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Revista Venezolana de Gerencia

versión impresa ISSN 1315-9984

Revista Venezolana de Gerencia v.11 n.35 Maracaibo sep. 2006

 

Manufactura textil en México: Un enfoque sistémico

Rodríguez Monroy, Carlos* Fernández Chalé, Lizbeth**

* Doctor. Ingeniero Industrial, Profesor Titular investigador de la Universidad Politécnica de Madrid. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Licenciado en Derecho, Licenciado en Sociología. Coordinador de programas de Maestría y de Doctorado. E-mail: crmonroy@etsii.upm.es (autor para correspondencia).

** Ingeniero industrial, Maestría en Planificación Industrial, cursa estudios de Doctorado en Administración de Empresas. Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán. E-mail: fchale@uady.mx

Resumen

Este artículo es resultado de un trabajo de investigación, cuyo objetivo establece la determinación y análisis de los factores que inciden en la competitividad de la manufacturera textil y del vestido. Aplicando el modelo de competitividad sistémica, se profundizó en los distintos factores que influyen en los niveles sistémicos (micro, meso, macro y meta), con el fin de proponer las condiciones necesarias para generar el desarrollo del sector. La infraestructura productiva textil se integra en 99,5% de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), que revelan diferentes problemáticas y no logran interactuar debidamente con las instituciones de apoyo. Por su parte el Estado ha mantenido un entorno propicio para la competitividad y ha establecido políticas industriales dirigidas a un cambio en los tipos de organización industrial (clusters y empresas integradoras). Pero para participar con éxito en los nuevos sistemas de competencia internacional se deben lograr consensos entre actores sociales que permitan hacer los cambios necesarios para encauzarse hacia una competitividad sostenida en la industria textil.

Palabras clave: Manufactura textil, competitividad sistémica, cadenas productivas, políticas, estructuras sociales.

Textile Manufacturing in México a Systemic Approach

Abstract

This article is a result of a research the objective of which is the determination and analysis of the factors that influence the competitiveness of the textile and garment industry in México. The systemic competitive methodology is applied in order to study the different factors that influence the systemic levels (micro, meso, macro, goal) in order to propose the necessary conditions for the development of this industry. The textile productive infrastructure is 99.5% composed of micro, small and medium-sized enterprises (MSME’s), which present multiple types of problems of different kinds and which are unable to interact adequately with the supporting institutions. On the other hand, the government has maintained an adequate environment for competitiveness and has established industrial policies which pursue the change in industrial organization (“clusters” and “integrative companies”). However, in order to be successful in  new systems of international competition, consensus among the social actors will have to be achieved in order to introduce the necessary changes to sustain competitiveness in the textile industry.

Key words: Textile manufacture, systemic competitiveness, productive chains, social structures.

Recibido: 06-08-02  Aceptado: 06-09-20

1. Introducción

La manufactura textil, es uno de los sectores productivos donde más ha impactado la apertura económica y comercial de México. El esfuerzo en recursos materiales y humanos convirtió a México en el principal proveedor de productos textiles de Estados Unidos, posición que mantuvo hasta el año 2001.

Esta situación hizo que la industria textil y de la confección, llegase a ser la segunda fuente generadora de divisas en el sector manufacturero (hasta 2002) y la cuarta a nivel nacional (Banco de México-Banxico-, 2003). En el año 2002, con la mayor penetración de China en el mercado textil norteamericano, se pone fin a este liderato exportador mexicano a favor del país asiático; desde esa fecha, China y México mantienen una fuerte competencia en este mercado (Arceo, 2003).

La industria textil y de la confección, es uno de los sectores más importantes dentro de la manufactura nacional en términos de empleo, unidades económicas y valor agregado bruto que genera. Sin embargo, en estos últimos años las cifras nacionales se han visto afectadas, reflejando cierto estancamiento en su crecimiento y reduciéndose su participación en el comercio internacional debido a la pérdida de competitividad ante otros países competidores, principalmente China, con quien rivaliza fuertemente en el sector y especialmente en el principal destino de los productos mexicanos, los Estados Unidos (Martínez y Neme, 2003; Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y Centro de Estudios de Competitividad, 2004).

En este contexto, cobra especial importancia la promoción del sector como vía para lograr su reactivación, lo que repercutirá no sólo en el sector en sí mismo, sino en toda la balanza comercial del país, entre otros beneficios. Asimismo, parecen pertinentes los nuevos paradigmas que apuntan hacia la importancia de conocer y analizar la interacción participativa de los actores sociales en los diferentes niveles: micro, meso, macro y meta, a fin de elevar el nivel de competitividad, eficiencia y equidad del sistema económico-social.

