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Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela
Print version ISSN 0048-7732
Rev Obstet Ginecol Venez vol.69 no.3 Caracas Sept. 2009
Conocimiento sobre el virus del papiloma humano en estudiantes de enfermería
Drs. Magaly Solmar Ortunio Calabres*, Harold Guevara Rivas**, Edimar Herrera Leonett***, Karelis Jiménez Rojas****, Rosa Cardozo Castellano**, Katherine Sánchez Pilimur*****
* Profesor Agregado a dedicación exclusiva en las asignaturas Medicina Preventiva I.
** Profesor Agregado a dedicación exclusiva en las asignaturas Bioestadística.
*** Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo (UC). ediherrera86@hotmail.com
****Facultad de Ciencias de la Salud de la UC. karelis_yamilethj@hotmail.com
*****Médico, Especialista en Salud Ocupacional y Medicina Familiar.
RESUMEN
Objetivo: Determinar el conocimiento sobre el virus de papiloma humano en estudiantes de enfermería.
Métodos: Investigación descriptiva. Se aplicó un cuestionario a 137 alumnos que incluyó edad, procedencia, ejercicio de función sexual, parejas sexuales, etiología del virus de papiloma humano, modo de transmisión, clínica y prevención.
Ambiente: Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo
Resultados: La edad fue 18 ± 0,5 años. Predominó significativamente el sexo femenino (92 % versus 8.%, P=0,000) y los estudiantes que no refirieron tener más de una pareja sexual (87,6 % versus 6,6 %, P=0,000). Más de la mitad de las mujeres tuvo un conocimiento sobre virus de papiloma humano muy bueno o excelente, estando éste significativamente asociado a un ejercicio responsable de la sexualidad en ambos géneros.
Conclusión: Se recomienda reforzar las campañas de información y formación a los adolescentes respecto al virus del papiloma humano.
Palabras clave: Virus de papiloma humano. Adolescentes. Conocimiento.
SUMMARY
Objective: To determine the knowledge on human papilloma virus in students of Nursery.
Methods: Descriptive investigation. A questionnaire was applied to 137 students that included age, origin, exercise of sexual function, sex partners, etiology of, transmission way, clinic and prevention.
Setting: Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo
Results: The age was 18±0.5 years. It prevailed significantly the feminine (92 % versus 8 %, P=0.000) sex and the students that didnt refer to have more than a couple (87.6 % versus 6.6 %, P=0.000). More than a half of the women had a very good or excellent knowledge on human papilloma virus, being this significantly associated with responsible sexual performance in both genders.
Conclusion: Its recommended to reinforce the campaigns of information and formation to the adolescents regarding human papilloma virus.
Key words: Human papilloma virus. Adolescents. Knowledge.
INTRODUCCIÓN
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) constituyen una de las patologías más comunes en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada 100 personas acude a consulta por lo menos una vez al año debido a una infección de transmisión sexual. En los países desarrollados, se encuentran entre las cinco de mayor importancia (1). Uno de los principales problemas de las ITS es que la mayoría de los portadores desconocen su existencia, por lo que una gran parte no se diagnostica (2).
La infección genital por virus de papiloma humano (VPH) se cataloga como una ITS. Aproximadamente 20 millones de americanos se encuentran infectados con VPH y al menos 50 % de hombres y mujeres sexualmente activos adquirirán infección genital por VPH en algún momento de sus vidas (3).
Asimismo, en Estados Unidos, se calcula que un 1 % de la población sexualmente activa tiene verrugas genitales, a consecuencia de la infección por VPH; un 4 % de la población podría tener lesiones por VPH si se evalúan mediante la colposcopia; cerca de un 10.% de la población sería VPH positivo aunque tendría una colposcopia negativa y, por último, un 60 % de la población podría tener anticuerpos detectables en su organismo que indicarían que en algún momento se han expuesto a algún tipo de VPH y se ha asociado a desarrollo de lesiones precancerosas y cáncer de cuello uterino muchos años después (4-6).
En mujeres jóvenes la frecuencia de infección con el VPH es muy alta: hasta un 50 % de las mujeres adolescentes y adultas jóvenes adquieren la infección por el VPH en los primeros 4-5 años de tener una vida sexual activa. De estas mujeres hasta un 25 % de las que se infectan por VPH desarrollan lesiones escamosas epiteliales de bajo grado. No obstante, en estas mujeres jóvenes el 90 %-95 % de las infecciones curan solas, sin ningún tratamiento. En mujeres jóvenes sexualmente activas la frecuencia de la infección por el VPH es tan alta que una persona puede infectarse, curarse de la infección y volverse a infectar por un nuevo tipo de VPH, que a su vez puede curar espontáneamente después de algún tiempo (7).
