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versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.29 n.12 Caracas dic. 2004

 

Acumulación y lixiviación de metales macronutrientes en suelos irrigados con aguas residuales tratadas

 

Daisy Isea, Norelis Bello, Luis Vargas, José Durán, Suher Yabroudi y José Delgado

Daisy Isea. Ingeniero Químico y M.Sc. en Química, La Universidad del Zulia (LUZ), Venezuela. Profesora Investigadora, LUZ. Dirección: Centro de Investigación del Agua (CIA-LUZ), Apartado 99, Maracaibo, Venezuela. e-mail: daisyisea@yahoo.com

Norelis Bello. Ingeniero Químico, LUZ. Egresada, Programa para Ingenieros de Procesos, Lagoven, Venezuela.

Luis Vargas. Ingeniero Químico y M.Sc. en Ingeniería Ambiental, LUZ. Profesor LUZ e Investigador, CIA, Venezuela.

José Durán. Ingeniero Químico, LUZ. Profesor, LUZ, Venezuela.

Suher Yabroudi. Ingeniero Químico y M.Sc. en Ingeniería Química, LUZ. Becario, LUZ-CIA, Venezuela. e-mail: yabroudic@yahoo.com

José Delgado. Técnico en Química, Escuela Técnica Industrial, Maracaibo, Venezuela. Investigador, CIA-LUZ, Venezuela.

Resumen

Se estudiaron los niveles de acumulación y lixiviación de metales y sales presentes en suelos sometidos a riego con aguas residuales tratadas. Metales macronutrientes como K, Ca y Mg son requeridos por las plantas para su desarrollo, crecimiento y producción de frutos saludables. La presencia de metales no nutrientes como el Na en las aguas residuales tratadas es una limitante para su uso con fines agropecuarios, ya que podrían bioacumularse a través de la cadena alimenticia en los productos de consumo humano, exponiendo la salud de los consumidores a graves riesgos. Para evaluar el efecto del agua residual tratada en la movilidad de éstos metales a través de diferentes profundidades del perfil del suelo se estableció un proceso de muestreo del agua residual tratada y del agua percolada a profundidades de 15, 30, 45, 60 y 75cm, recolectándose muestras semanales durante 10 semanas. Se determinaron metales en suelo por espectrofotometría de absorción atómica, y para Na y K se utilizó la técnica de emisión atómica. Las características fisicoquímicas del agua residual tratada se encuentran dentro de los valores límites permisibles aceptados para las aguas usadas en el riego con fines agropecuarios. Los bajos niveles de salinidad del agua permiten una adecuada movilidad de los metales estudiados en el suelo, el cual puede ser considerado como apto para el cultivo.

Summary

Metal accumulation and lixiviation, as well as salt levels, were determined in soils submitted to irrigation with treated residual water. Metal macro-nutrients such as K, Ca and Mg are required for plant development, growth and healthy fruit production. The presence of non-nutrient metals such as Na in treated residual water is a limiting factor in its use for agricultural purposes, since it could be bio-accumulated in the human consumption feeding chain, placing the health of consumers at risk. In order to evaluate the use of treated residual water in the mobility of these elements in the soil profile, a sampling process was established for treated residual water at soil levels of 15, 30, 45, 60, and 75cm, collecting samples weekly for 10 weeks. Metals were determined by atomic absorption spectrophotometry, and for Na and K measurement the atomic emission technique was used. The physical-chemical characteristics of the treated residual water were acceptable for use in agricultural applications, and the low salt contents in soil permits an adequate mobility of the studied metals, allowing their use for irrigation crops.

Resumo

Estudaram-se os níveis de acumulação e lixiviação de metais e sais presentes em solos submetidos a irrigação com águas residuais tratadas. Metais macronutrientes como K, Ca e Mg são requeridos pelas plantas para seu desenvolvimento, crescimento e produção de frutos saudáveis. A presença de metais não nutrientes como o Na nas águas residuais tratadas é uma limitante para seu uso com fins agropecuários, já que poderiam bio-acumular-se através da cadeia alimentícia nos produtos de consumo humano, expondo a saúde dos consumidores a graves riscos. Para avaliar o efeito da água residual tratada na mobilidade destes metais através de diferentes profundidades do perfil do solo estabeleceu-se um processo de amostras da água residual tratada e da água percolada a profundidades de 15, 30, 45, 60 e 75cm, recolhendo-se amostras semanais durante 10 semanas. Determinaram-se metais em solo por espectrofotometria de absorção atómica, e para Na e K utilizou-se a técnica de emissão atômica. As características fisico-químicas da água residual tratada encontram-se dentro dos valores limites permissíveis aceitos para as águas usadas em irrigação com fins agropecuários. Os baixos níveis de salinidade da água permitem uma adequada mobilidade dos metais estudados no solo, o qual pode ser considerado como apto para o cultivo.