2. Antecedentes del Sector Textil en México

La industria textil mexicana, cuya trayectoria productiva supera más de un siglo de historia, ha sido la segunda rama productiva en importancia, en relación a las exportaciones de manufacturas, durante la mayor parte de la década de los noventa, hasta finales de 2002. Está integrada por 43.774 unidades económicas (no incluye las industrias del cuero y del calzado), según señalan las últimas estadísticas sectoriales publicadas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 2004), sobre esta rama productiva. Estas unidades generaron el 7,3% del valor agregado correspondiente al sector manufacturero para 1999 (INEGI, 1999a y 1999b).

La posición estratégica de la industria textil en el contexto nacional, así como su relación con otros subsectores industriales, hizo que el gobierno mexicano considerara a la cadena fibras-textil-vestido, como una de las 12 ramas prioritarias con vistas a desarrollar programas de competitividad sectorial (Secretaría de Economía -SE-, 2002 y 2004a).

De las tres etapas a distinguir en la cadena productiva textil (fibras, hilados y confección), México tiene en la primera una deficiencia de fibras naturales (lana y algodón entre las principales), que se compensa mediante la importación de las mismas. Por otro lado, tiene una producción significativa de fibras sintéticas y artificiales.

La segunda (hilados y tejidos), y tercera etapas (confección de prendas), son las actividades que pertenecen al sector de Textiles y Prendas de Vestir, según clasificación de la Secretaría de Economía (2002), pero sin incluir, como se ha mencionado anteriormente, a la industria del cuero y del calzado a efectos de este trabajo.

Los hilados y tejidos muestran una actividad importante, pero es la tercera etapa -confección de prendas de vestir, de punto y otros textiles- la que destaca por ser la que agrupa al mayor número de unidades productivas y ser además la actividad que genera la mayor producción bruta y el mayor valor agregado de todas las anteriormente citadas.

La industria textil y del vestido -sin incluir la rama del cuero-, está integrada en un 99,5% por MIPYMES; además agrupa en total al 17,6% (742,986) de las personas ocupadas en el sector manufacturero, que representa un 5,2% del total nacional ocupado en la manufactura. De ahí la importancia, no sólo económica sino social, de esta rama productiva (INEGI, 1999a y 2004).

Este sector presenta varios factores que afectan su competitividad, entre las que se encuentra el retraso tecnológico, no sólo en las líneas de producción, sino también en los sistemas de comercialización y de diseño. Si bien la rama textil se vio beneficiada, a partir de la apertura del país a los mercados internacionales, México no mostró una actitud más agresiva en la captación de nuevos mercados sino que centró la venta de su producción en un solo país, los Estados Unidos (Zaga, 2004; Factor Económico, 2005).

Ahora las empresas mexicanas han visto desplazadas en Estados Unidos las prendas confeccionadas en territorio nacional a favor de los productos chinos, situación que llevó a México en 2003 a pasar del primer al segundo puesto como proveedor en textiles y vestido y a estar dependiente de los vaivenes económicos de ese país.

En cuanto al diseño, México concentra su producción en productos básicos pero no se atreve a innovar en el campo de la moda. Carece de marcas de prestigio a nivel internacional (ITAM y Centro de Estudios de Estudios de Competitividad, 2004; SE, 2004a).

El coste de la mano de obra es un factor de desventaja, el Instituto Tecnológico Autónomo de México y el Centro de Estudios de Competitividad (2004), ofrecen información comparativa de los costes de la mano de obra mexicana en el sector de la confección para 2002, el cual es 3,6 veces mayor que en China (2.45 USD/hora en México contra 0,68 USD/hora en China), lo cual deja al país fuera de competencia en cuanto a costes.

China también es competidora de México en captación de inversión extranjera en esta actividad industrial, por los bajos costes de su mano de obra y otros insumos, por lo que, México deberá buscar estrategias para incrementar su atractivo como receptora de capital extranjero (Arceo, 2003; Martínez y Neme, 2003; Roldan, 2003 y Rojas, 2004, S.E., 2004b).

Muchos son los documentos que hablan de los problemas que atraviesa el conjunto de las MIPYMES en México, y que son igualmente compartidos por el sector manufacturero textil y del vestido, que tienen además su problemática particular. Estos problemas tienen empantanada a esta actividad en niveles de bajos de productividad y competitividad (García de Alba, 2004).

En este contexto, es importante conocer lo que el Estado mexicano está haciendo para alcanzar la tan deseada competitividad. A continuación se analizan los factores que intervienen en los cuatro niveles del modelo de competitividad sistémica, un concepto analítico formulado por un grupo de investigadores del Instituto Alemán de Desarrollo (Esser, Hillebrand, Messner, Meyer-Stamer, 1994) a principios de los noventa.

