Introducción
A nivel mundial, los países que obtienen mayores calificaciones, son aquellos que destinan recursos para la educación. Por ejemplo, en los países europeos, la aplicación del hábito de lectura, como estrategia, permite alcanzar logros importantes, así lo manifiesta la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2017) al indicar que los menores que se iniciaron en el hábito de la lectura, durante tres o más años antes de empezar la enseñanza primaria, y los que recibieron el apoyo de los padres en tareas de alfabetización obtuvieron mejores puntuaciones.
La lectura es el camino para conocer de todas las cosas existentes en este universo, de todos los eventos que se suscitaron en el tiempo, de comprender ideas, descubrir propósitos, para luego reflexionar a través de preguntas y tratar de encontrar las respuestas. Leer es el enriquecimiento del conocimiento, la respuesta a la demanda y de las necesidades del saber, es asignar valor al conocimiento que se quiere alcanzar, cuando leer es comprender y adoptar una posición o actitud, para luego refutar o compartir las ideas planteadas. La lectura encamina a involucrarse con los problemas de la sociedad, la naturaleza y del pensamiento del hombre (Pérez et al., 2018).
El ser humano en el proceso de su desarrollo, amplía sus conocimientos mediante la lectura, por tal razón se representa como una herramienta para el progreso del hombre. La práctica constante de la lectura, es un hábito que brinda la adquisición de muchos conocimientos, formas de pensar y reflexionar, por tal razón cuanto más temprano se estimula e incentiva el hábito lector se podrá actuar de manera eficiente ante las adversidades del mundo circundante, y estos a la vez puede conducir a mejorar las condiciones sociales y humanas de cualquier persona.
Al respecto, Vilca y Mamani (2017) ilustran que toda persona que ha tenido éxito en su vida se ha creado sencillamente en el hábito de hacer lectura en contraposición de los individuos que no les gusta leer. Se debe promover desde muy pequeños el desarrollo del hábito de lectura; esto no debe ser impuesto o condicionado por los padres e instituciones, sino que se debe orientar a los estudiantes a que desarrollen desde su oportuna autonomía, sus propios hábitos, basados en sus convicciones y anhelos.
En base a los planteamientos anteriores, se esboza como objetivo del presente estudio de revisión bibliográfica, el analizar el hábito de lectura en los estudiantes de educación primaria. Por lo que se examinará en diferentes fuentes bibliográficas, teorías, definiciones y elementos de interés en torno al tema estudiado para poder construir pautas y proyectar futuras propuestas de mejora, en todo el proceso de formación y desarrollo. Según plantea Serna et al (2017), el lector no nace, se forma. Los hábitos de lectura no son innatos al estudiante, por lo que se debe desarrollar para despertar y posibilitar desde la niñez el fomento hacia el hábito de lectura. En este sentido, es necesario cuidar bien los contenidos, seleccionar para la lectura y analizar cómo se realiza la misma, además de cómo desarrollar o potenciar los hábitos de lectura.
Particularmente, el sistema educativo peruano se propone estimular desde pequeños a los niños en el hábito de la lectura, haciendo de esta una práctica que puede mejorar las condiciones de vida, sociales y humanas de cualquier persona. El leer permite pensar con reflexión y desarrollar los aspectos cognitivos del cerebro lo que ayuda a ejercitar todas las células y estar siempre activos para cualquier actividad que se realice en la vida cotidiana, más aún desde edades tempranas, pues según plantea Soto et al (2019) se debe fomentar el hábito de lectura en niños entre 8 y 11 años de edad, pues estas edades son el mejor momento para desarrollar hábitos de lectura.
Se debe leer para cambiar la educación y la vida, brindar a los niños condiciones ideales para abrir la puerta a una experiencia rica y sorprendente, acercándolos a los libros, y descubriendo así que la aventura lectora es la inspiración y la curiosidad para descubrir un mundo diferente (Chaves, 2015). En el proceso de motivar a los niños a leer, se enfatiza la importancia de acercarlos a una lectura activa, que les permitirá ingresar al encuentro del libro de manera participativa, para que los niños puedan tener una experiencia divertida, rica y emocionante.