Palabras Clave / Agua Percolada / Agua Residual Tratada / Macronutrientes / Riego / Suelos /

Recibido: 29/01/2004. Modificado: 16/10/2004. Aceptado: 09/11/2004.

Ante la creciente demanda de agua para diferentes actividades y la poca disponibilidad para atender la demanda de zonas residenciales e industriales, se realizan investigaciones sobre diversas formas de aprovechamiento de las aguas residuales tratadas. La Agencia de Protección del Ambiente de los EEUU (EPA) hace referencia en cuanto a la utilización de agua residual tratada, como una herramienta fundamental para regular la demanda de agua potable y la disposición de aguas de desecho para beneficio del ambiente (Smith, 1983; Sánchez et al., 1993).

Uno de los aspectos a considerar en la reutilización de las aguas residuales tratadas es la química de los suelos, en aquello relacionado con el estudio de los diferentes elementos nutritivos. Esto abarca los distintos procesos concernientes al contenido y formas de los elementos nutritivos integrados en los diversos aspectos de la génesis, desarrollo y fertilización de los suelos así como de la nutrición de las plantas, que sirve como base para la clasificación de los suelos con fines agrícolas (Fassbender, 1975). Dentro de los elementos nutritivos se encuentran H2, O2 y C, que las plantas toman del agua y del aire, y los denominados ‘macronutrientes’ (N, P, K, Ca, Mg y S) que suministran los nutrientes requeridos por la planta para la síntesis de la clorofila, hidrólisis de los azúcares, producción de aminoácidos y la formación de las proteínas, por lo que son requeridos en cantidades considerables. Otros elementos denominados trazas, elementos menores o ‘micronutrientes’ (Fe, Cu, Zn, Mn, B, Cl y Mo) actúan como biocatalizadores en la síntesis de las sustancias vegetales y son requeridos en cantidades mínimas, muchas veces convirtiéndose en nocivos para las plantas al exceder la concentración adecuada (Buckman y Brady, 1988; Avilán et al., 1988; Perry, 1999).

La utilización de las aguas residuales tratadas con fines agrícolas hace necesario conocer, además de su influencia en los niveles de salinidad en los suelos y en la acumulación y lixiviación de los metales en los mismos, sus efectos en los cultivos. En Venezuela se ha dado inicio al uso de aguas residuales tratadas como fuente de suministro para la agricultura y como una medida para disminuir la demanda de agua potable y la contaminación producida al verter las aguas residuales a los cuerpos de agua.

El objetivo del presente trabajo fue la determinación de la concentración de metales macronutrientes (K, Ca, Mg) en el agua residual tratada y en el agua extraída a diferentes profundidades del suelo de una parcela experimental para observar la contribución de estos metales al suelo de cultivo. La evaluación de la salinidad del suelo se realizó determinando la concentración de las sales en función del K y Na presentes en el agua de riego y en el agua percolada a diferentes profundidades. En la arena utilizada como medio de percolación se determinó la concentración de metales macronutrientes para conocer la movilidad de éstos a lo largo de todo el perfil del suelo y la lixiviación que produce el agua de riego durante todo el recorrido a través de la arena. Por tratarse de un sistema experimental de tratamiento de aguas no se cuenta con datos previos sobre los niveles de acumulación de metales en el suelo sometido a estudio.

Sitio de Estudio

El estudio se llevó a cabo en el Centro de Investigación del Agua de la Universidad del Zulia, donde se llevan a cabo investigaciones sobre el uso potencial con fines agrícolas del agua residual tratada. Para ello se dispone de un sistema de tratamiento para aguas residuales en lagunas de estabilización, así como de una parcela experimental de 5ha destinadas a la siembra de frutales y plantas de ciclo corto irrigadas por microaspersión y goteo (Trujillo et al., 1999).

El terreno posee un suelo de horizonte argílico (franco arcillo arenoso) entre 30 y 50cm de profundidad, con una superficie relativamente plana sin fuertes desniveles. El área es representativa de la planicie de la ciudad de Maracaibo, con una topografía plana, pendiente de 0 a 1%, con suelos estratificados cuyas características se indican en la Tabla I (Trujillo et al., 1999).

