Introducción
En los últimos años, el aprendizaje en la primera infancia ha experimentado una transformación significativa, alejándose de los enfoques tradicionales centrados en la memorización y la repetición, para adoptar metodologías activas que consideran las necesidades cognitivas, emocionales y sociales del niño. Se ha demostrado que entre los 4 y los 6 años no solo se desarrollan habilidades académicas básicas, sino también las bases de la inteligencia emocional y social. En este contexto, competencias como la colaboración, la empatía y la resolución pacífica de conflictos adquieren una relevancia fundamental en un mundo cada vez más interconectado.
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) ha emergido como una estrategia pedagógica innovadora que promueve el desarrollo integral desde edades tempranas. Este enfoque convierte el aprendizaje en una experiencia activa y significativa, en la que los niños participan en proyectos auténticos que responden a problemas reales o situaciones de su entorno inmediato. Por ejemplo, en aulas de educación inicial, los infantes pueden involucrarse en iniciativas como la creación de un jardín comunitario, campañas para el cuidado del agua o exploraciones emocionales a través de cuentos interactivos. UNICEF (2018) respalda esta metodología al afirmar que el aprendizaje a través del juego, cuando es socialmente interactivo y significativo, resulta altamente eficaz para el desarrollo infantil.
Diversos estudios confirman los beneficios del ABP en la estimulación de habilidades sociales durante la etapa preescolar. Ramírez y Rodríguez (2021), en una investigación realizada en la Universidad Central del Ecuador, concluyen que estimular estas habilidades en niños de 4 a 5 años favorece su desarrollo integral, mejora sus relaciones interpersonales y reduce el estrés. A diferencia de los métodos tradicionales, el ABP facilita un entorno donde los niños aprenden a comunicarse, negociar y respetar distintas perspectivas mediante la resolución colaborativa de problemas.
Desde una perspectiva neuroeducativa, Orbe (2020) argumenta que la ciencia de la mente, cerebro y educación (MCE) proporciona un sustento teórico sólido para esta metodología, al reconocer que la estructuración cerebral infantil está influenciada directamente por las experiencias sociales y emocionales. En este sentido, el ABP, al fomentar la toma de decisiones, el trabajo cooperativo y la autonomía, crea condiciones óptimas para un aprendizaje significativo y motivador (Botella & Ramos, 2019).
La evidencia empírica más reciente también refuerza la efectividad del ABP en el desarrollo de habilidades sociales. Cristóbal (2024), mediante un estudio con una muestra de 100 niños de cinco años, encontró una correlación positiva moderada (r = 0.328, p < .05) entre la comunicación asertiva y la autorregulación emocional, utilizando instrumentos con alta confiabilidad (α = .864 y α = .871, respectivamente). Asimismo, Saavedra (2024), en una escuela municipal de Las Condes, Chile, reportó que el ABP mejoró significativamente la participación estudiantil, el aprendizaje de contenidos y el desarrollo de competencias transversales como el trabajo en equipo y la resolución de conflictos.
El objetivo general de esta revisión bibliográfica es analizar la efectividad del Aprendizaje Basado en Proyectos en la adquisición de habilidades sociales en niños de 4 a 6 años, con el fin de determinar su impacto en la interacción, cooperación y comunicación dentro del entorno educativo.
El ABP se concibe como una metodología centrada en el estudiante, que promueve la autonomía, la colaboración y el pensamiento crítico a través de experiencias conectadas con la vida real. Desde edades tempranas, facilita un aprendizaje activo y significativo. Como lo señala Pujol (2017), esta estrategia contrasta con la enseñanza tradicional basada en la repetición, al fomentar la construcción del conocimiento mediante actividades prácticas.
Cáscales y Martínez (2018) subrayan que el ABP ha promovido cambios pedagógicos importantes, sustituyendo prácticas rígidas por dinámicas participativas que favorecen la exploración y el trabajo colaborativo. De forma similar, Aguirregabiria y García (2020) sostienen que esta metodología potencia competencias clave mediante actividades formativas diversas, que integran el aprendizaje lógico con la interacción social, como sucede en proyectos relacionados con la naturaleza o el entorno cotidiano.
Además, el ABP se sustenta en fundamentos pedagógicos sólidos, como el aprendizaje significativo, el descubrimiento, la globalidad y el constructivismo sociocultural. Brains Nursery School (2020) señala que estas bases permiten una conexión profunda entre los contenidos escolares y las vivencias del niño. En ese sentido, la evaluación procesual cobra importancia al priorizar el desarrollo individual continuo por encima de los resultados estandarizados.
