Introducción y Objetivo:

Uno de los requisitos para una dieta de calidad es consumir cantidades suficientes de FyV. Existe un consenso internacional para adultos que recomienda 400g/d y un “tamaño de porción” de FyV de 80g/d. Solo existe orientación mínima para los niños. Buscamos usar las recomendaciones de FyV para adultos para crear un estándar operacional para escolares en Guatemala, esto previo a evaluar FyV a partir de datos de ingestas diarias de escolares guatemaltecos.

Métodos:

Consultamos las recomendaciones para FyV del USDA en E.E.U.U. y del NHS en el Reino Unido para adultos. La única fuente que se encontró específicamente para niños fue el “Fruit and Veggie Toolkit for Kids” de la American Heart Association. Consultamos documentos de referencia en línea sobre necesidades energéticas humanas.

Resultados:

Empleamos la diferenciación botánica de “frutos” como el ovario maduro carnoso o seco de una planta con flores, que encierra la semilla o semillas. Como tal, muchos elementos considerados verduras por su uso culinario son en realidad frutas. Estos incluyen tomate, aguacate, ocra, berenjena, pepino, calabazas, judías verdes y guisantes. El maíz es una fruta, pero solo llamamos fruta al elote, considerado cereal la semilla secada en grano. Los frijoles también están en un grupo separado de “leguminosas”. Como verduras aceptamos Crucíferas (coles de Bruselas, brócoli, col), de hoja y tallo (espinacas, apio, espárragos) y tubérculos no almidonados (zanahorias, remolachas, nabos), pero tubérculos almidonados (papa, camote, yuca) se excluyen como verduras. Solo se contará una porción de >80 ml de jugo de fruta. Aunque las necesidades energéticas son 23% más altas en hombres que en mujeres, la recomendación de FyV es común en ambos. Para los niños, una menor capacidad gástrica puede ser una consideración más válida; por lo que determinamos que 4 porciones o 320g son apropiados para escolares. Consideramos la ingesta adecuada si el consumo incluye 80g de frutas o de verduras y al menos 240g de la otra.

Conclusión:

Existe mucha incertidumbre con respecto a las recomendaciones de FyV para escolares. Las partes interesadas deberían unirse en torno a ejercicios como el presente.