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Gaceta Médica de Caracas
Print version ISSN 0367-4762
Gac Méd Caracas vol.109 no.3 Caracas Mar. 2001
El Paraninfo del Palacio de las Academias, Personajes.
Dr. Leopoldo Briceño Iragorry, hijo
Individuo de Número
Dedicado a mi padre Dr. Leopoldo Briceño Iragorry
Presentado en la Academia en su sesión del 20 de septiembre de 2001.
RESUMEN
La historia del Palacio de las Academias se remonta en la historia a 1577, con la llegada de los franciscanos y el inicio de la construcción en algún sitio, de seguro que no el actual. Hacia 1684-87 es en realidad la fecha de inicio de la construcción del convento, que funcionó como tal hasta 1821 que por supresión de los mismos pasó a ser hasta cuartel y hospital.
En 1856 la Universidad se traslada al antiguo convento, siendo modificado por orden de Guzmán Blanco.
Primero fue Seminario de Caracas y después el monarca Felipe V en real cédula en Lerma en 1721 decretó la Universidad y luego Inocencio XIII le otorgó el carácter de Pontificia en 1722.
El Paraninfo fue inaugurado en 1876; este suntuoso salón ocupa el lado norte del Palacio en su primer piso y en la actualidad posee 21 retratos y dos bustos, el de Guzmán colocado en la inauguración desapareció.
Se hace una descripción de las personalidades representadas en dichos retratos y bustos.
Palabras clave: Palacio. Universidad. Paraninfo. Retratos. Bustos.
El edificio Palacio de las Academias (1) se remonta en la historia a 1577, con la llegada de los frailes franciscanos a Caracas acompañantes del Gobernador Don Juan de Pimentel, quien señaló a Fray Alonso Vidal para el inicio de las construc ciones del convento, seguramente no en el sitio actual. Hacia 1684-87 se da comienzo a las construcciones del Convento de San Francisco en el actual sitio ocupado por el Palacio de las Academias. Allí se dictaron cursos de primeras letras, gramática, filosofía y teología.
Por ley de 1821 fueron suprimidos todos los conventos de la Gran Colombia. De allí que fuera posteriormente sede de diversas instituciones, inclusive de cuartel y de hospital. Para el año 1838 funcionó en su recinto la Dirección General de Instrucción y el "Colegio de la Independencia"; luego las Cámaras Legislativas lo ocuparon desde 1844 a 1873, oportunidad en que se trasladan al recién construido Capitolio Federal.
En 1856 la Universidad de Caracas que venía ocupando su primitivo edificio de la esquina de Las Monjas se traslada al antiguo Convento. Guzmán Blanco hace modificar su fachada colonial, deliciosa, según decir de Carlos Raúl Villanueva y, desde entonces exhibe la de estilo gótico con que la conocemos en nuestros días. Se hicieron reparaciones y modificaciones externas; se construyó en el piso alto, fachada norte, su salón principal, actual Paraninfo.
Los días 29 y 30 de julio de 1883 conforme al programa "Venezuela al Libertador en su Centenario", se inauguraron las estatuas de Vargas y Cagigal (Cajigal) en los patios norte y sur respectivamente. Ambas fueron donadas por Guzmán Blanco a instancias del licenciado Aveledo.
Durante 1930 se modificó la fachada sur del edificio en ocasión del primer centenario de la muerte del Libertador. Era abierta, con escalinatas para alcanzar la acera y en su centro existió una estatua de Bolívar, cuyo paradero se desconoce.
Después del traslado de la Universidad en 1952 a las nuevas instalaciones, el edificio fue destinado a sede de las Academias Nacionales y el 6 de abril de 1965 fue declarado Monumento Nacional.
Historia de la Universidad Central (2,3)
Durante todo el período colonial, Venezuela contó con una sola Universidad, la Real y Pontificia Universidad de Caracas, fundada por el Rey Felipe V el 22 de diciembre de 1721. La célula básica que dio origen a la Universidad caraqueña fue el Colegio Seminario de Santa Rosa fundado por el obispo peruano fray Antonio González de Acuña en 1673. Otro prelado, Diego de Baños y Sotomayor, continuó la obra y amplió la fábrica del colegio, creó nuevas cátedras y redactó constituciones o estatutos para su gobierno y funcionamiento; inauguró oficialmente el colegio el 29 de agosto de 1696, víspera de su patrona Santa Rosa de Lima.