La zona se caracteriza por un clima semiárido con precipitación anual de 676mm y temperatura promedio de 29ºC, que determina la presencia de vegetación natural (cují, tuna, pasto buffer). La evaporación alcanza 5 a 10mm/día y la velocidad media del viento es de 12,5km/h con dirección noreste, situación que incide de manera positiva en la mezcla del agua en las lagunas de estabilización.

Sistema de Tratamiento de Aguas

El sistema de tratamiento de aguas adoptado es el de "Lagunas de Estabilización". El proceso de tratamiento se realiza a través de tres sistemas (A, B, C) mediante la combinación de lagunas facultativa-maduración-maduración. El caudal que procesa cada sistema es de 5l/s, con tiempos de residencia de 10, 5 y 5 días respectivamente, garantizados por la medición de caudales en vertederos ubicados a la entrada. Las lagunas facultativas (A) son las encargadas de recibir la materia orgánica presente en las aguas residuales crudas; en ellas se efectúa en forma espontánea una autodepuración o estabilización natural producto de procesos de tipo físico, químico, bioquímico y biológico. Debido a su profundidad (2,8 a 3,0m) y los largos periodos de retención (10 días) ocurre en su interior una disminución de la concentración deO2 disuelto desde la superficie al fondo, presentándose una capa superficial aerobia y un estrato profundo anaerobio. El espesor de estas capas varía con la carga orgánica recibida y las condiciones ambientales del lugar. En el estrato aerobio se desarrollan poblaciones de algas microscópicas (euglenas, clorelas, etc.) que por fotosíntesis producenO2 utilizado por las bacterias presentes para oxidar la materia orgánica que desciende de las capas superiores. En el estrato anaerobio se realiza una digestión anaeróbica con producción de CO2 y CH4 que ascienden a la superficie. Una vez cumplido el tiempo de residencia en las lagunas facultativas, el efluente pasa a las lagunas de maduración o pulimento (B y C), cuyo tiempo de residencia es de 5 días.

La finalidad de esta fase es la reducción del número de gérmenes patógenos y de la población bacteriana, la sedimentación del material suspendido y la oxidación de algunos compuestos orgánicos, mejorando notablemente la calidad del efluente. Una vez cumplidos los tiempos de residencia donde se alcanzan remociones de DBO5,20 (90%), DQO (84%), SST (65%) y SSV (80%), así como la obtención en la salida de coliformes fecales en el orden de 9x102NMP/100ml, los efluentes tratados son depositados por gravedad en un tanque con capacidad de 400000 litros que son extraídos para el riego mediante bombeo y sometidos a filtración rápida a presión para reducir el contenido de algas, evitando así taponamientos de los microaspersores utilizados en la red de riego (Trujillo et al., 1999). La Tabla II incluye los valores promedio de las diferentes características de las aguas tratadas en este sistema.

Procedimiento Experimental

Sistema de muestreo

Para recoger las muestras de agua a través del perfil del suelo se utilizaron percoladores cilíndricos verticales (Figura 1), tanto en el campo como en el laboratorio. Los percoladores fueron construidos con tubos de cloruro de polivinilo de 2 pulgadas de diámetro y diferentes alturas, sellados en uno de los extremos con tapones del mismo material y tamaño. Cada percolador consta de cuatro zonas: 1) zona de entrada de agua residual (AR) tratada; 2) zona de percolado, representa el perfil del suelo; 3) zona de salida del agua percolada con perforaciones de diámetro combinadas de 1/5'' y 1/10''; y 4) zona de goteo donde se recoge el agua percolada (AP).

En la Tabla III se muestra la nomenclatura y numeración utilizada para los percoladores, según su serie y perfil. Se construyeron cuatro series de percoladores. Dos series fueron colocadas en el campo, una por cada planta de lima persa sobre limón volkameriano que fueron regadas por goteo en puntos cercanos y equidistantes a cada una de ellas (Figura 2). Para la colocación se hicieron cinco hoyos con la profundidad correspondiente a cada tubo, donde se insertaron los tubos y se fijaron con su misma tierra, y el agua fue recolectada mediante un sistema de succión.

 

En el laboratorio (Figura 3) las series de percoladores se montaron en una armadura de metal conteniendo el perfil del suelo correspondiente que se obtuvo al hacer los hoyos en el campo. El agua percolada fue recogida en recipientes de plástico transparentes y luego llevada a envases de polietileno de un litro.