El VPH es un grupo de virus, de los cuales se han identificado más de 100 tipos, cerca de 40 son transmitidos sexualmente. El mismo produce infecciones de piel y afecta las mucosas del tracto anogenital, oral y respiratorio. En la piel, las lesiones más frecuentes son las verrugas cutáneas. Las lesiones anogenitales incluyen las verrugas genitales, que son formaciones carnosas con aspecto de coliflor que aparecen en las zonas húmedas de los genitales. Estas verrugas, por lo común, son causadas por los tipos VPH-6 y VPH-11. Estos tipos de VPH también pueden producir verrugas en el cuello del útero, en la vagina, la uretra y el ano. En la boca y garganta el VPH produce el papiloma oral y el papiloma laríngeo. También produce el papiloma de la conjuntiva del ojo y el nasal (8).
El VPH puede ser de bajo y alto riesgo, dependiendo de su probabilidad de inducir el desarrollo de cáncer. El VPH puede producir alteraciones del epitelio del cuello uterino, las cuales se han denominado médicamente como lesión intraepitelial escamosa (LIE), estas se consideran lesiones precancerosas (9).
El período de incubación es de 2 a 3 meses pero puede ser de años (5).
El inicio de las relaciones sexuales a edades tempranas, entre los 12 y 14 años, es un hecho que se ha venido observando progresivamente en la sociedad, sobre todo en los estudiantes del género masculino, lo que observó Dam (10) en 1998. Además, hubo un incremento de las relaciones sexuales a medida que aumentó la edad, con una frecuencia de 1 a 2 veces por mes. El uso de métodos de protección contra ITS es poco frecuente, de estos, el más utilizado es el condón masculino.
El desconocimiento de los adolescentes sobre las ITS es una realidad que preocupa y que ha sido descrita con anterioridad. En Toronto, un 87 % de los estudiantes afirmó no haber escuchado sobre el VPH y de las mujeres adolescentes que estaban informadas sobre el test de Papanicolaou, sólo un 39 % de las que tenían relaciones sexuales sabían que debían someterse a dicho examen. Además, erraron en la identificación de los factores de riesgo de las ITS (11).
Con respecto a otras investigaciones realizadas en este campo, en Maracaibo se hizo una en estudiantes de quinto año donde se encontró que el 38 % de la población era sexualmente activa y no utilizaba ningún tipo de protección. Sólo un 30 % tuvo conocimiento, pero éste fue insuficiente, sobre la prevención de las ITS (12).
En el Estado Anzoátegui, Torres de Bocaccini (13) encontró que un 47 % eran sexualmente activos; siendo la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales de 15 a 16 años, además, el conocimiento fue muy deficiente en cuanto al ejercicio de la función sexual.
Por su parte, Álvarez y col. (14) en Barquisimeto, hallaron que el conocimiento sobre infecciones de transmisión sexual era regular en un grupo de estudiantes del Ciclo Diversificado de la Unidad Educativa Domingo Hurtado.
De allí, la importancia de evaluar el conocimiento de la población con relación al tema, especialmente en los adolescentes, porque en los últimos años, se ha visto un incremento del inicio de la actividad sexual a edades tempranas, constituyéndose como un grupo de riesgo para las ITS (15). Se seleccionó para la investigación la población de estudiantes del primer año de enfermería de la Universidad de Carabobo con el objetivo de determinar el conocimiento sobre el VPH y realizar la distribución de los mismos según la edad, procedencia, ejercicio de la función sexual, número de parejas sexuales y determinar el conocimiento de VPH en relación con su existencia, forma de transmisión, consecuencias, órganos afectados y medidas de prevención.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo y transeccional (16). La población estuvo constituida por 180 estudiantes que se encontraban cursando el primer año de enfermería, de los cuales se seleccionó una muestra no probabilística previo consentimiento informado a 137 estudiantes en una universidad nacional (16).
La técnica empleada fue el interrogatorio indirecto un cuestionario (Anexo 1) diseñado por el grupo de investigación validado por expertos y con alta confiabilidad, siendo el alfa de Cronbach 0,768. El mismo constó de 15 preguntas con respuestas cerradas, las cuales estuvieron dirigidas a determinar el conocimiento de los interrogados acerca del VPH en relación con la existencia del virus, su forma de transmisión, consecuencias, órganos afectados y medidas de prevención. El conocimiento se determinó mediante una escala de valoración siendo distribuido en las siguientes categorías: insuficiente: si respondía correctamente de 1-3 preguntas; regular: si respondía correctamente 4-6; bueno: si fueron 7- 9 preguntas; muy bueno: si respondía de forma adecuada 10-12 preguntas y excelente: si respondía correctamente de 13-15.