Venezuela no podía contentarse con un Colegio Seminario en Caracas. Ambicionaba una universidad para que los estudiantes no viajaran a Bogotá, Santo Domingo o México a concluir sus estudios y obtener el doctorado. No siempre salían embarcaciones de La Guaira para estos alejados lugares y el viaje por tierra a Bogotá constituía una verdadera proeza, además de las fuertes sumas de dinero que debían gastar los estudiantes para cubrir el pasaje y pagar los derechos al título universitario. En México, señalaban los estudiantes, la Universidad cobraba 1.000 pesos por extender el diploma doctoral y, en Santo Domingo y Bogotá, el desembolso era casi igual. De manera que, por estas razones, la enseñanza universitaria quedaba reservada a los hijos de las familias muy pudientes. Sin desalentarse porque la corona llevaba 30 años aplazando el proyecto de crear una universidad en Caracas, los vecinos organizaron una suscripción pública para recabar fondos y activar las diligencias en la corte de Madrid. El propio rector del Seminario, Francisco Martínez de Porras, donó 2 fanegas de cacao, el marqués de Mijares 25 pesos, igual cantidad ofreció el marqués del Valle de Santiago y otros moradores contribuyeron con mulas y dinero en efectivo hasta reunir la cantidad de 1.498 pesos. Aparte de estas actividades, el obispo Juan José de Escalona y Calatayud, los alcaldes del cabildo de Caracas y los canónigos de la catedral, escribieron al rey para solicitar de nuevo la fundación de dicha casa de estudios. Las gestiones alcanzaron pleno éxito, pues el monarca Felipe V, en real cédula fechada en Lerma el 22 de diciembre de 1721, decretó la creación de la universidad. Más tarde, el Papa Inocencio XIII le otorgó el carácter de Pontificia por el Breve Apostólico Inescrutabili Divinae Sapientiae sique Bonitatis arcano del año 1722. La inauguración oficial de la Universidad no se llevó a cabo hasta el 9 de agosto de 1725.
La Universidad se inclinaba fundamentalmente a defender los fueros y regalías del rey, velar por la pureza de la religión católica y formar profesionales (teólogos, canonistas, juristas y médicos) útiles al Estado y a la Iglesia. La Universidad se denominaba Real y Pontificia, por estar bajo la tutela y protección del Monarca y del Sumo Pontífice. Para ser admitido como alumno, se requería presentar un testimonio de vita et moribus, es decir, una relación detallada de "vida y buenas costumbres". Con el auxilio de testigos y documentos, el aspirante demostraba que era "persona blanca", hijo de "legítimo matrimonio", descendiente de cristianos viejos "limpios de toda mala raza". Se excluía de la comunidad universitaria a los negros, zambos y mulatos y a quienes habían tenido en su familia alguna infamia, por razón de un penitenciado por la Inquisición o "alguna nota pública inmoral". Además, el estudiante debía gozar de buena posición económica, pues la universidad exigía fuertes cantidades de dinero para conferir los títulos académicos.
Un verdadero espectáculo público, lleno de colorido, constituía el conferimiento de un título de doctor. La ciudad entera estaba pendiente de la fecha del grado, pues en tal ocasión, el doctorando se exhibía por las calles con una larga comitiva de profesores que iban a caballo, junto con un grupo de músicos con trompetas, tambores, clarines y chirimías. El doctorando cabalgaba muy ufano, al son de la música, luciendo sobre los hombros una fina muceta. El bonete se colgaba de una vara, que, con tal fin, se tenía prevenida por uno de los doctores acompañantes. El grado se solía conferir en la capilla universitaria donde el doctorando prestaba el juramento de defender la doctrina de la Inmaculada Concepción y obedecer a los rectores de la uni versidad. Allí recibía también las insignias doctorales que encerraban un hondo significado: la imposición del bonete anunciaba a todos que era nuevo doctor; el libro indicaba que tenía que transmitir la ense ñanza, tanto a los seglares como a los religiosos, el anillo era señal de que había realizado esponsales con la sabiduría y debía guardarle fidelidad, como si fuera su legítima esposa; y el ósculo de paz significaba que debía cultivar la fraternidad entre sus colegas. A veces, se realizaba un acto llamado "vejamen" que consistía en la recitación de un poema humorístico alusivo al nuevo doctor donde se le hacían ciertas críticas; un amigo o colega era el encargado de redactarlo.
Ya en los últimos años del siglo XVIII, la Universidad de Caracas comienza a "vestirse a la moderna", gracias a Baltasar de los Reyes Marrero, quien inicia la enseñanza de la filosofía racionalista de Locke, Newton, Spinoza, Leibnitz, Descartes y otros pensadores. Desde ese momento, los alumnos y profesores rechazan los postulados de las obras de Aristóteles, Santo Tomás, Justiniano y algún otro.
Después de la Guerra de la Independencia, la vieja universidad colonial, elitesca y fundamen talmente eclesiástica, será reemplazada por la universidad republicana, más abierta, dinámica, tolerante y científica. Durante el primer semestre de 1827, Simón Bolívar prepara, en Caracas, la reforma de la institución universitaria, lo cual realiza con la asesoría de 2 egresados de la Universidad colonial, el médico José María Vargas y el letrado José Rafael Revenga. Como resultado, el Libertador promulga, el 24 de junio, un decreto que la reorganiza sobre bases acordes con el nuevo sistema republicano, dejando de ser, definitivamente, Real y Pontificia para convertirse en la Universidad Central de Venezuela, aun cuando ya llevaba ese título desde l826 cuando el gobierno de la Gran Colombia había reestructurado la enseñanza superior. El decreto de Bolívar, en gran parte redactado por Vargas, además de establecer los planes de estudio para las diversas facultades y señalar normas muy detalladas para todos los aspectos de la vida universitaria, determinaba las rentas propias que debían servir de sustento económico a la institución, consistente en propiedades territoriales como las haciendas de "Chuao", "Cata", "Tácata".