3. Metodología de la investigación

El estudio utiliza el enfoque de competitividad sistémica. Este modelo trata de comprender y explicar cómo funciona el sector textil desde una perspectiva holística e integradora dando vital significación a la relación entre los componentes. Se distingue por la diferenciación de cuatro niveles analíticos diferentes (micro, meso, macro y meta) y por la vinculación de elementos pertenecientes a diferentes áreas de conocimiento (economía, política, sociología, etc.). [Esser, Hillebrand, Messner, y Meyer-Stamer (1994:11-40 y 77-79; 1996: 40-43); Altenburg, Hillebrand, Wolfgang, y Meyer-Stamer (1998: 1-7); Altenburg (1999: 81-84)].

El documento resume el análisis de la situación productiva del sector textil básicamente desde la perspectiva de los niveles meso, macro y meta, utilizando información relacionada con estos diferentes niveles sistémicos y entrevistas a personajes de instituciones claves. No se buscó llegar a nivel microeconómico con información empírica propia, aunque si se mencionan los resultados bibliográficos empíricos que se encontraron sobre el tema del trabajo.

La competitividad sistémica como concepto analítico y pluridimensional valora de manera sistémica e integral los factores que contribuyen a un desarrollo industrial dinámico y de éxito, con el objetivo de estimular y apoyar a las empresas en su esfuerzo de creación de ventajas competitivas.

Sobre la base del modelo sistémico y sin pretender de ninguna manera ser exhaustivo, se listaron y analizaron los principales factores que afectan el desarrollo del sector y sus esquemas de asociación, para que en síntesis se tuviese una idea de la estructura y magnitud de la problemática a estudiar, no sólo al tratar de diseñar políticas, sino también para elaborar una legislación de fomento al desarrollo y competitividad de un sector como es el textil, que coadyuve al crecimiento de las empresas del país.

4. Análisis de los diferentes niveles del Sector Textil en México

Si bien, las empresas (nivel micro) realizan el mayor esfuerzo para aumentar la competitividad, la competitividad internacional no puede explicarse sólo a nivel empresarial, los esfuerzos de éstas deben estar apoyados por una serie de servicios e instituciones (nivel meso). Ambos niveles están condicionados a su vez por los resultados de los factores situados en el nivel macro (contexto macroeconómico y político administrativo) y el nivel meta (las relaciones entre los actores sociales estratégicos).

A través del análisis por nivel que permite realizar el enfoque de competitividad sistémica se identifican, entienden y evalúan los factores que contribuyen o determinan el desarrollo industrial competitivo del sector textil.

4.1. Análisis a Nivel Micro

Las empresas mexicanas textiles y de la confección tienen la necesidad de nuevas estructuras organizacionales que les permitan introducirse en los nuevos esquemas de competencia, por lo que el gobierno mexicano propone dos alternativas para hacer frente a los grandes competidores actuales y futuros: las cadenas productivas o clusters, y la formación de empresas integradoras. Estas acciones, se insertan dentro de una estrategia de competitividad nacional y sectorial que las apoyan para su éxito.

En México existe experiencia sobre clusters en otras ramas productivas, pero no en la industria textil. En cuanto al número de clusters no se cuenta con información oficial publicada sobre el total existente en este sector, ni sobre el número de empresas que se agrupan dentro de las actividades textiles y de la confección, ó sobre los casos de éxito, lo cual no ocurre en otras ramas productivas (SE, 2002; Rojas, 2004; García de Alba, 2004).

Por otra parte, la empresa integradora es: “una forma de organización empresarial básicamente enfocada a ayudar a las MIPYMES”. Según datos de la Secretaría de Economía, en México existen 750 empresas integradoras en las diferentes ramas productivas, de las cuales 150 son de la industria manufacturera y 25 específicamente de la industria textil. Sólo una es considerada empresa integradora de éxito por los resultados que ya obtiene. Esta es la integradora INTTEX 2001 (ubicada en el estado de Hidalgo).

Estas empresas se topan con muchos obstáculos, no sólo para integrarse, sino para trabajar en forma coordinada. Algunos de esos problemas son la desconfianza entre los socios potenciales, la carencia de una visión compartida y de largo plazo, la ausencia de liderazgo, las relaciones de competencia que prevalecen sobre las de cooperación y la heterogeneidad del grupo, entre otros (Salcedo, 2004).

Si bien se tienen buenas perspectivas en cuanto a la agrupación de las empresas textiles ya sea en clusters o en empresas integradoras, ésta es aún incipiente, además de que son todavía pocas las empresas que participan, ya que de las 43.520 unidades económicas textiles y de la confección registradas como MIPYMES en el censo de 1999, actualmente sólo 220 empresas participan dentro del programa de “empresas integradoras” (INEGI, 1999b, 2001 y 2004; SE, 2002,2004a, 2004b).

