers en las sesiones de aprendizaje, que contribuyen a crear entornos acogedores con tecnologías digitales (^{Charbonneau-Gowdy et al., 2016}; ^{Vargas-Murillo, 2019}).

La tercera dimensión de la CDD, se centra en la ética, seguridad y aspectos legales, donde los docentes emplean herramientas tecnológicas de manera ética e inclusiva, promoviendo un aprendizaje significativo mediante el uso responsable de recursos digitales, información, alfabetización informacional, comunicación, colaboración y seguridad (^{Cañete-Estigarribia et al., 2021}; ^{Silva et al., 2022}). Y por último, la cuarta dimensión se relaciona con el desarrollo personal y profesional de los docentes, destacando su compromiso con la formación continua, participación en capacitaciones y actualizaciones a lo largo de su carrera profesional (^{Estrada-Molina et al., 2022}; ^{García et al., 2021}; ^{Miotto et al., 2022}).

Por otro lado, los docentes deben desarrollar competencias en cuatro dimensiones esenciales. La primera se refiere al dominio de tecnologías hardware y software, incluyendo dispositivos y programas informáticos (^{Ferreiro Concepción et al., 2021}; ^{Sandí Delgado & Sanz, 2018}). La segunda dimensión se centra en la pedagogía, promoviendo la creatividad en la integración de las TIC en todas las etapas del proceso educativo (^{Delgado Montoya, 2022}; ^{Rincón Castillo, 2018}). La tercera dimensión aborda competencias sociales y éticas, haciendo hincapié en valores y responsabilidad en el uso de las TIC en la educación (^{Amador-Alarcón et al., 2021}). La cuarta dimensión se relaciona con la formación docente, capacitando a los docentes para un uso efectivo de las TIC (^{Aguirre Aguilar & Ruiz Méndez, 2012}; ^{Cañete-Estigarribia et al., 2021}; ^{Pinto Santos & Pérez Garcias, 2022}).

Es preciso mencionar que los docentes universitarios tienen el gran reto de formar a estudiantes que son parte de la era digital, por ende, es esencial que los docentes desarrollen competencias digitales, ya que las TIC cada vez avanzan y exigen que las universidades sigan avanzando porque si continúan con lo tradicional corren el riesgo de desaparecer (^{Fernández-Márquez et al., 2018}; ^{Rodríguez Espinosa et al., 2016}) .

Estudios sobre la Integración de las TIC en el Nivel Superior

En la actualidad existen estudios que han integrado las TIC en el nivel superior y han elaborado instrumentos para comprobar las competencias digitales en los docentes universitarios del continente americano ya que es un pilar importante de la sociedad y es necesario brindar a los estudiantes una educación tomando en cuenta la nueva realidad educativa y los nuevos avances tecnológicos(^{González López & Pangrazio, 2021}; ^{Jorge-Vázquez et al., 2021}).

Las TIC desempeñan un papel fundamental en el ámbito educativo al facilitar tanto el proceso de aprendizaje como la enseñanza. Su uso contribuye de manera significativa a la transformación del modelo educativo tradicional (^{De et al., 2017}; ^{Monteiro & Leite, 2021a}). Estas herramientas tecnológicas ofrecen oportunidades para enriquecer la experiencia educativa, promoviendo métodos de enseñanza más dinámicos y adaptados a las necesidades de los estudiantes.

Los nuevos modelos educativos con la integración articulada de las TIC garantizan grandes transformaciones positivas en el ámbito educacional. Es preciso destacar que hay cuatro organizaciones internacionales (Unesco, OCDE, BID y BM) que han usado las tecnologías y han tenido gran influencia en la educación. Estas organizaciones han realizado propuestas de alfabetización digital, aprendizaje digital y modelos de integración entre otros, cuyos beneficiarios fueron los docentes y estudiantes. Estos cuatros organismos concuerdan que la aplicación de las tecnologías en la educación superior requiere transformaciones en la infraestructura educativa y también apoyo con el financiamiento por parte del gobierno (^{Deossa-Cano & Montiel-Castaño, 2022}).