El Paraninfo (1)
Este suntuoso salón ocupa el lado norte del palacio en su primer piso. Tiene un área formada por 32,86 m de largo por 6,22 m de ancho; estilo gótico con 10 ventanales ojivales hacia el norte y cuatro puertas al sur. Mobiliario neogótico, tres mesas centrales, hermosa tribuna barroca y, hacia el este, el directorio o presidium con mesa y sillones apropiados debajo de un espléndido dosel. Bellas lámparas iluminan el salón.
Este paraninfo fue inaugurado el 3 de diciembre de 1876. El periódico "La Opinión Nacional" al relatar el hecho en su edición del día 1 de ese mes y año expresa "El domingo próximo habrá una fiesta en la Universidad Central. Ese día se colocará en el gran salón del soberbio edificio de ese sabio Instituto el retrato del Ilustre Americano (...) ese día se inaugurará el Salón Universitario, decorado y amueblado con lujo nunca visto en este país, y tal vez en ninguno de la América del Sur". En su edición del día 2 de diciembre el mismo periódico comenta "Los muebles son lujosísimos, todos de estilo gótico de madera negra, con tallados magníficos y forrados en damasco encarnado". Sucedida su inauguración afirma en su edición del 4 de diciembre del año citado: "Riqueza y elegancia el espléndido y dilatado salón que, además de las bellezas de sus exornaciones arquitectónicas, todo de oro finísimo, ostentaba el deslumbrador moblaje con lo que ha dotado la largueza de su Regenerador. Madera de rosa, terciopelo rojo de primera clase en los asientos, cortinaje y dosel; soberbios cordones de seda colocados en estas dos últimas ornamentaciones, magnifica alfombra (...)".
En dicho acto fue conferido a Guzmán Blanco el grado de Doctor en Ciencias Políticas, ya era licenciado. El rector de la Universidad, Dr. Pedro Medina, antes de dar comienzo a su discurso inaugural dijo: "en virtud de los poderes de que estoy revestido como rector de esta ilustre universidad declaro inaugurado este salón con el nombre de "Guzmán Blanco (...)".
En la actualidad el paraninfo posee 21 retratos y dos bustos. El de Guzmán desapareció, probablemente cuando la reacción antiguzmancista de 1888 y el gran salón pasó a llamarse en lo sucesivo: paraninfo. Al inaugurarse sólo contaba con seis retratos de los actuales: Bolívar, Vargas, Felipe V, Inocencio XIII, Juan Escalona y Francisco Ibarra. Los restantes se han colocado posteriormente en fechas que no han podido ser precisadas para muchos de ellos.
Los retratos y bustos están distribuidos así: en el lado este y flanqueando el dosel, colocados detrás del sitial reservado al directorio, hay dos; en el lado norte, además de la tribuna, hay seis retratos y dos bustos; en el lado oeste hay tres retratos y, en el lado sur, diez retratos.
Trataremos de hacer una breve descripción de las personalidades representadas en dichos retratos y bustos (4).
Ocupa el sitio de honor, a la derecha del dosel, la figura máxima de nuestra nacionalidad, consagrado como el Libertador Simón Bolívar.
Figura 1. Simón Bolívar (pintado por Tovar y Tovar en 1875).
Nº 1. Fray Alfonso Gonzalez y Acuña, 1620-1682.
Nacido en Lima 1620, muere en Trujillo (Edo. Trujillo) el 22.2.1682. Dominico Obispo de la Diócesis de Caracas (1673-1682), escritor. Fundador del Colegio Seminario de Santa Rosa. Antes había sido procurador de la Provincia de Lima y de la Universidad de San Marcos (Madrid). Promotor de la beatificación de Santa Rosa de Lima, publicó en francés la vida de esta santa. Por muerte del obispo de Caracas fray Alonso Briceño, Carlos III lo presenta ante el Papa para ese obispado y las bulas con tal designación son despachadas por el Papa Clemente X en noviembre de 1670 y llega a La Guaira en septiembre de 1673. Adquiere un inmueble y abre el mencionado seminario y dona para su funcionamiento una biblioteca de 2000 ejemplares. Realiza mejoras en Caracas aportándola de murallas y fortificaciones a La Guaira. Provee un sistema de cañerías de agua a la capital, prohibe el uso del tabaco en las iglesias y lugares sagrados.