Materiales y Métodos
Para lograr el presente trabajo de investigación, se efectuó una revisión de literatura mediante el análisis en el que el investigador realiza la teorización del tema, teniendo en cuenta la variable, para luego precisar la conceptualización, tomando del análisis de las diferentes teorías, autores, taxonomías, fundamentos epistemológicos y modelos, principalmente recabados del área del conocimiento científico.
En cuanto a la primera fase de estudio se determinó con precisión sobre el abordaje del tema de estudio desde un marco general realizando una descripción acerca del hábito de lectura a nivel internacional y nacional. Con respecto a la segunda fase de la sistematización del estudio se procedió con la selección de revistas científicas en el campo educativo, las cuales se hallan indexadas en las principales bases de datos. Así como: Scopus, Scielo, Dialnet, Redalyc, entre otros (Mosquera-Ayala, 2019), para definir de manera precisa y objetiva acerca del tema se consideró artículos en idioma español e inglés con antigüedad de los últimos 5 años en su gran mayoría, para lo cual se consideraron un total de 40 artículos científicos.
Finalmente, la última fase que viene hacer la discusión del estudio, se procedió con la declaración y profundización acerca del tema de estudio, llegando a hallazgos muy relevantes para concretizar con el objetivo propuesto en la investigación del estudio.
Resultados
Hábito de lectura: Síntesis teórica
Para Garach-Gómez et al (2021), la lectura contribuye al desarrollo de áreas cognitivas del cerebro, mejora el estado de ánimo y estimula el juego y la imaginación. El fomento de la misma es esencial en toda sociedad, por lo que proyectar, el hábito de lectura, juega un rol de mucha importancia en la formación de los estudiantes, porque mediante esta práctica se desarrolla muchos aspectos desde lo personal y colectividad para la sociedad. Es así que, si el estudiante se promueve en el hábito de lectura, estará capacitado para desarrollar muchas competencias y tendrá muchas facilidades de resolver diferentes vicisitudes que se presente a futuro.
La lectura en la infancia y la niñez permite adentrarse en el mundo simbólico, que debe estar repleto de intencionalidad, sentido y significado para el lector Ortiz y Peña, (2019). En este aspecto existe la necesidad de comprender e identificar qué libros leer y a qué edad, para continuar de acuerdo con el interés y las necesidades del estudiante en el proceso de la lectura.
Dylman et al (2020) expresan que, la importancia de la lectura para el desarrollo del vocabulario se conoce desde hace mucho tiempo y también se ha demostrado que la enseñanza del mismo es exitosa. Generalmente eficaz como una forma de ayudar al desarrollo de la lectura, especialmente para leedores desfavorecidos y niños con riesgo de dificultades de lectura.
Lograr el hábito de lectura en los estudiantes es de mucha importancia, a que puedan adecuarse y se convierta en algo natural en su vida cotidiana, lo cual a la vez ayuda a fortalecer de manera personal en cuanto sus relaciones sociales y culturales, hace que los estudiantes sean críticos más reflexivos y hasta con una autoestima alta (Can y Bicer, 2021), en tal razón el hábito lector juega un papel de vital importancia en los estudiantes en primeros años de formación.
En función de las consideraciones anteriores, se compila en el Cuadro 1, diferentes apreciaciones sobre el hábito de lectura, precisando en cada caso los aspectos centrales planteados por autores diversos en este tema en particular.
