SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.54 número87La comprensión de la escuchaCuentos inquietantes / contos inquietantes índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Letras

versión impresa ISSN 0459-1283

Letras vol.54 no.87 Caracas dic. 2012

 

Manuela Sáez en varios textos

Prof. Freddy José Monasterios Macías

fredinho2020@yahoo.com

UPEL-IPC

Resumen

Se pretendió el análisis del orden discursivo narrativo de la novela del venezolano Denzil Romero, "La esposa del Dr. Thorne", a luz de las obras del estadounidense Víctor W. von Hagen, ¨Las cuatro estaciones de Manuela" y del ecuatoriano Carlos Álvarez Saá, "Manuela. Sus diarios perdidos y otros papeles". Este trabajo es la comparación riesgosa entre un libro de ficción, basado presumiblemente en hechos reales, donde el erotismo de la mujer (Manuela) es el tema central, en Romero, con la larga crónica literaria que hace von Hagen y la recopilación y descubrimiento de presuntos textos originales e históricos (cartas, diarios) que hace Álvarez Saá. Es también un ejercicio de investigación donde de manera caprichosa se mezcla lo que dice el discurso histórico oficial, según sea visto por la escuela de Venezuela o de Quito, y la ficcionalización de ese discurso. Es también un poco la posible reivindicación de Manuela Sáenz como persona y/o personaje preponderante en las luchas independentistas de América que iban más allá de la ¨coyuntural¨ relación con Simón Bolívar. Es ver, hasta cierto punto, cómo los textos literarios y las percepciones de la historia sobre un personaje (Manuela) tienden a ¨reacomodarse" en los tiempos actuales y cómo se ha querido afianzar la figura de heroína de Manuela Sáenz, dándole el triunfo, tal vez, a lo que llama von Hagen "la escuela de Quito".

Palabras claves: Manuela Sáenz, historia, discurso, literatura venezolana.

Manuela Sáenz in several texts

Abstract

This report is an attempt to analyze the narrative discourse order in the novel "La esposa del Dr. Thorne" (Dr. Thorne’s Wife) of the Venezuelan writer Denzil Romero, in the light of ¨Las cuatro estaciones de Manuela" ("The Four Seasons of Manuela") of the American author Víctor W. von Hagen, and of "Manuela. Sus diarios perdidos y otros papeles", (Manuela. Lost Diaries and Other Papers) of the Ecuadorian Carlos Álvarez Saá. This paper is a risky comparison between a book of fiction, presumably based on real facts, where Manuela’s eroticism is the central theme in Romero, the large literary chronicles issued by von Hagen and the compilation and discovery of alleged original and historic texts (letters and diaries) produced by Álvarez Saá. It is also a research exercise where, whimsically, what the official discourse says, as it may be viewed by the school of Venezuela or that of Quito, is mixed with the fictionalization of that discourse. It is, too, a possible vindication of Manuela Sáenz as a person and/or predominant character in the fights for the independence of America beyond her ¨circumstantial¨ relationship with Simón Bolívar. It is, to a certain extent, a look into how literary texts and the perceptions of history about a character (Manuela) tend to a "rearrangement" in present times and how there has been an attempt to consolidate the figure of Manuela Sáenz as a heroine, awarding a victory to what von Hagen calls "the school of Quito".

Key words: Manuela Sáenz, history, discourse, venezuelan literature

Manuela Saenz dans plu[sieurs textes

Résumé

On a prétendu faire l’analyse de l’ordre discursif narratif du roman "La esposa del Dr. Thorne" [La femme du Dr. Thorne] de l’écrivain vénézuélien Denzil Romero à la lumière des ouvrages de l’écrivain étatsunien Víctor W. von Hagen, ¨Las cuatro estaciones de Manuela" [Les quatre saisons de Manuela] et de l’écrivain équatorien Carlos Álvarez Saá, "Manuela". Sus diarios y otros documentos [Manuela. Ses journaux intimes perdus et d’autres documents]. Dans ce travail.

Mots clés: Manuela Saenz, histoire, discours, littérature vénézuélinne.

Manuela Sáenz in testi diversi

Riassunto

Si prese l’analisi dell’ordine discorsivo narrativo del romanzo dell’autore venezuelano Denzil Romero, La sposa del Dott.re Thorne, attraverso le comparazioni delle opere dell’autore statunitense Víctor W. Von Hagen, Le quattro stagioni di Manuela e dell’ autore ecuadoregno Carlos Álvarez Saá, Manuela, i suoi diari persi ed altre carte. È una comparazione azzardadata tra un libro di finzione, forse basato in fatti reali, dove l’erotismo della donna (Manuela) costituisce la tematica centrale, nell’opera di Romero, con la lunga cronaca letteraria che fa von Hagen e la compilazione e la scoperta di supposti testi originali e storici (lettere, diari) che fa Álvarez Saá. È un esercizio di ricerca dove si mescolano, in modo capriccioso, il campo d’attività del Venezuela o quello del Quito, e la finzione di quello ufficiale. È anche la rivendicazione possibile di Manuela Sáenz come persona e/o personaggio preponderante nelle lotte indipendentistiche dell’America che era aldilà della relazione congiunturale con Simón Bolívar. Si vuole vedere, fino a un certo punto, come i testi letterari e le percezioni della storia su un personaggio (Manuela) tendono a sistemarsi con i tempi attuali e come si ha voluto affiancare la figura eroica di Manuela Sáenz, concedendole il trionfo, forse secondo la tesi di von Hagen: quella che lui definisce la scuola di Quito.

Parole chiavi: Manuela Sáenz, storia, discorso, letteratura venezuelana.