Luego va a Coro en 1677, donde erige un hospital; a Maracaibo y luego a Trujillo donde construye la ermita del hospital (hoy iglesia de la Chiquinquirá) y muere de erisipela en 1682.
Figura 2. Retrato eclesiástico de Ángelo Barabino 1929, copia del original atribuido a Fray Fernando de la Concepción, finales del siglo XVIII. Palacio Arzobispal de Caracas.
Nº 2. Inocencio XIII, 1655-1724.
Papa desde 1721 hasta 1724. Por el Breve Apostólico Inescrustabili Divinae Sapientiae sique Bonitatis arcano elevó al rango de Pontificia a la Real Universidad de Caracas el 18 de diciembre de 1722. En 1728 se fundó la muy Ilustre Real y Pontifica Universidad de San Jerónimo en el Convento de los Dominicos en Cuba.
Figura 3. Inocencio XIII. (Retrato eclesiástico de autor no identificado).
N° 3. Dr. Don Francisco de Ibarra, 1726-1806 (5).
Nacido en Guacara muere en Caracas; sacerdote. Rector de la Universidad de Caracas (1754-1758). Obispo de Guayana, Arzobispo de Caracas en 1804, por bula en diciembre por el Papa Pío VII, primero para Obispo en 1798 y luego elevado al máximo cargo; fue el primer sacerdote venezolano con esta distinción. Bajo su rectorado se funda la primera cátedra de medicina por Lorenzo Campins y Ballester.
Sus restos reposan en el Panteón Nacional.
Figura 4. Don Francisco de Ibarra (Retrato, oleo/tela por José de la Merced Rada 1830).
N° 4. Juan José de Escalona y Calatayud (1667- 1737).
Nacido en La Rioja fue decimoséptimo obispo de Caracas en 1718 por bulas de Inocencio XIII; no se encargó del puesto sino hasta 1719 e inmediatamente inició gestiones para la transformación del Colegio Seminario en Universidad en 1722, como hemos mencionado, por real cédula de Felipe V y que fue efectiva en agosto de 1725. Redactó y remitió a la Corona un proyecto de constituciones para regir dicha universidad, las cuales duraron hasta 1827 cuando Bolívar las modificó. Dio posesión del cargo de rector al Doctor Don Francisco Martínez de Porras, primero que lo desempeñara en su ya dilatada historia. Murió en México en 1737.
Figura 5. Juan José de Escalona y Calatayud (Oleo/tela José de la Merced Rada 1844, retrato eclesiástico, Iconografía: Nos El Illmo. SDD Juan Joseph de Escalona y Calatayud).
N° 5. Felipe V, 1683-1746.
Rey de España, primero de la Casa de los Borbones, nacido francés en Versalles, Felipe de Anjou era nieto de Maria Teresa de Austria (hermana de Carlos II rey de España) y de Luis XIV de Francia; fue proclamado rey de Castilla y de Aragón y jurado como rey en 1701 a falta de descendencia directa del rey Carlos II. Erige por el edicto de Lerma, fechado el 22 de diciembre de 1721, a la categoría de Real Universidad de Caracas al anterior Colegio de Santa Rosa de Caracas. Este tenía el nombre oficial de Colegio Seminario de Santiago de León de Caracas. Este nombramiento le confiere una categoría semejante o equivalente a la Universidad Real de Santo Domingo.
Figura 6. Felipe V (Retrato de autor desconocido).
N° 6. Ilmo. Diego de Baños y Sotomayor, 1637-1706.
Nació en Lima en 1637 y fue decimoquinto Obispo de Venezuela en 1683 por bulas de Inocencio XIII y su gobernante desde el 12 de agosto de 1684. Le tocó terminar e inaugurar el "Magnifico y Real Seminario Colegio de Santa Rosa de Santa Maria de Lima de Caracas", el 29 de agosto de 1686. El texto versa así: "al inaugurarse el Seminario, fundado por Fr. Antonio González Acuña unos años antes, los dominicos de San Jacinto estarán presentes en las solemnidades organizadas en la ciudad de Santiago de León de Caracas, a los veintinueve días del mes de agosto de mil seiscientos noventa y seis años, como a las cuatro y media de la tarde, en el Palacio Episcopal el Ilustrísimo Don Diego de Baños y Sotomayor Obispo de este Obispado de Venezuela y Caracas... el Maestro Fray Antonio de Sampayo... y otros".
Cuando en 1684 se encarga del gobierno, el cabildo de esta ciudad acordó comprar una casa que fuera sede del Palacio Arzobispal y residencia del obispo; situada en la plaza mayor es el actual Palacio Arzobispal. Erigió la iglesia de Santa Rosalía. Murió en Caracas en 1706.
Figura 7. Ilmo. Diego de Baños y Sotomayor (Retrato, autor Ángelo Barabino, 1929. madera policromada, s. XVIII, Iconografía: "Fundó estudios mayores (...) Dio definitiva organización en 1696", oleo/tela).
