Interciencia
versión impresa ISSN 0378-1844
INCI v.27 n.10 Caracas oct. 2002
CARACTERIZACIÓN DEL USO TRADICIONAL DE LA FLORA ESPONTÁNEA EN LA COMUNIDAD LACANDONA DE LACANHÁ, CHIAPAS, MÉXICO.
Samuel Israel Levy Tacher, J. Rogelio Aguirre Rivera, María Magdalena Martínez Romero y Alejandro Durán Fernández
Samuel Israel Levy Tacher. Doctor en Ciencias. Investigador, El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. Dirección: Carretera Panamericana y Periférico Sur s/n, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. e-mail: slevy@sclc.ecosur.mx
J. Rogelio Aguirre Rivera. Doctor Ingeniero Agrónomo. Profesor Investigador, Instituto de Investigación de Zonas Desérticas, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México. e-mail: iizd@prodigy.net.mx
María Magdalena Martínez Romero. Maestra en Ciencias. Asistente de Proyectos, Etnobiología para la Conservación A.C, Estado de México, México. e-mail: magdamartinez2000@yahoo.es
Alejandro Durán Fernández. Maestro en Ciencias. Jefe de Proyecto, Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl y Zoquiapan. Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Amecameca, Estado de México. e-mail: duran2001@prodigy.net.mx
Resumen
Entre 1993 a 1999 se realizaron herborizaciones sistemáticas en selva alta perennifolia, acahuales (comunidades secundarias) de diferentes edades y milpas pertenecientes a la comunidad de Lacanhá Chansayab, en la Selva Lacandona. Los especímenes recolectados se identificaron y procesaron como ejemplares de herbario acompañados de información sobre hábitat, forma de vida y formas de aprovechamiento. Se recabó información sobre la importancia relativa de estas especies útiles en la estructura de las selvas altas y acahuales del sureste mexicano. Se registraron 485 especies de plantas vasculares, de las cuales el 73,4% (356 especies) fue reconocido y aprovechado por los lacandones. De un alto porcentaje (77%) de estas especies se obtuvieron materiales vegetales para satisfacer necesidades de autoconsumo, como construcción, alimentos, leña y medicamentos; otros materiales son extraídos con fines comerciales como los requeridos para elaborar artesanías, y venta de fibra de pita y de hojas de palmas. En la estructura de la selva y acahuales destacan 124 especies utilizadas por los lacandones. El uso de estas especies a lo largo de un gradiente sucesional nos muestra el carácter persistente del aprovechamiento del recurso vegetal por esta etnia; así, la riqueza de especies utilizadas por los lacandones se incrementa directamente con el período de descanso de la vegetación.
Summary
Systematic plant collections were carried out in evergreen tropical forests, "acahuales" (local name for old agricultural fields) of various ages and "milpas" in the Lacanhá Chansayab community located in the Lacandonian tropical forest between 1993 and 1999. Collected individuals were identified and processed as collection specimens, including information on habitat, life form and uses. Information was obtained on the relative importance of useful species in the structure of Southeastern Mexicos evergreen tropical forests and acahuales. Four hundred eighty five vascular plant species were recorded, from which 356, or 73.4%, were identified and used by Lacandonians. A high percentage of these species (77%) are locally used to obtain plant materials to meet self-consumption needs, including construction, food, firewood and drugs; other materials are obtained for commercial purposes as those required to manufacture handcrafts and selling fibers from "pita" and palm leaves. Evergreen tropical forests and acahuales include 124 species locally used by Lacandonians. The use of these species throughout a successional gradient illustrates the persistent nature in the use of these natural resources by local communities; thus, the increase in the number of species used by lacandonians is directly related to the fallow or duration of the vegetation resting period.
