Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
-
Citado por SciELO
-
Accesos
Links relacionados
-
Similares en SciELO
Compartir
Letras
versión impresa ISSN 0459-1283
Letras vol.54 no.87 Caracas dic. 2012
Introducción a la Semiótica de la Comunicación (2011) de Héctor Granados. Venezuela: Editorial Hispania, C.A. 253 pp.
Shirley Ybarra Guillén
Sobre el autor, la obra y su repercusión en la docencia: ¿Por qué leer el libro de Héctor Granados?
Héctor Granados, autor del libro Introducción a la Semiótica de la Comunicación, es venezolano, profesor titular de la Universidad de Oriente y destacado investigador en semiótica de la comunicación. El calificativo apuntado es resultado de la labor investigativa que ha llevado a cabo en este específico tema de estudio: postgrado, asistente de cátedra, profesor y articulista de distintas revistas científicas.
Este autor presenta ante la comunidad académica un texto que no practica su título, sino que lo expone mientras desarrolla las teorías lingüísticas del siglo XX. Se trata de un material de información valioso para quienes aspiran adentrarse en el campo de la semiótica por dos razones: no deja de lado los fundamentos lingüísticos que procuran y permite comprender la comunicación como acto social. Dicho de otro modo, la obra de Granados ha sido identificada, por su propio autor, como una herramienta pedagógica pertinente en el nivel universitario, especialmente, entre aquellos que tienen la comunicación como centro de su quehacer profesional. En este sentido, el valor del libro radica en el establecimiento de una amalgama entre lingüística, semiótica y comunicación que permite: obtener información detallada sobre cada uno de los principios lingüísticos; constatar que la semiótica está presente en cada uno de los anteriores y se puede observar con ejemplos concretos; y comprender que la comunicación es un hecho social que está supeditado al lenguaje y al contexto social. En resumen, el texto es "un tres en uno" de temas densos y estrechamente relacionados que deben conocer los profesional de las diferentes áreas del saber, toda vez que deben interactuar con el mundo que los rodea a través de los medios de comunicación que tanto la sociedad como la tecnología han dispuesto para tal fin.
Sobre el contenido: ¿Cómo se estructura el libro?
El libro Introducción a la semiótica de la comunicación se desarrolla en doce capítulos cuyos temas, para efectos de esta reseña, podrían ser comentados en dos grandes unidades temáticas: la semiótica en la lingüística y la semiótica en la comunicación. De esta forma se reportará el contenido del texto.
La obra se inicia con una prudente referencia a los orígenes, objetivos y definición de la semiótica, tal como lo hacen las publicaciones que con el tiempo se configuran en un establecimiento teórico. Así, al mejor estilo de Ferdinand de Saussure, Granados reporta una semiótica que data de tiempos remotos pese a que se erige como conocimiento científico desde el siglo XX. Este autor comenta que son distintas las definiciones conocidas hasta ahora sobre el término: "parte de la filosofía que se encarga de los problemas del lenguaje" (p. 21); "doctrina de la naturaleza esencial y las variedades fundamentales de la semiosis posible" (p. 23); "disciplina encargada de estudiar procesos de comunicación" (p. 31); entre otras. No obstante, la concepción de semiótica que subyace en la extensión de este libro es la siguiente: "teoría de la representación (a través del lenguaje) (p. 23)". A partir de esta última definición, el profesor Granados presenta una pedagógica distinción entre semiótica y semiología que denota la interdependencia. En este contexto se apuntan la semiosis y la significación como objetos generales de la semiótica y, desde un punto de vista más específico, procurará analizar y explicar el funcionamiento interno de los sistemas de significación y su realización en los procesos de comunicación.
El libro establece los fundamentos lingüísticos de la semiótica y apunta hacia el estructuralismo como primera instancia que sistematiza los estudios del lenguaje. Así, se mencionan distintas realidades lingüísticas, que descansan sobre la base de los postulados de Saussure, Pierce, Barthes, Jakobson, Benveniste; entre otros, y su correspondencia con la semiótica: la lengua es un sistema, esta aseveración alude a una concepción semiótica toda vez que se trata de un sistema de signos; en la lengua solo hay diferencias, tal como ocurre en cualquier sistema semiótico; en la lengua no hay elementos aislados, así tampoco los hay en los sistemas semióticos; la lengua es forma y no sustancia, es otro principio básico que comparten tanto la lingüística como la semiótica; el desarrollo metafórico y metonímico es un concepto desarrollado en el plano lingüístico que ha permitido estrechar vínculos, consustanciales y espontáneos, con la semiótica; la noción de pertinencia como función lingüística también reviste una propiedad semiótica.
