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Letras
versión impresa ISSN 0459-1283
Letras v.52 n.83 Caracas dic. 2010
Habla pública, internet y otros enredos literarios (2009) de Luis Barrera Linares. Equinoccio: Caracas. pp. 255
Rita Jáimez
El uso real de la lengua visto en tres dimensiones otorga coherencia global a este texto: (i) la lengua venezolana actualizado tanto por personas públicas como por anodinas; (ii) la lengua empleada en los soportes electrónicos y (iii) la lengua recreada por varios escritores venezolanos. El texto recuerda que así como la imprenta transformó el libro "en fermento de libertad" (Ossa, 1993.p.229), la tipología de las grafías, los registros del habla oral y escrita, la economía, las culturas y las sociedades, la Internet también lo ha alterado todo. En La revolución del lenguaje (2004), David Crystal señala que "al principio se pensaba que la principal novedad lingüística consistía en el argot y la jerga utilizados por sus entusiastas impulsores, así como en la tendencia a ignorar las reglas convencionales sobre puntuación y ortografía. ( ). Sin embargo, gradualmente se fue apreciando que Internet mostraba algo más que una nueva variedad estilística de la lengua, al suponer una alternativa a los medios que facilitan la comunicación humana" (pp.83 y s.). Habla pública, Internet y otros enredos literarios (2009), el último libro de Luis Barrera Linares, aborda esa misma inquietud. Su opinión sobre la incidencia de la Internet en el mundo va más allá de Cristal. No es vacuo el lustro que hay entre las dos publicaciones. Augura el escritor venezolano "que el universo lingüístico de la Internet invadirá a las distintas lenguas y sociedades y ocasionará modificaciones permanentes que tocarán no sólo lo formal sino también lo cognoscitivo, e incluso lo anatómico. No puedo precisar aún cuáles ni cómo serán tales incidencias, pero ocurrirán" (p.52). Efectivamente, la red de redes en sus distintas manifestaciones, esos nuevos lenguajes que aún no acordamos cómo nominar, ha desatado la mayor revolución que ha conocido el planeta. La Internet ha superado todo lo previsto. Hoy afloran nuevos modelos de todo. ¿Qué consecuencias tendrá en el desarrollo de la humanidad? Eso tardaremos en saberlo; no obstante, Barrera
Linares nos aproxima a los efectos que ha tenido el ciberlenguaje en el presente mundo de las letras.El escritor ordenó el caos, que intuimos ha generado Internet en esta área del conocimiento, en tres partes que le dan título a su libro: (1)
Habla pública, (2) Internet y (3) otros enredos literarios. La primera se refiere al lenguaje visto esencialmente como un acto social. Pone sobre el tapete algunos prejuicios lingüísticos que se enmascaran tras la oficialidad, las buenas costumbres y el urbanismo. Son los intríngulis del habla pública. Recuerda, entre otros aspectos, que: (i) los Estados deciden no solo cuál es su lengua oficial (o son), sino también cómo nombrarla; (ii) numerosos venezolanos especialistas o no del lenguaje creen que hay buenos y malos hablantes; (iii) ciertos estudiosos piensan que la violación en las reglas de adecuación acarrea deterioro en el razonamiento; (iv) algunos lingüistas entienden que hay hablantes responsables e irresponsables; y (v) la mayoría de las personas ignora que entidades que hoy se rechazan (v.g. habemos, vinistes, etc.), con mucha probabilidad, mañana serán acogidas por la Academia.La
Internet y algunas de sus incidencias en el lenguaje y en la literatura se exponen en la segunda parte. Con respecto al lenguaje, el autor asoma la democratización de la información, la necesidad de revisar el concepto de alfabetización, la constatación de la autoría como problema de evaluación escolar. Se detiene en las características de la cirberlingua con el objeto de plantear otros problemas de aula, entre los que destacaremos tres: (i) ¿Qué hacer? ¿Qué censurar cuando las novedosas grafías virtuales se cuelan en los textos académicos? Barrera Linares sugiere "adecuación"; esto es: escritura académica para el texto académico. (ii) Para la oralidad como buen hablante público también propone "adecuación"; además de una especie de sindéresis sociolingüística. Lo parafrasearemos: aunque no podemos impedir que la lengua evolucione a su ritmo, no debemos abrirnos sin control a todas las innovaciones. Y (iii) la emergencia de nuevos problemas psicolingüísticos. ¿Qué efectos tendrá la ciberlectura en la operatividad de los hemisferios derecho e izquierdo? ¿Qué conexión neuronal modificará la "pulgarización"? Definitivamente, "la realidad es muy otra. Y eso nos obliga a pensar el mundo de manera diferente." (p.139). De modo que deberán revisarse también las teorías de aprendizaje.El escritor a la luz del