Resumo
Entre 1993 a 1999 realizaram-se herborizações sistemáticas em selva alta perennifolia, acahuales (comunidades secundarias) de diferentes idades e milpas pertencentes a comunidade de Lacanhá Chansayab, na Selva Lacandona. Os espécimes recolhidos identificaram-se e processaram como exemplares de herbário acompanhados de informação sobre habitat, forma de vida e formas de aproveitamento. Se recolheu informação sobre a importância relativa destas espécies úteis na estrutura das selvas altas e acahuales do sudeste mexicano. Registraram-se 485 espécies de plantas vasculares, das quais 73.4% (356 espécies) foi reconhecido e aproveitado pelos lacandones. De uma alta percentagem (77%) destas espécies obtiveram-se materiais vegetais para satisfazer necessidades de auto consumo, como construção, alimentos, lenha e medicamentos; outros materiais são extraídos com fins comerciais como os requeridos para elaborar artesanatos, e venda de fibra de pita e de folhas de palmeiras. Na estrutura da selva e acahuales destacam 124 espécies utilizadas pelos lacandones. O uso destas espécies ao longo de um gradiente sucessivo nos mostra o caráter persistente do aproveitamento do recurso vegetal por esta etnia; assim, a riqueza de espécies utilizadas pelos lacandones incrementa-se diretamente com o período de descanso da vegetação.
PALABRAS CLAVE / Acahuales / Etnobotánica / Flora Útil / Selva Alta Perennifolia / Lacandones / Milpa /
Recibido: 17/04/2002. Modificado: 18/07/2002. Aceptado: 05/08/2002
Existe una gran preocupación mundial por la pérdida de diversidad biológica en las regiones tropicales, pues en ellas está representada la mitad de las especies existentes en el planeta. México es considerado una potencia en biodiversidad y la Selva Lacandona, con sólo el 0,16% de la superficie del país, cuenta con más del 20% del total de sus especies. Esta biota ayuda a mantener el clima, el aire, el agua y la fertilidad del suelo; además, muchas de estas especies son importantes como medicinas, alimento, ornato o madera (Anónimo, 1996; Ricker y Daly, 1997).
En las regiones tropicales el manejo de los recursos suelo y vegetación por parte de las comunidades campesinas, consiste en el aprovechamiento forestal maderable y no maderable, y en la producción agrícola y pecuaria. El aprovechamiento forestal maderable implica generalmente la extracción de grandes volúmenes de madera de alto valor comercial, como caoba y cedro. En cambio, el aprovechamiento forestal no maderable o tradicional consiste en la recolección o extracción de materiales vegetales y animales con la finalidad principal de satisfacer los requerimientos de autoconsumo (Pimentel et al., 1992; Phillips y Gentry, 1993).
Los lacandones constituyen el único grupo humano realmente autóctono de la región, con un íntimo conocimiento tradicional sobre la flora y vegetación regionales y de sus formas de manejo y aprovechamiento mediante el sistema de roza, tumba y quema (RTQ). La milpa es la principal actividad agrícola dentro de este sistema, con una producción de más de cuarenta cultivos asociados al maíz, orientada principalmente al autoconsumo. Durante el barbecho o intervalos entre desmontes para la milpa, se realizan actividades de extracción forestal para autoconsumo (materiales para construcción y elaboración de artesanías, plantas comestibles, combustibles, medicinales, curtientes y ornamentales, y fauna silvestre) y venta (hoja de Chamaedorea spp. y fibra de Aechmea magdalenae). Complementan al sistema la producción del solar, el turismo y el ingreso económico por venta de mano de obra (Marion, 1991).
El sistema de producción agrícola tradicional y la producción de recursos espontáneos lacandón, sorprende por su alta adaptación ecológica, con formas de aprovechamiento sostenido y diversificado, sin deterioro biológico y edáfico apreciable (Nations y Nigh, 1980; Marion, 1991). No obstante, la tendencia actual de uso del suelo que se observa en la Selva Lacandona es similar a la de otras regiones tropicales del mundo. Así, uno de los problemas más serios que enfrenta la región lacandona, es la disminución de más del 50% de su superficie selvática en menos de cinco décadas, como consecuencia de un fuerte proceso de colonización, la expansión de las vías de comunicación, la tala inmoderada de las masas forestales, la incorporación de los suelos de nuevas áreas de selva al aprovechamiento agrícola y pecuario, así como la adopción del uso de productos agroquímicos (Miranda, 1952; Rzedowski, 1978; Nations y Nigh, 1980; Muench, 1982; Casco, 1984). Como consecuencia de estos fuertes y vertiginosos cambios socioeconómicos, el grupo lacandón ha sufrido una creciente erosión cultural, particularmente de sus prácticas agrícolas, que se manifiesta en el abatimiento de los rendimientos de las milpas, la disminución de la diversidad de cultivos, la desarticulación de la organización familiar para la producción, la disminución del período de descanso de los acahuales (término de uso generalizado en México para denominar a la vegetación secundaria resultante de su aprovechamiento agrícola) y el predominio de un abigarrado mosaico de fases sucesionales incipientes en grandes extensiones de las tierras comunales (Levy y Aguirre, 1999).