Riego y recolección de muestras

En el caso de los percoladores ubicados en la parcela experimental, señalados como AP III-1 a AP III-5 y AP IV-1 a AP IV-5, el riego se realizó tres veces por semana, durante 2 a 4h por día. Para los percoladores colocados en el laboratorio (series I y II), a aquellos codificados como AP I-1, AP II-1, AP I-2 y AP II-2 se le agregó un volumen promedio de 185ml, a los percoladores AP I-3 y AP II-3 un volumen promedio de 172ml, y a los percoladores AP I-4, AP II-4, AP I-5 y AP II-5 un volumen promedio de 167ml. El agua residual tratada (AR) y el agua percolada (AP) de cada perfil se recogió en envases de polietileno y se etiquetó por semana.

Se obtuvo cinco tipos de muestras: 1) muestra de agua residual tratada provenientes de los filtros (AR), 2) muestra de agua percolada obtenidas de los percoladores AP I y AP II; 3) muestra de agua percolada obtenidas de los percoladores AP III y AP IV; 4) muestra del suelo antes del ensayo (ARENA); 5) muestra del suelo después del ensayo (ARP’s).

Las muestras de suelo se analizaron antes y después del percolado. Para su recolección se llevaron a cabo los siguientes pasos: 1) se tomó una porción de suelo de cada uno de los perfiles; 2) se mezclaron dentro de un recipiente; 3) se tomó una porción de ésta mezcla de unos 0,5kg; y 4) se colocó en una bolsa de polietileno y se cerró junto con su etiqueta para su identificación (APHA, 1992).

Para la digestión de las muestras de arena se tomó una cantidad aproximada de 5g a la que se le añadió 50ml de agua destilada y 1ml de ácido nítrico para su digestión. Luego se filtró al vacío y se guardó en los recipientes de polietileno de 100ml.

Métodos analíticos

En todas las muestras se determinaron los contenidos de Mg, Ca, K y Na según la metodología descrita en APHA (1992), cuyas condiciones analíticas se presentan en la Tabla IV. Las muestras fueron diluidas con agua destilada desde 5ml hasta 50ml y se prepararon por digestión según AWWA (1989), filtradas al vacío y almacenadas en recipientes de polietileno de 100ml para su posterior análisis.

Las determinaciones cuantitativas se hicieron por absorción atómica para Mg y Ca, y por emisión atómica para Na y K, empleando un espectrofotómetro de absorción atómica Perkin-Elmer modelo 3030B. Se elaboraron curvas de calibración con diluciones seriadas en agua destilada de patrones externos para cada metal, según la sensibilidad requerida. Para verificar la exactitud del método aplicado se utilizó el método de adición de estándar externo. El límite de detección fue determinado utilizando el patrón y los cálculos de la concentración característica para cada metal, suministradas por el fabricante del equipo empleado y utilizando la desviación estándar de varias lecturas del blanco, aplicando luego el criterio y–yB= 3SB; es decir, la concentración del analito (y) proporciona una señal igual a la señal del blanco (yB), más tres veces la desviación estándar del blanco (SB).

Análisis estadístico

El diseño experimental utilizado fue totalmente aleatorio con un arreglo factorial 5´2´2. Los datos experimentales obtenidos se analizaron mediante el paquete estadístico SAS.

Resultados y Discusión

Curva característica de humedad del suelo

Las series I y II (ver Tabla III) presentaron un percolado continuo. La Figura 4 muestra la variación de la cantidad de agua recolectada en los perfiles a diferentes profundidades con respecto al tiempo. La cantidad de agua recolectada para AP I-1 fue desde 315 hasta 69ml en la última semana, con promedio de 123,5ml por día; y para AP II–1 se obtuvieron valores de 300 hasta 73ml con promedio de 125,3ml por día. Para el AP I-5 va desde 220 hasta 30ml y para AP II-5 va desde 220 hasta 29ml. Al graficar el movimiento del agua en el suelo para cada perfil de las series se obtiene una curva exponencial (Figura 4) cuyos valores al iniciar el riego (zona curva) se hallan más dispersos que cuando se alcanza la linealidad. Este comportamiento es similar al obtenido por autores como Grassi (1991), Jenkins y Russell (1994) y Porta et al. (1994).

 

La función denominada característica de humedad (Ypm) está dada por

Ypm = Yc (q/qc)-b       (1)

donde Yc: potencial hídrico, q/qc: relación entre el contenido de agua y el contenido de agua de saturación, y b: pendiente de la curva. Esta ecuación está basada en el hecho de que el suelo es capaz de retener agua, de modo que el potencial matricial está relacionado con el contenido de humedad de esa forma.