Los datos se procesaron con el paquete estadístico Statistix 8.0. Se determinaron frecuencias absolutas y relativas, y medidas de tendencia central adecuadas al tipo de variable, presentando las mismas en tablas y gráficos. Se realizó prueba de Shapiro-Wilcoxon para constatar el ajuste de las variables numéricas a la distribución normal. Se utilizaron la prueba t de Student para comparación de medias de las puntuaciones, prueba de suma de rangos de Wilcoxon para comparar las medianas de la edad, comparación de proporciones, coeficiente de correlación por rangos de Spearman, así como Chi cuadrado y prueba exacta de Fisher para buscar asociación entre las variables cualitativas, con un 95 % de confianza (P < 0,05).
RESULTADOS
La mediana de la edad fue de 18 años y el intervalo intercuartil de 0,5 años, con un valor mínimo de 16 años y un valor máximo de 34 años. El 92 % de los estudiantes fueron del sexo femenino y 8 % del masculino, siendo el predominio del sexo femenino estadísticamente significativo (Z = 13,77; P = 0,0000) entre los integrantes de la muestra.
La mediana de edad de las mujeres (18,0 ± 0,5) no fue significativamente mayor que la de los hombres (19,0 ± 1,0), con P = 0,3142 para la prueba de suma de rangos de Wilcoxon.
Fue franco el predominio del Estado Carabobo (89,8 %, 123 estudiantes) como la procedencia más frecuente (Z = 13,05; P = 0,0000), seguido de 1,5 % (2) que procedían de Caracas, y de los estados Mérida, Yaracuy y Apure 0,7 % (1 estudiante por cada estado), el 6,6 % no respondió esta pregunta.
No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los porcentajes de sujetos que habían iniciado su sexualidad (41,6 %) y los que no lo habían hecho (50,36 %) siendo Z = 1,33 y P = 0,1824.
En relación con la pareja actual, no hubo diferencias estadísticamente significativas (Z = 0,12; P = 0, 5481) entre los sujetos que refirieron tenerla (48,2 %) y no tenerla (49,6 %).
La proporción de estudiantes que no refirió tener más de una pareja (87,6 %) fue significativamente mayor que la de los que sí la refirieron (9 de 137, 6,6 %), con Z = 13,31 y P = 0,0000. El 5,8 % no contestó esta interrogante. La distribución según sexo y número de parejas sexuales de los estudiantes se presenta en la Figura 1.
En cuanto al conocimiento sobre VPH, en el Cuadro 1 se presentan los resultados del cuestionario aplicado, destacando que 40,1 % tuvo un conocimiento muy bueno sobre el VPH, 39,4 % bueno; mientras 13,1 % tuvo un conocimiento excelente, sólo en un estudiante éste fue insuficiente.
Por lo menos el 50 % de los estudiados tuvo un conocimiento muy bueno o excelente sobre el VPH. Aquellos con un conocimiento muy bueno o excelente (53,29 %), no tuvieron un porcentaje significativamente mayor que quienes lo presentaron como bueno, regular o insuficiente (46,71 %), siendo Z = 0,97 y P = 0,1669 (Cuadro 1).
En relación con las calificaciones obtenidas en el cuestionario: la mínima fue de 1 punto, la máxima 15 puntos, 25 % de la muestra obtuvo 8 o menos, la mediana fue 10 puntos, el intervalo intercuartil 1,5 puntos y el 75 % obtuvo 11 puntos o menos.
No se detectó asociación estadísticamente significativa entre tener un conocimiento sobre VPH excelente o muy bueno y el sexo, con X2 = 0,01 y P = 0,93.
Al comparar las medias de la puntuación en el cuestionario según sexo, mujeres (9,75 ± 2,54) y hombres (9,64 ± 1,69), no se consiguieron diferencias estadísticamente significativas con la prueba t de Student, (T = 0,14; P = 0,8886).
Hubo una correlación muy débil y no estadística-mente significativa entre la edad y el conocimiento sobre VPH entre los integrantes de la muestra (rho = -0,06; P = 0,4886).
No hubo asociación estadísticamente significativa entre tener un conocimiento sobre VPH excelente o muy bueno y el inicio de la sexualidad, con X2 = 0,07 y P = 0,79; tampoco entre tener un conocimiento excelente o muy bueno y tener pareja actual, (X2 = 0,26 y P = 0,6108). No se detectó predominio de uno de los sexos al comparar el porcentaje de quienes habían iniciado la actividad sexual, entre los hombres (6 de 11, 54,54 %) y mujeres (51 de 126, 40,48 %) que respondieron a esa pregunta (Z = 0,59; P = 0,2779), ni asociación entre el sexo y haber iniciado la actividad sexual, (prueba exacta de Fisher: P = 0,2517).