Autores | Definición |
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Clavel y Mediavilla (2020) | La lectura es una herramienta esencial para el desarrollo intelectual de una persona. Este es el camino más común en la cultura de un país. Además, las habilidades cognitivas se correlacionan positivamente con las remuneraciones, las perspectivas laborales y el incremento económico a largo plazo. Por lo tanto, leer por placer puede ser una vía importante para luchar contra la exclusión social y mejorar la educación. |
Jiménez et al (2020) | El hábito comprende la repetición frecuente del acto de leer y el conjunto de destrezas y habilidades implicadas en esta actividad, adquiridas gracias a su iteración y al progresivo dominio de sus mecanismos, y subyace la voluntad frente a la obligatoriedad. |
Jaramillo et al (2019) | La lectura es un vehículo que favorece el aprendizaje, desarrolla la inteligencia, promueve a la adquisición de nuevos conocimientos y a la educación del progreso. De esta forma, aprender a leer es muy importante porque permite acceder a bibliografías de información para conocer otras culturas, enfoca la atención, amplia el vocablo y perfecciona la ortografía y así mismo desarrolla las habilidades de comunicación oral y escrita. |
Elche et al (2019) | La lectura es la base del aprendizaje. Además, la lectura voluntaria, realizada libremente en el tiempo libre, mejora las habilidades cognitivas precisas de cualquier estudiante para: percibir, asimilar, explicar, resumir, comparar. |
Lestari et al (2018) | El hábito de lectura es un aspecto primordial para la construcción de una sociedad educada, porque da forma a la personalidad de una persona, apoya a desarrollar métodos de pensamiento apropiados y establece nuevas ideas. |
Cardona et al (2018) | Leer es el deseo de asociar la lectura con el placer, la satisfacción, la realización y el entretenimiento. Por tanto, el deseo es el factor más importante en la generación de hábitos de lectura que superen los requisitos sociales y académicos o laborales. |
García et al (2016) | La lectura no solo proporciona conocimiento, sino también educa, construyendo hábitos de reflexión, análisis, concentración, razonamiento y la vez disfruta, goza, entretiene y recrea. Las personas con hábitos lectores tienen independencia cognoscitiva, es decir, son competentes para enfrentar a las vicisitudes de la vida por sí mismas a lo largo de su vida. |
Erdem (2015) | El hábito de lectura es una forma de conducta de lectura que se lleva a cabo de forma continua, regular y estricta a lo largo de la vida, porque los educandos lo consideran una fuente de demanda y goce. |
Córdoba (2015) | Definir a la familia como eje central en la adquisición del hábito lector de los niños, teniendo en cuenta el impacto de este último aspecto en la adquisición lectora y en la construcción de sentido del uso de la lectura como medio de adquisición de conocimientos nuevos saberes. |
Fuente: elaboración propia a partir de los autores.
A partir de las diferentes ideas extraídas de los autores, se define que el hábito de lectura es una herramienta que favorece el aprendizaje para desarrollar la inteligencia y adquirir nuevos conocimientos mediante la reflexión del análisis, para superar los requisitos sociales, académicos y laborales para construir una sociedad educada. Así mismo, el hábito de lectura es el conjunto de habilidades y destrezas que una persona pone en práctica mediante el ejercicio constante, situando la voluntad para encontrar por sí mismo el placer, el goce y el entretenimiento mas no como una obligación.
En torno a estos elementos, la familia y el hábito de lectura, constituye un componente primordial y un pilar esencial en el proceso de formación de los estudiantes, es la que determina el futuro de los educandos, constituyéndose en soporte fundamental, es quien guía demostrando con la práctica, para lograr una formación integral del educando. La familia es el modelo a seguir, en ello encuentra el afecto la motivación para su futura formación.
En la formación del hábito lector la familia cumple una función vital en el desarrollo de los niños en los primeros años de vida (Izquierdo et al, 2019), mantiene las primeras relaciones que son las más duraderas, caracterizadas por su especial intensidad emocional y su capacidad para moldear su destino que determinarán en el futuro. Los niños cuyos padres les gusta leer con regularidad, aprenden a leer antes que sus compañeros, mejoran sus calificaciones en las diferentes áreas, adquieren un vocabulario más rico y logran mejores logros académicos. Además, esta actividad compartida es buena para el vínculo emocional entre padres e hijos.