Manuela Sáenz em vários textos

Resumo

Se pretendeu analisar a ordem discursivo-narrativa do romance do venezuelano Denzil Romero, "La esposa del Dr. Thorne", à luz das obras do americano Víctor W. von Hagen, ¨Las cuatro estaciones de Manuela" e do equatoriano Carlos Álvarez Saá, "Los diários perdidos de Manuela Sáenz y otros papeles". Este trabalho é a comparação arriscada entre um livro de ficção, baseado aparentemente em fatos reais, no qual o erotismo da mulher (Manuela) é o tema central, em Romero, com a extensa crônica literária que lhe faz von Hagen e a recopilação e a descoberta de aparentes textos originais e históricos (cartas, diários) que faz Álvarez Saá. Também é um exercício de pesquisa em que, de maneira especial, se mistura o que diz o discurso histórico oficial, segundo seja visto pela escola da Venezuela ou a de Quito, com a visão dada pela ficção a esse discurso. É, ao mesmo tempo, um pouco a possível reivindicação de Manuela Sáenz como pessoa e/ou personagem preponderante nas lutas de independência da América que chegavam além do seu ¨controvertido¨ relacionamento com Simón Bolívar. É ver, de certa forma, como os textos literários a as percepções da história sobre uma personagem (Manuela) têm tendência a ¨se readaptar" nos tempos atuais e como se quis dar força à figura de heroína de Manuela Sáenz, dando uma vitória a ela na que, tal vez, von Hagen denomina "a escola de Quito".

Palavras chave: Manuela Sáenz, história, discurso, literatura venezuelana.

Recepción: 06-02-2013, Evaluación: 28-05-2013, Recepción de la versión definitiva: 14-06-2013

En el libro Formas de hacer historia (2009), en el aparte "Obertura: la nueva historia, su pasado y su futuro", Peter Burke, en un análisis interesante sobre las nuevas tendencias de hacer historia que tal vez, según él, se consoliden en un futuro, deja entrever cómo la subjetividad y la ficción de la ficción (porque reconoce que en el discurso histórico tradicional lo objetivo de la representación de los acontecimientos está cargado de fabulación del historiador) gana cada vez más terreno con las nuevas propuestas. Sintetiza que la "nueva historia" se caracteriza por que se interesa por cualquier actividad humana, se dedica al análisis de las estructuras, le interesa la historia "desde abajo", es decir la de la gente corriente, se basa en puntos de vista opuestos y, en pro de los multi e interdisciplinario, busca aprender de los antropólogos, literatos, psicólogos, etc.

Burke siente que los historiadores tienen que demostrar cómo se relaciona la vida cotidiana con los grandes sucesos. Y agrega: "En general, parece que los historiadores están cada vez más abiertos a nuevas explicaciones, más dispuestos a experimentar a considerar los "hechos contrarios", en otras palabras, a imaginar escenarios alternativos, cómo habría podido ser" (p. 32). Este "imaginar escenarios" y el "cómo habría podido ser" encuentra su colofón en estas también palabras de Burke:

…los críticos, desde Michel Foucault hasta Hayden White, argumentan que la historiografía es una especie de ficción y que los historiadores (a semejanza de los científicos) "construyen" los hechos objeto de su estudio y, por tanto, elaboran historias según tramas de ficción clásicas como la tragedia o la tragicomedia (p. 38)

Todo lo anterior dentro de un marco de formas narrativas de análisis.

Veamos cómo se ve eso en el discurso literario:

La novela La esposa del Dr. Thorne (2004) del escritor venezolano Denzil Romero (n. Aragua de Barcelona el 24 de julio de 1938 -f. en Valencia el 7 de marzo de 1999), editada por primera vez en 1988, siempre ha sido catalogada como una "novela erótica" (subrayado nuestro). Dicha novela recibe en España el premio "La sonrisa vertical" de la editorial Tusquets en 1988. Con su publicación levantó los más desenfrenados comentarios y críticas a nivel nacional e internacional. Desde luego el personaje que trata la novela es uno de los más polémicos que se ha asomado en la historia de las luchas independentistas del siglo XIX: Manuela Sáenz.

Sergio Ramírez (2012) en artículo de opinión en la prensa, en una postura bien radical pero interesante, juega (y esto no es nuevo) con la relación que existe entre la literatura (la novela como texto, en este caso) y el discurso histórico. Se hace referencia a este artículo de prensa porque Ramírez resume lo que tal vez los críticos y teóricos con sus elucubraciones ya habrán dicho en mayor número de páginas. En pro, entonces, de la simplificación y la claridad, y hasta de lo pedagógico, se resalta lo que me interesa de dicho artículo: Ramírez dice que no hay parámetros para clasificar la novela, pues ésta es sólo la manera de organizar la invención, no es un género "sino todos los géneros" en donde caben todas las mentiras contadas a medias o completas, en ella existe "el uso premeditado de la verdad como simple mampara, el abuso de las realidades de la historia, la deformación de los hechos verdaderamente ocurridos, la transformación de personaje verdaderos e imaginarios, las biografías trastocadas para que parezcan biografías auténticas". Dice que se puede tomar lo que más se prefiera de las "vidas ajenas", o de personas que se conocen o se llegaron a conocer, "o de las que se cuenta en las páginas de la historia" para crear un personaje de varios personajes y hacerlo pasar de la realidad a la invención. Pero el escritor debe mentir bien porque el lector que compra falsedades debe sentirlas atractivas. Obsérvense las siguientes frases: la novela "no tiene clasificación", es "todos los géneros", usa la verdad como "simple mampara", "abusa de las realidades de la historia", "trastoca las biografías", se sirve de cualquier persona, actual o histórica, y la convierte en "personaje", hace atractivas las "falsedades". Más adelante se verá cómo los críticos que han defendido la novela de Denzil Romero se sirven de estas premisas.

Después Sergio Ramírez se pregunta: "¿Por qué una novela no puede parecerse a una biografía o imitar a una biografía, o hacer de una biografía real una biografía inventada?", y agrega que esa es un de las reglas más antigua del oficio, pues la mentira es lícita y "no tiene agobios ni pesadumbres morales". Y remata diciendo que ¿qué pasaría si la biografía falsa del novelista pasa a ser más creíble que la del biógrafo historiador?, más aún cuando ni siquiera hay certeza de que los datos que maneja el historiador sean verdaderos o que sus subjetividades hayan inundado el texto histórico; de allí que a cada momento aparezcan otras biografías verdaderas de un mismo personaje histórico, unas que lo exalta, otras que lo degrada, otras imparciales.