Finalmente, el ABP representa una herramienta efectiva para fomentar habilidades sociales esenciales como la cooperación, la expresión emocional y el respeto mutuo. Tal como destaca Delgado (2021), estas capacidades son clave para una integración social saludable y para la formación de una identidad segura durante la infancia. Así, esta metodología no solo transforma la práctica educativa, sino que también contribuye al desarrollo pleno de los niños en una etapa crucial de su vida.
Metodología
Este estudio se basó en la Declaración PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses), un conjunto de directrices basado en evidencia que proporciona los componentes mínimos requeridos para llevar a cabo revisiones sistemáticas y metaanálisis de forma rigurosa y transparente. Esta metodología incluye 27 elementos de validación y un diagrama de flujo, los cuales fueron utilizados para estructurar la revisión, garantizar la trazabilidad del proceso investigativo y responder adecuadamente a la pregunta de investigación.
El procedimiento se inició con la formulación de la pregunta de investigación: ¿Cuál es la efectividad del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) en la adquisición de habilidades sociales en niños de 4 a 6 años, y cuál es su impacto en la interacción, cooperación y comunicación en entornos educativos? A partir de esta pregunta, se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos científicas reconocidas como REDALYC (Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal), SCIELO (Scientific Electronic Library Online), Scopus (Elsevier) y Google Scholar. Las palabras clave empleadas en español fueron “Aprendizaje Basado en Proyectos”, “Habilidades Sociales” y “Niños de 4 a 6 años”, seleccionadas con el fin de localizar artículos relevantes para los objetivos del estudio.
En cuanto a los criterios de inclusión, se consideraron artículos científicos, tesis de pregrado y posgrado publicados en los últimos diez años, provenientes de bases científicas reconocidas como Scopus, SciELO, Redalyc y Google Scholar. Se priorizaron aquellos documentos con acceso libre y redactados en idioma español, que abordaran la temática desde el ámbito educativo y con poblaciones correspondientes al rango de edad estudiado. Se excluyeron, por tanto, documentos con acceso restringido, en otros idiomas, con enfoques ajenos a la educación formal, o centrados en poblaciones fuera del rango etario de 4 a 6 años, para garantizar la coherencia temática y la validez de los resultados obtenidos.
Para la extracción de datos, se registró y sistematizó la información clave de los estudios seleccionados, tales como autor, año de publicación, título del artículo y principales hallazgos relacionados con la efectividad del ABP en el desarrollo de habilidades sociales. Estos datos se organizaron en una matriz de análisis presentada en la Tabla 1. Este proceso se desarrolló de manera minuciosa, con el objetivo de asegurar la precisión en la recopilación de la información que sería empleada en las etapas posteriores del análisis.
Resultados
A partir del análisis de los 20 estudios incluidos en esta revisión sistemática, se identificaron patrones consistentes que respaldan la efectividad del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) en la adquisición de habilidades sociales en niños de 4 a 6 años. Los hallazgos reflejan tanto los beneficios como las limitaciones de esta metodología en distintos contextos educativos.
