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versión On-line ISSN 2477-975X
Gen vol.70 no.2 Caracas jun. 2016
La Neurogastroenterología, una ciencia recién nacida
Dr. César Louis Pérez
Presidente de la Sociedad Venezolana de Gastroenterología. Gastroenterólogo. Cátedra de Gastroenterología Escuela de Medicina Luis Razetti. Hospital Universitario de Caracas. cesarlouismd@gmail.com
La gastroenterología se ha visto enriquecida en los últimos 32 años con el avance en el conocimiento de los trastornos funcionales gastrointestinales (TFGI), desde el desarrollo y evolución de los criterios de Roma, que han permitido legitimar estos trastornos, hasta la investigación sobre los mecanismos fisiopatológicos subyacentes, los factores asociados, los estudios diagnósticos y los nuevos tratamientos.
Es interesante hacer notar algunos ejemplos de la variedad de factores involucrados en estos trastornos: los factores psicológicos como la depresión, ansiedad y somatización son comunes y exacerban los síntomas funcionales, los mediadores neuroendocrinos relacionados, las alteraciones de la motilidad y sensibilidad visceral, el avance en el conocimiento de la microbiota, su función en la salud y las consecuencias de la disbiosis, el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, la caracterización postinfecciosa, los alimentos y por supuesto el efecto de estas alteraciones sobre el sistema nervioso central, que afectan la percepción a nivel central de los estímulos viscerales. Todos estos factores afectan el eje cerebro-intestino el cual es bidireccional y continuo, y en última instancia desencadenan los TGIF.
Por otro lado tenemos una serie de estudios o pruebas que permiten investigar la causas fisiopatológicos de los trastornos y su relación con los síntomas, pudiendo ser hallazgos orgánicos o funcionales los cuales permitirán aseverar o descartar los diagnósticos clínicos basados en criterios.
Por ejemplo, en esófago tenemos el Restech (R) que puede medir el pH aerolizado y líquido y es utilizado en pacientes con reflujo faringolaríngeo; el monitoreo de pH esófago de 24 horas con impedancia intraluminal multicanal en la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) que puede medir reflujos ácidos débiles y alcalinos débiles; la impedancia mucosal esofágica como marcador de reflujo crónico diferenciando ERGE erosivo de no erosivo.
El Endoflip (R) que permiten evaluar la distensibilidad utilizándose en Cirugía antirreflujo y cirugía bariátrica y la determinación de pepsina salival para diagnóstico de ERGE. En el estómago tenemos la electrogastrografìa diagnosticando bradigastria o taquigastria; gammagrafía para evaluar el vaciamiento gástrico; el baróstato para medir relajación receptiva gástrica; la manometría antroduodenal que mide las contracciones gástricas.
En el caso del tracto gastrointestinal inferior podemos citar la manometría colonica para medir funciones motoras del colon; tránsito y gammagrafía colonica para medir transporte diagnosticando inercia colonica o disfunción de piso pélvico; la latencia motora terminal del nervio pudendo para causa neurológica de incontinencia fecal y la defecografía para evaluar la defecación diagnosticando rectoceles, sigmoidoceles, enteroceles, síndrome del periné descendente y anismo.
El avance tecnológico y la bioingenieria crecen a pasos agigantados esperando probar su utilidad.
La Neurogastroenterología, una recién nacida ciencia, estudia todos estos factores fisiopatogénicos y como demostrarlos, las manifestaciones clínicas, la epidemiología, las implicaciones psicosociales y el tratamiento de los mismos.
Referencias Bibliográficas
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