Entonces Ramírez se responde: "No pasa nada, sólo que la imaginación habrá llegado a tener mayor credibilidad", y la biografía de Evita Perón será la que escribió Tomás Eloy Martínez, la de Bolívar será la escrita por García Márquez, y la de Leónidas Trujillo, la de Vargas Llosa. Y se podría agragar: La de Manuela Sáenz hasta 1828, la de Denzil Romero.

La esposa del Dr. Thorne y el texto histórico

La esposa del Dr. Thorne como tipo de texto es una "novela corta", y en ella subyacen otros tipos de textos como la biografía y lo historiográfico, pues el tema es de naturaleza histórica, se nutre de las fuentes históricas originarias y las transforma. Todos ellos hilvanados por la "narración" como orden discursivo: Iraida Sánchez (1993) sostiene que la denominación de ¨ordenes discursivos¨ "se refiere a las distintas materias de que se componen los textos: narración, exposición, descripción y otras" (p.62). Los tipos de textos, en cambio, son conjuntos de textos con características similares en lo formal, en lo semántico y lo funcional: son el cuento, la novela, la noticia, el artículo de opinión, etc. Cabe señalar que dentro de un tipo de texto como la "novela" puede haber distintos órdenes discursivos, pero en todo caso el que predomina es el narrativo, es decir, los órdenes discursivos pueden combinarse en un mismo texto.

Así, La esposa del Dr. Thorne se vale del subtexto biográfico que se alimenta, según el narrador de la novela, de hechos fehacientemente históricos. Fíjense que no se ha tocado el tema de lo "erótico" en la novela, pues no es el objetivo de este artículo, por lo que cuando se hable del erotismo en la novela de Denzil Romero nos limitaremos a reseñar lo que voces mejor autorizadas elucubran sobre el tema.

Se dice que la "biografía" como género (diríamos texto) existe desde el siglo V antes de Cristo aproximadamente y ha permeado a los demás textos: la novela, la tragedia, etc. Para entonces importaba más el tipo que el individuo, después se agregaron los rasgos personales, se quiso saber sobre la naturaleza humana y lo privado de los individuos, lo ético comienza a tomar cuerpo y sólo se destacan las biografías de los héroes, clérigos y reyes.

Escribir acerca de personas que vivieron en un tiempo registrado como histórico, es unir fragmentos de lo que fue su paso por el mundo, lo que registran los papeles y lo que transmiten los imaginarios. Es tratar de elucubrar lo que ellas vieron o escucharon, dónde estuvieron, etc. Todo ello, desde luego, está cargado de subjetividad, porque tal vez se trate de capturar las potencialidades de las vidas individuales más que sus realidades, y así, además de mostrar una vida, se reseña una forma de estar en el mundo y se privilegia al personaje dentro de una época.

Por otra parte, la nueva novela histórica critica y recupera la palabra de una realidad silenciada. Tanto el mito como el discurso histórico coinciden en ser relatos que aunque se derivan de la fábula, tiene como fin la búsqueda de la verdad, aunque no todo mito se despoje de la fabulación. Y parece, también, que el discurso histórico no surge de la verdad del acontecimiento: En Las cuatro estaciones de Manuela (1998. Primera edición en 1989), el estadounidense von Hagen habla de cómo a James Thorne ya no hay que tratarlo históricamente como doctor, ni imaginar consultas o pacientes, porque ya se ha comprobado que era comerciante, y las ausencias prolongadas ante Manuela obedecieron a largos viajes de negocios:

Manuela sin mitos es así: Thorne no era un doctor, sino un naviero. Después de 1827 perdió todo contacto con Manuela. No murió en Lima en 1840, sino que fue asesinado en 1847 en Pativilca, cuando se paseaba con una de sus queridas. Tuvo dos amantes y engendró cuatro hijos ilegítimos, a todos los cuales menciona en su testamento. No asignó en éste a Manuela más que los ocho mil pesos de su dote; aunque ella nunca los recibió, planteó pleito para obtenerlos. (p. 265)

Tal vez hay que tratar de desmitificar la idea de que el discurso histórico surge de la mano de la verdad, de la verdad del acontecimiento, obviamente. Disciplinas como la antropología, la nueva historia, la lingüística, la semiología, la sociocrítica y la literatura, son las que han acompañado la evolución conceptual de lo que la historia puede ser.

En ese sentido, la "historia" trata de los hechos acontecidos y la "fábula" de las cosas que no han acontecido ni acontecerán. Se supone que el historiador no puede inventar los acontecimientos de sus relatos; debe ‘hallarlos’ o ‘descubrirlos’ Y en ese hallar y descubrir el discurso histórico en sí, se va convirtiendo en un arte esencialmente literario. Y en pos de lo literario se le comienza a dar importancia también, no sólo a lo épico, religioso o glorioso, sino también a las desventuras y frustraciones de las personas comunes.

La ficción literaria revela lo que sucede en la realidad y desde tal operación reconstruye los hechos históricos, sociales y culturales, como también es una forma de comprender que es la obra de arte literario la que puede anticipar contenidos de las mentalidades. Parece ser que la ficción literaria (la fábula) viene a acabar con el discurso simplificado de la historia oficial y llena un vacío con hechos literarios y no históricos, aunque la historia sirva de excusa. Entonces, el discurso literario pretende ser la voz de lo que la historia oficial calla o prohíbe.