Al aplicar la Ec. 1, los valores obtenidos de los coeficientes que representan los potenciales hídricos disminuyen con la profundidad de cada perfil; como se ha indicado en la literatura (Porta et al., 1994). Esto se debe a la porosidad y permeabilidad de los perfiles. Igualmente, la pendiente de las curvas aumenta con la profundidad, y la relación entre el contenido de agua y el contenido de agua de saturación disminuye con el tiempo (Chaparro, 1992; Romig et al., 1995). La Tabla V muestra los valores promedios para el potencial hídrico, los cuales van desde 307 hasta 379, con exponentes entre -0.4850 hasta -0.6152, con promedios de las correlaciones desde 0.9199 hasta 0.9856.

Caracterización de los metales en el agua para riego

En la Figura 5a se muestran los valores obtenidos para las concentraciones K, Mg y Ca en el agua de riego (AR) en las 10 semanas del estudio, mientras que en la Figura 5b se muestran los valores para Na. Los valores obtenidos son inferiores a los permitidos por la Ley Orgánica del Ambiente según la clasificación estándar de las aguas de riego (Israelsen y Hansen, 1981).

En la Tabla VI se muestran los valores promedios de la concentración de los metales presentes en AR, junto a los valores máximos permisibles. Los valores obtenidos no excedieron los límites permisibles para las aguas destinadas al riego con fines agropecuarios de acuerdo a la clasificación anterior. En cuanto al contenido salino de las aguas para riego (AR) analizándola en función del Na y K presentes, se observa que los valores de estos metales están por debajo de los valores máximos permisibles (Tabla VI), por lo que estas aguas pueden ser clasificadas como de "excelentes a buenas" para la mayoría de los cultivos en todas las condiciones (Israelsen y Hansen, 1981; Primavesi, 1982; Moscoso y León, 1995).

Movilidad de macronutrientes a través del suelo

En el agua percolada (AP) la variación de la concentración de los metales macronutrientes con respecto al tiempo presentan una tendencia lineal descendente para cada perfil de las series I y II, con valores entre 1,60 y 53,60ppm para el K; de 3,20 y 66,90ppm para el Ca; y de 2,76 y 15,04ppm con una desviación de 3,04 para el Mg. Con respecto de la profundidad de los perfiles la trayectoria es polinomial ascendente. En la Figura 6 se puede apreciar ambas tendencias con respecto a la variación de la concentración del K, lo que muestra que éste se acumula a través de perfiles de suelo no mayores de 75cm.

En la Figura 7a se observa que la tendencia en la variación de K, Ca y Mg en AP es proporcional a la profundidad en cada perfil, obteniéndose curvas polinomiales que representa, la variación característica de la concentración de los metales macronutrientes en AP, lo cual permite apreciar la movilidad de éstos metales en el agua percolada (Moro y Fernández 1990; Dierolf et al., 1997).

En el agua percolada de las series I y II se obtuvieron valores promedios para K de 34,79ppm, para Ca de 13,39ppm y para Mg de 948ppm. En la comparación de las series III y IV los valores promedios son más bajos, de 9,64ppm para K; -3,21ppm para Ca y de 0,34ppm para Mg. Esto se debe a que mientras en el laboratorio el agua de riego se restringe por un área de tierra fija en cada percolador, el agua de riego en el campo puede esparcirse para todo el terreno alrededor del percolador, lo que hace que la percolación sea mayor en los primeros. En la Figura 7b también se puede apreciar una tendencia similar para la variación de los metales macronutrientes en el suelo, donde los valores promedio fueron de 107,87ppm para K; 181,30ppm para Ca y 9,93ppm para Mg en las series colocadas en el laboratorio. Por su parte, los valores promedio en el campo fueron 141,42ppm para K; 362,96ppm para Ca; y 17,91ppm para Mg. Estos valores obtenidos en el campo son mayores que los obtenidos en el laboratorio, ya que por ser la percolación más fácil en el laboratorio, los perfiles de suelo son más lixiviados que en el campo. Las gráficas de la Figura 7b representan el movimiento de los metales a través de los perfiles del suelo (Fassbender, 1975; Porta et al., 1994).

