INTRODUCCIÓN
El proceso de aprendizaje va más allá de la educación escolar, a pesar de que es dentro del sistema educativo donde el sujeto aprende a interactuar con otros grupos que pueden diferir en tradiciones, costumbres o creencias (Aguilar, 2020; Clavijo Castillo y Bautista Cerro, 2021).
El impacto de la educación en el fortalecimiento de las competencias necesarias para la vida ha sido abordado en diferentes estudios. García y Cruz (2018) se centran en las habilidades asociadas al uso de las tecnologías y la presencia del juego; Chiecher y Melgar (2018) abordan las competencias digitales; Palos et al. (2019) analizan las competencias emprendedoras en los estudiantes y utiliza como patrón de referencia la metodología EntreComp aprobada por la Comisión Europea; Rivas et al. (2020) estudian las competencias relacionadas al lenguaje musical; y Orozco et al. (2021) abarcan las competencias de los docentes.
De igual manera, se aprecian estudios que vinculan las competencias con factores que afectan el proceso de enseñanza-aprendizaje y son causas de la deserción escolar: Amir-ud-Din (2021) sobre el desinterés; Zulaika et al. (2022), Chatterji y Li (2021), y Joulaei y Kalateh Sadati (2020) de las consecuencias del COVID-19; y Gil et al. (2019) desde la gestión educativa. Además, hay estudios de los factores asociados a la deserción escolar y su presencia en todas las naciones que justifican su necesidad (Collazos, 2020).
Según Barre y Castro (2021), la deserción escolar es: “alejamiento o abandono del sistema escolar por parte de los y las estudiantes” (p.1). Esta situación por factores: económicos, sociales, de salud y pedagógicos. En ocasiones, las instituciones educativas quedan con un ambiente de incertidumbre sobre las razones, dado que, las problemáticas pueden ser personales, institucionales, familiares o culturales.
En este sentido, problemas económicos, políticos, sociales, ambientales y sanitarios contribuyen a truncar la continuidad formativa de los estudiantes. Por tanto, la problemática de la deserción escolar implica, de por sí, la convergencia de distintos factores, internos o externos al estudiante, como son: su desarrollo personal, el contexto familiar, cultural y comunitario; que pueden propiciar episodios que conlleven al abandono de las aulas de clases, con consecuencias para sus proyectos de vida, familia y sociedad en general (Ruíz et al., 2014; Silvera, 2016).
El Ecuador, durante el año 2000 tuvo una tasa de deserción inferior al 28%, similar a: Argentina, Costa Rica, Honduras y Paraguay. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, la situación se ha incrementado, y es más visible en las zonas rurales (Ojeda, 2022). Por otra parte, Chisaguano (2022) determina que, en el país el 37% de los hogares carecen de acceso a la internet, por tanto, 6 de cada 10 niños o adolescentes tuvieron algún tipo de interrupción en los estudios en el marco de la pandemia.
En el caso de la Unidad Educativa Vicente Anda Aguirre, del cantón Mocha, Tungurahua, la deserción escolar se ha convertido en un proceso habitual por parte de los estudiantes; no existe un control de cuántos abandonan cada año sus estudios y los factores asociados. Esto, porque el Ministerio de Educación, solicita sólo información de los estudiantes que han sido trasladados a otra unidad educativa y no existe un control de los casos de deserción.
El Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) manifiestan que, hasta noviembre del año 2021 existen 40 estudiantes que abandonaron sus estudios, tendencia que se mantiene en los primeros seis meses del 2022 con 18 bajas. Los representantes legales reflejan como causas de retiro voluntario: el cambio de institución, la migración, cambio de domicilio y situaciones de índole personal. Sin embargo, Ruíz et al. (2014) plantean que la decisión de no continuar estudios puede estar enmarcada dentro de un factor intrínseco, caracterizada por la desmotivación, reprobación de asignaturas e incluso el ser padre o madre a temprana edad. En este orden de ideas, el personal que labora en la unidad educativa considera la existencia de otros factores como son: económicos, consumo de sustancias psicotrópicas, matrimonio infantil, problemas familiares, bajo rendimiento académico, entre otros.
Esta situación demanda un mayor interés por parte de las autoridades institucionales del sector educativo, para conocer causas y, en correspondencia, tomar las medidas pertinentes que contribuya a minimizar esta problemática. Se propone como objetivo determinar los factores asociados a la deserción escolar en los estudiantes de la Unidad Educativa Vicente Anda Aguirre.