Por ello, es urgente el registro, recolección e identificación de la flora útil y espontánea presente en la vegetación madura, milpas y acahuales de diferentes edades. Esto permitirá contar con información taxonómica y etnobotánica detallada, necesaria para entender las formas tradicionales alternativas de aprovechamiento, que no implican la eliminación de la selva, sino la extracción gradual y selectiva y el enriquecimiento de especies. Así, la extracción adecuada de especies vegetales plantea alternativas de aprovechamiento que inciden favorablemente en la economía campesina, pues es factible la comercialización de algunos productos en el mercado local, regional o internacional (Ruiz et al. 1993).
Área de Estudio
Selva Lacandona se le llama a una amplia región tropical de aproximadamente 1800000ha, localizada al este y noroeste del estado de Chiapas, con el más extenso remanente de selva alta perennifolia en México; por ello, ha sido identificada por diferentes entidades nacionales e internacionales como una de las áreas de mayor prioridad para acciones de conservación en el país (Muench, 1982).
El estudio se realizó en los terrenos de la comunidad lacandona de Lacanhá Chansayab, en la región lacandona del municipio de Ocosingo, Chiapas, ubicados a 16º46'08" N y 91º08'12" O, y 350msnm (Anónimo, 1974). El área forma parte de la cuenca hidrológica principal que generan los ríos Usumacinta y Lacanhá; el tipo de drenaje es arborescente con gran cantidad de escorrentías, numerosos ríos y arroyos (Muench, 1982). Los suelos predominantes son acrisoles húmicos, asociados con rendzina en las áreas calizas, o con regozol eútrico en las áreas de areniscas; son suelos constituidos por series paralelas de conglomerados formadas por calizas y areniscas (Anónimo, 1974). El clima es cálido húmedo (Am) con lluvias abundantes en verano y parte del otoño, y una temporada seca corta (marzo-mayo). La temperatura media anual es de 25ºC y la precipitación media anual es de 2300 a 2500mm (García, 1973; Anónimo, 1974; Muench, 1978; Anónimo, 1988).
La vegetación predominante es la selva alta perennifolia (Miranda, 1952; Miranda y Hernández, 1963; Pennington y Sarukhán, 1968), o bosque lluvioso de montaña baja (Breedlove, 1973). Según la clasificación lacandona de la vegetación, en la comunidad Lacanhá Chansayab existen dos tipos de vegetación madura, monte alto y chaparral, y el resto de la cobertura vegetal lo conforman los acahuales o jurupchés (comunidades secundarias) y las milpas que se derivan de ellos. El monte alto corresponde a la selva alta perennifolia; el chaparral en cambio, es un tipo de vegetación con árboles de menor talla (20-30m de altura) y abundantes bejucos que se presenta en rodales de hasta 5ha dentro del monte alto, en lugares con inundaciones estacionales, cerca de los ríos y en suelos con alto contenido de materia orgánica (Levy, 2000).
La comunidad de Lacanhá Chansayab incluye alrededor de medio millar de indios lacandones (De Vos, 2002) y una extensión aproximada de 314km2 donde desarrollan sus actividades de producción agrícola y de procura de materiales bióticos para autoconsumo y para venta. Con respecto a estas últimas destaca la recolecta de hojas ornamentales de palmas camedor (Chamaedorea spp.) y las hojas de pita (A. magdalenae) para la extracción de fibra usada en la ornamentación de artículos de piel. Esta extracción se realiza en forma extensiva e intensiva en rodales silvestres. El aprovechamiento desmesurado de estas especies por parte de la mayoría de los lacandones (25 a 30 jefes de familia) ha implicado la desaparición y/o deterioro de los rodales cercanos al caserío (Sánchez, 2002). Las mujeres y los niños juegan un papel importante en la recolecta de gran variedad de materiales de la selva; sin embargo, la caza y pesca y la extracción de leña y de materiales de construcción es practicada principalmente por los varones.