Según ^{Aparecida et al. (2016)} diversas entidades educativas de nivel superior han elaborado instrumentos para comprobar las competencias digitales de los docentes. Es más, algunas instituciones han elaborado instrumentos con estándares referentes a la integración de herramientas digitales en educación como la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE); sobre estándares de TIC para la formación de profesores principiantes, Ministerio de Educación Nacional de Chile, con relación a las habilidades y estándares de TIC para la profesión docente. Asimismo, el Ministerio de Educación Nacional de Chile y la alfabetización digital en Leicester (DigiLit Leicester City Council), respecto a competencias TIC para el desarrollo profesional de los maestros, Ministerio de Educación Nacional de Colombia acerca de un Marco común para la competencia digital de los docentes. Además, el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado como también el Marco común europeo de la competencia digital de los educadores (DigiCompEdu), sobre el Marco de habilidades digitales para docentes.

Con base a lo señalado, los cambios en la educación superior, impulsados por las TIC, han llevado a la necesidad de evaluar las competencias digitales de los docentes en su formación inicial. En respuesta a estos cambios, algunas instituciones han desarrollado marcos de competencias digitales para la capacitación de docentes de nivel superior, destacándose entre ellos La Competencia Digital Docente y DigiCompEdu (^{Cabero-Almenara et al., 2020}; ^{María et al., 2020}). Además, buscan fortalecer el desempeño docente frente a las TIC, por medio de acompañamiento pedagógico. Los educadores deben ser competentes en el uso de la tecnología para mejorar y transformar las prácticas pedagógicas y así impulsar su profesionalización. Ser alfabetizado digitalmente les permite pensar de manera crítica sobre cuándo, cómo y por qué la tecnología puede ser una incorporación efectiva en el proceso de aprendizaje y enseñanza (^{Silva et al., 2022}).

Además, según ^{Johnson et al. (2016)}, es importante considerar estándares internacionales en la formación docente en competencias digitales. Estos estándares proporcionan pautas fundamentales para la integración efectiva de la tecnología en la educación superior. No obstante, es esencial reconocer que la implementación de recursos digitales debe adaptarse a las necesidades específicas de cada grupo de estudiantes. Este enfoque personalizado garantiza que las TIC se utilicen de manera óptima y sean relevantes para el proceso de aprendizaje, teniendo en cuenta las características individuales y los objetivos educativos particulares de cada contexto.

Aplicación de las TIC a la Educación Superior

Las TIC engloban un conjunto de recursos tecnológicos que desempeñan un papel fundamental en la transmisión y comunicación de información. En el ámbito educativo, las TIC han demostrado su capacidad transformadora al revolucionar las prácticas de enseñanza y aprendizaje de manera innovadora, respondiendo a las crecientes demandas sociales y tecnológicas (^{Deossa-Cano & Montiel-Castaño, 2022}). Estas herramientas tecnológicas no solo amplían el acceso a la información y el conocimiento, sino que también fomentan la interactividad, la colaboración y la personalización del aprendizaje. La integración efectiva de las TIC en la educación permite a los educadores adaptar sus enfoques pedagógicos y proporcionar experiencias educativas más dinámicas y enriquecedoras, preparando a los estudiantes para enfrentar los desafíos de una sociedad cada vez más digitalizada.

El término de las TIC se origina con la aparición de una serie de dispositivos tecnológicos tales como: los celulares, la televisión, las computadoras, las laptops, entre otros. Es por ello por lo que los jóvenes no tienen dificultad en su uso, ya que pertenecen a la generación digital. También, el uso de las TIC como herramientas educativas depende de la decisión del docente de cuándo usarlas y cómo utilizarlas. El Modelo de TPACK (Technological Pedagogical Content Knowledge) es uno de los más usados y busca la mejor manera de integrar la tecnología en la educación (^{Dias-Trindade & Ferreira, 2020}).