Tabla 1 Hallazgos de la búsqueda de artículos científicos
| Nº. | Autor/es | Año | Título | Población | Estrategia ABP | Resultados |
|---|---|---|---|---|---|---|
| 1 | Saldaña y Reátegui | 2017 | El rol de las habilidades sociales en la aplicación de un método para desarrollar el aprendizaje cooperativo: el aprendizaje basado en proyectos | Niños de Segundo de Básica | Estrategias basadas en un juego cooperativo para el aprendizaje basado en la cooperación, respeto y escucha activa. | La aplicación de estrategias evidencia que habilidades como recomendar cambios y ofrecer ayuda entre pares mejoran las relaciones grupales, aumenta el interés en el tema y favorecen el cumplimiento de responsabilidades, impactando positivamente en la calidad del trabajo y el compromiso de los estudiantes. |
| 2 | Gutiérrez et al. | 2023 | Desarrollo de habilidades sociales en Educación Inicial a partir del programa Aprender a Convivir | Niños de Educación Inicial | Programa "Aprender a Convivir" para el desarrollo de habilidades sociales. | Al calificar el programa, los padres usaron palabras como “excelente”, “muy bien”, “gran aporte” e “innovador”. Destacaron que la metodología fue pertinente, divertida, oportuna y sencilla, lo que facilitó el desarrollo de habilidades de convivencia entre los niños. |
| 3 | Uriostegui y Gamboa | 2024 | Aprendizaje basado en proyectos para el desarrollo de competencias matemáticas en la Educación Primaria | Niños de Educación Primaria | Estrategia didáctica basada en proyectos | El uso de la estrategia permitió a los alumnos desarrollar pensamiento crítico, resolución de problemas, colaboración y comunicación. |
| 4 | Solís - Pinilla | 2021 | Aprendizaje basado en proyectos: una propuesta didáctica para el desarrollo socioemocional | Niños de Tercero de Básica | Estrategia de ABP para el desarrollo de competencias socioemocionales | El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) ofrece espacios de desarrollo personal centrados en la gestión de proyectos y el autodesarrollo. Estudios muestran que también promueven habilidades sociales mediante un trabajo grupal autónomo, reflexivo y eficaz. |
| 5 | Catrina | 2015 | Habilidades sociales en niños de cuatro años durante sus actividades de juego | Niño de Educación Preescolar | Estrategia ABP basado en el juego "Sentimientos en el Juego Libre" | El juego, dentro del ABP, contribuye al desarrollo personal de niños y niñas, ayudándolos a socializar adecuadamente, manejar emociones y afrontar situaciones estresantes o conflictivas. |
| 6 | Martínez | 2023 | Aprendizaje basado en proyectos en educación infantil: Una metodología emergente | Niños de Educación Inicial | Estrategias de ABO para el fomento de la creatividad y habilidades sociales | El ABP permite que los estudiantes construyan su conocimiento a partir de sus propios intereses y contextos, mediante actividades prácticas que estimulan su creatividad. La actividad y la creatividad son fundamentales en esta etapa del desarrollo. |
| 7 | Cascales y Carrillo | 2018 | Aprendizaje basado en proyectos en educación infantil: cambio pedagógico y social | Niños de Educación Inicial | Estrategia de ABP para el desarrollo de competencias socioemocionales | Se evidencia que el ABP es una herramienta eficaz para promover la justicia social, ya que respeta los ritmos de enseñanza y aprendizaje de docentes y alumnos. |
| 8 | Sánchez | 2021 | El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) Como Metodología en Educación Infantil | Niños de Tercero de Básica | Estrategia de ABP diseñada en 14 sesiones para el desarrollo de habilidades y conocimientos. | Implementar ABP en el aula fue exitoso: los alumnos aprendieron mientras se divertían, lo que aumentó la motivación y mejoró el rendimiento escolar en comparación con métodos anteriores. |
| 9 | Sanmartin | 2022 | Implementación del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) como una metodología activa para aumentar la motivación y el rendimiento escolar en los niños de Educación Inicial II. | Niños de Educación Inicial II | Estrategia ABP con el uso de actividades lúdicas y canciones | En niños de 4 a 5 años, el ABP fortaleció la motivación y el rendimiento académico, mostrando cambios positivos tras su implementación en educación inicial II. |
| 10 | Peñaherrera | 2023 | El desarrollo de la autonomía a través de la aplicación del Aprendizaje Basada en Proyectos (ABP) en niños de 5 años de una I.E. de Lima en el contexto de educación a la distancia | Niños de Primero de Básica | Estrategia de ABP para el desarrollo de autonomía | Aunque en la modalidad a distancia el ABP contribuyó parcialmente al desarrollo de la autonomía, su efectividad se vio limitada por la falta de herramientas y espacios de interacción. Es necesario crear estrategias que incluyan diálogos y debates entre pares para fomentar el discernimiento. |
| 11 | Hernández | 2022 | Metodologías activas en el aula de Educación Infantil: propuesta didáctica de aprendizaje basado en proyectos (ABPr/PBL) | Niños de Educación Infantil | Estrategia ABP dividida en 8 actividades lúdicas | El nivel cognitivo del alumno se ajusta al ABP, ya que muchos niños lograron expresar verbalmente el contenido de obras como las de Diego Velázquez, demostrando una comprensión notable pese a su corta edad. |