Materiales y Métodos
Entre 1993 y 1999 se iniciaron herborizaciones en los terrenos de la comunidad de Lacanhá Chansayab. Para ello se realizaron recorridos de campo en vegetación madura, acahuales y milpa, con ayuda de campesinos lacandones elegidos por su reputación como conocedores de la flora, quienes también proporcionaron la información etnobotánica y biológica de dichas especies. Las muestras de plantas se prepararon como ejemplares de herbario. La identificación, nomenclatura y arreglo taxonómico de las especies se basó principalmente en Brummitt (1992), Davidse et al. (1994; 1995), Mabberley (1997), Pennington y Sarukhán (1998), Williams (1977) y Willis (1973). La grafía de los nombres y abreviaturas de los autores de las especies se basó en Villaseñor R (2001) y en Brummitt y Powell (1992). Lo anterior se llevó a cabo con la ayuda de taxónomos expertos en la flora de Chiapas. Con la información correspondiente a las especies se creó una base de datos ordenada en categorías etnobotánicas. La información florística presentada en este trabajo se deriva de una investigación patrocinada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la cual implicó la recolecta y proceso de 873 números con cuatro ejemplares por número; los ejemplares fueron depositados en los herbarios MEXU (UNAM) y SLPM (UASLP) y la base de datos está disponible en el portal electrónico de la CONABIO (www.conabio. gob.mx).
Las categorías etnobotánicas resultantes de los usos reconocidos por los informantes lacandones fueron: ornamentales, alimento, leña, forraje, medicinales, artesanales, materiales para construcción, instrumentos de trabajo, embarbascar (veneno para peces), colorantes, envolturas, utensilios domésticos, ceremoniales, cerco vivo, golosina, indicadores de lluvia, venta, chicle (látex y otros exudados), taninos, vestido, fibras, juguetes, jabón y resinas.
Para calificar la importancia estructural y relación sucesional de las especies utilizadas por los lacandones se revisaron trabajos diversos sobre la estructura de la selva alta perennifolia y acahuales, con período de descanso de 1 a 20 años del sureste mexicano (Miranda y Hernández, 1963; Breedlove, 1973; Gómez-Pompa, 1976; Anaya y Rovalo, 1979; Gómez-Pompa y Vázquez-Yanes, 1979; Vázquez-Yanes, 1979; Vázquez-Yanes y Orozco, 1982; Meave, 1983; Martínez-Ramos, 1985; Purata, 1986a, b; Quintana et al., 1990; Carrillo, 1992; Miranda, 1993a, b, c; van der Val, 1998; Durán, 1999; Levy, 2000). Con base en estos trabajos se seleccionaron el 25% de las especies con mayor valor de importancia estructural; luego, estas especies se cotejaron con aquellas reconocidas y aprovechadas por los lacandones. Las especies dominantes se separaron a su vez en especies de barbecho corto (de uno a seis años, EBC), barbecho largo (mayor de seis años, EBL), especies que aparecen como dominantes en ambos barbechos (EBC-EBL), y especies exclusivas de vegetación madura (EVM). Las especies presentes tanto en acahuales como en selva madura se agruparon en aquellas que persisten a partir de barbecho corto (EBC-EBL-EVM) y de barbecho largo (EBL-EVM). De esta manera se elaboró una lista de especies dominantes ordenadas por familia y género asociadas a vegetación madura y acahuales, y que a su vez son utilizadas por la etnia lacandona. Los usos de las especies a lo largo del gradiente sucesional fueron jerarquizados en función de su frecuencia.
Resultados y discusión
Formas de aprovechamiento de la flora espontánea
De las 485 especies recolectadas en un área aproximada de 10km de radio a partir del núcleo de la comunidad (Levy et al., 2002), el 73,4% (356 especies) tuvo por lo menos una forma de uso reconocida y practicada por los lacandones; estas especies pertenecen a 259 géneros de 57 familias (Tabla I). Este número de especies supera lo registrado en otros trabajos realizados en la región lacandona con áreas de referencia similares (300 a 350km2), pues Nations y Nigh (1980) sólo consignan 99 especies útiles en milpas, acahuales y selvas maduras, y Durán (1999) registró 154 especies pertenecientes a 191 géneros y 84 familias, en las selvas maduras de Nahá (comunidad lacandona situada a mayor altitud). Con respecto a lo encontrado en otras regiones de México y Suramérica, Batis (1994) encontró, para cinco regiones selváticas de México, un total 140 especies arbóreas con alguna forma de uso; para selvas amazónicas Prance et al. (1987) consignan entre 30 y 80 especies de árboles utilizados por diferentes grupos étnicos, y Bennet (1992) encontró 220 especies de árboles utilizados para diferentes propósitos. Sin embargo, los resultados obtenidos concuerdan con los de Toledo et al. (1995), quienes encontraron, para la región cálida húmeda de México, un total de 1052 especies útiles pertenecientes a 124 familias y utilizadas por 17 etnias; estos autores señalan que el número de especies utilizadas por los grupos indígenas mejor estudiados incluye de 300 a 500 especies por etnia.