4.2. Análisis a Nivel Meso

Las políticas en el nivel meso, van dirigidas a crear las condiciones para el desarrollo de los polos industriales y localizaciones económicas eficientes, de manera que se proyecten hacia áreas menos desarrolladas. Para ello los cambios no se limitan al nivel microecómico, sino que implican las relaciones interempresariales con su espacio meso. Para ello las instituciones gubernamentales de fomento en este nivel y los organismos empresariales relacionados con el subsector textil y del vestido interactúan de forma directa con las empresas.

La relación de las empresas tanto con los organismos gubernamentales como con los empresariales no ha sido fácil por muchos motivos, como son la falta de información y desconfianza hacia dichos organismos. Sin embargo, poco a poco se han ido superando estos problemas, ya que las cámaras industriales están asumiendo el papel que siempre debieron tener, que es ser la voz de los empresarios. Por otra parte, el gobierno tiene más en cuenta las iniciativas de los empresarios a la hora de tomar decisiones sobre las políticas, alineamientos y estrategias que permitan tener una industria fuerte y con un crecimiento sostenible a largo plazo.

Los diversos programas establecidos por el gobierno se clasifican en cinco grupos para su mejor comprensión:

- Formación del Recurso Humano. Se cuenta con programas dirigidos al desarrollo de las capacidades empresariales y formación de la mano de obra calificada, tanto por parte de los organismos empresariales como por los del gobierno. Igualmente el sector educativo nacional cuenta con varias instituciones que están formando trabajadores para mandos intermedios y superiores de la industria textil y para el diseño en la industria del vestido y la confección. Otro problema en la rama textil y de la confección, son las limitaciones que sufre la investigación y desarrollo lo cual frena la innovación. [SE; BANCOMEXT, Nacional Financiera (NAFIN); Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN); Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS); Secretaría de Educación Pública (SEP); Consejo Nacional de Ciencia y tecnología (CONACYT)].

- Desarrollo de la Infraestructura. Ofrecen al inversionista un servicio de información sobre la infraestructura con la que cuentan las diferentes zonas del país, los medios de comunicación y los detalles necesarios que permitan al empresario establecer sus criterios para saber dónde invertir.

En México existen 9 parques portuarios y 336 parques industriales en todo el país de los cuales 67 son textiles. Sin embargo, la infraestructura de carreteras y ferroviaria, al igual que las telecomunicaciones, requieren de mayor inversión para adecuarlos a las realidades actuales.

Dentro de este grupo se encuentran los programas de “Formación de Agrupamientos Industriales”. Varios de estos programas se promueven por el Estado y buscan ser un detonante del desarrollo en las diferentes zonas del país en consonancia con la estructura industrial de cada uno de ellas. Estos son los programas estrella, ofrecidos a las PYMES como alternativa para fortalecer el sector productivo textil (SE, CONCAMIN).

Económicos. Se observa una repetición de programas financieros entre las dependencias de gobierno, con diferencias mínimas y que igualmente van dirigidos en su mayoría a las MIPYMES, existiendo una desigualdad relevante en número entre las empresas productoras para el mercado interno y las exportadoras que son a las que BANCOMEXT se dirige. Los programas clave para la financiación son los agrupamientos productivos a través de empresas integradoras y clusters (SE, CONACYT, BANCOMEXT, NAFIN).

Dentro de este apartado, se incluyen los “Programas de Estímulos Fiscales”, los cuales parece que no están dirigidos a captar mayores recursos, ya que en vez de tener programas con acciones diversas que permitan aumentar la captación de nuevos contribuyentes, identificar a los evasores, estimular el cumplimiento de pagos fiscales, etc., se ha limitado hasta hace poco a los contribuyentes registrados.

Además, la política fiscal no se considera promotora del desarrollo en México, por lo que el tema fiscal es un tema de actualidad en el país, ya que son muchas las voces que piden una reforma fiscal al gobierno. Hacen falta políticas de apoyo que además de generar empleo, permitan a las empresas deducir impuestos, así como obtener apoyos a corto y medio plazo para empresas de nueva creación, entre otros.

Por otra parte, los “Programas de Apoyo a la Comercialización”, se centran en su mayoría, en las empresas exportadoras. Como se ha dicho antes, uno de los propósitos del gobierno es fomentar en las empresas esta actividad. Para ello busca incentivarlas a través de diversos programas que incrementen los ingresos provenientes del exterior.