MÉTODOS
Para efectos de la presente investigación, se asume el enfoque mixto, no experimental de corte trasversal, con alcance descriptivo. Los métodos del nivel teórico utilizados son: análisis y síntesis, inductivo-deductivo e histórico-lógico que permiten la consecución del estudio acerca de los factores asociados a la deserción escolar.
Posteriormente, se parte del análisis documental de las fichas estudiantiles de retiro voluntario emitidos por el DECE, como información primaria. Se aplica, una entrevista semiestructurada para la caracterización de la escuela desde sus perspectivas.
Como métodos del nivel empírico se emplea la medición con dos cuestionarios, uno para los estudiantes que permanecen en sus actividades académicas y otro para los que abandonaron sus estudios, con 64 y 54 ítems respectivamente. Ambos tienen cuatro dimensiones enmarcadas en: ámbito personal, institucional, familiar y cultural. Los instrumentos se validan y tiene un coeficiente Alpha de Cronbach de 0,82 y 0,79, respectivamente que determina su confiabilidad.
Para el análisis de los datos se aplica la técnica del análisis de contenido y la estadística descriptiva para los datos cuantitativos a través de tablas y figuras donde se analizan los porcentajes obtenidos.
La población es de 152 estudiantes de noveno y décimo años, 40 estudiantes que desertaron, 5 autoridades y 7 docentes. En el caso de los estudiantes se trabaja con el 100 % de la población y con los 12 docentes y autoridades. Los estudiantes en condición de deserción se trabajan con 17 estudiantes que pudieron ser localizados.
RESULTADOS
A continuación, se presentan los resultados, primeramente, del análisis cualitativo seguido del cuantitativo, de los datos recogidos de la aplicación de los instrumentos.
Análisis cualitativo de los resultados
El análisis de la entrevista realizada al personal docente y autoridades de la institución. De las valoraciones realizadas por los docentes y autoridades se identifica que, a nivel familiar la falta de recursos económicos ha provocado que sus hijos carezcan de materiales didácticos, tecnológicos e incluso el traslado a la institución educativa sea afectado. Los problemas económicos propician la migración de padres e hijos a otras ciudades y países, en busca de oportunidades laborales debido a su desempleo o simplemente por mejorar sus condiciones económicas. En consecuencia, los recursos económicos y la movilidad de las personas están desintegrando los hogares del cantón, la ausencia de los padres cada vez es más visible y el poco apoyo hacia sus hijos.
Dentro del campo educativo, los estudiantes tienen un bajo rendimiento académico, bajas calificaciones y consideran el estudio una obligación; predomina la falta de motivación por el aprendizaje y la superación. Los espacios físicos están deteriorados y solo abastecen a un bajo número de estudiantes, afectando el aprendizaje, y pocas oportunidades para actividades deportivas, recreativas o lúdicas.
Las autoridades y docentes concuerdan en su obligación de enseñar, de profundizar en los contenidos y mejorar el proceso de aprendizaje. Sin embargo, la carga administrativa y de trabajo generada por el cúmulo de planificaciones, ha provocado saturación en sus actividades, teniendo poco tiempo para ocuparse del bienestar personal y académico de los estudiantes.
Existen programas de acompañamiento en: prevención del suicidio, embarazo, consumo de sustancias, acoso y no violencia, entre otras, por parte del DECE mediante charlas motivadoras, campañas y diálogos. Además, se da seguimiento a los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales asociadas o no a una discapacidad. La excesiva cantidad de casos dentro de la institución dificulta su atención, por lo que, se selecciona solo los prioritarios para su seguimiento.
En el ámbito familiar los entrevistados expresan que existe escasa preparación académica de los miembros del hogar, siendo poca la ayuda en las actividades pedagógicas de sus hijos, además de, permitir que los educandos se sobrepongan a las decisiones de los padres sobre su desempeño profesional. Dentro de la identidad cultural se manifiesta que existen algunos estudiantes que sienten temor, inseguridad, perciben discriminación y crítica hacia ellos por su dialecto, vestimenta o religión; mientras que, en la mayoría se ha podido observar que no incide de manera negativa, gracias a su seguridad emocional y respeto mutuo entre todos los miembros de la comunidad educativa.
Por otra parte, los docentes y autoridades consideran que en el cantón existe una serie de dificultades como son: el consumo de alcohol, tabaco, sustancias psicotrópicas, embarazo temprano, relaciones de pareja a temprana edad, a la que los estudiantes están expuestos y que sin un buen aprendizaje son vulnerables a la toma de decisiones. A partir del análisis se concluye que, la deserción escolar es un desencadenante generado por los elementos visualizados dentro de nuestra codificación, siendo la económica la decisiva.