Se presentó asociación estadísticamente significativa entre tener un conocimiento sobre VPH excelente o muy bueno y haber tenido más de una pareja sexual, con P = 0,0007 para la prueba exacta de Fisher (Cuadro 2).
Asimismo, se detectó asociación estadísticamente significativa entre el sexo y haber tenido más de una pareja sexual, con prueba exacta de Fisher: P = 0,000 (Cuadro 3). Fue significativamente mayor el porcentaje de hombres que habían tenido más de una pareja (3 de 11, 27,3 %) que el de mujeres que la habían tenido (6 de 118, 5,1 %), Z = 2,14; P = 0,016.
En el Cuadro 4 se presenta una síntesis de la asociación entre las variables epidemiológicas y el conocimiento sobre la infección por VPH en los individuos estudiados. Se consiguió asociación estadísticamente significativa entre el número de parejas sexuales y el conocimiento sobre VPH (X2 = 10,38, 4 grados de libertad, P = 0,0345).
DISCUSIÓN
La población femenina tuvo un predominio franco sobre el sexo masculino, lo cual podría explicarse debido a que los hombres tienen menos tendencia a cursar estudios de enfermería (17), esto constituye una limitante al momento de realizar comparación de los hallazgos de acuerdo al sexo.
La adolescencia media es un período que se caracteriza por la completa maduración sexual y manifestación de alta energía sexual con énfasis en el contacto físico y conducta sexual exploratoria (relaciones sexuales no planificadas), lo que apoya el hallazgo de que un gran porcentaje de los estudiantes ya habían tenido relaciones sexuales (41,6 %); aun cuando no hubo diferencias estadísticamente significativas entre un hecho y otro, esto concuerda con lo obtenido por Díaz (12); por su parte, Torres de Boccaccini (13) consigue porcentajes aún mayores de población sexualmente activa.
En cuanto al conocimiento sobre el VPH en este estudio, los porcentajes con un conocimiento muy bueno o excelente (53,29 %), superan a todos los que se señalan a continuación: Díaz (12) consiguió que solamente un 30 % de su población tenía conocimiento sobre las ITS. Álvarez y col. (14), reportaron que el resultado global de su trabajo, destinado a estudiar el conocimiento sobre sexualidad humana e ITS, ubicaron el más alto porcentaje de sus estudiantes en la categoría regular, siendo un 65,3 % y 57,24 % del sexo masculino y femenino respectivamente.
Por otra parte en un estudio realizado en Noruega se obtuvo que solamente 20 % de las mujeres habían oído hablar del VPH antes de ser incluídas en el trabajo, respondiendo correctamente solo 15 % de las preguntas sobre relaciones causales entre VPH, cáncer cervical y verrugas genitales (18). Mientras, en la Universidad de Vermont Estados Unidos, se encontró que menos del 60 % respondieron correctamente las preguntas de conocimiento básico sobre VPH (19).
En Suecia un estudio longitudinal realizado en mujeres jóvenes 16-23 años, acerca del conocimiento sobre la prevención de ITS; obtuvo que las respuestas correctas variaban entre el 44 % y el 64 %, siendo menor el conocimiento sobre VPH y el herpes que sobre la Chlamydia (20).
Otra investigación realizada en una escuela secundaria de Carolina del Norte para determinar el conocimiento en relación con el VPH, señaló que 87 % de la población estudiada no había oído hablar del VPH; demostrando ambos géneros mayor conocimiento sobre el virus de inmunodeficiencia humana (21).
Otro estudio en Cincinnati, determinó el conocimiento de los adolescentes acerca del VPH y de la displasia cervical (DC), encontrándose que en promedio, respondieron correctamente el 86 % de las preguntas, siendo estos valores los más cercanos a los obtenidos en esta investigación (22).
Igual a lo señalado por Gerhardt y col. (18) entre mujeres noruegas jóvenes, no hubo asociación estadísticamente significativa entre el conocimiento sobre VPH y la edad, haber iniciado la actividad sexual, y tener pareja actual; partes estas del comportamiento sexual de los adolescentes.
Para concluir se puede afirmar que de la muestra estudiada más de la mitad de las mujeres tuvo un conocimiento sobre VPH muy bueno o excelente, estando el conocimiento significativamente asociado a un ejercicio responsable de la sexualidad en ambos géneros.
Se recomienda concientizar a la comunidad sobre las repercusiones que conllevan las ITS, así como de su prevención mediante una sexualidad responsable, a través de la realización de charlas donde se promocione y fomente la salud con el objeto de otorgar mayor importancia a la educación sexual en los adolescentes cualquiera sea su nivel de instrucción.
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