BANCOMEXT trabaja en la búsqueda de nuevos mercados que le permitan no depender tanto del comercio con Estados Unidos, a través de ferias comerciales en el extranjero, misiones de exportadores, etc. Otros factores que limitan las exportaciones según la encuesta del CIPI (Comisión Intersecretarial de Política Industrial de México) son los altos costes de obtener la información sobre los mercados de destino, la lentitud en las operaciones debido a excesivos trámites aduaneros y la escasez y alto coste de los fletes, todo lo cual debe ser considerado en los programas de apoyo (Donato, Haedo y Novaro, 2003:16).

En el mercado nacional, si bien existen algunos programas para promover la comercialización, éstos son insuficientes, lo cual aunado a los grandes problemas a los que se enfrentan las empresas en materia de comercio ilegal, piratería, falta de seguridad pública (lo que produce robos de camiones cargados de productos), son causas más que suficientes para desmotivar a los empresarios, no sólo a comercializar, sino a crear nuevas empresas.

- Medio Ambiente. Existe una tendencia cada vez mayor por parte de los creadores de las políticas sectoriales de incorporar las mejores prácticas en materia de desarrollo sostenible. El informe “Estudios sobre el Desempeño Ambiental” de la OCDE (2003a), reconoce los grandes logros de México en esta materia aunque le anima a realizar mayores esfuerzos.

- Otros Programas de Apoyo. Estos programas persiguen acelerar la apertura de una empresa. Tales programas parecen no tener sentido si se considera que debiera ser una actividad rutinaria ya establecida de apoyo a los empresarios (SE).

Existe repetición de los programas establecidos en algunas dependencias. La demanda de los programas se ve afectada por la ineficacia en la promoción de los mismos. Los empresarios precisan de otros programas que mejoren la competitividad, promuevan la inversión e incrementen el empleo.

4.3. Análisis a Nivel Macro

La formulación e implementación de los programas establecidos a nivel meso tienen pocas perspectivas de éxito mientras no se tenga un contexto macroeconómico estable. Por ejemplo, las políticas de fomento a la exportación no tendrán el resultado esperado si no se tiene un tipo de cambio estable. Se debe encontrar un equilibrio apropiado en la intervención del Estado a través de la formulación e implementación de políticas.

Existen otros factores que influyen también en la estabilidad económica. A efectos de este trabajo, se agrupan las políticas de Estado en generales y macroeconómicas:

1. Políticas Generales: Este rubro agrupa el conjunto de directrices sociales, políticas y económicas que determinan las normas de actuación del Estado.

Planes de Desarrollo. Dentro de la política industrial enmarcada en el Plan de Desarrollo, además de los programas dirigidos a las MIPYMES, la política industrial de México se ha dirigido a hacer estudios sectoriales en el sector manufacturero. En la Política Económica para la Competitividad anunciada en 2002, se identifican varias ramas prioritarias para desarrollar programas de competitividad sectoriales, tal es el caso del Programa para la Competitividad de la cadena: Fibras-Textil-Vestido (SE, 2002).

Tratados Internacionales. La iniciativa privada ha instado al Estado Mexicano a replantearse su actuación en el convenio firmado con sus vecinos del norte (TLCAN). La política de México con relación al comercio exterior debe ser pragmática, por lo menos similar a la que aplican Canadá y Estados Unidos (utilizando al máximo los márgenes de maniobra que se tienen en la OMC y aún dentro del TLCAN, en aranceles, salvaguardas, normas técnicas, disposiciones contra prácticas de comercio desleales y otros mecanismos no arancelarios), a fin de proteger temporalmente a los segmentos inmaduros de la industria y aminorar los costos de reconversión.

Políticas de Seguridad Pública. Desafortunadamente ésta es una materia pendiente en México. El poder judicial desde hace muchos años, no actúa en relación de igualdad con los otros poderes (ejecutivo y legislativo). Todo indica que no se le da la misma importancia en términos económicos, sociales y jurídicos (De la Barreda, 2002).

En términos económicos porque carece de los apoyos necesarios para frenar los elevados índices de criminalidad que ya se tienen en México. En términos sociales, porque el poder judicial goza de muy mala reputación en el país, ya que los elementos policiales no se distinguen -en muchos casos-, por cuidar a la ciudadanía o respetar las leyes. En términos jurídicos, porque el poder judicial parece no tener autonomía para actuar y está al servicio del partido en el poder. Esta apreciación perjudica la aplicación de la justicia y resta confianza a las instituciones del Estado (Fix-Fierro, 2003).

Todo ello exige una reforma profunda del sistema jurídico y por ende del sistema judicial. Para ello el gobierno actual ha presentado en 2004 la iniciativa de Reforma al Sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal, pero si bien esta reforma mejora el proceso en la aplicación de las leyes, no implica transformaciones de fondo en el sistema penal, de manera que se traduce en una reducción de los índices delictivos.