En la Tabla II se muestra la importancia relativa de las especies que utilizan los lacandones para cubrir sus necesidades básicas. Las 356 especies útiles se clasificaron en 23 categorías, con un total de 463 formas de uso registradas; así, cada especie tuvo en promedio 1,3 formas de uso. Toledo et al. (1995) clasificaron las especies útiles en 30 categorías con un promedio de 3 formas de uso por especie. En cambio, Batis (1994), sólo para árboles, encontró un promedio de 4 formas de uso por especie. Cabe señalar que estos autores realizaron sus cálculos con los datos derivados de más de una etnia. Esto explica que para la propia región Lacandona, Durán (1999) encontrara con un promedio de 1,7 formas de uso por especie, valor más próximo al encontrado en Lacanhá.
El 77% de las especies utilizadas por los lacandones se destina a satisfacer las necesidades de construcción de viviendas, alimentos, leña, medicamentos, manufactura de instrumentos de trabajo y elaboración de artesanías (Tabla II). Similarmente, Toledo et al. (1995) y Durán (1999) registraron una mayor proporción de especies útiles empleadas como medicina, alimento, materiales para la construcción, maderables y combustibles. Para Toledo (1987) este patrón se repite y parece constituir una regla en diversos estudios etnobotánicos realizados en diferentes zonas de Latinoamérica.
De 23 familias botánicas se registraron más de cinco especies útiles; estas familias incluyen al 64,4% de las especies, las cuales a su vez representan el 62% de las formas de uso registradas. Las familias botánicas más importantes de acuerdo con el número de especies con algún uso, fueron las fabáceas, rubiáceas, asteráceas y moráceas (Tabla III). Para estas familias se registraron entre cinco y 10 formas de uso, tendencia que se observa también en regiones tropicales (Gentry, 1990; Durán, 1999). A la vez, las familias más importantes por el número de especies útiles fueron similares a las mencionadas por Batis (1994), Toledo et al. (1995), Salick et al. (1995), y Mutchnick y McCarthy (1997).
Respecto a la relación entre utilidad y forma biológica o vital, el número mayor de especies útiles fue de árboles (48%), seguido en orden descendente por los bejucos, arbustos y hierbas (Tabla IV). Este resultado fue similar al obtenido por Durán (1999), pues los árboles y bejucos fueron las formas vitales más utilizadas por los lacandones de Nahá. En cambio, Toledo et al. (1995) destacan la importancia de las formas no arbóreas (principalmente las herbáceas) y un menor promedio de los árboles; esto puede deberse a que en las selvas primarias, las especies arbóreas útiles resultan más numerosas que las hierbas y los arbustos, en tanto que en la vegetación secundaria la situación es la inversa.
En cuanto a la relación entre formas de uso y de vida, las especies arbóreas destacan con 254 diferentes formas de aprovechamiento (Tabla V), al ser utilizadas ampliamente como materiales para construcción, alimento, leña, forraje, medicina y elaboración de artesanías. En segundo lugar se encuentran los bejucos con 71 formas de uso; los principales usos de esta sinusia son el medicinal, alimentario y para la construcción. Los arbustos, con 64 formas de uso registradas, se utilizan principalmente como alimento y forraje. Por último, para las hierbas se registraron 46 usos, principalmente como alimento y medicina. Aunque las formas de vida mencionadas tienen formas de uso variadas, todas tienen al menos una especie utilizada como material para construcción y como alimento.
Entre las estructuras más utilizadas destacaron las hojas, tallos, troncos, frutos y semillas (Tabla VI). Por otra parte, aunque representadas por pocas especies, las demás estructuras tienen diferentes y variadas formas de uso, lo que resalta su importancia etnobotánica. Estos resultados son similares a los obtenidos por Durán (1999) respecto a los troncos, frutos y hojas. Como se aprecia en la Tabla VII, los troncos y tallos se utilizan principalmente como materiales para construcción y como leña; los frutos como alimento y forraje; el uso principal de las hojas es medicinal; en cambio, el uso ornamental destaca por implicar las plantas completas.