La inclusión de recursos y experiencias TIC en el aula ha revolucionado tanto los procesos de aprendizaje como el rol del docente. Su uso implica que los educadores dominen el enfoque pedagógico de herramientas digitales, permitiendo una enseñanza más dinámica y dejando atrás métodos monótonos y repetitivos. Las TIC engloban programas, herramientas e instrumentos tecnológicos, como computadoras, televisores y teléfonos móviles, que facilitan la transmisión y acceso a la información. Claros ejemplos del empleo de una serie de recursos son los siguientes estudios: E-Readers (Libros electrónicos) (^{Charbonneau-Gowdy et al., 2016}). Integración de la tecnología (TPACK) (^{Johnson et al., 2016}). Online Community Network. VLE (Virtual learning environment), Portal Edutec, Eje articulado de educación inclusiva (^{Aparecida et al., 2016}) y el empleo de hardware, software, web 2.0, aplicaciones operativas de red (^{Bustos López et al., 2018}).

En el año 2020, con la propagación del COVID-19, la educación experimentó cambios significativos en su modalidad de enseñanza, pasando a un formato virtual con el uso de herramientas tecnológicas. Aunque las clases y su contenido se volvieron digitales, se observó un rápido aumento en la adopción de dispositivos electrónicos en la educación superior, impulsada por la necesidad de impartir clases virtuales y híbridas. Los recursos educativos digitales utilizados abarcaron diversos formatos, como contenido verbal, gráfico, audiovisual y multimedia disponibles en línea, y se emplearon de manera responsable por parte de los educadores con el objetivo de optimizar el proceso de enseñanza y ofrecer clases didácticas (^{Gabriel, 2022}; ^{Reyes Blacido et al., 2021}).

Las TIC se pueden utilizar de manera positiva en la educación para potenciar la práctica pedagógica, por medio de estrategias metodológicas que favorecen el trabajo colaborativo y cooperativo en los estudiantes. En este tiempo de la era digital aparecieron diversas aplicaciones educativas con las cuales el docente logra incorporar diversos recursos en su proceso de enseñanza. Además, la exploración de las herramientas tecnológicas ha permitido a los docentes crear e innovar materiales educativos y de esa forma desarrollar las competencias digitales (^{Fanni et al., 2013}; ^{Parra Bernal et al., 2021}).

Los docentes utilizan los recursos digitales de manera distinta como: almacenar, organizar, gestionar registros pedagógicos que les permiten subir boletas de notas, registrar la asistencia y las actividades de manera digital. Además, los docentes pueden integrar y utilizar herramientas en línea en las sesiones de aprendizaje. Los recursos tecnológicos en la nube son utilizados por diversas universidades ya que es una plataforma moderna para almacenar evidencias de los estudiantes de manera virtual. Asimismo, las herramientas web 2.0 son sitios o programas que hacen posible que se pueda de forma interactiva y colaborativa enviar información en línea de forma rápida en cualquier momento y parte del mundo. Además, están disponibles en internet y se aplican en la enseñanza y el aprendizaje. Ejemplos de ello son: Digital literacy programmes in education(^{Jorge-Vázquez et al., 2021}) en otras palabras, los programas de alfabetización digital en educación.

La utilización de recursos TIC en la educación ha dado lugar a una interacción dinámica entre programas diseñados para promover la alfabetización digital tanto en estudiantes como en educadores. Estos programas suelen aprovechar la web y plataformas educativas, entre las cuales se destacan Moodle y Flipped Classroom como algunas de las más ampliamente empleadas (^{Goodnough, 2017}; ^{Monteiro & Leite, 2021a}). Estas herramientas proporcionan un entorno propicio para el aprendizaje interactivo y la personalización de la enseñanza, permitiendo a los usuarios adquirir competencias digitales de manera efectiva y adaptada a sus necesidades.

Integrando Recursos Digitales en los Procesos de Enseñanza y Aprendizaje

El proceso de enseñanza y aprendizaje comprende un conjunto de métodos, modelos, conocimientos que el docente emplea para que el estudiante logre las competencias deseadas. El uso de herramientas tecnológicas es una oportunidad para que los educadores diseñen e incorporen las TIC en el dictado de sus clases. Esto permitirá que tanto ellos como sus estudiantes desarrollen y fortalezcan competencias digitales. Asimismo, los docentes mejorarán profesionalmente (^{Bustos López et al., 2018}; ^{López-Sandoval et al., 2020}).