Políticas Ambientales. Ahora este país cuenta con un marco legal e institucional sólido en materia medioambiental que le está permitiendo obtener buenos resultados, aunque aún queda mucho por hacer (OCDE, 2003b).

Política Energética. El petróleo y la energía eléctrica siempre han sido considerados sectores de seguridad nacional.

La privatización de estas empresas paraestatales es un tema que hiere sensibilidades en México. Sin embargo, es obligado hacer una reforma de estas empresas y urge determinar el medio adecuado para hacerlo (Muñoz, 2001).

Estos sectores demandan una inyección urgente de inversión que les permita modernizarse y crecer para atender la demanda requerida de forma confiable, con calidad y a precios competitivos. De no lograrse, México tiene un futuro con insumos caros, insuficientes, de baja calidad, y en el caso de la energía eléctrica, con apagones frecuentes, lo cual es nocivo para elevar la competitividad de las empresas con todo lo que ello conlleva.

Políticas Laborales.. Aún se siguen los esquemas tradicionales provenientes de la vieja estructura de poder de las organizaciones sindicales, las mismas que junto con algunos partidos políticos se oponen a cualquier intento de reforma de la legislación laboral, por considerar que puede darse la posibilidad de perder los derechos y conquistas ya logrados (Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, 1970; STPS, 1999 y 2005).

Son diversas las posiciones de los agentes interesados, por lo que aún no se llega a un consenso de las partes, desde las que manifiestan sus ideas de carácter capitalista y proponen entre otras cosas, la desregulación (a ser posible total) del mercado de trabajo, con todas sus implicaciones, hasta otras que se oponen a cualquier intento de reforma de la legislación laboral, pasando por varias combinaciones de ambas ideas, pero aún sin convencer a las partes y por tanto sin llegar a acuerdos.

2. Políticas Macroeconómicas. Agrupa aquella serie de factores que influyen para obtener estabilidad en la economía del país en su conjunto.

La Política Monetaria, se ha mantenido en equilibrio y sin variaciones bruscas. Se han controlado las principales variables económicas como son: la inflación, las revisiones salariales contractuales, los precios administrados y concertados por el sector público y el tipo de cambio. Se ha mantenido un equilibrio presupuestario por parte del sector público, proporcionando la estabilidad que las empresas necesitan para su desarrollo (Banco de México, 2004b y 2005).

Políticas Fiscales. La reforma fiscal es una necesidad reconocida por el gobierno y el sector político en su conjunto. Es una demanda de la comunidad empresarial y los organismos internacionales, pero mientras se antepongan los intereses partidistas y no se llegue a acuerdos, se le estará negando a México y sus ciudadanos la posibilidad de tener un mayor crecimiento en su economía y en su desarrollo (Ortiz, 2001; Herrero y Olguín, 2001).

4.4. Análisis a Nivel Meta

Es en este nivel en el que los factores muestran el grado de esfuerzo a que se enfrentan los agentes involucrados para lograr encaminarse hacia la solución de los problemas en su proceso de transformación de la sociedad.

Formación social de estructuras como requisito

La uniformidad de criterios y valores de los actores sociales es vital en la integración necesaria para el desarrollo de la competitividad sistémica (Esser, et al., 1994:18). Lamentablemente, el gobierno, los partidos políticos, las cámaras empresariales y las organizaciones sindicales en México, no han logrado suscribir una política de consenso en las distintas iniciativas de reforma legislativa con relación a asuntos laborales, fiscales y energéticos, que son necesarias para afrontar con garantías el proceso de transformación productivo y competitivo de la industria mexicana.

Los actores sociales buscan cómo reaccionar con eficacia y rapidez a los requerimientos del ajuste económico, social, político y medioambiental, sin lo cual es difícil alcanzar los objetivos. Sin embargo, a las empresas les falta una mentalidad unificada hacia la obtención de objetivos comunes a medio y largo plazo, así como tener confianza para trabajar entre socios dentro de su agrupamiento productivo. En estos momentos, con el tipo de cambio estabilizado, los índices inflacionarios bajo control y con tipos de interés adecuados al crecimiento económico, existe el marco apropiado para que el empresariado se enfrente a retos de inversión a medio y largo plazo.

La duplicidad en funciones y programas por parte de los organismos gubernamentales y las restricciones económicas no permiten al gobierno federal responder de manera rápida a los requerimientos de aplicación de acciones que conduzcan a la transformación o mejora de sus sistemas y procesos de trabajo.