La experiencia docente de quien esto escribe ha permitido notar cómo, por ejemplo, los estudiantes del Departamento de Geografía e Historia del Pedagógico de Caracas utilizan estrategias de enseñanza de la historia de Venezuela a través del trabajo con novelas venezolanas. Se sabe de proyectos en ese departamento en los que las novelas Mene y Oficina Nº 1, por ejemplo, son los recursos para motivar la comprensión del acontecimiento petrolero en Venezuela. La novela Cubagua, de Enrique Bernardo Núñez, ha servido para comprender mejor la relación económica y social en la colonia, en donde la ínsula jugó un papel importantísimo en este aspecto: no en balde la crítica literaria siempre ha considerado a esta obra como una novela histórica. Dicen los difusores de esos proyectos que lo literario en esas obras permite que el estudiante perciba el hecho histórico de una manera amena y diferente y se desligue un poco de lo frío que pueda resultar la clasificación de la etapas históricas de Venezuela, por ejemplo.

Pero también pasa lo contrario: entre los textos "novela" y "relato histórico" se conjuga una interdiscursividad, y los historiadores terminan apropiándose de lo literario, de lo novelesco, para conformar sus relatos de historia. El historiador se permite vivir lo ocurrido.

El precitado Víctor W. von Hagen da fe de que su texto Las cuatro estaciones de Manuela parece una novela pero es una biografía donde todo fue minuciosamente investigado, es decir, un texto de historia. Este connotado sociólogo y naturalista en los apéndices de la obra señala todas y cada una de las fuentes que utilizó para la construcción de la vida de Manuela y hasta dice que él mismo llegó a recorrer no sólo todas las rutas geográficas por donde estuvo Manuela, sino por donde estuvieron los ejércitos independentistas:

La vida de Manuela –por mucho que parezca a veces una novela barroca-es biografía, una biografía en el sentido de Strachey. Nada se inserta que no haya sido minuciosamente investigado. El libro ha sido escrito deliberadamente sin notas; las pruebas precisas y detalladas se hallan en los legajos del autor y, publicados separadamente, pero al mismo tiempo que esta biografía de Manuela hay un volumen en español titulado "La Historia Documentaria de Manuela Sáenz" (…) Para 1947 se había iniciado ya la verdadera búsqueda de Manuela: fueron sondeados minuciosamente los archivos, visitados los lugares donde Manuela había vivido, repetidos, a mula y a caballo, los viajes que Manuela había realizado. En el Ecuador, donde una larga residencia anterior me había procurado un conocimiento a fondo del país, encontré numerosos documentos desconocidos, sepultados en registros no catalogados de los archivos públicos; de nuevo viví aquí la extravagante vida de Manuela. (p.p. 265-267)

Esa "extravagante vida de Manuela" es la que posteriormente Denzil Romero se encarga de hiperbolizar. Exagerando lo real, convierte a Manuela en una mujer transgresora de los cánones sociales apoyada en sus desafueros sexuales y su indudable tendencia al escándalo. No obstante muchos ven en La esposa del Dr. Thorne no un texto erótico sino pornográfico, que desdeña las aptitudes de la principal compañera de El Libertador Simón Bolívar, que la desmerita como mujer y desconoce sus aptitudes de heroína, no sólo por haber salvado a Bolívar de la muerte en dos oportunidades, sino por su ya documentados logros en las luchas independentistas en Latinoamérica y por sus ideas patriotas en los años posteriores, hasta su muerte.

Pero el historiador von Hagen, como se venía diciendo, se sirve de lo literario, de la fábula, y cuando en las primeras páginas de su obra introduce y describe la figura de Manuela, lo hace así:

Pero sus ojos eran negros, desafiadores y maliciosos; miraba a los soldados republicanos uniformados de verde con audacia escudriñadora, como si esperara encontrar entre ellos a algún conocido. Había en ella algo muy libre, casi descocado; sin embargo, las manos de bellas y sudadas uñas que sostenían levemente las riendas mostraban los ahusados dedos de la dama; y eran manos también capaces de acción; dos enormes pistolas turcas de bronce, amartilladas y preparadas para su uso, estaban enfundadas en sendas pistoleras a la altura de las rodillas. Era fácil leer el nombre grabado en las culatas de bronce: Manuela Sáenz. (p. 15)

Esa postura imponente y si se quiere varonil que refiere von Hagen, está presente en la novela La esposa del Dr. Thorme:

Cabalga como diestra amazona por los valles y hondonadas, pero no a la usanza española, de lado, en silla para señora, sino a horcajadas, a pesar de la protesta de la mamá y del escándalo de la servidumbre. Se baña desnuda en los ríos y lagunas. Participa en los juegos de varón de los hijos de la peonada (p. 21).

Para García Márquez en El General en su laberinto (1989), Manuela "vestida de jineta" y desafiando los prejuicios de una comunidad beata "se creía capaz de acompañarse sola mejor que con un piquete de lanceros" (p. 17). Y en la página 14 dice: "Fumaba una cachimba de marinero, se perfumaba con agua de verbena que era una loción de militares, se vestía de hombre y andaba entre soldados, pero su voz afónica seguía siendo buena para las penumbras del amor".

Ficcionalizar la historia

Diógenes Fajardo Valenzuela (2009) dice que "desconocemos tanto el pasado —a pesar del trabajo de los historiadores—, que es lícito inventar uno a partir de las huellas que han dejado" (p. 278), y agrega: "En América Latina, la ficción, incluso más que el discurso historiográfico, ha tomado la tarea de reescribir el pasado con el fin de establecer la relación entre ese pasado ficcionalizado y la realidad del presente" (p.278)

Como ya reseñó Sergio Ramírez, Fajardo enfatiza que el novelista se apoya en recursos como la polifonía, la carnavalización, los anacronismos, las citas apócrifas, la mezcla de personajes ficticios con los históricos, o no históricos para armar la ficción de sus obras, y que este tipo de recursos caracterizan la nueva novela histórica en América Latina. Es decir, que los novelistas latinoamericanos contemporáneos se han propuesto la re-escritura ficcionalizada del discurso histórico oficial (ya en sí mismo ficcionalizado).