La familia es el actor clave en el fomento de hábitos de lectura en los niños; es el primer elemento social y cultural de los estudiantes (Jiménez et al, 2020). La familia es una de las áreas donde se produce el cambio de aprendizaje. No se trata tanto de unificar el espacio institucional para aprender a leer y escribir, sino de brindar un lugar común para que familias, escuelas y entidades responsables eliminen barreras y se conviertan en un campo de trabajo común.
El docente y el hábito de lectura desde la educación primaria
El docente es el responsable del proceso de enseñanza de la lectura, por ello, los agentes sociales deben reconceptualizar sus roles correspondientes, pues para cultivar las habilidades y hábitos lectores es fundamental disfrutar del placer de la lectura y disfrutar de la lectura conductual (Guerrero y Ponce, 2018).
La escuela siempre ha sido responsable de cultivar hábitos y alfabetización, pero se ignora la estimulación del gusto por la lectura. La forma ideal es permitir que los estudiantes obtengan estimulación lectora de todo el contenido del curso. En la misma idea, Trimiño y Zayas (2016) determinan que se debe proporcionar a los educandos que lean con agrado los libros que les interesan. Realizar sugerencias de lectura y evitar de realizarlas como algo imponente y la vez elaborar fichas de lectura o texto de bibliografías impresas o digitales.
Al respecto, para lograr el hábito de lectura en los estudiantes, la comunidad educativa tanto los padres, el docente y la escuela deben involucrarse en su totalidad, brindando el apoyo necesario, guiándoles, animándolos a que encuentren el gusto por la lectura y por último el material que se le proporcione debe ser adecuado y diseñado de acuerdo a su nivel. Que sean libros agradables motivadores y de su interés, a la vez se le debe inculcar a la práctica de la lectura sin imponerles, en lo posible motivarles a que lean y que redacten textos impresos o digitales.
De tal forma, Álvarez et al (2020) define que el papel del maestro es incitar a sus alumnos a cambiar su mundo. El mundo al que se anhela y ello comienza con el encuentro en el aula, no un marco excluyente, pues se trata de incitar a mayor reflexión y razonamiento a partir de la reciprocidad de la lectura crítica. Como también, Larragueta y Ceballos-Viro (2020) precisan que el hábito lector de los docentes de educación infantil y primaria cuya característica es la de ser un buen lector, es mejorar las habilidades docentes para fomentar la lectura en los estudiantes.
Finalmente, Baba y Affendi (2020) mencionan que existen cuatro componentes que ayudan a desarrollar los hábitos de lectura de los niños; primero, es la influencia de los padres y amigos a quienes les gusta leer, básicamente, cualquier persona en el entorno social de un niño cumple una función en la influencia. En segundo lugar, los libros que existen en casa o bibliotecas atractivas en la comunidad. Tercero, está la influencia del maestro. Los maestros deben ser lectores porque son modelos a seguir para todos los estudiantes de la escuela. Por último, la tarea está muy relacionada con la lectura de la biblioteca. El hábito de la lectura significa que los lectores recurren automáticamente a los libros, y el maestro es responsable de vincular el trabajo escolar con la lectura de la biblioteca.
Los maestros lectores, dedicados, entusiastas y comprometidos tienen más probabilidades de inculcar y cultivar al menos a algunos estudiantes en el aula (Felipe et al, (2019). En las aulas lo más probable es que los docentes recurran a estrategias de enseñanza que promuevan el amor por la lectura, incrementando el porcentaje de compromiso con la misma. Los hábitos no son hereditarios, se forman primero y luego en nosotros se convierten en elementos consistentes con una fuerza poderosa para determinar la vida (Vilca y Mamani, 2017), por lo que se debe cultivar la lectura en casa, apoyo familiar, alimentación sana y nutritiva, educación preescolar, hábitos de estudio, preescolar hablando dos idiomas, descanso y sueño.