Por otra parte, es de suma importancia que el gobierno federal no cambie sus planes y programas de forma sexenal sino que exista continuidad sobre todo con las estrategias y programas que estén funcionando adecuadamente, los cuales deben ser independientes de los intereses partidistas.

Aún hay cierta desconfianza por parte del empresario hacia las cámaras industriales. Sin embargo, actualmente éstas buscan redefinir su papel dentro del contexto social y cumplir con su función en beneficio de sus asociados. Igualmente, existe cierta desconfianza hacia los sindicatos, porque muestran más la tendencia partidista que la posición de defensa de los intereses de los trabajadores sindicados, situación que debe cambiar en beneficio de éstos.

En la medida en que los actores estratégicos cumplan con los objetivos para los que fueron creados y muestren un comportamiento estable y de consecución de objetivos a largo plazo se creará un ambiente de confianza y credibilidad en las instituciones que de momento no existe entre los mexicanos.

Patrones de organización social que fortalezcan el establecimiento de políticas.

Uno de los problemas que México aún no logra superar es la dependencia de los organizaciones mexicanas (tanto privadas como públicas) respecto al gobierno; dicha situación, no permite actuar de forma libre, sin presiones y con espíritu crítico y creativo a la hora de tomar decisiones. Esto también tiene una repercusión en el gobierno, ya que el apoyo social o económico que obtiene de algunas organizaciones, al final pasa factura a la hora de establecer políticas económicas que afecten al grupo que le apoyó y cuyos intereses están siendo perjudicados.

Estos problemas generan a su vez efectos negativos entre los demás actores estratégicos, que ven como el gobierno cede a los intereses de unos cuantos, en perjuicio de los intereses de la mayoría; esto genera el consiguiente descrédito del estado, y paralelamente, la desmotivación por parte de otros entes sociales y económicos.

Es importante que exista libertad de actuación de los agentes estratégicos, pero que a la vez también exista integración, colaboración, y lo que es más importante: asegurar la coordinación dentro de los cuatro niveles sistémicos y entre ellos, la disposición al dialogo (Esser et al., 1994:19). Si bien las empresas mexicanas tendrán que acostumbrarse a estos nuevos esquemas de organización y su nueva forma de trabajo, lo harán más rápidamente en la medida en que puedan ver los éxitos que vayan obteniendo las empresas iniciadoras del proceso.

Desde luego, conductas que son difíciles de cambiar, dónde alguno de los agentes implicados puede intentar obtener ventajas de manera oportunista. Por tal motivo, es importante que para que exista confianza en el establecimiento de nuevas estructuras, deben establecerse de antemano reglas básicas para mejorar la capacidad funcional de los agentes (p. ej. intercambio de información no discriminatorio, reciprocidad, etc.).

Sobre las reglas y patrones de comportamiento en las nuevas estructuras ya formadas en México no se dispone de información, pero sí se reconoce que son importantes para conservar la disposición de cooperar y de estar articulados entre sí.

Sistemas articulados abiertos y receptivos al aprendizaje.

Aún no se tiene suficiente experiencia en México sobre el tipo de problemática que plantea el trabajo en empresas integradoras y clusters, dado el poco tiempo que tienen desde su implantación y sólo en ciertas ramas manufactureras. En el caso de la industria textil no se tiene este tipo de estructuras que puedan tomarse como referencia.

El objetivo de este tipo de estructuras es trabajar en forma articulada y en estrecha interacción entre los actores que intervienen. Se debe tener cuidado de no caer en un bloqueo funcional, (ej. excluir nuevos actores sociales que aporten otros enfoques); bloqueo cognoscitivo (ej. cerrarse a nuevas estrategias de desarrollo); o bloqueo político (ej. disociarse de su realidad exterior). Para ello es necesario agregar fuentes de corrección como pudieran ser otros actores sociales tales como sindicatos, ambientalistas u otros y también mantener el sistema estructural abierto (Esser et al., 1994:20).

4.5. Factores Críticos

Una vez analizados los niveles sistémicos de esta rama industrial, este trabajo aporta una serie de factores (diagrama 1) que se consideran críticos para que la industria textil y de la confección en México logre una competitividad sostenida en el plano internacional.

 

Diagrama 1 Resumen de la Situación de Factores Críticos en los diferentes niveles en la Industria Textil y de la Confección

Fuente: Elaboración propia para el sector textil y de la confección, a partir del esquema de Ruiz Funez, tomado en Secretaría de Economía (2004). Acciones Concretas para Incrementar la Competitividad.

En el lado izquierdo del Diagrama 1 se muestran los factores que siguen una tendencia negativa a pesar de que dos de ellos aún se consideran dentro de una situación favorable para México. Uno de ellos es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Dicho convenio no ha sido un elemento determinante para que México lograse mantener el primer lugar como proveedor de textiles en el mercado estadounidense, ni los aranceles, ni las reglas de origen, cuotas, etc., sirvieron para impedir que China llegase a dicho puesto sin tener ningún tipo de convenio que le beneficiase.