| 12 | Román y Erazo | 2017 | Aprendizaje basado en Proyectos en los niños de cuarto año de Educación Básica de la Escuela Nuestro Mundo Eco-Rio en el periodo escolar 2016-2017 | Niños de Cuarto de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo social | El ABP incrementa el conocimiento y potencia habilidades intelectuales en diversas áreas, contribuyendo al desarrollo integral de los estudiantes. |
| 13 | Palomares | 2017 | Desarrollo competencial en educación infantil a través del aprendizaje basado en proyectos en centros educativos de jaén | Niños de Tercero de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo de habilidades comunicacionales, mismo que fue dividido en 4 sesiones | Se observará que los estudiantes comunicaban sus ideas de forma efectiva sin temor a equivocarse o ser socialmente reprimidos, lo que indica el valor del ABP en el fortalecimiento de la expresión oral. |
| 14 | Santina y Villao | 2023 | Aprendizaje basado en proyectos en la evaluación de destrezas en niños de 4 a 5 años | Niños de Tercero de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo de habilidades emocionales | El enfoque del ABP favorece el desarrollo de destrezas mediante un proceso gradual y sistemático, lo cual permite consolidar habilidades de forma progresiva. |
| 15 | Cifuentes y López | 2022 | Fortalecimiento de escucha y habla a través del aprendizaje basado en proyectos | Niños de Tercero de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo de habilidades sociales. | Se aplicaron evaluaciones al inicio y final de los proyectos, comprobando mejoras en la escucha y expresión oral, y validando así la viabilidad de la propuesta. |
| 16 | González y Maturana | 2021 | Implementación de Metodología ABP para el Desarrollo de Habilidades Cognitivas en Primera Infancia Mejorando Aprendizajes de Lenguaje y Matemáticas | Niños de Primero de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo de habilidades cognitivas | La implementación del ABP desarrolló habilidades como, lenguaje y memoria en los niños, además de fortalecer la capacidad de resolución de problemas, generando beneficios pedagógicos y sociales. |
| 17 | Abad et al. | 2022 | Aprendizaje basado en proyectos. Estrategia didáctica para fortalecer las habilidades sociales en estudiantes | Niños de Segundo de Básica | Estrategias ABP definidas en un programa de implementación en los estudiantes. | Las estrategias basadas en ABP fomentan el pensamiento, habilidades y aptitudes sociales, consolidándose como recursos clave en la formación integral del estudiante. |
| 18 | Zambrano et al. | 2022 | El aprendizaje basado en proyectos como estrategia didáctica | Niños de Cuarto de Básica | Estrategia ABP en base a una estrategia didáctica dividida en tres fases para su implementación. | Las actividades del ABP promueven una participación más activa de los estudiantes en sus proyectos, lo cual incrementa su implicación en el proceso de aprendizaje. |
| 19 | Valverde y Esteves | 2024 | Aprendizaje Basado en Proyectos para el Desarrollo del Pensamiento Crítico desde Tempranas Edades | Niños de Primero y Segundo de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo del pensamiento crítico | El ABP es hoy fundamental en la educación, al situar al estudiante en el centro del proceso, convirtiéndolo en protagonista de su formación mediante un aprendizaje significativo. |
| 20 | Gallego et al. | 2024 | El papel del ABP en el desarrollo de las competencias comunicativas en estudiantes de educación | Niños de Tercero y Cuarto de Básica | Estrategia ABP para el desarrollo de habilidades comunicativas | Esta metodología tiene un impacto positivo en las habilidades comunicativas de los estudiantes. La sistematización del enfoque promueve competencias para la comunicación efectiva y el trabajo colaborativo. |
Fuente: Información extraída de la búsqueda de artículos en las bases de datos.
Los estudios revisados evidencian que el ABP constituye una estrategia pedagógica eficaz para fomentar competencias sociales fundamentales como la cooperación, la comunicación, el respeto y el trabajo en equipo. Estas habilidades se fortalecen a través de dinámicas lúdicas y colaborativas que promueven relaciones interpersonales positivas, así como un entorno educativo inclusivo, motivador y significativo para los estudiantes.
Asimismo, el ABP impulsa el desarrollo socioemocional de los niños al favorecer el autoconocimiento, la autorregulación emocional, la empatía y la capacidad de resolución de conflictos. Su enfoque centrado en los intereses del niño estimula la autonomía, la creatividad y el compromiso activo en el proceso de aprendizaje. Incluso en entornos virtuales o de educación a distancia, esta metodología demostró ser adaptable y efectiva, permitiendo mantener la interacción social y promover el pensamiento crítico y la colaboración.
Sin embargo, algunos estudios también señalaron limitaciones en la implementación del ABP, tales como la falta de formación especializada del profesorado, la escasez de recursos didácticos adecuados y los tiempos escolares restringidos que dificultan la planificación y ejecución de los proyectos. A pesar de estos desafíos, los análisis comparativos muestran que el ABP presenta ventajas sustanciales frente a metodologías tradicionales en el ámbito del desarrollo social infantil.