En una sociedad globalizada, la integración de las TIC en la educación es esencial, ya que los estudiantes de la generación digital tienen habilidades tecnológicas. El desarrollo profesional docente es crucial para mejorar la calidad educativa, incluyendo la autorreflexión del desempeño docente. La adopción de las TIC asegura que los docentes estén preparados para la enseñanza en entornos virtuales, impulsando la mejora de la pedagogía (^{Ferreiro Concepción et al., 2021}; ^{Hilaire & Gallagher, 2020}). Por lo tanto, los docentes afrontan el desafío de aprovechar las TIC para impulsar la innovación en la enseñanza y promover la autorregulación del aprendizaje en los estudiantes, quienes pueden dirigir sus procesos cognitivos y emocionales hacia el logro de estándares y metas académicas mediante estrategias adecuadas (^{González-Lorente & Rebollo-Quintela, 2018}; ^{Rebaza et al., 2022}).

Las TIC desempeñan un papel crucial en la educación al permitir al docente emplear diversas herramientas tecnológicas para facilitar el aprendizaje de los estudiantes. La introducción de recursos como los E-readers y la plataforma de comunidad en línea brindó oportunidades transformadoras. La accesibilidad a estas tecnologías fue fundamental para enriquecer el entorno educativo (^{Charbonneau-Gowdy et al., 2016}).

La integración efectiva de las TIC en la educación requiere dos aspectos fundamentales. En primer lugar, implica que los docentes posean habilidades digitales que abarcan tanto el dominio técnico de las TIC como su uso apropiado y ético en beneficio de los estudiantes. Además, la gestión directiva juega un papel esencial en la mejora de las instituciones educativas, ya que son responsables de promover actividades que fomenten la innovación pedagógica entre los profesores y mejoren el rendimiento académico de los estudiantes. El desarrollo de las habilidades digitales de los docentes se fortalece mediante el uso constante de recursos tecnológicos en su práctica educativa, y la usabilidad de las TIC influye en su implementación efectiva en el aula (^{Olivarría et al., 2022}).

Las prácticas pedagógicas innovadoras mediadas por las TIC buscan introducir elementos novedosos que transformen la enseñanza, especialmente para mantener la atención de estudiantes pertenecientes a la generación digital, quienes tienden a aburrirse de enfoques tradicionales. Para lograrlo, es esencial fortalecer las habilidades digitales de los docentes y adaptar la integración de tecnología a las demandas actuales, implementando métodos educativos innovadores (^{Tejedor et al., 2020}). Por ello, los docentes deben autoevaluarse y reflexionar profundamente al concluir sus clases para identificar logros, debilidades y áreas de mejora en su práctica pedagógica. La integración de las TIC en la enseñanza es una iniciativa innovadora que busca superar enfoques tradicionales y generar impactos positivos en la educación (^{Parra Bernal et al., 2021}; ^{Sanchez et al., 2022}).

Algunos estudios señalan que los docentes presentan un nivel limitado en su capacidad para crear y desarrollar soluciones digitales en el contexto educativo. Por otro lado, los estudiantes reportan que los recursos tecnológicos se utilizan principalmente para la interacción institucional y entre pares, pero no se enfocan en el desarrollo de habilidades específicas en entornos virtuales (^{Monteiro & Leite, 2021a}).  

El uso de las aplicaciones tecnológicas favorece significativamente el aprendizaje de los estudiantes. Además, permite que los docentes puedan crear materiales novedosos que capten la atención e interés del alumnado. La diversidad de estilos de aprendizaje de los estudiantes requiere diferentes estrategias tecnológicas por parte del docente para atender las necesidades educativas especiales de los estudiantes y garantizar una educación inclusiva (^{Aparecida et al., 2016}).