Los factores desfavorables que destacan por su tendencia negativa son precisamente los pertenecientes a los niveles macro y meta es decir aquellos donde los actores sociales no han llegado a ningún acuerdo y que afectan a todo el sector industrial como son las políticas laborales, jurídicas, energéticas, fiscales, etc. También se menciona elementos no menos importantes como la investigación y desarrollo o la obsolescencia de los equipos existentes en la industria textil.

En los cuadrantes inferior y superior del lado derecho, se muestran los factores que tienen una tendencia positiva a futuro pese a que algunos de ellos tienen actualmente una situación poco conveniente (cuadrante inferior derecho), situación que trata de ser transformada a través de políticas de gobierno como es el caso de la ampliación de los mercados internacionales o el establecimiento de nuevas estructuras industriales que permita a las empresas mexicanas competir en condiciones de igualdad a nivel mundial.

El número de factores favorables muestra que México ha logrado superar diversas dificultades y tener estabilidad económica lo que ofrece cierta seguridad a sus empresas al momento de planear para el futuro, sin embargo, el estado mexicano no puede dormirse en sus laureles y debe continuar trabajando con miras a cambiar la ubicación de los factores que se encuentran en los cuadrantes del lado izquierdo.

5. Conclusiones

México se ha beneficiado de la apertura de los mercados internacionales, particularmente en la industria textil (en 2001 este sector productivo ya representaba la tercera fuente generadora de divisas en el sector manufacturero y la cuarta a nivel nacional). Sin embargo, los problemas externos, como son la dura competencia internacional, su dependencia de la economía estadounidense, la desventaja de ser gran importador de confecciones, el decremento en la captación de inversión extranjera y los nuevos esquemas de competencia, entre otros, hicieron decrecer la actividad productiva textil y, consecuentemente, su desempeño económico.

Los problemas del sector tampoco han sido pocos en el ámbito interno. Si bien no han aumentado, los existentes persisten, y siguen en su mayoría perjudicando seriamente la competitividad, como por ejemplo: la falta de innovación en el diseño, el retraso tecnológico en producción, diseño y comercialización, altos costos de producción, poco poder de negociación, etc. Estos problemas aunados a la piratería, junto a la producción y comercialización ilegal y, por supuesto, el contrabando, han dejado sentir sus efectos en la balanza comercial del sector industrial, que lucha por salir del estancamiento en el que se encuentra, a través de los nuevos programas de organización industrial que el gobierno promueve.

La desagregación en los cuatro niveles sistémicos del sector textil y de la confección, muestra que las empresa del sector, en su gran mayoría (99,5%) MIPYMES, si bien poseen la generalidad de los problemas que presenta este colectivo, también es cierto que han logrado superar otros y que en la actualidad tienen muchas posibilidades, a través de las nuevas estructuras de organización (clusters y empresas integradoras) de incrementar su competitividad, de manera que puedan competir en igualdad de condiciones a nivel global e incluso ofrecer el servicio de paquete completo (diseño, producción, logística, mercadeo y ventas, servicio al cliente).

Sin embargo, las instituciones de gobierno deben evitar la duplicidad de programas de apoyo para las empresas; incluir otros que contribuyan a superar las deficiencias que muestran; sobre todo, dar a los empresarios la formación directiva que requieren, apoyar las demandas de financiación, obtención de tecnología, la comercialización, ventajas fiscales, y desde luego estimular la creación de empleo.

El entorno macroeconómico del país actualmente muestra estabilidad, cuestión que permite planificar a las empresas con mayor confianza sobre el medio y largo plazo. No obstante, existen otros aspectos a este nivel que son de vital importancia, como la política fiscal, la seguridad pública, las políticas laborales y las energéticas, esenciales para el buen funcionamiento de las empresas y la confianza de los nuevos inversores.

No debe olvidarse observar una actitud firme en cuanto a las políticas de comercio internacional, con miras a proteger a la industria textil nacional del comercio desleal, así como ser más agresivos en la consecución de nuevos destinos para los productos textiles mexicanos, y no depender de las exportaciones a un solo país.

El nivel meta es el más difícil de mejorar pero es de la máxima importancia de cara al futuro. Es donde los actores estratégicos mexicanos requieren unificar los criterios sobre la integración para el logro de los objetivos de competitividad fijados, sin que exista dependencia respecto a los poderes públicos que afecte el espíritu crítico y la forma libre de actuar a la hora de tomar decisiones sobre políticas a seguir.

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