N° 7. Luis Razetti, 1862-1932.
Nació en Caracas el 10 de septiembre de 1862. Doctor en Ciencias Médicas en 1884, cirujano, clínico, filósofo, naturalista, escritor, polemista. Gran reformador de los estudios médicos a fines del siglo XIX; de la escuela positivista, gran defensor del evolucionismo. Publicó numerosos trabajos y fue abanderado en la lucha por el progreso de la higiene y de la moral médica, insigne maestro, fundador de la Academia Nacional de Medicina de la que fue su secretario perpetuo. Murió el 14 de mayo de 1932, sus restos reposan en el Panteón Nacional desde 1982.
Figura 8. Luis Razetti (Retrato de Emilio J Mauri, 1907).
N° 8. Francisco de Miranda, 1750-1816.
Nació en Caracas el 28 de marzo. Estudió en su Real y Pontificia Universidad. En 1771 viajó a España e ingresó al servicio del rey como capitán el año de 1772; hizo campaña militar en África, en 1780 sale para América con tropas españolas. Participó en el sitio de Pensacola (Estados Unidos) y fue ascendido a teniente coronel. En 1784 viaja a Londres y recorre varios países europeos; llega a París en 1789 y actúa en el ejército del norte con Dumouriez en 1792, es ascendido en la Convención Nacional al grado de general. Regresa a Londres en 1798 y emprende la lucha por la libertad de América. A finales de 1805 viaja a Norte América, obtiene ayuda, y el 2 de febrero de 1806 embarca en el "Leandro" hacia las costas de Venezuela; es rechazado y retorna a Londres. Allí recibe a los delegados venezolanos, Bolívar, López Méndez y Bello, enviados en 1810; regresa a Venezuela y firma el Acta de la Independencia. Después de la caída de la Primera República cae prisionero y es enviado a la cárcel de La Carraca en Cádiz (España), donde muere el 14 de julio de 1816. En su testamento de 1805 dispuso la donación de sus libros y papeles a la Universidad de Caracas. Sus archivos fueron adquiridos por el gobierno nacional y fueron publicados en 1950, año del bicentenario de su natalicio.
Figura 9. Francisco de Miranda (El retrato, ejecutado por Mauri, representa la muerte de Miranda en La Carraca, 1896).
N° 9. José Gregorio Hernández, 1864-1919.
Nació en Libertad (hoy Isnotú), Estado Trujillo, el 26 de octubre. Doctor en Ciencias Médicas en 1888. Hizo un viaje de estudios por Europa. El 6 de noviembre de 1891 instala la Cátedra de Fisiología Experimental, Bacteriología e Histología, fecha ésta que señala el resurgimiento de la medicina nacional. Fue apóstol de la medicina, investigador, filósofo y maestro excepcional; intensa vida religiosa y ferviente creyente, su causa de canonización por la Iglesia Católica se ventila desde hace varios años en el Vaticano. Ocupó el Sillón XXVIII como Individuo de Numero y fundador de la Academia Nacional de Medicina. Murió el 29 de junio.
Figura 10. José Gregorio Hernández. El retrato fue inaugurado en 1936. Autor Jean D´Augine, oleo/tela.
N° 10. Anibal Dominici, 1837-1888.
Nació en Barcelona (Edo. Anzoátegui). Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Caracas en 1859. Hijo del inmigrante corso Santos Dominici. En Carúpano funda y dirige los periódicos El Noticiero y El Bien Público (1876-1881). Tiene durante su vida numerosas actuaciones administrativas: consejo de administración, fiscal general de Hacienda, administrador de la aduana de Puerto Cabello, ministro de fomento, todo esto en el periodo de Guzmán Blanco. Miembro fundador de la Academia Venezolana de la Lengua; presidente de la Corte de Casación; rector de la Universidad Central de Venezuela (1884-1886) y reelecto en noviembre de 1887 ejerciéndola hasta su muerte en octubre de 1888. Publicó numerosos trabajos sobre historia, literatura y los libros: "Comentarios al Código Civil" y "Tratado de Derecho Comercial".
Figura 11. Aníbal Dominici (Retrato de Gabriel DÈmpaire, copia de Rivero Sanavria, 1915).
N° 11. Elías Rodríguez López, 1818-1895.
Nació en Caracas. Doctor en Medicina y Agrimensor; literato y lingüista. Profesor de Cirugía, Materia Médica, Medicina Legal, Terapéutica y Toxicología en la Universidad Central de Venezuela. Fue su rector en 1890 y reelecto en julio de 1894. Murió en Caracas el 13 de mayo de 1895.
Figura 12. Elías Rodríguez López (El retrato fue pintado por Arturo Michelena en 1896.)
N° 12. Agustín Aveledo, 1837-1926.