A la novela no le interesa el universo de lo público sino de lo privado, lo que Sergio Ramírez llama las "vidas ajenas". Pero parece que ese capricho de la ficcionalización de lo privado de los personajes históricos tiende siempre a la humanización de éste, y se presentan con sus debilidades, temores, etc. El erotismo de Manuela Sáenz como personaje, es tratado por von Hagen de una manera una tanto sutil y artístico, y de manera desbordado y arrollante en Denzil Romero. Citamos a von Hagen y a Juan Bautista Boussingault, a través de von Hagen:

Manuela reaccionaba ante esto como siempre. Con un total desprecio por los prejuicios sociales, echaba en cara a todas sus propios devaneos. Llegada la noche, en la Quinta, en compañía de la Legión Británica u otras personas de Bogotá, permitía a su esclava que caricaturizara a las mujeres de la ciudad. "Lolo" Boussingault, un hombre de ciencia francés que vivía en Bogotá escribió a su casa acerca de esto: "Por la noche Manuelita experimenta una metamorfosis; a mi juicio, suele estar bajos los efectos de varias copas de oporto, al que es muy aficionada. Desde luego, lleva afeites, está muy peinada y es muy animada y alegre, pero usa expresiones muy atrevidas" (p. 173)

Las memorias de Juan Bautista Boussingault y el general Daniel Florencio O´Leary, además de los aportes biográficos del historiador ecuatoriano Rumazo González y las tradiciones de Ricardo Palma, alimentan esa parte erótica sobre la que ficcionaliza Denzil Romero. Los ejemplos son innumerables, pero se referirán estos: Palma es el primero en señalar el contraste entre Rosa Campusano, la «mujer-mujer» amante de San Martín, y Manuela Sáenz, la «mujerhombre» amante de Bolívar. Y en un juego lésbico, Denzil Romero lo reseña así:

Manuela se disfrazaba de Pierrot. Rosita de Colombiana. Manuela de Napoleón. Rosita de Josefina. Manuela de Marco Antonio. Rosita de Cleopatra, con el áspid que habría de morderla en el pecho. Manuela de Rey Salomón. Rosita de Reina de Saba. Manuela de capuchino. Rosita de carmelita descalza. Manuela de domador. Rosita de fierecilla domada. Manuela de Hamlet. Rosita de Ofelia. Manuela de Otelo. Rosita de Desdémona. Manuela de Trailo. Rosita de Crésida. Manuela de Edipo Rey. Rosita de Yocasta. Manuela Don Quijote. Rosita de Dulcinea (p.74).

Rumazo González le dará mayor fuerza a destacar las luchas independentistas de Manuela, pero en la biografía de la heroína, deja colar los siguientes comentarios que se citan de Fajardo Valenzuela:

Manuela Sáenz nace en Quito, Ecuador, son ricos y de posición social distinguida, tanto su padre como su madre. Pero nace del adulterio, el mismo en que vivirá ella los mejores años de su juventud. Llega además en tiempos en que la infidelidad y otras concupiscencias son lo normal, lo elegante, lo muy buen perdonado entre la aristocracia y entre los criollos de todas clases. Estas ciudades principales de América, como Quito, viven ya por entonces la influencia francesa... se llegó a estimar como timbre de honra para las familias lo que en cualquiera otra parte del mundo hubiese infamado innecesariamente. En lo demás, Quito es, por entonces, ciudad de sesenta mil habitantes (p. 287).

Denzil Romero parafrasea a Rumazo, y agrega sobre el Quito de la época:

Asombrosa era la conducta de los religiosos. No sólo no había observancia de las reglas e institutos claustrales, sino que se echaba de menos hasta la guarda de los preceptos del decálogo mosaico en puntos gravísimos para la moral y las buenas costumbres. Por eso el escándalo, a fuerza de ser público o común, ya no escandalizaba a nadie. (…) Los conventos abrieron de par en par las puertas a los venidos de nacimientos ilegítimos; así se santificaba el pecado… las comunidades religiosas también habían hecho suyas la relajación. El número de monjas era muy crecido en cada convento, y todavía lo era mucho más el de mujeres seglares que acompañaban a las profesas como criadas, sirvientas, ahijadas y validas o simples protegidas (pp. 18-19).

Comparemos la "ficción" de Denzil Romero y lo que reseña Angel Martínez Cuesta (1995) en Las monjas en la América Colonial.1530-1824:

Ya queda indicado que los grandes conventos calzados eran auténticas colmenas humanas de 500, 600 y hasta 1.000 y más mujeres. Muchas monjas compartían la celda con niñas y educandas, y todas tenían criadas a su servicio y convivían con docenas de seglares. (…) Miguel Álvarez Cortés, obispo de Quito (1796-1801), escribe en una carta a Carlos IV que Santa Clara no tenía ni asomo de convento y se reducía a una casa de mujeres, en la que menos de la mitad eran "honestas y recogidas" (p.p. 602 y 605).

Tal vez estos contextos excesivos todavía mueven los imaginarios de algunos escritores que se permiten caracterizaciones hiperbólicas. Fajardo Valenzuela dice sobre La esposa del Dr. Thorne:

La célebre quiteña es presentada por medio de imágenes desaforadas: es viril, ninfómana, amazónica, estéril, viciosa, de una sexualidad salvaje e imposible, promiscua, capaz de las abyecciones más perversas, entre estas el incesto […] La novela presenta una galería de personajes propios de la vulgaridad popular: monjas lesbianas, clérigos sementales, maridos traicionados, pajes para todo servicio, etc. En este escenario reina, como la gran prostituta nacional, Manuela Sáenz (p. 286).

Precisa, también, que a pesar de las acusaciones sobre Denzil Romero en cuanto que responde tan solo a la escritura solicitada por el premio "La sonrisa vertical" que ganó con La esposa del doctor Thorne, "evidentemente, hay una finalidad lúdica y erótica perseguida por su escritura", alimentada, como se ejemplificó, por un bagaje histórico fundamentado.