En conjunto, las evidencias recopiladas sugieren que, cuando es implementado de forma adecuada y contextualizada, el Aprendizaje Basado en Proyectos genera impactos positivos significativos y sostenibles en la socialización de niños de educación inicial.
Discusión
El análisis de los 20 estudios incluidos en esta revisión sistemática revela un consenso claro: el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una metodología efectiva para el desarrollo de habilidades sociales en niños de 4 a 6 años. Más allá de su carácter innovador, el ABP se posiciona como una herramienta pedagógica integral que fortalece tanto las competencias sociales como emocionales en entornos escolares diversos. La variedad de contextos y poblaciones analizadas evidencia su capacidad de adaptación y su impacto transformador durante la primera infancia.
Uno de los hallazgos más consistentes es que el ABP facilita significativamente la cooperación y la comunicación. Saldaña y Reátegui (2017) y Cifuentes y López (2022) destacan que esta metodología propicia espacios interactivos en los que los niños formulan ideas, colaboran activamente y se motivan entre sí. Estas dinámicas favorecen la escucha activa, el respeto por las opiniones de los demás y el trabajo en equipo, competencias esenciales para una socialización saludable.
Asimismo, el ABP fortalece el componente socioemocional al promover el autoconocimiento y la autorregulación emocional. Investigaciones como las de Solís-Pinilla (2021) y Martínez (2023) indican que, al basarse en los intereses del propio niño, esta metodología estimula la autonomía, la creatividad y el aprendizaje significativo, contribuyendo a un desarrollo integral que trasciende lo estrictamente académico.
Otro aporte relevante se encuentra en la motivación y el rendimiento. Gutiérrez et al. (2023) y Sanmartín (2022) reportan que los niveles de entusiasmo aumentan cuando se integran elementos lúdicos como juegos, canciones o dinámicas grupales. Estas estrategias incrementan la participación activa y la interacción social, reforzando los vínculos interpersonales y la disposición a colaborar.
Desde una perspectiva inclusiva, Cascales y Carrillo (2018) y Román y Erazo (2017) afirman que el ABP favorece el desarrollo integral de niños con diversas capacidades, integrando dimensiones intelectuales, emocionales y sociales, y adaptándose a las necesidades individuales en contextos de diversidad funcional y cultural. En este mismo sentido, actividades lúdicas como dramatizaciones, juegos simbólicos y narraciones cumplen un rol central. Según Catrina (2015) y Hernández (2022), estas actividades ayudan a los niños a canalizar emociones, disminuir el estrés y resolver conflictos de manera constructiva.
La efectividad del ABP también se ha evidenciado en contextos no presenciales. Peñaherrera (2023) y Uriostegui y Gamboa (2024) destacan su utilidad en entornos de educación a distancia, donde, pese a limitaciones tecnológicas, el enfoque ha demostrado ser flexible y útil para fomentar la colaboración, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
No obstante, diversos estudios subrayan desafíos importantes. Mendoza y Valencia (2020) señalan la falta de formación docente como una barrera recurrente para la implementación eficaz del ABP, especialmente en contextos con recursos limitados. Torres-Mendoza (2021) añade que el diseño, planificación y ejecución de proyectos requiere una inversión de tiempo significativa, lo cual puede dificultar su integración en las rutinas escolares convencionales.
En contextos vulnerables, Ramírez y Quintero (2023) observaron que la carencia de materiales y espacios adecuados incide directamente en los resultados del ABP. Por su parte, Fernández-Cabezas et al. (2022) alertan sobre las dificultades para realizar una evaluación individual precisa en actividades grupales, lo que puede limitar la medición efectiva del desarrollo socioemocional.
Frente a otras metodologías activas, el ABP presenta ventajas notables. Moreno-López y Sánchez (2022) compararon este enfoque con el modelo Reggio Emilia y concluyeron que ambos favorecen el desarrollo social; sin embargo, Reggio Emilia permite una documentación más detallada de los procesos, lo que facilita el análisis pedagógico. Vázquez y Ordóñez (2021), al contrastarlo con el método Montessori, señalaron que el ABP estimula más la colaboración grupal, mientras que Montessori se orienta al desarrollo de la autonomía individual. Esta comparación sugiere que una integración metodológica podría potenciar tanto el desarrollo colectivo como individual del niño.