Análisis cuantitativo de los resultados
El cuestionario a estudiantes que permanecen en actividades académicas se aplicó a
152 estudiantes, con 64 preguntas. A continuación, se enuncian los principales resultados obtenidos.
En cuanto a la situación socioeconómica se obtiene que: los alumnos encuestados se encuentran en un rango de edad entre 13 y 18 años; de ellos; 88 (57,9%) son femeninas y 64 (42,1%) masculinos y dos poseen alguna discapacidad. Del total, 7 (4,6%) han repetido el grado una vez y 2 (1,3%) lo han hecho en dos ocasiones; 27 (17,8%) plantean que estudian 9 horas o más a la semana, 3 (2,0%) que no estudian y el resto se divide manera equitativa con régimen de estudio de 1 a 3 horas o de 4 a 8 horas. Solo 3 (2,0%) declaran consumo de tabaco y 1 (0,7%) de alcohol.
Los estudiantes reconocer la existencia de programas de prevención sobre deserción escolar, violencia verbal, sexual y acoso escolar, pero en contraste con lo planteado por los docentes y autoridades, todos manifiestan que los docentes se refieren solo a aspectos académicos. En un porcentaje muy bajo, el 2,6%s, se señala que, existen casos de violencia (verbal, física o sexual) y acoso por parte de otros estudiantes; sin embargo, 43 (28,3%) de ellos, declaran su existencia en el círculo familiar. El 61,2% reconoce que, los docentes revisan sus tareas solamente una vez por semana, y el resto se comparte de forma equitativa entre todos los días o cada dos días.
El 90,1% de las familias resultan del tipo monoparental y extendidas, dos niños son adoptados. Solo cinco madres (3,3%) y cinco padres (3,3%) son universitarios y uno posee posgrado, el 62,5% tienen formación primaria. En cuanto a los ingresos solo cinco ((3,3%)) padres poseen ingresos entre 601 y 800 USD al mes y las madres en dos (1,3%) casos están en el rango de 801 a 1000. Lo anterior demuestra los bajos ingresos asociados a las casas de residencia de los estudiantes.
La comunidad se caracteriza por peligros de delincuencia, consumo de drogas, alcohol y tabaco. Lo cual confirma el ambiente difícil de los niños de esta región para desarrollar un proceso de enseñanza-aprendizaje motivador y enriquecedor.
Por otro lado, en el análisis de la dimensión ámbito estudiantil, se analizan cinco preguntas sobre los deseos e intereses de los estudiantes. (Figura 1)
Se constata, que a los estudiantes les interesa culminar sus estudios secundarios (149; 98%), formarse profesionalmente (146, 96%), y prestan atención a sus actividades académicas (145, 95%). Otro aspecto que destacar es que, la mayoría de los encuestados no trabajan (115, 75,6%) y pueden concentrarse en su rol como estudiantes.
La dimensión ámbito institucional se analizan los resultados de 4 preguntas de los subdimensiones: respaldo material, apoyo emocional y posición en el grupo (figura 2).
Los estudiantes reconocen la existencia de espacios recreativos (138, 90,8 %) en contraposición con la información de los docentes que suscriben que no insuficientes. Reconocen la existencia de relación con los docentes en temas de interés (127; 83,6%) y de apoyo emocional (130, 85,6%). Esto unido a los planteamientos de los docentes hace ver que resulta un problema a resolver, aunque no sea esencial. Se aprecian serios problemas de integración al grupo (116; 76,3 %).
De la dimensión ámbito familiar se analizan cuatro preguntas, tres de ellas sobre deseos y posibilidades de apoyo familiar, la otra sobre las actividades que realizan los estudiantes en comparación con las propias de su edad (figura 3).
El ámbito familiar, es una dimensión que incide en el proceso de enseñanza- aprendizaje. De los 152 estudiantes, 139 (91,4%) manifiestan que existe interés de su familia en sus proyectos de vida académicos. El 65,8% comparten que la situación económica afecta la capacidad familiar y del estudiante en el acceso a condiciones favorables para su desempeño, en plena correspondencia con los ingresos declarados en otras preguntas. Además 67 (44,1%) declaran que alguna vez o sistemáticamente desarrollan actividades no correspondientes a las propias de su edad por la situación económica. No resultan significativos los casos de familiares involucrados en actos delictivos a pesar de la compleja situación de la región.
La dimensión “Ámbito Cultural” se analiza sobre la base de cuatro (4) preguntas, dos de ellas sobre las actividades que el niño realiza acorde con su edad, las otras dos muestran su vínculo con el trabajo y los resultados académicos históricos manifiestos en los años repetidos (figura 4).