Como se muestra en la Tabla VII, al hacer un balance global de la concentración se verifica que por efecto de la percolación, el pH y la profundidad, la concentración para el calcio disminuye en el suelo, el agua produce una lixiviación del mismo dentro del suelo, causando en el primer perfil mayor arrastre de calcio por la facilidad de percolación, y en el último perfil por la alta concentración del calcio intercambiable a alto pH, al mismo tiempo los perfiles intermedios disminuyen debido a que la percolación es más lenta y la cantidad intercambiable es limitada (Buckman y Brady, 1972; Avilán y Rengifo, 1988). Para los otros dos macronutrientes a medida que aumenta la profundidad ocurre una acumulación del potasio y magnesio en el suelo, debido al aumento en el pH del suelo que dificulta que los metales intercambiables se conviertan en solubles en el agua que percola. Por lo mismo en el balance la concentración de potasio y magnesio disminuye dependiendo de la profundidad, los perfiles presentan un aumento relativo de la concentración de éstos metales cuando sale; no obstante en el calcio la concentración disminuye a la salida.

Salinidad del suelo en función del K y Na presentes

Al considerar los valores en las Tablas VII y VIII, cuyos promedios totales son 74,36 y 237,60ppm para K y Na, respectivamente, se aprecia que la mayor contribución a la salinidad la proporciona el Na. En la Tabla VIII, el balance global para Na aumenta a mayor profundidad, lo que indica que su concentración a lo largo del perfil del suelo disminuye por la alta lixiviación del metal. Para la determinación del grado de salinidad, se ha generalizado la utilización de dos parámetros para evaluar la respuesta de las plantas y el comportamiento de un suelo en relación con la salinidad y la sodicidad: la conductividad eléctrica (CE) del suelo y el porcentaje de Na intercambiable (ESP) que está coordinado con el valor de la relación de adsorción del sodio (SAR; Israelsen y Hansen, 1981; Porta et al., 1994). Esta correlación establece que para un SAR menor del 7% y un CE menor de 2, se consideran "Suelos Normales". El suelo en estudio presenta una CE entre 0,10 y -0,15mS/cm y un SAR obtenido de los valores promedio de 3,81% por lo que puede considerarse como aptos para el cultivo (Porta et al., 1994).

 

La concentración de Na en el agua percolada (AP) aumenta con el tiempo (Figura 8), registrando un valor mínimo de -4,30 y máximo de 52,40ppm.

Las curvas características para el Na en AP se muestran en la Figura 9a. Los valores promedios son 21,68ppm para las series colocadas en el campo y 24,04ppm para las series colocadas en el laboratorio.

La Figura 9b muestra la variación del Na en el suelo; los valores promedio correspondientes al laboratorio son -12.016ppm, mientras que el correspondiente al campo es de 477,70ppm, siendo los valores en la variación de la concentración del Na en el suelo mayores en el campo que en el laboratorio.

En la Tabla VIII se presenta el balance global de la variación de la concentración de Na en el suelo y en AP. El balance de concentración de Na a la salida aumenta con la profundidad, lo que indica que el Na es lixiviado del suelo por el agua (Porta et al., 1994; Primavesi, 1982).

Conclusiones

- Las curvas características de humedad a través de los perfiles del suelo presentan un drenaje de agua más rápido a medida que la profundidad del perfil disminuye.

- Las características físicoquímicas de las aguas residuales tratadas en el sistema de lagunas de estabilización indican que cumplen con los requerimientos para utilizarse como aguas destinadas para fines agropecuarios.

- Los resultados obtenidos indican que los suelos sometidos a riegos con aguas residuales tratadas ofrecen una adecuada movilidad, lixiviando los elementos que podrían ser nocivos para las plantas o al ser humano, además de acumular los nutrientes tanto en ‘solución’ como en forma asimilable para las plantas.

- Los niveles de salinidad en los suelos regados con aguas residuales tratadas son bajos, siendo recomendables como suelos aptos para la siembra.

- El uso de aguas residuales tratadas con fines agropecuarios pueden representar un medio muy útil para la disposición ecológica de las aguas de alcantarillado.

Recomendaciones

- Utilizar riego con aguas residuales tratadas en estos suelos para la producción de frutos en árboles.

- Estudiar la factibilidad de utilizar las aguas residuales tratadas como fuentes de nutrientes.

- Realizar estudios similares en otros tipos de suelos para comprobar un comportamiento similar en cuanto al drenaje y la acumulación de metales.

- Investigar si en época baja en lluvias se conservan las mismas características para las aguas residuales tratadas, ya que en el presente trabajo el muestreo se realizó en meses de lluvias.

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