Lo anterior contrasta con lo que presenta Reinaldo Miño (1999):

Hay una novela porno premiada por una "sonrisa vertical" en España, novela de ya cuatro ediciones en que se degrada a Manuela. No voy a leerla. Este autor Romero me parece una ramera literaria que hace de la pornografía un sudo bussines propio del mundo capitalista. Hombres y mujeres nuestros han defendido a la agraviada. Para mí la sonrisa vertical o chueca con que se premia a este romariante por los senderos de la indecrada, se explica, mejor, por lo que este sujeto atribuye a Manuela y Rumazo González, autor serio, por ejemplo, niega: -Me cago en los ingleses, pone en labios de Manuela el novelista porno. Eso debe gustarles a los españoles que todavía se atragantan con Gibraltar a la puerta de su casa. O a los que quieren cobrar a Manuela su gesta libertaria. Sonrisa chueca, sonrisa infame (p. 120).

Este historiador termina su discurso así: "Los racistas nos inferiorizaron. Que se vayan al diablo. Yo siento el orgullo de ser quiteño y por eso amo a Manuela Sáenz, la Libertadora del libertador, quiteña heroica" (p. 226). Fíjense que el precitado historiador, en 1995, justifica todos sus argumentos a favor de Manuela apoyado, si se quiere, en un precepto de patriotismo: él es quiteño y todo lo que se diga de su quiteña heroica hay que mandarlo al diablo. Es lo que llamó von Hagen "la escuela de Quito" que se caracteriza por colocar una "aureola de santidad" en todo lo relacionado a Manuela Sáenz; y la escuela de Caracas que busca siempre su "descrédito". Al final veremos cómo a pesar de la valoración actual positiva y/o artística de algunos críticos de la novela de Denzil Romero, el estado venezolano se ha encargado que prevalezca la escuela de Quito.

A favor de Denzil Romero

La venezolana Inés Quintero (2000) a propósito del estreno de la película "Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador", del también venezolano Diego Rísquez, apunta que dicha película se queda en el discurso oficial de emparentar la vida de Manuela con la de Bolívar. Que tratándose de una biografía se excluyeron los logros independentistas de Manuela años antes de que conociera a El Libertador y los argumentos republicanos a través de sus cartas, que consolidó en su exilio en Paita. La película se basó en las tradicionales cartas de amor.

Quintero también resalta esa "escuela de Caracas" de la que habla von Hagen, cuando nos cuenta que el "censor piromaníaco" Augusto Mijares, Ministro de Educación en 1949 se encargó de enviar al fuego las "Memorias de Boussingault", y ya Guzmán Blanco había mandado a quemar el aparte de las memorias de O´ Leary que hablaban sobre Manuela, un tanto para no enturbiar la heroicidad de Bolívar ante una mujer de connotadas conductas.

Roberto J. Lovera De Sola (1999) en un escrito leído en homenaje a Denzil Romero, enaltece el carácter literario y artístico de La esposa del Dr. Thorne. Dice que Denzil Romero no fue un "novelista histórico", sino "anti histórico" y "contra histórico", porque aunque estudió bien la historia, se encargó con sus ficciones de contradecirla. Y que en La esposa del Dr. Thorne es una novela "bella y diestramente creada" donde la Manuela que vive todas las instancias del erotismo, es una criatura inventada que vive sólo en la "calenturienta imaginación" del escritor, por lo que los argumentos de Rumazo Gónzalez (ecuatoriano) y José Rivas Rivas (venezolano) carecen de sustento, pues no se está mutando la historia porque la Manuela de Denzil Romero es puro invento. Para De Sola:

La esposa del Dr. Thorne es la primera gran novela erótica de las letras venezolanas, sino en que en ella estriba un hecho diríamos que ecuménico: es una ficción no sólo certeramente construida, redactada en bella prosa insuperable, sino que es a la vez un libro de un día y para todos los días, ello dados los dones artísticos que Denzil Romero convocó al invencionarla porque es novela perfecta sin duda alguna, basta examinarla sin prejuicios, y sin miedo a la sexualidad, para comprenderlo.

Y justifica ese erotismo argumentando que en la obra no sucede nada que dos amantes no puedan hacer en el lecho del amor, por lo que los que lo detractan son los mismos que censuraron la película "El último tango en París".

Luis Barrera Linares en documento en línea (S/f), como Lovera De Sola, defiende la obra de Denzil Romero. Dice que basta que te metas con un héroe o un santo para que provoques un escándalo, y que el éxito de un libro está garantizado cuando se unen el "escándalo y la polémica". Dice que Denzil Romero se valió de la autonomía del novelista para imaginar todo lo que la historia oficial ha omitido. Cita algunos titulares de prensa de la época de la publicación de la novela de Denzil Romero en los que se le quiere quemar, en los que lo retan a duelo y lo ofenden con juegos de palabras. Las críticas más ácidas eran de los intelectuales ecuatorianos, cuestión que le dio más fama a la novela.

Barrera Linares resalta el aspecto literario de la obra de Denzil Romero así:

Buena parte de sus personajes son simultáneamente explosivos y devastadores, volcánicos desatados, como lo fuera en su entusiasmo el autor que los creo, quien al parecer disfrutaba planteando al lector un reto y una apuesta permanentes. Sus relatos son trenes de palabras que golpean cual martillos incesantes la competencia cognoscitiva del lector. Algo así como jugar con la paciencia lingüística del narratario, a través de dos elementos fundamentales:1. la selección de un léxico y unas estructuras sintácticas recurrentemente innovadoras, a veces arcaísmos reinventados, revisitados o recuperados de la historia del español. 2. La referencia a aspectos sexuales y escenas que para algunos especialistas lindarían entre lo erótico y lo porno, pero siempre interesantes.

El triunfo de la escuela de quito

José Rivas Rivas (1991), citado antes por Lovera De Sola, recoge más ampliamente los titulares de prensa y títulos de artículos que para la fecha habían arremetido en contra de la novela de Denzil Romero. En su obra Carta de Manuela Sáenz a su Porno Detractor, Rivas Rivas, a través de un largo texto epistolar, y bajo un recurso también de ficción, hace que una Manuela educada pero contundente desacredite histórica y literariamente la novela de Denzil Romero.