Se obtiene que a pesar de las condiciones negativas existentes no es relevante los niños que han repetido (9) y solo dos en más de una ocasión. Se reitera que desarrollan actividades que no propias de su edad, incluida la incorporación al trabajo. Los resultados de las cuatro dimensiones evaluadas se muestran en la tabla 1.
Análisis de la encuesta realizadas a los alumnos que desertaron de sus estudios
De la misma manera, se reportan resultados relacionados a la aplicación del cuestionario dirigido al grupo de estudiantes reportados por la institución en condición de deserción escolar.
La dimensión “Ámbito Personal” se analiza sobre la base de cinco preguntas, dos de ellas relacionadas a si estudian en algún otro tipo de enseñanza, dos dedicadas a las actividades que realizan (trabajo y propias de su edad), y la últimas a las aspiraciones propias (figura 5).
Se evidencia que: 11 (64,7%) se mantiene estudiando, 5 (29,4%) dejaron por completo los estudios, 15 (88,2%) comparten el propósito de ser profesionales. Además, el 29,4% presentan responsabilidades que no corresponden a su edad; y 10 (58,8%) encuestados afirman que trabajan y 7 (41,17%) lo deben hacer regularmente.
La dimensión “Ámbito Institucional” se analiza sobre la base de cuatro preguntas, dos sobre las condiciones de vida del estudiante (trabajo y consumo de sustancias prohibidas), una tercera, aborda el apoyo emocional recibido por los docentes y la última relaciona los resultados docentes precedentes de los estudiantes expresados por los años de repitencia (figura 6).
El análisis realizado demuestra que 7 (41,2%) estudiantes solo estudia y 10 (58,8%) tienen vínculo laboral ocasional además de estudiar; 11 (64,7 %) nunca ha repetido un año lectivo. Todos los estudiantes reconocen algún acercamiento de los docentes por su estado emocional, 9 (52,9 %) con buena frecuencia y 3 (17,6 %) al menos una vez. Solo uno consume sustancias. De manera general se aprecia que el grupo que ha salido de los estudios se caracteriza por encontrarse la mayoría con vínculo laboral y bajos resultados académicos históricos.
En la dimensión “Ámbito Familiar” son cuatro preguntas, dos dedicadas a la contribución de la familia en el apoyo al estudio o en el seguimiento de sus resultados, una tercera, a la existencia de afectaciones en el estudio por consecuencia de la familia y, la última, a las actividades cotidianas que realiza el estudiante (figura 7).
Ninguno reconoce haberle dedicado el tiempo suficiente al estudio y nuevamente la presencia de actividades no propias de la edad (sistemáticamente en 10 de 17 (58,8%) y en todos de alguna forma), seis (6) plantean que la familia no se interesa por el progreso de sus estudios o lo hace solo en alguna ocasión y 12 de los 17 (70,6 %) poseen alguna afectación por la pérdida de familiares.
La dimensión “Estabilidad familiar y emocional” aborda cuatro (4) preguntas, tres dedicadas a las actividades que el estudiante desarrolla, fundamentalmente ajenas a su edad y que caracterizan su vida y, una última, que se acerca a la causa raíz del problema (figura 8).
Se aprecia que este grupo se caracteriza por el desarrollo de actividades laborales, al menos, en algún momento y la ayuda en obligaciones familiares. No se reflejan dificultades en relaciones sociales con sus amigos. A la pregunta si la principal causa de la deserción está asociada a la inestabilidad familiar y los problemas económicos 12 de los 17 (70,5 %) responde afirmativamente.
Por último, se resumen los resultados de las dimensiones en la tabla 2. Tanto el análisis en estudiantes que estudian, como en los que desertan, se muestra el alto nivel de incidencia de las familias con un 78,3% y 82,4% respectivamente.
Dimensiones | Mediana | Porcentaje | Percentil 75 |
Personal | 2 | 64,7 | 3 |
Institucional | 1 | 58,8 | 2 |
Familiar | 2 | 82,4 | 2 |
Cultural | 2 | 41,2 | 3 |
Elaboración: Los autores.
Los elementos mostrados en las tablas 1 y 2 muestran la incidencia de la familia en el entorno escolar y en los resultados de los estudiantes. Su incidencia en niños y adolescentes es importante para sus resultados hacia el futuro.
DISCUSIÓN
En el presente estudio, en correspondencia con el análisis de Erira Caicedo y Yarce Pinzón (2021) las condiciones imperantes para el desarrollo de los niños y adolescentes en las zonas pobres y, especialmente, las rurales tienen una mayor complejidad.