Análisis del Discurso expone la literatura como (re)productora de ideologías, aunque la novedad la encontramos en el tratamiento que hace a la ciberliteratura. ¿Se acabaron las nacionalidades y los regionalismos en la literatura? ¿Murió la autoría como la hemos conocido? ¿Qué es literatura? ¿Se tambalea el canon literario? ¿Surgirán nuevos géneros literarios? Las preguntas no son inocuas. Barrera Linares expone varios hechos y diversas interpretaciones para fortalecer su tesis: hay "carencia de una teoría que explique la comunicación virtual" (p.123). Delata un vacío, consiguientemente, su obra invita a pensar, abre espacios para que cada quien (des)embrolle, desde su propia mirada, los ciberenredos que le interesen.En la última parte de su ensayo,
Otros enredos literarios, el Académico ofrece tres vertientes de la literatura escrita en Venezuela. En la primera se arriesga cuando asegura que desde el siglo XIX se ha hecho crítica profesional en Venezuela. Sustenta su aserción en escritos de Julio Calcaño, Gonzalo Picón Febres, Jesús Semprum, Julio Planchart, Mariano Picón Salas, Ulrich Leo, Edoardo Crema, Domingo Miliani, Juan Liscano, Manuel Bermúdez, Alexis Márquez, Carlos Pacheco, Beatriz González y Barrera Linares, entre otros. Contrapone este tipo de crítica, resguardada en los espacios académicos, a la cibercrítica, que se realiza básicamente mediante blogs o bitácoras. Cree que carece de ataduras conocidas y sospecha que tampoco tiene complejos. Con ella, el profesor presagia la democratización también de la cibercrítica. La vida pública que llevaron algunos escritores nacidos en Venezuela atiende la segunda vertiente de este aparte. Barrera Linares nos acerca a las fechorías y burlas que Rafael Bolívar Coronado hizo a los estándares escriturarios y literarios con sus ique 656 heterónimos. Rememora a José Rafael Pocaterra como un solitario e irreverente político metido a escritor. Presenta a Rómulo Gallegos como todo lo contrario: "un novelista prestado a la política" (p.200). Sistematiza las tres dimensiones por las que solemos conocer a Arturo Uslar Pietri: públicamente como un hombre de gran sabiduría, literariamente como un hombre de premios y políticamente como un hombre de fracasos. La última vertiente se la dedica al escritor merideño Oswaldo Trejo como "hablante público" y a sus "hipertrejo" como "hipertextos".El autor concluye su obra invitándonos a enredarnos sin resquemores en el mundo virtual, puesto que la Internet es la autopista por donde se llega a la comunicación del presente y la base del habla pública y de la literatura del porvenir.
El texto no impone unívocas explicaciones, contrariamente, sugiere nociones polisémicas y cargadas de incertidumbres. No propone respuestas que aclaran, sugiere circunstancias que inquietan. Debido a su tono reflexivo, abre ventanas a la investigación. Quien busque un tema de tesis enmarcado en los usos del lenguaje o la literatura y alejado de los lugares comunes, en esta obra posiblemente encontrará el
enter requerido. El libro Habla pública, Internet y otros enredos literarios reúne otros méritos: está a la mano o al cerebro de cualquiera. Fue escrito con lenguaje sencillo, claro, fluido y, además, con sugerente humor; así que no está destinado exclusivamente a especialistas, sino a todo aquel que tenga curiosidad acerca de lo que ocurre en las distintas formas de comunicación postmoderna.Referencias:
1. Crystal, David. (2004). La revolución del lenguaje
. Madrid, Alianza. [ Links ]2. Ossa, Felipe. (1993).
La historia de la escritura y la letra impresa. Bogotá, Planeta. [ Links ]