Los lectores atentos evidenciarán la forma cómo el autor, en la primera unidad temática, se pasea por los principios lingüísticos al tiempo que logra relacionarlos con la semiótica, demostrando cómo se integra esta disciplina a los conceptos lingüísticos para darles una forma distinta, para algunos más completa, de concretar los estudio del lenguaje.
En la segunda unidad temática el autor integra lingüística y comunicación en un todo teórico que inicia con la translingüística o la etapa evolutiva de la lingüística que permitió ampliar sus horizontes y apuntar hacia la semiótica. En este contexto, Granados, expone cómo se ampliaron y modificaron los conceptos y los alcances de las ideas estructuralistas: la lengua como forma; las dicotomías lengua/ habla y sintagma/paradigma; el desarrollo metafórico y el metonímico del discurso; el signo; la lengua como sistema de signos, etc. De todo esto se colige, efectivamente, que la lengua es un sistema de signos y, por tanto, tiene una naturaleza semiótica que procura principalmente establecer la comunicación.
Después de todo lo anterior, Granados, comenta el modelo lingüístico de la comunicación e indica explícitamente que se han conocido distintos estudios sobre la comunicación verbal: unos, centrados en el emisor; otros, en el discurso y otros, en el destinatario. Sin embargo, deja entrever visos pragmáticos: los investigadores han centrado su atención en la intencionalidad del orador de los discursos, en diferentes actos de comunicación, y en la competencia comunicativa o capacidad de los hablantes y oyentes para establecer actos concretos de comunicación. De la misma manera, reporta el modelo semiolingüístico de la comunicación como aquel que considera la semiótica como el estudio de los procedimientos de comunicación o el estudio de los medios utilizados para influir sobre otros y que son conocidos por quienes serán influenciados. El centro de este modelo es "la manera como se manifiesta un mensaje ( ) en un acto concreto de comunicación" (p. 155) y una de sus virtudes consiste en revelar el tipo de relación social que establece el emisor con el receptor. Por último, Granados, presenta el modelo funcional de la comunicación en el cual destaca la teoría de Jakobson relacionada con las funciones del lenguaje y de la comunicación; así, encontramos en la obra las nociones de función emotiva, conativa, referencial, fáctica, metalingüística, poética; y la función ilocutiva relacionada con la premisa decir algo es hacer algo.
Consideraciones finales
La obra de Granados constituye una interesante referencia para quienes se preocupan por los estudios del lenguaje, toda vez que investiguen sobre el circuito de las palabras en el intercambio lingüístico; las funciones del lenguaje; los factores de la comunicación; la intencionalidad comunicativa y la nueva forma de hacer semiótica. Quienes conocen grosso modo estos temas conocen también sus exponentes y de alguna manera sus postulados. Igualmente reconocen el valor de los aportes que han ofrecido los lingüistas, mencionados en este trabajo, pues han contribuido al desarrollo de la lingüística y la han convertido en una disciplina tan compleja como versátil susceptible de incorporarse a distintas áreas del saber para profundizar sus niveles de análisis. Todos, en conjunto o por separado, han hecho de la lingüística la compleja disciplina que conocemos hoy.
No obstante, uno ha quedado fuera. Como debe esperarse Noam Chomsky es el gran ausente. Solo en contadas alusiones la obra de Granados se refiere la teoría chomskyana. El viejo Chomsky que no el nuevo-describe un hablante oyente que no es afectado por condiciones sin valor gramatical como: las limitaciones de memoria, las distracciones, los cambios del centro de atención e interés, y los errores al aplicar su conocimiento de la lengua al uso real. Este hablanteoyente ideal no es, evidentemente, el emisor-orador referido en la comunicación, tampoco es el enunciador descrito en el contexto de los géneros discursivos ni el interpretante propuesto en el marco de la comunicación y la significación. Si no es ninguno de estos, no es un sujeto participante de la realidad del lenguaje, puesto que en la realidad del lenguaje todos los componentes de la comunicación afectan los mensajes y las condiciones del intercambio comunicativo; no existen las comunidades lingüísticas absolutamente homogénea; las condiciones sin valor gramatical sí afectan al locutor: gestos, preocupaciones, ruidos, canales de comunicación, características de los participantes del hecho comunicativo, distracciones, los temas; entre otras situaciones, afectan y modifican los mensajes y los significados. El autor del libro que reseñamos se refiere, desde el primer capítulo hasta el último, a la teoría de la representación a través del lenguaje y demuestra la presencia de esta en las diferentes teorías lingüísticas expuestas; Granados precisa una concepción social de los temas claves del libro. Así pues, incluir los postulados del gran lingüista judeo-amaericano, en este trabajo, sería incoherente.