De los resultados obtenidos, se desprenden escenarios alejados del deber ser, donde convergen condiciones que propician la deserción escolar. Los porcentajes de abandono (26,3%) resultan altos, a pesar de que 6 de los 17 de los alumnos que desertaron en esta institución, continuaron sus estudios en otras. No obstante, este grupo de muchachos, que abandonaron de manera definitiva, poseen condiciones comunes, sobre todo en el entorno familiar que resultan propicias para la deserción escolar. Estos análisis tienen correspondencia con zonas de estudio similares en zonas colombianas (Bedoya Ospina et al., 2019).
Las encuestas realizadas muestran que los jóvenes poseen aspiraciones y deseos de estudiar y de llegar a ser profesionales, independientemente de que esas aspiraciones no se encuentran presente en sus hogares, y su pretensión no es por imitación a lo alcanzado por sus padres. El análisis es similar al realizado por Hernández Prados et al. (2017). Los resultados muestran: alta inestabilidad familiar (dentro del núcleo o por la migración del mismo) dada por escasas familias donde coinciden la madre y el padre, muy bajos niveles económicos, bajo nivel cultural y de escolaridad de los miembros de la familia, necesidad de que los niños realicen actividades no propias de su edad, incluido el trabajo para ayudar a sus familiares o tener algún respaldo económico, ambiente complejo en el barrio, entre otro grupo de elementos que hacen difícil el desarrollo del niño y un proceso de enseñanza - aprendizaje adecuado y motivador, o incluso, puede provocar la migración de la familia o su desintegración.
Por demás, en la escuela se aprecia que no existen todas las condiciones favorables para el desarrollo de los niños y que el apoyo que brindan los maestros fuera del componente académico es insuficiente. A lo anterior, se une que la labor de apoyo de los padres en casa es limitada.
Estudios realizados por Nivela Ortega et al. (2022) y Peña et al. (2016), en concordancia con el estudio actual, manifiestan como causas que afectan y promueven la deserción escolar:
falta de apoyo familiar y comunitario;
situación económica desfavorable,
enfermedad y
migración local o internacional
realización de actividades que minimicen las circunstancias negativas en sus familias.
Los resultados alcanzados en este estudio poseen correspondencia con lo anteriormente planteado, sobre todo en la situación económica y el escaso respaldo de la escuela.
Adicionalmente, se aprecia que los alumnos desarrollan su proceso de aprendizaje en un ambiente caracterizado por:
Falta de apoyo familiar y escaso de la escuela.
Realización de actividades que no corresponden ni a la edad ni a la condición de estudiantes, incluidos el trabajo. Se aprecia que estas características están presentes en los alumnos que desertan y los que repiten.
Bajo nivel cultural de los padres y miembros de las familias y bajos ingresos económicos.
Bajo apoyo al estudio en la casa y reducido control a la labor que desarrollan los niños.
Familias con alta inestabilidad, en la composición del núcleo o por la necesidad de migrar.
A pesar de existir un grupo de políticas trazadas desde el Ministerio de Educación, se hace necesario fortalecer su implementación en las unidades educativas. El seguimiento de las situaciones a las que las escuelas se enfrentan día tras día, con muy pocos y escasos recursos que traspasan sus límites en el abordaje de la deserción; promoviendo así una falta de equidad y desigualdad en las oportunidades para el cumplimiento del anhelo del 100% de los estudiantes y en condición de deserción de alcanzar su titulación profesional.
CONCLUSIONES
Para el proceso de investigación, con vistas a determinar los factores asociados a la deserción escolar, se aplicaron un grupo de instrumentos que incluyen: el análisis documental, entrevista semiestructurada y dos cuestionarios; el instrumental fue aplicado a: 152 estudiantes de noveno y décimo años, 17 estudiantes que desertaron, 5 autoridades y 7 docentes de la Unidad Educativa Vicente Anda Aguirre.
Los elementos fundamentales asociados a la deserción escolar en la Unidad Educativa Vicente Anda Aguirre resultaron: la situación económica y familiar, el desarrollo de actividades por los niños que no son propias de su edad y le restan tiempo para el estudio, la falta de programas para el seguimiento y acompañamiento de los estudiantes con problemas por parte de la escuela, bajos niveles de estudio y apoyo de la familia.
Se considera el desarrollo futuro de un estudio etnográfico, por el carácter social del tema de investigación, que analice la incidencia de la familia y la comunidad en la deserción escolar en el cantón Mocha donde se encuentra la Unidad Educativa Vicente Anda Aguirre.