Efecto de la dominancia de las especies sobre las tendencias de su aprovechamiento
Se registraron 107 taxones utilizados por los lacandones que a su vez son dominantes en la vegetación madura y acahuales, los cuales corresponden a un total de 44 familias (Tabla VIII). Las familias con el mayor número de estas especies son: Fabaceae (9), Moraceae (9), Arecaceae (10), Rubiaceae (6), Meliaceae (6) y Piperaceae (4). Al comparar estas familias botánicas con los resultados del análisis florístico realizado en las selvas y acahuales de la comunidad de Lacanhá Chansayab (Levy et al., 2002), con excepción de Meliaceae, las familias con más de cinco especies utilizadas forman parte de las mejor representadas en las diferentes comunidades vegetales maduras y secundarias.
En la selva alta perennifolia se registró (Tabla VIII) un total de 80 especies útiles dominantes (EVM). Para acahuales mayores de seis años (EBL) se reconocen a Bursera simaruba, Cestrum nocturum, Inga punctata y Ochroma pyramidale. En acahuales menores de seis años (EBC) dominan Piper auritum y Veronia deppeana. Las especies Ficus yoponensis y Spondias mombin aparecen como dominantes en ambos tipos de acahuales (EBC, EBL). También existe un total de 18 especies de amplio espectro sucesional, pues aparecen como dominantes tanto en acahuales como en vegetación madura (EVM-EBC-EBL y EVM-EBL). Estas especies dominantes de vegetación secundaria, han sido ampliamente reconocidas por varios autores como propias de los acahuales (Gómez-Pompa, 1976; Gómez-Pompa y Vázquez-Yanes, 1979; Anaya y Rovalo, 1979; Uhl et al., 1981; Uhl et al., 1982; Purata, 1986a, b; Quintana et al., 1990; Domínguez, 1992; Carrillo, 1992; Miranda, 1993a, b, c; van der Val, 1998; Levy, 2000). En particular para Lacanhá Chansayab, Quintana et al. (1990) y Levy (2000) documentaron la dominancia de Spondias mombin, Cecropia obtusifolia y Heliocarpus appendiculatus, así como de Piper auritum y P. aduncum, en acahuales de tres a 20 años de barbecho.
Con respecto al número de especies y sus diferentes usos a lo largo del gradiente sucesional, se registraron sólo dos especies útiles dominantes en los acahuales menores de seis años (EBC), una que se aprovecha como envoltura de alimentos (Piper auritum) y la otra para leña (Veronia deppeana). Con sólo este período de descanso muy pocos individuos de las especies usadas para leña alcanzan el diámetro basal mínimo requerido de 5cm (Levy y Hernández, 1985). Las especies secundarias dominantes a partir de los seis años de barbecho (EBL) son utilizadas como leña, alimento, medicinas, cerco vivo y materiales para construcción. Las especies dominantes en ambos periodos de barbecho (EBC-EBL) son utilizadas como forraje, alimentos y medicinas. Las especies útiles y dominantes en barbecho largo y vegetación madura (EVM-EBL) se emplean como leña, materiales para construcción, alimento, forraje, ceremoniales y para elaborar instrumentos de trabajo. Las especies con espectro sucesional amplio (EVM-EBC-EBL) se suman a las anteriores con los siguientes usos: leña, forraje, materiales para construcción, medicinas, cerco vivo, chicle y elaboración de artesanías. Las especies dominantes útiles, exclusivas de vegetación madura (EVM), incluyen una amplia variedad de usos: materiales para construcción, leña, alimento, forraje, medicinal, ornamental, para venta, golosinas, colorantes, envoltura de alimentos, ceremoniales, embarbascar y como jabón. Estos resultados corroboran lo pro puesto por Toledo et al. (1995), que la selva madura es la principal proveedora de materiales para la construcción, maderas, combustibles y para elaborar artesanías e instrumentos de trabajo; y que la vegetación secundaria provee de medicinas, forrajes, abonos, colorantes, fibras, venenos y estimulantes. Para ambos tipos de comunidades las proporciones de especies usadas para elaborar utensilios de uso doméstico, comestibles, taninos, gomas y venenos son similares.