La investigación cuasiexperimental de Izquierdo-González (2023) aporta evidencia empírica sólida sobre la efectividad del ABP: se observaron mejoras significativas en empatía, autoconfianza y resolución colaborativa de problemas en los niños que participaron en proyectos, en comparación con aquellos del grupo control. En un estudio comparativo, Chen y Wu (2024) encontraron que el ABP resulta más eficaz que el aprendizaje basado en juegos (GBL) para fomentar habilidades como la negociación y la construcción de consensos, mientras que el GBL benefició más a niños con estilos de aprendizaje más introvertidos.
El metaanálisis de García-Rodríguez et al. (2024), basado en 42 estudios experimentales, refuerza estos resultados al concluir que el ABP supera a metodologías como el aprendizaje basado en problemas o el aprendizaje colaborativo estructurado en cuanto al desarrollo social, especialmente en contextos culturalmente diversos. Sin embargo, también señala que las comunidades de aprendizaje alcanzan resultados similares, particularmente en poblaciones en situación de vulnerabilidad, lo que enfatiza la necesidad de contextualizar la intervención educativa.
Otros estudios, como el de Sánchez (2021), evidencian que el ABP promueve la empatía y la colaboración cuando los proyectos son significativos para los niños. Palomares (2017) resalta que la planificación y la evaluación continua son claves para garantizar la eficacia del proceso de aprendizaje social. Santina y Villao (2023) abordan el ABP desde una perspectiva intercultural y señalan que fomenta el respeto por la diversidad étnica y cultural, contribuyendo a la convivencia en aulas plurales.
González y Maturana (2021) destacan cómo el ABP mejora el sentido de pertenencia y la autoestima de los niños, al permitirles participar activamente en la toma de decisiones del grupo. Abad et al. (2022) resaltan su papel preventivo frente al acoso escolar, al fortalecer las habilidades sociales y la resolución pacífica de conflictos. Zambrano et al. (2022) evidencian que, cuando se involucra a las familias, el ABP potencia el aprendizaje intergeneracional, mejorando la percepción del proceso educativo tanto en los niños como en sus cuidadores.
Valverde y Esteves (2024) concluyen que el ABP puede adaptarse con éxito a contextos rurales al aprovechar recursos locales y promover el liderazgo infantil. Gallego et al. (2024), por su parte, demuestran que su integración con tecnologías digitales -como tablets y aplicaciones educativas- potencia la colaboración, la expresión emocional y el interés por el aprendizaje.
En suma, los resultados confirman que el ABP es una metodología poderosa para el desarrollo de habilidades sociales en educación inicial. Su aplicación efectiva exige adaptación contextual, formación docente y una planificación cuidadosa, pero sus beneficios en términos de inclusión, motivación y crecimiento emocional infantil son ampliamente reconocidos por la literatura científica reciente.
Conclusiones
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se consolida como una metodología altamente efectiva para el desarrollo de habilidades sociales en niños de entre 4 y 6 años. A través de dinámicas centradas en la colaboración, la comunicación y el trabajo en equipo, esta estrategia pedagógica no solo favorece la interacción entre pares, sino que también impulsa el desarrollo emocional, la empatía y el respeto mutuo en contextos educativos diversos.
Los beneficios del ABP en el ámbito socioemocional son ampliamente respaldados por la evidencia empírica; sin embargo, su implementación presenta desafíos relevantes. La falta de formación docente especializada, la gestión adecuada del tiempo y la escasez de recursos materiales constituyen barreras que pueden limitar su efectividad. En este sentido, resulta fundamental que las políticas educativas prioricen la capacitación continua del profesorado y el fortalecimiento institucional para garantizar una aplicación equitativa y sostenida de esta metodología en todos los contextos escolares.
En comparación con otras propuestas pedagógicas, como los enfoques Reggio Emilia, Montessori o el aprendizaje basado en juegos, el ABP muestra ventajas particulares en el desarrollo de habilidades sociales complejas, tales como la negociación, la toma de decisiones colectivas y la resolución colaborativa de conflictos. No obstante, su potencial puede potenciarse aún más mediante la integración estratégica con otros enfoques metodológicos, adaptando su aplicación a las características y necesidades específicas de cada grupo infantil.
En definitiva, el ABP representa una oportunidad pedagógica significativa para fortalecer el desarrollo integral en la educación infantil, siempre que se implementen las condiciones necesarias para su adecuada contextualización, sostenibilidad y eficacia.