Graduado de ingeniero en la Academia de Matemáticas en 1855 y de doctor en Filosofía en 1880 en la Universidad Central de Venezuela. Consagrado a la docencia desde los 22 años, fundó el colegio Santa María en 1859. Profesor en la Escuela de Ingeniería de la que fue su director en 1903, fundó la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales en 1968. Junto a Adolfo Ernst y Manuel Vicente Díaz participó en excursiones científicas a la silla de Caracas y el pico Naiguatá, del cual determinó su altura (2782 m). Presidió el Colegio de Ingenieros varias veces. Uno de los más distinguidos profesores de su época, pedagogo, se le conocía con el nombre de "Licenciado Aveledo"; tiene una estatua en su honor en la plaza contigua a la iglesia de Nuestra Señora de la Merced en Caracas.
Figura 13. Agustín Aveledo (Retrato de Antonio Esteban Frías, 1930).
N° 13. Miguel José Sanz, 1756-1814.
Nació en Valencia. Estudió en la Real y Pontificia Universidad de Caracas y obtuvo el grado de abogado. Fue profesor de Derecho Civil; fundador del Colegio de Abogados en 1790. Fue de los consejeros en la fundación de la Junta Patriótica que se instalaría en 1810. Expulsado a Puerto Rico, a su regreso es nombrado, junto a Antonio Nicolás Briceño, secretario del congreso de 1811. Vicepresidente de la cámara de representantes en 1812 se opuso a la Capitulación de Miranda. Pronuncia en el congreso su célebre discurso a favor del perdón de los implicados en la rebelión de Valencia. Prisionero a la caída de la Primera Republica es libertado en 1813. A la pérdida de la batalla de "La Puerta", 1814, emigró a oriente y pierde los originales de una Historia de Venezuela que escribía. A raíz de la batalla de "Urica" es pasado a cuchillo por las hordas de Morales el 1° de diciembre de 1814 en Maturín, donde se hallaba como consejero de Ribas. De él dijo Humboldt: "Puede hacerse un viaje a tierra firme para conocer y tratar un licenciado: Miguel José Sanz", Fue sabio, legislador, filósofo, orador, poeta, publicista y patriota. Se le llamó: "Licurgo de Venezuela".
Figura 14. Miguel José Sanz (Retrato por Gabriel D´Empaire, óleo/tela 1915).
N° 14. Don Andrés Bello López, 1781-1865.
Hijo de Bartolomé Bello y Ana Antonia López, nació en Caracas el 29 de noviembre. De niño inicia estudios bajo la dirección del fraile Cristóbal de Quesada, cursa Gramática, Latín y Literatura. En 1795 ingresa en la Universidad de Caracas y se recibe en 1800 como bachiller en filosofía y se inscribe en los cursos de medicina y derecho. Muy joven da clases a Simón Bolívar. En 1802 es nombrado por concurso oficial segundo en la Secretaria de la Capitanía General. En 1810 integra una misión especial ante la corte de Inglaterra junto con Bolívar y López Méndez, enviados por esta para iniciar nuestra Independencia. Permaneció varios años en Londres y trabaja activamente en "El censor americano" y fundó "La biblioteca americana" y "El repertorio americano", el cual sirvió para recoger su famosa publicación "Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida". En 1829 viaja a Chile en donde se dedicó a la enseñanza privada y llegó a ser secretario y consultor en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Publica: "Principios de Derecho de Gentes", "Principios de Derecho Internacional", el "Código Civil" y su "Gramática Castellana", su obra cumbre. El 17 de septiembre de 1843, al fundarse la Universidad de Chile, es designado como su primer Rector y luego fue designado su rector vitalicio, así como senador vitalicio de la República Chilena. Falleció en Santiago de Chile el 15 de octubre de 1865.
Figura 15. Don Andrés Bello López. (Retrato de autor desconocido).
N° 15. Alejandro de Humboldt, 1769-1859.
Nació el 14 de septiembre de 1769 y estudió en las Universidades de Frankfurt y Gotinga. Sabio naturalista alemán, explorador; arriba a Cumaná el 16 de julio de 1799, visita Caripe y la Cueva del Guácharo, de la cual hace la primera descripción. Estudia el Valle de Caracas y realizó la primera ascensión del cerro El Ávila. El 7 de febrero de 1800 sale de Caracas para los llanos del Guárico y Apure. Recorre el Orinoco y el Amazonas llegando hasta el Río Negro. Regresa a Barcelona, de donde parte para Cuba, Colombia, Ecuador, Perú y México. Publica su famoso libro "Viaje a las regiones equinocciales" en el cual cuenta de sus observaciones geográficas, metereológicas, sismológicas y colecciona 5800 especies de plantas desconocidas para ese entonces. Entre sus libros destaca "Cosmos", una descripción física del mundo para esa época.
Figura 16. Alejandro de Humboldt (Retrato de Emil Muller, copia de FG Weitsch, 1806).
Nª 16. Adolfo Ernst, 1832-1899 (6).