Por último, se observa que la diferencia en número de especies dominantes y variedad de usos entre la selva y los acahuales muestra un incremento de la importancia de éstos (en número de especies y formas de uso) conforme aumenta el período de descanso. Lo anterior concuerda con lo señalado por Ilsley (1984) y Levy et al. (1987) en cuanto a que la vegetación secundaria, cuyas características estructurales dependen de su edad y de la intensidad y duración de la alteración, es la base de toda la producción agrícola y procuración forestal, al funcionar como una alcancía de capital biológico, cuyo monto es función del tiempo de barbecho permitido, y que de dicho capital depende tanto el rendimiento agrícola como la variedad y calidad de los materiales forestales. No obstante, es importante considerar lo señalado por Toledo et al. (1995), que las zonas de vegetación secundaria permiten la mayor cantidad de formas de uso.
Conclusiones
La riqueza de especies de plantas vasculares registradas en las dos variantes de selva alta perennifolia y sus comunidades secundarias de la comunidad indígena de Lacanhá Chansayab es notablemente mayor a la encontrada en otras regiones de México y Suramérica, y a su vez concuerda con los resultados de trabajos recientes realizados en la región cálido húmeda de México. De los 480 táxones registrados el 73,4% (356 especies) es utilizado según 23 categorías etnobotánicas reconocidas. Cada especie útil presentó en promedio 1,3 formas de aprovechamiento, pues se registraron 463 formas de uso diferentes. La diversidad de los materiales obtenidos por los lacandones indica el papel preponderante que representa la recolección para su economía de subsistencia. Predominó la recolecta de materiales para el autoconsumo (77%), para cubrir necesidades de construcción, alimentos, leña y medicamentos, con respecto a los extraídos (6,47%) con fines comerciales (artesanías, fibras y hojas de palmas). Fabáceas, rubiáceas, asteráceas y moráceas fueron las familias etnobotánicamente más importantes, con 5 a 10 formas de usos diferentes.
Las especies arbóreas sobresalieron con 254 formas de uso diferentes, principalmente como materiales para construcción, alimento, leña, forraje, medicina y elaboración de artesanías; le siguieron en importancia, los bejucos con 71 formas de uso, principalmente medicinal, alimentario y construcción. Las estructuras más utilizadas fueron las hojas, tallos, troncos, frutos y semillas.
Las familias botánicas más importantes de acuerdo con el número de especies con algún uso, concuerdan con aquellas reconocidas en trabajos etnobotánicos realizados en otras regiones tropicales de México y Suramérica. También se confirma el patrón encontrado en otras latitudes de la región tropical en cuanto a que en pocas familias se concentra el mayor número de especies útiles y con más de un uso.
En Lacanhá se registraron 124 especies dominantes de selvas y acahuales de México que son utilizadas por los lacandones. La utilización de un amplio grupo de especies dominantes les permite a los lacandones aprovechar sus recursos de acuerdo con su abundancia, lo cual implica un acceso más fácil y eficiente a sus recursos vegetales. Esta estrategia de aprovechamiento tiene un carácter conservacionista, pues se reduce el riesgo para las especies menos abundantes y raras.
Conforme aumenta el período de descanso se aprecia un incremento en el número de especies útiles dominantes, aunque la combinación de áreas con vegetación madura y con acahuales de edad variada, dentro del territorio de un grupo humano, parece propiciar la mayor riqueza de especies útiles y de formas de uso disponible para dicho grupo.
NOTA. Las listas de especies no incluidas por razones de espacio pueden solicitarse al autor principal o consultarse en la base de datos disponible en el portal electrónico de la CONABIO (www.conabio.gob.mx).
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a los campesinos lacandones de la comunidad de Lacanhá Chansayab y en particular a Manuel Castellanos Chan K'in, K'in Bor, Carlos Paniagua Chan K'in, Arturo Paniagua Nuk y Carmelo Chan Bor; a José D. García P. (herbario de SLPM del IIZD, VASLP) por la revisión de la grafía de las especies y sus autores. Se contó con apoyo financiero de: Simón Bross y Juan García (GBA), Etnobiología para la Conservación A.C., Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), Instituto Nacional de Ecología (INE), Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y Reserva de la Biosfera Montes Azules (REBIMA).
REFERENCIAS
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