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Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría

versión impresa ISSN 0004-0649

Arch Venez Puer Ped v.72 n.2 Caracas jun. 2009

 

Pandemia de la nueva gripe AH1N1 en niños

Alejandro Rísquez Parra

Médico Pediatra Epidemiólogo Miembro del Comité Editorial de Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría.

La primera pandemia del siglo xxI fue declarada por las autoridades sanitarias mundiales el 11 de junio de 2009. La Dra. Margaret Chan, Directora de la Organización Mundial de la Salud, declaró que la pandemia es inevitable y que aumentará su propagación. Se requiere de la mayor información posible y de gran capacidad de asistencia para mitigar los efectos deletéreos del virus sobre niños y adolescentes, adultos vulnerables, embarazadas y de la tercera edad, identificados históricamente como los que mas sufrieron durante las pandemias de gripe en el siglo xx.

La pandemia se esperaba desde hace varios años debido a su carácter cíclico. sorprendente fue su emergencia en América, en primavera y la composición viral porcina, aviar y humana. la mayoría de las hipótesis sugerían que iniciaría en el sureste asiático posiblemente como consecuencia de mutación de la gripe aviar, la cual está ya en circulación en esos lugares del mundo, con poca o nula transmisión humana fundamentalmente ave-humano, aunque muy virulenta y con alta letalidad.

La nueva gripe Ah1n1 se ha extendido con una onda epidémica inicial de rápido crecimiento y trasciende a todas las regiones del mundo a gran velocidad. Se observa como en pocas semanas, los primeros casos restringidos a norteamérica (México y eeuu) se han diseminado con los viajeros por todos los medios de transporte: aérea, marítima y terrestre. Tripulantes y pasajeros internacionales arribando del área epidémica inicial han portado el virus trasladando su contagio a nuevos territorios, a pesar de los controles sanitarios en puertos y aeropuertos.

las alcabalas de salud, los equipos y los instrumentos han demostrado ser muy efectivos en la identificación de casos. Sin embargo, la contención de la fuente de infección ha sido poco eficaz, por los portadores asintomáticos o en incubación, la migración intensa, el turismo y la gran movilización humana.

La nueva gripe se ha comportado desde el punto de vista de salud pública, por lo menos hasta los últimos días, de manera muy benévola. Ha provocado relativamente muy pocas muertes y complicaciones en relación con el número total de personas contagiadas. Los más afectados son los niños, adultos jóvenes y de mediana edad, asociándose con más defunciones en personas sanas, aún sin condiciones de salud debilitante o crónica. también se han enfermado muchos niños, adolescentes y personas de la tercera edad. Debemos estar muy vigilantes, pues la gran mayoría de los infectó logos y epidemiólogos advierten acerca de una probable mutación del virus y de un cambio de su patogenicidad y virulencia, tornándose más agresivo.

Los pediatras y epidemiólogos se han visto asediados por los padres, representantes, maestras, profesores, directores de escuelas, colegios e institutos, reporteros de radio, prensa y televisión. Indagan en búsqueda de respuestas sobre qué hacer, como tratar en caso de enfermar y por supuesto como evitar y prevenir su contagio.

Medidas de salud pública como las aplicadas en México, deben ser discutidas ampliamente por las autoridades sanitarias, los médicos y las comunidades para decidir qué hacer cuando los casos se presenten en nuevas localidades. El distanciamiento social, las nuevas reglas de conducta como saludarse con el codo y no “estrecharse las manos”, abrazarse, besarse con familiares y amigos son conductas sociales que entran en discusión sobre cómo y cuándo aplicarlas.

La exclusión de los niños enfermos de la escuela y de las guarderías, el aislamiento domiciliario, la hospitalización, la reclusión de los contactos y de los enfermos, y la condición de ser considerado y tratado como “un caso sospechoso” definitivamente son elementos nuevos que requieren de información oportuna, válida, clara, transparente y pública.

En Venezuela se han cerrado colegios y universidades, y la nueva gripe A h1n1 con su rápida propagación ha generado preocupación. La gente se consterna y algunos padres y representantes entran en pánico, no saben que está pasando y no encuentran información nacional oficial disponible, aún cuando la prensa informa y los organismos internacionales dan estadísticas y proponen medidas de control. La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría como un todo y los miembros de su nuevo Capítulo de Epidemiología y Salud Pública han actuado de manera diligente en foros y reuniones científicas y educativas para todo público. Adicionalmente, nuestra sociedad ha organizado reuniones y sus miembros han participado de manera activa en diferentes escenarios de la vida pública nacional. Junto a la Red de Sociedades Científicas Médicas mantienen un sistema de vigilancia e información epidemiológica que facilita la comprensión y manejo de los datos y fichas técnicas sobre la nueva gripe, para que los médicos, pediatras y las comunidades podamos actuar de manera más decidida y orientada ante tamaño compromiso.

Los niños, al igual que los adultos requieren ser informados. Todos necesitamos información para la acción proactiva, preventiva y de protección de nuestro bien más importante, la salud personal, familiar y comunitaria.

Nuevos retos aparecen al iniciarse las vacaciones escolares, muchos viajarán a distintos lugares del país, a campamentos donde estarán agrupados y en mayor riesgo de contagio. Se trasladarán en automóviles, autobuses, ferrys, aviones, barcos, en cabinas cerradas y pequeñas compartiendo espacios y por tanto, más expuestos a la transmisión aérea y de contacto directo con secreciones infectantes.

Es necesario que, nosotros los médicos pediatras, como conductores y formadores de la familia, orientemos a la sociedad sobre los elementos básicos del respeto y la solidaridad humana, invitándoles a practicarla sin egoísmo ni privaciones. Los enfermos deben quedarse en casa para cuidarse ellos y cuidar a los demás. Extremar las medidas de higiene personal y del hogar, aislar a los enfermos asegurar la limpieza escrupulosa de los ambientes. Uso de pañuelos desechables, cubrirse la nariz y boca al toser o estornudar, cubrirse con la mangas de la camisa. Lavarse las manos frecuentemente con abundante agua y jabón. Es necesario enseñar al niño y la familia la importancia de los buenos hábitos higiénicos.

Los buenos mensajes deben ser repetidos de manera constante y permanente para lograr cambios de conducta de nuestras familias. Los padres, representantes, maestros y pediatras somos modelos a seguir y debemos dar el ejemplo con nuestra palabra y acción.

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