Nació en Primkenan (Alemania) el 6 de octubre de 1832. Llegó a Venezuela el 2 de diciembre de 1861 como profesor de idiomas. Muy pronto desarrolló inmensa obra y dio impulso a la Biblioteca Nacional; creó el Museo Nacional y fundó la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales en 1867. En 1874 estableció la cátedra de Historia Natural en la Universidad Central de Venezuela, La obra de Ernst comprende un vasto campo en la botánica, zoología, etnografía, antropología, geografía, mineralogía, meteorología y sismología. Contribuyó con numerosos trabajos, discursos y libros de texto a la cultura nacional. Organizó varias exposiciones nacionales y sus trabajos fueron publicados en el país y en el extranjero. Junto con Villavicencio fue de los fundadores de la escuela positivista en Venezuela. Murió en Caracas el 11 de agosto del año 1899.
Figura 17. Adolfo Ernst (Retrato de Tito Salas, 1928).
Nª 17. Manuel María Urbaneja, 1814-1897.
Nació en Caracas el 11 de enero de 1814 y durante el mismo año su familia emigra junto a otras familias patricias al oriente de la república. En el año 1837 recibe el grado de teniente de ingenieros graduándose también en la primera promoción de la Academia de Matemáticas de Caracas y posteriormente el grado de doctor en Jurisprudencia en 1864. Profesor de matemáticas en la Academia Militar y en la Universidad Central de Venezuela. Civilizador, maestro, latinista, "robusta lumbrera de las ciencias matemáticas". Tradujo del francés numerosas obras y se señalaba que poseía además "... muchas notas y observaciones inéditas sobre geometría analítica y descriptiva de Zorraquín y sobre el cálculo integral y diferencial... ". Murió el 15 de mayo de 1897.
Figura 18. Manuel María Urbaneja (Retrato de Carlos Rivero Sanabria, 1914, fue colocado con discurso homenaje del Dr. Jesús Muñoz Tebar).
Nª 18. Pintura de Juan Lovera, 1836.
Representa el acto de graduación del Dr. José María Vargas (Aparece recibiendo las proposiciones académicas de manos del presbítero Manuel María Espinosa, que este habría de presentar en su "último acto literario del curso filosófico").
Figura 19. Pintura de Juan Lovera.
Nª 19. Carlos III, Rey de España, 1716-1788 (7).
Por Real Cédula fechada el 8 de septiembre de 1777 en San Ildefonso ordena separar las provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo e Islas de Margarita y Trinidad y agregarlas a la Provincia de Venezuela, formándose así el conjunto armonioso de la actual Venezuela. Igualmente, por Real Cédula fechada en San Lorenzo el 4 de octubre de 1784, estableció que el rector de la Real y Pontificia Universidad de Caracas fuera electo por el claustro pleno y no por el obispo, e inició así la actual autonomía universitaria.
Figura 20. Carlos III (Retrato de autor no identificado, copia del original de Antón Rafael Mengs, 1761, Museo del Prado, Madrid, colocado en acto solemne en 1977, discurso de Arturo Uslar Pietri).
Nº 20. José María Vargas, 1786-1854.
Nació en la Guaira el 10 de marzo de 1876. Doctor en Ciencias Médicas en 1806. Ejerció la profesión en Cumaná donde se encontraba el año de 1810 y se unió al movimiento de Independencia. A la caída de la Primera República viaja a Inglaterra donde realiza estudios de medicina, cirugía y ciencias naturales. Rector de la Universidad de Caracas en enero de 1827, después de las reformas que el Libertador formulara para dicha casa de estudios. Fundó las cátedras de anatomía, cirugía y partos y de química. Fue el gran reformador y dio impulso a los estudios médicos. Presidente de la República en 1835, fue derrocado por una revolución; reestablecido el orden constitucional se reincorpora y renuncia el año 36 al no estar de acuerdo con las intrigas políticas. Se dedica a la enseñanza, fue presidente de la Facultad Médica. Las ciencias naturales, química, mineralogía y botánica, se inician con Vargas; hizo uno de los primeros estudios sobre nuestro petróleo. Ciudadano ejemplar. "Espejo de Justicia" y paradigma permanente de rectitud y bondad. Murió en New York el 13 de junio de 1854.
Figura 21. José María Vargas (Retrato de Martín Tovar y Tovar, 1875).
BUSTOS
Calixto González, 1816-1900.
Médico y profesor universitario, graduado en 1841. Alumno de Vargas. Enseña Latín, Filosofía y Anatomía en Cumaná; luego del terremoto de 1853 regresa a Caracas y dicta las cátedras de higiene y filosofía en la Universidad Central de Venezuela, introduce el uso del microscopio, vicerrector de la universidad en 1860, presidente de la Facultad Médica cuando establece la profilaxis y tratamiento del cólera y fiebre amarilla. Formó parte de la comisión inspectora en la construcción del Hospital Vargas y maestro de Razetti.
Figura 22. Calixto González (Escultura por Achille Canessa, 1901).