Asociando a lo anterior, Priajana (2018) manifiesta que los hábitos de lectura saludables son vitales para las generaciones más jóvenes, especialmente en los estudiantes, en la futura competencia del mercado global. Así mismo se menciona los beneficios del hábito de lectura, entre estos se detalla:
Ferado y Argüello (2018) | Valdemoros eta al (2020) |
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El hábito de lectura ayuda a ser más inteligente. | El hábito de lectura facilita el desarrollo y enriquecimiento del conocimiento y comprensión. |
La lectura a cualquier edad es un instrumento para adquirir conocimientos para no caer en la subordinación social. | Mejora el rendimiento académico y escolar ya que aumenta el vocabulario receptivo y expresivo, la comprensión lectora y el lenguaje |
Tener en cuenta que la lectura es una especie de ejercicio beneficioso, puede mejorar el pensamiento, hacer que el hombre progrese y cambie para mejorar la sociedad. | Estimula el progreso neurológico, psicológico, emocional y social, desarrolla habilidades para la vida y el pensamiento crítico, fomentando así la educación en valores y la estimación del patrimonio cultural. |
La lectura contribuye el desarrollo del lenguaje, amplía el vocabulario, optimiza la comunicación y desarrollar la imaginación, introduciendo consigo beneficios cognitivos y emocionales. La lectura engrandece intensamente el espíritu de los niños, les admite lograr un mayor desarrollo social e intelectual y tiene una comprensión más profunda del universo circundante. | Por tanto, es imposible pensar una sociedad educadora sin la lectura. |
Para las personas de todas las clases, no hay tarea más útil que la lectura. Con un libro, la comprensión se enriquece, se estimula la imaginación, los corazones se alegran y los problemas se alejan. |
Fuente: Elaboración propia a partir de los autores referenciados.
Aravedo y Enríquez (2018), afirman que promover el comportamiento de alfabetización de los jóvenes y adultos que aprenden en la educación básica en un entorno no escolar es complejo. Una remisa general es: la lectura puede ser significativa, por lo que el valor de la lectura se puede encontrar escribiendo el propio texto; textos relacionados con sus intereses, necesidades, expectativas y características contextuales. Las conductas de lectura y escritura se entienden como eventos sociales que ocurren en un tiempo y espacio determinados y se comparten en una comunidad específica.
Para ayudar a los estudiantes a acceder y usar varios tipos de materiales impresos y desarrollar buenos hábitos de lectura, es muy importante que todas las escuelas, sin importar dónde se encuentren, deben proporcionar bibliotecas a los estudiantes (Olifant, 2019). En cuanto Oji y Erubami (2020) manifiestan que la lectura es esencial para el desarrollo de la persona y la colectividad, es fundamental para lograr la alfabetización, la liberación de los grilletes de la ignorancia y el mantenimiento de una vida y un aprendizaje eficientes. En la misma idea, Molotja y Themane (2020) detallan en el nivel primario, los estudiantes deben tomar la lectura como un placer y desarrollar habilidades académicas de lectura, las cuales se aplicarán a diferentes materias en los colegios secundarios y en los estudios superiores.
La lectura es la clave para obtener todo tipo de información (Babalola, 2020). Permite a las personas aprender a construir o reparar cosas, disfrutar de las historias, descubrir las creencias de otras personas y desarrollar sus propias ideas y creencias. Quizás el mayor beneficio de la alfabetización es que a través de la lectura, podemos aprender y experimentar todo de primera mano, y podemos ilustrarse de estas experiencias casi tanto como obtenemos de nuestras propias experiencias. Este es un signo de alfabetización. Una persona que no puede leer con eficacia no puede adquirir las habilidades que la convierten en una persona alfabetizada en la sociedad. Esta es una habilidad indispensable en este mundo tecnológico moderno.
La lectura es un factor básico, no solo para adquirir nuevos conocimientos, sino también para desarrollar la inteligencia humana (De la Rocha Díaz et al, 2020). Cabe señalar que, en este artículo al hablar de lectura, distinguimos entre lectura de ocio, cuya finalidad es disfrutar y como medio de entretenimiento, y la lectura herramienta, que tiene una función de predicación o educativa, y su finalidad es la de adquirir conocimientos. La lectura media como crecimiento intelectual y emocional personal. Aquellos que leen bien tienen más probabilidades de ampliar su mentalidad y tener más posibilidades de éxito (Baba y Affendi, 2020).