En este libro que se sirve de la estructura epistolar para en líneas generales reseñar la biografía de Manuela -la oficial-se acusa a Denzil Romero de imprecisiones históricas, de aberraciones gramaticales y literarias, de apátrida y de corrupto, entre otras cosas. Escrito un año después que el de Denzil Romero es, hasta hora, el más representativo argumento en contra de la novela de Denzil Romero, y que maneja los datos que se tenían para la época. Por ejemplo, Manuela dice en la carta que acepta la responsabilidad que implicó el hecho de escaparse de un convento a los 17 años con un hombre, "Fausto D´ Elhuyard, que si no satisfizo mi espíritu, por lo menos me facilitó la evasión de aquel ambiente, pues no era mi temperamento permanecer recluida en un recinto destinado únicamente a la meditación, el rezo y el culto a las imágenes" (p. 35). El supuesto reciente hallazgo de documentos históricos parece que imponen la idea de que el tal D´ Elhuyard, aunque existió, nunca estuvo en Quito para la fecha que se le achacan los amores con Manuela. Incluso se dice que era, para la fecha, Edecán de El Libertador en Venezuela.

El discurso epistolar de Rivas Rivas comienza con el respetuoso "Señor Denzil Romero:" y termina con un petitorio:

Permítale Ud. al Ecuador vivir en mí su pasión de libertad; deje Ud. en paz mi recinto heroico en la historia de América; dispénseme el sosiego de la gloria de Bolívar. No deseo escuchar nunca más el aleteo de los cuervos; no quiero que me quemen de nuevo las brasas de la infamia (p. 146).

El estado venezolano se encargará de que se imponga la escuela de Quito.

En la sexta edición en 2010 del libro Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón acompañadas de los diarios de Quito y Paita, así como de otros documentos, de la Fundación Editorial El Perro y La Rana, de Venezuela, en la nota de los editores se dice que además de que el libro de distribución popular y gratuita descubre a una Manuela escritora y sensible, también descubre a un Bolívar con capacidad para el "ensueño amoroso". En la nota se preguntan que "¿qué clase de conspiración o entendimiento ha habido para mantener a Manuela Sáenz como un personaje secundario en la Historia?" (p. 10). Reconoce (la nota) que los documentos que se publican son desconocidos en Venezuela y que la mayoría de ellos son tomados del libro del empresario, historiador y recientemente fallecido ecuatoriano Carlos Álvarez Saá.

El libro de Álvarez Saá, que tiene su quinta edición en Quito en 2008, se titula Manuela: sus diarios perdidos y otros papeles. Dicho texto consta de una biografía elaborada por Álvarez, del diario de Quito, de Paita, de extractos de escritos de Perú De Lacroix, de el epistolario, además de "palabras prologales", Introducción, "papeles salvados", nota del editor, fotografías y una conversación imaginaria con Manuela Sáenz, donde ella misma aclara, entre otras cosas, que no fueron posible los amores que le impusieron con D´ Elhuyard.

En las palabras prologales, Aurora Cevallos, esposa de Álvarez, explica cómo una familia de empresarios se dedica a la historia de Manuela, y cómo se propuso tiempo y dinero a conseguir, clasificar y validar todos los documentos perdidos, y agradece al Presidente Rafael Correa y a su ex-Ministra de Defensa el ascenso post-mortem de Manuela Sáenz al grado de Generala de la República del Ecuador. En la "introducción" se destaca el aporte de Álvarez que ayuda a "completar la historia" (p. 13).

En los "papeles salvados", se hace referencia a que muchos de los giros de la historia y la literatura se deben a los papeles que a última hora son rescatados del fuego, entonces no hay que dudar que el baúl que rescató del fuego, en Paita, un "General de Bolívar", el zuliano Antonio De La Guerra, contuviera realmente todos los documentos secretos que Álvarez Saá saca a la luz pública.

En la biografía de Manuela destacan las novedades de la Manuela escritora, y la mujer que luchó en la Batalla de Ayacucho, aunque Lovera De Sola diga que eso fue imposible, la que llenó de ideas a El Libertador para que rescatara Guayaquil y fundara a Bolivia en el alto Perú, entre otras cosas. También se le achacan a "oscuras razones" el hecho de que por casi 130 años esos papeles estuvieran perdidos.

El editor del libro de Álverez Saá, Rodrigo Villacís Molina, dice:

Más, en una polémica que no termina se ha dicho que los documentos que recoge este libro son falsos. En tal caso, pienso que no hay sino dos alternativas: o fueron copiados de los originales, o fueron inventados por alguien. Sí lo primero, ¿dónde están esos originales? Si lo segundo, ¿cuál es la mente que ha sido capaz de una creación tan asombrosa? (p.p. 17-18).

Y así como Reinaldo Miño, citado con anterioridad, el editor cierra diciendo: "Pero amén de esta argumentación, para mí es fácil creer en la autenticidad de estos documentos, por una razón muy personal: los siento impregnados de Manuela" (subrayado nuestro) (p. 18).

La publicación de esos libros tiene su origen mítico en el rescate que hizo el General De La Guerra de un baúl que contenía los papeles de Bolívar y Manuela. En carta que le envía a su esposa Pepa el 28 de diciembre de 1856, el General hace referencia a la carta enviada el 5 y explica de nuevo lo triste que fue la muerte de Manuela y cómo en medio del desorden y burlando la seguridad y las normas de higiene, llegó a rescatar, entre otras cosas, "un arcón de madera con sus cantos en cuero repujados, quemados en el frente y costado" (Álvarez Saá, p. 210) que contenía una serie de papeles invalorables. Von Hagen reseña la carta del 5 de diciembre donde ya De La Guerra le cuenta su esposa sobre la muerte de Manuela. En un tono romántico y conmovedor von Hagen dice que un viejo se encargó de quemar todas las pertenencias de Manuela y que la "destrucción fue completa" (p. 262). Lovera de Sola dice que nadie nunca ha visto esa supuesta carta del 28 de diciembre y que es imposible que alguien se encargara de recoger pertenencias de personas que estuvieron en contacto con la peste porque eso equivalía para la época lo que es hoy estar en contacto con una persona portadora del VIH.