José Cecilio Avila, 1786-1833.
Nació en Pedernales, Estado Carabobo, sacerdote y filósofo. Doctor en teología, catedrático y periodista. Rector de la universidad de Caracas en 1825. Inscrito en la universidad en teología y jurisprudencia; recibe su primera tonsura en 1806 y en 1810 el grado de bachiller en ciencias eclesiásticas, las órdenes menores y el subdiaconato, sacerdote en 1811, doctor en teología en 1814. Se desempeñó como rector del Seminario Tridentino durante la época de la Guerra a Muerte siendo muy ecuánime. Orador. En 1825 le recordó a Bolívar las necesidades de la universidad. Muere el 25 de febrero de 1833. Sus restos fueron enterrados en el presbiterio de las monjas de la Inmaculada Concepción, situado donde es hoy el Capitolio Federal.
Figura 23. José Cecilio Avila (Busto de autor anónimo).
Santo Tomás de Aquino, 1225-1274 (8).
Nació en Roccaseca (Italia) en el año de 1225; hijo de los condes de Aquino, recibe educación religiosa y científica en Montecasino y luego en Nápoles; a sus dieciséis años frecuentó la comunidad de los hermanos predicadores e ingresa a la orden de los predicadores a los diecinueve años. Termina sus estudios en París y Colonia. Maestro de teología y según su doctrina, la palabra de Dios en la escritura tiene la primacía sobre otras ciencias. Escribió cuatro libros sobre el Maestro de las Sentencias. Ferviente seguidor de Aristóteles. Dejó muchas obras sobre teología. Canonizado en 1323 por Juan XXI, Doctor de la Iglesia en 1567 por Pío V y León XIII en 1880 lo proclamó patrón de todas las universidades y escuelas católicas.
Figura 24. Santo Tomás de Aquino (Cátedra Dorada, copia del original, Capilla Santa Rosa de Lima de Caracas, Palacio Municipal. Original atribuido a Antonio Mateo de los Reyes 1750-1755).
REFERENCIAS
1. Duarte C, Gasparini G. Historia de la Iglesia y el Convento de San Francisco de Caracas. Caracas: Banco Venezolano de Crédito; 1991. [ Links ]
2. http://tierra.ciens.ucv.ve [ Links ]
3. http://www.santarosa.edu.ve/historia.htm [ Links ]
4. Diccionario Multimedia de Historia de Venezuela. Fundación Polar; 1998. [ Links ]
5. Calcaño E. Panegírico del Illmo. Sr. Francisco de Ibarra, Caracas: Imprenta de Gaceta Oficial; 1881. [ Links ]
6. http://www.museo-de-ciencias.org/historia.htm [ Links ]
7. http://www.boadilla.com [ Links ]
8. http;//www.iglesia.org.ve/temas [ Links ]
continuación de pág 321.
Se debería imponer a las compañías tabacaleras las condiciones siguientes: 1. En todos los mercados deberían hacerse público lo que las empresas tabaqueras sabían sobre la nocividad y la capacidad adictiva del tabaco, el momento en que lo supieron y cómo respondieron. 2. Habría que garantizar a los fumadores los derechos básicos del consumidor reconocidos internacionalmente, incluidos los siguientes: derecho a la seguridad tanto para los usuarios como para los no usuarios; aunque no existe el cigarrillo inocuo, debería intentarse una estrategia de reducción de la nocividad procurando limitar todo lo posible la toxicidad de los productos del tabaco; el derecho a estar plenamente informado, incluido el derecho a no recibir información falsa; el derecho a elegir, incluido el derecho a dejar de utilizar el producto (es decir, a recibir ayuda para superar la adicción); el derecho a ser escuchado; el derecho a la compensación por daños; el derecho a un entorno sano. 3. Deberían declararse todas las contribuciones a los políticos y a los partidos, y deberían revelarse todas las sumas pagadas a miembros de lobbys, consultores y otros grupos con el propósito de influir en las políticas públicas. 4. Deberían disolverse todas las asociaciones comerciales de la industria tabaquera y otras agrupaciones creadas con la finalidad de engañar a la población acerca del daño que causa el hábito de fumar. 5. Debería velarse por el cumplimiento de las leyes anticorrupción y antimonopolio. 6. No deberían concederse exenciones fiscales a actividades como la defensa de intereses, la publicidad, las contribuciones a los partidos políticos o las presiones de lobbys, puesto que no deberían considerarse costos normales de la actividad empresarial. 7. No deberían organizarse misiones gubernamentales para oponerse a la reglamentación antitabáquica adoptada por los responsables de la salud pública de otros países. 8. Las ayudas al desarrollo no deberían destinarse nunca a financiar una mayor producción de tabaco. 9. No debería utilizarse ningún acuerdo mundial de comercio para fomentar el debilitamiento de las disposiciones de salud pública sobre el tabaco.
Sallaoofee Y, Dagli E. Bull WHO 2000; 78(7):902-910.