La lectura como práctica cultural satisface una serie de importantes necesidades personales y sociales. mejor que cualquier otro medio, lo que puede explicar su continua resistencia en el entorno de los nuevos medios y el crecimiento lento pero constante en la adopción de nuevos dispositivos de lectura digital (Adoni y Nimrod, 2020), cuando se piensa en las escuelas, también se piensa en el proceso de alfabetización (Muñoz et al., 2020), sin embargo, al enseñar la decodificación y la comprensión de textos, es fundamental que los maestros inspiren la lectura, el disfrute y el compromiso con la lectura independiente, tanto dentro como fuera de la escuela.
En las escuelas los estudiantes permanecen una parte importante de su tiempo (Ding, 2020), por lo que es primordial el ambiente de lectura que se suscite en el campus; pues este ayuda imperceptiblemente a los estudiantes a desarrollar buenos hábitos de lectura. Por tanto, las escuelas, los colegios y universidades deben responder activamente al llamado nacional relevante sobre la lectura de nuevos medios y alentar a los estudiantes a participar activamente en la lectura, ampliar sus horizontes y enriquecer su conocimiento. Un buen ambiente de lectura puede crear condiciones para que los estudiantes lean, pero la lectura requiere un fuerte sentido de sí mismos de los estudiantes.
La lectura es algo que requiere persistencia a largo plazo, por lo que muchos estudiantes tienden a dejar de leer cuando encuentran problemas de lectura. Con este fin, las escuelas también deben desarrollar activamente sistemas de evaluación relacionados con la lectura para alentar a los estudiantes a leer. Al mismo tiempo, las escuelas deben optimizar el sistema educativo existente, aumentar los cursos electivos, crear condiciones para los estudiantes, permitir que estos tengan más tiempo y energía para educarse y enriquecer su sistema de conocimientos.
Según lo manifestado, en los últimos años la sociedad de la información está determinada por las tecnologías de la información y la comunicación. Ante los nuevos cambios en la sociedad la adquisición y difusión de información es a través del sistema digital, y en gran medida juega un papel determinante con respecto a los estudiantes quienes son atraídos con sus diferentes formas de difusión, pero si se logra desarrollar un hábito de lectura a pesar de sus influencias negativas que trae consigo las tecnologías, no podrá ser remplazado y mantendrá su esencia con el hábito lector (Elche y Yubero 2019).
Conclusiones
La edad adecuada para desarrollar el hábito de lectura en los educandos es en la etapa de 8 a 11 años. A esta edad los estudiantes se encuentran en el mejor momento porque ya interiorizaron los códigos de la lectura, que son la base para iniciar con la lectura comprensiva para luego entrar a una lectura placentera y motivadora. Es la edad propicia para incentivar y conducir a través de la estimulación del gusto por este hábito.
El desarrollo del hábito de lectura es el resultado de cuatro elementos que constituyen la base fundamental del educando como: la familia y su entorno social como eje y columna vertebral que influye de manera predominantemente en el logro del hábito de lectura, que a la vez sea la participación activa y entusiasta de los padres en las actividades de animación que conlleven a esta. Como segundo elemento está considerado los libros como materiales necesarios que debe contar el estudiante en el hogar y así familiarizarse desde su infancia y estas sean diversas y motivadoras que induzcan al gusto por la lectura, seguidamente está el docente, es quien cumple una función de mucha importancia como modelo y ejemplo dentro de la institución para los estudiantes, por ultimo está la biblioteca escolar que esté a disposición y a disponibilidad de los estudiantes para poder facilitar en sus diversas actividades designados dentro de la institución.
Para el desarrollo del hábito de lectura no debe ser impuesto o condicionado por los padres e instituciones, sino que se debe orientar a los estudiantes a desarrollar su propia autonomía. Que traten de cultivar sus propios hábitos de lectura basados en sus convicciones y anhelos, sin estar limitados o establecidos por parte de las instituciones escolares o por los padres de familia.