A manera de conclusión

Parece que en la historia oficial prevalece la escuela de Quito. Parece que la historia se sigue escribiendo y que lo que la literatura es hay que tratar de verlo sin estructuras canónicas ni preestablecidas. Lo que sí parece es que ese lenguaje que se encarga de instaurar realidades también nos está diciendo que la literatura, lo artístico, los imaginarios están por encima de los hechos, de la historia.

Si bien Denzil Romero levantó el mayor número de comentarios en contra del tratamiento que le da a la figura de Manuela Sáenz en su novela a través de un texto que se sirve de la "narración" como orden discursivo predominante, el discurso oficial debe valerse de la supuesta objetividad de los hechos que hacen referencia a la precitada heroína, y en los días presentes enmarca la gesta de la "Libertadora del Libertador" en textos historiográficos de fuentes primarias como cartas, diarios y documentos varios inéditos y revisados por expertos en el área, recogidos en Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón acompañadas de los diarios de Quito y Paita, así como de otros documentos. Los estudios preliminares de ese texto se sirven, como es lógico, de la exposición y la argumentación como órdenes discursivos para sustentar la historia oficial.

En la siempre dura lucha de la construcción de los imaginarios, la literatura latinoamericana actual se está encargando de desacralizar la historia oficial a través de una cada vez más novedosa novela histórica y los textos oficiales de los Estados de Gobierno Venezolano y Ecuatoriano de mantener y perpetuar los muy válidos ideales nacionalistas, históricos y culturales de dos personajes que le son comunes, Bolívar y Manuela.

En Las Cuatro Estaciones de Manuela. Los amores de Manuela Sáenz y Simón Bolívar, von Hagen agrega una "nota bibliográfica" (p.272). En ella, cita una larga lista cronológica de bibliografías que consultó para elaborar su larga "crónica", otro tipo de texto que juega, como se sabe, con el referente histórico y la ficción o los artificios literarios; comenta algunas de las bibliografías y sin mayores detalles las inscribe como de la "escuela de Caracas" o la "escuela de Quito". Uno de los textos comentado es Simón Bolívar de Gehard Masur (1948), el cual cataloga como "el mejor libro que se haya publicado hasta ahora sobre la vida de Simón Bolívar (…) cuida de eludir tanto el ¨descrédito¨ que busca la escuela de Caracas como ¨aureola de santidad¨ de la escuela de Quito. Es un trabajo excelente" (p. 275).

¿Debe el texto literario, la novela, mantenerse en ese halo de neutralidad? ¿Debe el discurso oficial hacerlo? Como que no. Ninguno de los dos.

Referencias

1. Álvarez S., Carlos. (2008). Manuela. Sus diarios perdidos y otros papeles. Qta. Edic. Quito: Museo Manuela Sáenz.        [ Links ]

2. Barrera Linares, Luis. (s/f). Homenaje a Denzil Romero. Las romerías de Denzil. [Artículo en línea]. Caracas: USB. Disponible: http://www.kalathos.com/may2000/las_romerias_completo.htm [Consulta: 2012, Julio 10]        [ Links ]

3. Burke, Peter. (2009). "Obertura: la nueva historia, su pasado y su futuro". En: Formas de hacer historia. España: Alianza.        [ Links ]

4. García Márquez, Gabriel. (1989). El General en su laberinto. Bogotá: Oveja Negra.        [ Links ]

5. Fajardo Valenzuela, Diógenes. (2009). "Estrategias de representación ficcional de la "Libertadora del Libertador". En: Independencia, independencias y espacios culturales. Diálogos de historia y literatura. [Artículo en línea]. Bogotá: Universidad de Colombia. Disponible: http://201.234.78.173:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000371475 [Consulta: 2012, Julio 10]        [ Links ]

6. Lovera De Sola, Roberto J. (2009) A diez años de Denzil Romero. [Artículo en línea]. Caracas: Fundación Francisco herrera Luque. [Consulta: 2012, Junio 21]        [ Links ]

7. Martínez Cuesta, Ángel. (1995). Las monjas en la América Colonial 1530-1824. [Libro en línea]. Thesaurus. Tomo L. Números 1, 2 y 3. Disponible: http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/50/TH_50_123_594_0.pdf [Consulta: 2012, Junio 21]        [ Links ]

8. Ministerio para el Poder Popular para la Cultura. (2010). Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón acompañadas de los diarios de Quito y Paita, así como de otros documentos. Venezuela: El Perro y La Rana.        [ Links ]

9. Miño, Reinaldo. (1999). "Manuela Sáenz: presencia y polémica en la historia". Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia. Nº 14. [Artículo en línea]. Disponible: http://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/1450 [Consulta: 2012, Junio 13]        [ Links ]

10. Quintero, Inés. (2000). En torno a la película Manuela Sáenz. La libertadora del Libertador. Manuela Sáenz: Una biografía confiscada. [Artículo en línea]. Venezuela: UCV. Disponible: http://www.analitica.com/bitblio/iquintero/manuela.asp [Consulta: 2012, Junio 15]        [ Links ]

11. Ramírez, Sergio.(22-05-2012). "Ríos que van a dar en la mar". Caracas: El Nacional. Siete días. P. 6.        [ Links ]

12. Rivas R., José. (1991). Carta de Manuela Sáenz a su porno detractor. Caracas: Centro Editor.        [ Links ]

13. Romero, Denzil. (2004). La esposa del Dr. Thorne. Venezuela: Alfadil.        [ Links ]

14. Sánchez, Iraida. (1993). Coherencia y órdenes discursivos. Letras, 50, 61-81.        [ Links ]

15. Von Hagen, Víctor W. (1998). Las Cuatro Estaciones de Manuela. Los amores de Manuela Sáenz y Simón Bolívar. Buenos Aires: 4ta. Edic. Sudamericana.        [ Links ]